A propósito de las interpretaciones de la literatura latinoamericana.
1. Afá n de independencia cultural aparece Andrés Bello quien en contraposició n a las
propuestas de Hegel y heredando algunas de las concepciones virgilianas, pensó que el signo del latinoamericano era el de la “Naturaleza paradisíaca y una població n pacífica y gloriosamente campesina” (39). La literatura que surgió de esta concepció n fue una literatura “determinada y acuñ ada por la Naturaleza” (40), que tuvo sus expresiones má s acuciantes en las expresiones de lo regional, lo telú rico y lo cható nico. Andrés Bello funda lo específico de lo latinoamericano como lo natural. NATURALEZA: BELLO.
2. En tanto esas explicaciones sugieren no ser contingentes, suelen tomar la forma de
mito, es decir, de “formas petrificadas de una sola ideología” (41); son lo que Gutiérrez denomina “axiomas aparentes” y entre las que califican entre otras las denominaciones de raza có smica, indoamérica, real maravilloso americano. “Estos axiomas aparentes interpretan, certeramente, una parte de la realidad en un momento determinado, responden y reflejan determinadas fases de la realidad en su desarrollo, pero tienen la pretensió n de interpretar toda la realidad en todos los momentos de su evolució n” (41). Algunos de esos mitos son “mitos privados” y todos buscan la especificidad y originalidad de América. El peligro es que estas teorías han desembocado en Europa en posturas fascistas. Para interpretar a Latinoamérica se utilizan axiomas aparentes que son mitos privados. AXIOMAS APARENTES. MITOS PRIVADOS.
3. Poniendo de relieve la naturaleza como realidad ontoló gica latinoamericana se
niega la posibilidad de entender que la literatura latinoamericana ha sido “un legado específicamente europeo transplantado al Nuevo Mundo” (42) HISTORIA DE AMÉ RICA: HISTORIA DEL MUNDO
4. Carpentier participa de esas teorías irracionales que pretenden sublimar la
barbarie, para decirlo en términos propuestos por Sarmiento. Europeo es la consideració n de la razó n como eje explicativo del mundo, pero también “los términos de toda discusió n sobre... civilizació n y barbarie” (43)
5. Para entender e interpretar la literatura europea es necesario aceptar el hecho
histó rico de que “nuestra tradició n es europea y tenemos derecho a esa tradició n” (43). A partir de esa tradició n se le ha dado explicació n a fenó menos en apariencia muy autó ctonos como el indigenismo, que ha gozado de la mirada de estudiosos instalados en el imaginario teó rico de la modernidad europea. Así, la especificidad latinoamericana “es una especificidad dentro de lo europeo, cuyo reconocimiento exige una relació n determinada con Europa y su cultura. Si se reconoce que nuestra tradició n es una tradició n europea, si se reconoce la historia entonces es preciso exigir que los latinoamericanos tengan conciencia de eso y sepan cultivar una relació n propia con su tradició n, es decir, que sean capaces de enfrentarse a ella críticamente” (44) “Esta actitud crítica depende, naturalmente, del conocimiento seguro de esa tradició n, al menos, de sus má s altos representantes” (44). Si bien el escritor no tiene que conocer dicha tradició n, el estudioso de la literatura sí debe hacerlo, para evitar interpretaciones que recalen en el entendimiento de nuestra literatura como un hecho de “generació n espontá nea”. Latinoamérica pertenece a la tradició n europea y los latinos deben enfrentarse críticamente a esa tradició n, conociendo los má s altos representantes. ENFRENTARSE CRÍTICAMENTE A EUROPA.