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Volumen I
Autores: Fernández, E. G., Jiménez M. P., & Martín, M. D.
Centro de Estudios Ramón Areces, Madrid, 2003, págs. 49-67
ISBN: 978-84-8004-618-X
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Volumen 1
--
EM OCIO N~
MOTIVACION
La adaptación
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humana
Enrique G. Fernández-Abascal
e:> María Pilar Jiménez Sánchez
María Dolores Martín Díaz
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~ EDITORIAL
Q. 1 CENT,RO DE ESTUDIOS
RAMON ARECES, S. A.
ENRIQUE G. FERNÁNDEZ-ABASCAL
Catedrático de Emoción y Motivación (UNED)
MARÍA PILAR JIMÉNEZ SÁNCHEZ
Profesora Titular de Emoción y Motivación (UNED)
MARÍA DOLORES MARTÍN DÍAZ
Profesora Titular de Emoción y Motivación (UNED)
EMOCIÓN Y MOTIVACIÓN
La adaptación humana
I
COLECCIÓN DE PSICOLOGÍA
•
L:
1 configuran una de sus características diferenciales. Por otro lado, efectos fisio-
lógicos que se refieren a alteraciones en la regulación de la actividad fisiológica.
Otro tipo de efectos son los funcionales , es decir, las emociones tienen la carac-
terística de preparar para la acción, para actuar sobre el medio modificando las
condiciones desencadenantes de la emoción o sus consecuencias. Por último,
las emociones también poseen una forma de expresión característica, que cum-
ple importantes funciones sociales.
1) La respuesta emocional prototípica no se manifiesta directamente, sino
que es filtrada por efecto del aprendizaje y la cultura, modulando los distintos ele-
mentos de ésta y ajustándolos a contextos socioculturales de la persona.
J) Por último , la dinámica por la que se guían las emociones se compone
secuencialmente de dos procesos : en primer lugar, un proceso emocional pri-
mario, intenso pero breve; y, en segundo lugar, un proceso emocional secunda-
rio u oponente, lento y cuyas características se contraponen a las del proceso
primario para retornar a la persona a las condiciones previas a las de iniciarse la
respuesta emocional.
1. INTRODUCCIÓN
1
acción emocional genéticamente determinados son los recursos con que hemos
contado para juzgar que lo que nos acontecía era "bueno" o "malo", comunicarlo
a los demás con una sonrisa o un llanto, y realizar rudimentarias conductas de
acercamiento o alejamiento adecuadas a cada situación. Es más, en esos momen-
tos de nuestra vida en los que dependemos totalmente del cuidado de otras per-
sonas, la visión de nuestra cara de bebés - con ojos grandes y formas redondea-
das- ha puesto también en marcha programas emocionales en nuestros
progenitores, que les ha llevado a cuidarnos y atender todas nuestras necesidades.
Pero las emociones son mucho más que programas de acción genéticamente
dotados, lo que les podría hacer rígidos y estereotipados. Como procesos adapta-
tivos por excelencia que son, tienen una alta plasticidad y capacidad para evolu-
cionar, desarrollarse y madurar. Así aprendemos desde un amplio elenco de nue-
vas situaciones con significación personal, a la modulación de nuestras propias
respuestas emocionales, el desarrollo de nuevas emociones e, incluso, a anticipar
respuestas para prevenir situaciones emocionales no deseadas. Así pues, las emo-
ciones no son procesos estáticos, sino que van cambiando en fu nción de las
demandas del entorno, por acción de la experiencia personal y social.
En resumen, la principal función de las emociones es la organización de toda
nuestra actividad. Organización del entorno y de nuestras experiencias, y organi-
zación de complejas actividades que en muchos de los casos debemos realizar en
un lapso muy breve de tiempo, no solo como reacción a las propias exigencias de
las situaciones, sino con la finalidad de anticiparse a consecuencias que aún no
han ocurrido. Para ello las emociones reclutan a los restantes procesos psicológi-
cos como la percepción, la atención, la memoria, el pensamiento, la comunicación
verbal y no verbal, y la motivación. Así pues, las emociones son un sistema de
procesamiento de información prioritaria para la supervivencia y la adaptación al
medio, y se convierten en el proceso que coordina a los restantes recursos psico-
lógicos necesarios para dar la repuesta más rápida y puntual ante una situación
concreta.
A lo largo de este capítulo intentaremos desarrollar las características más des-
tacadas del proceso emocional, así como plantear aquellas cuestiones que han
condicionado la forma en que se plantea el posterior desarrollo del estudio de las
emociones en los siguientes capítulos.
2. CONCEPTO DE EMOCIÓN
1
los eventos y fenómenos emocionales (Russell y Lemay, 2000).
Emoción es el concepto que utiliza la Psicología para describir y explicar los
efectos producido por un proceso multidimensiona/, encargado de :
• El análisis de situaciones especialmente significativas.
• La interpretación subjetiva de las mismas, en función de la historia personal.
• La expresión emocional o comunicación de todo el proceso.
• La preparación para la acción o movilización de comportamiento.
• Los cambios en la actividad fisiológica .
La emoción es estudiada desde enfoques e intereses muy distintos, así la
neurociencia se interesa por el conocimiento de los mecanismos cerebrales, hor-
monas y neurotransmisores implicados en la emoción; la psicología evolutiva se
centra en el desarrollo delimitando cuáles son los cambios emocionales que se
producen a lo largo de la vida de una persona; la psicología social pone de relie-
ve la importancia comunicativa de la expresión emocional; la psicología cogniti-
va acentúa la importancia de la relación entre emoción y cognición; la psicología
de la personalidad se centra en el estudio de los rasgos desde el punto de vista de
emociones discretas; y la psicología clínica se interesa por la relación entre
desórdenes psicológicos y tipos de experiencia emocional.
Es preciso diferenciar el proceso emociona/ en sí, es decir, el cambio puntual
que se produce en un determinado momento y con una duración delimitada en el
tiempo; del rasgo o tendencia emocional, es decir, de las formas habituales de res-
ponder emocionalmente de una determinada manera o la tendencia a tener casi
siempre la misma respuesta emocional, que hace referencia más a estructuras rela-
tivamente estables en el tiempo (temperamento), que a procesos, y que se escapa
de los temas que son de interés por lo que no será abordado aquí.
También es preciso diferenciar el concepto de emoción de otros, que en el len-
guaje coloquial se utilizan como sinónimos, pero que tienen otra significación
dentro de este campo. Estos conceptos son los de afecto, humor (tono emocional
de base) y sentimiento.
Si consideramos conjuntamente los conceptos de afecto, tono emocional de
base y sentimiento, podemos resaltar que el primero es el más general de los tres.
Además, desde un punto de vista filogenético y ontogenético, es el más primitivo.
El afecto es una condición neurofisiológica accesible conscientemente, como en
sentimientos más simples (no reactivos), evidente en el tono emocional de base y
en las emociones. El afecto posee tono o valencia, que puede ser tanto positiva
como negativa, e intensidad, que a su vez puede ser baja o alta. Prácticamente
todas las especies poseen un proceso afectivo. Como indica Buck (1985), se
especula con la posibilidad de que el tono o valencia esté directamente relacio-
50 EMOCIÓN Y MOTIVACIÓN (Vol. 1)
nado con algunas estructuras diencefálicas (hipotálamo) y la intensidad con la for-
mación reticular. El afecto tiene que ver con la preferencia y permite el conoci-
miento del valor que tienen para la persona las distintas situaciones a las que se
enfrenta. El afecto es primitivo, universal y simple (irreducible en el plano men-
1
tal). Puede existir sin estar etiquetado, interpretado o atribuido a cualquier causa.
Existe una tendencia innata hacia el afecto positivo, de tal suerte que la meta de
toda persona es obtener placer.
Por su parte, el humor que es un término de uso coloquial ambiguo al que nos
referiremos técnicamente como "tono emocional de base" (ya que induce a equi-
voco con la emoción denominada "humor", ver Capítulo 7), es una forma espe-
cífica de estado afectivo, la cual también implica Ja existencia de tono e intensi-
dad. El tono emocional de base implica la existencia de un conjunto de creencias
acerca de la probabilidad que tiene la persona de experimentar placer o dolor en el
futuro, esto es, de experimentar el afecto positivo o el afecto negativo. Un tono
emocional de base concreto puede durar varios días, variando según lo haga la
expectativa de futuro de la persona. La emoción, que también es una forma con-
creta de afecto, por el contrario, suele durar muy poco tiempo, refiriéndose a una
relación concreta de la persona con su medio ambiente en el momento presente.
Schwarz y Clore (1988) distinguen el tono emocional de base de la emoción, per-
filando el tono emocional de base como más difuso y generalizado, mientras
que Ja emoción es una reacción específica a eventos particulares. Por otra pai1e,
también se diferencian ambos conceptos en la proximidad de la causa, ya que el
tono emocional de base tiene una causa que es más remota en el tiempo de lo que
lo es la de Ja emoción. En definitiva, el tono emocional de base refleja la proba-
bilidad de que la persona obtenga placer o dolor a partir de sus relaciones con el
medio ambiente físico y social en el que se encuentra inserto.
Por último el sentinúento es la experiencia subjetiva de la emoción. En este
sentido Izard, Kagan y Zajonc (1990) enfatizan la controversia que suscita, ya
que, muchas veces, la cuestión importante es determinar si se trata de un estado de
sentimiento, de un tipo especial de proceso cognitivo o una combinación de sen-
timiento y cognición. En cualquiera de Jos casos, como indican Carlson y Hatfield
(1 992), el término sentimiento se refiere a la evaluación, momento a momento,
que un sujeto realiza cada vez que se enfrenta a una situación.
De este modo, podemos plantear que las emociones son procesos intensos
pero muy breves, el tono emocional de base es menos intenso pero más duradero,
mientras que los sentimientos son impresiones pasajeras, apenas perceptibles.
Ahora bien, el hecho de que la emoción se refiera a fenómenos transitorios,
caracterizados por un rápido inicio y una duración muy reducida, no implica
necesariamente la rápida transitoriedad de la experiencia emocional. La duración
de la experiencia emocional o sentimiento no puede ser deducida a partir de la
expresión emocional. Más bien, la duración de un sentimiento depende de diver-
sas variables, tales como las cognitivas y las fisiológicas.
Por su parte, el proceso emocional implica una condición especial de proce-
samiento de información, mediante el cual se pone en relación algo ya conocido o
PROCESAMIENTO EMOCIONAL 51
que se percibe en ese momento, con una escala de valores; análisis del cual
depende tanto la cualidad como la intensidad de las emociones evocadas . Y,
también, como consecuencia de tal procesamiento se producirá una apreciación
subjetiva, cambios en la activación fisiológica, así como la posible movilización
1
de comportamientos en relación con la propia valoración.
FUNCIÓN EFECTO
Adaptativa
Social
Motivacional
1
CUADRO 2.2. Funciones adaptativas de las emociones primarias.
Sorpresa Exploración
Asco Rechazo
Alegría 1 Afiliación
Miedo 1 Protección
Ira 1
Autodefensa
Tristeza Reintegración
Así pues, estas funciones adaptativas permiten desarrollar las respuestas ade-
cuadas a las condiciones que elicitaron cada una de las emociones concretas:
• Por ejemplo, en el caso de la emoción de sorpresa, su principal función
adaptativa es la exploración, que sirve entre otras cosas para:
- Facilitar la aparición de la reacción emocional y comportamental apro-
piada ante situaciones nuevas. Para lo cual, elimina la actividad residual
en el sistema nervioso central, que pueda interferir con la reacción apro-
piada ante las nuevas exigencias de la situación sorpresiva.
- Facilitar la dirección de los procesos atencionales, focalizándolos y pro-
moviendo conductas de exploración, curiosidad e interés por la situación
novedosa.
- Por último, reclutar recursos y dirigir los procesos cognitivos a la situa-
ción novedosa que se ha presentado.
• En el caso de la emoción de asco, su función adaptativa fundamental es la
del rechazo, y sirve para:
- Producir respuestas de escape o evitación ante estímulos desagradables o
que son potencialmente dañinos para la salud.
- Potenciar el desarrollo de hábitos saludables, higiénicos y, por lo tanto,
altamente adaptativos.
• En el caso de la emoción de alegría, su función es la de afiliación, que entre
otros objetivos sirve para:
- Incrementar la capacidad para disfrutar de diferentes aspectos de la vida.
- Generar actitudes positivas tanto hacia uno mismo, como hacia los demás;
lo cual a su vez favorece la aparición del altruismo y la empatía.
PROCESAMIENTO EMOCIONAL 53
- Establecer nexos de unión entre las personas y favorecer las relaciones
interpersonales.
- Dotar a la persona de sensaciones de vigorosidad, competencia, trascen-
dencia y libertad.
1
- Favorecer los procesos cognitivos, de aprendizaje y memoria, aumen-
tando la curiosidad y la flexibilidad mental.
• En el caso de la emoción de miedo, su función primordial es la de protec-
ción y sirve para:
- Facilitar la aparición de respuestas de escape o evitación ante situaciones
peligrosas.
Focaliza la atención casi exclusivamente en el estímulo temido, facilitan-
do de este modo que el organismo reaccione rápidamente ante el mismo.
Movilizar una gran cantidad de energía, lo que permitirá ejecutar res-
puestas de manera mucho más intensa y rápida, que como lo haríamos en
condiciones habituales.
• En el caso de la emoción de ira, la función fundamental es la de autode-
fensa, aunque puede llegar a la destrucción, sirve para:
- La movilización de la energía necesaria en las reacciones de autodefensa
o de ataque.
- La eliminación de obstáculos que impiden la consecución de los objetivos
y metas deseadas, y cuya obstrucción genera frustración.
- Por último, la reacción de ira no siempre tiene que concluir en agresión
- verbal o física-, ya que una de sus funciones adaptativas es precisa-
mente intentar inhibir las reacciones indeseables de otras personas y evi-
tar así la situación de confrontación.
• En el caso de la emoción de tristeza, que es la emoción básica en la que
habitualmente resulta más difícil ver su función adaptativa, ésta es la de la
reintegración, que sirve para:
- Aumentar la cohesión con otras personas, de manera especialmente mar-
cada con aquéllas que se encuentran en la misma situación.
- La reducción del ritmo de actividad general del organismo. Potenciando
de esta manera la posibilidad de valorar otros aspectos de la vida, que
antes de aparecer la respuesta emocional no se les prestaba atención.
- Reclamar la ayuda de otras personas, mediante la comunicación a los
demás de que no se encuentra bien. Así mismo, sirve para apaciguar las
reacciones de agresión por parte de otros.
- Por último, fomenta la aparición de empatía y otros comportamientos
altruistas.
La función social de las emociones, que se basa en la expresión de las mismas,
lo cual permite a las demás personas predecir el comportamiento que vamos a
desarrollar y a nosotros el suyo, lo que tiene un indudable valor en los procesos de
relación interpersonal. La expresión de las emociones puede considerarse, por lo
1 De hecho las principales emociones dibujan Jo que son los dos grandes ejes de
regulación del comportamiento: la aproximación y la evitación o, si se prefiere ape-
titivo y aversivo (Hamm, Schupp y Weike, 2003). En el Cuadro 2.3 se representa
la distribución de las emociones y los ejes motivacionales que éstas configurarían.
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1
estímulos, el ambiente y la memoria, así como de los procesos implícitos de
valoración.
• La de preparar clases de comportamiento, como la defensa, el abatimiento o
el ataque, a través de una coordinación de los sistemas autonómico, somá-
tico, hormonal e inmune.
• La de poner las intenciones de uno en conocimiento de los demás, tanto oral-
mente como a través de la postura, el color de la piel, la expresión facial, etc.
• La de comunicar las actividades autonómica y somática a las aferencias para
su integración en los centros cerebrales.
• La de responder con extrema rapidez para contrarrestar amenazas de lesio-
nes o de integridad del organismo, es decir, protegiendo el cuerpo y sus
órganos más importantes de cualquier tipo de daño.
En función de estas tareas, podemos considerar que las emociones funcionan
como programas de orden superior o módulos de la mente, que son responsables
de ajustar prioridades de procesamiento y de respuesta. Así, cuando una emoción
se dispara, activa algunos mecanismos subordinados como la atención, el proce-
samiento heurístico o la urgencia en los programas de acción, y desactiva otros
como las metas de alto nivel, el procesamiento sistemático, la digestión, etc. Por
lo tanto, son una modalidad de funcionamiento del sistema psicológico (Mineka,
Rafaeli y Yovel, 2003).
PROCESAMIENTO EMOCIONAL 57
• La ley del cambio, que formula que el cambio, la presencia de condiciones
favorables o desfavorables, facilitará la aparición de la respuesta emocional,
pero es necesario que esas condiciones se den como fruto de cambios reales
o esperados.
1
• La ley de la habituación, que formula que los placeres o dificultades conti-
nuadas tienden a desvanecerse o perder fuerza.
• La ley del sentimiento comparativo, que formula que la intensidad de una
emoción dependerá de la relación entre el evento ante el que se tiene esa
emoción y el marco de referencia en el que es evaluado.
• La ley de la asimetría hedónica, que formula que el placer es siempre con-
tingente con el cambio y que desaparece con la satisfacción contínua, mien-
tras que el dolor puede persistir en el tiempo, si persisten las condiciones
adversas.
• La ley de la conservación del momento emocional, que formula que los
momentos emocionales retienen su capacidad para elicitar las emociones
indefinidamente a menos que sean contrarrestados por exposiciones repeti-
das que podrían llegar a permitir que se dieran los fenómenos de extinción
o de habituación.
• La ley final, que formula que las emociones tienden a estar sujetas a juicio,
en término de relatividad, sobre el impacto y los requerimientos de metas y
objetivos, que van más allá de los que inicialmente se tenían.
• La ley del cuidado con las consecuencias, que formula que cada impulso
emocional elicita un segundo impulso que tiende a modificar esa primera
respuesta emocional en relación con las posibles consecuencias que tendría.
• La ley de la menor carga y el mayor beneficio, que formula que cuando una
situación puede ser vista desde distintas alternativas, existe una tendencia a
verla desde aquella postura que minimice la carga emocional negativa y/o
que maximice una ganancia emocional.
En este punto, al menos debe quedar claro que nos encontramos ante uno de
los procesos psicológicos más complejos. Proceso que cumple importantes fun-
ciones, desarrolla múltiples tareas, y obedece a complejas leyes y principios de
regulación .
4. TIPOS DE EMOCIONES
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Activación +
1
En lo que se refiere a la intensidad, es decir, al grado en que las emociones son
experimentadas; las emociones positivas presentaron un pico de intensidad que
estuvo asociado con un incremento promedio de una duración de cuarenta minu-
tos, mientras que en las emociones negativas fue de ciento diez minutos. Estos
resultados son coherentes a su vez con lo propuesto por Frijda (2001) en la deno-
minada "ley de la asimetría hedónica", que hemos visto en el epígrafe 2. Este
hecho, que sin duda es lamentable, está al mismo tiempo altamente constatado y
nos permite hacer una diferenciación entre emociones positivas y negativas basa-
do en la existencia de dos sistemas unipolares, diferentes y parcialmente inde-
pendientes entre sí.
De este modo, tendríamos dos dimensiones unipolares para definir la valencia
afectiva. Por una parte, una dimensión formada por las emociones de tono hedó-
nico negativo que son emociones desagradables, que se experimentan cuando se
bloquea una meta, se produce una amenaza o sucede una pérdida ; estas emo-
ciones también requieren la movilización de importantes recursos cognitivos y
comportamentales, para ser empleados en la creación y elaboración de planes que
resuelvan o alivien la situación. Y una segunda dimensión formada por las emo-
ciones de tono hedónico positivo que son las emociones agradables, que se expe-
rimentan cuando se alcanza una meta; de tal manera que en ellas es menos pro-
bable que se necesite la revisión de planes y otras operaciones cognitivas, por esta
razón se podría esperar que las emociones negativas sean más prolongadas en el
tiempo que las positivas.
De esta forma las emociones positivas y las negativas, además de en su desi-
gual duración, también se diferencian con respecto a la necesidad y urgencia de
movilizar afrontamientos. Ya que es en las emociones negativas en las que no se
alcanza una meta, en las únicas que es urgente movilizar planes y acciones para
intentar conseguir la citada meta; cosa que no ocurre en las positivas, frente a las
cuales, y dada su brevedad, solo nos queda el recuerdo como forma de prolongar
sus efectos gratificantes. Por otra parte, muchas emociones no son totalmente
negativas o positivas, sino que poseen en un cierto grado cualidades de ambas
dimensiones.
Desde este punto de vista, la representación espacial de las emociones se
asemejaría más a la que vimos en el Cuadro 2.3, en la que el eje de aproximación
correspondería con las emociones de tono hedónico positivo y la evitación con las
negativas. Es decir, los nuevos ejes surgirían de girar 45º la valencia afectiva y la
activación, ver Cuadro 2.5. Pero sea cual sea la orientación que demos a los
ejes, en ellos pueden situarse las diferentes emociones discretas - lo que puede
verse también en el Cuadro 2.5- lo que hace que el estudio de las emociones
dimensionales no sea incompatible con el de las emociones discretas, que abor-
daremos en el siguiente epígrafe.
PROCESAMIENTO EMOCIONAL 61
CUADRO 2.5. Emociones dimensionales vs. discretas.
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Activación +
1
adaptativos, que produzcan una alta densidad de descarga nerviosa o que posean
independencia de procesos atribucionales, etc. Esto ha dado como consecuencia una
amplia dispersión y variedad de emociones reconocidas como poseedoras de una
entidad propia, y al mismo tiempo una falta de criterios universalmente aceptados.
A1710 ld ( 1960) :
Afrontamiento amor, aversión, desaliento, deseo, desesperación, esperanza, ira, miedo,
odio, tristeza y valor.
Ekman, Friesen y Ellsworth ( 1982):
Expresión facial
ira, alegría miedo, asco, sorpresa Y. tristeza.
l~ra (1991 ):
Procesam iento alegría, ansiedad, culpa, desprecio, asco, exitación, ira, miedo, sorpresa,
vergüenza.
Relación con Mcdouga/l ( 1926):
instintos asombro, euforia, ira miedo, asco, sometimiento y ternura.
Mowrer ( 1960):
Innatos dolor y placer.
Sin contenido Oatley y Johnson-laird ( 1987):
proposicional felicidad, ira, miedo, asco y tristeza.
Plutchik ( 1980):
Adaptac ión biológica
aceptación alegría, expectación, ira, miedo. asco sorpresa Y. tristeza.
Tomkins ( 1984):
Descarga nerviosa ansiedad, desprecio, interés, ira, alegría, miedo, asco, sorpresa y
vergüenza.
Independencia Weiner ( 1986):
atribucional culpa, desesperanza, felicidad, ira, sorpresa y tristeza.
Sin duda, entre todas estas propuestas, la que es más atractiva y ha tenido una
mayor transcendencia, es la que proviene de la orientación evolucionista que
propone la existencia de unas emociones primarias, que serían categorías emo-
cionales primitivas -tanto filogenética como ontogenéticamente- de carácter
universal y a partir de las cuales se desarrollarían las demás emociones o emo-
ciones secundarias.
1 vida, entre las que se incluyen la sorpresa, el asco, el miedo, la alegría, la triste-
za y la ira (Ekman, 1992, 2003); son las que se consideran emociones primarias,
aunque hay una tendencia cada vez mayor a hablar de "familia" de emociones pri-
marias -como veremos en el epígrafe 7.3-. Ya que hay constelaciones emocio-
nales que comparten recursos y funciones, que actúan de forma complementaria y
que tienen su origen precisamente en estas emociones primarias. Además existe
otro conjunto de emociones que emergerán más tarde en la infancia intermedia,
fruto de la maduración y de los procesos sociales; estas emociones incluyen la
culpa, la vergüenza, el orgullo, los celos, etc.
Cada una de estas emociones primarias se corresponde con una función adap-
tativa -ver epígrafe 3- y, además, poseen condiciones desencadenantes específi-
cas y distintivas para cada una de ellas, un procesamiento cognitivo propio, una
experiencia subjetiva característica, una comunicación no verbal distintiva y un
afrontamiento diferente; en lo que se refiere a la activación fisiológica, posible-
mente también se diferencien, aunque este punto aún no se encuentra del todo
establecido (para una revisión exhaustiva sobre este último punto puede verse
Cacioppo et al., 2000).
CUADRO 2. 7. Desarroflo de las emociones en los 3 primeros años de vida (Lewis, 2000).
EMOCIONES PRIMARIAS
Satisfacción Interés Distress
TIEMPO
1
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6meses
Alet ría Sorpresa , nsteza,
T ' '
asco
Ira, ~iedo
Conciencia, como en
~----- el comportamiento
autorreferente
. - - - - - - - - Adquisición y retención
de normas y reg las
PROCESAMIENTO EMOCIONAL 65
daría unos colores "dimensionales". Sin duda, lo que procesan nuestros conos y
bastones son radiaciones electromagnéticas continuas, pero solo ciertas propie-
dades de la luz contribuyen a la experiencia psicológica de la visión (el matiz, el
brillo y la saturación), y es la saturación de una longitud de onda la que da lugar a
1
los colores puros. De la misma manera podemos estudiar las emociones de forma
dimensional y discreta, estaríamos estudiando lo mismo, pero la experiencia psi-
cológica de la emoción se corresponde con las emociones discretas, y las emo-
ciones "puras" con las primarias. Por encima de las posibles diferencias indivi-
duales, las emociones primarias tienen características que las diferencian de los
restantes fenómenos afectivos, como son: la presencia de las mismas en otros pri -
mates, poseer señales universales distintivas, tener situaciones desencadenantes
particulares, una fisio logía distintiva, un procesamiento auto mático, una apa-
riencia distintiva de desarrollo, una aparición rápida, una duración breve, una ocu -
rrencia inesperada y tener una experiencia subjetiva característica (Ekman, 1999).
5. PROCESO EMOCIONAL
~
1 ~ Expe rienc i a
subjetiva
n..,.
e
d
Autoinforme
z
a Comunicación
Situación
no verbal
externa e
interna
Conducta
motora
a
t
i Soporte Respuestas
v ~ fisiológico fisiológicas
a a
1
dedicado a la evaluación y valoración emocional).
Como consecuencia de este procesamiento tiene lugar la reacción afectiva o
activación de la respuesta prototípica, la cual se compone de una experiencia sub-
jetiva o sentimiento, una expresión corporal o comunicación no verbal, una ten-
dencia a la acción o afrontamiento y unos cambios fisiológicos, que son los res-
ponsables de dar el soporte físico a todas las actividades anteriores (ver epígrafe 8,
dedicado a la activación emocional).
Sin embargo, las manifestaciones externas de la emoción, es decir los efectos
de esta respuesta que podemos observar externamente para su estudio, son fruto
de un segundo procesamiento o filtro que tamiza las mismas. Así, la culturización
y el aprendizaje hacen que las manifestaciones emocionales se vean sensiblemente
modificadas, de esta manera, las experiencias subjetivas que recogemos median-
te técnicas de autoinforme están moduladas y/o distorsionadas llegando a ampliar,
reducir o incluso negar las mismas. Y lo mismo ocurre con lo que observamos
mediante técnicas de observación de la comunicación no verbal, la observación de
la conducta manifiesta o, incluso, en los registros de las respuestas fisiológicas
(ver epígrafe 9, dedicado a la manifestación emocional).
6. DESENCADENANTES EMOCIONALES