A principios del siglo XX en Europa reinaba un ambiente de
euforia, agitación y confianza relacionado a los avances técnicos, científicos y la fe en el progreso, en este contexto, surgen artistas que revelan la fragilidad y pequeñez del individuo.
Las vanguardias artísticas de la época, postulaban una nueva
forma de experimentar e idearon un arte que se basaba en la liberación de los instintos y la reflexión del tiempo presente, además de romper con las formas clásicas de pensar lo artístico y lo estético. Con estas ideas, mostraron el lado decadente de la sociedad, el contraste entre las clases sociales y la miseria. Su objetivo, hacer una representación cruda de la realidad.
En este contexto y como una de las primeras vanguardias, surge
el movimiento expresionista principalmente en Alemania. Este movimiento, plasmaba el grito de horror y desesperación ante el ambiente de guerra. El artista expresionista buscaba imprimir su huella en los objetos, hacer arte a partir de los sentimientos, de manera subjetiva, abstracta y difícil de interpretar.
A la par de expresionismo, y en el mismo periodo, aparece en
Alemania el movimiento de danza moderna, sus iniciadores fueron Rudolf Von Laban, Mary Wigman y Kurt Joos. Tras decadas de experimentación coreográfica esta nueva tendencia que se proponía en Alemania junto con las experimentaciones paralelas en la época de las pioneras americanas como Isadora Duncan y Ruth St. Denis fueron la semilla y verdadera fuente de la danza moderna y contemporánea del siglo XX.
Basados en una nueva forma de trabajar con el cuerpo, los
integrantes de este movimiento rompieron con las formas de la danza tradicional (ballet clásico) hasta transformarla. Una nueva estética de movimiento corporal en la cual no dominaba la métrica, el ritmo, los saltos o los pasos previamente establecidos eran la base de su estilo. Tras aceptar el lado oscuro del hombre, para ellos el ser humano ya no era únicamente “bello y estilizado”. Recobran el movimiento libre y lograron una interacción más dinámica con el espacio. Algunas otras características de este movimiento en la danza son que explota todas las posibilidades de la autoexpresión corporal, realiza movimientos abruptos en donde el ser humano parece quebrarse por su fragilidad y su desamparo, el cuerpo se contrae a raíz del sufrimiento (contrario al ballet con el pecho erguido) y se abandonan las zapatillas de ballet.
Me llama la atención el hecho de encontrar en los textos que
escriben acerca de danza que fueran en su mayoría mujeres las iniciadoras de este movimiento nuevo en una época en la que romper con lo establecido no era tan sencillo, y considero que menos fácil para las mujeres.
Sobre todo, hablando de danza, si consideramos que en aquel
tiempo las bailarinas ejecutaban a partir de lo que se les indicaba (pensar en sus propias maneras de interpretar no existía) siendo siempre del sexo opuesto la persona que se dedicaba a construir lo que se pretendía mostrar coreográficamente. Así que partiendo de este punto (hablando dentro del tema de la danza y estoy segura que sucede igual en el resto de los temas), las mujeres estaban totalmente limitadas en lo referente a la libertad de poder expresar por si mismas en el trabajo de su interpretación y ejecución de sus pasos.
El hecho de que lograran establecer un cambio, una nueva
manera de hacer y entender a la danza como se menciona en el texto de Susan Allene Manning y Mellissa Benson, desde la perspectiva de la liberación es algo que agradezco y considero importante para el desarrollo interpretativo de cualquier bailarina.
"El bailarín del futuro no bailara en forma de ninfa o hada sino
en la forma de una mujer en su mejor y mas pura expresión" "Bailará la libertad de una mujer". Creo que mencionar que me identifico con la frase anterior viene sobrando, puesto que en mi formación dentro del ballet clásico durante 30 anos de mi vida, no me permitían ver a la danza de otra forma mas que guiada en todos los sentidos. Es decir, completamente limitada en cuanto a esa libertad de expresión y movimiento de la que he venido mencionando.
Aunque reconozco que me ha sido difícil aceptar y entender,
cada vez me resulta mucho más interesante esta nueva manera de ver a la danza pues al igual que todas aquellas mujeres en ese entonces, me ha ayudado a liberarme de tanto código establecido creo que para el bien de lo que actualmente hago.
Aunque parezca hasta cierto punto reiterativo, me interesa
enfatizar en lo que he venido mencionando en los párrafos anteriores. Como sabemos, vivimos en una sociedad dominada por los hombres, en donde la mujer, es siempre relegada a un segundo plano implicando de alguna manera que las mujeres tienen un "menor grado de humanidad" por decirlo de cierta manera.
Si la reflexión que presento en el párrafo anterior es cierta
(desafortunadamente) aún en nuestros días, no puedo siquiera imaginar lo que era en la época en que se desarrolló la danza moderna y el movimiento artístico expresionista. De alguna manera, estoy convencida de que esto que hoy conocemos como "vanguardias artísticas" fue un movimiento que no solo reformo el arte sino que como vemos, reformo incluso el papel de la mujer en la sociedad.
Es evidente que si revisamos la historia del arte en general, y
particularmente de las artes plásticas, la música y el teatro, el 90% de las referencias que encontraremos serán de hombres, sin embargo, en la danza disciplina generalmente olvidada en los relatos del arte del siglo XX, nos daremos cuenta de que nuestra disciplina funcionó como bastión creativo de las mujeres de la época, esto último, me lleva a reflexionar que tal vez por lo mismo (el importante papel que las mujeres jugaron en esa época) la danza ha sido dejada de lado en el relato del arte expresionista en general.