El término “educación para la salud” hasta la década de los años 60,
se entendía como la acción de enseñar para prevenir y curar las enfermedades, se le llamó “educación sanitaria”. En 1962, en la época de la alianza para el progreso, se le asigna a la educación sanitaria un papel protagónico para ayudar a la convivencia entre los pueblos, especialmente para los países llamados subdesarrollados o del tercer mundo. Representaba el esfuerzo de la comunidad para adaptarse a nuevas situaciones en momentos caracterizados por el miedo y la angustia. Se intentaba realizar el cambio social de los pueblos con el mínimo de violencia y tensión. Los fracasos de los resultados fueron atribuidos a la no planificación y a su limitada difusión y acción; por ello en la séptima reunión internacional para la educación sanitaria, se recomendó que las técnicas de educación estuvieran orientadas a modificar conductas del individuo, la familia y la comunidad y se daba especial énfasis a la comunicación de masas a a la educación escolar. El método de enseñanza- aprendizaje orientó sus contenidos al aprendizaje de prácticas para la utilización de los servicios de salud, entre ellos la planificación familiar y el control de las enfermedades de transmisión sexual (hoy its) y de las enfermedades infecciosas como la tuberculosis, la malaria, entre otros. En 1973 en la octava conferencia internacional para educadores sanitarios realizada en parís, se le asignó por primera vez a la educación sanitaria un rol básico en el discurso sobre “la calidad especial de vida”, considerado de despegue hacia el desarrollo, independientemente de las condiciones económicas.
Los medios de comunicación entraron a jugar un papel importante, en
el que los mensajes impartidos a toda la comunidad era la modalidad más utilizada. La metodología de instruir individuos para que paulatinamente se instruya la sociedad se acoge, y aunque la secuencia individuo-familia-comunidad se tomó como modelo, lo comunitario se concretiza en lo familiar, centrándose todos los esfuerzos en este nuevo eje: el núcleo familiar a través de la mujer y los hijos, especialmente los adolescentes. Como parte importante del método se señala que se trataba de impartir conocimientos, que la enseñanza estaba basada en la supuesta ignorancia de las gentes en materia de salud, necesitándose para esto de un educador adiestrado en dar charlas y usar material audiovisual sobre salud. Posterior a esto se impone la “propaganda sanitaria”, ya que se hacía el análisis que educar es asunto de convencer, se pensaba que había resistencia de la gente para comprar ideas sobre salud y quien servía era aquel capaz de vender ideas de salud. Más adelante se vio la necesidad de incorporar la investigación y evaluación en el proceso de educación en salud, fue la época del auge de las técnicas de educación, donde el concepto educativo que predomina es aquel que “educar es asunto de utilización adecuada de técnicas educativas”. El educador apropiado sería aquel adiestrado en técnicas de educación de grupo. El auge en aspectos de planificación de la salud y de la educación sanitaria en los años setenta, dio lugar a comprender que la educación es un proceso de cambios de conducta de interés para la salud pública y que esta planificación se inicia teniendo en cuenta el diagnóstico de la situación de las necesidades educativas en salud, de una población determinada. En este momento el indicado para ser educador, era aquel adiestrado en los ciclos de la conducta y en salud pública. Con la declaración de alma atta de la meta mundial “salud para todos en el año 2000”, la educación en salud se constituye en un componente esencial de la atención primaria, que conjuntamente con el componente de participación de la comunidad se proponen como claves para el cumplimiento de los principios de igualdad, equidad, universalidad y eficiencia para el logro del cumplimiento de la meta. fue así como la OMS definió la educación para la salud, como “proceso que desarrolla en el individuo la capacidad de pensar, comparar, seleccionar y utilizar información y técnicas en salud, adecuadas a sus particularidades bio-socioeconómicas, estructurando en los individuos un máximo de conceptos y actitudes, capaces de llevarlos a la autodeterminación eficaz en salud”. este concepto orientó las acciones de educación en salud en toda la época de los ochenta, favoreciendo la participación de diversos actores como educadores en salud, dándole especial connotación a la interdisciplinariedad e intersectorialidad y es así como aparecen los vigías de la salud del sector educativo, los agentes educativos en salud, los líderes comunitarios, entre otros; igualmente aparecen gama de profesionales (médicos, enfermeras, entre otros) haciendo actividades de educación en salud.
En el año 1989 el día mundial de la salud se celebra con el lema
“hablemos de la salud”. Se dimensiona el concepto de salud y de la educación en salud con énfasis en la comunicación Social, imprimiéndole un carácter de desarrollo social y humano, que va mucho más allá de la Prevención y el control de las enfermedades. Como debe de ser un educador para la salud cual debe ser su formación profesional y que es la educación continua. COMO DEBE DE SER UN EDUCADOR PARA LA SALUD
Debe de gestionar programas de educación para la salud que tienen
como objetivo ayudar a los individuos, familias y a la comunidad en su conjunto a maximizar y mantener estilos de vida saludables. Recolectan y analizan datos con el fin de identificar las necesidades de la comunidad para poder planificar, implementar, monitorear y evaluar programas diseñados para fomentar estilos de vida, políticas y ambientes saludables. Pueden desempeñar funciones de asistencia para individuos, colaborar con otros trabajadores dedicados al cuidado de la salud o de la comunidad y pueden administrar recursos fiscales destinados a programas de educación de la salud.
COMO DEBE DE SER LA FORMACIÓN PROFESIONAL DE UN
EDUCADOR PARA LA SALUD
Las prácticas de EpS en el marco de la formación del pregrado de
enfermería, se caracterizan por desarrollarse según los participantes, básicamente en el escenario comunitario, que constituye según el currículo de la facultad, un espacio de cuidado a colectivos por fuera del ámbito hospitalario.3 En el ámbito clínico, se identifica el desarrollo de acciones educativas que, aunque no son reconocidas específicamente como EpS, tienen en su esencia, una intencionalidad y un ejercicio pedagógico. En el escenario comunitario, las prácticas de EpS se conciben por los estudiantes como acciones realizadas con comunidades y colectivos humanos en condiciones de precariedad económica, afectiva y cultural; condiciones que se reconocen como poco favorables para la salud de las personas. Así, la educación se percibe como una práctica compleja que, en ocasiones, no logra impactar tales condiciones, puesto que durante las prácticas académicas se desarrolla por medio de acciones de corta duración y corresponde a intervenciones puntuales e inmediatistas, según los participantes: “La educación para la salud es mucho más difícil. Me parece que es muy compleja por el hecho de que son personas que no tienen lo básico. Que uno sabe muchas veces que necesitan el agua y la necesitan potable, entonces a uno se le ocurren millones de ideas, pero entonces el tiempo es corto y la educación para la salud debe ser muy inmediata”. El proceso educativo inicia con el análisis del contexto social del individuo o del colectivo participante, continúa con el diagnóstico de la situación de salud y/o de las necesidades acerca del saber o el desconocimiento sobre un aspecto determinado relacionado con la salud, la enfermedad o el cuidado. Viene luego la planeación y ejecución de intervenciones educativas dirigidas a la superación de los problemas identificados. La planeación de los encuentros educativos con las comunidades se realizan teniendo en cuenta cuatro fases: exploración del saber del grupo sobre el tema, desarrollo teórico del mismo, informando lo máximo eficientemente, su culminación sacando conclusiones y evaluación del aprendizaje. Este proceso tiene en cuenta, según los participantes, las expectativas, deseos y características del colectivo, así como las del educador estudiante/docente- que permite llegar a las personas, sus valores, cualidades y capacidades para estimular la atención del otro, mostrándole “el poder que tiene sobre su futuro”, al prevenir la enfermedad. En estas prácticas educativas, los participantes expresan que el lugar del otro –la comunidad- es el de protagonista, el “objetivo y centro” de la planeación educativa en el sentido que es quien “da la pauta de lo que desea saber”. Sin embargo, como aspecto que contradice la acción discursiva, en el desarrollo de las acciones educativas, se observa que el otro cumple el papel de receptor pasivo de la información, pues el educador -el estudiante/docente- es el único que la provee, aunque tenga la intención de una relación horizontal y se hagan algunos consensos para lograr un aprendizaje que se espera, sea de doble vía: “el uno va a aprender del otro y el otro del uno” Por otro lado, la educación en el ámbito clínico tiene una connotación diferente para los participantes del estudio, pues en sus términos, la educación que allí se realiza no corresponde a un proceso relacionado con EpS: “O sea, nos enfocamos mucho en clínica, ¿si me entiende? Es como ah, brinda educación y ya, no es tanto educación para la salud…”. Ello se explica según los participantes porque, en primer lugar, las acciones educativas que se llevan a cabo en el escenario clínico, son principalmente: dar información puntual, “para el momento”, tipo tips o instrucciones: “uno sí intenta educar al paciente, estar con él ahí y darle pues como los tipos que uno cree que necesita en el momento de acuerdo a sus necesidades, pero educación para la salud como tal, no se ve”. En segundo lugar, las acciones educativas están centradas en un enfoque preventivo o morbicéntrico, en palabras de los estudiantes, están “enfocadas en la enfermedad” tal como lo expresa uno de los participantes: “en esta educación voy a decirle a un paciente… cómo se cuida pero con respecto a una patología. Voy a hacer es una educación como más preventiva”. En este sentido, los estudiantes reconocen que “no se trata al otro como una persona, sino como una enfermedad”. Al ser puntual y principalmente centrada en la enfermedad, la educación en la clínica por lo general, se describe como una acción individual, dirigida al paciente; acción que se realiza durante la exploración física o al final, en el momento del alta hospitalaria: “los pacientes viven muy agradecidos porque nosotros vamos, les damos educación si algo está fallando, algo pues como puntual…Hay pacientes que tienen múltiples patologías, entonces el error que uno ve muchas veces en los servicios es que toda la educación y todas las recomendaciones, todo eso se lo dicen o se lo vomitan, como una vez me dijo un paciente, a lo último, ya cuando él se va a ir, ya cuando él está cansado de una hospitalización”. Finalmente, los participantes identifican una contradicción entre lo expresado por los docentes en las clases sobre la EpS y lo que ellos evidencian en las prácticas, especialmente en el escenario clínico, pues no encuentran relación entre el discurso teórico, el hacer y la evaluación realizada posteriormente, lo cual tiene que ver básicamente con los procedimientos que se realizan, por ello, los estudiantes concluyen que es necesario que aquello que nombramos en el proceso formativo como EpS, se materialice en asuntos más tangibles que permitan concretar en la práctica, el discurso que se teje en la teoría: “…a uno le hablan mucho en las clases de que uno tiene un rol educador, que no sé qué, que no sé cuántas, pero cuando usted está en la clínica a usted le están evaluando es cada procedimiento que hace…entonces es necesario conceptualizar eso [la EpS], en cosas más tangibles, que uno diga, ah bueno, podemos hacer esto...”
¿QUE ES EDUCACIÓN CONTINUA?
La educación continua es a una variedad de diseños de aprendizajes
que motivan y mantienen al día a los estudiantes mediante el uso de aplicaciones y herramientas tecnológicas que les permiten alcanzar sus metas profesionales. Realizada después de la educación obligatoria, puede entenderse como una formación que puede extenderse indefinidamente. También hace referencia a lo que se conoce como educación permanente, es decir, un sistema de enseñanza-aprendizaje que es diseñado por especialistas en distintas áreas con la intención de propiciar la actualización profesional en temas relacionados a cada disciplina. Los cursos en línea se distinguen por la flexibilidad, puesto que brinda la oportunidad de generar aprendizaje a cualquier hora del día y en cualquier lugar; cuyo objetivo es el de formar futuros profesionistas que sean capaces de explorar nuevos ámbitos laborales mediante el manejo de las herramientas y plataformas tecnológicas. Hoy en día cada vez más los requisitos que se deben tener para poder ser un profesionista con éxito, el estar en constante aprendizaje tecnológico, permite encontrar mejores oportunidades y propuestas que le ayuden a incrementar su nivel intelectual y profesional.