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Cuantificación e intensificación:

algunas notas sobre re e ité en el español del Cono Sur

Laura Kornfeld
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina

Abstract

It is the purpose of this paper to analyse the grammatical behaviour of two elements of Southern Cone
Spanish described in the relevant literature as affixes: re and ité. Both share a number of morphological,
syntactic and semantic properties. For instance, they may be combined with different categorial classes
(adjectives, adverbs, prepositions, verbs, nouns and sentences) and they receive a similar appreciative
meaning (‘very’, ‘much’, ‘certainly’, ‘great’ or ‘true’, depending on the categorial combination). Besides,
both are used in informal speech, in the Rio de la Plata Spanish, mainly among the young people (re), and
in the Paraguaian Spanish in contact with Guarani (ité). The proposed analysis of these elements follows
the lines of Distributed Morphology, intending to reduce both the number of lexical entries and the
inventory of formal features in syntax. Additionally, we expect to make a contribution to the general
discussion about the concepts of quantification and intensification.

1. Introducción

En este artículo analizamos desde una perspectiva generativa el funcionamiento gramatical de dos
elementos que han sido descriptos en la bibliografía gramatical como afijos: re e ité. A primera vista la
selección de estos dos ítems para ser tratados conjuntamente puede parecer antojadiza o arbitraria. Sin
embargo, ambos comparten numerosas propiedades morfológicas, sintácticas y semánticas. En primer
lugar, presentan una amplia gama de combinación categorial (con adjetivos, adverbios, preposiciones,
verbos, nombres), como se puede ver en los siguientes ejemplos:

(1) a. re grande / lindo / inteligente / agudo1


b. re lejos / cerca / pronto / armoniosamente / bien
c. re en serio / desde lejos / de entre casa / en tema
d. se re enoja / esfuerza; le re teme / pide; re trabaja / camina
e. un re auto / libro / árbol / vino

(2) a. loco / jodido / lindo / inteligente ité


b. ahora / allá / lejos ité
c. en serio / de lo lindo / en casa ité
d. se desvía / cuenta / me dormí ité
e. un colorado / profesional ité

En segundo lugar, re e ité comparten un significado afectivo de ponderación, básicamente


aumentativo, que se parafrasea de modo diferente según la clase de palabra en juego: ‘muy’ en los
adjetivos, adverbios y construcciones preposicionales de (1-2.a-c), ‘mucho’ en los verbos de (1-2.d) y
‘gran’ (1.e) o ‘verdadero’ (2.e) en el caso de los nombres, si bien, como veremos más adelante, se
encuentran más posibilidades combinatorias y semánticas. Adicionalmente, ambos coinciden en que son
elementos con una distribución geográfica peculiar en el mundo hispanoparlante y se encuentran
restringidos a la oralidad (primaria o secundaria) del español del Cono Sur: el habla coloquial de los
jóvenes rioplatenses (en el caso de re) y el español con influencia guaraní en zona de contacto,
particularmente en Paraguay (en el caso de ité).
Las propiedades formales de re e ité los convierten en elementos especialmente interesantes para
poner en cuestión aspectos relativos a la arquitectura de la gramática. En particular, los datos que pondré
en discusión aquí sustentan las concepciones “deconstructivas” de la relación entre el léxico, la
morfología y la sintaxis, como la Morfología Distribuida (Halle & Marantz 1993, Embick & Halle en
prensa), en oposición a las visiones lexicalistas más tradicionales.
Por otra parte, el estudio conjunto de re e ité también puede aportar material interesante para analizar
la estrecha relación entre la intensificación y la cuantificación y, a su vez, de ambas nociones con la
modalidad. La cuantificación y la intensificación han sido dominios pocos estudiados en español desde
una perspectiva formal, si se exceptúa el artículo de Bosque & Masullo (1997) y la extensión más
didáctica de Morimoto (1998), que procuran defender la idea de que la posibilidad de cuantificación
depende de los rasgos ‘delimitado’ y ‘no delimitado’ [(un)bounded], entendidos como propiedades de los

1
ítems léxicos. En este artículo, se discutirá en detalle esa correlación; de ese modo, se espera realizar un
aporte original a la gramática del español que tenga, además, potenciales aplicaciones a otras lenguas.
Por último, el análisis que proponemos para re e ité implicará revisar las propiedades de diversas
categorías y proyecciones funcionales, como el Sintagma de Grado, de Aspecto, de Fuerza, de Polaridad
(S∑), cuyo lugar en el paradigma generativo se ha visto progresivamente amplificado a partir de los
trabajos de Abney y Pollock a finales de los ’80. En el marco de la Morfología Distribuida, las
correlaciones entre las diversas categorías funcionales tienen una motivación especial, ya que, desde esa
visión, se intentan reducir, en forma sistemática, tanto los rasgos formales como las reglas de inserción
léxica. Consideramos, sin embargo, que el ejercicio aquí planteado puede resultar interesante también
desde otras perspectivas teóricas dentro de la gramática generativa.

2. Datos básicos

En esta sección presentaremos los datos básicos que nos permitirán analizar el funcionamiento gramatical
de re e ité. Como veremos, ambos ítems coinciden en tener un amplio rango de combinación categorial
(i.e., aparecen con adjetivos, adverbios, construcciones preposicionales, nombres, verbos), por lo que
intentaremos determinar preliminarmente cuáles son los significados y las propiedades que poseen en
cada combinatoria.
A causa de las características peculiares de ambos elementos (que –como ya hemos señalado– se
utilizan básicamente en el habla coloquial), hemos recurrido a datos extraídos del buscador Google en
Uruguay, Argentina y Paraguay, a las gramáticas relevantes y al juicio de hablantes nativos.

2.1 Distribución y significado de re

El re se describe en las gramáticas como un prefijo con valor intensificativo y ponderativo, que es usado
en combinación con adjetivos, adverbios y construcciones preposicionales (cfr. ejemplos de 3) en
diversos dialectos del español, especialmente en América. También se ha señalado (cfr. Varela & García
1999) su capacidad de combinación con verbos no delimitados con significado cuantificativo (como en
4.a–b). En esos usos más “tradicionales”, re alterna en Uruguay y la Argentina con las variantes requete y
recontra. Ahora bien, en español rioplatense, y particularmente entre los jóvenes, la distribución de re no
se restringe a esos contextos, sino que se extiende a verbos delimitados, i.e., realizaciones y logros (cfr.
4.c–d), al ámbito oracional (5) y al nominal (cfr.6).

(3) a. re grande / lindo / inteligente / agudo


b. re en serio / desde lejos / de entre casa / en tema
c. re lejos / cerca / pronto / armoniosamente / bien

(4) a. lo re quiere; re llueve; se re enojó; le re teme


b. re dormí; re caminamos; re jugó al tenis
c. re viajó a Europa; re va al cine; re juega al tenis; lo re besó
d. re construyó la casa; re llegó; se re curó

(5) a. re (que) llega; re termina los tallarines


b. Re (que) lo hago para quedar bien.

(6) a. un re auto / libro / árbol / vino.


b. una re madre / mina; un re médico / amigo.
c. una re siesta; un re viaje / una re fiesta.

Combinado con adjetivos, adverbios y construcciones preposicionales, como en (3), re tiene valor
netamente intensificativo o cuantificativo, equivalente a ‘muy’; además, presenta las mismas restricciones
combinatorias de los morfemas libres vinculados con la modificación de grado en español, como muy,
bastante, poco. Previsiblemente, solo se combina con adjetivos, adverbios y construcciones
preposicionales que puedan ser graduados, es decir que se excluyen los adjetivos relacionales (cfr. 7.a) o
las correspondientes construcciones delimitadas que supongan un punto culminante o límite para la
propiedad designada (cfr. 7.b–c).

(7) a. *buque re petrolero; *sintagma re nominal; *organismo re universitario


b. *re ayer / mañana / aparentemente / metodológicamente
c. *re en la casa; *re desde la ventana

2
Re no admite tampoco la coaparición con elementos de grado (cfr. 8):

(8) *re muy grande; *bastante re caro (cfr. *muy bastante grande)

En ese sentido, recordemos que, según los autores que han investigado el tema de la delimitación
desde la perspectiva formal, como Bosque & Masullo (1997) y Morimoto (1998), la posibilidad de
cuantificación está determinada directamente por la presencia del rasgo transcategorial ‘no delimitado’
que se verifica por igual en adjetivos calificativos, verbos atélicos y nombres de masa. Las nociones de
delimitación y cuantificación también resultan relevantes para sistematizar las variantes combinatorias de
re con verbos, como las que se incluyen en (4). Bosque & Masullo (1997) han estudiado ejemplos
análogos a los de (4.a-c) en los que intervienen cuantificadores como mucho, demasiado, bastante o
poco.:

(9) a. lo quiere mucho; llueve mucho; se enojó mucho; le teme mucho


b. dormí mucho; caminamos mucho; jugó mucho al tenis
c. viajó mucho a Europa; va mucho al cine; juega mucho al tenis; lo besó mucho

La interpretación puntual del cuantificador mucho en (9) depende de las propiedades del verbo con el
que se combina: su significado es puramente cuantificativo en casos como (9.a); en cambio, puede recibir
una interpretación aspectual en los otros casos, según las observaciones de Bosque & Masullo. En los
ejemplos de (9.b) la lectura del cuantificador es durativa (= ‘dormí / jugó al tenis / caminamos (durante)
mucho tiempo’) y, en los de (9.c), iterativa (= ‘va al cine / viajó a Europa / juega al cine muchas veces’).
Una misma secuencia puede ser ambigua entre las distintas interpretaciones del cuantificador: así, llueve
mucho se interpreta alternativamente como ‘llueve mucho (=mucha agua)’ o con valor iterativo (‘llueve
muchas veces’), mientras que llovió mucho recibe, además de la interpretación cuantificativa “pura” (=
‘llovió mucho (=mucha agua)’), una durativa (‘llovió (durante) mucho tiempo’). Como se puede ver en
este contraste, también cumple un papel en la interpretación puntual del cuantificador el aspecto
gramatical del verbo (véase un contraste semejante en 9.b–c: jugó mucho al tenis / juega mucho al tenis).
Lo mismo ocurre en los ejemplos de re con verbos en nuestros ejemplos iniciales de (4.a-c), que
repetimos aquí (para comodidad del lector) como (10). En (10.a), re aporta un significado “puramente”
cuantificativo, parafraseable, precisamente, como ‘mucho’, que solo aparece en combinación con verbos
no delimitados, en forma paralela a (9.a). También son análogas a las de los cuantificadores las
interpretaciones aspectuales de re, como modificador durativo: ‘dormí mucho (= ‘(durante) mucho
tiempo’)’ (cfr. 10.b vs. 9.b) o como una marca de iteración: ‘viajó mucho (= ‘muchas veces’)’ a Europa’
(cfr. ejemplos 10.c vs. 9.c).

(10) a. lo re quiere; re llueve; se re enojó; le re teme


b. re dormí; re caminamos; re jugó al tenis
c. re viajó a Europa; re va al cine; re juega al tenis; lo re besó

En cambio, los ejemplos de (4.d), repetidos como (11), no encuentran un equivalente con mucho o
los cuantificadores análogos: *construyó mucho la casa, *se curó mucho, *llegó mucho. El re se
parafrasea en estos casos, aproximativamente, como ‘completamente’ o ‘del todo’:

(11) re construyó la casa; re llegó; se re curó

Analizando los contextos en los que puede emerger este significado, se comprueba que se trata
siempre de logros o realizaciones (es decir, eventos delimitados) en pretérito perfecto simple (es decir,
con aspecto gramatical perfectivo). El re actúa aquí como una suerte de intensificador del aspecto
perfectivo de la flexión verbal, como puede apreciarse en las paráfrasis.
Si bien el aspecto gramatical juega un papel relevante en este último caso, la naturaleza aspectual
(Aktionsart) del verbo siempre parece ser clave para prever el significado que adoptará el re en
combinación con verbos. Ello se advierte claramente en el contraste de pares de verbos relacionados
como re durmió / se re durmió: en el primer caso (una actividad no delimitada), la interpretación
preferida será ‘(durante) mucho tiempo’, mientras que en el segundo (un logro delimitado) solo puede
leerse como ‘del todo’ o ‘completamente’.
Por otra parte, independientemente de la naturaleza aspectual del verbo, re siempre puede recibir una
interpretación modal epistémica de certeza, que se parafrasea como ‘seguro’ (cfr. 12), que los
cuantificadores rechazan sistemáticamente (cfr. *mucho llega, *mucho que lo hago para quedar bien):

3
(12) a. re (que) llega; re termina los tallarines
b. Re (que) lo hago para quedar bien.

Por último, en el ámbito nominal, re solo se combina con nombres delimitados (i.e., contables), con
un significado puramente evaluativo, sin valor alguno de cuantificación. Los diversos casos ilustrados en
(4) y repetidos en (13), que corresponden a nombres que refieren a objetos, personas y eventos
respectivamente, pueden parafrasearse mediante el adjetivo gran: ‘un gran auto/ libro / médico / amigo /
viaje’. La interpretación puntual de ‘gran’ varía entre una lectura “literal”, que alude al tamaño físico de
la entidad referida, y otras metafóricas referidas a la calidad (‘buen amigo/ médico’) o a otros aspectos del
significado (e.g., ‘larga siesta’):

(13) a. (Tiene) un re auto / libro / árbol / vino.


b. (Es) una re madre / mina; un re médico / amigo.
c. (Me dormí) una re siesta; (Organizó) un re viaje / una re fiesta.

Con nombres no delimitados (continuos o de masa), re no admite ejemplos análogos a los de (13),
como se comprueba a partir de los ejemplos totalmente agramaticales de (14)2:

(14) a. *Tiene (una) re arena/ agua / harina.


b. *Es (un) re oro / petróleo.

La imposibilidad de los ejemplos de (14) es consistente con el hecho de que el adjetivo léxico
gran(de) tampoco puede ser aplicado a nombres de masa, ya que la noción de tamaño supone que una
entidad tiene, precisamente, límites precisos.
La única excepción a la generalización previa parecería estar constituida por el caso de las locuciones
con verbo liviano que conforman alguna clase de predicados complejos, como los de (15):

(15) a. Tiene re confianza / cancha/ plata.


b. Me da re miedo / alegría / tristeza / angustia.
c. Hace re calor / frío.

En los casos de (15), re puede parafrasearse, aparentemente, como ‘mucho’: tiene re miedo
equivaldría a ‘tiene mucho miedo’. Sin embargo, lo que habilita la adjunción de re al nombre no
delimitado en esos casos es que está cuantificando a la locución tener miedo en su conjunto, y no
únicamente al nombre escueto. Nótese que todos los predicados complejos de (15) son no delimitados, en
coincidencia con lo que hemos observado para los ejemplos de (10.a) donde re recibe la paráfrasis
‘mucho’. Vale destacar, en el mismo sentido, que re se puede adjuntar con la misma lectura
indistintamente antes o después del verbo liviano (e.g., re tiene confianza, tiene re confianza), indicando
su alcance sobre la locución entera.
El hecho de que re modifica a la locución en su conjunto también explica por qué las secuencias de
(15) no pueden ser emuladas con verbos no livianos. En efecto, es imposible que re aparezca sin
determinante con una lectura cuantificativa sobre un nombre de masa dentro del objeto directo de un
verbo pleno, tal como muestran los siguientes ejemplos:

(16) a. *Compartió re alegría / tristeza / angustia con nosotros.


b. *Trajo re plata.

2.2 Distribución y significado de ité

El elemento ité/ eté3 se toma como préstamo para incorporarse al español en zona de contacto. En efecto,
sobre todo en Paraguay y, en menor medida, en las provincias argentinas de Corrientes, Misiones,
Formosa y Chaco, el bilingüismo y el estrecho contacto entre las dos lenguas dan lugar a un verdadero
mestizaje: en esas zonas, para expresar rasgos formales propios del guarani que son inexistentes en las
variedades estándares del español, suelen incorporarse préstamos del guaraní, o bien se gramaticalizan
ítems léxicos del español (cfr. Avellana & Kornfeld 2009).
Como hemos anticipado en la introducción, al igual que re, ité puede aplicarse a diversas clases de
palabras: adjetivos, adverbios y sintagmas preposicionales (como en 17), verbos (18) y nombres (19):

(17) a. El tipo loco ité es.


b. ¡Es jodido ité sufrir sin respiro!
c. Yo no te miento, en serio ité te digo.

4
d. ¡Y eso que nos mojamos de lo lindo ité!
e. Me gustaría bajarlo ahora ité.
f. Queda lejos ité de la escuela.

(18) a. ¡Da gusto ité ser olimpista!


b. Ya desviando ité el tópico, quería hablar de mi problema.
c. Yo te puedo contar ité si querés.
d. José se curó ité de su enfermedad.
e. Otra en la que me dormí ité fue en la película Prisionero de guerra.
f. La luz vino y se fue, vino y se fue, y ahi se fue ité ya.

(19) a. Soy (un) colorado/ paraguayo ité.


b. Ustedes sí son profesionales ité.
c. Son comentarios reales de los muchachos con experiencias de la vida real ité.

Un repaso por las gramáticas del guaraní que describen el funcionamiento de ité muestra que se lo
clasifica como un sufijo (pero cfr. infra el apartado “Estatuto morfofonológico”) o, más vagamente, como
una partícula, con significado de superlativo absoluto, que resalta el grado de una acción, cualidad o
modalidad (cfr. Krivoshein & Acosta 2007: 102, Lustig 2004, Cerno 2010, entre otros). Ité tiene alcance
sobre la palabra, y a veces la construcción, precedente: así, en (17.a) intensifica a loco, mientras que en
(17.c) lo hace con toda la construcción preposicional en serio (cfr. infra, apartado 3.1).
La descripción que brindan los gramáticos para el guaraní se ajusta perfectamente a los usos
encontrados en el español en contacto. Por ejemplo, en combinación con adjetivos no delimitados (cfr.
17.a-b), construcciones preposicionales (17.c-d) y adverbios como los de (17.e-f), ité funciona como un
superlativo del grado de la cualidad, parafraseable como ‘muy’ o ‘bien’, al igual que re. Con ese mismo
significado, también puede modificar a cuantificadores y pronombres, como se muestra a continuación4:

(20) a. Ahora otro ité es mi concubino.


b. ¡Felicidades katu mucho ité!

También en el ámbito verbal (cfr. ejemplos de 18), reconocemos significados semejantes a los que
hemos indicado para re y que suponen, como indican los gramáticos del guaraní antes mencionados,
intensificar el grado de una acción o evento. Así, en (18.a–c) ité funciona como cuantificador del verbo (o
del predicado complejo, en el caso de dar gusto): ‘da mucho gusto ser olimpista’; ‘ya desviando mucho el
tópico’, ‘yo te puedo contar mucho si querés’. Por su parte, en (18.d–f), obtenemos una lectura paralela a
la de re (‘del todo’, ‘completamente’) cuando se lo entiende como enfatizador del aspecto perfectivo del
verbo, que debe ser, además, un predicado delimitado, como efectivamente es el caso con se curó, me
dormí y se fue.
A los ejemplos de (18) en el ámbito verbal cabe sumar otros ejemplos que muestran que, al igual que
re, ité también puede tener alcance sobre toda la oración, con un significado modal de certeza; en esos
casos, suele asociarse con luego (y su variante loo), en ejemplos como los siguientes:

(21) a. Acepto ité luego.


b. Vera Bejarano no solo usó un vehiculo del Estado, sino que lo llevó ité luego.
c. Lo confieso: muero de celos, muero de envidia, me muero ité luego.
d. Parecía ité loo que se iba.

Los ejemplos de (21) se parafrasean como ‘por supuesto que acepto’, ‘ciertamente lo llevó’, ‘me
muero de verdad’. La expresión luego / loo, que se parafrasea como ‘ciertamente, verdaderamente, de
verdad’, es usada en Paraguay y las provincias argentinas de Formosa y Misiones (en la provincia de
Corrientes se emplea, con el mismo uso y significado, pronto) como la versión española que codifica el
valor evidencial del marcador de modalidad guaraní voí, con un significado absoluto de certeza que
supone la implicación personal del hablante, según Granda (1997) (Avellana & Kornfeld 2009). No es
extraño, por lo tanto, que ité se asocie también a voí, que suele adoptarse como préstamo en el español
paraguayo y que la presencia de ambos elementos realce el grado de certeza e implicación personal del
hablante: los fragmentos de (22) se leen como ‘ciertamente anda ahora Lugo de cartero’, ‘la verdad es que
no se ubican estos dirigentes’, ‘seguro que había sido otro lado’.

(22) a. Anda ahora Lugo de cartero ité voí.


b. No se ubican ité voí estos dirigentes.
c. La fiesta había sido en otro lado ité voí.

5
En cuanto al ámbito nominal, Tovar (1949), entre otros gramáticos del guaraní, considera que,
mientras que ité es un superlativo o cuantificador en el caso de verbos y adjetivos, aporta el significado de
‘verdadero/a’ cuando aparece en el ámbito nominal. Efectivamente, este significado entra en juego para
los ejemplos de (19), repetidos como (23): ‘un verdadero paraguayo/ colorado / profesional’, ‘la
verdadera vida real’, pero en cambio no parece estar subyacente a las oraciones de (24), donde ité también
modifica nombres. En (24) resulta más adecuada la paráfrasis de ‘propio/a’: ‘su propio ojo/amigo’, ‘su
propia casa’:

(23) a. Soy (un) colorado / paraguayo ité.


b. Ustedes sí son profesionales ité5.
c. Son comentarios reales de los muchachos con experiencias de la vida real ité.

(24) a. Es muy pobre y no ve bien, porque tiene una venda aquí sobre su ojo ité.
b. Su amigo ité, el senador Alfredo Luis Jaeggli, explicó el problema en una conferencia.
c. Fue asaltado en su casa ité.

Por último, cabe destacar que itereí / etereí es la forma enfática de ité / eté en guaraní. En el español
en contacto con esta lengua también se lo utiliza como préstamo y puede aplicarse en los mismos
contextos vistos hasta aquí: nombres (25.a), adjetivos (25.b), verbos (25.c–d), e incluso locuciones (25.e)
y cuantificadores (25.f):

(25) a. Asusta ver cómo se popularizó la idea de la “soncera itereí”.


b. ¡Qué atrasada itereí!
c. La hermana de uno me gusta itereí.
d. ¡Quiero irme etereí!
e. Se emborracha que da gusto itereí.
f. Prefiero no verlo porque demasiado etereí duele pagar.

3. Propiedades morfofonológicas y distribucionales

Del estudio de los datos desplegados en la sección 2 se desprende que re e ité muestran interesantes
coincidencias en su comportamiento gramatical. A continuación intentaremos sistematizarlas en torno de
dos ejes centrales: el estatuto morfofonológico y las propiedades distribucionales, lo cual, adicionalmente,
nos permitirá poner en duda algunos de los presupuestos de la bibliografía gramatical que ha descripto
estos elementos.

3.1 Estatuto morfofonológico

Como hemos indicado, en la bibliografía gramatical relevante re e ité aparecen sistemáticamente


descriptos como afijos. En tanto afijos, re e ité serían morfemas ligados que deberían ajustarse a un
comportamiento prototípico en los niveles fonológico, sintáctico y semántico. Por ejemplo, se supone que
los afijos no tienen autonomía en ninguno de esos niveles: en el fonológico, deben adjuntarse a una base,
no pueden tener acento propio ni modificar su posición relativa a una base; en el sintáctico, no pueden
nuclear una proyección; en el semántico, su influencia se limita a la base, ya que se trata de elementos que
hipotéticamente actúan por debajo del nivel de la palabra. Dentro de la morfología generativa de corte
lexicalista, estas restricciones han sido captadas en la Hipótesis de la Integridad Léxica o Hipótesis
Lexicalista Fuerte (cfr. Scalise 1984 y también DiSciullo & Williams 1987), de gran influencia en las
descripciones morfológicas del español (véase, por ejemplo, Varela 1992, 2005, Varela & García 1999,
Piera & Varela 1999), que suele enunciarse así: “Las reglas sintácticas no pueden hacer referencia a
ningún aspecto de la estructura interna de la palabra” (supuestamente basada en Chomsky 1970, cfr.
Scalise 1984: 117-118) o, según la formulación de Lapointe (1978: 3): “Las transformaciones sintácticas
nunca pueden realizar operaciones morfológicas”.
Si bien es predominante en la perspectiva sobre morfología en español, la Hipótesis Lexicalista
Fuerte ha sido discutida a partir de diversos fenómenos empíricos, como la composición o los adverbios
en –mente (véase, entre otros, Rainer & Varela 1993, Kornfeld 2006, 2009a). En el caso particular de los
elementos que nos ocupan, una serie de propiedades de re e ité también permiten poner en duda su
validez. Como hemos mencionado previamente y se ratifica en los ejemplos de (26–27), en algunos casos
re puede variar su posición relativa dentro de una locución o de una frase verbal sin modificar su
significado.

6
(26) a. Tiene re plata.
b. Re tiene plata.

(27) a. Lo re habíamos discutido.


b. Lo habíamos re discutido.
c. ?Re lo habíamos discutido.

La movilidad de re en ejemplos como (26–27) sugiere que su alcance incluye no solo a su “base”
inmediata sino a la frase completa, lo que se ve verificado no solo en todos los casos donde aparecen
construcciones preposicionales (véase 3.b), sino también en ejemplos como (28), en los que modifica a
todo el Sintagma Adjetivo. Los ejemplos de (26–28) son problemáticos si se clasifica a re como un
prefijo derivativo desde una perspectiva lexicalista (cfr., por ejemplo, Varela & García 1999: 5026).

(28) un gato re [cazador de ratones]

Otra propiedad consistente con lo recientemente señalado, también inesperada desde un punto de
vista lexicalista, es que las palabras a las que se adjunta re pueden estar coordinadas, como en los
ejemplos de (29), en cuyo caso el intensificador modifica al conjunto de los adjetivos o verbos
involucrados (más allá de que a menudo se lo vea gráficamente adjuntado a la primera forma):

(29) a. Es re [bueno e inteligente].


b. Lo re [aprecio y quiero].

En cuanto a ité, en los diversos ejemplos revisados en la sección anterior se puede comprobar que en
ciertos casos tienen alcance sobre una palabra y en otros, sobre toda una frase. Así, hemos encontrado
casos en los que la interpretación como aumentativo abarca construcciones enteras, como ocurre en los
diversos ejemplos reales a continuación, de naturaleza nominal (30.a-b) o preposicional (30.c-e):

(30) a. Son comentarios reales de los muchachos con experiencias de la vida real ité (=19.c).
b. Vinieron entre siete (demostracion de fuerza ité).
c. ¡A la orden eté estoy!
d. No me gusta que de arriba ité me encasillen en una categoría.
e. Hablemos para poder organizarles un almuerzo en el medio ité del centro.

En forma paralela a (28), aquí ité modifica a toda una frase, que en algunos casos puede interpretarse
como locución o compuesto fosilizados, pero en otras es claramente una construcción sintáctica
ocasional:

(31) a. experiencias de la [vida real] ité.


b. [demostracion de fuerza] ité

Las propiedades de re e ité muestran lo paradójico de plantear una distinción tajante entre morfemas
ligados y morfemas libres y ponen en duda que estos elementos puedan ser concebidos como afijos a la
manera tradicional, ya que su movilidad y su capacidad de modificar a frases complejas o coordinadas
constituyen violaciones directas de la Hipótesis Lexicalista Fuerte. La posibilidad de que re e ité
modifiquen a una frase completa muestra que no se los puede considerar elementos opacos a las reglas
sintácticas, de manera coherente con lo que proponen las teorías deconstruccionistas como la Morfología
Distribuida.

3.2 Propiedades distribucionales

Otra particularidad de re e ité que se desprende de los ejemplos discutidos a lo largo de la sección 2 es
que presentan una combinatoria amplia con categorías diversas, que se ve expresada, a su vez, en diversas
paráfrasis o significados.
Si tomamos en consideración las distintas instancias de combinación de re e ité que llevamos
analizadas, podemos sintetizar el posible rango de aplicación de esos elementos del siguiente modo:

Cuadro 1. Distribución de re e ité


Combinación Valores semánticos re ité

7
A nombres contables tamaño / calidad sí sí
B nombres de masa cantidad solo en locuciones [es un solo en locuciones
subcaso de D] [es un subcaso de D]
C adjetivos, adverbios, cantidad, intensidad sí sí
sintagmas preposicionales no
delimitados
D verbos no delimitados cantidad, intensidad sí sí
iteración, duración sí ¿?
E aspecto gramatical intensidad sí sí
F modalidad certeza sí sí

En el cuadro 1 hemos recurrido a nociones diversas (i.e., intensidad, cantidad, tamaño, duración) para
dar cuenta de los distintos fenómenos que involucran a re e ité. Ambos elementos muestran un rango de
aplicación casi idéntico y presentan significados similares en relación con adjetivos, adverbios y
construcciones preposicionales (‘muy’), verbos no delimitados, incluidas las locuciones (‘mucho’), y
oraciones (‘seguro’, ‘de verdad’).
Vale la pena poner en relación los datos que hemos relevado para re e ité con los casos análogos de
uso sintáctico de morfemas libres (caracterizados tradicionalmente como adjetivos o adverbios) cuyos
significados se vinculan con los contextos reunidos en el cuadro 1 (véanse, también, los ejemplos previos
de 9):

(32) a. Es una gran casa / idea / maestra.


b. Compré mucho café / muchos libros.
c. Es muy lindo / lo vio muy de lejos / está muy cerca.
d. Lloró / trabajó mucho.
e. Viajó mucho a Europa
f. Durmió mucho

Los ejemplos (32.b–f) ilustran el hecho de que mucho (con su variante muy) en español estándar se
aplica a las combinaciones comprendidas en B, C y D en el cuadro 1, es decir, todos casos con una
interpretación no delimitada (incluidas las variantes aspectuales involucradas en las paráfrasis ‘muchas
veces’ o ‘mucho tiempo’, i.e., 32.e–f). En cambio, el ítem léxico gran(de) en español estándar solo se
aplica a nombres contables, es decir delimitados (A), con un significado vinculado con el tamaño físico o,
en interpretaciones más metafóricas, con la calidad o la importancia, como se puede verificar en (32.a), de
modo semejante a lo que hemos señalado respecto de los ejemplos de (6) con re6.
En español estándar, en resumen, podría decirse que mucho (muy) se vincula con proyecciones
funcionales (Sintagma de Grado o Sintagma de Cuantificación/ Sintagma de Determinante), mientras que
gran es un elemento ligado al dominio léxico del nombre, lo cual explica la variabilidad de significados
que puede tener en función de su combinatoria con ítems léxicos concretos.
A partir de los datos de los morfemas libres y ligados que se vinculan con la intensificación y la
cuantificación, puede concluirse que no hay una relación necesaria entre el significado que un elemento
exprese en el ámbito nominal (cfr. ‘gran’ vs. ‘mucho’) y los valores que adquiera en otros ámbitos. De
este modo, mucho (muy) y re tienen exactamente los mismos significados al combinarse con adjetivos y
verbos, pese a que exhiben valores diferentes en el ámbito nominal.
En ese sentido, los fenómenos discutidos sugieren que hay un solapamiento entre las nociones de
intensificación y cuantificación en los dominios adjetivo, verbal y oracional: esto es, en términos
intuitivos, es virtualmente equivalente decir que muy intensifica o cuantifica a lindo, que mucho
intensifica o cuantifica a trabaja o duerme, etc. Ese solapamiento, en cambio, no se verifica en el dominio
nominal y, por esa causa, re e ité, que pueden intensificar nombres, no los cuantifican, mientras que
exactamente lo contrario ocurre con mucho/s.

4. Un análisis desde la Morfología Distribuida

¿Cómo se puede captar en un análisis formal las características de re e ité que hemos visto en la sección
3? Recordemos que una perspectiva lexicalista se ve obligada a asumir no solo que re e ité, en tanto
afijos, presentarían una opacidad sintáctica de la que evidentemente carecen, sino también que cada caso
de los analizados tiene una subcategorización y un significado diferente. En otros términos,
necesariamente deberá multiplicar la cantidad (o la densidad) de las entradas léxicas.

8
En esta sección plantearemos un análisis en términos de Morfología Distribuida de los dos elementos
estudiados, con el fin de demostrar que se trataría de una alternativa más económica. Entre los supuestos
que adoptaremos de ese marco teórico se cuentan los siguientes:
En primer lugar, la distinción entre afijos y palabras es epifenoménica, puesto que en la sintaxis solo
intervienen rasgos formales y la realización concreta de los ítems es tardía, más específicamente post-
sintáctica (cfr. Halle & Marantz 1993). En segundo lugar, las raíces léxicas entran sin categorizar a la
sintaxis y existen proyecciones funcionales específicas (las llamadas “categorías chiquitas” [little/ small
x]): v, a, n que cumplen la función de especificar a qué categoría se adscribe determinada construcción.
Las proyecciones categorizadoras alojan también rasgos formales, uno de los cuales es, plausiblemente,
[+/– delimitado] (cfr. Kornfeld en prensa a). En tercer lugar, como consecuencia de lo anterior, también
son epifenoménicas las diferencias de comportamiento entre morfología flexiva y derivativa, tal como
han sido descriptas en las descripciones gramaticales tradicionales: la morfología flexiva se asocia
típicamente a categorías funcionales, como número, tiempo, aspecto, mientras que la derivativa se vincula
con las “categorías chiquitas”. De este modo, se reconocen dominios “más léxicos” o “más sintácticos” de
acuerdo con la distancia relativa que establece cada rasgo con la raíz léxica (Marantz 1997, 2001). Cada
uno de estos dominios tiene propiedades sintácticas diferentes, es decir que el comportamiento gramatical
y sintáctico de los rasgos será más transparente cuanto más arriba (i.e., más lejos de la raíz léxica) se
ubiquen.

4.1 Análisis sintáctico

Como ya hemos señalado, en el ámbito nominal la intensificación (asociada con el significado de ‘gran’ y
restringida a los nombres contables/ delimitados) se ve completamente distinguida de la cuantificación
(asociada con el ítem mucho, de naturaleza funcional, que se aplica por igual a nombres delimitados y no
delimitados7). El hecho de que en el ámbito nominal el re se asocie únicamente con la intensificación
parece encontrar un correlato en un comportamiento sintáctico particular con respecto al resto de los
contextos.
Por ejemplo, como indicamos previamente en relación con los aspectos morfofonológicos (cfr. 21)
con adjetivos, adverbios y construcciones preposicionales, así como verbos y cláusulas el re puede
modificar a frases complejas y coordinadas (cfr. 33.a–b); con nombres, en cambio, solo puede modificar a
un núcleo y no a una frase coordinada8 (cfr. 33.c).

(33) a. Es re [lindo e inteligente].


b. Matías re [jugó y trabajó].
c. Es un *re [teléfono y MP3].

Un fenómeno emparentado con la propiedad ilustrada en (33) es la capacidad de constituir


enunciados que funcionen como respuestas a preguntas, una propiedad que Bloomfield (1933) atribuía a
los morfemas libres por oposición a los ligados. Re puede funcionar como enunciado independiente solo
si modifica a adjetivos, adverbios y construcciones preposicionales (34.a), verbos (34.b) y cláusulas
(34.c), pero no si lo hace con nombres (34.d):

(34) a. A: ¿Es lindo? / ¿Está a la moda? / ¿Es lejos?


B: Re (i.e. ‘es re [muy] lindo’, ‘está re [muy] a la moda’, ‘es re [muy] lejos’).
b. A: ¿Te gusta?
B: Re (i.e. ‘me re gusta [mucho]’).
c. A: ¿Venís?
B: Re (i.e. ‘re voy [seguro]’).
d. A: ¿Cómo es la casa de María?
B: *Re (i.e., ‘es una re [gran] casa’).

En Kornfeld & Kuguel (2006) se propone que, a partir de los datos de (33-34), el comportamiento de
re no responde al esperable para un afijo, sino más bien a la categoría intermedia de clítico. Los clíticos
pueden tomar distintos anfitriones dentro de la misma frase y nuclean su propia proyección, es decir que
tienen mayor movilidad y mayor autonomía sintáctica de la que se atribuye a los afijos (aun en las
visiones lexicalistas de la morfología, como Scalise 1984 o Di Sciullo & Williams 1987).
Una propiedad que, desde el punto de vista puramente fonológico, viene a apuntalar esta hipótesis es
que todas las instancias de re admiten ser acentuadas enfáticamente (cfr. 35), algo que es completamente
inesperado para un afijo9:

(35) a. No es lindo, es RE lindo.

9
b. La casa que se compró no es cualquier casa, es una RE casa.
c. Le fue mal en el examen, pero te juro que RE sabe.

Según la clasificación de Krivoshein & Acosta (2007), ité/ eté es un “sufijo tónico” en guaraní, una
descripción que invita también, adoptando un punto de vista gramatical riguroso, a pensarlo como un
clítico en su uso en el español de la zona10.
Esta caracterización de orden morfofonológico discrepa, pues, de la existente en la bibliografía y
apoya los supuestos de la Morfología Distribuida en favor de que la distinción entre morfemas libres y
ligados no es tajante, sino más bien epifenoménica.
El análisis que proponemos también respeta fielmente los principios de la Morfología Distribuida
desde el punto de vista sintáctico, al postular que hay un único rasgo ‘intensificación’ en diferentes
posiciones estructurales. Es decir que no hay una multiplicidad de entradas léxicas (o de subentradas) en
virtud de las diferentes combinaciones categoriales, sino que las diferentes propiedades y los distintos
significados se desprenden directamente de las posiciones estructurales del rasgo ‘intensificación’.
En primer lugar, las diferencias entre el re que modifica a los nombres y el resto de las
construcciones que hemos mostrado en (33-34) podrían explicarse, en términos de algunos autores
enrolados en la Morfología Distribuida (cfr. Marantz 2001, Embick & Halle en prensa), porque re ocupa
una posición más cercana a la raíz léxica en el caso de los nombres (y por ello tiene un funcionamiento
más “léxico”, es decir, idiosincrásico). Es decir que, en el caso de los nombres, el intensificador se ubica
en el dominio que se vincula con la morfología derivativa, lo cual explicaría su mayor opacidad sintáctica
y la variabilidad de sus interpretaciones semánticas (‘gran’, ‘buen’, ‘largo’, etc.) que hemos destacado en
relación con los ejemplos iniciales de (6) y (13).
En el caso de la adjunción a nombres, se puede proponer, entonces, que la posición de re (al igual
que la de otros elementos prefijativos de valor aumentativo, como super y mega) es la que se ilustra en
(36) con un nombre derivado como debilidad:

(36)
Sn
3
‘intensific.’ n’
(re) 3
n Sa
(–idad) 3
a’
3
a √DÉBIL

En (36), re, como otros prefijos, se ubica como especificador de la proyección categorial más externa
del nombre, el Sn. En ese sentido, los prefijos contrastan con la posición de los sufijos con significado
aumentativo, que son especificadores de la proyección categorial que sigue inmediatamente a la raíz
léxica (Kornfeld en prensa b). Por ejemplo, en (36), los sufijos se ubicarían en la posición de
especificadores del Sa, lo cual explica por qué no son posibles *debilidaza o *debilidota. Esa
diferenciación pretende, así, dar cuenta de los contrastes sistemáticos entre elementos prefijativos de
significado aumentativo (e.g., re, super, mega, hiper) y sufijos con el mismo significado (e.g., -ote/a, -
azo/a, -ón/a) en relación con la modificación de nombres derivados o compuestos:

(37) a. re contaminación / *contaminacionota; super abatimiento / *abatimientón; mega batidora/


??batidorota
b. re debilidad / *debilidadaza; hiper paciencia/ *pacienzón; re casualidad /*casualidadaza; mega
delicadeza / *delicadezona; super altura / *alturota

(38) a. super taxista/ *taxistazo; mega lingüista/ *lingüistota; re pacifista/ *pacifistón


b. super filósofo / *filosofón; re antropólogo / *antropologote; super cuidacoches
/*cuidacochezote11

Como se ilustra en los datos de (37-38), los sufijos de significado aumentativo no pueden modificar a
nombres derivados o compuestos, lo cual se desprende directamente de su condición de especificadores
de la primera proyección categorial inmediatamente por encima de la raíz léxica en (36). Los prefijos, en
cambio, tienen un alcance más amplio. Sin embargo, ambas posiciones se encontrarían en el ámbito más
cercano a la raíz léxica, que Marantz (2001) vincula con los típicos comportamientos idiosincrásicos de la

10
morfología derivativa. En cambio, los cuantificadores como mucho/a (para nombres de masa) o mucho/as
(para nombres contables) se ubican como núcleos del Sintagma de Determinante, una posición
estrictamente funcional, alejada de la capa léxica.
La misma posición de especificador del Sn más externo que hemos determinado en (36) alojaría al
rasgo ‘intensificación’ que se realiza como ité en la zona guaranítica. Nótese que, al igual que los prefijos
apreciativos del rioplatense, ité se adjunta sin problemas a nombres derivados (e.g., profesional ité,
petrolera ité, cavernícola ité), por lo que su posición debe ser necesariamente más marginal que la de los
sufijos derivativos.
En cambio, en su combinatoria con adjetivos, adverbios y construcciones preposicionales re e ité son
núcleos de una proyección funcional (el Sintagma de Grado), con el mismo estatuto que morfemas libres
muy o bastante. No hay ninguna diferencia de comportamiento sintáctico que permita trazar alguna
distinción relevante entre re y los cuantificadores “libres”, además de que –según hemos señalado–, se
encuentran en distribución complementaria, como hemos notado en los ejemplos de (8) 12:

(39)
SGrado
3
Grado’
3
Gradoº Sa
‘intensific.’ 3
(re / ité) a’
3
a √DÉBIL
[–delimitado]

El árbol de (39) es extensible a construcciones adverbiales y preposicionales que sean también no


delimitadas. Un análisis semejante al que acabamos de establecer en (39) se aplicaría a las combinaciones
con verbos ya analizadas, que reproducimos en (40-41):

(40) a. lo re quiere; re llueve; se re enojó; le re teme


b. re dormí; re caminamos; re jugó al tenis
c. re viajó a Europa; re va al cine; re juega al tenis; lo re besó

(41) a. ¡Da gusto ité ser olimpista!


b. Ya desviando ité el tópico, quería hablar de mi problema.
c. Yo te puedo contar ité si querés.

También para estos casos postulamos que el rasgo ‘intensificación’ que se realizará por medio de re o
ité funciona en la sintaxis como un núcleo de un Sintagma de Grado (o, alternativamente, un Sintagma de
Cuantificación o SQ13):

(42)
SGrado
3
Grado’
3
Gradoº Sv
‘intensific.’ 3
(re/ ité) v’
3
v √LLORAR
‘DO’
[–delimitado]

En los diversos casos ilustrados en (40-41) y representados por el árbol de (42), el rasgo
‘intensificación’ aparece estrechamente ligado con el aspecto léxico del predicado, ya que este debe
poseer el rasgo ‘no delimitado’ para que pueda darse la variante cuantificativa “pura” en la que re o ité se
parafrasean como ‘mucho’.

11
Como se puede ver en los árboles de (39) y (42), adoptamos el supuesto de que los rasgos
‘delimitado’ / ‘no delimitado’ se alojan siempre en relación con las proyecciones categorizadoras Sv, Sa,
Sn. La ubicación para ese par de rasgos se justifica, por un lado, porque no puede tratarse de propiedades
de la propia raíz léxica, en la medida en que, como se sabe, la tendencia a interpretar un ítem como
delimitado o no delimitado puede verse modificada por un contexto sintáctico específico. Así ocurre en
los diversos casos de recategorización de nombres de masa en contables y viceversa, como en un café y
mucho libro (véase Bosque 1999 para el español), de adjetivos relacionales en calificativos, como en muy
férrea (véase Demonte 1999), o de verbos télicos en atélicos y viceversa, como en construía casas o leyó
todo el libro (véase Morimoto 1998). Por otro lado, consideramos que el par de rasgos ‘delimitado’ / ‘no
delimitado’ tampoco podría ubicarse en una proyección funcional más alta que el categorizador (por
ejemplo, una proyección independiente de aspecto léxico). Nos basamos para ello en la observación de
que en los procesos de derivación morfológica se produce una suerte de “herencia” del rasgo
correspondiente: así, los adjetivos trabajador o refrescante son no delimitados, igual que sus bases
trabajar y refrescar (y por eso admiten la cuantificación de grado: muy trabajador/ refrescante), en
oposición a otros adjetivos formados con los mismos sufijos, como descubridor o naciente, que heredan
el carácter delimitado de sus bases y por lo tanto no pueden cuantificarse (*muy descubridor / naciente)
(cfr. Kornfeld 2009b, en prensa b). Este fenómeno se explica si suponemos que el rasgo se transmite por
la persistencia de las proyecciones categorizadoras en los procesos de derivación, según lo planteado por
Embick & Halle (en prensa).
De este modo, en los árboles de (39) y (42) el rasgo ‘intensificación’ encabeza un Sintagma de Grado
que toma como complemento a un Sa y un Sv, respectivamente, cuyos núcleos poseen el rasgo ‘no
delimitado’, requerido para la cuantificación14.
La misma estructura básica de (42) tienen las lecturas aspectuales más específicas, como ‘mucho
tiempo’ (por ejemplo, re dormí) o ‘muchas veces’ (por ejemplo, re viajé a Europa) en (10.b-c), que
consideramos igualmente dependientes de la presencia del rasgo ‘no delimitado’ en el Sv15. Ese rasgo
puede corresponder al aspecto léxico habitual en el verbo, o bien ser derivado. Así, en la lectura iterativa,
el cuantificador (sea re o mucho) puede modificar el aspecto léxico “primitivo” del verbo. Por ejemplo,
viajé a Europa o voy al cine serían en principio eventos delimitados y es la presencia de re (o, también,
de mucho y los cuantificadores sintácticos de su clase en ejemplos como 9.c) la que fuerza su
interpretación como no delimitados en la lectura iterativa. Esa recategorización a partir de la
cuantificación es análoga al resto de los casos que pueden producirse tanto en el ámbito verbal como
nominal o adjetivo (cfr. Morimoto 1998, Bosque 1999, Demonte 1999) y que, según el esquema que
acabamos de esbozar, correspondería a un cambio en los rasgos ‘delimitado’ / ‘no delimitado’ presentes
en el Sx.
Hasta aquí, hemos analizado los casos de re e ité que coinciden en su distribución con los
cuantificadores como mucho (muy), bastante o poco. Suponemos que, en los ejemplos análogos (véase
32.c-f), esos cuantificadores sintácticos ocuparían las mismas posiciones funcionales señaladas para re e
ité en los árboles de (39) y (42). En el resto de los casos, que no muestran un paralelismo con los
cuantificadores sintácticos, ité y re se ubicarían en la posición de especificadores de proyecciones
funcionales más altas en la oración, que son inaccesibles para mucho y el resto de los cuantificadores
sintácticos.
Así ocurre con el caso en que re o ité enfatizan el aspecto perfectivo de eventos delimitados como los
de (11) y (18.d-f), reproducidos a continuación, donde ambos elementos reciben la interpretación de ‘del
todo’ o ‘completamente’:

(43) re llegó; re construyó la casa; se re curó

(44) a. José se curó ité de su enfermedad.


b. Otra en la que me dormí ité fue en la película Prisionero de guerra.
c. La luz vino y se fue, vino y se fue, y ahi se fue ité ya.

Suponemos que el rasgo ‘intensificación’ se ubica en estos casos en la posición de especificador del
Sintagma de Aspecto (gramatical), que debe ser necesariamente perfectivo, en relación con un verbo
delimitado. En (45) se representa el caso de re llegó:

(45)
SAspecto
3
‘intensific.’ Aspecto’
(re / ité) 3

12
Aspecto º Sv
‘perfectivo’ 3
v’
3
v √LLEGAR
‘BECOME’
[+delimitado]

El esquema de (45) representa, entonces, los casos de logros cuyo Sv está nucleado por el rasgo
‘BECOME’ (Folli & Harley 2002), como llegar o curar (e.g., José se curó ité). Sin embargo, este tipo de
intensificación puede aparecer también con realizaciones como re construyó la casa. En esos casos, el
núcleo del Sv será ‘CAUSE’, que también supone un evento delimitado, por lo que es igualmente
compatible con la intensificación del rasgo ‘perfectivo’ presente en la proyección del Aspecto gramatical.
Por último, cuando re e ité tienen una interpretación modal se ubican como especificadores de una de
las capas en que se divide el Sintagma de Complementante de acuerdo con el planteo de Rizzi (1997), el
Sintagma de Fuerza, que determina el tipo semántico de la cláusula y aloja, también, al complementante
que. Suponemos, así, que re no realiza fonológicamente un rasgo específico como ‘certeza’ (que
funcionaría como núcleo de Sintagma de Fuerza), sino, más bien, que intensifica o enfatiza la propia
aserción. En el caso particular de re, ello se daría indistintamente con las variantes con y sin que, siempre
que la interpretación sea modal, con alcance sobre toda la oración:

(46) a. Re que Juan llega a terminar el trabajo.


b. Juan re llega a terminar el trabajo.

(47)
SFu
3
‘intensific.’ Fu’
(re/ ité) 3
Fuº STop
(que) 2
Top’
2
Top SFoc (...)

La lectura modal no tiene restricciones en relación con la aspectualidad léxica de los verbos o el
aspecto gramatical: puede obtenerse indistintamente con estados, logros, realizaciones o actividades, en
tiempos perfectivos o imperfectivos. Ello es esperable si, como muestra (47), el rasgo de ‘intensificación’
se ubica en una posición funcional muy alta, desde la que no esperamos que sea sensible a las propiedades
de las capas funcionales más cercanas al verbo.
Las distintas estructuras que hemos propuesto en este apartado de análisis suponen una serie de
consecuencias. Entre ellas, que hay un único rasgo formal (al que llamamos ‘intensificación’) que se
ubica en diferentes posiciones sintácticas y que la pluralidad de interpretaciones semánticas surge de la
variedad de estructuras sintácticas. Ello es consecuente con la economía de rasgos formales y de entradas
léxicas que propone la Morfología Distribuida.
Por otra parte, el análisis predice que secuencias superficialmente idénticas pueden involucrar
estructuras sintácticas bien diferentes, con el rasgo de intensificación (que se realizará luego como re o
ité) en diferentes posiciones. A modo de ilustración, la mayor parte de los eventos delimitados en los que
la intensificación se refiere al aspecto perfectivo (como re llegó: ‘llegó hace mucho’ o se curó ité: ‘se
curó completamente’) admiten también la lectura modal (‘seguro llegó’, ‘de verdad se curó’); la
ambigüedad dependerá, pues, de si el rasgo de ‘intensificación’ aparece como especificador del Sintagma
de Aspecto (cfr. esquema de 45) o del Sintagma de Fuerza (cfr. 47). Lo mismo ocurre con la ambigüedad
en re estudió entre las lecturas cuantificativa “pura” o durativa (‘estudió mucho’, ‘estudió mucho
tiempo’), vinculadas ambas con el Sintagma de Grado/ Sintagma de Cuantificación en el ámbito verbal en
(42), y la interpretación modal (‘seguro estudió’) que se desprende de (47). En principio, la lectura modal
parece estar siempre disponible, ya que, como hemos observado, no tiene restricciones en relación con la
delimitación de los eventos o el aspecto gramatical.
En cambio, las interpretaciones más específicas de lo re besó: ‘mucho’, ‘muchas veces’ o ‘mucho
tiempo’, no serán configuracionales, sino que se deducirán contextualmente, ya que en los tres casos
estamos ante un Sintagma de Grado/ Sintagma de Cuantificación (SQ) que cuantifica a un Sv, según lo

13
que hemos propuesto en el árbol de (42). En la determinación puntual de la interpretación de re o ité en
las estructuras representadas por (42) tendrá influencia el aspecto gramatical perfectivo / imperfectivo que
lleve el verbo en la oración. Así, es fácil atribuirle la lectura iterativa de ‘muchas veces’ (o ‘a menudo’) a
la intensificación en re llora, mientras que con re lloró esa interpretación requerirá un contexto mayor
(e.g., ese invierno re lloró), ya que las interpretaciones “naturales” serían ‘mucho’ o ‘(durante) mucho
tiempo’. Exactamente la misma ambigüedad se verifica, según hemos destacado, con los cuantificadores
“libres” análogos, como mucho o bastante.

4.2 Dos diferencias

En el apartado anterior hemos hecho hincapié en las semejanzas entre re e ité/ eté, pero existen, también,
diferencias entre ambos elementos. Nos limitaremos a discutir dos que consideramos especialmente
relevantes para cerrar el análisis recién planteado:
i) En relación con el ámbito nominal, mencionamos repetidamente que ambos elementos solo pueden
combinarse con nombres contables. Desde el punto de vista semántico, re, como ya hemos notado, se
parafrasea como ‘gran’; este significado puede ser literal, si se refiere al tamaño físico de una entidad, o
bien metaforizado (i.e., ‘buen’, ‘lindo’, ‘largo’, etc.) cuando se aplica a nombres que denotan algún tipo
de función (así, una re madre no es una madre grande, sino una madre muy buena en esa función) o a
nombres eventivos (re siesta es una siesta larga), tal como se puede ver en los ejemplos (6), repetidos
aquí como (48). Por su parte, ya hemos señalado que ité toma distintos significados, ‘verdadero’ (49.a-b)
o ‘propio’ (49.c-d), según el contexto (cfr. también ejemplos 23-24):

(48) a. Tiene un re auto / libro / árbol / jarrón.


b. Es una re madre / mina; un re médico / amigo.
c. Dormí una re siesta; Organicé un re viaje / fiesta

(49) a. Sos mi amor ité.


b. Yo soy coreano ité.
c. Acusó como supuesta autora a su vecina ité.
d. Le robó a su amigo ité.

Las variaciones de significado en el caso del ámbito nominal se explicarían a partir del esquema de
(36), donde ité y re se ubican en el dominio de los morfemas categorizadores, más ligados a la raíz léxica
y, por lo tanto, más idiosincrásicos (ver Marantz 1997, 2001). Siguiendo la propuesta de Marantz, será la
Enciclopedia la que determine finalmente cómo se leerá la intensificación en relación con un elemento
que se ubican en el ámbito léxico, cercano a la raíz. En cambio, cuando el re o el ité se vinculan con una
proyección funcional alta, más alejada de la raíz léxica, como en los árboles de (39), (42), (45) y (47), el
significado será más transparente, predecible y gramatical, ya que resultará de la mera combinatoria del
rasgo de intensificación con otros rasgos formales.

ii) El significado de ambos elementos cuando modifican a la oración parece virtualmente equivalente
(ité se lee como ‘verdaderamente’ y re como ‘seguro’); la coincidencia resulta muy llamativa desde un
punto de vista teórico y sugiere que hay una tendencia a que si un intensificador modifica la oración
adopte una lectura de certeza. Sin embargo, se advierte una diferencia significativa de comportamiento
respecto de la negación que no hemos analizado previamente. En (50) se presenta una serie de datos en
los que el significado intensificativo de ité se aplica a la negación y se parafrasea, por lo tanto, como
‘nada’ o ‘para nada’. En (51), se registran las correspondientes “traducciones” con re, que resultan
agramaticales en español rioplatense (ocasionalmente las oraciones podrían ser aceptables, entre los
hablantes más jóvenes, con un significado modal sobre la cláusula ‘seguro que no tengo ganas de
hablar’16, por ejemplo), pero no pueden de ningún modo intensificar la negación, como ocurre con los
casos de (50):

(50) a. No tengo ité ganas de hablar.


b. No me importa ité.
c. No quiero ité ir a laburar hoy.
d. El problema es que no te da ité de comer a tu criatura.
e. Yo no quiero ité que mi vecino venga a vivir a mi lado.

(51) a. *Re no tengo ganas de hablar.


b. *Re no me importa17.
c. *Re no quiero ir a laburar hoy.

14
d. *El problema es que no te da re de comer a tu criatura.
e. *Yo re no quiero que mi vecino venga a vivir a mi lado.

Ité puede no solo intensificar la negación (como en los ejemplos de 50) sino, incluso, coaparecer con
nada, como muestra (52), otro contexto que está vedado para re (cfr. 53):

(52) a. Nada ité tiene que ver.


b. Antes yo no sabía nada ité.
c. No tiene nada ité de miedo.

(53) a. *Re nada tiene que ver.


b. *Antes yo no sabía re nada.
c. *No tiene re nada de miedo.

Siguiendo la lógica que hemos planteado previamente, diremos, entonces, que, además de todas las
posiciones que son comunes con re, ité puede funcionar como especificador del Sintagma de Polaridad,
según la propuesta de Laka (1990). El esquema de (54) daría cuenta de las oraciones de (50):

(54)
S∑
2
‘intens.’ ∑’
(ité) 2
∑ ST……
‘neg’

En español rioplatense, en cambio, solo puede intensificar la negación una palabra negativa o una
expresión que la contenga, como nada, para nada y también las más coloquiales ni ahí, ni por las tapas,
ni en pedo: ‘no tengo nada de ganas de hablar’ ‘no me importa nada’, ‘ni ahí quiero ir a laburar hoy’.
Según el análisis clásico (cfr. Bosque 1994), todas esas expresiones se ubican, precisamente, en la
posición de especificadores del Sintagma de Polaridad. Siguiendo la propuesta de Bosque (1994), es
factible que la imposibilidad de que aparezca re en una posición como la propuesta en (54) (que se
deduce de la agramaticalidad de los ejemplos de 51) se deba a que en español estándar (y también en el
rioplatense) se requiere una concordancia negativa de los ítems de polaridad. Ese requisito del español
estándar probablemente se ve debilitado en la región de influencia guaraní, justamente por el contacto con
la lengua indígena.

5. Conclusiones

A lo largo de este trabajo, hemos intentado establecer las principales propiedades morfológicas,
semánticas y sintácticas de dos elementos propios del español del Cono Sur que suelen describirse como
afijos apreciativos: re en español rioplatense e ité/ eté en la zona de contacto guaraní.
Desde un punto de vista teórico, esperamos haber dejado claras las múltiples ventajas de una
perspectiva como la planteada por la Morfología Distribuida, que se expresan en una mayor adecuación
en la descripción del comportamiento sintáctico y morfofonológico de los ítems y, simultáneamente, en
una notable economía de los aspectos formales requeridos para el análisis.
En lo que hace al estatuto morfofonológico de re e ité, creemos haber establecido importantes
paralelismos entre el funcionamiento de los afijos y el de los correspondientes cuantificadores que
funcionan como morfemas libres (mucho, bastante, poco), que invitan a debilitar la tajante diferenciación
establecida por los estudios morfológicos de corte lexicalista en español (véase, por ejemplo, Varela
1992, 2005, Varela & García 1999, Piera & Varela 1999, entre otros). En particular, la noción de clítico
podría extenderse a elementos que generalmente no se engloban bajo esta categoría, como es el caso con
los “afijos derivativos” re e ité. En ese sentido, los datos estudiados representan un sustento teórico para
la idea de la Morfología Distribuida de que las distinciones tradicionales entre afijo, palabra y clítico son
epifenoménicas, al igual que la oposición entre derivación y flexión.
Por otra parte, en cuanto a los aspectos más formales del análisis, esperamos haber justificado por
qué resulta económico explicar los distintos significados que exhibe un mismo ítem como resultado de la
interacción de un único rasgo formal con distintas posiciones sintácticas, ya que no es necesario postular
múltiples entradas léxicas (ni, aun desde la Morfología Distribuida, tantas reglas de inserción léxica).

15
Una conclusión central del trabajo, que tiene consecuencias empíricas y teóricas por igual, es que
mientras que la intensificación y la cuantificación parecen nociones solapadas en los ámbitos adjetivo,
adverbial, preposicional y verbal, no lo son en el dominio nominal, donde deben ser cuidadosamente
distinguidas. De este modo, en el ámbito nominal la posición sintáctica de los elementos ligados con el
rasgo ‘intensificación’ (como re e ité) es completamente diferente de los cuantificadores como mucho/s
que nuclean una proyección funcional (Sintagma de Determinante o Sintagma de Cuantificación). El
rasgo de ‘intensificación’ se encuentra en un dominio netamente léxico (como se verifica en las diversas
paráfrasis ‘gran’, ‘buen’, ‘verdadero’ o ‘propio’ según los casos): la de especificador de un Sn que, sin ser
siempre la primera proyección por encima de la raíz léxica, se asocia directamente con ella. En cambio,
en el resto de los casos, el rasgo ‘intensificación’ nuclea una proyección funcional (en el caso del
Sintagma de Grado o de Cuantificación que modifica a adjetivos y verbos) o bien se ubica como
especificador de una proyección funcional lejana a la raíz léxica (Sintagma de Aspecto o Sintagma de
Fuerza). Más allá de la plausibilidad teórica de las estructuras presentadas en la sección 4, confiamos en
que las posiciones sintácticas propuestas para cada caso resulten explicativas en relación con las
propiedades morfológicas, sintácticas y semánticas diferenciales que han sido presentadas y discutidas en
detalle aquí.

Notas
1
La grafía de re e ité/ eté es muy variable, como puede comprobarse en las páginas de Internet:
pueden aparecer como formas independientes, adjuntadas a una palabra o separadas por un guión.
Como criterio unificador hemos decidido que en los ejemplos aparezcan sistemáticamente como
palabras independientes, sin guiones, por motivos que se ven justificados en los apartados 3.1 y 4.1.
2
Excluimos de esta generalización los casos de recategorización de nombres de masa en contables,
como los siguientes:
(i) Le diagnosticaron un re estrés; Se armó un re quilombo; Hizo un re calor
Estas variantes con el determinante indefinido transforman el nombre en delimitado y habilitan la
lectura intensificativa o cualitativa de re como ‘gran’; nótese que estos nombres eventivos también
admitirían ser modificados por ese adjetivo: así, son posibles un gran calor/ estrés/ quilombo, pero
no *una gran harina o *una gran arena (cfr. 14.a).
3
La alternancia se debe al fenómeno de armonía vocálica propio del guaraní y depende de la vocal
final de la palabra precedente. En guaraní se usa ité pospuesto a vocal fuerte (/a/, /o/, /e/) y eté con
vocal débil (/i/, /u/, /y/). En su incorporación al español, no parece respetarse sistemáticamente el
principio de armonía vocálica.
4
No hemos encontrado ejemplos paralelos a (20) con re en español rioplatense; consideramos que esta
diferencia de distribución es un dato marginal, en la medida en que en el español en contacto con
guaraní se aceptan las combinaciones de elementos de grado como muy con cuantificadores (e.g.,
muy otro, muy mucho), que en suelen rechazarse por motivos normativos en variedades más
estandarizadas.
5
Los ejs de (23.a–b) pueden leerse como ‘muy/ bien paraguayo / colorado’ o también como ‘(un)
verdadero paraguayo / colorado’, conforme a la bien estudiada ambigüedad categorial entre nombres
y adjetivos en español.
6 Cabe señalar que, en la zona de contacto guaraní, grande puede modificar también a verbos no
delimitados (el caso C del cuadro 1), como muestra (i), actuando en forma similar al re, y no al
grande del español rioplatense estándar (véase Abadía de Quant 2000, pp. 142-143):
(i) a. Las pastillas y el remedio fresco le mejoró grande a él.
b. Se fue de él porque grande le fajaba a ella y a los chico.
7
Asumimos aquí, lo cual puede resultar discutible desde otras perspectivas, que hay un único elemento
mucho, en vinculación sea con nombres contables (delimitados) plurales, en ejemplos como muchas
sillas o muchos individuos, sea con nombres de masa (no delimitados) singulares en mucho café o
mucha gente (cfr. Bosque 1999).
8
La modificación de re a una frase coordinada será posible solo si se fuerza la interpretación de la
secuencia como un compuesto (en cuyo caso funcionará como un solo núcleo, lo cual, claramente, no
es el caso de 33.a-b).
9
Suele postularse que los clíticos son elementos átonos; sin embargo, los pronombres del español
rioplatense demuestran que no se trata de una propiedad absoluta, en la medida en que, desde hace
décadas, se viene afianzando progresivamente la pronunciación con acento sobre el clítico (hagaló,
digalé, esperenmé). El hecho de que re pueda funciona como respuesta a un enunciado (cfr. 31) (algo
que teóricamente no pueden hacer los clíticos) no hace más que reafirmar el carácter discutible de las
distinciones teóricas tradicionales.

16
10
También sería una prueba del carácter poco “afijativo” de re e ité el hecho de que los hablantes los
escriben alternativamente como formas independientes o los unen a una palabra. Sin ser una prueba
concluyente, la grafía revela aquí una intuición de los hablantes.
11
La posición de especificadores de la primera proyección categorial Sa se aplicaría en el español
rioplatense también al diminutivo (Kornfeld en prensa b), donde son agramaticales taxistita o
edificacioncita, aunque uno de los referees me hace notar que en otros dialectos esas formas son
posibles. En ese caso, evidentemente, se haría necesario repensar la ubicación sintáctica del
diminutivo para esos dialectos puntuales.
12
Como ya se ha indicado, en el caso de ité, si coocurre con un cuantificador, se lo interpreta como un
superlativo de ese elemento (cfr. ejemplos anteriores de mucho ité en 20).
13
El nombre que se adopte para la proyección no cambia la esencia del análisis.
14
Por el contrario, re e ité, al igual que los elementos de significado aumentativo, sean prefijativos o
sufijativos (por ejemplo, mega, hiper, super, -azo, -ón, etc.), solo se vinculan con nombres contables
en el ámbito nominal, ya que solo los nombres contables son compatibles con significados como
‘gran’ o ‘verdadero’. Por lo tanto, el rasgo ‘intensificación’ en el esquema de (36) requiere que el
núcleo del Sn contenga el rasgo ‘delimitado’.
15
Dado que consideramos que los matices aspectuales constituyen un subcaso de los verbos no
delimitados (tal como aparecen en el cuadro 1), no consideramos que sea relevante la ausencia de
datos de ité con una lectura iterativa o durativa.
16
Este significado modal puede explicitarse en los hablantes más jovenes con el refuerzo de que, en
posición inicial en la cláusula: Re que no tengo ganas de hablar.
17
Algunos ejemplos de (51) son aceptables para algunos hablantes si el re aparece adjuntado al verbo
(? No me re importa), pero allí el alcance de la negación se da inequívocamente sobre el
cuantificador, y no a la inversa: ‘no me importa mucho’.

Referencias
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