Sei sulla pagina 1di 18

Kornfeld, Laura (2010) “Construcciones ponderativas y patrones fonológicos en el

español de la Argentina”, en Cuadernos del Sur 38 (Universidad Nacional del Sur,


Bahía Blanca). ISSN 1668-7426, pp. 125-142.

Construcciones ponderativas y patrones fonológicos


en el español de la Argentina

Laura Malena Kornfeld*

Resumen
El presente trabajo se propone indagar el funcionamiento de una serie de
construcciones que involucran patrones fonológicos particulares, con entonación
suspendida, enfática o acentuada, y, en particular, la construcción “LO + adjetivo”,
como en María es LO inteligente/ aburrida/ linda/ fea/ desprolija, propia del español
hablado en la Argentina. Así, el patrón entonacional de la construcción con LO la
emparenta al caso de los determinantes acentuados con valor ponderativo de Tiene LA
plata (cfr. Di Tullio & Masullo, 1996), pero, paralelamente, al combinarse con adjetivos
se asemeja al de ponderativo con entonación suspendida de Es de lindo... (cfr. Di Tullio,
2004) y al llamado “lo enfático” con entonación exclamativa o suspendida, como Lo
interesante que es ese libro (cfr. Bosque & Moreno, 1989; Leonetti, 1999). Este trabajo
pretende, por un lado, discutir qué tipo de construcción se encuentra involucrado: si LO
es un determinante y la construcción tiene carácter nominal, al igual que el lo sin valor
ponderativo (cfr. Kornfeld & Saab, 2005), o si actúa en realidad como un modificador
de Grado, como ocurre en el caso antes mencionado del lo enfático. Por otro lado, se
establecen las principales propiedades gramaticales de LO: significado, función
sintáctica, combinatoria con adjetivos y compatibilidad con distintas modalidades
oracionales, patrones de concordancia.

Palabras clave: construcciones ponderativas, patrones fonológicos, español de la


Argentina

*
Universidad Nacional de General Sarmiento, Universidad de Buenos Aires, CONICET. Dirección
electrónica: laura_malena@yahoo.com.ar.

1
Abstract
This paper intends to analyze several constructions in which phonological
patterns are involved, with suspended, emphatic or stressed entonation, and –
particularly– the Argentinian Spanish construction “LO + adjective”, as in María es LO
inteligente/ aburrida/ linda/ fea/ desprolija. The phonological pattern of this LO
construction is directly related to the stressed determiners with ponderative value in
Tiene LA plata (cf. Di Tullio & Masullo, 1996), but it is also related to other adjective
constructions as the ponderative de with suspended entonation of Es de lindo... (cf. Di
Tullio, 2004) and the so-called “emphatic lo”, with exclamative or suspended
entonation, as in Lo interesante que es ese libro (cf. Bosque & Moreno, 1989; Leonetti,
1999). On the one hand, this paper intends to discuss which is the nature of the
construction: whether LO is a determiner, as in the lo without ponderative value (cf.
Kornfeld & Saab, 2005), or whether it is actually a Degree modifier, as in the case of
the “emphatic lo”. On the other hand, the main grammatical properties of LO are
characterized: meaning, syntactic function, combinatory with adjectives, compatibility
with different sentential modalities, patterns of concord.

Keywords: ponderative constructions, phonological patterns, Argentinian Spanish

El presente trabajo se propone comparar el funcionamiento de una serie de


construcciones ponderativas que involucran patrones fonológicos particulares, con
entonación suspendida, enfática o acentuada, desde una perspectiva generativa. En
particular, nos centramos en las características de la construcción “LO + adjetivo”,
propia del español hablado en la Argentina, que nunca ha sido estudiada en la
bibliografía gramatical y que presenta similitudes y diferencias con el resto de las
construcciones ponderativas.

(1) María es LO inteligente/ aburrida/ linda/ fea/ desprolija / honesta / capaz.

En la primera sección revisamos una serie de construcciones emparentadas que


suponen la aparición de un patrón fonológico particular: el de ponderativo con

2
entonación suspendida de Es de lindo... (cfr. Di Tullio, 2004), el llamado “lo enfático”
de Lo inteligente que es Amelia (cfr. Bosque & Moreno, 1989) y los determinantes
acentuados o enfáticos del tipo Tiene LA plata (cfr. Di Tullio & Masullo, 1996). En la
segunda sección, proponemos un análisis de la construcción “LO + adjetivo”, para lo
cual describimos sus propiedades sintáctico-semánticas. Nos ocupamos particularmente
de caracterizar su significado, su función sintáctica, sus posibilidades combinatorias con
determinados adjetivos, su compatibilidad con distintas modalidades oracionales y sus
patrones de concordancia, con el fin de discutir los posibles análisis que puede recibir
esta construcción.

De este modo, esperamos hacer un aporte teórico y empírico relevante al


conocimiento sobre la cuantificación de grado, que, como señala Bosque (2001), reúne
una serie de fenómenos aún muy poco estudiados del español. Más aún, nos centramos
en una serie de construcciones con particulares características, puesto que en ellas un
patrón entonativo “reemplaza” a una expresión cuantificativa literal; en otros términos,
se trata de oraciones en las que el fenómeno de orden fonológico resulta imprescindible
para interpretar correctamente la oración, ya que desencadena una determinada lectura
semántica. Por lo demás, el trabajo supone una contribución al conocimiento del
español hablado en la Argentina y, en especial, al estudio de sus recursos evaluativos y
expresivos, en los que se comprueba la mayor variación entre dialectos.

I. CUANTIFICACIÓN Y PATRONES FONOLÓGICOS

En esta sección, presentamos tres fenómenos que involucran patrones


fonológicos particulares, con entonación suspendida, enfática o acentuada, y que se
vinculan desde el punto de vista semántico con la cuantificación con valor ponderativo.
Los tres han sido descriptos y analizados en diversos artículos especializados, a los que
remitimos oportunamente. En primer lugar, presentamos el caso del llamado “de
ponderativo” con entonación suspendida, propio del español de la Argentina, como en
el caso de Es de lindo..., cuyo análisis puede extenderse a casos como Es más bueno... o
Hace un frío... (cfr. Di Tullio, 2004). Luego, nos centramos en el llamado “lo enfático”
con entonación suspendida o exclamativa, que aparece tanto en el español peninsular
como en las variedades americanas, aunque con propiedades diversas, como en Lo
interesante que es ese libro o Si vieras lo inteligente que es Juan... (cfr. Bosque &
Moreno, 1989; Leonetti, 1999). Por último, caracterizamos a los determinantes

3
acentuados o enfáticos del tipo Se compró EL auto o Tiene LA plata (cfr. Di Tullio &
Masullo, 1996), propios también del español de nuestro país.

I.1) El de ponderativo

Di Tullio (2004) analiza el valor ponderativo de una serie de construcciones con


entonación suspendida del español rioplatense, entre las que se cuentan las siguientes:

(2) a. Es de simpático…
b. Está de flaca…
c. Lo compró de barato…
d. Tiene unos ojos de grandes…
(3) a. Es más bueno…
b. Dice cada disparate…
c. Hace un frío…
d. Se portó tan mal…

Las construcciones de (2), a las que Di Tullio dedica su artículo, son estructuras
modalizadas propias del español rioplatense coloquial, que contienen la partícula de
seguida de un sintagma adjetivo o, también, adverbial o nominal: Está de lejos... / Trajo
de chocolates... Al igual que las construcciones de (3), se caracterizan por un esquema
tonal suspendido propio de una construcción incompleta o “abierta”, ya que el final no
es descendente, como el de las oraciones declarativas o el de las exclamativas
pronominales, ni tampoco marcadamente ascendente, como el de las interrogativas. La
entonación suspendida permite la gramaticalidad de la oración y, de hecho, las
secuencias serían agramaticales si se les superpone una entonación “cerrada”. Di Tullio
observa que todas las construcciones de (2-3) forman parte del grupo de las
exclamativas no pronominales, que carecen de palabras exclamativas especializadas,
pero contienen elementos funcionales que, en combinación con la entonación
suspendida, se reciclan como partículas ponderativas. Así, en los ejemplos de (2), el
cuantificador es el de ponderativo; en los de (3), puede ser un término especializado
(como más y tan) o no (cfr. el determinante indefinido un o el distributivo cada). Todas
indican el grado en que se cuantifica una cierta propiedad, una entidad o un evento, ya
que hay un constituyente cuantificado (Sintagma Adjetivo, Sintagma Adverbial,
Sintagma Nominal) en posición posverbal.

4
Di Tullio agrega que los diversos elementos cuantificadores pueden interpretarse
también como el primer componente de un constituyente discontinuo trunco: una
oración comparativa (4a) o consecutiva (en los otros casos):

(4) a. Es más bueno… (que el pan).


b. Dice cada disparate… (que nos hacer reír a carcajadas).
c. Hace un frío… (que pela / glacial / de perros).

I.2) El “lo enfático”

Otra construcción del español vinculada con los modificadores de Grado que
tiene también entonación suspendida o exclamativa es el llamado “lo enfático”1, que se
reconoce en casos como los siguientes (cfr. Bosque & Moreno, 1990; Leonetti, 1999):

(5) a. Lo interesante que es ese libro...


b. Lo curiosa que es Amanda...
c. Lo guapo que te encuentro... (ejemplos de Leonetti 1999: 828)

Leonetti observa que, desde el punto de vista semántico, las construcciones de (5)
equivalen a exclamaciones: ¡Qué interesante (que) es ese libro!, ¡Cuán curiosa es
Amanda! En español peninsular, pueden aparecer tanto en oraciones principales como
en subordinadas. Vale la pena observar que, por el contrario, en español rioplatense los
ejemplos de (5) son agramaticales (o, al menos, muy marginales), ya que en la oración
principal se prefiere claramente el uso del pronombre exclamativo qué. En cambio, la
construcción con “lo enfático” es perfectamente natural en cláusulas subordinadas,
como la de (6):

(6) Si supieras lo interesante que es ese libro / lo curiosa que es Amanda...

Entre las diferencias entre el “lo enfático” y el “lo normal”, se cuentan los
patrones de concordancia, tal como han notado Bosque & Moreno (1990). Con el “lo
normal” solo es posible la forma masculina singular del adjetivo (cfr. 7), mientras que
las construcciones de (5) exigen concordancia con el nombre (cfr. 8):

(7) a. Lo interesante del libro son las citas / Lo curioso de Amanda es su conducta
b. *Lo interesantes del libro son las citas/ */ Lo curiosa de Amanda es su conducta
(8) a. Lo interesantes que son esos libros/ Lo curiosa que es Amanda

1
Si bien reproducimos este nombre por ser utilizado en la bibliografía, la entonación de esta construcción
es exclamativa o suspendida.

5
b. *Lo interesante que son esos libros/ *Lo curioso que es Amanda

Según Bosque & Moreno, los contrastes de (7-8) indican que lo encabeza una
construcción nominal en el primer caso, y fuerza, así, la concordancia por defecto, en
masculino singular, en el adjetivo. En cambio, en (8) lo funciona como una expresión
cuantificativa (i.e., un modificador de Grado) del adjetivo, lo cual se desprende de la
concordancia del adjetivo con el nombre al que se refiere.

I.3) Los determinantes acentuados LA/ EL

Los dos fenómenos anteriores mantienen una relación obvia con la construcción
de LO que presentamos en (1) en la medida en que se vinculan (ambas) con adjetivos
calificativos o graduables. Sin embargo, desde el punto de vista fonológico, las
construcciones con LO de (1) no tienen entonación suspendida y se asemejan más a las
construcciones del español rioplatense que involucran los determinantes acentuados (o
enfáticos) con valor ponderativo de (9):

(9) a. Compró EL auto


b. Tiene LA plata (cfr. Di Tullio & Masullo, 1996)

Di Tullio & Masullo observan que la falta de referencialidad del artículo en


oraciones como las de (9) queda de manifiesto por la posibilidad de que aparezca en
construcciones donde debería estar vedado cualquier determinante (predicados
existenciales, locuciones con verbo liviano, etc.), como muestran los siguientes
ejemplos:

(10) a. Había LA gente en esa reunión.


(cfr. *Había la gente en esa reunión.)
b. Pablo hizo EL uso del método
(cfr. *Pablo hizo el uso del método.)
c. Patricia tiene LOS ojos.
(cfr. *Patricia tiene los ojos.)

Según Di Tullio & Masullo (1996), la construcción tendrá una interpretación


distinta de acuerdo con la naturaleza del nombre que acompañe el determinante
acentuado: cualitativa si el nombre es contable (como en 9a) o cuantificativa si es de
masa (como en 9b). Más concretamente, estos autores suponen que el significado de la
construcción con el determinante acentuado es superlativo o elativo, lo que quedaría de
manifiesto al introducir la coda correspondiente mediante un sintagma preposicional:

6
(11) a. Pablo tiene LAS casas de la ciudad.
(cfr. Pablo tiene las casas más caras de la ciudad.)
b. Hoy di LA clase de mi vida.
(cfr. Hoy di la mejor clase de mi vida.)
c. Miterrand fue EL estadista de la Francia de la posguerra.
(cfr. Miterrand fue el más grande estadista de la Francia de la posguerra.)
En cambio –observan-, los nombres que funcionan como modificadores de EL / LA no
pueden ser acompañadas por cláusulas relativas o por adjetivos calificativos, como
muestran los siguientes ejemplos:

(12) a. *Pablo compró EL auto que estaba en promoción.


b. *Pablo compró EL auto precioso.

II. ANÁLISIS DE LO

En esta sección intentamos proporcionar un análisis para la construcción “LO +


adjetivo”, tomando en cuenta las características que la emparentan con un Sintagma de
Determinante, esto es, con el ámbito nominal, siguiendo la caracterización original de
Abney (1987, véase también Bosque, 1996, para el español), y aquellas que la asemejan
a un Sintagma de Grado, dándole, pues, un carácter adjetivo. En primer lugar,
presentamos en detalle las dos posibilidades de análisis, tomando en cuenta los análisis
que se han propuesto en la bibliografía para construcciones análogas, como las
estudiadas en la sección 1. En segundo lugar, para evaluar qué análisis es el más
adecuado, realizamos una caracterización exhaustiva de la construcción con “LO +
adjetivo”, que, como ya hemos señalado, nunca ha sido llevada a cabo previamente en
la bibliografía gramatical. En particular, tomamos en cuenta sus propiedades sintáctico-
semánticas, poniéndolas en relación con las construcciones ponderativas analizadas en
la sección previa: su significado, su función sintáctica, las posibilidades de combinación
con algunos adjetivos, su compatibilidad con distintas modalidades oracionales, los
patrones de concordancia. Finalmente, proponemos un análisis que da cuenta, desde
nuestro punto de vista, de las propiedades gramaticales más relevantes de la
construcción.

II.1) Dos análisis posibles

Al referirse al fenómeno del “lo enfático”, Leonetti (1999: 830) ha notado que es
posible proporcionar dos análisis distintos para la construcción, dependiendo de los

7
datos en que nos basemos. En la primera posibilidad, el lo sería un determinante, lo cual
estaría sostenido en el obvio paralelismo con los artículos no enfáticos. Por otro lado, el
patrón de concordancia del adjetivo (cfr. ejemplos de 8) lleva a pensar que el “lo
enfático” no funciona como un determinante, sino, como afirman Bosque & Moreno
(1989), como un cuantificador que opera sobre el adjetivo. Nótese que, como señala
Leonetti (1999), cada uno de los análisis se basa en una propiedad distinta, que parecen
contradictorias a simple vista.

Una ambigüedad semejante entre dos análisis posibles, paralelos a los planteados
por Leonetti, puede encontrarse para la construcción de “LO + adjetivo”:

Análisis 1: En el caso “normal”, cuando carece de valor ponderativo, lo ha sido


considerado un determinante con valor pronominal, o, en otros términos, un
determinante que toma como complemento no un SN sino otro tipo de construcción, por
ejemplo un SA, aunque no exclusivamente, como muestran las distintas posibilidades de
(13) (cfr. Bosque & Moreno, 1990; Leonetti, 1999; Kornfeld & Saab, 2005).

(13) a. Lo importante es que viniste


b. Lo de Juan me trastornó
c. Lo que quieras es muy importante.

En favor de esta hipótesis, hay un claro paralelismo entre la distribución de lo y las


estructuras correspondientes a la elipsis nominal: SSAA (ejemplos a de 13 y 14), SSPP
encabezados por de (ejemplos b) y cláusulas relativas especificativas (ejemplos c):

(14) a. El muchacho alto es más inteligente que el bajito.


b. El tío de María y el de Pedro fueron juntos al cine.
c. Mamá se lleva bien con la vecina que se entera de todo y con la que no sabe nada.

Una primera hipótesis es, pues, que LO sea el núcleo de un Sintagma de Determinante,
al igual que el “lo normal”.

Análisis 2: Otra posible hipótesis es considerar que LO encabeza un Sintagma de


Grado, puesto que cuantifica la propiedad designada por el adjetivo. En esa visión, el
estatuto de LO sería básicamente el mismo que el de cuantificadores de Grado
especializados como muy, tan, bastante, casi. El análisis se asemeja, así, al que Bosque
& Moreno proponen para el “lo enfático”, basándose en los datos de la concordancia, y

8
también al que plantea Di Tullio (2004) para el de ponderativo y otras construcciones
análogas (cfr. I.1), en el que un determinado patrón entonacional (en este caso, la
acentuación) indica la interpretación cuantificadora de un ítem funcional o cuasi
funcional, que carece normalmente de dicha interpretación.

II.2) Caracterización de LO

Con el fin de evaluar qué análisis es mejor y por qué, repasamos a continuación
una serie de características relevantes de LO, relativas a su significado, su función
sintáctica, las posibilidades de combinación con algunos adjetivos, su compatibilidad
con distintas modalidades oracionales, los patrones de concordancia.

Desde el punto de vista sintáctico, cabe destacar que los adjetivos a los que
modifica LO solo pueden funcionar como predicativos (cfr. 15a) y no como
modificadores en el ámbito nominal (cfr. 15b):

(15) a. Es/ Parece/ Se volvió LO gracioso/ agrandado/ roñoso/ amable/ interesante/ feo.
b. *Es una casa LO kitsch. / * Un chico LO ocurrente me dijo que...

Más aún, el predicativo que encabece LO solo puede depender de verbos como ser,
parecer o volverse, pero no de otros verbos copulativos como estar, encontrar(se),
poner(se), como advertimos si en (15a) disponemos otro predicado:

(15) c. *Está/ *Se encuentra/ *Se puso LO gracioso/ agrandado/ roñoso/ amable/
interesante/ feo.

Nótese que los ejemplos de (15b-c) son perfectamente gramaticales sin LO y que las
oraciones en cuestión admiten distinto tipo de modificadores de Grado: Es una casa
medio kitsch; Un chico bastante ocurrente me dijo que...; Está/ Se encuentra/ Se puso
muy gracioso/ agrandado/ roñoso/ amable/ interesante/ feo.

Los contrastes de (15a-c) sugieren que LO solo es compatible con verbos que
designan estados permanentes, y no transitorios, como verificaremos más adelante en
relación con los adjetivos. El mismo contraste entre estados permanentes y transitorios

9
se advierte cuando LO aparece con verbos que seleccionan una predicación secundaria o
predicativo objetivo2:

(16) a. Lo considera LO elegante/ correcto.


b. *Lo encontró LO correcto/ elegante.

Otra conclusión relevante de (15-16) es que, para decidir cuál de los dos
posibles análisis presentados anteriormente es preferible, no basta con observar la
construcción en la que aparece habitualmente LO, ya que la función de predicativo
puede ser cumplida indistintamente por un Sintagma de Determinante (o un Sintagma
Nominal, en la gramática generativa previa a Abney 1987) o por un Sintagma de Grado
(o Sintagma Adjetivo).

Desde el punto de vista de su función sintáctica, entonces, LO se diferencia del


de ponderativo o el “lo enfático”, que pueden combinarse con diversos verbos,
copulativos o no (cfr. ejemplos de 2 y 5-6). También difiere en cuanto a su significado:
mientras que –como se ha dicho- el de ponderativo o el “lo enfático” pueden ser
considerados exclamaciones no pronominales, como muestran las correspondientes
paráfrasis (cfr. I.1 y I.2), el LO se parafrasea adecuadamente mediante la frase [Es] lo
más grande / inteligente / pulcro / cuidadoso [que hay], que no tiene, en principio,
propiedades entonativas particulares.

Al igual que la gran mayoría de las construcciones analizadas en la sección I, el


LO “salva” una construcción que sería anormal sin un patrón fonológico particular,
como muestra la agramaticalidad de los ejemplos de (1) con una entonación “estándar”:

(17) *María es lo inteligente/ aburrida/ linda/ fea/ desprolija / honesta / capaz.

En cuanto a su combinatoria con adjetivos, LO acepta únicamente adjetivos


calificativos: no puede combinarse ni con adjetivos relacionales (cfr. 18a), ni con
adjetivos adverbiales (cfr. 18b), ni con otras clases de adjetivos delimitados (cfr. 18c):

(18) a. *Es LO petrolero/ pesquero / nominal / presidencial / japonés / universitario


b. *Es LO posible / aparente/ probable/ futuro / antiguo / continuo / constante
c. *Es LO cazador de ratones / naciente / renunciante / armable / demostrable3

2
En todos los casos, el predicativo subjetivo u objetivo debe ser seleccionado obligatoriamente por el
verbo.
3
Nótese, por lo demás, que la mayor parte de los adjetivos de (18b-c) no podría funcionar como
predicativo del verbo ser, con alguna excepción (Es posible).

10
Cabe señalar, para los casos de (18c), que los adjetivos formados con los mismos sufijos
sobre bases verbales con el rasgo [–delimitado] sí pueden combinarse con LO: Es LO
ganador/ trabajador / seductor/ increíble / confiable / desafiante/ refrescante (cfr.
Kornfeld, 2008a, para una propuesta de herencia del rasgo [+/–del] en adjetivos
derivados).

En esta primera restricción en su combinación con adjetivos, LO se acerca a


diversos cuantificadores de Grado, como muy, bastante, demasiado, etc. Además, al
igual que el “lo enfático” y el de ponderativo, no admite tampoco la presencia de
expresiones comparativas o superlativas que ya indican de por sí el grado en que debe
tomarse la propiedad que denotan, como se muestra en (19a-b) (cfr. Leonetti, 1999 y Di
Tullio, 2004 para ejemplos análogos). Con adjetivos que llevan afijos apreciativos
aumentativos, las construcciones con LO son también agramaticales o marginales (cfr.
19c) 4:

(19) a. Ese chico es LO (*muy) antipático / (*más) generoso / (*demasiado) bueno.


b. *La solución es LO óptima. / *El cuarto es LO mínimo.
c. *Ese chico es LO buenazo. / *La catedral es LO bellísima.

Ahora bien, LO presenta restricciones adicionales con respecto al resto de las


construcciones consideradas, ya que tampoco puede combinarse con adjetivos que
designen cualidades transitorias o no permanentes [stage-level predicates], como
muestra (20), dado que, como ya se ha señalado, los adjetivos modificados por LO
deben ser pasibles de combinarse con ser u otros verbos copulativos que señalen estados
permanentes (cfr. 15):

(20) *Es LO caído/ cansado/ arruinado/ contento/ feliz/ deprimido/ seco/ mojado.

Pese a ser calificativos y graduables, entonces, los adjetivos de (20) no pueden


combinarse con LO porque, al designar una propiedad transitoria, no son compatibles
con el verbo ser.

La última restricción que muestra LO en su combinatoria sintáctica es que solo


puede modificar a adjetivos evaluativos, y no a los descriptivos (cfr. los ejemplos de 1
con los de 21):

4
En cambio, sí es posible utilizar LO en combinación con ciertos diminutivos: Es LO flaquito/ blanquito/
chiquito, lo cual es coherente con el hecho de que, mientras –ísim(o) puede funcionar como núcleo de un
SGrado, otros afijos (como el diminutivo), no (cfr. Kornfeld, 2008b).

11
(21) *Es LO rojo/ negro/ alto/ gordo/ rubio/ morocho/ trigueño/ grande [sentido físico]5

En síntesis, los adjetivos que se combinen con LO deben ser necesariamente graduables
(predominantemente calificativos), evaluativos y designar propiedades permanentes
[individual-level predicates].

Otro tema central en la caracterización sintáctica de LO se refiere al hecho de


que, al igual que el “lo enfático” y al contrario que el de ponderativo (cfr. Di Tullio
2004), puede aparecer indistintamente en oraciones principales y cláusulas subordinadas
como las de (22):

(22) a. Se propuso ser LO bueno.


b. Ese chico, que es LO inteligente, me fascina
c. Se dio cuenta, finalmente, de que Juan es LO inteligente.

A su vez, en lo que hace a la compatibilidad de la construcción con las distintas


marcas de modalidad, LO no admite las preguntas (cfr. 23a) –salvo con la interpretación
de pregunta eco o polifónica (cfr. 23b)-, ni tampoco puede aparecer con órdenes, ni en
modo imperativo ni en forma negativa, con subjuntivo, como muestran (23c-d):

(23) a. *¿Juan es LO inteligente?


b. ¿Es realmente LO inteligente?
c. *Sé LO inteligente, cariñoso, honesto.
d. *No seas LO bueno, malo, tonto todo el tiempo.

A diferencia del de ponderativo y el “lo enfático”, LO sí es compatible con la negación:

(24) No será LO inteligente, pero tampoco es tonto.

El hecho de que las construcciones con entonación suspendida analizadas anteriormente


sean absolutamente incompatibles con la negación resalta el hecho de que son
tácitamente exclamativas, como supone Di Tullio, y por lo tanto tienen las restricciones
esperables en relación con la modalidad. En cambio, LO es de otra naturaleza: un
elativo que señala el grado máximo y que se parafrasea, como se ha dicho, por medio de
la frase [Es] lo más grande / inteligente / pulcro / cuidadoso [que hay].

5
Los ejemplos de la nota 2 no contradicen esta afirmación, ya que la aparición del sufijo apreciativo
vuelve evaluativas a bases inicialmente descriptivas.

12
No parece casual que las propiedades de LA/EL, que según Di Tullio & Masullo
tienen también valor elativo, sean muy semejantes a las de LO: LA/ EL aceptan la
aparición en subordinadas (cfr. 22 y 25), admiten solo preguntas eco, no aceptan
órdenes (cfr. 23 y 26) y son compatibles con la negación (cfr. 24 y 27):

(25) a. Se propuso tener LA plata.


b. Ese chico, a pesar de que sus padres tienen LA plata, vive modestamente.
c. Me dijo/ Piensa que Juan tiene LA plata.

(26) a. *¿Juan tiene LA plata?


b. ¿Tiene realmente LA plata?
c. ?? Comprá LA casa.
d. *No tengas LA plata.
(27) No tendrá LA plata, pero tampoco es un pobretón.

Por último, cabe destacar que el LO se diferencia centralmente del “lo enfático”
(que tiene concordancia obligatoria con el nombre, cfr. Bosque & Moreno 1989) porque
admite dos patrones distintos de concordancia del adjetivo en género y número. Así, en
los mismos contextos con LO surgen dos alternativas para la realización del adjetivo:
que no haya concordancia (y aparezca por defecto la forma masculina singular), como
en (28) y en paralelo con el “lo normal” de (7), o que el adjetivo establezca
concordancia en género y número con el sujeto, como en (29), al igual que con el “lo
enfático” de (8):

(28) a. María es LO lindo.


b. Los hijos de María son LO lindo.
(29) a. María es LO linda.
b. Los hijos de María son LO lindos.

Si bien el patrón de (28) es mucho menos frecuente que el de (29) (y, al revisar el
trabajo, puede corroborarse que los datos generalmente muestran concordancia del
adjetivo con el nombre), ambos patrones son posibles, lo que deberá tomarse en cuenta
al proponer un análisis para el LO.

II.3) Análisis y formalización

A partir de los datos vistos previamente, los dos análisis propuestos en II.1)
siguen resultando igualmente factibles. En particular, observamos los datos

13
“contradictorios” en relación con la concordancia que se exhiben en (28-29), que
permiten indistintamente tomar a LO como un determinante (ya que puede ocasionar
falta de concordancia en el adjetivo, cuando aparecerá por defecto la forma masculina
singular) o como un modificador de Grado (ya que puede desencadenar la concordancia
en género y número del adjetivo con el sujeto), en exactamente los mismos contextos.

Un dato importante a considerar es la distribución complementaria de LO (y


también del “lo enfático”) con otros elementos de Grado, que hemos destacado en (19)
y que reproducimos a continuación:

(19) a. Ese chico es LO (*muy) antipático / (*más) generoso / (*demasiado) bueno.


b. *La solución es LO óptima. / *El cuarto es LO mínimo.
c. *Ese chico es LO buenazo. / *La catedral es LO bellísima.

Cabe destacar que esta distribución complementaria no se da con el “lo normal” (que
tiene claras propiedades de determinante), como muestran los ejemplos a continuación,
en los que lo aparece combinado con distintos cuantificadores de Grado:

(30) a. Lo más interesante de este libro es su final.


b. Lo conmovió lo bellísimo de la catedral.

Nótese que la complementariedad de LO con otros modificadores de Grado se da


independientemente del patrón de concordancia que presente, “por defecto” (cfr. 28-31)
o en relación con el sujeto (cfr. 29-32):

(31) a. María es LO (*muy/ más/ bastante/ terriblemente) lindo.


b. *Los hijos de María son LO lindísimo.
(32) a. María es LO (*muy/ más/ bastante/ terriblemente) linda.
b. *Los hijos de María son LO lindísimos.

La distribución complementaria que acabamos de mostrar sugiere que el Sintagma de


Grado está involucrado sistemáticamente cuando aparecen construcciones que contienen
LO.

Para dar cuenta de los datos anteriores, entonces, proponemos que LO sería
núcleo de un Sintagma de Determinante en los casos en que el adjetivo no tiene
concordancia (cfr. 28) y núcleo de un Sintagma de Grado cuando hay concordancia de
género y número con el sujeto (cfr. 29). La explicación que podemos ofrecer para la
coexistencia de los dos patrones es de tipo genética: como corolario o extensión natural

14
del caso de los determinantes acentuados LA/ EL estudiados por Di Tullio & Masullo
(1996), surge el LOdet acentuado, que corresponde al ejemplo de (28). A su vez, el
LOgrado acentuado, en el que se da la concordancia del adjetivo con el nombre, como
(29) y la mayor parte de los ejemplos analizados en este trabajo, aparece por analogía
con el LOdet.

Ahora bien, dado que hemos observado que hay un elemento de Grado
involucrado en ambos casos, diremos que en esta construcción el rasgo formal ‘grado
máximo’ (ligado con la entonación acentuada o enfática, idéntica en los dos casos) se
ubica siempre en la posición de núcleo del Sintagma de Grado.

Para formalizar el análisis, y desde la perspectiva de la Morfología Distribuida


(cfr. Embick & Halle, en prensa), puede proponerse, pues, que el LO puede realizar
indistintamente la posición Grado° (núcleo de un Sintagma de Grado), como en (33a), o
D° (núcleo de un Sintagma de Determinante), como se muestra en (33b), ya que lo es el
determinante que realiza por defecto el rasgo ‘definido’ ante la ausencia de otros rasgos
formales y de un Sintagma Nominal (cfr. Kornfeld & Saab, 2005, para este análisis de
lo en relación con la representación arbórea):

(33)
a.
SV

V SGrado

Grado° Sa
[grado máximo]

b.
SD

D SGrado
[def]

Grado° Sa
[grado máximo]

15
La presencia del rasgo ‘grado máximo’ en la posición de núcleo de Sintagma de Grado,
como se ha dicho, es lo que determina la particular acentuación, que es idéntica en
ambas construcciones.

II.4) Apéndice: elativos y superlativos

Se ha señalado previamente que, en contraste con otras construcciones


vinculadas con el Grado que se expresan a partir de la entonación, LO tiene valor
elativo; de ahí que sus propiedades difieran de las del “lo enfático” o al de ponderativo.

Nótese, sin embargo, que LO también se diferencia de los llamados superlativos


morfológicos en –ísim(o), pese a que su distribución es muy similar en cuanto al
comportamiento en cláusulas subordinadas, preguntas y negación, como se muestra en
los ejemplos a continuación:

(34) a. Se propuso ser simpatiquísimo.


b. Ese chico, que es simpatiquísimo, me invitó a salir varias veces.
c. Me dijo/ Piensa que Juan es simpatiquísimo.
(35) a. *¿Juan es simpatiquísimo?
b. ¿Juan es realmente simpatiquísimo?
(36) No será lindísimo, pero no me parece nada feo.

Sin embargo, los superlativos morfológicos sí permiten la combinación con el modo


imperativo, que está vedada para LO y también para LA/ EL (cfr. 23c-d y 26c-d,
respectivamente):

(37) a. Sé simpatiquísimo / buenísimo con ellos.


b. No seas simpatiquísimo / buenísimo todo el tiempo.

Tanto las similitudes como los contrastes se desprenden “naturalmente” del


significado de cada elemento. Por un lado, no tiene sentido preguntar por una cualidad
en grado máximo o alto (salvo que haya alguna presuposición al respecto), como
ilustran (23a-b y 35). La negación, por su parte, afecta al Grado en ambos casos (cfr. 24
y 36). En cambio, el grado máximo de una propiedad no puede ordenarse o prohibirse
(cfr. 23c-d), al contrario de lo que sucede con una propiedad en grado alto (cfr. 37).
Cabe resaltar que exactamente las mismas restricciones se advierten con las paráfrasis

16
equivalentes; mientras que las construcciones de grado de (38), semánticamente
equivalentes al superlativo morfológico (simpatiquísimo), son compatibles con el
imperativo, la construcción de (39), sinónima del elativo, no lo es:

(38) a. Sé muy, muy simpático.


b. Sé lo más simpático que puedas.
(39) ?? Sé lo más simpático que hay/ que exista/ que te puedas imaginar.

El mismo contraste entre LO y el superlativo morfológico puede advertirse


respecto de la combinatoria con ciertos adjetivos. Mientras que LO no se combina con
adjetivos descriptivos (cfr. 21), ese tipo de adjetivos sí admite superlativos
morfológicos, lo cual es consecuente con su carácter graduable (cfr. muy ancho):

(40) anchísimo, negrísimo, altísimo

III. CONCLUSIONES

A partir del análisis llevado a cabo en este trabajo puede concluirse que las
construcciones con entonación suspendida, como el de ponderativo o el “lo enfático”,
son parte de estructuras truncadas, que involucran o bien un comparativo real o bien una
cantidad en grado alto. En ambos casos, se trata de exclamaciones implícitas, sin
pronombre especializado, como señala Di Tullio (2004) en relación con el primer
fenómeno.

En cambio, LO, al igual que los determinantes con entonación acentuada (o


realmente enfática6) LA/ EL, equivale a un elativo: ‘(el) grado máximo de X’ o, en
términos más coloquiales, ‘lo más X [que hay]’. Además de distinguirse de las
construcciones con entonación suspendida, LO se diferencia, desde el punto de vista
sintáctico y semántico, del llamado superlativo morfológico en –ísim(o), que se
parafrasea como ‘sumamente X’ o ‘muy, muy X’.

Los tres tipos de construcción que hemos establecido (i.e., exclamativas


implícitas con valor comparativo o grado alto; no exclamativas en grado alto; no
exclamativas en grado máximo) suponen correlacionar determinados patrones
entonativos con determinados significados, al menos en el español de la Argentina. La

6
Recuérdese que, estrictamente hablando, el “lo enfático” estudiado por Leonetti (1999) no tiene
entonación enfática, sino exclamativa o suspendida (cfr. nota 1).

17
validez de los resultados de esta primera exploración, tanto para nuestra variedad como
para otras, deberá ser corroborada en futuros trabajos en los que los fenómenos aquí
tratados sean contrastados con otros en los que también se vea involucrada la
entonación con valor ponderativo.

Referencias bibliográficas

Abney, Steven (1987), The English noun phrase in its sentential aspect, Tesis doctoral,
MIT.
Bosque, Ignacio (ed.) (1996), El sustantivo sin determinación, Madrid, Visor, pp. 13-
119.
Bosque, Ignacio (2001), “Sobre la gramática de la gradación”, en Valencia, A. (ed.)
Sociedad Chilena de Lingüística. Un aniversario muy especial, Santiago de Chile,
LOM Ediciones, pp. 39-79.
Bosque, Ignacio & Juan Carlos Moreno (1990), “Las construcciones con lo y la
denotación del neutro”, en Lingüística 2, pp. 5-50.
Di Tullio, Ángela (2004), “El argentinismo Es de lindo... y la gramática de la
exclamación”, en RASAL (Revista de la Sociedad Argentina de Lingüística) I, 1,
pp. 101-120.
Di Tullio, Ángela & Pascual Masullo (1996), “Construcciones ponderativas en el
español coloquial de la Argentina”, en La oralidad (Actas de la Sociedad
Argentina de Lingüística), Tucumán, INSIL, pp. 236-240.
Embick, David & Morris Halle (en prensa), Word Formation: Aspects of the Latin
Conjugation in Distributed Morphology, Berlin, Mouton de Gruyter.
Kornfeld, Laura (2008a) “Aspecto y cuantificación: la herencia de la delimitación”,
trabajo presentado en el XI Congreso de la Sociedad Argentina de Lingüística
(SAL), Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 9-12 de abril de 2008.
Kornfeld, Laura (2008b) “Sufijos aumentativos en el español de Argentina”, trabajo
presentado en el XI Congreso de la Sociedad Argentina de Lingüística (SAL),
Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 9-12 de abril de 2008.
Kornfeld, Laura & Andrés Saab (2005) “Hacia una tipología de las anáforas nominales
en español”, trabajo presentado en el III Encuentro de Gramática Generativa,
Universidad Nacional del Comahue (Neuquén), 18-20 de agosto de 2005.
Leonetti, Manuel (1999) “El artículo”, en Bosque, Ignacio & Violeta Demonte eds.,
Gramática Descriptiva de la Lengua Española, Madrid, Espasa, tomo 1, capítulo
12, pp. 787-890.

18

Potrebbero piacerti anche