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La Atalaya.

Anunciando el Reino de Jehová 1960


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Discernimiento espiritual—evidencia
de madurez cristiana
1, 2. (a) ¿Qué necesita un niñito al enfrentarse a nuevas situaciones, sin embargo para lograr
qué trabajará el padre sabio? (b) ¿Qué clase de madurez es la más importante?

UN NIÑITO necesita ayuda y guía. Los padres que están interesados en el


bienestar del niño siempre están dispuestos a dar la ayuda y consejo
necesarios al enfrentarse el niño a situaciones nuevas. Al principio los
padres tienen que hacer las decisiones a nombre del niño: qué es bueno o
qué es malo; qué comer o qué no comer; cuándo dormir o cuándo jugar;
adónde puede ir el niño con seguridad y qué lugares debe evitar como
peligrosos; qué literatura está dentro del alcance del niño y es provechosa
para su educación y cuál tendería a confundirlo o sería mala para su
desarrollo espiritual y moral. Pero a medida que progresa el niño en años el
padre sabio entrena a su hijo a pensar por sí mismo, a discernir entre lo que
es bueno y lo que es malo, entre lo que es sabio y lo que es insensato.
Entonces al lograr la edad adulta en años también logra la madurez mental.
2 Es importante que los padres aprecien que hace falta el desarrollo o
crecimiento mental y espiritual en sus hijos, particularmente el crecimiento
espiritual. La voz “madurez” puede aplicarse a muchos rasgos de
crecimiento: físico, mental, emocional y espiritual, pero es la clase
nombrada en último lugar, la madurez espiritual, la que es más importante,
y sin embargo en lo que toca a este mundo, es la que más se descuida.
3. (a) ¿Cómo debe entrenar el instructor sabio a las personas con quienes estudia? (b) ¿Cuál es
la evidencia de madurez cristiana?

3 Nuestra ilustración del niño aplica bien al crecimiento a la madurez


cristiana de una persona que recién llega a tener un conocimiento de la
verdad. Al principio necesita ayuda en cuanto a cómo estudiar la Palabra de
Dios, la ayuda y guía personales de un cristiano maduro. Necesita ser
alimentada. Pero el instructor sabio entrenará a su estudiante a pensar y
deducir las cosas por sí mismo para que pronto comience a alimentarse él
mismo y a crecer en facultades de discernimiento. Así como la evidencia de
la verdadera edad adulta estriba en demostrar entendimiento y aprecio
adultos, la madurez cristiana se demuestra por las facultades de
discernimiento espiritual de la persona, por la capacidad de llegar a
decisiones correctas, discerniendo profundamente entre lo correcto y lo
incorrecto sobre la base de los principios bíblicos. Pablo expresó bien esto:
“Porque todo el que participa de leche no está familiarizado con la palabra
de justicia, porque es un niño. Pero el alimento sólido es para las personas
j p q p p
maduras, para los que por medio del uso tienen las facultades perceptivas
ejercitadas para discernir así lo correcto como lo incorrecto. Por esta razón,
ya que hemos dejado la doctrina elemental acerca del Cristo, pasemos
adelante a la madurez.”—Heb. 5:13 al 6:1.
4. (a) ¿Qué estímulo hay para los que están recién enterados de la verdad? (b) ¿Cuál es el
principal factor para progresar hacia la madurez?

4 Quizás algunos lectores de esta revista hayan comenzado el estudio de la


Biblia hace unas cuantas semanas o meses usando las ayudas para el
estudio provistas por la Sociedad Watch Tówer. A tales personas tal vez les
parezca ‘que no están familiarizadas con la palabra,’ siendo bebés o niños,
por decirlo así, desde el punto de vista espiritual. A tales personas
deseamos decir: Continúen en su estudio diligente de la Palabra de Dios,
confiados en que por la bondad inmerecida de Jehová pueden crecer a la
madurez cristiana. El llegar a la madurez cristiana no requiere muchos años
necesariamente, como los requiere un niño para llegar a la madurez de
manera física. En vez de depender únicamente de la cantidad del tiempo
que se dedica al estudio, el factor principal del que depende es la
profundidad de la devoción de corazón a Jehová y el aprecio a su “palabra de
justicia.” Hay que ser manso y enseñable y estar ansioso de progresar.
Después de asimilar las doctrinas elementales es preciso progresar con la
mira de entender el “alimento sólido” de la verdad, demostrando de esta
manera progreso a la madurez.
5. ¿A quiénes en realidad se dirigen las palabras registradas en Hebreos 5:13 al 6:1, y por qué?

5  Pero el apóstol al escribir a los hebreos las palabras citadas arriba no


estaba escribiendo a personas recién asociadas con la congregación
cristiana. En realidad, estaba escribiendo a personas que habían estado “en
la verdad” por algún tiempo pero que habían dejado de progresar a la
madurez y todavía eran niños en cuanto al discernimiento espiritual. No
estaban demostrando las cualidades de “hombres ya crecidos” que tanto se
necesitaban para que la obra docente se efectuara, de modo que él les
escribió que “deberían ser maestros en vista del tiempo.” Se precisaba que
éstos ‘manifestaran diligencia para que tuvieran la plena seguridad de la
esperanza hasta el fin, para que ellos no se fueran a hacer indolentes, sino
que fueran imitadores de aquellos que por medio de la fe y la paciencia
heredan las promesas.’—Heb. 6:11, 12.
6. ¿Por qué necesitamos continuar ‘pasando adelante a la madurez’?

6 La madurez no es algo que, una vez que se logra, permanece con nosotros
sin más esfuerzo de parte nuestra. La organización cristiana está
progresando constantemente. La luz de la verdad que brilla sobre ella y a
través de ella se hace más brillante continuamente. Esto es especialmente
cierto ahora en este día cuando Jehová ha venido a su templo, porque
“cuando hay juicios procedentes de [él] para la tierra, justicia es lo que
ciertamente aprenderán los habitantes de la tierra productiva.” No sólo hay
un progreso en conocimiento y entendimiento, sino que, puesto que éste es
el día para predicar “estas buenas nuevas del reino,” Jehová está entrenando
a sus testigos como nunca antes para efectuar este trabajo de la manera
más eficaz que sea posible. Constantemente, por medio de su organización

teocrática, él provee nuevos métodos y equipo para este trabajo. El


mantenerse al día con la madurez progresiva de la organización en
entendimiento espiritual y capacidad ministerial significa el constantemente
‘pasar adelante a la madurez.’—Malaquías, capítulo 3; Isa. 26:9; Mat. 24:14.
7. ¿Qué debe uno discernir en conexión con el ministerio? ¿Cuál es la única manera en que
podemos progresar?

7 Lo que se necesita es que cada uno de los testigos de Jehová discierna su


relación con el progreso que la organización está efectuando. Quizás se dé
el caso de que una persona haya estado asociada con la verdad por largo
tiempo, habiendo estado activa por muchos años en el ministerio. Tal
constancia agrada bien a Jehová. Pero es necesario al mismo tiempo
discernir que uno va al mismo paso que la sociedad del nuevo mundo. Si
usted se halla en la feliz posición de haber tenido muchos años en el
servicio de Jehová, entonces usted se preocupará en cuanto a la eficacia de
su ministerio. ¿Produce fruto? ¿Ayuda a los recién interesados enseñándolos
y haciendo discípulos de ellos? Como se mencionó previamente, una de las
cosas esenciales y básicas de la madurez y del discernimiento espiritual es la
humildad. Para poder discernir acertadamente cómo estamos progresando
tenemos que examinarnos nosotros mismos con honradez y humildad. Si
no estamos logrando el progreso deseado, entonces no deberíamos ser
demasiado orgullosos para buscar ayuda, ni debemos resentirnos cuando
un superintendente viene a nosotros ofreciendo ayuda. Tenemos que
discernir lo que nos hace falta si hemos de continuar progresando.—Fili.
3:16.
8. (a) ¿Dónde comienza el discernimiento espiritual? (b) ¿Qué relación o asociación le es de
suma importancia al cristiano?

8 La evidencia de este crecimiento en la madurez cristiana se encuentra en


el discernimiento que uno manifiesta de cada paso que ha de darse, de
cada decisión que ha de hacerse. Principia justamente con la dedicación. La
persona que considera el dedicarse tiene que entender primero que su
dedicación se está haciendo, no a algún hombre, ni para agradar a alguna
persona, sea ésta el esposo o la esposa, la madre o el padre. No es una
dedicación a una organización, ni siquiera a la sociedad del nuevo mundo.
Es una dedicación al Personaje Supremo del universo, Jehová Dios, con la
determinación de hacer su voluntad y agradar a él, como Jesús lo expresó:
“Yo he venido . . . para hacer tu voluntad, oh Dios.” Entonces, la persona
dedicada aprecia que la asociación o relación más acariciada es aquella en la
que ahora entra con Jehová. Esa es una relación santa, preciosa e “íntima” a
la cual Jehová invita a sus criaturas mediante su bondad inmerecida por
medio de Jesucristo, una relación que no ha de romperse como si se
considerara de poca o ninguna importancia.—Heb. 10:7; Sal. 25:14.
9. ¿Por qué es un error el dedicarse a una obra, en qué puede resultar el tener un punto de
vista no equilibrado del ministerio?

9 La persona que se dedica sólo a hacer cierta obra tal como predicar
9 La persona que se dedica sólo a hacer cierta obra, tal como predicar,
comete un error. Cuando las cosas se ponen difíciles se desalienta

fácilmente. Si sólo ve la asociación física con la organización y sus miembros


como la cosa más importante que ha de guardarse carece de
discernimiento espiritual. El trabajar en la predicación de las buenas nuevas,
y la asociación física con la sociedad del nuevo mundo, no bastan en sí
mismas y no garantizan la salvación. No hay salvación sobre la base de
obras en sí mismas. El mirar las cosas desde este punto de vista colocaría a
la persona en el mismo peligro en que se hallaban los que estaban bajo la
ley mosaica que buscaban ‘establecer su propia justicia.’ Puede resultar en
hacernos “egotistas, provocando competencia unos con otros,
envidiándonos los unos a los otros” por tener una buena hoja de servicios
en la predicación.—Rom. 10:1-3; Gál. 5:26.
10. ¿Qué ayudará al cristiano a mantener el punto de vista correcto en cuanto a la obra del
Reino?

10 ¿Significa esto que la obra de Dios no es de importancia? ¡De ninguna


manera! Al contrario, el cristiano maduro discierne espiritualmente que su
dedicación a Jehová exige de él que ame a Jehová con todo su corazón,
alma, mente y fuerzas. Él recuerda las palabras de Santiago de que “la fe, si
no tiene obras, está muerta en sí misma.” Por medio de estar siempre
consciente de su relación de dedicación a Jehová puede considerar su obra
desde el punto de vista correcto y ocuparse en ella impulsado por el motivo
correcto: por amor a su Padre celestial, por un deseo de ensalzar Su
nombre, por amor a su prójimo y el deseo de compartir con él los mismos
privilegios y bendiciones. Un entendimiento maduro del paso inicial de la
dedicación prepara el terreno para la adoración madura “con espíritu y
verdad.”—Mar. 12:30; Sant. 2:17; Juan 4:23.
11. ¿Cómo podría un hombre casado mostrar falta de discernimiento espiritual?

11 Entonces, el discernimiento espiritual resulta en tener el punto de vista


maduro del ministerio que toma en cuenta las otras responsabilidades que
uno puede tener como siervo dedicado de Jehová. El hombre que está
casado, y tiene hijos, tiene muchos privilegios y responsabilidades benditos.
Demostraría una falta de discernimiento espiritual si descuidara las
obligaciones de familia sólo para conseguir una sobresaliente hoja de
servicios en el campo. No sólo tiene que proveer el cristiano las cosas
materiales que su familia necesita, sino que tiene que estar alerta para
‘proveer para los que son suyos’ de manera espiritual, estudiando con ellos y
ayudándolos a llegar a ser maduros en el servicio de Dios. El dejar de
prestar tal atención apropiada a “los que son miembros de su casa” equivale
a ‘repudiar la fe.’—1 Tim. 5:8.
12. ¿Qué discernirá el cristiano maduro en cuanto a su actividad de predicar, y en cuanto a
cualquier trabajo seglar necesario?

12 Una hoja de servicios en la predicación de las buenas nuevas no es en sí


misma la prueba de la madurez. ¿De qué provecho sería si, al mismo
tiempo, uno no anduviera en armonía con los principios bíblicos de la
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moralidad, o de alguna otra manera practicara lo que fuese perjudicial en la
congregación? Esto no sería andar digno de Jehová, no sería agradarle

plenamente. Mientras trabaja diligentemente en el servicio de Dios,


hablando a otros acerca de las buenas nuevas, el cristiano discierne que hay
que seguir el derrotero de la integridad en toda parte de su vida si ha de
servir para la vindicación del nombre de Jehová. La persona madura
recuerda a todo tiempo que está dedicada a hacer la voluntad divina y
siempre querrá agradar a Aquel de quien es siervo, a Jehová. No estará
haciendo cosas simplemente para agradar a los hombres, ya sea cuando
esté ocupada en actividades de congregación o en su trabajo seglar, sino
que hará todas las cosas honradamente, “con sinceridad de corazón,”
trabajando “de toda alma como para Jehová, y no para los hombres.”—Col.
3:22-24.
13. (a) ¿De qué manera sigue el publicador maduro tras un ministerio equilibrado? (b) ¿Cuál es
el secreto de estar verdaderamente gozoso en el ministerio?

13 En la obra ministerial misma el publicador discernidor de las buenas


nuevas mantiene un equilibrio apropiado, siempre teniendo presente las
cosas más importantes del ministerio. Él no está satisfecho sólo con la obra
de casa en casa distribuyendo literatura. Él discierne que no basta con sólo
poder predicar. Discierne que ahora es el tiempo en que debería ser un
maestro, capaz de alimentar a las ovejas y ayudarlas a encontrar el camino a
la vida eterna. Por eso diligentemente guarda un registro de cualquier
persona interesada que halla y vuelve a visitarla. Cuando hace su revisita
está preparado con interesantes sermones bíblicos y está alerta para hacer
arreglos para tener un estudio bíblico de casa con las personas de buena
voluntad. Dado que está lleno de conocimiento acertado de la Palabra de
Dios, de amor a Jehová el Gran Pastor y al buen Subpastor Cristo Jesús y de
amor a las otras ovejas, el ministro cristiano avanza en el servicio con un
deseo ardiente de hallar y alimentar las ovejas—por amor y no sólo por un
sentido del deber. Ese es el secreto para estar verdaderamente gozoso en el
ministerio.—Heb. 5:12; Juan 21:15-17.
14, 15. (a) ¿Qué bendiciones resultan de la madurez cristiana? (b) ¿Contra qué debe vigilar la
persona? ¿Cómo?

14 La madurez espiritual trae consigo gozos y bendiciones incalculables. El


estar lleno de conocimiento acertado y discernimiento espiritual hace al
cristiano fuerte, capaz de defenderse de los ataques del enemigo, Satanás,
capaz de identificar sus lazos sutiles del materialismo y de temor a los
hombres y capaz de resistirlos. Escapa de las frustraciones, preocupaciones
y dolores autoimpuestos que provienen de seguir imprudentemente deseos
insensatos y perjudiciales y evita actos insensatos que resultan en
censurarse a sí mismo y en una conciencia cargada de culpa.—1 Tim.
6:9, 10.
15 Mientras gozamos de las bendiciones que tal madurez trae tenemos que
vigilar contra sentirnos demasiado seguros y tenemos que recordar siempre
que la madurez cristiana y el discernimiento espiritual no resultan de
nuestros propios esfuerzos únicamente sino que se efectúan por el
nuestros propios esfuerzos únicamente, sino que se efectúan por el
funcionamiento del espíritu de Jehová en expresión de su bondad amorosa

hacia nosotros. De modo que continuaremos acudiendo a Jehová en oración


pidiendo que nos ayude a continuar sirviéndole de un modo maduro, que
nos detenga para que no cometamos ningún acto presuntuoso, para que
‘los dichos de nuestra boca y las meditaciones de nuestro corazón sean
agradables a Jehová’ a todo tiempo.—Sal. 19:13, 14.
16, 17. ¿De qué manera puede cada persona participar del espíritu de optimismo gozoso de la
sociedad del nuevo mundo?

16 El siervo fiel de Jehová avanza confiadamente, feliz y satisfecho al trabajar


bajo la dirección del Rey reinante, Cristo Jesús, y la organización teocrática
visible que Dios ha establecido en la tierra. Su madurez cristiana lo capacita
a fortalecer y vigorizar a sus hermanos y personas de buena voluntad para
que ellos también alcancen la completa hombredad cristiana y participen
del mismo gozo y de las mismas bendiciones.
17 La perspectiva feliz y confiada que la sociedad del nuevo mundo de
testigos de Jehová demuestra es una evidencia de su madurez. Cada uno
puede participar de ese espíritu de optimismo gozoso esforzándose por
lograr la meta de la madurez cristiana, y estar lleno de discernimiento
espiritual. Al proceder así gozos y privilegios innumerables pueden ser
nuestra porción tanto ahora como en el nuevo mundo que se halla
precisamente adelante, “con tal que, por supuesto, continúen en la fe,
establecidos en el cimiento y firmes y no siendo desviados de la esperanza
de esas buenas nuevas que ustedes oyeron, y las cuales fueron predicadas
en toda la creación que está bajo el cielo.”—Col. 1:23.

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