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Aprendizaje Abierto

C2 – UNLPAM (Aula 1)

ACTIVIDAD 2

Mónica Silvia Alonso


11 de mayo de 2020
El artículo de Christian Basilis describe su vida escolar y la de sus hijos, de
ciudad pequeña de provincia en Argentina a otra ciudad similar en España. Mi
recorrido escolar como alumna y como madre de alumnos, ha sido también de
Argentina a España, pero me he criado en Buenos Aires, porteña (aunque
ahora por mi acento me llamen la gallega), y madre de dos hijos madrileños
que tuvieron su experiencia escolar en la ciudad de Madrid pero
fundamentalmente en un colegio italiano.
Yo he sido en mi paso por la escuela, una alumna “fácil”, desde pequeña me
gustaba estudiar, leer, dibujar. No recuerdo haberme destacado especialmente
hasta cuarto grado, más bien intentaba no llamar la atención. Un día la maestra
de cuarto, Norma de los Reyes, se acercó a mi pupitre y alabó mi caligrafía en
voz alta. Nada importante, pero esas palabras me hicieron sentir algo especial,
quizás orgullo, y esa sensación me gustó. Algo pasó dentro de mí, porque a
partir de ese momento mis cuadernos fueron aún mejores, mapas con países
en papel celofán, dibujos y notas muy buenas. De ahí en más siempre me
destaqué por mis notas excelentes. Tuve buenas profesoras y un colegio que
era ya de avanzada en muchos aspectos, teníamos francés todas las tardes,
aprendimos a sumar y multiplicar con regletas de madera (que también usaron
mis hijos muchos años después), y todos los años les daban a los padres un
informe psicológico de los niños.
Luego, sin prepararme me presenté al examen al Carlos Pellegrini, de la UBA,
y aprobé. Así fue como transcurrí seis años de colegio secundario, el trato era
totalmente impersonal, los profesores entraban, firmaban, daban clases,
evaluaban `pero no teníamos ninguna relación cercana con ellos, no creo que
tuvieran formación didáctica específica, la mayoría de ellos eran contadores,
abogados, físicos y otros que daban clases en la universidad.
Sin embargo, me llevé del colegio lo que no obtuve nunca más en las aulas,
una cultura general muy amplia y el hábito de ejercer un pensamiento crítico.
Los exámenes rara vez eran sólo de conocimiento, se pedía más, se pedía
razonar. No recuerdo haber tenido que aprender de memoria ni en primaria ni
en secundaria más que algunas poesías, que, por cierto, aún recito para mí de
tanto en tanto.
Mi educación escolar pasó de a poco de una orientación conductista (en donde
el énfasis estaba en la promoción de un desempeño observable del estudiante
mediante la manipulación de material de estímulo, la respuesta, y la asociación
entre ambos), hacia una orientación cognitiva (con énfasis en promover el
procesamiento mental) donde el alumno es un participante activo de su
proceso de aprendizaje. Y también al constructivismo, donde la medida última
del aprendizaje se basa en qué efectiva es la estructura del conocimiento del
estudiante para facilitarle el pensamiento y el desempeño en el sistema en el
cual realmente se utilizan las herramientas provistas (Peggy, 1993). Muchas de
esas herramientas y la capacidad de poder usarlas me han servido toda la vida,
porque, aunque vayan cambiando tengo los mecanismos en mi cabeza para
poder descubrir los nuevos procesos.
Para Jonassen (1999)1, hay tres etapas en la adquisición del conocimiento
(introductorio, avanzado y experto), para él los ambientes de aprendizaje
constructivo son más efectivos en las etapas de adquisición de conocimiento
avanzado, donde los prejuicios y malinterpretaciones iniciales adquiridas
durante la etapa introductoria pueden volver a interpretarse, modificarse o
eliminarse, la madurez, la experiencia y los demás conocimientos adquiridos lo
permiten.
Jonassen cree que la adquisición de conocimiento introductorio se logra mejor
a través de enfoques más objetivistas (conductistas y/o cognitivos) pero sugiere
“una transición al enfoque constructivista en la medida que los estudiantes
adquieran mayor conocimiento, lo que les proporciona el poder conceptual
requerido para enfrentar los problemas complejos y poco estructurados”.
Como expresaba Siemmens (2004) 2 estas teorías fueron desarrolladas en una
época en la que el aprendizaje no había sido impactado por la tecnología.
Con esta mochila ligera me cambié de país, me casé con un español (dejé
aquí mis estudios de Arquitectura), y hoy tengo una hija de 22 años y un hijo de
casi 21. Cada uno diferente y aunque han ido a la misma escuela, sus

1
Jonassen, D. (1999), Activity Theory as a frameword for desgining constructivist learning environments
en Educational Technology: Research and Development, 46.

2
Siemens. G. (2004). Conectivismo: una teoría de aprendizaje para la era digital. Traducción de Diego E.
Leal Fonseca. Disponible:http://clasicas.filos.unam.mx/files/2014/03/Conectivismo.pdf
profesores fueron muy distintos. La Institución, la Scuola Italiana de Madrid era
`prestigiosa y con programas más completos que los españoles.
En el artículo de la revista Orsai, no se mencionan las anteojeras de los
programas escolares españoles, donde los alumnos de primaria durante varios
años sólo estudian su comunidad autónoma, en el caso de Madrid los chicos se
aburren con los ríos como el Manzanares que son insignificantes y desconocen
el resto del país. Mis hijos estudiaban Ciencias sociales y Español como lengua
extranjera, mientras que en los libros de italiano recorrían Italia y el mundo, en
los de español no pasaban de la comunidad y la comunidad de Madrid es muy
pequeña.
Pero las diferencias las han hecho los profesores, mi hija tuvo la suerte de
tener una profesora que les trasmitió la pasión por el arte. Cuando tenía siete
años, en el Louvre, Paula se detenía ante Arcimboldo (el de las pinturas con
verduras) con entusiasmo y me pedía una foto, sabía reconocer a los artistas
por sus obras. Tuvo otra profesora, una señora mayor, que la estimuló
muchísimo a escribir y pedía a los padres que no le corrigiéramos las faltas de
ortografía en estas redacciones para dejar que fluya la creatividad, era estricta,
pero a la vez muy cercana con los alumnos y los conocía muy bien a todos.
Como expresa Ken Robinson en el video que nombra el artículo “estigmatizar
el error mata la creatividad. Para crear, para innovar, no hay que temer
equivocarse porque, si los niños tienen miedo a equivocarse, dejarán de probar
y de experimentar. Sin embargo, el sistema de educación actual establece que
los errores son negativos y va aniquilando la creatividad inherente al ser
humano”.
Esta profesora parecía compartir estos conceptos, ahora Paula estudia
Informática, pero dos veces estuvo en la tapa de la revista de una importante
academia de inglés elegida por el mejor cuento.
Mi hijo, Alejandro no tuvo tanta suerte, se aburría, los tests decían que era
superdotado, pero la profesora que tuvo durante cinco años no motivaba a los
alumnos a hacer algo más de lo pedido. Una vez le conté a la docente que mi
hijo se sabía de memoria toda la geografía de Italia porque se aburría y miraba
el mapa que tenía a su lado, era un niño de siete años y la respuesta de la
profesora fue que no me preocupara que ya había quitado el mapa.
Fue después cuando tuvo una profesora que supo encauzar su capacidad y
con un poco de motivación y aprovechando su capacidad de liderazgo, lo pudo
sacar de ese estancamiento.
Conozco bien los colegios de España en los cuales se preocupan más por el
promedio de nota de selectividad que pueden obtener los alumnos y así
aparecer en mejores puestos en los rankings que las necesidades de los
alumnos. Es triste ver que si a un alumno le va mal hasta el profesor de música
le pone baja nota para desanimarlo y lograr que se cambie de colegio. No he
conocido escuelas alternativas.
Como contaba Pennac (2008)3 en “Nuestros "malos alumnos" (de los que se
dice que no tienen porvenir) nunca van solos a la escuela. Lo que entra en
clase es una cebolla: unas capas de pesadumbre, de miedo, de inquietud, de
rencor, de cólera, de deseos insatisfechos, de furiosas renuncias acumuladas
sobre un fondo de vergonzoso pasado, de presente amenazador, de futuro
condenado. Miradlos, aquí llegan, con el cuerpo a medio hacer y su familia a
cuestas en la mochila. En realidad, la clase sólo puede empezar cuando dejan
el fardo en el suelo y la cebolla ha sido pelada. Es difícil de explicar, pero a
menudo solo basta una mirada, una palabra amable, una frase de adulto
confiado, claro y estable, para disolver esos pesares, aliviar esos espíritus,
instalarlos en un presente rigurosamente indicativo”.
Camus también agradecía a su profesor Germain cuando recibió el Premio
Nobel: “Sin usted, la mano afectuosa que tendió al pobre niñito que era yo, sin
su enseñanza y ejemplo, no hubiese sucedido nada de esto. No es que dé
demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la
oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y le puedo
asegurar que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso
continúan siempre vivos en uno de sus pequeños discípulos, que, a pesar de
los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido”.
Hasta ahora, más allá de una teoría de aprendizaje u otra, la importancia del
profesor en el proceso de cada uno nos ha ido marcando y muchas veces nos
ha marcado un rumbo, algunas veces esos profesores han sufrido incluso la
incomprensión de los padres por no seguir estrictamente el programa y seguir

3
Pennac, D. (2008), Mal de escuela, Barcelona: Mondadori.
más de cerca el ritmo de los alumnos o han sentido el rechazo de sus pares o
instituciones.
Pero la sociedad ha cambiado, estamos inmersos en una sociedad cambiante,
la sociedad del conocimiento, donde el alumno tiene la posibilidad de tener una
educación informal o también llamada “educación bastarda” (Jon Dornaletetxe)4
Mis hijos ya vivieron algo de esta conectividad en la escuela secundaria, donde
el profesor les hacía investigar en internet, realizar trabajos colaborativos y
exponerlos, utilizar TIC, aprender a realizar búsquedas fiables, una especie de
clase invertida o flipped classroom. Surge el modelo de aprendizaje abierto que
se relaciona con la teoría del conectivismo.
Según Siemmens (2004) el conectivismo se basa en que los principios cambian
muy rápidamente y o se adquiere nueva información o se corre el riesgo de
vivir en la obsolescencia. Hay una necesidad de reconocer la información fiable
en internet. Vivimos en lo que se ha llamado también la sociedad de la
infoxicación porque se recibe información nueva a cada instante y para lograr
rescatar lo importante se necesita realizar una curación de contenidos (de
hecho, ya hay muchas páginas web que ayudan a profesores e investigadores
realizando este trabajo).
Y agrega Siemmens: “el conectivismo presenta un modelo de aprendizaje que
reconoce los movimientos tectónicos en una sociedad en donde el aprendizaje
ha dejado de ser una actividad interna e individual. La forma en la cual trabajan
y funcionan las personas se altera cuando se usan nuevas herramientas. El
área de la educación ha sido lenta para reconocer el impacto de nuevas
herramientas de aprendizaje y los cambios ambientales, en la concepción
misma de lo que significa aprender. El conectivismo provee una mirada a las
habilidades de aprendizaje y las tareas necesarias para que los aprendices
florezcan en una era digital”.
Los roles del alumno y el docente también cambian en esta sociedad (Marcelo,
2001)5, el alumno es el centro del proceso y el docente debe ser el guía u

4
La educación bastarda: Jon Dornaletetxe at TEDxRealSt. (2020). Retrieved 19 April 2020, from
https://youtu.be/8U_RP9GWFws

5
Marcelo, C. (2001), Aprender a enseñar para la Sociedad del Conocimiento en Revista Complutense de
Educación, vol. 12 múm. 2, pp- 531-593.
orientador para que el alumno pase de ser consumidor a prosumidor, es decir
productor de sus propios contenidos. Para ello debe haber aprendido a extraer
del entorno de posibilidades a su alcance, las más fiables, pertinentes, ejercer
un pensamiento crítico, analizar y compartir su trabajo (conocimiento de
movimientos de acceso abierto, búsquedas avanzadas, entre otras).
El profesor necesita adaptarse a esta nueva sociedad, desaprendiendo lo
aprendido, dejar de lado la clase magistral y formarse en las nuevas
tecnologías (Casablancas, 2014)6 para ir por delante de los alumnos y dejar de
mirar los nuevos escenarios por el retrovisor.
Además, en cuanto al artículo, mi hija es miope desde pequeña, pocas
dioptrías, pero antes de que lo vieran en la escuela, lo descubrimos en casa
sus padres.

6
Casablancas, S. (2014). De las Tic a las Tac, un cambio significativo en el proceso educativo con
tecnologías. Entrevista realizada por A. S. Canavoso, Virtualidad, educación y ciencia, 5 (9), pp. 106-109.
Disponible: https://revistas.unc.edu.ar/index.php/vesc/article/view/9926/10601
Bibliografía

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del modelo TPACK para la formación del profesorado en TIC. @tic. revista d’innovació
educativa. (nº14). Disponible: https://ojs.uv.es/index.php/attic/article/view/4001/6235. Fecha de
consulta, 12/09/2015
Casablancas, S. (2014). De las Tic a las Tac, un cambio significativo en el proceso educativo
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Disponible: https://www.redalyc.org/pdf/1794/179421215002.pdf
González, A.; Lara, T.; Magro, C. y Rodríguez, J. (2011). “EOI Open Learning: un decálogo
para la transformación del aprendizaje”, Revista Arbor. CSIC. Vol. 187, Nº Extra 3, págs. 39-50.
Disponible en: http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/view/1409/1418 Granados
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Jonassen, en C.Reigeluth El diseño de la instrucción, Madrid: Aula XXI, Santillana.
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Quartely, 6, pp. 50-72.
Pennac, D. (2008), Mal de escuela, Barcelona: Mondadori.
Siemens. G. (2004). Conectivismo: una teoría de aprendizaje para la era digital. Traducción de
Diego E. Leal Fonseca. Disponible: http://clasicas.filos.unam.mx/files/2014/03/Conectivismo.pdf
Zapata-Ros, M. (2015). Teorías y modelos sobre el aprendizaje en entornos conectados y
ubicuos. Bases para un nuevo modelo teórico a partir de una visión crítica del “conectivismo”,
Education in the Knowledge Society (EKS). Disponible: http://eprints.rclis.org/17463/

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