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afectan a la unidad familiar y las relaciones entre sus miembros. Por lo tanto, un psicólogo de la
familia no centra su trabajo solo en el individuo sintomático sino que concibe la familia como un
sistema. Así, evaluará y tratará los patrones de comportamiento y comunicación de este grupo, los
estados emocionales y las variables externas que lo envuelven.
Son muchos los psicólogos que trabajan en contacto directo con las familias: clínicos, jurídicos,
terapeutas de pareja… Algunas de sus labores pueden centrarse solo en el asesoramiento, como
es el caso de los orientadores. En otros, la práctica del psicólogo exige la intervención terapéutica
(para ello es imprescindible ser psicólogo sanitario).
Como indican Llavona y Mendez (Manual del psicólogo de familia, 2012) las áreas de actuación de
un psicólogo de familia son muy amplias y diversas, aunque podrían resumirse en las señaladas a
continuación:
El psicólogo se encargaría de enseñar a los progenitores las estrategias de crianza que ofrecen al
niño un ambiente seguro, de apoyo y respeto.
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También les ayuda a establecer disciplinas, valores y hábitos saludables para el bienestar de todos
los componentes de la familia.
Desobediencia, agresividad, miedos infantiles, trastornos del desarrollo… Estos son los casos más
comunes que llegan a la consulta. El psicólogo se encargará de realizar una evaluación profunda
del perfil del niño, analizar las dinámicas dentro de la familia y diseñar un programa de
intervención en el que participarán todos los miembros.
La adolescencia supone una serie de cambios en el individuo: físico, psicológico y social. Estos
cambios repercuten en las relaciones con los padres y, en algunos casos, supone una
desestabilización dentro del seno familiar: cambios de normas, reajustes de la autoridad o
establecer nuevas libertades y responsabilidades del adolescente.
La intervención del psicólogo se centrará en ofrecer vías de comunicación positiva, técnicas para
resolver conflictos y la aplicación de programas de apoyo a la parentalidad. La parentalidad
positiva es un concepto promovido desde los organismos oficiales con el fin de promover a través
de estrategias psicoeducativas las relaciones padres e hijos basadas en el afecto, la
responsabilidad y la obediencia.
Crisis de pareja
Las parejas evolucionan y sufren periodos de cambios, que a veces conllevan la generación de
conflictos y discusiones constantes. La llegada de un hijo, el desempleo o la jubilación suelen ser
acontecimientos que desestabilizan la vida conyugal y familiar. El terapeuta entrenará a los
miembros en el diálogo abierto, respetuoso y asertivo y a la resolución de los conflictos. También,
instruirá a la pareja para realizar cambios a nivel cognitivo y comportamentales, con el fin de
restablecer los vínculos afectivos.