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El CHETUZO - Un pedacito de México en La Habana

El slogan del lugar, ya nos incita a la curiosidad. Nos preguntamos de inmediato cómo
será ese pedacito mexicano en Cuba.

Se trata del Restaurant EL CHETUZO, ubicado en la misma esquina de las calles 5ta
avenida y 84, en Playa. El nombre es la combinación, por un lado, de la admiración
que desde niño ha sentido su dueño por la figura del legendario Che Guevara, por eso
empieza con CHE; y por otro, de las costumbres tradicionales de su pueblo natal,
donde usualmente, se agrega el prefijo TUZO a casi cualquier nombre. Y para
demostrarlo, nos muestra que hay varios platos en el Menú cuyos nombres tienen esa
misma terminación. Es que Pablo Mijahil Avilés Jiménez, quien es su dueño y
fundador, es mexicano de nacimiento, y dice desde niño tenía el deseo de visitar la
isla. Podemos decir, ahora, que lo cumplió con creces. Enamorado de Cuba, no le fue
difícil también encontrar el amor de una cubana, y juntos, han emprendido esta
aventura gastronómica, para deleite de todos los que lo visitan.

El CHETUZO es de reciente creación, y el propósito que los anima es que en Cuba se


conozca más de México y su milenaria cultura culinaria. Por ello, apenas se entra al
local, la presencia del pabellón nacional azteca y otros elementos de la decoración,
nos remiten sin dudas, al hermano país. Por el momento, cuentan con Bar y
Restaurante, climatizados; pero tienen el proyecto a corto plazo de ampliarse con una
terraza exterior, donde además de los clientes, piensan atender a las mascotas y
darles de comer también. Porque los sentimientos que los animan, también incluyen
un sincero y desinteresado amor por los animales; de hecho, tienen de mascota a un
perrito que salvaron de la calle, y lo crían en la casa.

Ofrecen sus servicios todos los días a partir de las 11:00 am, con variaciones en la
hora del cierre: de lunes a jueves, culminan a las 12 de la noche; y de viernes a
domingo, hasta las 3:00 de la madrugada. Además, tienen servicio a domicilio, con
tarifas que dependen de la distancia a recorrer para llevar el pedido, pero siempre
económicas. Por supuesto, tratándose de “un pedacito mexicano en La Habana”, no
puede faltar el acompañamiento de los tradicionales mariachis, que amenizan el
ambiente, y demuestran que el hermanamiento de nuestros países, es, sobre todo,
cultural. Pero si lo prefiere, y los amigos desean que la velada sea más festiva,
también existe la oferta del karaoke, donde no importa desafinar o no saberse la letra,
lo importante es cantar y divertirse. Concebido como un lugar, a decir del dueño,
donde “comer bien, y llenarse sin gastar mucho”, la carta contiene desde entrantes y
panes, hasta desayunos, pizzas y platos fuertes. Lo distingue, además, lo que han
denominado “antojitos mexicanos”, y todo con precios muy módicos, sobre todo, si se
piensa en el entorno en el que está ubicado. Pero más que nada, han logrado una
simbiosis muy particular, donde se mezclan los platos de la cocina internacional, con la
cubana y la mexicana.

El mejor ejemplo es el plato que los distingue: la carne al Pastor; elaborado a partir de
una receta típica mexicana, donde se marina la carne durante 48 horas en jugo de
naranja agria con achiote, un ligero toque de limón, picante y vinagre. Transcurrido
este tiempo, se puede preparar en diferentes variantes de platos; y para comerlo, al
servirlo, se acompaña de congrís, vianda y ensalada. Claro, no por gusto, está
pensado como un lugar de encuentro entre amigos, tanto cubanos como extranjeros, y
en especial, para mexicanos que visiten o viven en el país; y en donde prima un
ambiente muy familiar, caracterizado por el buen trato y la amabilidad de quienes
atienden a los clientes. Esa es la opinión de Aleanna Corella, quien dice que es
“excelente lugar para pasar un buen rato degustando comida mexicana. Deliciosas
margaritas y buena relación calidad-precio”.

Desde el Bar, Raidel Pérez, refiere que el trago insigne es la Bandera Tequilera. Es un
trago muy fuerte, tradicional en México; compuesto por 3 vasos; uno de jugo de
tomate, el otro de jugo de limón, y el tercero de tequila. Se beben, de acuerdo con las
más ancestrales costumbres, uno detrás del otro. Si no lo ha probado nunca, aquí
tiene la posibilidad de hacerlo, y luego, da lo mismo que vengan los mariachis, como
que pongan el karaoke.

Las aspiraciones de los dueños, sin embargo, no terminan con este establecimiento.
Pretenden en un futuro, abrir otro restaurante similar en la zona del Vedado, pues sus
indagaciones les garantizan que son pocos los restaurantes en la ciudad,
especializados en comida mexicana. Incluso, están pensando en llevar la franquicia de
este Restaurante, incluyendo la comida típica cubana, a países como Ecuador y el
propio México. Y todo ello, fomentando el cuidado por el medio ambiente y el respeto a
los animales.

Michel y su esposa, dueños de una casa de renta en la Habana Vieja, se han


convertido en asiduos del lugar, pues en compañía de sus dos niños, y de la tía que
vive muy cerca de allí, disfrutan de un buen rato de sano esparcimiento; y el
acompañamiento de los mariachis es una de las ofertas que más les complace. Por
todo eso, afirman, lo recomiendan a todos sus huéspedes. Nosotros, desde ya, solo
podemos desearles éxitos en sus propósitos, e invitarlos a ustedes, que nos leen, a
que se den un saltico hasta 5ta y 84, para pasarla… pero rebien… Órale, ¡¡mi cuate!!

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