Sei sulla pagina 1di 7

Segunda parte

La locura es definida y tratada en cada cultura y en cada época


histórica, de forma particular, de acuerdo con las ideas
hegemónicas de la época.

La locura no es un dato objetivo, sino un dato histórico y social. A


finales del s.XIX (19) se abandona el término locura, al ser
considerado despectivo, y se usa el término enfermo mental o ya
más en la actualidad el de trastorno mental, así se separa el
trastorno de la persona, de su carácter y sus vivencias propias.

La locura en la antigüedad
Los antiguos creían que la locura era sagrada, que era obra de los dioses
o demonios.

Las divinidades enviaban la locura, como castigo o como venganza.

En ésta época, las personas no eran culpabilizadas por su trastorno; sino


que eran consideradas víctimas inocentes de fuerzas sobre las que no
tenían control alguno.

En Mesopotamia, Israel y Persia,  se consideraban los trastornos


mentales como posesiones demoniacas.

En Egipto, antes que los griegos, reconocieron al cerebro como


“localización de las funciones mentales”.

Describieron el trastorno emocional, denominado luego como “histeria”


por los griegos, atribuyéndolo a una mal posición del útero, por lo cual
fumigaban la vagina como tratamiento, con la intención de devolverlo a
su posición original.
En India, la meditación budista se utilizaba y se utiliza como una forma
de psicoterapia para trastornos mentales así como ayuda para superar
las dificultades de la vida diaria.

En Grecia, 

los griegos fueron los primeros en estudiar los trastornos mentales


desde un punto de vista científico, separando el estudio de la mente
de la religión, fueron los más avanzados en aplicar técnicas que se
desarrollarían más adelante como el diálogo con el paciente, o la
interpretación de los sueños. 

La medicina griega buscó leyes universales que pudieran constituir la


base de una ciencia real de la enfermedad, investigando a fondo las
leyes que gobiernan las enfermedades y buscando la conexión entre
cada parte y el todo, la causa y el efecto. Además de los tratamientos
somáticos de la escuela hipocrática, los griegos emplearon tres
tratamientos psicológicos: inducción del sueño, interpretación de los
sueños (a cargo de sacerdotes) y el diálogo con el paciente.

Hipócrates sostuvo que las enfermedades se producían por un


desbalance de los cuatro humores esenciales: flema, bilis amarilla, bilis
negra y sangre.

Pequeños excesos de estos tres humores y de sangre daban lugar a


personalidades flemáticas, coléricas y sanguíneas.

Hipócrates ubicó en el cerebro la capacidad para pensar, sentir o soñar.

Fue el primero en proponer que los sueños son expresión de nuestros


deseos que acceden hacia el conocimiento cuando se eliminan las
demandas de la realidad.

También fue el primero en describir y clasificar racionalmente


enfermedades como epilepsia, manía, paranoia, delirio tóxico, psicosis,
fobias e histeria.
En Roma, siguieron las filosofías griegas estoica y epicúrea, que
postularon que las pasiones y deseos insatisfechos actúan sobre el alma
produciendo enfermedades mentales, que pueden controlarse
alcanzando un estado mental sin perturbaciones o ataraxia (de donde
deriva el término atráctico utilizado para los sedantes).

Celso, dividió las enfermedades en locales y generales, dentro de estas


últimas incluyó las enfermedades mentales, que a su vez las dividió en
febriles (delirios) y no febriles (locura).

Consideró necesario el confinamiento y los procedimientos restrictivos


(hambre, cadenas y grillos) para el control de la violencia, recomendando
los sustos súbitos como tratamiento.

Galeno, a su muerte comenzó la era del oscurantismo religioso


medieval.

Consideró que el cerebro es el centro de las sensaciones y movimientos,


y que el alma es inseparable de los centros nerviosos.

Describió dos tipos de almas: animal o racional (en el cerebro) e


irracionales (en el corazón e hígado). Dijo que el clima influye en las
características psicológicas

La locura en la Edad Media


Con el advenimiento del cristianismo, la locura fue conceptualizada como
sinónimo de pecado y defecto mortal.

Se consideró la locura como el resultado de una posesión o un pacto


con el diablo, como un efecto de la brujería.

El loco era alguien considerado controlado por las fuerzas del mal, se
utilizó el exorcismo para extirpar el diablo del cuerpo de las personas
presuntamente poseídas.
En la Edad Media 

el loco no puede hacer promesas, ni tener palabra, ni testimoniar.

A nivel jurídico no puede disponer de sus bienes, estos pertenecen a sus


familiares o tutores.

No puede testificar ante tribunales, ni hacer contratos.

 A cambio los parientes del loco deben asegurar su subsistencia y su


guarda. Los locos extranjeros son expulsados, a veces después de haber
sido azotados.

En la alta Edad Media surge un enfoque “médico”, de la locura.

Con la creencia que los locos tienen una piedra en la cabeza (la piedra de la
locura), que origina su mal.

Realizan pues, operaciones quirúrgicas, para extraerla.

La locura en el renacimiento
Con la llegada del renacimiento, se acaban los exorcismos y las
trepanaciones de cráneos.

Se opta para erradicar a los locos directamente, sacándolos de la ciudad , de


las calles, del espacio público.

Se les deja en campos apartados y otros son puestos en un barco sin


timón en medio del mar. 
La locura en la Edad Moderna
Foucault señala que desde el siglo XV15 el loco era considerado como
portador de cierta sabiduría, hasta el momento en que tanto el loco, como el
delincuente y todos los marginados de la sociedad van a ocupar el espacio
de los leprosos, de los apestados sociales, llevando al aumento de las
prisiones en la Francia del siglo XVII 17.

Existían muchos lugares reservados sólo para los “tontos” como el Hotel
Dieu que acogía solamente los “locos”, o el Londres Bethlem donde
aceptaban una única serie de “locos”.

Cuando se internaban tan solo los “locos”, es de hecho una prueba de


que se realizaba una determinación médica, cosa que ocurría en otros
lugares.

Aumentaron los encierros en los asilos y los hospitales generales.  

Los médicos contaban con pocos conocimientos acerca de la locura y los


espacios institucionales especializados no existen.

 Los “locos” deben compartir espacio con delincuentes, desertores,


prostitutas, borrachos,etc.

En la Edad Moderna se clasifica a los locos en tres grupos: furiosos,


deprimidos y tranquilos.  

A los furiosos se les intenta calmar con ayunos, palos y duchas de agua fría.

De no resultar se les instala en el cepo. Como última medida, se les fija a un


muro, mediante una cadena corta.

Los deprimidos son aislados en habitaciones del domicilio


familiar, separados del resto de miembros y a menudo se les oculta de
las relaciones sociales.
 Los “más tranquilos” alternan con la familia y las amistades, al no constituir
peligro.

El siglo 19XIX
En el siglo XIX,19 no paran de aumentar el numero de
manicomios, estos disfrazaban la tortura como una forma de
curación, uno de los tantos casos fue en el hospital psiquiátrico
Charenton en París, donde se aplicaban como
tratamiento: mantenerlos atados, sumergirlos en agua fría, golpes
y sumergirles la cabeza en una bañera.

 En  los manicomios ingleses utilizaban un dispositivo rotatorio


en el que hacían girar al paciente a una velocidad vertiginosa,
otro tratamiento consistía en marcarle la cabeza con un hierro al
rojo vivo para que el loco recuperara el sentido. 

 Todo esto con el fin de anular sus ideas y ilusiones, consideradas


anormales.

El siglo 20 XX
En el siglo 20 XX se desarrollan dos concepciones diferentes de la
enfermedad mental:

Una concepción biologicista: que dice que las enfermedades son


provocadas principalmente por trastornos biológicos y
genéticos  (Kraepelin, Bleuler).

Una concepción psicologista: Las enfermedades mentales son trastornos


psíquicos, desequilibrios que han de ser tratados con medios
psicoterapeuticos, aunque también pueda existir una base
biológica  (Jaspers,Freud).
Freud se enfrenta al biologicismo, creando un nuevo rol para el médico,
este debe escuchar al paciente y a partir de aquí encontrar los motivos
de sus síntomas.

La concepción biologista junto al Darwinismo social defendido por la


ideologia Nacional-Socialista supuso la esterilización y exterminio de miles
de alemanes con trastornos mentales o minusvalías, un total de 300.000
personas fueron asesinadas mediante el programa T-4 o “eutanasia”.

Los nazis consideraban a los enfermos mentales y minusválidos como


inútiles para la sociedad y una amenaza para la pureza genética 

Potrebbero piacerti anche