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Historia salud-enfermedad - Documento de trabajo

Diana Eugenia Gómez G.


Departamento de Salud Pública UAM

CONCEPCIONES DE SALUD ENFERMEDAD A TRAVES DE LA HISTORIA


Documento de trabajo
Elaborado por Diana Eugenia Gómez Gómez

El desarrollo de la humanidad puede analizarse desde diferentes épocas, cada una de ellas con
características particulares que han enfrentado al hombre a la necesidad de perfeccionar y
enriquecer sus conceptualizaciones iniciales y de modificarlas a partir de su progreso y desarrollo.
Es así como los cambios que se han dado en cuanto al concepto salud enfermedad han tenido
grandes avances, acordes con las concepciones que el hombre ha tenido del universo y del
mundo. Además estas modificaciones han estado influidas por las relaciones de trabajo que el
hombre establece, las ideas religiosas predominantes, los aspectos culturales y las condiciones
socioeconómicas presentes en cada época.

Con esta revisión se pretende describir de manera general la evolución histórica del concepto
salud enfermedad y los diferentes paradigmas que han marcado la comprensión de las mismas.

PREHISTORIA (EDAD PRIMITIVA)

El hombre primitivo se caracterizó por ser nómada y por transformar los elementos de la naturaleza
para satisfacer sus necesidades, acosado por el hambre y el dolor busca alimentos para subsistir,
las inclemencias del clima lo llevan a cubrir su cuerpo con pieles y el placer lo acerca a otro ser
parecido para perpetuar la especie. Este evoluciona lentamente a la vida sedentaria, pasando de
cazador a agricultor y ha establecer una incipiente forma de organización social que le significó
buscar otras alternativas para satisfacer nuevas necesidades; como elaborar las herramientas y
utensilios, con elementos propios de cada época (piedra, bronce, cobre, hierro), adecuados para
trabajar la tierra y para defenderse de sus agresores. Es un hombre que sabe hacer, es decir tiene
un conocimiento práctico construido a partir de la experiencia cotidiana y del ensayo-error.

A los hechos naturales le da una explicación animista y mágica, de aquí surgen las miradas de
salud enfermedad – Paradigma Mágico-religioso -. El hombre culpa de sus dolencias a los
elementos de la naturaleza (agua, aire, fuego y tierra) y a los espíritus y demonios, aunque no
existe un concepto claro de enfermedad esta se atribuye a una causa externa que después de
entrar al organismo produce el mal.

Se da la curación a partir de rituales mágicos que tienen como fin alejar del cuerpo las fuerzas
malignas responsables de la enfermedad o dolencia, los primeros tratamientos se dieron por
observación de los hechos y el sentido común. Aparece la primera imagen de médico brujo a
quien se le atribuye la responsabilidad de proteger y reparar la salud de los demás, especialmente
a partir de la provisión de alimentos.

El hombre primitivo utilizaba los elementos de la naturaleza como el lodo y las hierbas para curar
las heridas, se frotaba los golpes, se entablillaba las extremidades para inmovilizar las fracturas y
chupaba el veneno cuando a otro integrante de la tribu lo mordía una serpiente o animal venenoso.
Según Haggard (1946) es el hombre primitivo a quien se le debe el origen de la Fisioterapia, pues
con la intención de liberar el cuerpo de los malos espíritus utilizaba la presión, colocando al
paciente acostado sobre el suelo, machacándolo y estrujándolo para que los espíritus
responsables del dolor a nivel muscular y de la rigidez articular se salieran y los músculos se
liberaran del dolor y las articulaciones se hicieran más flexibles.

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ANTIGÜEDAD CLÁSICA:

Los griegos, la primera civilización occidental, son los primeros que comienzan a sistematizar y
racionalizar el conocimiento. Plantean que la realidad debe explicarse a partir de ella misma, que
los fenómenos naturales se deben explicar en términos naturales ya que sus hechos son el
resultado de causas determinadas por leyes y regularidades, esto lleva a pasar del mito al logos es
decir de las creencias al conocimiento. En esta época el hombre toma conciencia de sí mismo y de
sus facultades, todo oficio era considerado un arte y el cuidado del cuerpo estaba a cargo de la
suprema techné (medicina técnica). El médico era reconocido como un artesano entrenado por
otro que prestaba sus servicios puerta a puerta.

Al hombre ser consciente del pasado y el futuro surgen grandes interrogantes sobre la existencia y
con ellos aparecen las religiones, la divinidad, que llevo a asumir la enfermedad como castigo
divino por los pecados del hombre, se fortalece la concepción espiritualista o mágico-religiosa en la
cual la salud era asumida como el mejor bien y significaba armonía y equilibrio de cuerpo y alma, la
enfermedad era una maldición y se daba en seres inferiores. Sigue presente el mito y la
concepción de la influencia de los factores sobrenaturales sobre los hombres, a los dioses se le
dan diversos nombres y es a ellos a quien se les solicita ayuda para obtener la salud.

A partir de la época presocrática en el siglo VI a.C. se conforma la teoría naturalista del cuerpo
humano y de la enfermedad, derivada de la interpretación dada al mundo. Tales de Mileto busco
las causas de la enfermedad no en lo sobrenatural sino en lo humano, en lo material y en lo que
rodea al hombre, por lo cual introdujo un cambio en el concepto de enfermedad.

Hipócrates se detiene a plantear criterios más claros frente a la relación del hombre con la
naturaleza, postula que el cuerpo humano esta conformado por cuatro humores (sangre, bilis
negra, bilis amarilla y pituita) correspondientes con los cuatro elementos de la naturaleza (agua,
fuego, tierra y aire). Surge el Paradigma Naturalista en el cual los cambios en la naturaleza y la
salud se explican como consecuencia de la combinación, reagrupación y separación de los cuatro
elementos que interactuaban bajo la influencia del amor (armonía, equilibrio y salud) y el odio
(desarmonía, desequilibrio y enfermedad), desde esta perspectiva la salud-enfermedad se analiza
teniendo en cuenta el equilibrio o desequilibrio existente entre la naturaleza interna del hombre y la
naturaleza externa. Además, introduce el diagnóstico a partir de la recopilación de datos por medio
de la observación, el examen del paciente y la anotación de los síntomas, este método descriptivo
permitió atribuir como causas de la enfermedad a las derivadas de la naturaleza y asumirla como
“alteración morbosa del buen orden de la naturaleza”.

Para Hipócrates la enfermedad es un fenómeno natural producido por condiciones naturales y


tratables por medios naturales, puesto que el hombre es producto de la naturaleza, parte de ella y
es influido por ella. Este concepto surge de considerar que conocer algo es descubrir su
naturaleza, es decir buscar su origen, las causas. Aquí el método por excelencia para conocer el
mundo es la observación.

Galeno en su afán por entender la causa primera de las cosas, es decir su esencia, plantea que la
enfermedad tiene naturaleza desequilibrante es decir aleja el cuerpo humano del buen orden de su
propia naturaleza. Estos planteamientos los hace apoyado en las perspectivas aristotélica y
presocrática las cuales postulan que para la comprensión de las causas de algo se debe partir de
la especulación racional y la observación para poder identificar la esencia -lo que ella es-.

Históricamente Galeno se ha considerado como el cirujano de los gladiadores y fue quien inició la
sistematización del conocimiento y la experimentación a través de lo cual dio avances significativos
en cuanto a lo anatómico y a los pilares para la concepción moderna de la enfermedad, pues le
asigna causas externas (naturaleza y sociedad) e internas (el individuo), de aquí se deriva el
interés por estudiar la influencia de los fenómenos naturales como el clima y las características del
agua sobre la salud.

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En esta misma época es importante resaltar otra civilización, la romana, quienes conquistan a
Grecia. Estos son seres guerreros, prácticos y no de ciencia, interesados en el bien común y en
aspectos políticos. Estas características les exigían estar saludables con el fin de salir victoriosos
de las guerras, por tanto tenían gran interés por lo físico y lo mental. Este pueblo determino como
causas internas de la enfermedad todo lo relacionado con el cuerpo humano y como externas el
ambiente y los estilos de vida. La medicina romana fue importada de Grecia pero lograron avances
significativos en cuanto a la salud pública pues construyeron cloacas y alcantarillados para mejorar
las condiciones de vida de sus comunidades y hospitales para tratar las enfermedades y las
lesiones generadas en la guerra. También clasificaron las plantas según las enfermedades que
curaban, esto se constituye en la base de la farmacología.

EDAD MEDIA:

Después de la caída del imperio romano y la aparición del monoteísmo cristiano surge la Edad
Media, época caracterizada por una organización económica de autosubsistencia centrada en los
feudos, en la cual se daba valor absoluto a la tierra. El feudalismo lleva a una cultura de elites que
tenia al servicio los artesanos y los vasallos quienes se dedicaban al trabajo a cambio de
protección, vivienda y alimentación.

Esta época también llamada oscurantismo, en la cual todo giraba alrededor de Dios y de la iglesia,
convirtió la religión en lo más importante, alejando todo lo racional, llegando a ser dogmáticos. La
religión cristiana se institucionalizó y oficializó y se le concedió el poder temporal y espiritual por lo
cual se constituyo en eje de la culturización y civilización. En esta época se produce un
estancamiento de las ciencias y las artes, la investigación científica es criticada por la iglesia por
miedo a perder poder.

Toma fuerza la visión metafísica del mundo, donde los conocimientos son impuestos por la fe
contradiciendo el principio de racionalidad planteado por los griegos. En este contexto la medicina
se asume como vocación o misión divina, por lo cual se presenta un retraso en cuanto a las
concepciones de salud enfermedad, pues resurge el sentido mágico presente en épocas
anteriores, asumiéndose la salud como bendición divina por el comportamiento adecuado y el
cumplimiento de todo lo recomendado por la iglesia y la enfermedad como un castigo de Dios por
los pecados del hombre o como oportunidad de purificación y gracia, por tanto quienes impartían
los tratamientos también purificaban el alma.

Con la aparición de las epidemias de peste en un principio se aumento el fervor religioso y la


iglesia formuló leyes más rígidas que le permitieron mantener el poder omnipotente por muchas
décadas. Con el tiempo la gente observa que con las oraciones y aportes cuantiosos a la iglesia no
existía influencia sobre la ira de Dios. Empezó a buscar culpables de los males y a gestar la
concepción de que las brujas eran culpables de la situación pues a ellas se les atribuía el delito de
curar con magia y meditaciones, utilizar el ensayo-error y creer en la causa-efecto.

Aparece la medicina conventual y monástica, los tratamientos eran impartidos por el clero bajo
principios de la iglesia como: cuidar el cuerpo es importante tanto para el enfermo como para el
médico, pues el cuerpo es la morada del alma. El cuidado del enfermo era obligación del médico el
cual no podía cobrar por los servicios para no caer en el pecado mortal. Sé deben evitar las
cirugías, pues el cuerpo es el templo de Dios y no debe ser profanado.

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EDAD MODERNA:

El fenómeno de las grandes pestes europeas y la imposibilidad de la medicina galénica de dar


respuesta a las necesidades que de ellas surgen son el punto de partida para el rompimiento del
paradigma antiguo.

La edad moderna se inicia con el renacimiento que se constituye en la transición entre la edad
media y ésta. Se vence el feudalismo y el poder de la iglesia y comienza el capitalismo, se dan
cambios a nivel económico, político, social y religioso y se introducen en Europa el papel y se
inventa la imprenta favoreciendo la divulgación de las ideas.

Paracelso observó el cambio de las enfermedades según el clima y atribuyó su origen a una causa
específica no al desequilibrio de los humores del cuerpo humano. Galileo Galilei introduce el
sistema hipotético-deductivo, en el cual se plantea una hipótesis para explicar un fenómeno para
luego deducir las consecuencias y verificarlas empíricamente en la práctica, con el fin de confirmar
o rechazar la hipótesis.

El hombre vuelve a ser el centro de atención del mundo, resurge la razón y se plantea la
experiencia como condición indispensable para el progreso de la medicina. El resurgimiento de la
racionalidad lleva a la revolución científica, pues se busca superar la observación como única
fuente de conocimiento hacia otras formas de conocer que potencian la capacidad creadora y la
transformación de la realidad. La experiencia y experimentación favorecen el paso del naturalismo
al experimentalismo lográndose avances importantes en el estudio del cuerpo humano
especialmente desde lo anatomofisiológico, fortaleciendo así disciplinas como la biología celular, la
anatomía, la fisiología y la microbiología. Esta última sirvió de base para plantear la teoría de la
unicausalidad de la enfermedad.

El conocimiento ya no será entendido como actitud contemplativa sino como capacidad


transformadora “saber es poder” (Quevedo 1992). Según Bacon el conocimiento se soporta en la
razón como actividad mental con la cual es posible combinar y ordenar todo aquello que los ojos
ven (experiencia), según Locke la puerta de entrada del conocimiento a la mente son los
sentidos.

Con Newton se corrobora el triunfo definitivo del método científico basado en la observación y la
experimentación, a partir de este momento surgen dos corrientes ideológicas, el racionalismo y el
empirismo. Con el racionalismo se acentúa el carácter apriorístico y racional del conocimiento y se
define como método la deducción. El empirismo refuerza el carácter experimental o posterior del
conocimiento, el método es la experimentación y el procedimiento para aumentar el conocimiento
es la lógica deductiva, dando comienzo al Paradigma Experimentalista.

Sydenham apoyado en las teorías de Bacon y Locke, plantea que los síntomas no son efecto de la
enfermedad sino la lucha del cuerpo por superarla, con lo cual relaciona síntomas con
enfermedades desde una mirada particular. Es Sydenham quien acentúa el empirismo sistemático
derrumbando así todos los planteamientos escolastico-galénicos de la enfermedad, de éste surgen
dos elementos importantes: el empirismo clínico y la nueva clasificación de las enfermedades.

El empirísmo clínico se apoya en la observación clínica y consiste en hacer una descripción


detallada de las enfermedades tan natural como sea posible y una práctica curativa estable, de
forma tal que puedan diferenciarse para dar paso a la clasificación de las enfermedades en
agudas (ocasionadas por la naturaleza) y crónicas (derivadas del régimen de vida del individuo),
esta clasificación surge de la relectura de los planteamientos de Hipócrates, en la cual se da un
nuevo sentido al papel del ambiente y el comportamiento sobre la salud, negando cualquier papel
de lo psicológico.

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Como consecuencia surge el concepto de higiene y su división en higiene pública para dar
respuesta a las epidemias derivadas de las enfermedades agudas e higiene privada para controlar
las enfermedades crónicas. Este concepto posteriormente se transforma en la Versión
Epidemiológica en la cual se asume la enfermedad como la realidad de modificación estructural y
funcional de los órganos, que se da por agentes externos, que se intenta controlar y en la cual las
condiciones ambientales sólo intervienen como factores predisponentes para que el agente entre
en contacto con la persona que enfermará. Estas condiciones ambientales pueden observarse y
medirse con técnicas adecuadas, sus comportamientos pueden ser interpretados a través de
análisis estadísticos cuantitativos y expresados finalmente en leyes universales, puesto que esta
época es el reinado de método de la física y de la filosofía natural sustentados en el positivismo.

Aunque con los avances respecto a la salud y la enfermedad se supero la visión metafísica
medieval de la enfermedad, continúa una persistencia acrítica en las nuevas concepciones que se
constituyen en tres grandes obstáculos epistemológicos (Quevedo 1992). El primero de ellos que
Piaget ha llamado “Mito del Origen Sensorial del Conocimiento Científico”, se confía en la
capacidad de observación como fuente fundamental para adquirir conocimiento y la razón se deja
como la capacidad clasificatoria de los datos obtenidos con la observación, esto perpetua el
empirismo pues se continúa creyendo que la verdad está en el exterior y el hombre simplemente
tiene que acceder a ella a través de los sentidos para formar una idea o imagen, reflejo de la
realidad. Con esto se desconoce la interacción dialéctica que se da permanentemente en los
procesos que el sujeto y el objeto viven para producir conocimiento. El conocimiento es un proceso
de construcción teórica en el cual hay que diferenciar entre el objeto real, el del mundo externo y el
objeto de conocimiento, es decir, es una reconstrucción de lo real desde el lenguaje y no
simplemente un reflejo de la realidad. Esto ha llevado a que se continúe asumiendo en el ámbito de
algunos círculos científicos que el conocimiento procede de los sentidos y es resultado de la
abstracción que se da de los datos obtenidos.

El segundo “Mito Ecológico” perpetua elementos del paradigma antiguo a partir de validar el
papel del ambiente en la etiología de la enfermedad, se asume lo ambiental como todo lo externo
al hombre, es decir, lo que está de la piel para afuera desconociendo la diferencia entre lo
ambiental y lo social como realidades con características particulares y cuyo análisis requiere de
métodos distintos. El tercero “Mito del Estilo de Vida” como prolongación de la idea de
Hipócrates de la importancia del régimen de vida llevado por las personas. Se responsabiliza al
sujeto de que por sus comportamientos pueden aparecer las enfermedades de orden crónico, el
problema consiste en asumir el comportamiento como algo independiente del tejido cultural en que
está inmerso.

Del empirísmo clínico se derivan tres versiones acerca de la enfermedad:

• Versión Anatomoclínica: en los siglos XVI y XVII se inicia la tradición del empirísmo
anatomopatológico y en el siglo XVIII comienza su integración con el empirismo clínico. Sin
embargo, la integración definitiva se da a partir de Morgagni quien dice que la lesión anatómica
pasa de ser sólo una descripción de un hallazgo anatomopatológico causal a ser un elemento
constitutivo de la enfermedad que continua siendo una realidad puramente clínica. Más tarde al
iniciarse el siglo XIX se propone el programa anatomoclínico de Bichat en el cual se dice que la
lesión anatómica es el fundamento de la patología y la clínica dando como centro explicativo
de la enfermedad la lesión. La enfermedad entonces se explica desde lo anatómico como
consecuencia de una lesión corporal (estructuras) y la salud como ausencia de lesiones y por
tanto de signos.

Esta versión dio paso al desarrollo de la semiología del signo físico, al estudio de la anatomía
por regiones corporales y a la concepción organicista de la enfermedad, lo que la convierte en
una realidad visible, palpable y medible. La razón a partir del análisis y medición de los signos

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físicos se convierte en el instrumento para representar con anticipación la existencia de una


lesión y la definición del momento del proceso en que se encuentra, la razón es la que no
permite la especulación y vincula al hombre con la realidad del mundo físico construido por
Newton. Se inicia una visión mecanicista en la cual se considera que lo fisicoquímico se
constituye en el medio más apropiado para estudiar los fenómenos del hombre.

Gracias a los avances dados a partir de esta versión surge el cuarto obstáculo epistemológico
derivado de asumir la Anatomía como punto de referencia para clasificar la enfermedad,
“permanencia de una clasificación anatómica de la enfermedad” basada en las lesiones lo
cual obliga a pensar la enfermedad como una realidad que existe sólo a partir del momento en que
se produce la lesión y que se manifiesta a través de los signos físicos. Entonces la salud tendrá
que entenderse como ausencia de lesiones y signos. Esta concepción limita la enfermedad a lo
corporal pues convierte al paciente en un conglomerado de órganos susceptibles de sufrir
alteraciones estructurales que pueden ser identificadas a través de la observación, ésta es la base
de la visión organicista que se inicia con la versión anatomoclínica y se prolonga con las otras dos
versiones la fisiopatológica y la etiopatológica.

• Versión Fisiopatológica: con los avances de la física Newtoniana se concreta la visión


mecánica del mundo físico y la formulación del experimentalismo como método por excelencia
para el desarrollo de las leyes de funcionamiento de este mundo. Este método exige de la
observación experimental de los fenómenos para formularlos en leyes matemáticas válidas
universalmente, de acuerdo a cuatro reglas: 1- Para las cosas naturales sólo se deben admitir
causas verdaderas y suficientes para explicar los fenómenos. 2- Se deben asignar tanto como
sea posible a los mismos efectos las mismas causas. 3- Las cualidades de los cuerpos que no
pueden intensificarse ni reducirse y son comunes a todos los cuerpos dentro de los
experimentos deben considerarse cualidades universales. 4- En el experimentalismo se deben
recoger posiciones verdaderas o muy aproximadas inferidas por inducción general a partir de
fenómenos evitando cualquier hipótesis contraria, hasta que se den otros fenómenos capaces
de hacer más precisas las proposiciones. En este contexto si lo natural se rige por leyes
universales e invariables, la estructura es diferente a la función la cual se asumió en un
principio como estructura en movimiento.

Si desde la física y la química la función es una realidad diferente e independiente de la


estructura, ésta puede constiturse en objeto de estudio de una ciencia moderna la fisiología.
La fisiología es un proceso de adaptación, readaptación y desadaptación del organismo por
tanto las lesiones y enfermedades pueden presentarse a nivel del funcionamiento del cuerpo y
no sólo en la estructura, es aquí donde nace la Fisiopatología. Todos los cambios
conceptuales dados tienen consecuencias importantes en la concepción de la enfermedad: se
reconoce como proceso, es decir, es de naturaleza cambiante, se puede estudiar e intervenir a
partir de la experimentación, está regida por procesos físico mecánicos, el síntoma es
expresión del proceso.

Comte (1938) afirma la identidad real de los fenómenos patológicos y de los fisiológicos,
Bernard padre de la patología experimental siguiendo esta línea plantea que “el estudio de la
patología y la fisiología son inseparables y no es necesario ir a buscar la explicación de las
enfermedades en fuerzas o leyes de la naturaleza diferentes a las que rigen los fenómenos
vitales ordinarios”, la visión organicista continuará reinando más ampliada y se asumirá que la
enfermedad se inicia antes de que se produzca la lesión, es decir se dan primero las
alteraciones funcionales y luego la lesión, entonces la salud es la ausencia de síntomas, para
Leriche (1936) “la salud es la vida en el silencio de los órganos”.

• Versión Etiopatológica: En 1878 a partir de la teoría microbiana de la enfermedad apoyada


en los trabajos de Pasteur, Koch y otros, en la cual se dice que el origen de los procesos
patológicos está dado por causas microbianas, aparece la etiopatología que permite retomar la
antigua discusión hipocrático-galénica sobre las causas de la enfermedad. Con ésta se cae
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nuevamente en el error de la unicausalidad desconociendo otros factores como los


ambientales en el desencadenamiento de los procesos patológicos. A la toxicología también
se le atribuyen responsabilidades en este sentido, pues las causas externas pueden ser
además físicas o químicas.

Con el paso de los años a finales XIX y principios de siglo XX estas tres versiones se fueron
integrando hasta gestarse la versión ecléctica de la enfermedad en la cual las lesiones,
alteraciones funcionales y causas internas y externas tenían carácter de coexistencia. Se llega al
máximo de la concepción biologísta de la salud enfermedad, en la cual se desconocen otros
elementos relacionados con el carácter social del hombre.

De esta mirada biologísta se derivan dos situaciones, la primera de carácter reduccionista en la


cual se concibe al hombre como un saco de órganos divido por sistemas funcionales que sufren
alteraciones por causas internas o externas y que la relación causa efecto sólo puede modificarse
por métodos mecánicos y químicos.

La segunda se da por el desarrollo de la concepción orgánico-funcional del hombre sano y enfermo


en la cual hay confusión entre salud como normalidad y enfermedad como anormalidad. El
planteamiento de que entre los fenómenos fisiológicos y patológicos existe continuidad condujo a
asumir que la enfermedad es un problema de cambios cuantitativos de las funciones normales por
exceso o por defecto, por mucha o poca función. De esta forma, todo lo que se desvía de la
normalidad se identificaba como enfermedad y el mantenimiento dentro de un patrón de
comportamiento biológico aproximado a la media estadística es salud.

En el romanticismo, con la revolución industrial, otra etapa del modernismo, su final, se da la


división del trabajo y se inicia el empleo de maquinaria, la transformación técnica impulsa la
ciencia, se inicia el reconocimiento de los factores sociales para explicar la enfermedad y se
estimula el interés por las enfermedades de origen laboral. Por otro lado se dan las bases de la
medicina preventiva por el afán de proteger la salud de los trabajadores con el propósito de mejorar
el rendimiento y la productividad.

Además, aparece la necesidad de estudiar las relaciones entre lo económico y lo social como
factores desencadenantes de enfermedad y empieza a emerger la concepción de triada ecológica,
con esto comienza el camino para comprender el fenómeno de la multicausalidad en el proceso
salud enfermedad.

A partir de la consolidación del Paradigma Moderno con su mirada biologísta de la salud-


enfermedad, en el siglo XX se empezaron a identificar, a tener fisuras o vacíos que no permitían
explicar la salud desde otras perspectivas, estas fisuras son:

• Fisura Sociológica: Virchow (1847) analizando la epidemia de Tifus presentada en Silesia


identifico que lo físico biológico no es la causa única de enfermedad y expuso que las
enfermedades no sólo tienen causas biológicas sino que las condiciones sociales y
económicas deben considerarse como factores que influyen sobre ellas.

• Fisura Psicoanalítica: Freud a partir de demostrar que la lesión explicativa de la parálisis


histérica era una lesión en el campo del lenguaje y de los conceptos, una lesión en el concepto
que el paciente tiene sobre el propio cuerpo, rompe con la explicación netamente biológica de
la enfermedad y con sus métodos diagnósticos basados en los signos físicos. Esto muestra la
necesidad de interrelacionar lo psicológico con lo patológico para construir explicaciones de la
enfermedad más amplias, es decir, de comprender la enfermedad psíquica como un proceso
que requiere de manejos metodológicos diferentes desde lo semiológico y lo terapéutico, aquí
la sola observación no es suficiente pues es indispensable la interpretación de la conducta
normal o patológica para entender por qué y para qué se produce. En este contexto la

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enfermedad como manifestación de un conjunto de intenciones propias del individuo debe


asumirse como una forma de vida y por tanto su diagnóstico y definición deben partir de la
elaboración de la biografía personal del paciente, es decir del conocimiento y descripción de
una vida humana concreta.

• Fisura Antropológica: Malinowski (1922) en los orígenes del estudio de la cultura y


posteriormente Lévi-Strauss (1936) plantean que la salud-enfermedad está enmarcada en un
contexto cultural. Es Norman Scotch quien introduce el término Antropología Médica con la
intención de aplicar los avances de la antropología a la medicina, ello permite hablar de la
salud-enfermedad como realidades atravesadas por la cultura, en este sentido Myriam Jimeno
(1985) afirma: “La salud y la enfermedad son partes inseparables de la organización
ideológica, del sistema de interpretación religiosa y las formas de adaptación ecológica, de la
organización familiar, política, de la producción… es preciso considerar que la enfermedad en
si no existe, sino dentro de un contexto social amplio, donde adquiere determinadas formas y
como tal se explica y trata”1

• Fisura Epidemiológica: Los cambios sociales dados a nivel mundial y especialmente en


América exigieron de una reorganización a nivel económico y político que trajo como
consecuencia la necesidad de utilizar las ciencias sociales como instrumentos de análisis para
establecer programas políticos de salud. Por tanto la mirada unicausal de la enfermedad
predominante en las versiones etiopatológica y epidemiológica del paradigma moderno no
permitían explicar la enfermedad desde una perspectiva más amplia en la cual los elementos
sociales pueden considerarse como factores desencadenantes de las mismas, entonces la
salud debe reconocerse como un fenómeno ligado a las condiciones generales de vida de la
población.

A partir de estas fisuras surgen cuatro corrientes que pensaron el problema de la salud desde
diferentes perspectivas y han marcado significativamente la comprensión de salud en la actualidad.
La corriente Sociológica fundamenta que la sociedad tiene responsabilidad sobre las
enfermedades y por tanto debe responder a éstas, pues las condiciones de vida de las
poblaciones son determinantes de sus condiciones de salud. La corriente del Psicoanálisis
plantea que el inconsciente es un aspecto mental que influye sobre la enfermedad, siendo ésta la
consecuencia de situaciones psicológicas reprimidas y llega a la conclusión de que mente sana en
cuerpo sano o que la enfermedad mental lleva a enfermedad física, esta corriente retoma los
planteamientos de los griegos con bases más sólidas derivadas de la investigación. La corriente
Antropológica fortalece la importancia de la cultura en la salud y se empieza a concebir la salud-
enfermedad como resultado de las prácticas, creencias y costumbres propias de cada comunidad.
La corriente Epidemiológica introduce nuevos conceptos que reafirman el origen multicausal de la
enfermedad.

EDAD CONTEMPORÁNEA:

En esta época de grandes desarrollos, la transformación técnica y tecnológica impulsa


poderosamente la ciencia y la investigación, el ser humano se concibe como ser integral y a nivel
laboral, las nuevas formas de trabajo, exigen de mano de obra más especializada. En cuanto a
salud en el afán de encontrar nuevas explicaciones y trascender la mirada netamente biológica de
la enfermedad, en la cual ésta se estudia desde tres vertientes la anatomoclínica que se centra en
las lesiones, la fisiopatológica enfocada a las alteraciones funcionales y la etiopatológica interesada
en la etiología (causas) internas y externas de la enfermedad, y la expresión de la salud-
enfermedad en términos cuantitativos y mediante indicadores, se avanza en la discusión teórica y
científica para comprender la interacción entre lo biológico y lo social, por lo cual aparece con

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Jimeno S. M. Medicina Institucional y saber indígena, conclusiones de dos talleres de salud, en Medicina Shamanismo y
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mayor énfasis el concepto de multicausalidad según el cual la enfermedad responde a diversidad


de factores que al interactuar hacen posible la aparición del proceso patológico.

A mediados del siglo XX por efectos de la segunda guerra mundial se dan adelantos importantes
en salud como son: el descubrimiento y empleo de sulfas y antibióticos para el tratamiento de
infecciones que llevo a la disminución de muertes por esta causa e interés por tratar
enfermedades de larga duración (crónicas) como la diabetes, cáncer y enfermedades mentales.
Además se hace más evidente la relación entre las condiciones de vida y la aparición de
enfermedades pues se reconocen como variables importantes a tener en cuenta para analizar el
proceso salud-enfermedad la ocupación, los ingresos económicos, la alimentación, la vivienda, la
educación y los servicios públicos.

A partir de la década de los 40 empiezan a fundamentarse diversas concepciones sobre salud,


unas derivadas de otras, entre ellas están las planteadas por la OMS, Brian MacMahon, Leavell y
Clark, Lalonde y Blum y David Bersh.

La Organización Mundial de la Salud OMS (1945), organismo rector de la salud en el ámbito


mundial, en la declaración de sus principios dice que la salud es “un estado de completo bienestar
físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedad”. Esta definición ha tenido grandes
críticas pues asumir la salud como un estado de completo bienestar es mirar la salud sólo desde lo
individual, es utópico y lo hace un fenómeno estático y por tanto ahistórico. A pesar de las críticas
esta concepción dio paso a nuevos planteamientos.

MacMahon (1960) no define la salud sino que le imprime a la enfermedad el carácter de proceso
pues plantea que la etiología de la enfermedad tiene una secuencia de eventos divididos en dos
partes: la primera hace referencia a lo causal, es decir, lo que ocurre antes de la respuesta
corporal y la segunda se refiere a las respuestas corporales que conducen desde la respuesta
inicial hasta las manifestaciones clínicas propias de cada enfermedad. Los eventos etiológicos son
múltiples y son de diversos tipos: hereditarios, biológicos, sociales, culturales, ambientales, entre
otros, su participación como evento causal de la enfermedad debe estudiarse a partir de su
identificación, la consideración de que son factores y el encuentro de asociaciones estadísticas
entre ellos con el fin de elaborar cadenas de eventos asociados con cada enfermedad.

Leavel y Clark (1965) retomando planteamientos de su primera obra Textbook of Preventive


Medicine (1953), en su segunda obra Preventive Medicine for the Doctos and his Community
plantean una versión más sofisticada del origen multicausal de la enfermedad, en ésta se expuso
la triada ecológica y la Historia Natural de la Enfermedad.

BIBLIOGRAFIA

Bersh, David. (1984) El fenómeno de la salud. Colombia: ICFES, ASCOFAME.

Cardona, Alvaro. (1995) Historia, ciencia y salud-enfermedad. Medellín: Zeus asesores Ltda.
Primera edición.

Curcio B., Carmen Lucia. (SF). Desarrollo científico proceso salud-enfermedad. Manizales:
Documento sin editar

González, A. et all. (2002). Análisis de la construcción teórica entorno a limitación funcional y


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