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Noviembre 13 de 2019
Articulación integradora
En el mundo que nos rodea es de vital importancia tener clara una cosmovisión
cristiana sobre el papel que tienen los hijos de Dios en el mundo. Si los cristianos no
tenemos claro que el propósito fundamental de nuestra vida es dar gloria a Dios en todo lo
que hacemos, fácilmente adoptaremos la cultura nihilista del mundo posmoderno. Esta
verdad es demasiado importante porque de no aceptarse el cristiano olerá más a mundo que
evangelio de Jesús, en donde su amor y futuro juicio están presentes, busca la gloria de
Dios y no del hombre y, por último, hace contracultura desde el amor a Dios y por el amor
Precisamente es ese amor por Dios y por su creación lo que nos permite reconocer la
dignidad del otro, básicamente porque nos hacemos conscientes de que allí, en mi vecino,
diferente a mí, si piensa lo más diametralmente opuesto o aun si cree algo distinto, yo como
hijo de Dios estoy llamado a amarlo, porque a lo mejor yo sea el único rostro de Jesús que
él verá. No es tarea del cristiano cambiar a la gente, eso lo hace el Espíritu Santo, la labor
del creyente es amar al diferente, al enemigo, al que se me opone, quizá el amor de Dios
que hay en mí por él pueda abrir un camino para que Jesús transforme una vida. A partir de
esto he estado enseñando que no hay que marginalizar al diferente porque está tan
necesitado de amor y reconciliación con Dios como cualquiera de nosotros. Esto enseñó
distintivo de este reino es que todos caben, pero también todos cambian, ninguno queda
igual.
Una de las cosas que cambian es que ya no se piensa en el individualismo, sino que se
tiene una visión de comunidad y de cuerpo. Esto produce una nueva mentalidad y por
consiguiente una nueva manera de actuar (Ro 12:2), por ejemplo, las personas que
realmente han llegado a los pies de Jesús entienden que aun sus riquezas no les pertenecen,
son administradores y como tal deben agradar a su Señor con el uso de ellas. Por esto, en un
mía debe ser diferente y con lo que Dios me ha bendecido poder ayudar al otro en
necesidad. Sin embargo, la tarea no se queda solo en ayudar al otro o administrar los
recursos económicos que Dios nos provee, la tarea también implica el cuidado de todas las
cosas creadas por él y por eso la cosmovisión cristiana debe pensar con seriedad en el
cuidado del medio ambiente. Por ejemplo, dejar de usar vasos plásticos en las iglesias,
En cuanto a ese tema parece que el mundo posmoderno está teniendo un poco más de
conciencia que los cristianos, por eso debemos mover a la iglesia a que lo haga porque lo
hará con la motivación correcta, glorificar al Señor cuidando su creación. Sin embargo, hay
temas en los que los cristianos deben tener cuidado y no hacer lo mismo, uno de esos temas
es la “tolerancia”, esa que en este mundo está siendo entendida como la base para ser lo que
quieras ser. La posmodernidad ha abierto las puertas para que cada persona elija qué está
bien y qué esta mal, aceptar la moral de cada persona es tolerancia, lo contrario es
“satanizado”, aquel que no está de acuerdo con esa manera de pensar del otro está siendo
autoritario o se quiere imponer sobre el otro. La lógica de ellos, los posmodernos, es
relativizar todo, pero no se dan cuenta que caen en lo que detestan, una afirmación absoluta.
prudente y mucho menos sabio. Sin embargo, creo que la tolerancia debe estar enmarcada
por el respeto y también debe tener unos límites, estos límites para nosotros como cristianos
son puestos por la Palabra de Dios y por lo que se ha hablado anteriormente sobre el amor
al prójimo. En ese sentido la tolerancia debe tener un puente reconciliador que muchas
veces no tiene, esto es evidente para mí porque cuando veo la historia de Colombia siento
que el país se ha sumergido en un montón de guerras que literalmente se han dado por la
La guerra en nuestro país no es algo novedoso, parece ser un factor que ha atravesado
los procesos de independencia la violencia ha sido un sello puesto con la sangre de muchos.
que buscaban la manera de enquistarse en el poder. Allí no había espacio para nadie más,
por eso surgen grupos y caudillos que creen reunir el pensamiento colectivo de toda la
nación y levantan ideologías y algunos deciden por las armas. La historia del país se ha
escrito a sangre y fuego, sin paz, sin dialogo efectivo, sin reconciliación, sin retribución y
sin dignidad.
Es justo aquí donde los cristianos deben hacer presencia, no de la manera en que la
están inventando, pastores dejando su iglesia para lanzarse al poder, esa esta muy mal. Lo
que la iglesia debe hacer es orar por personas preparadas que estén llamadas por Dios para
ocupar esos lugares. Al mismo tiempo también tiene una labor educadora que fomente el
dialogo y reconciliación, no más división, sectarismo o partidismo. La iglesia debe ser un
agente de paz en Colombia y lo puede ser de muchas maneras sin tener que ansiar el poder
en un cargo público o una presidencia. Es tarea de los cristianos vivir una cosmovisión que