PROCESO A LOS OVNI

TE,STIMONIO DE ACTUALIDAD. 30
Ed. bolsillo
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oNToNro RTBERA

PR OC E S O

: f os OVINI

r DO PE S A

&,,,
 Pa,ra Rafael Faúols
y César Malet, en recuerdo
d,e aqaella eatreaistrt...

@Antonio Ribera
Cubierta de Mario Eskenazi y Raúl pascualí
DOPESA
Cardenal Reig, s/n
Tel. 334 20 00
Barcelona-28
Primera Edición: Junio I 969
Segunda Edición: Noviembre 1976
Tercera Edición: Septiembre 1979
ISBN:B4-7235_O+
l_x
Depósito Legal : B.30952-tgj 9
Prinred in Spain
_ Irnpreso en España
GráficasCanrín, S.A. - Enna, 127 y l2g - Barcelona_S
 PRÓLOGO

<<Sólo con la angustia,con el d'olory con la rnüerte'

el bontbre conquistaráal fin las estrellas,>>
Así comienzaGérmd'Klein un relüo corro ,itulddo
s,Leaieil Homme et I'Espace>>, en el qae alude a la
süpuesrarr,aerted'e un gran' hombre propukor de las
técnica¡ d,e'conquistadel espacio,Y deberíantosaña-
dir, sin afanes de conegir al gran autor de relatos de
anticipación,<con el sacrificio, el tesóny el estadio>>,
He empl,eadocon tod.aintención la palabra estu-
dio, para pod,erd,eriaarrápid'*rnentebacia un hombre
al que adrniro ptofund,amente! con el que, a Pesar
de nuesrras diaergep'ciasprecisantente en la materia
de este libro, me %neüna gran arnistad,.Sí. Es An-
tonio Ribera: sacrificio, tesón, e¡tudio, Tod,o eso I
nzucbomás e¡ lo que Riberu pone en su ya dilatada
obra literaria y concreratlene en la que se refi.ereal
arunto d,e los OVNI. Porque logra'r supetar, creo no
equiuocarme,a lot <grand,es>> mundialescomo Micbel,
Buelta Jr orros, lto es un hazañaal alcanced.e cual-
quiera. Pero los supera precisantenteen una faceta
en h que particalarmenre creo que estásü gran fuuza
y sü enorctzedifusión. En inteligencia, en frial¿a¿
expositiua,en claridad,narrariaa.Porque Anlonio Ri-
bera no es un místico, ün exaltado,¿Le conoceasted,
físicmnente,anable lector? ¿No? Pues se lo uoy a
 d,escribir: Enjato, d,eportista, al.to, tostado por el sol,
En cierta oca¡ión algaien, refiriénd'ase a Antoüo
equilibrúo, sereno. Todo lo contrario de un exaltad.o,
Ribera, lo calificó de imaginatiuo. No aoy d subrayar
de un loco. Cabalgmtdo sobre su nariz, unas gafas de
el concepto, ni positiua ni' negatiuartente. SóIo citaré
concha qlte dcentli"an su inconfundible aire intelectual.
unas paLa.brasde Herbert Ma,rcuse en sü obra <El
Practica, eJ uno de naestros primeros expertos, la
Hombre Unidimen:ional>>: <A la luz de las capaci-
exploración subm.arina y es elt definitiua un bombre
d,ad,e¡ de la ciui'lización industrial aüanzdd,d' ¿n'o es
normal, que traba.ja, tiene ana fatnilia y estudia sin 'tod,o
luego d'e la inzagin¿ción un iuego con las posí-
cettff.
bilidades técnicas que puede rer com.probúo con rcs-
He querid,o describirle, tan sólo a uuela-raí.quina pecto d sus posibiliddes de realización? La idea ro-
(perd.ón por el término), porqae me pa,recía impor-
mántica de una "ciencid de la lmaginaciónl' puece
tdnte pdrd que después no sorprendan mis palabras.
asunrir un dspecto cad'a aez más empírico,>>
Y be querido destacar nuenild amistad, para que no ex_
Quizá yo no tenga razón. Quizá quien se lleue al
trañe la siguiente afirnzación: no creo que los OVNI
final el gdto al agila, ¡ea Ribera. O qu;izá red yo. Dd
sean de procedencia exttaterTe:rre. Dicbo así, brusca_
lo mismo. Abí queda este te¡tirtorcio de un borubre
mente, y sin nuí.s, pdrece improcedenre que sea yo
sincero, bonrado e inleligente que hace muísd,e aeinte
precisamente quien abra el pórtico d, interesante
1t añ.os está <<haciendoalgo>>por estudiar a fond'o un
bien docunzentado trabajo que adn ustedes a leer
fenórneno que no está suficientenzelúe explicad'o. He
inmediataruente. Pero e¡ nece¡a,rio ser sincero, en mi
comenzado com anal palabras de Klein, Voy a ter-
cdro, y ualiente, en el d,eAntoüo Ribera. Si se quiere mina't con otrar del nzismo dutor: <<Debeser ¡encillo
?rogre:ar, en cualquier campo, tan importantes Jon ntorfu cu,and,o¡e ha hecho alguna cosd'...r>
los caminos cerrados, las poslaras negatiuas, como
la: sendas abierlas, las posiciones positiuas. Esto es_ Lurs Mn¡vTTLLES
timula, ena"rdeceal inuestigador, al estudioso. y Ri_
bera lo es.
No creo que nadie nzás haya podido reunir tantos
y tdn precisos daros sobre el fenómeno de los Ob.jetos
Volantes No ldenti.ficado¡ conto ba becbo Antonio
Ribera en esra obra. Sw ca,pírulo dedócadoa los OVNI
en la URSS es un modelo de seriedad, bowadez
1t
competencia que nad,ie puede me.jorar.
Pero debo insistir, al ma,rgen de sus conocimien-
tos, de su probad,a <<mae¡tría>> y de su reconocida
autorid,ad, está su indomable ¡entido de la realidad,
su abierta disposici.ón al diálogo
1t su condición ltu_
ma.na. Parte del material reunido en este libro se publicó en
la revista especializada<Metalurgia y Elearicidad>, Madrid.

10 11
 PREFACIO

IJltimamentelos aplatillos volantes>han empezado

a cob¡ar cierta respetabilidady ya no son tantas las
personasque sontíen o se encogende hombros ante
la ¡eiteración de noticias sobre el particular. Son ya
también muchos, inclusive, los periodistas que han
dejado de creer que los <tplatillosl son un sucedáneo
de la serpientede mar. El asunto es seriq muy seriq
empiezan a Pensarmuchos,y las socorridas<expli'
caciones>de la Aviación norteamericanaya suenan
a falso en muchos oídos. Pero si bien existen cente-
nares,miles de personasdispuestasa admitir Ia rca-
lidad de los <objetosno identificados>,de esto a ad-
mitir que dichos objetos puedan posalseen el suelo
y descenderde ellos unos seresde aparienciahuma'
noidg media una gran distancia,que muchosse nie'
gan.a franquear. Se trata si-n duda de un absurdo
bloqueo psicológico,pues reconocerla existenciade
vehículosdesconocidosen ouestra atmísfen equivale
a reconocerimplícitamente la de sus probablesocu-
pantes y el hecho de que dichos vehículos puedan
atenizar.
Quizás el año L954 y la célebre <<oleada>r francesa
de aquel otoñq admi¡ablemente estudiada por Michel,
constituyeel <turning point>, el punto decisivoque
señala la transición de los avistamientosde OVNI
en el cielo a los aterizajes en masa.Pues los ate¡ri'
zajes-y ésta es la sorpresaque aguardaa muchos
lectoresde estelibro- han sido y son mrmerosísimos"

L'
 ¿Por qué no establecen<<contacto>>, pues? Esta es Ia
pfegunta que suele formularse con
mayol frecuencia.
¿Por qué no atertizan? Otra de las pregunras que
también suelen hacerse.A ambas contestaría, C¡pÍruro PRIMERo
v con_
testa, este libro, diciendo que, en cuanto
a l, ,"g.rrr_
da, y,a han <<aterrizado>>, LOS (OVNIll EN tA ANTIGÜEDAD
y, en cuanto a la primera,
el <<contacto>no parece interesarles (expresamente
no aludimos a las historias de <<contactos>>
misionales
tipo Adamski, que 6davía no pueden
aceptarseple_
namente), como demuestra magistralmente
vallée en
el estudio efectuado sobre 200 aterúzajes
registrados
en Francia, y que el lector encontrará
en este libro.l
El aumento en el número de aterizaies Resulta muy curioso -y significativo- compro-
y de ob_
servacionesde <<pilotos>> bar que las apariciones de lo quq Para entendernos,
registradosen todo el mundo
a partir aproximadamenrede 1953_54,parece indícar tremos dado en llama¡ <objetos volantes no iden-
un incremento en la actividad exploradora de la mis- tifrcados> (OVNI), o, más vulgarmente, <platillos
teriosa potencia que envía a los OVNI a nuestros volantes), no son ni mucho menos un fenómeno
cielos. Como señala acertadamenteel malogrado Frank moderno, sino que este fenómeno hunde sus raíces
Edwards en.,su best-seller<<FlyingSaucers_Serious en el pasado, a veces muy remoto.
Bu_
siness>>, parece ser que los UFO (sigla con que se co_ Existe, en efecto, todo .un acervo de mitoa y epi-
noce a los OVNI en los paísesanglosajones)han sodios históricos que hoy, a la ltz de 1o que sabemos
expe-
rimentado cambios radicales de diseño en los sobre los OVNI, son susceptibles de recibir una
últimos
sesenta años, acaso para estar siempre varios nueva interpretación. En casi todas las mitologías de
pasos
adelantede la tecnologíade la época.Todo ello parece los pueblos de la Tierra aPaÍecen<dragones aladosr>,
preludiar algo, tal vez una <<ocupación>> (carros de fuego>, (serpientes voladoras> y otros pro-
definitiva de
nuestro planeta por <<ellos>>. digios, muchas veces de un inequívoco carácter discoi'
Sea como fuere, tenemos
la impresión de que la solución del irritante dal, como el <disco alado> egipcio. Según el estu'
enigma
no anda muy lejos. dioso inglés John Michell, el disco alado egipcio u
<ojo de Ra> tiene dos ürAeilJ -serpientes- que
Este libro constituye un peq.ueñopaso en
el escla_
recimiento de la verdad. escupen fuego, una a cada lado. Atenea, la diosa
griega de la sabiduría, subió en ufl caro aéreo tirado
por dos serpientes para asistir al juicio de Paris;
1. Un estudio similar, sobre 200 atenizajes
ibéricos, Circe fue arrebatada de la Cólquida en un vehículo
fue realizadopor el proplo Vallée g;ii.rt.._Olmor,
v .oí
lo_s-
mismosresultados.Este trabajo'f".'-p"Uf;.udo por semejante, anastndo por serpientes aladas; Afro-
el
CUFOS del Dr. Hynek: dita, que asumió la apariencia de Circe, regresó en

14 L5
 el.mismo catto, y esta misma leyenda aplícase
tam_ Triptolemo, era una almadía o carro tirado por ser-
bién a Medea. Más tarde, Af¡odita construyó una
pientes.
rueda tolamte a la que unció un torcecuellq ave
es_ Los habitantes de la América precolombina tuvie-
trechamente ¡elacionada con la serpiente a causa
de ¡on además otro <regalo) extraterestre: el algodón.
su costumbre de silbar y torcer el cueüo. En
nume_ Las culturas preincaicas fueron las primeras en utili-
rosos vasos griegos apa¡ece la representación de
esta zar aLgodónpara confeccionar finísimos tejidos, como
misreriosa rueda, ¡odeada por una hilera de puntos,
los que se encuentran en las tumbas de los mochicas
semejantes a las portillas que figuran en rantos
in_ (2000 antes de J.C.). Y aquí nos hallamos ante una
formes sobre platillos volanres. E to, mismos pun_
asombrosa coincidencia, que la Ciencia no consigue
tos se hallan asociados con el üagón o el pl.rro
explicar: estudiando los genes de los primitivos al-
celestial de la China y con el dragón de las leylndas
godones peruanos y egipcios, hallamos que ambos
inglesas.
pertenecen a la misma variedad tetraploide. ¿Cómo
El dragón, junto con sus homólogos (la serpientg
- se explica semejante coincidencia, ateniéndonos a la
el Iagarto, el cocodrilq etc.) según é. ¡llo, Smitf,
y fabulosa distancia que separa ambas regiones del
or¡os aurores, represenra en el lenguaje mitológico
el globo? Otra coincidencia cu¡iosa se halla represen-
disco celeste. Apenas exisre or, ,.luto mitológico
de tada por los telares de mano: se utilizaba un tipo
vuelo en el que no aparezca la serpierr.,
L.g,rru de telar id,éntico (sus piezas serían intercambiables)
Michell. Es clara la identificación de la serpiáte,
en el Egipto faraónico y en el Perú preincaico.
pues, el concepto mode¡no de lo que hoy llama_
^con
mos OVNI
Otra figura de la Mitología griega que voló en
un El más ant¿guo testirnoüo conocid.o
carro tirado por serpientes fue Triprolemq el
dios
que introdujo el trigo en Ia Tiena por mandato
de Hemos mencionado el Egipto faraónico. Precisa-
Démete¡. Esta antigua identificación del trigo
como meflte de allí procede el más antiguo testimonio es-
planta ext¡aterrestre es muy notablg puesro
que su crito que poseemos sobre lo que hoy llamaríamos
origen sigue envuelro en el misterio. Ei trigo
.n .rru_ <platillos volantes>: el famoso Papiro Tulli, que hoy
do silvest¡e no existe en nuesrro planeta. y
¿ si hu_ se guarda en la Biblioteca del Vatiiano. Su texto fue
biese sido un don hecho a los hoÁbres, para ayudar
t¡aducido por el egiptólogo Boris de Rachewiltz. El
les a desarrollar su civili zación? Enconr¡amos
en Mé_ papiro procede de la XVIII Dinastía y formaba parte
xico ei mismo relato, ¡eferido a
euetzalcoatl, el mis. de los Anales Realesde Tutmosis III el Grande (1501-
te¡ioso educador identificado con la <rse¡piente
em- '1.,447antes de C.). Este documento, de cuya auten-
plumada>. Además de enseñar a los hombr-es J.
las artes ticidad no puede caber la menor duda, describe unos
de la civilización, el empleo de la plata,Ia
albañiIería objetos celestesque hicieron su primera aparición un
y la decoración, Quetzalcoatl introdujo el
culrivo del mediodía, entre el 18 de febrero y eL 20 de marzo
maí2, difundiéndolo en un vehículo qug
como ei de del año 1487 antes de nuestra Era, es decir, hace casi
L6
L7
Ffi,ñ,*g,Lr#íñ$!:g
treinta y cinco siglos. El texto establecidopor Ra-
chewiltzdice así:
<En el año 22, tercer mes del invierno, a la sexta
hora del día, los escribasde la Casade la Vida no-
ta¡on la llegada de un CÍRCULO DE zuEGO EN

$¿r#e*lllTH5
EL CIELO. Su cuerpo tenía tna va¡a de largo y un
quinto de ancho (5 x 1 metros,aproximadamente).
Aunque no tenía cabeza,su boca despedíaun aliento
de olor fétido (olores desagradables-¿ ozomo?-

$TfiTftffiF
.d
asociadosa veces con la apañción de OVNI). No
({ tenía voz (o sea que se tntaba de un aparato silen-
H
cioso,como en la mayoríade casos)...Suscorazones
(l
U
quedaron tu¡bados y echaron a correr. Despuésfue-
q)
ron a comunicadoal Rey. Su Majestadmeditó acerca
de lo ocu¡rido. Su Majestaddio la orden... ha sido
cq examinado...(hay algunaslagunasen el rexro)como
...: todo cuanto se ha escrito en los rollos de papiros de
Fr la Casade la Vida...
>Ahor4 cuando ya l:r,n t¡anscu¡¡ido muchos días

E$**F,$+gIH
H

.oru
.o

o
c
L)
I
despuésde estos acontecimientos...¡Oh! Son nu-
merosos...Brillan más que el sol, en los cuatro pun-
tos cardinales del cielo (posiblemente aparece una
formaciónde discosvolantes; la observaciónanterio¡
era de un solo objeto). Los CÍRCULOS DE FUEC,O
! ocupaban una fuerte posición y el ejército del Rey
(,
É1 los viq estandoSu Majestad en medio de é1.Esto

$glFHm;xil?
tuvo lugar despuésde la cena. Allá aúba, ellos (los
círculos de fuego) se elevaron en di¡ección sur. Ca-
yeron desdeel cielo pecesy aves... (ChadesFort, un
estudiosonorteamericanode lo insólito, publica bas-
tantes casosde "lluvias de animales,de sangre o de
carne"en stt Book of tbe Damned; posiblementeestos
hechostengan ¡elación con los O\INI) una maravilla
jamásvista desdeque este país existe.Su Majestad
hizo trae¡ incienso para apaciguar...(laguna) en el

19
 libro de la Casade la Vida lo que había sucedidq
para que sea recordadotoda la Eternidad.l
Hasta aquí el texto del Papiro Tulli. Pero no es La lniia y las naimanas"
éste el único enigma que nos guarda el Egipto anti:
guo. Tenemosel mito de Isis y Osiris, <educado¡esr Hemos mencionadola India. Esta inmensaregión
celestialesque tantos puntos de contactoguardan con del globo, cuna de la misteriosacultura de Mohenjo-
Viracocha y su esposa-hermana, descendidoal Pe¡ú Darq ciudad perfectamentearbanizad,ay que riene
para instruir a.susprimitivos pobladores. Isis y Osiris, por lo menoscuatro mil años,oculta grandesenigmas
también hermanoy hermana(de ahí nació la uadi- en su pasado.En la lite¡atura épica hindú hallamos
ción del incesto perpetrado por el Faraín aI toma¡ ext¡añasalusionesa vehículosvoladores.El gran poe-
por esposaa su hermana),descendie¡ona la tiena ma épico Ranzayana,atribuido a Valmiki e iniciado
egipcia en una nave celestialcon la misión, al parecer,
de educar a los primitivos pobladoresdel Valle del
Nilo, entoncesen pleno Neolítico. Enrre otras cosas,
Osiris les enseñóa vivir en ciudades,les dio a co
nocer la agricultura enseñándolesa cultivar, entre
otra$ plantasútiles, el migo, la cebaday la vid.
Tanto el mito de Isis y Osiris como el ya citado
de Deméter y Triptolemo, consriruyenleyendasagra-
¡ias. Se re6erena personajes de origen indeterminado,
pero que pudieron habe¡ sido muy bien seresreales
(los mitos siempre encubren algún sucesoreal), que
entran efl contacto con los hombres para proporcio-
na¡les los grandes beneficios que se derivan de la Estatuillas japonesas <<Dogú>,descubiertas en To-
agriculrura, inst¡uides y educarles.Enlazan extraña- komai, al norte de la isla de Hondo, que se cree
tienen 800 años. Parecen representar a <<humanoi-
mente con antiquísimas tradiciones sánscritas,por
des>>de pequeña estatura, revestidos con escafandra
ejemplo con las aEstanciasde Dzyan>, en las que espacial provista de casco y anteojeras.
leemos: aFrutosy granos,desconocidos sobrela Tie-
¡ra hasta entonces,fueron t¡aídos desdeotros Lokas alrededo¡ de un milenio antes de nuestra Era, descri-
(esferaso planetas) por los Señoresde la sabiduría, be un ca¡¡o celestial con gran detalle: eI puspaka,
en el propio interés de los que éstosregíanl. <El carro puspaka -relata eL Ramayana-, pate-
cido al sol y que pertenece a mi he¡manq fue tnído
por. el poderoso Ravan; esre excelente carro aéreo,
que va a cualquier sitio a voluntad, está dispuesto
para ti (Rama). Este carrq parecid,o d una brillante

20 21
 rrube en el cielo (el subrayado es ouestro; muchos
OVNI se han descrito casi con las mismas palabras),
está en la ciudad de Lanka.>
Y continúa el viejo poema:
<Viendo com venía el carro movido por la sim-
ple fuerza de voluntad (o sea, por mando telepá-
tico tal vez), Rama aLcanzí el colmo del estupor.
Y el rey subió en é1, y eL excelente carro, bajo el
mando de Raghira, se elevó a lo más alto de Ia at-
mósfera. Y en este caÍto, desplazándosea su placer,
Rama halló gtan deleite.>
EI Mahabarata, o epopeya (guerra) de los Baratas,
el gran poema épico indio que admite comparación
con la llíada, contiene descrilrciones de estos mara-
villosos vehículos:
<<El he¡moso carro celestial poseía el b¡illo del
fuego...>
<Resplandeciendo con poderosa luz, como una
llama en una noche de verano...>
<<Comoun cometa en el cielo... Como un me-
teoro rodeado por una poderosa nube.>
Estas descripciones serían intercombiables por otras
similares, hechas por testigos contemporáneos de <ob-
jetos no identificados>. El <b¡illo de fuego> aludido
en el viejo poema hindú ha sido evocado con fre-
cuencia como término de comparación. Po¡ ejemplo,
con palabras simila¡es desc¡ibió doña Eugenia Arbiol
Alonso el objeto circula¡ que vio posarseel 1." de ju-
nio de 1967 al anochecet en un descampado del ma-
drileñísimo Barrio de Santa Mónica. Ello nos hace
suponer que en ambos casos se trata de objetos idén-
ticos, o parecidos.
En el Mababarata se halla expuesto además el Vi-
mana Vid,ya, o <(arte de volar en vehículos aéreos>r.
En la antigua literatu¡a védica hallamos nuevas ¡efe-
22
reneciasa Lasainzanasen las ya citadas<Estanciasde
Dzyan>>.De ellas se desprendeque existían ciertos
(reyes) o <<insuuctores),llamados también <drago-
nes de sabiduríal, que poseíanvehículos aéreosdis-
coidales: Ias u'imanas.En el texto aiudido hallamosel
pasaje siguiente que, muy posiblemente,dio origen
al relato bíblico del Éxodo:
<Y el Gran Rey del Rostro Resplandeciente (¿uno
de los instructores extraterrestres?),jefe de todos
los que tenían el rostro amarillo, estaba entristeci-
do viendo los pecadoscometidospor los de Ia can
negra (¿se refiere a las ttes grandes razzrsterres-
tres?).
>Envió entoncessus vehículosaéreos(las vimanas)
a todos los jefes sus hermanos,con hombrespiadosos
en su interior, diciéndoles: -Preparaos. En pie,
hombresde la buenaLey, y atravesadel país mienffas
aún estáseco.
>Losseño¡esde la tempestadse aproximan.Susca-
rros (volantes) se aceÍcatta La Tielra... Los señores
infe¡iores de los fuegos... preparan sus mágicas
Agnyastra (armas de fuego preparadaspor arte de
"magia": dice el gran escritor científrcoinglés Ar-
thur C. Clarke: "Toda tecnologíasuperiorpuedepa-
tecet magid').>>
Las vimanas, según \7. Scott Elliot, que publicó
en 1895 <<TheStory of Atlantis> (La historia de la
Atlántida), <<erande una sola pieza, perfectamente
Iisas y bruñidas, y brillaban en la oscu¡idadcomo si
estuviesenrevestidasde una pintura fosforescente>.
(Esa es ia misma impresiónque produjo en los tes-
tigos el O\INI del 6 de feb¡e¡o de L966, visto sobre
el Poblado <C> de Aluche lMadrid], alrededo¡ de
las nueve de la noche.)
En una antigua ob¡a sánscrita,eLS*nzarang*naSu-
23
trdbma, se iotenta describir el método de propulsión
de las vimanas:
<rCuatrosólidos recipientes de mercurio deben ins-
talarse en la est¡uctura interior. Una vez calentados
por el fuego contenido en recipientes de hierrq la
vimana adquiere La faerza del trueno gracias ¿l me¡-
cu¡io. E inmediatamente se convie¡te en tunapeila en
el cielo>>.(Esta última imagen, <una perla>, se halla
algunas veces etr boca de los testigos contemporáneos
de OVNL)
En sánscrito se distinguía perfectamente entte
obras alegóricas (Daiva) y reales (Manusa). EL Sanza-
rangana Sutradbara pertenece a esta última categoría.
Además del interesante pasaje reproducido, esta obra
contiene la f¡ase siguiente, harto reveladora:
<<Po¡medio de estas máquinas, los seres humanos
pueden volar por los aires y los seres celestiales pue-
den descendera la Tie¡ra.>
Testimonios bíblicos
Por curioso que parczca, las Sagradas Escrituras
constituyen una ¡ica cantera de episodios susceptibles
de recibir una interpretación <platiilista>. El gran es-
tudioso de estas cuestiones entre nosotros es el espe-
cialista Eugenio Danyans de la Cinnd, y a sus ob¡as
¡emitimos al lector curiosq especiaimente a su lib¡o
<Platillos aolan es en la Antigüed,d>> (Editorial Po-
maire, Barcelona). Pero no puedo resistir la tentación
de cita¡ algunos curiosísimos ejemplos.
En primer lugar, los miste¡iosos Ben-Elohim o Hi-
jos de Dios, citados en el Génesis: <Había entonces
gigantes en la tier¡a, y también después, cuando los
Hi,jos de Dios se unieron con las hijas de los hombres
24
y les engendra¡onlos héroes,que de muy antiguo
son hombres famosos(Génesis,6, 4). Dos versículos
antes,leemos: <Viendo los Hijos de Dios que las
hijas de los homb¡eseran hermosas,tomaron de ent¡e
ellas por mujereslas que bien quisieron>.
¿Quiéneseran estosHi.jos de Dios que se unie¡on
a las hijas de los hombres?Según los antiguos exe-
getas,erao los ángeles,pero los escoliastasmodernos
combatenesta interpretación.P¡ecisamentela palabra
ángelos,en griegq significa <tmensajero>. Los ánge-
les del Antiguo Testamentoson curiosamentehuma-
nos: recuérdese el episodiode Lot (Génesis,19, 1-10),
en que dos ángeles tienen que escondefseen casa
del ancianq huyendo de la lascivia de los sodomitas.
En casade Lot, los dos <ángeles>comen y duermen,
como dos viandantescualquiera.
Tenemosluego la visión de Ezequiel,que ha hecho
correr ¡íos de tinta modernamente,y en la que se
ha querido ver el testimoniode un (aterrizaieDcon
shumanoidesl, relatado por un hombre de la Anti-
güedad,completamentelego en cuestionestécnicasy
desprovistopor ranto del vocabula¡ionecesario.Y no
hablemostampoco de la gran profusión de <<ruedas>
y <torbellinos) que apa¡ecenen las SagradasEsc¡i-
turas, a cuyos fenómenosse aplica el nombre hebreo
de galgal, o searueda, moaimiento circula,r. Muchas
yeces,Yavé se presenraen un
Sal7dLPor últimq hay
que citar los raptos de Enoch y de Elías, que ascen-
dieron al cielo en un SdlSal.Y esto sin hablar del
Exodo y de la columna en el cielo (de noche parecía
una antorchaardiendo) que acompañí a los israelitas'
que cruzabanel desie¡tohaciala Tie¡ra de P¡omisión.
Por ultimo, algunos estudiosos-entre ellos Paul
Misraki- afrrmanque en la cumbre del Sinaí se posó
una gigantescaastronaveexttaterrestte-la aGloria
25
 sumerios conocían los dos satélites de Marte (descu-
de Yavé>-, a bordo de la cual fue recibido Moisés,
biertos oficialmente por Asaph Hall en 1877; éstos
el inte¡mediario entre los extraterresüesy los hom'
se hallan descritos asimismo en los <Viajes de Gulli-
bres,y a los que aquéllos,haciéndoseintérpretesde la
ver>, donde Swift nos da sus parámetÍos con una
voluntad de Dios, entregaron el Decálogo.
asombrosa exactitud, afi¡mando que le fueron reve-
lados por dos tripulantes de una isla volante mo-
vida por magnetismo>).
La cwiosa hipótesis del profesor Agrest
También según Agrest, los dogones del Af¡ica co-
nocían la existencia del compañero oscuro de la es-
Manuel Agrest, profesor de Física y Matemáticas
t¡ella Sirio, sólo descubie¡to por el cáiculo en fecha
en Armenia, es un escritor científico muy conoci-
muy reciente. Cita, además, en apoyo de su teoría, el
do en la Unión Soviética.La prensa mundial señaló
hecho de que los antiguos pueblos medite¡ráneos co-
en 1959 su so¡prendente estudio sob¡e la posible
nocían la existencia de Ia décima Pléyade, invisible a
existencia de visitantes exffaterrestresen el pasado,
simple vista. Los supuestos visitantes extraterrestres
publicado en la <Lite¡atoaÍnayaGazeta>>.
no sólo apoftaron a los hombres estos conocimientos
En este notable trabaio, el profesor Agrest afirma
secretos, sino que les comunicaron que el planeta
que la Tie¡ra fue visitada por visitants acdsoPtoce'
Marte es árido y reseco y Venus está cubie¡to por un
dentesde l,a,re¡trell¿sha¡á alrededo¡de diez mil años.
enorme océanq diciéndoles además que Sarurno ces
Para semejanteafirmación,se basaprincipalmente en
como un átomo gigantesco>.
la existencia,en diversoslugares de la Tierra, de las
Cita luego el profesor Agrest, en apoyo de su aser-
misteriosastectitas, unas masasde apariencia víttea
tq las gigantescas teffazas de Baalbek, con bloques
que contienen isótoposradiactivosde período relati-
que pesan más de mil toneladasy que la técnica mo-
vamente corto. Según Agtest, estasenigmáticas ma-
de¡na no podría levantar ni transportar. Sin embargq
sas silíceaspueden habersefo¡mado en la superficie
alguien levantó y transportó en el Líbanq hace cien-
de la Tie¡¡a bajo la acción de una poderosafuente
tos de años, estos gigantescos monolitos, para cons-
caLórícay de radiación,o bien habe¡ llegado a nues'
t¡ui¡ con ellos una inmensa terÍ^za, sobre la que los
tro planeta procedentesde los espacioscósmicos.De
tomanos edifica¡on posteriormente un templo a I:ú-
ser así, resultan muy diferentesde los meteoritos:
piter. Agrest afirma que esta teffaza fue un monu-
su relativa juventud y su distribución geográfica(en
mento dejado a su paso por los extraterrestres.
el desiertode Libia, en las Indias, Indonesiay Aus-
Por último, propone Agrest un plan metódico de
tnlia), impide pensa{ que se deban a caidasde en-
jambresmeteó¡icos. estudio, compuesto de los puntos siguientes:
1. Buscar en la región del Mar Muerto posibles
Fundamentaluego Agrest sus teorías en las deta-
trazas de isótopos radiactivos característicos de la ex-
lladas informacionesque poseíanciertos pueblos an'
plosión nuclear (Agrest, en efectq atribuye la des-
tiguos y pretecnológicossobre hechoscientíficosgue
t¡ucción de Sodoma y Gomorra a una explosión ató-
sólo se conocie¡onmodernamente: por ejemplo, los

26 27
mica), especialmenteSi 32, Ti 44, Mn 50, Y 53 y
Pu 239.
2. Tntar de determinar con precisión la edad de
los monumentos de esta región, especialmenteBaalbek'
). Estudiar a fondo el problema de las tectitas,
basándose quizás en el nuevo método de termolu-
miniscencia.
4. Iniciar un estudio sistemático de todas las
inscripciones y de todos los monumentos antiguos
que pudiesen relacionarsecon visitas de seres extra-
terrestres. Estos restos del pasado son más abundan-
tes de lo que pudiera parecer, y se hallan despetdi-
gados por todo el ámbito del mundo antiguo.
En capítulos sucesivosseguiremos ampliando estas
hipótesis, y aportando nuevos datos para el estudio
del que, con palabras del profesor James McDonald,
el que fue distinguido físico atmosférico de la Univer-
sidad de Tucson (Arizona), es <<e1problema número
uno que se plantea a la Ciencia contemporánea>>.1
1. El profesor James E. McDonald fue encontrado
muerto en el desierto, al norte de Tucson, el domingo 13
de junio de l97L Al lado del cadáver estaba un revólver
caliúre 38. McDonald presentaba un orificio de bala en la
sien. Según parece, huto ,rn intento de suicidio anterior,
que dejá parcialmente ciego al in{ortunado profesor' El
iorni.rgá en cuestión, McDonald, que ya había abandonado
la clínica, tomó un taxi y.se hizo conducit a un lugar so-
litario del desierto de Arizona. Parece ser que el infortu-
nado científico atravesaba por un momento de crisis en
su vida famiTiar,lo cua1, unido a la contoversia sobre el
avión estratosférico SST (McDonald argumentaba que este
avión reduciría grandemente la cantidad de ozono protec-
tor de la alta aimósfera, teoría combatida por la mayoúa
de sus colegas), le sumió en una profunda depresión, y
esto le llevó a poner fin a su vida. (Nota del Autor para
la presente edición.)
28
C¡pÍruI,o II
POSIBILIDADES DE VIDA EN EL UNIVERSO
En el capítulo anrericr, he aludido a la posibili-
dad de que la Tier¡a haya sido visirada, en épocas
pretéritas, por seres procedentes de lugares ignotos
del Cosmos, poseedores de una. ayanzadísima civi-
Iización, que les permitió efecuar viajes no sólo
interplanetarios, sino interestelares. A estos hipoté-
ticos visitantes cab¡ía atribuir, según Agrest y orros
investigadores,la presencia de monumentos y restos
antiguos de difícil interpretación, dentro del mar-
co de la Arqueología o la Mitología tradicionales.
Antes de abo¡da¡ los aspectos modernos y con-
temporáneosdel fenómeno <OVNI), empero, se hace
necesario examinar qué grado de probabilidad cabe
otorgar a la posible existencia no' sólq de mundos
como el nuestro en el Universq sino de se¡es racio-
nales e incluso dotados de medios tecnológicos su-
periores a los de la Humanidad terrestre. Afortuna-
damentg la Ciencia actual ha ensanchado enorme-
mente sus fronteras, desde los lejanos tiempos en
que imperaban ingenuas concepciones geocéntricas
y antropocént¡icas entre los pensadores.Hoy no sólo
sabemos que la Tierra no es el centro del Universo,
sino que sabemos mucho más: sabemos que el Sol
29
es una insignificante est¡ella ama¡illa tipo G, media'
na por todos conceptos y situada en uno de los bra-
zos periféricos de Ia Galaxia (brazo que en las no-
ches claras de invie¡no cruza eL firmamento y que
nosotros llamamos Yía Láctea); sabemos, asimismo,
que la GaLaxia espiral de la que el Sol forma parte
.es una inmensa rueda catalina cuyo polvillo lumi-
noso son millones de estrellas (doscientos mil millo-
nes para ser exactos) de todas las edades, colores y
tam¿ños: desde gigantes rojas como Beteigeuse,que
llamado (grupo local>, compuesto por una veintena
de galaxias de diversos tipos (elípticas, espirales, etc.),
cada una de las cuales es un pequeño universo tan
independiente como el nuest¡o (la más próxima de
estas galaxias locales es And¡ómeda, a casi dos mi-
llones de años-luz de nosotros).
j Andrómecio
M33o
qt

' n Oso Menor

'i Drogón

o Leo l l l
Sol
\ G oloxio
H
.H'-o, r; '-
no .i .+.. ¡
* Leo l l '- 'N u b e s ci e M o g o l l o n e s
¡ l eol
tl¡1",
del escult or

Nuestra Galaxia. Obsérvesela posición periférica que ocupa

en ella el So1,cruzado por los ejes imaginarios de'¡eferen' 012
#
cia o coordenadas galácticas. (Según A. Ducrocq). mi l l ones de oños-ruz

englobarían en su masa mrifrcada todos los planetas
inte¡iores de nuestro sistema, hasta enanas blancas
pequeñas como Mercuriq en las que la mate¡ia se
halTa tan densamente comprimida, con los núcleos
atómicos en contacto directo, que un centímetfo cli'
bico de dicha materia, trasladado a nuestro mundq
pesaúa muchas toneladas. Pe¡o sabemos más, aún:
Ia Galaxia o universo-isla del que forma parte el Sol
es una enue millones; fo¡ma en realidad parte del
Las cercanías de nuestra Galaxia. Se conserva la misma
orientación de la figura anterior, pero las proporciones se
han reducido en una veintena. (Según A. Ducrocq).
Actualmente, los radiotelescopios han ensanchado
las f¡onteras del Universo de una manera fabulosa.
Más allá de las últimas galaxias ópricas, límite inf¡an-
queable para nuestros instrumentos de observación
ocular o fotográfica, los radiotelescopios han seña-
lado la presencia de otras galaxias, y otras, y otras,

30 31
hasta más de seis mil millones de años-luz de dis-
tancia. A este p6o, estiman algunos astrofísicos,
pronto llegaremos a los límites, a las fronteras del
IJniverso, aI Non Plus Ubra definitivo.
Pues bien: este Unive¡so que en la ingenua con-
cepción antigua se considerabacreado pan la,contem-
plación y el goce del Hombre, insignificante criatu¡a
perdida en una motita de polvo que gravita en torno
a rtÍa chispa, hoy nos aparece como algo cada vez
más vasto, más insondable y -¿por qué no?- como
la morada de infinitas Vidas e infrnitas Inteligencias.
Después de Von \7eizsácker no podemos seguir ha'
blando del fenómeno planetario como de algo excep-
cional, ni de la Vida como un privilegio. Ni nos ha
tocado ninguna lotería cósmica,ni somos el arquetipo
de la Vida, ni los únicos depositarios de ia Inteligen-
cia. No sólo los seresvivos, sino también las estrellas
tienen edad. Nuestro Sol se halla <nel mezzo del
cammin>; no es una estrella excesivamentevieja ni
excesivamentejoven. Pe¡o la Ast¡ofísica nos dice que
en el rutilante centro de nuestra Galaxia (que queda
invisible para nosotros) existen estrellas mucho más
antiguas, y, 1o que es quizá tan importante, mucho
más juntas que las que pueblan este ¡incón galác-
tico. Según cálculos de Isaac Asimov, en nuestro rin-
cón de Universo hay una distancia media de 9 años'
luz entre estrella y estrella.
Sin embargo, en el núcleo invisible de la Galaxia,
las distanciasinterestelaresson mucho meflores. ¡Y no
digamos de las distancias que separan entre sí a las
estrellas que componen los cúmulos globulates, como
el de Hércules, por ejemplo, colosalesracimos o en-
iambres de estrellas, separadaspor meses e incluso
por semanaso días-luz! ¿Qué inimaginables civiliza'
32
ciones puede albergar el cúmulo citado?..., admi-
tiendq con el ilust¡e astrofísico Fred Hoylg que en
nuestra Galaxia existen cien mil sistemassolaresque
contienen como mínimo un planeta en eI que ¡einan
condiciones físicas y químicas favorables al desarrollo
de ia vida. Cifra conservadora actualmentg pues el
Dr. Harold Urey, Premio Nobel de Química, afuma:
<El número de mundos de nuestra Galaxia capacesde
desar¡ollar aIg6n tipo ile vida basada en el oxígeno es
de cien mii millones, es deci¡ uno por cada dos soles
o estrellas de nuestro sistema gaIáctico>>.Contraria-
mente a lo que se creia,pues -orro prejuicio que se
va por tierra-, la vida debe de ser un fenómeno
común en el Universo, cuyo propio nombre ya indi-
ca unidad, y que está formado por los mismos elemen-
tos hasta en la más ¡emora de las Galaxias.
Las consideraciones anteriores nos llevan ya a efl-
focar con mucha mayor amplitud y con mentalidad
abierta el problema de los mal llamados <<platillos
volantes>. Po¡ fortuna,la parte más sana y avanzada
de la Ciencia contemporánea no tiene inconvenienre
en admitir posibilidades que hace tan sólo una década
hubieran sido tachadasde f.antásricas.Por ejernplo, ia
posibilidad de que en el Universo exisran t¡es estadios
o niveles de civilización, como apunta el ast¡ónomo
ruso Nikolai Ka¡dachev. Según el citado investigador,
Ia Tielra ocupa el segundo nivel de civiLización ga-
Iáctica, después de salir de la larguísima etapa pre-
tecnológica del primer nivel. Esta concepción parece
muy correcta e incluso está de acue¡do con las ideas
del padré Teilhard de Chardin, quien conside¡a a la
especieHomo sapieni al principio de su vida filoge-
¡ética. De acuerdo con esta teoúa,las civilizaciones
que hubiesen alcanzado el tercer nivel nos resulta¡ían
incomprensibles por definición. Y esto nos enfrenta,
33
 como apunta acertadamenteel gran investigador fran-
cés Aimé Michel, con lo <rult¡ahumano>.Las srenta-
lidades conservadoras,rutinarias o faltas de imagina-
ción -la Ciencia sin la imaginación es letra muer-
ta-, suelen reprocha¡ al fenómenp OVNI su ca-
rácter insólitq fayarLoa veces en la magia. <rPeroes
I o oso Moyor
o O
Géminis
Per s oo. . .
.."
ota/
. o -/
.o .. _rr"
.o o ^ o tc
Vir g o " 8
leo
100 200 300
m i l l o n e s d e o ñ os- lu z
Nuestro universo local. Una nueva reducción (en una pro-
porción próxima a 150) ofrece una imagen del Universo
hasta varios centenares de millones de años-luz. El cuadra-
dito central indicado por una flecha contiene la carta
precedente. (Según A. Ducrocq).
precisamente el carácter absutdo del fenómeno
cribe Aimé Michel- lo que constituyesu mayor ga-
rantí^ de autenticidad>. ¿Cómo estudiar, en efecto,
unos fenómenostal vez producidospor intermedio de
unas leyes físicas de las que no sabemos ni una pa-
labru? Si tratamos de ajustar el fenómeno OVNI a la
Ciencia y la Tecnología de la segunda mitad del si
glo xx, no conseguiremosexplicar más que una pe-
queña patte de las observaciones.
Este carácter, llamémosle <<mágico>>, del fenómeno
no hace más que refrendar su autenticidad y su pro-
cedenciade una civilización que tecnológicamentenos
rebasa. <Toda tecnología superior y suficientemente
avanzadano podrá distinguirse de la magia>>, ha dicho
el escritor científico inglés Arthur C. Clarke. Magia
hubiera parecido a un hombre del siglo xvr la televi-
' Pegos o
II sión, como magia parece a un primitivo actual -de
los pocos que aún quedan- una radio de üansistores.
(Dicho primitivo podría preguntarse, con la misma
:' lógica que asiste a los que formulan la prepunta ante-
rior, por qué nosotros no utilizamos el tam-tam para
Cobéllerode Berenice
O O comunicarnos a distancia.) Es el mismo concepto de
o H ércul os C orono
B oreol
<<máquina>>, aún entaizado en las concepcionesmeca-
nicistas del siglo xrx, el que hay que revisar. La
Cibernética y la Teoúa de la Información apuntan ya
hacia unas concepcionesde la <<máquína>> que nada
tienen que vet con las ideas decimonónicas, que
affancan de la máquina de vapor. Exffapolando, a
partir de estas concepciones,en las que la Electrónica
desempeñaun papel preponderante, aTiadacon la Mi-
niaturización y -¿por qué no?- con la Biología,
podemos llegar a concepcionescasi inimaginables de
<<aparatos)>que tendrían más de seres vivientes que
de máquinas. (Uno de los tipos desuitos con cierta
frecuenciapor Michel es el que él denomina, precisa-
-es- mente, <<soucoupe-méduse>>, o sea <<platillo-medusa>>,
por su aspecto,que recuerdaa este celentéreo.)
Son ya varios los investigadoresmundiales que abri-
gan Ia viva sospechade que, por enésima vez en la

34 35
Historia de la Ciencia, nos hallamos ante un fenómeno
nuevo y de una trascendenciaextraordinatia, que la
comunidad científica, por una rutina y un inmovilismo
que tampoco son nada nuevo, se resiste a admitir'
Los ejemplos de ello abundan. Uno de los más cono-
cidos es el de Galileo, obligado a abiurar porque sus
ideas sobte el movimiento de la Tierra contradecían
las concepcionesgeocéntricasde Aristóteles, conside-
rado autoridad indiscutible hasta el Renacimiento'
Menos conocido es el caso de los meteoritos' Hasta
principios del siglo pasado, la Ciencia negaba rotun-
áu-".rt" que del cielo pudiesen caer piedras, <<porla
sencilla nzón de que en el cielo no hay piedras>>' Esta
argumentación, correcta en apatiencia, como la qüe
hoy se esgrime para negar la existencia de los OVNI
(sólo la Tierra albergavida inteligente; nuestro sistema
solar está deshabitado; las distanciasinterestatalesson
insalvables,etc., etc'), en f.alsaal ignorar uno de los
datos del problema: en este caso, la existencia de los
asteroides, el primero de los cuales fue descubierto
en 1801 por Piazi. La Academia de Ciencias de Fran-
cia, sin embargo,tuvo que rendirse a la evidencia airte
una espectacularlluvia de meteoritos que se produjo
en la localidad de L'Aigle, y que fue atestiguadapor
las autoridades y habitantes del lugar'
La situación es parecida en lo que a los OVNI con-
cierne. Si no se hallase tan anaigado el escepticismo
y el temor al ridículo entre nuestros contemporáneos,
los OVNI hubieran podido tener ya, a los ojos de la
Ciencia, no ya una sino varias <<lluviasde L'Aigle>' Se
dice que para muestra basta un botón. Y este botón,
lo vamos a dat al lector. Es el extraordinario caso
acaecido en la misión anglicana de Boianai (Nueva
Guinea), eL 26 y 2l de junio de 1959, y que vamos a
relatarsucintamente.
36
Al anochecer del 27 de junio, el ¡eve¡endo S7. B-
Gill, profesor y misionero anglicano que se hallaba
al f¡ente de la Misión de Boianai, saLiódel refecto¡io
a las 18 h 45 m, y, levantando la mi¡ada, vio a Venus
y despuésa un enorme objeto centelleante.Mientras
lo observaba, estupefactq oüas 39 personas se sirua-
ron junto a él (cinco eran profesores, dos médicos y
los restantes, indígenas; luego, 28 testigos adultos
firma¡on una declaración jurada). El objeto estaba
acompañado de ot¡os dos, que se cernían a mayot
distancia. Los observadoresno disponían de máquinas
f.otográficas,pero ttazaron dive¡sos croquis du¡ante la
obnervación.
En la parte superio¡ del OVNI más próximo, que
permanecía inmóvil en el cielo, los atónitos especta-
dores distinguieron la presenciade <formas humanasn,
que parecían hallarse atareadas,pues se movían de un
Iado a otro. De vez en cuando surgía del OVNI un
b¡illante y delgado rayo de luz azuI, que se proyectaba
hacia el cielo. El objeto tenía un brillo anaranjado,
y los <hombres> parecían vestir un traje plateado.
Llegaron a verse cuatro de ellos juntos. Cuando una
de las figuras parccía mirar hacia el grupo de espec-
tadores, el ¡eve¡endo Gill agitó eL brazo, y la fr,gura
le contestó con idéntico ademán. Entonces, el clérigo
y varios indígenas levantaron ambos brazos, y dos de
las frguras del OVNI hicieron lo mismo. La máquina
desconocida descendió efltoflces aún más, pero no
llegó a atenizar. El extraordinario espectáculo duró
hasta las 19 horas 20 minutos, cuando el reflector
azul se apag6 y el objeto se elevó, desapareciendo
en el interior de una nube.
El número de testigos, la duración y los detalles
hacen de este caso uno de los mejores que se poseen.
La única explicación, si no se acepta la de una asro-
37
nave extraterestre, sefía la de una complicada farsa
montada por el reverendo Gill y todo el personal de
la Misión, aunque tal hipótesis es insostenible, puesto
que posteriormente se supo que el obieto habla sido
observado también desde ouos puntos de la costa de
Nueva Guinea, y, por otra parte, los antecedentes
y la honorabilidad del sacerdote anglicano son irre-
prochables.
Algunas bipótesis
Ante hechos tan nuevos e insólitos, la actitud que
se impone es de una prudente expectativa,mientras se
estudiaq con mentalidad abierta. En Ciencia, como
es sabido, se emiten las llamadas <hipótesis de tra-
bajo> para explicar cualquier fenómeno aún no cla-
sificado. La hipótesis que más aspectos del mismo
explica, sirve para elaborat una teoría que, de ser
posible, tiene que estar refrendada por la experimen-
tación empírica. Por la misma naturaleza del fenó-
meno que nos ocupa, éste no puede reproducirse a
voluntad en laboratorio. Ello no quiere decir, sin
embargo, que el fenómeno no exista; únicamente
significa que no se ajusta a los métodos de experi-
mentación que la Ciencia consideralos únicts válidos.
De todos modos, en un próximo capítulo anaLizarc-
mos algunos métodos de estudio indirectos que han
sido propuestos,y que permiten abordar el fenómeno
con las debidas garantias.
Un libro del periodista italiano Renato Vesco (.[z-
terceptadlossin disparar) ha vuelto a poner sobre el
tapete la cuestión de si los OVNI son un prototipo
experimental secreto; sin embargo, de ser un secreto
militar sería el mejor guardado de la historia, y nos
38
planteaúa la curiosa situación de una potencia que
<<experimenta>>durante veintiún años sus prototipos
secretísimossobre el temitorio de una nación poten-
cialmente enemiga, sin provocar notas de protesta por
violación de espacioaéreo (recuérdeseel incidente Po-
wers del U.2), y, lo que es aún más chusco,suscitando
la creación de una comisión de encuestaoficial (pro-
yecto Blue Book) que con gran sigilo se dedicaría a
espiar sus propios prototipos supersecretos...mientras
invierte miles de millones de dólares en una carrera
espacialcon los rusos -que por su parte gastan miles
de millones de rublos en lo mismo- para ver quién
coloniza primero la Luna. ¿Por qué ambas potencias,
o una de ellas -que no se me diga que los platillos
son ftanceses,ingleseso alemanesnazis o no nazis-,
no arrinconan de rrna vez los pesadísimos,antieconó-
micos y <<anticuados>> cohetesde cornbustible químico,
y se sacande la manga esas <<supermáquinas>>, para la
conquista del espacio?
El malogrado ptofesor James E. McDonald, que di
rigió el Departamento de Física Atmosférica de la
Universidad de Tucson (Arizona), y que estudió inten-
samente y con mentalidad abierta el problema du-
rante dos años, emitió ocho hipótesis para explicarlo:
1. Son fraudes, patrañas y bulos.
2. Son alucinaciones,histerismo colectivo o fenó-
menos de tipo social.
3. Son interpretaciones incorrectas, hechas por el
profano, de fenómenos físicos bien conocidos (met'eo-
rológicos, astronómicos,'ópticos, aeronáuticos,etc.).
4. Sop muesüas de una tecnología avanzada semi-
secreta (nuevos vehículos de prueba, satélites, armas
39
nuevas, cohetes de señales,fenómenos de reentrada
en la atmósfera, etc.).
5. Fenómenos físicos aún mal entendidos (raros
efectos elécuicos atmosféricos, insólitos fenómenos
meteóricos, plasmoides natu¡ales o artificiales, etc.).
6. Fenómenospsicológicos aún desconocidos.
7. Aparatos extraterrest¡es destinados a misiones
de reconocimiento.
8. Astronaves que nos traen a mensajeros cuyo
propósito es nuestra salvación y la difusión de ve¡-
dades ocultas.
Después de pasar revista y de refutar casi todas
las hipótesis expuestas,McDonald se queda con la
número siete, diciendo: <La hipótesis exrraterrestre
es la menos insatisfactoria de elias> (Declaración
sobre objetos no identificados, presentada a la Co-
misión de Ciencia y Astronáutica de Ia Cáman de
Representantesel 29 de julio de 1968, durante un
simposium sobre los OVNI). Palabrasprudentes, ver-
daderamente dignas de un científico.
En cuanto al origen de los OVNI, nada hay más
aventurado que hacer afirmacionescontundentes. Sa-
bemos aún muy pocq en verdad, sobre nuestro propio
sistema solar. Nada está demostrado en cuanto a la
existencia o la inexistencia de vida en Marte, por
ejemplo. Las veintiuna fotografías tomadas por el
Ma¡iner IV en el verano de 1965, Io fueron desde
un4 altitud sob¡e la superficie del Planeta Rojo su-
perior a los 10.000 kilómeuos. Unas fotos similares
de la Tierra, tomadas por un satélite de la se¡ie
<Samos>¡inicarnente desde 800 kilómetros, no mos-
traban, en el millar de fotogramas examinados por
el docto¡ Cad Sagan, de Harvard, la menor señal de
vida inteligente. Só1o en una de ellas (una región
40
boscosa deL Canadá) se apreció algq con gran aumen-
to, que podía se¡ obra de seres racionales.Ninguna
de nuest¡as orgullosas ciudades (Londres, Nueva york,
París, etc.) aparccían en las f.otografías. iEran dema-
sia¿o pequeñ.aspala verse! Las bellísimas f.otografías
de la Tie¡ra tomadas desde el Apolo VIII no muesran
ninguna traza de vida en su superficie. ¿Estará habi-
tado este hermoso planeta azul?, acaso se pregunte
un asüonauta extfaterfestre al descub¡irlo.
En cuanto al origen estelar de los O\AII, si bien
el viaje a las estrellas es un sueño imposible pan Ia
tecnología tenestre de L970, nada nos permite ase-
gurar que dicha tecnología sea el <rnon plus ultra>
del Unive¡so. And¡é de Cayeux y orros pensadores
han señaladoya Ia <aceieración>de la Histo¡ia. Esta
aceleración, representada gtáfrcamente, nos da¡ía un
ttazado casi horizontal du¡ante miles de años, para
tÍazaÍ una violenta q)wa ascendenteen los últimos
decenios. EL af.án consranre de la Ciencia contempo-
ránea consiste, precisamentg en ensanchar sin cesa¡
las fronteras del conocimiento. Admirido el fenó-
meno planetario a escalauniversal, nada nos impide
admitir también ia existencia de oras humanidades
e incluso superhumanidades en el Cosmos. Nuest¡a
incipiente Ast¡onáutica puede haber tenido una ¡é-
plica mucho más antigua y perfecta hace cienros de
años. Y puede habe¡se producido también la coinci-
dencia espacio-temporal que es premisa indispensable
para el contacto ent¡e dos civiiizaciones.
Nos guste o no nos guste, tendremos que admi-
ti¡lo así.
41
 C¿pÍruro III

COMIENZA EL PERÍODO CONTEMPOMNEO

(De los <foo-fighters>>

a los <<bólid.os>
d,e Escandinania)

Por causasque no conocemos, al¡ededorde L945/46

(coincidiendocon el final de la segundaguerra mun-
dial) empezatona registrarseextrañosfenómenosen
los cielos de la Tie¡ra. Admitiendo como buena
la HET (Hipótesis exrra-rerrestre)emitida por el
profesor James E. McDonald, de la Universidad de
Tucson (Arizona), para explicar el origen del fenó-
meno OVNI, podríamos decir enroncesque en los
años citados comenzó una operación de reconoci-
miento en gran escalade nuestro globo, mediante
unassondasextraterrestresde origen desconocido.
Siempre en el terreno de la hipótesis, se podría
explicar estesúbito ¡ecrudecimientodel interés-pues
el fenómeno,como vimos anterio¡mente,no es nuevo
y hunde sus raíces en el pasado*- por hechos de
magnitud planetariacomo fueron la misma gran con-
tienda mundial, que culminó con las explosionesató-
micas del desierto de Nevada y con los holocaustos
nucleares de Hiroshima y Nagasaki. Estos hechos
acasopusie¡on sobre aviso a unas misteriosasinteli-

43
gencias del Cosmos, que a partir de entonces deci'
die¡on inicia¡ un metódico reconocimiento de este
belico planeta... más merecedor del nomb¡e de Marte
que el mismísimo Planeta Rojo.
¿En qüé consistió este súbito incremento de la
actividad extraterrestre?Tenemos primero el curioso
episodio de los foo-figbters. Esta expresión, propia
del argot militar no¡teamericano y formada por la
corrupción del francés feu : fuego, y el sustantivo
fighter: (avión de) caza, significa literaimente ((ca-
zas ígneos, o de fuego>. Los foo-frghters consistían
en unas misteriosas bolas de fuegq de pequeño diá-
metrq que en L945 se dedicaban a seguir -a veces
en fo¡maci ón_ a los aviones no¡teamericanosde la
415.' Escuadrilla de Cazas Nocturnos, con base en
la población francesade Dijon, y que entonces,en las
postrimerías de la resistenciaalemana, panían en mi'
siones de reconocimiento y ametrallamiento sob¡e la
región de Alsacia-Lorena,cuenca del Rhin y Paiati-
nado bávarb. Precis4mente fue en el cuarto de ban-
deras de dicha escuadrilla donde se acuñó la expre-
sión citada. Los aviadores norteamericanos llamaban
también a las misteriosas bolas de fuego <Kraut fire-
balls> (bolas de fuego de los Kraut). Teniendo en
cuenta que <los Kraut> eran los alemanes, ello nos
da un indicio sobre el intento de explicación que
entooces se hizo del fenómeno. Los Aliados supu-
sieron que se ttataba de un arma secteta alemana,
acaso en período experimental todavía... ¡sin saber
que los pilotos de la Luftwaffe también habían visto
las bolas de fuego,".que tomaron por un ingenio se-
creto aliado ! El mayor número de encuentros en
vuelo con foo-fighters se ¡ealizó en el sector del
frente comprendido entre Hagenau y Neustadt. Pero
en el teatro de la guerra del Exmemo Oriente, según
44
se supo después de la contienda, las fortalezas vo-
lantes no¡teamericanas con base en Guam también se
vieron seguidas por bolas lumi¡osas. En una ocasión,
una de estas bolas penetró en el inte¡io¡ de un bom-
bardero, atravesando limpiamente las paredes de la
cabina y saliendo por el mismo sistema, como el
alma del Comendador... y dando de paso un susro
considerable a La estupefacta dotación.
Los pilotos japoneses también vieron esros extraños
objetos (a los que dudamos en califica¡ de tales, pues-
to que sin duda eran de naturaLezainmaterial), a los
que en mi ob¡a <<ElGran Enigma de los Platillos
Volanres> califico de <teleproyecciones>o de <ojos
telecaptores>... enviados taI vez desdebasesremotas,
en una primera etapa del metódico plan de recono-
cimiento a que estaba sometida Ia Tiena-
Los bólidos d.e Escandinauia
Acaso la segunda etapa estuvieserepresentadapor
el no menos desconcertanteepisodio de los <bólidos>
que en julio de L946 se dedicaron a cÍüzaÍ por los
cielos de Suecia. Según las autoridades suecas,ent¡e
principios de julio y principios de agosto de aquel
año, más de 300 hechos de la mencionada naturaleza
registráronse en diversos lugates del país. Entre las
numerosas noticias de Prens4 ent¡esacamoslas si-
guientes, que darán una buena idea de las ca¡acterís-
ticas del fenómeno:
<tEstocolmo,11. - Las auto¡idades militares sue-
cas han pedido al Gobie¡no que dé la voz de alarma
en todo el país, al tenerse noticia de que ot¡os seis
bólidos o bombas volantes han cruzado el espacio
aé¡eo sueco en va¡ios puntos. Después de las decla-
45
raciones de un técnico acercade la naturaleza de los
fragmentosde un supuesrometeoiitq circula en Es-
tocolmo el insistentenrmor de que los Sovietsestán
rcalizando pruebas con bombas volantes en algún
lugar de la costa del Báltico. - EFE.)
Pocos días después,leemos:
<<Estocolmq20. - Se ha reanudadosobre Suecia
el paso de bombasmisteriosas,semejantesa las V-L
alemanas.También en Oslo la Prensapublica noti-
cias sobrela cuestión,haciendoconstarque dos bom.
bas cohetese estrellaronel jueves por la noche en el
lago Mjosa, cercade Feiring. Varias personasafrrman
que parecían pequeñosaviones qrue avanzabancon
gmn rapidez y a enorme ahura. El dia¡io de Esto-
colmo Dagens Nyether informa que un
no del norte del país vio unos objetos que pare-
cían bombas volantes y d,espedlanün glan respla*
dor, - EFE.)
El 8 de agosto,la misma agenciade noticias in-
formó que, iégún el corresponsaldel Daily Graphic
en Estocolmq abombas-boomerangr estabanc¡uzando
sobre Suecia. Conzo no había caído ünguna sobre
territorio sueco,resultabaimposible determinar si es-
taban cont¡oladaspor radio o renían un dispositivo
especialque permitía dirigirlas de nuevo a su punto
de partida. Sin embargo, agregrba,<rsetiene enren-
dido que las "bombas-boomerang" atraviesanSuecia
en di¡ección Norte para volver luego a crlJzatel país
en ditección Sur>.
Más tarde, el 14 de agosro,ocu¡rió un dramático
suceso: un avión militar suecochocó con uno de los
miste¡iosos <bólidos>,pereciendo los tres aviadores
que 1o tripulaban. EI periódico Aftonbladet inÍormí
que los t¡es aviadoresresulta¡on muertos cuando su
aparatochocó, ce¡ca de Yaggeryd,en el su¡ de Sue-
46
cia, con un objeto no identificado que cnzaba eL
cielo. Un testigo presencialafirmó que el cproyectil>
efectuabacambiosde di¡ección.
Aproximadamente por las mismas fechas, desde
Dinamatca, Noruega y Finlandia comunicaron lta-
be¡se obse¡vado <Mlidos> semejantes.Algunos pe-
riodistas hablaron de experimentosrusos supersecre-
tos con armas del tipo V-2, pues los <proyectiles>
parecíanproceder de la península soviética de Kola.
Pa¡eceser que Sueciapidió equipos de radar a Ia
Gran Bretaña, paru detectar los misteriososobjetos,
pe¡o posterio¡rnenteel Gobierno suecodesmintió que
se hubiesehecho tal petición.
En septiemb¡elas obse¡vacionesde extrañasbolas
ígneasse extendierona otros países.Así, eI 2 de
septiembreun (proyectil-cohete>c¡uzó sob¡eel puer-
to de Salónica,según manifestó el primer ministro
gúego, Tsaldaris. El día 7, una <bomba volante>r
c¡uzó de norte a su¡ la Macedonia occidental,unos
110 km. al oestede Salónica.Poste¡iormente, según
un despachode P¡ensa fechado eL L7 en HerÉrd
(Alemania),un (proyectil-cohete>, parecidoa los que
¡ecientementefue¡on vistos pasarsobreterritorio sue-
co, cruz6 sob¡e la zona de ocupación británica. El
Cuartel General británico del Rhin dio estadooficial
a la noticia (todavía no existía la política del aTop
Secret>).
El mismo día, desde Lisboa, se vie¡on cruzar eI
cielo con gran rapidez unas misteriosasluminosida-
des,que procedíandel norte y desaparecieton hacia
el sur, dejando ufia potente estelaaerdosa.Unos días
antes,en Casablanca se registróun fenómenosimilar.
A partir del 20 de septiembre,aproximadamente, el
fenóménose desplazaal norte de África. Así, el 20
fue¡on observados<miste¡iosos meteorosDen los'dis-
+/
tritos occidentalesde Argelia. Los testigoslos desc¡i- de la observaciónde Kenneth Arnoid, a la que nos
bie¡on como <<bolas de fuego>,que dejabanuna larga referiremos con detalle en el artículo siguiente), en
estelade llamas y emitían una luz gris (sic); pasaroo Mukden (Manchuria) fueron visros unos ochenta
a baja altura, en dirección Nordeste a'Sudoeste.El <platillos volantes), segúnanunció la AgenciaUnited
24 se efecrua¡on nuevas observacionesde objetos Press.Cruzaron el espacio en dirección Sudoestey
simila¡es. sólo fueron vistos du¡ante unos segundos.
Así las cosas,los asüónomossuecosalÍanzaton una Si no es éstala primera vez que se cita el nombre
<explicación>de estos fenómenos,declarandoa sus <platillos volantes> en la Prensa, repiro, es de las
colegasinglesesque los <cohetes> que habíanvenido primeras mencionesque aparecieronpúblicamenreen
su¡cando el cielo escandinavono e¡an tales cohetes, Europa, despuésde la sensacionalobservacióndel
sino auténticosmeteoritos. piloto civil norteame¡icanoKenneth Arnold, que
Nos uopezamospor primera vez con la <defor- i{raugura la que pudiéramos llamar <<tetcetaetapa>>
mación profesional>de los hombresde ciencia,rea- del período contemporáneo...etapa que aún no ha
cios por principio a admitir algo que escapeal cuad¡o te¡minado.
de conocimientosclásicos.Sin embargo,la <explica- Pero esto serátema para un nuevo capítulo.
ción> meteoútica es a todas luces insuficiente,pues
no explica las desviacionesde rumbo muchas veces
observadas,las inversiones de dirección -a veces
de 180'-, ni la colisión con el avión militar, que
causó la fnuerte de t¡es aviadoressü€cos:Po¡ otra
parte, de trata¡se de auténticosmeteo¡itos,éstoshu-
bie¡an producido un fragor honísono, aI cruzar eL
cielo -mejor dichq la atmósfe¡aterresrr€--,en fo¡-
ma de <bolas de fuegol y a baja altura. Los estam-
pidos producidospor estasauténticas<bombasceles-
tes> al desintegrarse por el ¡oce con la atrnósfera,se
hubieranoído en toda Escandinaviae incluso másal
sur. Sin embargq los enigmáticosabólidos>cruzaban
el cielo en el silencio más absoluto...
Poco despuésde es*a racha de noticias sobre los
aproyectiles-cohete> de Escandinavia, la Prensaeuro-
pea publicó por primera vez Ia expresión<plarillo
volantel en una noticiaprocedentede ExtremoO¡ien-
te: según el despachode la Agencia EFE, fechado
el 15 de julio de L947 (menos de un mes después

48 49
 CepÍruro IV

KENNETH ARNOLD Y tA (OLEADA>,DE t947

En el capítulo anterior hemos abordadoel estudio

de lo que pudiéramosllamar <preludior del recono-
cimiento sistemáticoa que ha sido sometidonuestro
planeta por unos ignotos seresprocedentesdel Cos-
mos.PeroenL947,o seaun año después del episodio
representadopor los <bólidos> de Escandinavia,se
registróla primera de las grandes<oleadas>,
o <<flaps>,
que despuésse han ido sucediendocon una regula-
ridad asombrosaa lo largo de veintidós años.
Un hecho altamentesingular e intrigante en ¡ela-
ción con estasoleadas,es su carácter tigurosamente
cíclicq puesto de manifiesto por varios investigado-
res que laboraban independientementeen varios lu-
garesdel mundo. Entre ellos cabe señalara los espa-
ñoles Oscar Rey Brea -el primero en descubrir el
fenómeno- y Eduardo Buelta; los francesesAimé
Michel y JacquesVallée, y aún otros. En realidad,
las crestasexponencialesque marcan las oleadasre-
gistran un número de observacionesde siete a diez
vecessuperio¡ al <<notmab,y estascrestasse produ-
cen exactarnente cada veintiséismeses,coincidiendo
con un hechoastronómico: las opo-
matetrui.ticarnenre
siciones --o mínimas distanciasa la Tierra- del
planetaMarte. Tenemosaqul un método de investi-

t1
 gación estadístico, completamente objetivo y que
arra;ncael fenómeno del yo subjetivo del testigo, para
proyectarlo en una gtáfrca, confiriéndole así un ca-
rácter independiente de cualquier posible fabulación.
Por offa parte, el porcentaje enffe los testigos de
personasdotadas con suficientesconocimientosde As-
tronomía como para conocer las fechas exactas de las
oposicionesde Marte, debe de ser mlnimo.
Pues bien: el año 1947 es notable, puesto que nos
ofrece la primera de las grandes oleadas mundiales
que luego hablan de irse sucediendo cada dos años
y dos meses, en un desplazamientode Este a Oeste,
según apunta Buelta, como si así pretendieran cubrir
y explorar metódicamente todo el planeta. Desde en-
tonces, sólo se han regisffado tres crestas acíclicas:
la primera en octubre de 1957 (coincidiendo con el
lanzamiento del Sputnik I por los rusos y que la
gtáfica de Eduardo Buelta recoge); la segunda, en el
verano de 1965, a tiempo que se recibían de Matte
las 2t fotográfías enviadas por la sonda espacial ame-
ricana <<Mariner-IV>>i
y la tercera el verano de 1,969;
en este caso conocemos los eÍectos, pero ignoramos
las causas.LPorque lo verdaderamentecurioso es que
esta gtáfrca,puesta puntualmente al dia, entre otros,
por Oscar Rey, de La Coruña, sigue recogiendo el
<<ciclobienal>>con una puntualidad que nos llena de
asombro y suscita en nosotros este tremendo interro-
gante: ¿Será Marte -el Planeta Rojo tan enigmá-
tico- el punto de origen de los OVNI? ¿O será
Marte simplemente una base, una <<estación de trán.
sito>>de unos misteriosos visitantes extrasolares?
habría que añadir la es-
1. A estas oleadas <<aclclicas>>
pañola de 1968-69, admirablemente estudiada por Félix
Ares de Blas y David G. López, dos jóvenes científicos es-
pañoles.
52
Kennetb Arnold y slt obseraaciónd,elos nueaediscos
brillantes
Al piloto civil norteamericanoKenneth Arnold le
cabe la gloria bastantediscutible de haber bautizado
a las naves de los misteriososseñoresdel espacio.
Fue Arnold, en efecto, euien creó el tan desdichado
nombre de <platillo volante>, que tanto ha contri-
buido a La vuLgarizaciónde algo que nada tiene de
vulgar (aunque en este caso, y con don Miguel de
IJnamuno, preferiríamos aaulgaramiento en lugar
de uulga'rización):flying tducer en inglés; soucoil,pe
üolúltte en francés; üsco aoldnte en italiano (los ro-
manos clásicosles llamaron clipei ardenler, escudos
ardienteso llameantes); pfuesuoad,oren portugués;
fliegende Schiebeo fliegeüe Untertasteen alemán;
plato volador, platívolo (engendrolingüístico de ori-
gen sudamericanodifundido por TVE) o platillo
volante en castellano; letáyusche tadki en ruso,
y uí en todas las lenguas cultas -e incultas- del
Slobo.
El martes,24.de junio de 1947,a las dos de la
tarde, Kenneth Arnold, un hombre de negocios de
Boise (Idaho), volaba en su avioneta particular
de Chehalis a Yakima, en el Estado de \7áshington.
No efectuó el vuelo en línea recta,pues se entretuvo
buscandolos restos de un avi6n de transporte de la
Marina que había desapaiecido,y se suponía había
caído en La ladera sudoestedel monte Rainier.
Cuando volaba a :unaaltitud de 2.800 metros,Ar-
nold vio una sucesiónde destelloshacia el norte del
monte Rainier, sobre las cumb¡es de 3.000 metros
de dicha cordille¡a, de altu¡as bastanteconsiderables.
,1
 La atmósfera eta límpida y rransparenre,y la visi-
bilidad, ilimirada. Mirando con mayor atención,hacia
su izquierda, percibió una hilera de nueve objetos
b¡illantes y al parecer merálicos,que evolucionaban
a La altura de los picos cubie¡tosde nieve, y práctica-
mente al mismo nivel que su avión. Los objetos te-
nían forma discoidal y parccíanestar unidos enue sí
por un vínculo invisible, pues cada dos o tres segun-
dos oscilabanligeramenrey cambiabande rumbo de
una manerasimultánea(particularidadobservadades-
pués con frecuencia y relacionadasin duda con el
sistemade propulsiónde los discos).
Los objetos parccíanlleva¡ una di¡ección determi-
naday se aproximabanrápidamenteal monre Rainier
y sus glacia¡es.De momenrq Arnold los tomó por
aviones a rcacciín de un nuevo tipo. Los reflejos y
destellosque le llamaron la atención se producían
cada vez que los nueve aparzrtososcilaban simultá-
neamente.
A los pocosmomentos,los nueve objetos se desta-
caton cLanmenresob¡eias nievesbrillantes del monte
Rainier, y enroncespudo Arnold obse¡varque care-
cían de cola. Sin embargq aún siguió creyendoque
podía tratarsede un nuevo tipo de reactor.Tomando
entoncesdos puntos de referencia sob¡e los monres
Rainier y Adams, respectivamentgArnold cronome-
t¡ó su velocidady calculó la distanciaa que se en-
contraban de su aparato.Estimó que su avioneta se
hallaba a unos 40 kilómetros de distancia de las ex-
uañas máquinas,y que la velocidadde las mismas
era casi 2.000 kilómetros por hora (o sea supersó-
nica; recuerdeel lecto¡ que el capitánaviador yeager
no traspusola <banera del sonido> hasta octubre
dei año L947). Le pareció asimismoque eran de
enorme tamaño,y les atribuyó las dimensionesapro-
>4
ximadas de un C-54, cuatrimotot de una talla respe-
table.
Observó su forma discoidal, y, al describi¡los más
tatde a los periodistas yL avisadospor radio y que le
esperaban en el aeródromq dijo que parecían dos
platillos unidos por su parte cóncava.ComproM tam-
bién que los nueve discos brillantes volaban mucho
más cerca de las cumbres del monte Rainier de lo
que hubiera hecho cualquier avión ordina¡io. En
cuanto a su modo de desplazarse,dijo que parecían
<platos arrojados con fuerza sobre la superficie de
un estanque>.Así pretendía describir su característico
bailoteo o movimiento (en hoja muerta>.
El primer disco cruzó sobre las cumbres que se
exfendían entre los montes Rainier y Adams cuando
el último objeto de la hilera pasaba sob¡e la cresta
norte de la cordillera. Ello permitió calcular a Arnold
que la hilera entera de discos cubría una extensión
de for lo menos ocho kilómetros. Intentó seguirlos
con su avioneta durante unos tres minutos, perdién-
dolos luego de vista. Afirmó que eran objetos bas-
tante planos, (como una sartén, y tan brillantes, que
rcfl,ejaban los rayos solates como un espejo>.
Con pocas horas de intervalq y antes de que el
relato de Kenneth Arnold alcanzase la sensacional
difusión que había de tener después, un tal F¡ed
Johnson observó aquel mismo día a seis discos, que
siguió con el telescopio sobre los montes Cascadas
(Oregón), situados a más de 200 kilómetros del mon-
te Rainier.
También aquel mismo dia 24 de junio, el teniente-
gobernador de Idaho, Mr. Donald S. \üThitehead,afrr-
mó haber visto un objeto de forma de cometa, cer-
niéndose inmóvil en el cielo del Idaho occidental.
Después de algún tiempo, el ext¡año objeto pareció
,5
 desaparecerbajo el horizonte, siguiendo la rotación
de la Tier¡a. El doctor Hynek, asr¡ónomoasesordel
Proyecto<Sign>,dijo que se trarabadel planetaMer-
curio o de Saturnq que brillaba enrre los cir¡us. Pero
el gobernadorrüThiteheadno mencionó la presencia
de ci¡rus ni de ninguna clasede nubesen las proxi-
midadesde este extrañoobjeto.
f)os semanasdespués,Al Hixenbaugh, reporrero
del Louisuille Times (Kentucky), pudo fotografiar el
rastro dejado en el cielo por un objeto luminoso,
visto por numerosostestigos en diversospuntos de
aquel Estado.
Kenneth Arnold, pues, fue quien dio su tan des-
dichado nombre al fenómeno.Pe¡o ello no quiere
decir que antes no se hubiesen visto <platillos>.
En 1945, un grupo de divisionariosespañolesque
se hallaban en Puskin (Rusia) contemplaronasom-
bradoslas evolucionesde un disco plateadoque acabó
por inmovilizarse a gran altura sobre unas escuadri-
llas de aviones de caza soviéticosy alemanesempe-
ñadosen mortal combate.¡Dijérase que el disco se
había instaladoen un asientode primera frla, paru
ptesenciarel espectáculo a sus anchas!
Pero antes,en 1939, los miembros de la expedi-
ción alemana Roe¡ich al Himalaya vieron ya un
disco volante. Sin embargo, hay que llegar a L947
para hablar propiamente de <oleada>.Lo más cu-
riosq con todo, es que esta <oleada>norteame¡icana
de t947 pasó casi desapercibida entonces.Las obser-
vacionessólo se publicaronen periódicoslocales,por
lo general.IJnicamentelos casosmás'espectacula¡es
-{omo el de Arnold, por ejemplo- me¡ecieronlos
honoresde una difusión a escalanacional a t¡avés de
las grandesAgenciasde Prensa.Tuvieron que pasar
veinte años --como en la novela de Dumas* para
56
que esre uflupu pudiera sali¡ finalmenrea la luz, con
ce¡ca de un millar de casosperfectamentedocumen-
tados.En L967, en efectq se publicó una obra deta-
lladísima, metódica y muy bien esrrucurada,que re-
cogía casi todos los casosde esteprimer <flap> mun-
dial : era el Report on the \JFO \y/aoe of 1947, un
lib¡o de gran formato y dos cenrenaresde páginas,
escrito por Ted Bloechery con un prefacio del doc_
tor James E. McDonald. Bloecher consagró varios
años a recorrer los inmensosterrito¡ios de la Unión
en busca de los restigos de L947. Algunos habían
muertq ot¡os habí¿n cambiado de residencia,pero
Bloecher consiguió localizar y enuevistar -.tarea- en
la que en ocasionesle secundó el profesor McDo-
nald- a un'número apreciablede ellos.A pesar de
los años transcur¡idos,en su rnayoría¡eco¡dabancon
nitidez su observación.AI tiempo que se dedicaba
a esr¿labo¡ de encuesra, Bloecherdesenter¡óviejas
coleccionesde periódicosen las ¡edaccioneslocales,
pues, como dice el profesor McDonald: aVisto de
una manera reüospectiva,parece claro que la cons-
tancia visible del problema OVNI, ral como emergió
a Ia laz en 1947, se encuentraante todo en ios pe_
riódicos de la época>>. Y agrega.:<Aunquelos cient!
ficos,losmilitaresy algunosporravoces guberna-énta_
les represenraronun papel secundarioen la dramática
irrupción de los OVNI en la escenamoderna,fueron
los periódicos quienes esc¡ibie¡on y difundieron las
líneas clave que confieren un lugar tan prominente
a los periodistasen estedrama>.y, en consecuenci4
(para reconsrruiraquellamemorableaparición en pú-
, blico del problema OVNI, debemosacudi¡ a los pe_
riódicos de la nación y pasar revista a la evidencia
reunida,a vecesdía por día (por no decir hora por
57
hora), y que demuesua que algo de naturaleza com-
pletamente insólita estaba ocu¡riendo>.
Y ésta es Ia gran labor que realizó Ted Bloecher,
de fo¡ma exhaustiva. Lo verdaderamente extraordi- CapÍruro V
nario es que esta oleada -en coincidencia también
con el ciclo marciano- se extendió apenas sobre un LA (OLEADA) FRANCESADE L9i4
espacio de quince días, en el verano de aquel año.
En realidad, sólo tenemos otra <oieada> que haya
sido estudiadacon parecida atención y minuciosidad:
la oleada f¡ancesa del otoño de L954, que permitió
a Michel fo¡mular su descubrimiento de la Ortotenia
y a Yallée enunciar sus leyes estadísticas.La <mini-
oleada> española de la primave¡a de 1950, por mí Hasta 1954, el fenómeno O\INI había sido un
descubierta y estudiada"se halla también denr¡o del fenómenoesporádico,que no se podía sornetera las
ciclo bienal, como la no¡teameúcana y la francesa. reglasde la experimentaciónempíricaque la Ciencia
consideralas únicas válidas.Si bien se habían pro-
ducido ya algunasgrandesoleadas(la norteamericana
de 1947y las dos siguienres,que interesaronespecial-
mente a los EstadosUnidos, junto con la española
de 1950,por mí descubierta, sólo habíande ser <des-
enterradas> y estudiadasmuchosañosdespués), como
la de 19)2, estudiadaen parre por Vallée en Africa
del Norre, hay que esperaraI año 1954 pala que se
produzcauna gran <oleada>que,por decirloasí,pudo
ser estudiadainmediatamentee in sitw por dos des-
tacadosinvestigadores.
Esto se debió, como apunra uno de ellos, Aimé
Michel, a que la (vague) de L%4 cayóde pleno sobre
un país de la EuropaOccidental,de proporcionesmás
¡educidasque el inmensoámbito norreamericano, don-
de las observaciones de 1947 quedarondesperdigadas
y perdidasen periódicoslocales.Fue una oleada<<ser-
vida a domicilio> y que permitió descubririmpor-
tantes leyes y consranresdel fenómeno. pero ya
en 1953, Michel efectuó un curioso descub¡imiento

59
'B
(él ignoraba entonces que otros investigadores mun-
diales, trabajando independientemente, habían llega-
do a idénticas conclusiones): aI trabajar en las esta-
dísticas de frecuencia, se comprobó que los períodos
más altos -las <rcrestas)- se situaban, como dijimos
en el capítulo anterior, en los alrededoresde las opo-
siciones de Marte.
Cierto es que las estadísticaseran poco surtidas y,
en consecuencia,inciertas. Pero al saber que el inge-
niero S7ilbert Smith había llegado en eI Canadá a
las mismas conclusiones,Michel se arriesgó, a fines
de la primavera de 1954, a anunciar una nueva oleada
para finales del verano de aquel mismo año. El sema-
nario Pd,ris-Matchpublicó sus suposiciones,bajo una
forma muy categórica,y otorgando a su autor el título
de <el profesor Aimé Michel>, lo cual provocó este
jocoso comenta¡io por parte del ilustre investigador
privado: <<Yosólo he enseñadoa jóvenes bachilleres,
pero verdad es que en Francia los astrólogos,los ca-
llistas y los echado¡esde cartas se autotitulan "pro-
fesores">.
Aimé Michel experimentó poco después de esto
una gran sorpresa cuando en septiembre leyó en los
dia¡ios de Roma, donde a Ia sazónse encontraba,que
un alud de discos voladores empezaba a extenderse
por la Europa occidental. Lo que al comienzo no pa-
saba de ser una hipótesis de trabajo, se confirmaba
de mane¡a sorprendente.
Envalentonado por este éxito inicial, Michel trató
de renovarlo en L916, y envió aL Gray Barkey's S¿u-
cerian Bulletin un texto que dicha publicación hizo
inserir en su número del 15 de septiembre de aquel
año, y que luego reprodujo cietto número de diarios
norteame¡icanos.
En dicho texto se decía:
60
1.o Qo. las estadísticas pasadas señalaban una
coincidencia de las <oleadas>con las oposiciones de
Martg teniendo en cuenra un desfase de un mes
o dos.
2.o Que la localización de las <oleadas> parecía
indicar un desplazamientoprogresivo hacia el Oeste
(los Estados Unidos en 1952, Europa Occidentai en
L954; en España, Eduardo Buelta babía Llegadopor
separadoa conclusionesmuy parecidas e incluso más
detalladas).
3.o Que, en consecuencia,había cierras probabi-
lidadesde que a fines de L9i6 se produjera un nuevo
uflup, en alguna parte de la Europa O¡ienral o en
ei O¡iente Medio.
Si bien estas previsiones no se vieron toralmente
confirmadas por los hechos posteriores, es preciso
tener en cuenra la dificultad de obtene¡ info¡macio-
nes de los países de allende el Telón de Acero, o
averiguar lo que sucede en las inmensas soledades
del Asia cenmal, por ejemplo, que pueden (rragarse)
oleadas mucho más imporranres que la francesa de
1954 si¡ dejar el menor rasrro.
Un primer intento de explicación
A finales de L954 se produjo un hecho de una rea-
lidad incuestionable: la apailción en la prensa fran-
cesade docenasde noticias referenresa la observación,
efectuada por ciudadanos de aquel país, de objetos
compleamenteinsólitos, unas veces en el cielo y otras
-Io que ¡esultaba aun más sorprendenre- posados
cn el suelo. Sin mete¡nos por ahora en el estudio pro,
fundo de los estímulos que motivaron la aparición de
tales noticias, debemos admitir que éstas -las noti-
6L
cias- existían. Pero hecha esta admisión, había que
buscar las causas---ola causa- del insólito fenómeno.
El profesor Heuyer, especialistay profesor de Psi-
qaíatúa infantil de la Facultad de Medicina de París,
experto psiquiatra de los Tribunales y sabio de gran
reputación, prefirió acudir a la explicación psicológica,
Íayana casi en la psicopatologra. Así, conside¡ó que el
estímulo que había originado todas aquellas noticias
se hallaba en los propios procesosmentales del testigo,
y en una comunicación leída por él mismo ante sus
colegas de la Academia de Medicina de París el lunes
18 de ocrubre de 1954 -en plena oleada-, t¡ató de
démostrar que la multitud de observacionesaparecidas
en los periódicos hacía tres meses,se explicaba total-
mente por una psicosis colectiva.
El profesor Heuyer basabasu análisis sobre el caso
del <delirio dual, o doble>. Este tipo de delirio -ex-
plicaba- es una convicción falsa e i¡reductible al
tazonamiento, que evoluciona al mismo tiempo y se
desarrolla en dos sujetos que viven juntos. La. parcja
que delira se compone de un <<elementoinductor>
(el enfermo mental propiamente dicho, creador de la
idea deli¡ante) y de un <<elementoinducido> (un
compañero sugestionable,al cual es necesarioseparar
del primero, para que deje de delirar).
Prosiguiendo su análisis, el sabio profesor pasó por
deducción, a los delirios de grado tercero, cuarto,
quinto, etc., <delirios familiares>, donde el padre o la
madre desempeñanel papel de inductores: <psicosis
de habitación>, de la que pasamos a la <psicosis de
casa)),luego a la <psicosis de barrio> y así sucesiva-
mente, en círculos cada vez más amplios. Todas esas
psicosis -explica el profesor- se forman alrededor
de una persona que delira, cuyos razonamientos attaen
la atención y luego la adhesión de un grupo cada vez
62
:
más amplio, propagándose como una manchade aceite
por la sociedad.
El profesor Heuyer demostró a conrinuación que
la psicosisde los plarillos volantespudo nacer y de-
sar¡ollarse graciasa La conjanción [avonble -por
deci¡lo así- de t¡es elemenros: la idea falsa, el
miedq y las condicionesdel grupo y del medio.
1.o La idea falsa. <Cuandoentre los tesrimonios
-declar6-, se hace una descripción de un platillo
volante que desciendey desapareceen el horizonte,
a la mism¿ hora y bajo las condicionesen que des-
ciende normalmenteel planeraVenus,la ilusión óp-
tica y la interpretaciónfalsa son evidenres>.
2.o El miedo. Para que una idea falsa se desa-
rrolle, seguíadiciendo el profesorHeuyer, es necesario
que el miedo le at¡ezcaun rerreno favorable.y Dios
sabe de qué manera existe en el mundo de hoy, <en
el cual la ansiedadque invade consrantementeel co-
nz6n de los hombres,se intensificapor el temor al
fin del mundq a la destrucciónde nuestro planeta
por los seresextfaterfestres).
3.o Las condicionesdel grupo y del medio. Ese
grupo, ese medio. favo¡able a la exrensión de una
psicosisde esecalibre, estárepresentandopor Ios dé-
biles mentaler, que existen en fuerre proporción en
toda colectividad.El profesor Heuyer calculó su nú-
mero en Franciaen unos400.000,más o menos,sola-
menteentrelos niñosque llegan a adultossin adquirir
la mentalidadde tales.¿Que hay personasinteligentes
que afi¡man haber visto discosvoladores?Es verdad,
reconoceel profesor.Pero son víctimas de la psicosis
nacida en los simples de espíritu.
<La psicosis colectiva de los platillos volanres
-prosiguió el profesor Heuyer- ha tomado una
forma que parecepor ahora benigna,pe¡o que puede
63
ser peligrosa pal:;.la salud mental de la colectividad:
ya es tiempo de terminar con ella. La Prensa, sobre
todq es responsable de la difusión de ideas absurdas
y dañinas, agregó. Sin duda el mito de los platillos
volantes es menos peligroso que la descripción deta-
llada y realista, en textos y f.otograf.ías,de la técnica
de crimenes y violaciones. Pero deberíamos pedir a
ios responsablesde la Info¡mación que hicieran su
propia Limpieza, y no suministra¡an a los iluminados,
a los charlatanesy a los pervertidos (sic) los medios
de tu¡bar Ia tontería y la ansiedad de un número muy
grande de lecto¡es>.
La exposición del profesor Heuyer fue calurosamen-
te aplaudida por La Academia de Medicina,la ctsalla
aprobó por unanimidad. Y aL día siguiente, la P¡ensa
(responsable, según la irrefutable demosrración del
sabio psiquiatra, de crear falsas concepcionesy mitos
dañinos) le prestó la misma adhesión unánime y en-
tusiasta.
Pero la realidad erd orra
Sin embargo, la brillante disertación del profesor
Heuyer presentaba un defecto capital. <No se ajus-
taba a los hechos>.Nacida de una deformación profe-
sional, pretendía, por el contrariq que los hechos se
ajustasen a una teoría, deformándolos y foruándolos,
cuando le era necesario, paru adapta¡los a ella. De
haber sido ei profesor Heuyer un meteorólogq proba-
blemente hubie¡a explicado los centenares de obser-
vaciones como fenómenos narurales mal interprerados
por el profano (meteoros, planetas, etc.), o artificiales
(globos sonda, aviones, etc.). El profesional tiene ten-
dencia a ve¡ la realidad a t¡avés del prisma de su pro-
64
fesión, y el profesor Heuyer no podía escapar a esta
rc$a.
Pero, por otta pafte, prescindía de algunos hechos
esenciales: la Prensa no meaba el mito de los platillos
volantes, sino que se limitaba a recoger y a difundir
las noticias que llegaban a las Agencias y a las redac-
ciones de los periódicos de provincias. Y, cumpliendo
con su deber, que era informar al público de todo
cuanto acontecía en el ámbito nacional, las publicaba
en let¡as de molde.
La ingeniosa teoría del profesor Heuyer aún había
de ¡ecibir dos golpes mortales, que la hundirían defi-
nitivamente. El primero se lo asesraríaAimé Michel,
y el segundo, el doctor Jacques Vallée. Ambos estu-
diosos demostraban,irrefutablemenre, que el fenóme-
no se regía por leyes propias de carácter ob'jetiuo, y
que nada tenían que ver con la personalidad o la vo-
luntad del testigo.
Ante un fenómeno totalmente nuevo, todas las <ex-
plicaciones> of¡ecidas por la Ciencia oficial de la
época f.allaban por defeco. Ninguna de ellas engloba-
ba el fenómeno en su totalidad. Había que abordado
con una mentaiidad muy ampli4 haciendo tabla lzrsa
de prejuicios y de apriorismos. El especialistasiempre
explicaúa las cosas en términos de su especialidad.
Hacía falta que las cosas las explicaran unos nuevos
<especialistas>:los <especialistasen objetos no iden-
tificados>. Y éstos empezaban a existir.
Pond¡emos un ejemplo: la tecnología de esra se-
gunda mitad del siglo xx sólo admite el moro¡ cohere
como ultinm ratio para efectuar viajes espaciales(ex,
presamenteprescindimos de los proyecos que aún no
han pasado del estado de tales, como el moror iónico,
el moto¡ fotónico y el motor de plasma, si bien, en el
fondq también se basan en el principio newtoniano
65
 noviembre son ya sospechosos.El público francés ya
de accióny reacción).¿Cómopuede explicar estatec-
se hailaba muy <trabajador por las observacionesan-
nología, pues, el comporramientode unas hipotéticas
te¡iores -auténticas en su mayoúa-, y fue entonces
astronavesqlueno utilicen el motor cohete para sus
cuando se inició un proceso de fabulación en algunos
desplazamientos, pero que hayan sido vistas por cen-
testigos. Para este último período de la oleada, Ia
tenaresde testigossurcandonuestraatmósfera?Ante
hipótesis del profesor Heuyer acasopudiera tener al-
esta aparentepandoja, el técnico en cohetesse enco-
guna aplicación.
gerá de hombrosy dká que, sencillamenre,ralescosas
Pero lo que había de explicar Ia oleada en su
no pueden existir.
conjuntq y permitiría descubrir en parte el orden
Pero un ilustre homb¡e de ciencia se encargaráde
subyacentebajo aquel caos de observacionesdispersas,
recordarnos que <sípuedenexistir>.El doctorJ. Allen
e¡a el trabajo paciente y callado de los dos investiga-
Hynek, consultor científico del Proyecto Blue Book
dores antes citados.
hasta 1969, manifiestaque <la ciencia del siglo xx
A él nos ¡eferiremos en detalle en el próximo
tiendea olvidar que existiráuna cienciadel siglo xxr,
y aún una ciencia del siglo xxx, que tendrán un co- capítulo.
nocimiento de nuestro universo (y desarrollatánwa
tecnología)muy diferentesdel que rienen en la acua-
lidad>. En ¡ealidad,según el doctor Hynek, sufrimos
de un <provincianismotemporal>,que limita y em-
pequeñecenuestrocampo de visión.Tan irriSorianos
parecerála Apolo X dentro de unos años,como hoy
nos lo pareceel aeroplanode los he¡manosI7right.
PrecisamenrceI carácte¡insóliro y casi mágico del
fenómenoOVNI, como ya hemos apuntado en el ca-
pítulo II, es lo que confiere su mayor timbre de
autenticidad.Por el contrariq unos OVNIS que se
desplazasenpor el espaciomediante motores-cohetg
¡esultarían absu¡dosy anacróücos. Toda tecnología
superior puede parecer magia,dice Arthu¡ C. Clarke.
Y esta es una verdad que no debemosolvidar.
La <<oleada> francesaruvo su plenq sin intermi-
tencias,desdeel 17 de septiembrehastael 18 de oc-
tubre de L954. Esttlo precedidapor algunasobser-
vacionesmuy interesantes, iniciadasaproximadamente
a mediados de agosto. Los casoscomunicadosa la
Prensaa partir del 18 de octubre y hasta el 15 de
67
66
 C¡,píruro VI

DE LA ORTOTENIA DE MICHET
A tAS ESTADfSTICASDE VALTEE- I

La teo¡ía psicológica expuesra por el profesor

Heuyer ante la Academiade Medicina de París,para
explicar la proliferación de observaciones
en el otoño
de L954, estabacondenadade antemanoal fracaso,
puesbastabaque alguienpresentaseel fenómenocomo
un sucesoobjetivo e independientede las vivencias
del observadorpara que la <explicación psicológica
se derrumbase.
Como apuntamosen el capítulo anterior, el primero
de estos golpes se 1o había asestadoAimé Michel,
ingeniero acústicoy divulgador de remas científicos
-especializado en el compotamiento animal- muy
conocido en F¡ancia.

Descubrimiqmtode la Ortotenia

Michel principió por trasladara un mapa de Fran-

cia las distintas observaciones,mediante alfile¡es de
colores.Ante sus ojos apareciólo que a primera vista
parccía el caos más ir¡emediable: las observaciones
se disuibuían sin orden ni conciertoalguno sobretoda

69
la geograf.íafrancesa: toda Francia parccía habe¡ visto
<rpiatillosvolanres>.
De mente profundamente lúcida y cartesiana,Mi-
chel uató de halla¡ un orden tras de aquel aparente
desorden,obedeciendoacasoa una sugerenciaen este
sentido que le había hecho su amigo el gran escritor
Jean Cocteav, ya fallecido. Retiró todos los alfileres
de colores y volvió a colocados,pero sólo los de un
día. Innediatamente apareció algo que antes había
pasado desapercibido: entre el cúmulo de observacio-
nes, varios alfileres se disponían sobre una línea rigu-
rosamente recta en el mapa de proyección Mercator,
geodésica u ortodrómica (arco de círculo máximo)
sobre la esferaterrestre.Así, por ejemplo los meridia-
nos son líneas de esta naturaleza; no así los paralelos.
Por Io general las líneas de navegaciónsiguen también
derrotas ortodrómicas, principalmente en las travesías
transoceánicas.Sob¡e una esfera,uña geodésicaes <la
distancia más corta entre dos puntos).
Pero cedamosIa palabra al propio Aimé Michel:
El hecho, totalmente extraordinario, que se produjo
a. pafih del 17 de setiembre de L954, recibió el nom-
bre provisional de ortotenia. En griego, el adjetivo
ópOotr¡váq,significa tendido en línea tecta, Para com-
prender el hecho que designa esta palabra, veamos un
ejemplo:
EI viernes 15 de octubre de 1954, se señaló una
serie de observaciones en Europa Occidental: en
Southend (Inglaterra), Calais, Aire-sur-la-Lys (Fran-
cia), carretera nacionaL 68 entre Niffer y Kembs
(frontera f¡anco-alemana), cerca de Rovigo, Italia, y
en otros lugares.
Si se estudia cada uno de estas observacionespor
separadq ¿qué conclusión se saca?Lamentar una vez
más la ince¡tidumbre de los testimonios humanos. Es
7A
verdad: todos esos testimonios aportan historias pal-
pitantes, pero, ¿cómo saber si no son imaginadas,
soñadaso inventadas? En Italia los testigos son nu-
me¡osos. Pero lo que cuentan es inve¡osímil : ¿se
pusieron de acuerdo para difundi¡la? En la calretela
nacional 68, La misma conclusión, agravada por el
hecho de que los testigos no son más que dos. Las
mismas circunstanciasen Ai¡e-sur-la-Lys. En io que a
las observacionesde Calais y de Southend se refiere,
éstas resultan a:únpeores: en cada uno de los casos,
sólo hay un testigo.
Estudiando todas esas observacionesPor separad,o,
se llega ala eterna conclusión que bloquea desde hace
veinte años el estudio científico del fenómeno: si los
testigos han visto realmente 1o que dicen haber visto,
se trata de un acontecimiento prodigioso, el más
grande acontecimiento de la historia humana; por
desgracia,nada prueba que el relato sea auténtico. Se
puede, entonces, escoger entre un suceso prodigioso
y la incertidumbre de algunos testimonios; y la expe-
riencia de la vida cotidiana nos enseña que es más
nzonable dudar de esos testimonios. Hasta aquí, no
hemos salido de los métodos históricos o policiales.
La ciencia es impotente p^rL dar un consejo fundado
en la aplicación de sus propios métodos.
Pe¡o he aquí el hecho nuevo, que lo va a cambia¡
todo:
Sob¡e un globo terráqueo, tendamos un hilo ent¡e
las dos obse¡vaciones de Southend y de Pó di Gnocca,
ce¡ca de Rovigo. Constataremos que ese hilo, cuyo
largo es de más de 1.110 kilómetros pasa Por Calais,
Aire-sur-la-Lyr y el punto de observación de Ia ca-
rretera nacional 68.
-Primera pregünta: ¿Es exacto que todos estos
puntos están sobre un mismo gran círculo? Pata sa'
7t
berlq basta con consulrar un mapa y entregarse a
manipulaciones o cálculos apropiados.
-Segand,a preguntd: Si la alineación es real, ¿se
puede o no se puede at¡ibui¡la aI azar o a una causa
conocida? También es ésra una discusión científica.
-Tercera preguntd: ¿Puede el autor conrrolar sus
fuentes de informatión? Basta ieer el lib¡o : Los
misteriosos platillos aolantes (traducción española de
Mystérieux Ob.jets Célenes) para saberlo.
El "gran cigarro de nubes"
Pero el descubrimiento de Aimé Michel había de
poner de relieve algo attn más sorprendente y reve-
lador que la existencia de los alineamientos u (orro-
tenias> que unían diversas observaciones.Era esto ei
hecho de que las ortotenias no se disponían aI azar,
sino que convergían en un centro, formando a modo
de ¡adios o <testrellas)sobre el mapa de Francia. Mi-
chel denominó a estos punros de intersección radiales
((centrosde dispersión) y comprobó que las redes or-
toténicas así formadas se deshacíantodos los días, al
frlo de la medianoche, para adquirir una nueva dis-
posición aL día siguiente, la cual du¡aba también vein-
ticuat¡o horas. Pero lo que aún era más significativo:
en el centro de aquellasgigantescasestrellas,que abar-
caban superficiesde centenaresde kilómetros cuadra-
dos, serseñalabaninva¡iablemente la presencia de un
mismo tipo de <objeto>: el llamado por los france-
ses <grand cigarc de nuées>.Dice Michel: <Cada vez
que el gran cigaro de nubes se ha visto inmóvil, el
lugar donde se le señale aparccerá sobre el mapa
como un centro de dispersión o de reunión. Sea cual
sea la natualeza real del fenómeno -máquina, fan-
72
tasmagoría natural, alucinación- las explicaciones
deberán, de ahora en adelante, tener esta coflstante
en cuenta).
Aplicando las leyes formuladas por &fichel a las
observacionesespañolasde la <oleada> de la prima-
vera de 19)0 (por mí descubierta y en correlación,
también, con la oposición de Marte), llegué a idén-
ticos resultados por lo que a la f.ormación de redes
ortoténicas se refiere.
Vamos a dar un ejemplo del fenómeno de la <nube
rígida>. La noche del 22 aI 23 de agosto fue muy
clara sobre la región parisina. La atmósfen era Lím-
pida, la visibididad excelente.A seis días de su con-
junción, la luna sólo difundía una escasay renue
Iuz hacia el fin de la noche.
A la una de la madrugada, el señor Bernard Mi-
serey, comerciante de Vernon, entró en su casa y
guardó su coche. Al salir del garaje, situado en la
orilla sur del Sena, se sorprendió al ver que una
pálida luz iluminaba el pueblo, en ese momento en
sombras, y levantando los ojos al cielo, descubrió
algo como una masa luminosa inmóvil y silenciosa
aparentemente suspendida sobre la orilla norte clel
úo, taI vez a unos trescientosmetros. Se diría que se
trataba de un gigantesco cigarro verrical.
<t}{acía un instante que contemplaba ese sorpren-
dente espectáculo-cuenta M. Miserey- cuando, de
súbitq de la parte inferior del cigarro surgió una
especie de objeto en forma de disco horizontal, el
cual, aI comienzo, <iescendióen caída libre; luego
disminuyó la caída, basculó repentinamente y voló
horizontalmente a través del río dirigiéndos e hacia
mí y haciéndosecada vez más luminoso. Duranre un
instante muy breve pude ver ese disco de frente. Es-
taba ¡odeado de un halo de viva luminosidad.
73
 Más tarde, el testigo y otras personas de la región tico ! Ba,uic,pues, no se hallaba formada por seis
vie¡on surgir un disco por la pate superior del <ci- observacionessobre nueve, sino por siete sobre diez,
garro)). Este pequeño disco plateado efectuó un b¡e- y la probabilidad de que su causahubiese que bus-
ve reconocimiento de la zona, a baja alruta, siendo carla en la casualidadse hacía prácticamentenula>.
luego recogido fluevamente por la <<navenod¡iza>>.
(Pues esto es lo que hay que suponer que era el gran
cilindro.)

I-a línea "BAVIC'

TOTA L LE N GTH
Pero Michel aún tenía que rcaIízar su descub¡i- 490km.
4 410
miento más notable: lalínei BAVIC. ¿Qué significa
esta sigla?.CedamosIa palabra al propio Michel : <Se
trata de la rccta BAyona-VIChy, a la que hemos dado
el nombre cif¡ado de Bwic, Ha hecho correÍ mucha
tinta en el mundo entero desde i954 y constiruye,
probablemente, una de las claves del problema de
los OVNI. Y prosigue: <<Unaño despuésde la apa-
rición dei libro donde yo exponía estos hechos exrra-
ños, Ja,cquesBergier me señaló una observación del
24 de,setiembre de 1.954 que, al parecer,me había
pasado por alto. Estaba citada en un núme¡o del Pa-
risien überé de finales de mes y tomada de la prensa ¿
portuguesa. Aquel mismo 24 de seriembre, ian im-
La línea BAVIC se puede dividir en diez
portante en la <oleada> francesa, había habido en (Según J. Vatlée).
Portugal una décima observación, un <<platillo> visto
por un campesino cerca de una pequeña aldea de la Los seis puntos alineados ante¡iormente, en efecto,
Ser¡a da Gardunha, no lejos de la f¡ontera española. eran Vichy, Gelles, Ussel, Tulle, Lencouaq y Bayona
Cuando llevé este punto de observación aI mapa, tuve (véasemapa del 24 de setiembre). Quedaban tres ob-
el estupor de constata¡ que se situaba con absoluta servaciones<virgilianas), o sea fuera de esta ortote-
precisión sob¡e la prolongación hacia el sudoeste de nia: Langeac, Le Puy y Lantefontaine-1es-Baroches.
Bauic. ¡Me hubiera sido más tácil hallat la observa- (Según el estudiosonotteamericano Lex Mebane, para
ción del campesino portugués contentándome con pro- que de nueve pufitos diseminados sobre una super-
longar mi línea recta unos 600 km hacia el Atlán- ficie, seis se dispongan sobre una línea tecta, esta pro-

76 77
 mosa y el continente eurasiático.De las seis oleadas
babilidad debe cifrarse en 1 sobre 500.000 al menos, sobrevenidasdesde 1954 hasta t963 (sin mencionar
y acasoen 1 sobre40.000.000.)
la españolade 1950, que entoncesMichel aún no co-
Michel encomendóentoncesa un colaboradorque nocía), cinco se hallan comprendidasdent¡o de este
disponía del material adecuado,que prolongasesobre gran círculq que pasapor puntos clave. Ditíase que
el globo tertáqueo la misteriosalínea Bauic, Los re- se trata de una coordenadade navegaciónpennanente
establecidapor nuestrosmisteriososvisitantes exffa-
terrestres,eje principal del que paften de¡ivaciones
t;
1 ..
en tdos sentidos.PosteriormentgVallée y otros des-
t;. cubrieron nuevaslíneas ortotériicasde caráctersimi-
lj
lar... No hay duda de que Ia tarcaque representaIa
"ti...s o r I exploración de un planeta debe de hacersemediante
i \-\"' ' unas norm¿rsde <<navegación> muy rigurosas,y no va-
i',.,i'" "'
gando aL azat sobre su inmensa superficie.
Fue entoncescuando se me ocurrió comprobar el
:z . ll *
b..,, ,ft) (trayecto) españolde Bauic, Aquí las sotpresastam-
i ;¿\ bién fue¡on mayúsculas... y confirmarontodaslas pre-
-i -¿ sunciones de Michel. Trazada con el más éscrupuloso
;{ cuidado Ia linea Bayona-Serrada Gardunhasobre el
-'i\Á i mapa de Españay Portugala escaLa de 1 : 1.250.000
.:,1 \ y en el map^ a escala1 :500.000,similaresa los ma-
i:.9ó w
pas utilizados por Michel para Francia, descubríque
la Líneapasaba sobte cinco puntos de la Península
(zona Noroesté),en.to{os los cualesse habían ¡eali-
zado importantes observacionesde objetos descono-
cidos en. distintas épocas,piincipalmente du¡ante la
oleada de 1950. Todas estpsobservaciones-menos
Sector sudamericano de la lí¡ea BAVIC. Atraviesa zonas una-.proceden de la prensa diaúx, y puede rePetir
donde se han efecn¡ado irnportantes observaciones de <ob- este trabajo mío quien se tome la molestia de in-
jetos no identific¿dos> y bastantes aterúzajes de los mismos. ':
tenta¡lo.
Los puntos aiineadosson¡ de NE a SO: 1.oAltos
sultados fueron sorprendentes: el gran círculo de-
de Gainchurizqueta,entre San Sebastiáne Irún
terminado por la ortotenia Bayona-Vichy-Sierra de
(2L-3-L950); 2.o Sierra de Toloñq entre Alava y
Gardunha pasaba sucesivamente por Portugal, las
Rioja (22-3'1950; 3." Aeródromode Villafría (Bur'
provincias septentrionalesdel Brasil, la República Ar-
gos). Obse¡vación del 29-3-1950, muy importante
gentina, Nueva ZeIanda, Nueva Guinea oriental, For-
79
78
 dada Ia calidad récnica de los resrigos; 4.o Entronca-
mento (Portugal) (23-3-1950); y 5." (que he dejado
expresamente pala el final), un punto situado a
119 kilómetros de San Sebastián,en la provincia de
Guipúzcoa. Lo verdaderamente extraordina¡io de esta
observación es su fecha: eL 2 de ocubre de L936.
En ese día, se ditigían en auromóvil desde el Cuartel
Gene¡al de las fuerzas nacionaleg instalado en Bur-
gos, a Biatitz, Mr. Valentine l7illiams, novelista y
ex combatiente de la Gran Guerra, actualmente falle-
cido, el señor Fernández de Arzábal y Mr. Neil O'Mai-
Iey Keyes. El automóvil ¡ecorría a gran velocidad una
recta junto a la cual se alzaban las estribaciones del
monte, cuando de pronto los dos acompañantes del
seño¡ \Tilliams lanzaron simultáneamente una excla-
mación. Volviendo Ia cabeza,el novelista vio 1o que
de momento tomó por un proyecil tnzador de avión,
que corría por el aire partiendo de la monraña, en
una rápida trayectoria que formaba ángulo recro con
la que seguía el automóvil. El objeto se desplazaba
con sorprendente velocidad, a la izquierda del coche
y en dirección Norte.
Mr. I7illiams relaró más tarde su observación en
estos términos: <rE¡acomo una estela de humo blan-
cq cayendo hacia La tierra. De pronto se convirtió en
una llama anannjada, sin produci¡ el meno¡ ruido o
explosión. Paré el motor del coche pero no oí el zum-
bido de ningún aeroplano. El silencio e¡a absoluto.
Los alrededores esraban rotalmente desiertos. En mi
reloj eran Ias 4,18 horas. Mis dos compañeros, que
vieron el fenómeno un segundo antes que yq d.ijeron
que el humo brillaba con una viva luz blanca>.
Otros testigos presenciaron el mismo fenómeno
-u otro simila¡- aquella misma noche, desde San
Sebastiány Biarútz. Esta noticia procede de la obra
80
de Harold T. \Zilkins, Flying Saucers on tlre Attack
(Citadel Press,Nueva York, 1954). En la página 260
de su ob¡a A Propos d,e¡SoucoupesVolantes (Ed. Pla-
néte, 1966), edición ampliada de ALystérieux Objets
Célestet, Aimé Michel esc¡ibe lo siguiente: <El des-
cubrimiento más notable fue hecho por Ribera, el
cual halló en España un alineamiento perfectamenre
clarq propo¡cionado por observacionesque databan
de antes de la última contienda: ahora bien, ¡ este
alineamiento no era más que la prolongación en
tierra española del Baaic francés ! Dicho de ot¡o
modo, este alineamiento ya era un fenómeno obser-
vable aeinte años dnte! d,e qae yo lo descubriese.tt
Precisamente Bauic había de servir a Michel para
Localizat con exactitud extrema un caso altamente
insólito e inquietante, sucedido sobre la estación fe-
rroviaria de Vauriat, un iugarejo perdido en el Maci-
zo Central francés, tan insignificante, que el investi-
gador francés no conseguía Iocalizat en los mapas de
Estado Mayor que utilizaba pala sus trabajos... hasta
que se le ocurrió ttazat la prolongación de Bauic
sobre la región. ¡La misteriosa línea crtzaba exdcrd.-
nzente sob¡e la estación del fer¡ocar¡il de Vauriat,
donde los dos testigos de este caso alucinante habían
visto las gigantescas(moscas))de alas rígidas y trans-
parentes, que lo aspiraban todo a su paso!
Para terminar, Ia última anécdota sobre Baaic: Ia
obse¡vación de Vichy del 2) de setiembre de 1954
se produjo, según la refe¡encia de prensa, sobre el
campo de rugby de dicha población, donde docenas
de espectadorespresenciaron el paso de una escua-
drilla de discos.Pues bien: por más que se esforzaba,
Michel no conseguía hacer que Bauic pasara sobre
el campo de rugby de matras. La o¡totenia pasaba
algo más al sur. Irritado por esta discrepancia, se
81
trasladópersonalmentea Vichy pa:.ainvestigar sobre
el lugar. ¡ Cuál no se¡ía su sorpresacuando,hablan-
do con los di¡ectivos del club de rugby, éstosle dije-
.ron que aquel día el partido se jugó en un campo CapÍruro VII
situado al su,r de la población y no en el de la enti-
dad, pues en éste se estabanefectuandoob¡as! DE tA ORTOTENIA DE MICHEL
La LíneaBaaic cortabapor el centro el campo, si-
A tAS ESTADÍSTICASDE VALLEE, II
ruado más al sur, donde se jugó, efectivamente,aquel
encuentrode rugby...

La reciente <conquista>de la Luna por el hombre

-aunque másbien habúaque decir <el recientepaso
fugacísimodel hombre por un punto infinitesimal de
la Lunal- ha producido una narural euforia, inge-
nua en ocasiones,que ha dejado en la sombra,mo.
mentáneamente, un hecho mil vecesmás importante,
a saber: que el Hombre no es el primero en aven-
turarse por los caminos del Espaciq sino que otras
Inteligencias nos han precedido por ellos, con una
ciencia y una tecnología enormementesuperioresa
las nuestras.Cuandoel hombre posatímidamenresu
pie en la yermasuperficiede Selenqse han efectuado
ya cientos,acasomiles de atenizajesen nuesfro pro'
pio planeta.Pe¡o nuestros<rvisitantes>
han procedido
siempre con tanto slgilq con tanta discreción, que
sólo muy escasas pruebasnos han dejado de su pre-
senciareiterada en nuestfo mundo.
Y esto piantea uno de los aspectosmás irritantes
de todo el problema OVNI, y lLeva a muchas per-
sonasa formula¡sela archirrepetidapregunta: <r¿Por
qué no establecencontacto? ¿Por qué no se dan a
conoce¡?>Es posible que esaspersonasignoren la
82
83
existenciade la teoría expuesrapor la NICAp (Na-
tional InvestigationsCommittee on Aerial phenome-
na), de \Fashington, sobre el porqué, si los OVNI
son naves interplanetariaso extraterrestres,no han
establecidotodavía conracrocon los habitantesde la
Tier¡a.
La directüz de la RAND Corporation
La NICAP expone una companciín entre lo que
los ast¡onautas interplanetarios podían tener inst¡uc-
ciones de hacer, en caso de explorar un planeta habi-
tado, y lg que ha sido indicado ya pala la NASA por
Ia RAND Corporation (Research AND Develop-
ment Corporation), para nuesrra propia exploración
espacial. Recue¡de el lector que la RAND Corpora-
tion, <<arsenalde ideas>,como lzLlama Joseph Krafr t,
es un monasterio seglar instalado en Santa Mónica,
Califo¡nia del Sur, y que por medio de sus técnicos
y compuradores electrónicos ha dictado importantes
decisiones al Gobie¡no de Estados Unidos y al Pen-
tágono. Invi¡tiendo la onción por pasiva, si las no¡-
mas de conducta solicitadas por la NASA a dicha
Corporación tienen un valor universal -lcj cual es
muy probable-, cualquier posible visirante ext¡ate-
rrestre puede estar rigiéndose por unas normas pare-
cidas a las que los científicos e invesrigadoresde la
RAND, despuésde someter el problema a los ce¡eb¡os
humanos y a los computadores de dicha organiza-
ción, dictaron a nuestros astronautas. Las normas de
la RAND Corporation decla¡an rexrualmenre:
(1). J. Kraft: El poder en LY/asbi.ngton
(trad. del
autor), Ed. Kai¡ós, Barcelona,196,9.
84
Cualquier dato qae inüque que iln planeta está
babitad,o por Jere! inteligentes, señala.rála necesi-
dad, d,e d,ctt¿drcon La máxinza precaución,. antes
d,e efectua,r un aterriza.je tripüld¿o, será acoueja-
ble estud,ia,ra fondo el planeta,. d,urante el tiempo
qae tea, necesario, enuiar sond,asde prueba a su
dtrrzosfera e inslrumentos d,e aigilancia a la super-
ficie,
Los contactos con nz.enresinteligentes extrdterres-
tres se harán prud,entemente, lro sólo como med,ida
de segurid,ad,contta los factores desconocidos,sino
también pa,ra euitar cualquier efecto perrurbd¿or
sobre la población local, prod,ucido al enfrentarse
con iln sistema cultural arnpliamente d,iferenciad,o.
Después d,e un prolongado estuüo, habrá q%e to-
ltzar una decisíón entre eslablecer contdcto abierto
o marcharse, sin d,e,jar a los babitantes ninguna
eaid,encia de la aisita,
Es importante recordar aquí que estasdeclaraciones
no pertenecen a la Ciencia-Ficción, sino que se tr¿ta
de unas proposiciones sensatasy prudentes elabora-
das por científicos de la realista Era Espacial,inaugu-
rada el 2I de julio de 1969 con el alunizaje de Arms-
trong y Aldrin, y dictadas en beneficio de nuestros
propios astrofiautas.
Como muy bien señala la NICAP, empero, los
tripulantes de los OVNI sólo han cumplido en parte
estas normas, pues no han hecho esfuerzos muy ex-
trao¡dinatios para mantenér sus operaciones en se-
creto. Pero han parecido evitar cuidadosamentedejar
cualquier evidencia palpable de su existencia,excepto
las pocas fotografías que han sido obtenidas y algu-
nas marcas o impresiones en el suelo. En general, no
han mostrado tampoco intenciones agresivas (salvo
8t
en algún casoaislado,en que más bien parecenhabe¡
actuadoen defensaptopia). Las conside¡aciones ex-
puestÍrspor la RAND Corporation se basan en los
estudiosy observacionesde sociólogos,antropólogos
y etnólogos.Presumenque el contacto entre culturas
de distinto nivel, si se produce bruscamente,puede
terminar en catástro|epara la cultura inferior, que
muchasvecespuede reaccionarinclusocon violencia
y desesperación, al comprobarla invalidezde su tec-
nología frente L vna tecnologíasuperior e incompren-
sible. Los ejemplos de ello abundan en la propia
Tierra, y van desdelos amerindioshasta los aborí-
genesde Australia, destruidosculturalmentepor su
contacto con la civilizaciín blanca, pasandopor los
pueblos de la Polinesia,sin olvidar el más reciente
-pero no menost¡iste- de los pigmeos.Pe¡o en el
caso que nos ocupa,la culrura ainferior> sería pre-
cisamentela del hombre terrestrc... Ilor mucho que
nos duela tener que reconocerloasí.
Lot natemizaies'
Porque lo más sorprendentgen el problema de
los OVNI, es que se han producidoarerrizajes, como
antes apuntábamos, y no uno ni dos ni mes,sino a
centenares.Concretándonos a la oleada francesade
L954, en los archivos de los investigadoresfiguran
por lo menos<trescientos)casosde Katerúzaje> com-
prendidosent¡e agostoy octubre de dicho año. Y si
suponemos,por lo que veremosmás adelante,que
los casosconocidosson una mínima pa¡te, y dando
a esta parte el valor de un 10 fu, baxante prudenre,
nada nos impide imaginar que se registrarondos o
t¡es mil ateuizajesde navesexuarerrestrestripuladas
86
en todo el territorio mettopolitano francés, para los
meses citados.
La nayoúa de estos caso6proceden de fuentes ofi-
ciales: Ios procés uerbau,x de la Gendarmería, que
interrogó a los testigos y examinó ios lugares donde
se produjeron tan insólitos sucesos.En algunos casos,
las personas que se hallaron ce¡ca de los <visitan-
tes) experimentaron una fue¡te impresiór¡ rayana
a veces en <shock>, o fueron <paralizados>. Un caso
muy típico y revelador es el de Chabeuil, que a con-
tinuación voy a rclatar.
El, nespantapá,jaros" d,e Chabeail
Chabeuil está situado a 10 km. al sudoestede Va-
lence, y a 100 km. al sur de Lyon. El domingo 26 de
setiembre de 1954, el matrimonio Leboeuf, de Valen-
ce, fue a pasar el día a Chabeuil, en casa del abueio
de madame Leboeuf. Alrededor de las 14,30, dicha
señora, acompañadade su perrita <Dolly>, fue a bus-
car setas en los bosques del castillo, no lejos del ce-
menterio, visitado a aquella hora por algunos deudos
de los difuntos. Monsieur Leboeuf se hallaba a más
de un centenar de metros de su esposacuando sucedió
el hecho insólito.
Madame Leboeuf se dedicaba a recoger mo¡as en el
seto que bordea el camino, cuando su Perra se puso a
ladrar. Los ladridos pronto se trocaron en lú¡¡rbres
aullidos. Volviéndose, madame Leboeuf vio al anLma-
litq al borde de un maizal y ante algo que tomó de
momento por un espantapájaros.Aproximándosg vio
que el pretendido espantajo era en ¡ealidad una espe'
cie de pequeña escafand¡ade materia plástica trans-
lúcida de un poco más de un metro de altura, con una
87
i
i <<cabeza>> igualmente translúcida. De pronto se dio
cuenta de que había <algo> en la escafand¡a. Le pa-
reció también que, t¡as la transparencia borosa del
casco,dos grandes ojos la miraban... Al propio tiem-
po, el extraño ser avanzó hacia ella en una especie
de progresiín úpida y tambaleante. La sorpresa y
el pasmo de madame Leboeuf se cambia¡on en es-
panto ante el movimiento raudo y sorprendente de
la pequeña escafandra. Lanzando un grito de terror,
giró sobre sus talones y se ocultó en una espesura
próxima. Volviéndose, ya no vio nada. Enrre ranto,
la perrita seguía profiriendo iúgrubes aullidos, corea-
dos por los de todos los perros del pueblo. Súbita-
mente, un gran objeto metálico ci¡cula¡ y plano sur-
gió a cierta distancia, det¡ás de los árboles,alejándose
a ras del maizal a velocidad moderada, mientras se
oía un ligero silbido. El objeto atravesóde esta manera
eL maizal, elevándoseligeramenre; luego se balanceó
y partió hacia el no¡deste a velocidad prodigiosa, a
tiempo que se elevaba.
Al oír los aullidos de la perra, el grito de terror
de la esposay eL extraño silbidq monsieur Leboeuf
acudió cotriendo. Los que se hallaban en el cemen-
terio hicieron lo propio, pues también afi¡maron ha-
ber oído lo mismo. Los perros habían dejado de la-
drar. Al poco tiempq el pueblo enrero se hallaba
congregado en el lugar del incidente. En el bosque-
cillq donde se elevó el supuesto aparato, se halló una
huella circular, de un diámet¡o de unos 1,50 metros,
constituida por arbustos y matorrales aplastados. Ai
borde de esta huella crecían unas acacias.De una de
ellas colgaba, rota bajo el efecro de un esfuerzo ejer-
cido d,e abEo arribd, vna ¡ama de ocho centímetros
de diámetro.La ruma de ot¡a acacia,que se avanzaba
a dos metros y medio del suelo sobre la huella circu-
88
lar, estaba completamente deshojada. Por último, las
primeras hileras de maíz que se alzaban en la trayec-
toria del supuesro aparato en el momento de su des-
pegue, estaban tendidas en líneas radiales.
Los que acudieron enconrraron a madame Leboeuf
presa de una emoción indecible. La pobre mujer tuvo
que acostarsg pe¡maneciendo dos días en cama con
una fieb¡e elevada. En el informe hecho por la Gen-
da¡me¡ía -gue el investigador privado Charles Gar-
reau consiguió ver-, constaba que el susto había
provocado en la infeliz mujer unos desó¡deneslimi-
tados estricrÍrmente al sexo débil.
Ultimo detalle: la perrita también permaneció
du¡ante tres días temblo¡osa y amedrentada.
Lo que más sorprendió al público al leer este ex-
traño suceso, fue que hubiese producido tal impre-
sión en la mujer y en la perrita, las huellas extrañas
dejadas en el suelo y en los árboles y las afirmaciones
de un número tan grande de personas, que asegura-
ban haber oído los mismos ¡uidos a gue se refería
madame Leboeuf.
Po¡ si fuese pocq a todo esro hay que añadir un
último detalle que de momenro pasó desapercibido,
debido a un error en la fecha at¡ibuida por los perió-
dicos al caso de Chabeuil. Aquel mismo dia, a Lu
L7,12 horas, varios resrigos vieron un objeto proce-
dente del sur sob¡evolando el puerto del Chaq que
se hallaba exactamenre al nordeste de Chabeuil, a
110 km. a vuelo de pájaro.
Además, la noche anterior, hacia las dos y media
de la madrugada, se efectuó una inte¡esantísima ob-
servación en Foussignargues, en el depa¡tamento del
Gard. Una señora y su hijq que iban en automóvil
por la carretera departamentaL 5I, distinguieron, a
un kilómetro de Bességes,un objeto luminoso en el
89
 apedrearon al intruso y uno de ellos (detalle conmo-
cielq de color rojizo y rodeado de un halo más pá-
vedor) le disparó una flecha de ventosa con su pistola
lido. El objeto descendía hacia eL suelo disminuyendo
de juguete.
la velocidad, y desapareció tras una colina.
Pod¡íamos seguir relatando caso tras caso de aterri-
Diez minutos más tarde, madame Roche, que vive
zaje, pero el espacio de que disponemos es limitado.
en el lugar llamado Revéry, cetc de la carretera
citada, saLi6 a tomar el fresco a La teraza de su casa- ¿Qué había detrás de aquella fantasmagoría? Inten-
taremos averiguarlo.
Su atención fue atnída por un objeto rojo y lumi-
nosq redondo y al Parecer posado en el suelo, a un
centenar de metros de distancia y cencl de la ca¡re-
El e¡tud,,io del doctor Vallée
tera. <El objeto -precisó más tarde- me dio la im-
presión de una especie de tomate luminoso. Cinco
Eliminando los casos dudosos o mal documenrados,
o seis pequeñas va¡illas verticales, de un grosor aPle-
ent¡e los trescientos y pico de <ater¡izajes>registra-
ciable, surgían de su cent¡o por encima.>
dos en L954 en Francia, el doctor Jacques Vallée
No dando crédito a lo que veia, madame Roche
rcalizí un' estudio estadístico sob¡e 200 de esros ate-
llamó a su marido, y ambos contemplaron el extraño
rizajes, mediante fichas perforadas y máquinas IBM.
espectáculo durante veinte rninutos. Finairnente, como
Los tesultados obtenidos'por este riguroso científicq
hacía ftío, enffaron en la casa y se acostaron. Mon-
especialista en calculadoras electrónicas, doctor en
sieur Roche, perpleio e inquieto, no conseguía do¡-
Ciencias Exactas y asesor de la NASA, fueron alta-
mir. A las 3,30 se levantó de nuevo y comprobó que
mente sorprendentesy le permitieron enunciar va¡ias
el objeto seguía allí, con su ext¡aña Iuz roia.
a leyes, a las que luego aludi¡emos. Refiriéndose a
¿Se trataba de un <platillo-medusa>r,semejante
vistos en Francia durante este este aspecto particular del fenómeno OVNI, el docto¡
algunos que fueron
Vallée escribe: <EI interés por los informes sob¡e
período? Téngase en cueflta que apenassabemosnada
atetizajes aumenta rápidamente enrre el público en
sobre estos misteriosos aPafatos. Sólo muy vagamente
general y los estudiosos de los OVNI en particular.
intuimos su tecnología, a pesat de las interesantes
'Wilbur Smith, el capitán Plan- Son varios los factoresque contribuyen a suscitar este
teorías avanzadaspor
interés. En primer lugar, Ia última oleada, que alcanzó
tier y otros.
su máximo en julio-agosto de 1965, nos ha ofrecido
IJltimo detalle: Foussignargues-Chabeuil-Coldu
un notable número de incidentes comprendidos en
Chat forman una perfecta alineación ortoténica.
esra categoil4 obligando así a muchas personas a
Pocos días después, el 27 de septiembrg cuatro
aceptar la realidad de unos relatos que antes tilda-
niños de Prémanon (Jura) salieron de su casa al oí¡
ban de patrañas. En segundo lugar, se hecho evi-
Iadrar desaforadamente al Perro. Vieron un gran ob-
jeto en el suelo y a un ser de pequeña estatura (lla- dente que dichos info¡mes representan el enigma de
qoe parccía un pilón los OVNI en su forma más decisiva, pues nos obligan
mado por eüos un <<fantasmat>),
a escoger claramente ent¡e la realidad de un fenó-
de azicar hendido Por su parte inferior. Los niños

90 9r
Macizo Central; resulta curioso observar que la den'
sidad de los ate¡rizajes no es más elevada en los
parajes de difícil acceso,cuyos habitantes apenas se
interesan por los sucesos contemporáneos, y donde
la vida es tranquila y tradicional. Uno de los funcio-
narios que investigaron algunos de los aterrizajes su-
cedidos en la Meseta Central, comentó que los OVNI
parecían seguir una táctica muy similar a la de los
<maquisardsDque allí tuvieron su baluarte inexpug-
nable du¡ante la guerra, ocultándose en los bosques
más densosy las regiones más fragosase inaccesibles.
Desde luego, el riguroso estudio estadísticodel doc-
tor Vallée asesta el golpe de gracia a la teoría del
rcontagior psicológico del profesor Heuyer. De ser
cierta la hipótesis psicológica, los lugares más pobla-
dos serían los que habrían presenciadomayor número
de atercizajes.La baja categoría social de muchos de
los testigos (pastores, campesinos, camioneros, etc.)
excluye asimismo la fabulaciín premeditada. El <ser>
visto por estostestigos posee unas característicasuni-
formes y constantes que excluyen el <contagio) por
parte de los marcianos de comicr o de Ciencia-Ficción.
¡No encontramos ni una vez el <marcianito) con
antenas en la cabeza y boca-trompetita ! Por el con-
trariq el ser, o <<humanoiderdescrito por los testigos,
tiene una cabezatres veces más voluminosa que una
cabeza humana, en fo¡ma de <gourde> (calabaza),
con ojos grandes, ¡edondos y saltones, muchas veces
rostro piloso (como en Chabeuil), brazos largos y es-
tatura comprendida entre los 80 cm. y 1,20 metros.
El color de la tez es srisáceo o verdoso.
94
C¡píruro VIII
ATGITNOSCASOSREVETADORES. I
El caráctermundial del fenómeno OVNI se pone
de manifiestopor el hecho de que prácticamente
ningún país de la Tierra ha dejadode ve¡ <platillos
volantes>r.Los casospublicadosen revistasy libros
especializadosfo¡man ya un dossieringente.El doc-
tor JacquesVallée se propone crear un úche¡o mun-
dial de observacionesen el que éstasapareceráncla-
sificadasy ordenadasde acuerdocon el tipo de ficha
propuestapor el sabio investigador franco-no¡teame-
ricano.
Todos los países han visto <platillos volantes>,
pues. Y Españano ha sido una excepcióna Ia rcgla.
Voy a ofrece¡ a continuación un muestrario de casos
mundiales, entresacados de mis archivos, empezando
por dos notablescasosespañoles,uno de ellos total-
mente inédito -y que me fue referido de primera
mano por el propio testigo- y otro -el de los Mo-
negros- sólo publicado hasta la fecha en la revista
PbénoménesSpatiaux, órgano del GEPA parisino,
a la cual envié una ve¡sión sucinta del est¡emecedor
incidente.
9t
i Emitía una gran luminosidad pero estababxento de
El caso d,e los Monegros
En el ¡elato que sigue, se omitirán los nombres
de los testigos, por razones fácilmente comprensi-
bles. Sin embargo, el CEI y yo mismo poseemossus
nombres y direcciones,y los hemos entrevistado per-
sonalmente.
Los hechosse desarrolla¡onde la mane¡a siguiente:
El día 1.o de noviembre de 1968, de madrugad4
cinco jóvenes que se hallaban cumpliendo el servicio
milita¡ en Zatagoza rcgresaban a esta capital, en
coche (un Sear 1.500), t¡as el permiso concedido a los
cinco con motivo de la festividad de Todos los San-
tos. Venían de Barcelona y circulaban por la carrerera
de los Monegros alrededor de las 4 h. 30 min., cuando
hallándose a unos 40 km. de Zangoza, uno de los
ocupafltes del automóvil exclamó: <Mirad : esrá sa-
liendo el sol>. Se apercibierc¡n entonces de que el
enorme disco anaranjadoque veían no poclíaser el sol,
puesto que estaba saliendo por el oeste. Cuando el.
coche se encontraba a unos 500 m. del objeto, les
dejó de funcionar la radio ---que llevaban conecta-
da*, el motor se detuvo, se les apagaron los faros
y se les pararon los relojes (hecho éste comprobado
posteriormente). Dominados por una gran excitación
y nerviosismq los cinco muchachos vieron como el
enorme disco rojo-anannjado se posaba ala izquierda
de ellos, a cosa de medio kilómetro de distancia de
donde se encontraban.No se podía apreciar si tocaba
o no el suelo. Era de color naranja briilantísimo, y de
aspectometálico. Su forma se asemejaba luna.cúpula
(véase dibujo). Su tamaño era enorme: ^ los propios
testigos lo compararon al ruedo de una plaza de toros.
96
halo luminoso.
El gigantescoOVNI permanecióunos tres minutos
posado en el suelo, y, tráfiscurrido este tiempq co-
menz6 a elevarsesuavementey sin el menor ruido.
Cuando estaba a una altura relativamente baja so-
bre el terrenq aceleróbruscamente,ya los pocos se.
gundos sólo se veía un puntito luminoso de color
naranja.Cuando hubo desaparecido de la vista de los
mudos y atettoúzadostestigos, tanto fa¡os como mo-
Objeto de lm Monegros
tor, radio y relojes volvieron a funcionar normalmen-
te. Los testigos calcula¡on que habían transcurrido
aproximadamente cinco minutos desde que el objeto
aparecií hasta que lo perdieron de vista. El estado
del cielo era nuboso y no había ninguna línea de alta
tensión en las proximidades.
Al llegar a Zaragoza die¡on parte de lo sucedido
a las auto¡idades militares, las cuales los sometieron a
un detallado interrogatorio, según parece ser.
Tenga en cuenta el lector que los Monegros, por
su ca¡ácter desé¡tico y solitario, es un Lugar ideal
pa^raque los miste¡iosos visitantes extraterrest¡es efec-
97
túen b¡eves atetúzajesy reconocimientos,de acuerdo
con la ley enunciadapor el docto¡ JacquesVallée.
La ho¡a también está de acue¡do con los resultados
de su estudio de 200 casosde aterrizajesfranceses,
segúndijimos ya. En aquellamisma fecha se produjo
un caso importantísimo (sa testigo fue el <Dr. X>)
en los Bajos Alpes franceses,c¿rsoque está siendo
estudiado personalmentepor Atmé Michel, al cual
comunicamosnuestro caso de los Monegros.
El, carc de San Martí de Tou¡
El casoque voy a rcIatar es rigurosamenteinéditq
y me fue refe¡ido por el propio testigo presencial,
un homb¡e joven a quien, respetandosu deseo de
conservar el anónimo, llamaremos <Miguel Costal.
P¡esentaunos caracte¡esve¡daderamentealucinantes,
y ciertas concordanciascon uD c¿rsosueco-al que
más adelantealudiremos-, que excluyenque pudiese
tratarsede un fraude o una fabulación,pues el señor
Costa ignoraba pot completo el casosueco de Ryd-
berg y Gustaffson,entoncestodavía no divulgado en
España (se alude al mismo en el lib¡o de pomaire
<<Fo¡aste¡os del Espacio>,de Brad Steiger, aparecido
con posterioridad),y el mismo sólo e¡a conocidoden-
t¡o de cí¡culosmuy limitados de esrudiososmundiales
de la cuestión.
Pero vayamos a los hechos, que relararemosde
forma sucinta:
El día 11 de septiembrede 1968,alrededorde las
11,30de la nochq don Miguel Costasalíade lguala-
da, población de la provincia de Ba¡celona,donde se
había detenido brevemenrepara tomar un refresco
98
y hacer un alto en el viaje en automóvil que efectua-
ba, solq de Barcelona a Santa Coloma de Queralt
y Vallfogona de Riucorp, donde posee una fnca. La
noche era clara, con luna casi llena, que quedaba
aIa parte posterior izquierda del vehículo. Éste seguía
una carretera de montaíta, al pie de la sie¡¡a de Que-
ralt y en dirección general este-oeste.De prontq don
Miguel Costa obse¡vó una luz anarunjada, muy bri-
llante y en forma de cúpula, que asomaba sobre un
bosquecillo de pinos en lo alto de una colina. La luna
no podía ser, puesto que ésta, como hemos dicho,
quedaba a Ia parte posterior izquierda del vehículo.
La extraña y potente luz aparccía y desaparecía,según
el automóvil seguía las curvas y recodos de la ca¡re-
te.ra, que la ocultaban a su vista. Pero aI lTegar a una
recta, poco antes de la desviación a San Martí de
Tous, el señor Costa pudo verla cla¡amente y de forma
seguida. Intrigadq pensó de momento si sería una
luz infrarroja para una explotación agrícola, pero su
ubicación, en lo alto de un otero boscoso,en :una zona
agreste e inhóspita, era muy extraña. Espoleado por
la curiosidad, el señor Costa detuvo el vehículo al pie
mismo del altozano, a unos 800 m. de la desviación
a Tous, se apeó del vehículo y, sin ceffat la puerta
del mismo de golpe, para no producir ruido, empezó
a ascende¡la empinada ladera de la loma (dibujo nú-
mero 1; éste y los posteriores son obra del mismo
testigo, el cual se disculpó ante mí por su poca habi-
lidad, aunque los dibujos tesultan muy gráficos y re-
veiado¡es). La loma tend¡ía unos 50 o 60 m. de al-
tura sobre La carteteta, y, aI llegat a la mitad de su
ascensq el señor Costa pudo distinguir cuatro formas
que brillaban con reflejos grises, metálicos, ilumina-
das por Ia Luz de la luna, y que él describió como
unos <<ochos)compuestos por una bola o esfera su-
99
 ladaba hacia ariba y laterúmente, produciendo un
tenue silbido. El <ocho> (cuya altun calcula el señor
Costa en unos cuarenta centímetros; cincuenta a lo
sumo) caía entonces suavementg recobrando su forma

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Incidente de San Martí de Tous. (Fase 1) Incidente de San Martí de Tous. (Fase 2)

perior, y ot:.aesferainferior, más grande.Estos<<se¡es) primitiva, para repetir la extraña maniobra.Los cua-
u <objetos>se desplazaban de un modo muy curioso: tro <objetos>se desplazaronde estemodo con rapidez
la parte superior se aLargab4y parccía (arrastrar) hacia el objeto mayo4 rojo-anaranjado,que asomaba
eotoncesa la inferior, que se desplazabay se tras- como una enorme cupula sobre la copa de los pinos,

100 101
 desapareciendosin duda bajo el mismo. El seño¡ un punto imperceptible en lontananza (dibujo nú-
CostacalculaLaaltan del objeto mayor en unos cinco mero 4). Esta maniobra estuvo acompañadade un
met¡os.Su forma en ovalada,y pudo verla muy bien ho¡rísono silbidq que dejó casi sordo al testigo du-
po¡que, acto seguidq el objeto se elevó, su ¿Npeco fante un rato.

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-.- ---- _
Incidente de San Nfartí de Tous. (Fase3)

se hizo multicolor, se ladeó sobre el bosquecillo (di- Iocidente de San Maní de Tous. (Fase 4)
bujo númerc 3), arrojando w haz de rayos de todos
los colores por su parte (posreriorn, e inmediata- El señor Costa descendióde la loma y montó de
mente disminuyó de tamañq hasta conve¡tirse en nuevo en su coche,llegando a su casa enormemente

L02 t03
 impresionadq pálido y muy nerviosq según pudo
comprobar su esposa.
Todo el episodio duró unos cinco minutos.
Esta observó también que su marido llevaba los
cordonesde los zapatos<rdesatados>, sin que el tes_
tigo recordasehaberlosdesatadoé1.Al día siguientq
tras una labo¡iosabúsqueda,el seño¡ Costa,u.o-pu-
ñado de su esposa,consiguió lcx;alizarel punto de
<aterrizaje>>,
hallando t¡es huellas que fo¡maban un
triánguio isóscelesde 1,10 m de ladq con la hierba
a¡remolinadaen el cenrro.
Como veremos en un próximo capítulq este caso
no presenrapuntos de concordancia con eL ya
¡ólo
citado de los dos muchachossuecos,sino con el fa_
moso de Socorro,en los EstadosUnidos, en lo que
se refie¡e precisamenteal ruido. Los casosacompaña_
dos de ruido, efectivamentg son más bien ,uri, .,
la literarura sobre OVNI que puede consulta¡ el es_
tudiosq pues por lo general las observacionesson
<absolutamente silenciosas).El casodel señorCosta,
pues, como el de Socorro, son sendas excepciones
a esta regla. Por cie¡to que el caso de Socorio, que
más adelanteexpondréen detalle,presentacuriosas
conco¡danciascon el casoespañolde Villares del Saz
(Cuenca),que tuvo por resrigoal pastorcillo Maximo
Muñoz Herrráiz.Este casq sucedidoen julio de L953,
ha sido admi¡ablemenre
esrudiadopor el joven y bri_
llagte investigadorVicente-JuanBallesterOlmoq pre_
sidente del CEONI de Valencia.
¡La reconstrucción
del objeto de Cuenca,hechapor Ballester,reproduce
<a escalareducido el mismo objeto que se posó en
Soco¡¡o!
L04
Un Oani uerde sobre el mar interior del Japón
Reproduzcoa continuaciónlacana dirigida a Euge-
nio Danyansy quien esto escribepor una autoridad
aeronáuticajaponesa,en tespuestaa la demandade
información que ambos le hicimos sobre un curioso
incidente que halló amplio eco en la Prensamundial,
en la primaverade 1965. Eugenio Danyans,Márius
Lleget y yo, en efectq formábamosel núcleo de estu-
diosos ba¡celonesesmás interesadosefitoncespor el
problema OVNI, y que mayo¡es contactosinterna-
cionales sosteníamos.Dice así la cafta:
Oficina de Ayuda Ae¡onáutica de Takamatsu
Hayashi-cho,Takamatsu.JaróN.
6 de ab¡il de L965
Muy Sres.nuestros:
En contestacióna su solicitud de detalles acerca
del Objeto Volante No Identificadq con el que se
encontrarondos avionessob¡eel mar interior de Setq
en el Japón, el 18 de marzo de L965,le incluimos
nuestro informe, basadoen la información que pu-
dimos tecoger sob¡e este incidente.
Uno de los avionesde pasajerosde las LíneasAéreas
Toa, un Convair-2áO,matrícula IA 5L3L,que despegó
del Aeropuerto Internacionalde Osakapara Hiroshi-
ma, volaba rumbo al oeste sob¡e las islas Ieshima
(3440N, 13430E), a una altitud de 1.800meüos y a
las 10 horas 05 minutos, hora media de Greenwich,
cuandosu capitán piloto, YeshiharuInaba,de 43 añcx.,
advirtió de pronto un objeto no identificadopero lu-
105
miniscente que se aproximaba a su avión. Es un piloto
profesional con una experiencia de 8.600 ho¡as de
vuelo. La visibilidad ¡einante a la saz6n era superior a
los 40 km, con la luna llena y muy brillante en el
cielo sin nubes. El piloto descubrió al OVNI a 60 gta-
dos a la izquierda de su rumbo. La altitud se calculó
en 2.000 metros o tal. vez más. Moviéndose de oeste
a estg pareció descender hacia é1.El capitán llamó Ia
atención de Majima, su copiloto, hacia el objetq y,
manteniendo el mismo rumbo y altitud, hizo parpa-
dear las luces de aterúzaje como advertencia, pues el
objeto amenazabacon acercarsedemasiado al avión de
línea. Sin embargo, la l:uz brillante continuó aproxi-
mándose rápidamente al avión. El objeto parecía un
triángulo equilátero de unos 15 m. de lado e irradiaba
una luz verdosa desde el cefltro. El piloto, alarmado
al vedo tan peligrosamente cerca, hizo un viraje de
60 grados hacia La derecha para evitar la colisión. En
aquel momento ei OVNI hizo una brusca vuelta y se
puso a volar junto aL avi6n o a perseguirlo durante
tres minutos. Mientr¿s tanto, los indicadores ADF vi-
braban violentamente; el avión empezó a cabecearw
poco. El tiempo continuaba tan bueno como antes.
El piloto ffató inmediatamente de establecercontacto
con su compañía o la torre de cont¡ol de Osaka por
radio, para comunica¡les la situación, pero en vano.
De la manera más extraña, el OVNI desaparecióde
repente a las 10 ho¡as 09 minutos, GMT. A las 10
horas 14 minutos, el piloto comunicó el incidente a
la tor¡e de Takamatsu, que fue la primera estación
con la que pudo establece¡ contacto.
Otro avión en vuelo, eL JA 323L, un Piper Apache
de las Líneas Aé¡eas Tokiq que captó este mensaje
por radio, dijo a la torre que él también había visto
a aquel objeto luminoso a las 10 ho¡as 07 minutos a
106
.*
unos 15 km. de la ciudad de Takamatsu(3417N,
L34048). Y los dos aviadoresconversaronace¡cadel
objeto misteriosoque habían avistadq utilizando la
¡adio du¡ante unos minutos. Toda esta conversación
quedóregistradaen la cinta magnetofónica de la torre.
Según Negishi, el piloto del Piper Apache, la
altitud del OVNI e¡a de unos 2.700m. cuandolo en-
contró cerca de él en su vuelo de regresoa Osaka,a
una altirud de 2.200m.
Aproximadamentea la misma hora y en el mismo
día de autos, unos ingenieros civiles que uabajaban
en una montaña de la prefectum de Hiroshima, co-
munica¡on haber visto lo que parccíaser un platillo
volante. Además,se info¡mó que un policía y su es-
posavieron dicho objeto en la prefecturade Tokushi-
ma, en la isla de Shikoku.
Esto es casitodo lo que hay sobrenuestroincidente
con un platillo volante.Nadie sabelo que era real-
mente. Recibimosmuchasconsultassobreel casode
todo el Japóny el exuanjero.Todas ellasdemuest¡an
gran interés.A nosotrostambién nos inte¡esanesros
hechos.Cualquierinfo¡maciónque puedanproporcio-
narnossobrela cuestión,serámuy apreciada.
Suyo affmo. s. s.
Akira Taguchi
Primer Controlador del Tránsito
Aéreo de la Oficina de Ayuda Aero.
náutica de Takamatsu, Departamen-
to de la Aviación Civil, Ministerio
de Transporte, Japón
Como habú podido observar el lector, la cana
del señorAkira Taguchi es muy,interesaflrgaltamen-
te técnica y constituye un caso más que a(tadh aL
107
d.ossier del Efecto EM (Efecto Electromagnético).
Revela ademásel inte¡és que sienten algunasauto¡i-
dadesaeronáuticasmundialespor el problema de los
OVNI. Si el capitán Inaba (copia de cuyo informe,
en japonés, nos temitió amablemenreel señor Ta-
gushi) consriruye un resrigo altamente califrcado,
no lo es menos, por otra patte, el que a conti-
nuación vamos a presenta¡ al lector. Que él mismo
juzgue.
El incidente d,e Socorro
A las siete menos diez de la tarde del día 24 de
abril de L964, eL agenre de policía Lonnie Zamora,
que estabade serviciodesdelas dos de la tarde,per-
seguía al volante de su coche patrulla a un automo-
vilista que circulabacon velocidadexcesivapor South
Pa¡k Street, en la población de Socorrq en Nuevo
México (EE. UU.). De pronto oyó un estampidoy
vio un desrelloazul brillantísimo hacia el sudoesre.
Como en aquella di¡ección se encontrabaun pol-
vorín, la primera idea que cruzó por la mente de
Zamora fue la de que alg6n imprudente lo había
hecho volar. Abandonandola persecucióndel otro
coche,conducidopor un jovenzuelo,se dirigió hacia
el sitio de dondehabíapartido la explosión.Saliendo
de la carretera,se metió por un mal camino pedre-
goso,que ascendíapor una empinadaloma..Cuando
después de bastantesdificultades logró llegar a la
cumbre del otero e iniciar el descensopor el lado
opuestq vio hacia el sur, a unos 140 metros de donde
él se encontraba;un objeto blanco que, bajo Ia luz
cegadon del desiertq le pareció un automóvil volca-
do con dos figurillas moviéndosea su al¡ededo¡.Desde
108
aquella distancia, Zamora no pudo distinguir si eran
adultos de pequeña talla o niños, aunque le parecie-
ron mecánicos, pues patecían vestidos con un mono
blanco.
Aquellas personas parccían hallarse en dificultades,
pues examinaban atentamente la parte infe¡ior de su
máquina. Fue entonces cuando Zamon empezí a
pensar que se hallaba en presencia de algo muy ex-
trañq y un escalofrío reco¡¡ió su espinazo, obligán-
dole a detenerse súbitamente. Tomando entonces el
micrófonq comunicó,con el puesto de Policía de So-
corro. Pidió por su superior, el sargento Sam Chavez,
de la Policía del Estado, y, tras de refe¡ide las ex-
trañas circunstancias del caso -lo que de momento
había tomado por un coche volcadq a una obse¡va-
ción más atenta se reveló como un objeto blancq
brillante, en forma de huevo y que se sostenía vet-
ticalmente sob¡e unas patas-, le dio su situación y
le pidió ayuda, añadiendo que d'ebía acuür solo. Sin
duda Zamora le pidió esto para evita¡se las budas de
sus compañeros, si lo que estaba viendo resultaba
luego ser algo corriente y normal.
Terminada Ia Llanada a su jefe, Zamora continuó
avanzando en su coche hacia Ia loma o mesa pr6xima,
oyendo por el camino unos fuertes golpes metálicos.
Cuando llegó al borde del barranco que allí comen-
zaba, par6 el coche y se apeó..Su proximidad pareció
sorprender y alarmar a las dos figurillas blancas, que
subieron precipitadamente en su aparato el cual, con
un <bramido ensordecedot>,se elevó acto seguido,
partiendo hacia el sudoeste con un destello azulado
y brillantísimq acompañadode un penetrante silbido.
Zamota, más mue¡to que vivq se tiró de bruces al
suelo, pero consiguió levantar la cabeza,para obset-
va¡ la dirección que tomaba el objeto. Regresó co-
LDg
 ¡¡iendo al coche pal:- lTamar por radioteléfono al
puesto de Policía, a fin de que avisaran a la gente
que se hallase en la trayecto¡ia probabie del objeto.
A los dos minutos llegó el sargenro Chavez, el
cual, después de mirar atentamente a Zamota, le
di jo:
-{ualquien diúa que has visto al diablo.
-Quizá lo haya visto -replicó el policía con voz
fonca.
Ambos se dirigieron enroncesa examinar el fondo
del bar¡anco. Varios marorrales y una extensión de
hierba ardían; los policías, además, encont¡aron cua-
tro huellas profundamente hundidas en la dura tiema,
en forma de cuña y formando aproximadamente un
rectángulo. El aparato, por lo visto, tenía cuarro paras
y no ües, como le había parecido a Zamora desde
su punro de observación.
Después de esto el sargento Chavez,escéptico a ma-
chamartillo en lo ¡eferenre a historias de <platillos
volantes>, se dirigió a registrar el coche patrulla de
Zamota, a ver si encontraba alguna herramienta que
hubiese se¡vido pala tmzar las huellas, o marerial com-
bustible de cualquie¡ clase.Aunque tenía en el mayor
aprecio a Zarron, y lo considerabaun homb¡e íntegro
y un funcionario modelo, tenía que asegurarsede que
no se t¡ataba de una broma o de un fraude. Después
de examina¡ el coche sin encontrat nada,teniendo en
cuenta el tiempo transcu¡rido y el esradode agitación,
casi de histerismq en que se hallaba el agente, llegó
a la conclusión de que Lonnie Zamora contaba ve¡da-
deramente lo que había visto.
El aparatq de forma ovoidg mostraba un curioso
emblema en uno de sus costados,pintado en üazos
roios y recilíneos, que daban la impresión de una
flecha esquematizada, rematada por un semicírculo.
11 0
Esta observación recibió amplia publicidad en la
Prensa norteamericana.A los pocos días, la Aviación
envió allí a un comandante, desde la Base Aérea de
Kirland, en Albuquerque, y poco despuésse presentó
en el lugar de <<afenizaie>el mismísimo asesor cien-
tífico de las Fuerzas Aéreas, el Dr. J. Allen Hynek,
distinguido astrónomo de la Northwestern University
y director del Observatorio Dearborn.
Quizá fue el caso de Socorro el que terminó de in-
clinar la balanza en la mente del Dr. Hynek, a favot
de la realidad de los <platillos>>,o de los <<objetosno
identificados>.Después de dieciocho años de trabajar
para el Proyecto Blue Book de la Aviación, la agencia
radicada en la Base Aérea de \X/right Patterson, en
Dayton (Ohio), y de examinat millares de casos de
UFOS (Unidentified Flying Objects, objetos volantes
no identificados), el Dr. Hynek fue llegando paulati-
namente a la convicción de que entre aquel cúmulo
de observacionesnaturales mal interpretadas, espejis-
mos, fraudes, objetos artificiales (fragmentos de satéli
tes, aviones,etc.), confundidos con <platillos>>, había
algunos casos que desafiabantoda explicación o que,
mejor dicho, admitían una sola explicación: La de
aparatos perfectísimosde origen extfaterrestfe, y muy
posiblemente tripulados por seres vivos.
Detalle.significativo:aquel mismo día, pocas'horas
antes, el joven granjero Gary \Tilcox vio un objeto
<idéntico> al de Socorro en el otro extremo de Nor-
teamética,y se entrevistó con sus dos pequeños ocu-
pantes, quienes le comunicaron que vet'ríande Marte
y que sólo podían efectuarel viaje <<cada dos años>>...
111
 CapÍruro IX

¿LOSOVNI, PROBIEMA pOtfTrCO y MILITAR

MAS QUE CIENTIFICO?

Como el propio Dr. Hynek manifestó duranre una

sesióna puerta cenada de la Comisión de Servicios
Armados de la Cámara de Representantes, celebrada
en ab¡il de 1966, <si bien Ia política de la Aviación,
consistente en considerar todos los informes sobre
"objetosno identificados"como errores,alucinaciones
o fraudes, babía tenido mucho éxito h¿sta Ia fecha,
podía dificultar la investigaciónse¡ia y objeriva del
fenómenq porque -agregl, si uno excavacon de-
masiadoahinco en buscaúnicamentede carbón,corre
el riesgode no ver los diamantes...r
La verdad es quq en efectq los casoscomo el de
Socor¡ono soo excepciónni mucho menos,en los ar-
chivos del Proyecto Blue Book. Un caso aún mejor
fue el de Ravenna (Ohio), población norteamericana
en las afuerasde la cual se hallabande servicio,en un
cochepatrulla, también, dos agentesde la Policía del
Estado una noche de abril de L966. Uno de ellos,
Dale Spaur,llamó La atenciónde su compañerohtacia
un gigantescoobjeto luminosq que dirigía un haz de
Luzblanca y brillante hacia el sueio por su parte in-
ferior, y que se cernía sobre los árboles, al borde

LL1
 mismo de la carretera-El objeto tenía fo¡ma ovalada
y en uno de sus extremos mostrabauna especiede
apéndiceo antena,semejantea lunaalera dorsal de ti-
burón. Principió entoncesuna alocadapersecución,en
la que intervinieron el cochepatrulla de Spaur y orro
con el que comunica¡onambos policías, y que llevó
a los perseguidoresdel extraño objeto -que volaba
muy bajq rasandolas copasde los árboles-, por cen-
tenaresde kilómetros de ca¡¡eter^y los obligó incluso
a trasponerla Írontera de su Estado.Al cabo de dos
horas,extenuados,los policías abandonaronla persecu-
ción del OVNI.
Éues bien: cuandq cumpliendocon su deber,la
Policía del Estado avisó al Proyecto Blue Book, en
Dayton, allí les respondieronque estaban(muy ocu-
pados>(sic) y que pasaríancuandopudieran.Al cabo
de va¡ios días, el mayo¡ Héctor Quintanilla, director
del ProyectoBlue Book, se dignó por fin ir a inter¡o-
gar a los principales resrigosdel caso.Mirando muy
se¡ioa Dale Spaur,principió por preguntadesi estaba
bien de la vista. Luegq dirigiéndosea los cuatro poli-
cías,les dijo:
-Lo sientomuchq seño¡es : voy a decepcionarles.
Lo que han estadopersiguiendoustedesera... el pla-
neta Venus.
En realidad, lo que hacía el mayor Quintanilla al
pronunciar tan peregrina afr.rmación, que dejó estupe-
factos y anonadados,ni que decir tiene, a los cuar¡o
testigos-los cualessabíanmuy bien que habían per-
seguido a un objeto gigantesco,que parecía jugar al
esconditecon ellos,pues les obligó a correr a vecesa
más de ciento cincuenta kilómetros por hora-, era
cumplir al pie de la letra la cláusula cvarta,impuesta
por la CIA en L953 a la Aviación no¡teamericana.
¡Labor ingrata,ve¡dadera<papeleta>,por decirlo con
714
- 81i
gráfrcaexpresión, la del <debunking>>o descrédito sis-
temático de los testigos! Pero consigna cumplida es-
crupulosamente,hasta la fecha, por el sufrido mayor
Quintanilla y su plana mayor..
Pero hagamosun poco de historia. Como muy bien
ha dicho ya el profesot James E. McDonald, refirién-
dose al problema de los OVNI: <La hipótesis extrate-
rresre es la menos insatisfactoria de las hipótesis>.
Y para los que creen que los sabios se desentienden
del problema, diremos que el profesor McDonald era
<<SeniorPhysicist>>, profesor de Meteorología y Direc-
tor del Instituto de Físicade la Universidadde Tucson
(Arizona). Atendiendo a la invitación hecha en el mes
de marzo de 1966 por Mr. Brown, secretariode Estado
(Ministro) de Aviación, ¡r dirigida a todos aquellos
investigadoresprivados que deseenexaminar los archi-
vos técnicos del AerospaceTechnical Intelligence Cen-
ter (ATIC), o sea el Proyecto Blue Book, adscrito
a dicha Agencia, el Dr. McDonald se personó un
buen día en Dayton, con la intención de examinar
con lupa los sacrosantosarchivos.
En realidad, McDonald sólo pretendía ver si entre
los cientos de casos de OVNI había fenómenos me-
teorológicosnuevos, pero lo que descubrió iba mucho
más allá, y le convirtió en un convencido de que la
Ciencia se hallaba ante un hecho nuevo e importan-
tísimo.
Brown había hecho esta invitación picado por unas
declaracioneshechas por el Dr. Hynek ante la Co-
misión del Congreso, convocada a consecuenciade
una serie de observacionesespectacularesregistradas
en todo el territorio norteamericanoy con el fin evi-
dente de <<apaciguar>> a la opinión pública, muy exci-
tada. El Dr. Hynek dijo textualmente: <<Loscomu-
nicados de la Aviación no refleian la realidad. Los
115
casos no explicados se acumulan. Nunca han sido
estudiados correctamente. Su estudio, por lo demás,
no es de la competencia de los milita¡es, puesto que
se rrata estrictamente de una investigación científica.
Hay que descargar, por lo tantq a Ia Aviación de
esta tarea y encomendarla a una comisión civil, com-
puesta únicamente de hombres de ciencia>.
¿A qué móvil obedeció Hynek al hacer semejante
declaración ante el Senado? El explica su acirud
arguyendo que no quiere pasar a la Historia como
el hombre que aceptó Ia f.ácil tarea de rechazar su-
mariamente un hecho científico nuevo. En realidad,
es un caso de conciencia. Según é1,la cuestión de los
<platillos> tiene una importancia capiral. Y puede
afirmarlo así, después de estudia¡los durante cerca
de veinte años.
Pero estas palabras de Hynek (causa mediata, qui-
zá, de la creación de la famosa Comisión Condon,
de la Universidad de Boulder (Colo¡ado), dotada con
una asignación de medio millón de dólares), moti-
varon la reacción aludida del Secretario de Estado
Brown, quien quiso desafiar así a los sabios a que
fuesen a ver que la Aviación <no ocultaba nada>>...
convencido de que ningún científico <<serio>aceptaúa
la invitación de ir a escudiar algo tan <tidículor
como los platillos volantes.
Pero se equivocó de medio a medio. Hubo un
sabio que recogió el guante. Y cuando el profesor
McDonald se presentó en Dayton y se puso a exami-
nar los archivos del Proyecto Blue Book, empezí a
descubrir <perla> tras <rperla>.Los desprevenidosfun-
cionarios del Proyecto, en efecto, ofrecieron al cientí-
fico todo su material, incluso info¡mes que llevaban
la mención de <Confidencial>, <Clasificado>y hasta
el famoso <Top Secret>.
Lrc
Estos fue¡on algunos de los hechos descubiertos
por McDonald:
1.o Que el famoso <Robertson Panel> convocado
en t953, y que fue presentrdo a la Prensa como
compuesto únicamente de sabios (H. P. Robertson,
del Instituto de Tecnología de California, Luis \7.
ALvarcz, Lloyd V. Be¡kne¡, Samuel A. Goudsmith y
Tho¡nton Page) y como si se hubiese ¡eunido única-
mente con el fin desinteresado de decir de :una vez
qué había que pensat de los platillos volantes bajo
el punto de vista estrictamente científicq no fue más
que un instrumento de la CIA, en realidad, reunido
a petición de esa Agencia y dirigido por ella; que
las <<ta¡eas>rde esta comisión fueron supervisadaspor
tres honorables caballeros de la CIA, los señores
E. Ma¡shall Chadwell, Ralph L. Clark y Philip G.
Strong. Estos señores reco'lnend,a'tona la Aviación
que ésta practicaseun sistemático <debunkingr -que
podríamos traducir por <descrédito>- de los platillos
volantes (sic). El objetivo de este descrédito, según
frgua en el Informe Robertson como <Recomenda-
ci6n 4.">>a añadft a las tres anteriores, formuladas
por los científicos, consistía en <¡educir el interés
público por los platillos>.
2.o Que las conclusiones de la comisión Robert-
son (los platillos volantes no existen, hay que educar
al público para creat en él el reflejo de ve¡ única-
mente globos sonda, bólidos, etc.) no fueron aproba-
das por Hynek, el cual se negó a firmatIas.
3.o Que para amordazat a este sabio, y, al mismo
tiempo, para poner en lo sucesivo toda la cuestión
de los OVNI en manos de la CIA, sob¡e el problema
caeúa de entonces en adelante el telón de la censura
milita¡ más rigurosa.
4.o Que dos ó¡denesmilitares, dictadaspara estefin
LT7
 y que seguían en vigor,la AF 200-2 y la JANAP-L46, cuenta y sin comunicar sus hallazgos a nadie' Es
castigaban con 10.000 dólares de multa y 10 años posible que algunos satélites-esPía-Por ejemplo los
de prisión a cualquier miembro de las Fue¡zas Ar- del tipo <<Samos>, y también los soviéticos de la serie
madas que divulgase detalles sob¡e observaciones de <Cosmos>>, pues los rusos adoptan una actitud muy
<objetos no identificados>. parecida a los americanosen todo este asunto-, do-
5.o Que se había dado o¡den a los responsables tados de células fotoeléctricasulttasensibles-se dice
del proyecro Blue Book de refura¡ sistemáticamenre que son capacesde detectar la presencia de un ciga-
cualquier observación conocida del público (el caso ¡rillo encendido a 15 km. de distancia-, se destinen
de Ravenna es botón de muesü4 aunque aquí se principalmente a la detección de los <platillos> po-
llegase a la ¡educción ad abs*rdum). sados en el suelq pues éstos, por definición, crean
6.o Que ios comandantesde las basesaéreas,por una discontinuidad té¡mica resPecto al fondo terres-
nltimq habían sido expresamenre invirados a dar la t¡e. Ello explicaría que la CIA se interese principal-
más amplia difusión a todos los casos <explicados> mente por los casos de Kateffizaie>>acaecidos de no-
por el Proyecro Blue Book. che o con cielo descubierto,/ no envíe agentes para
Resumiendo, el examen atento de estos documen- iniestigar los casos ocurridos con cielo nublado. En
tos -que fue¡on ¡eclamados ipto facto por la CIA, estos últimos, en efecto, sus agentesno podrían com-
cuando ésta se enteró deLlapsus- demostró a McDo- probar de aisu (huellas en el suelo, tierra calcinada,
nald que el propósito evidenre del Proyecto Blue presenciade <humanoides>,etc.) si lo que han regis-
Book no consistía en estudia¡ las observaciones(como trado sus satélites-espíaes cierto.
se afi¡maba regularmente en cada comunicado de la
Aviación), sino en acruar de <tapadera>de la verdad
y en persuadb a los testigos de que no habían visto
nada, convenciendopor ende al público de que dichos
testigos eran unos imbéciles, unos débiles mentales
o unos bromistas de mal gusto.
Pero, al lado de esta actitud <pública> de descré-
dito y burla, a cargo de la Aviación, la CIA estudia
en sedeto el problema, invirtiendo en ese estudio
medios sin duda fabulosos. En el caso de Socorro,
como en el de otros <<atetrizajes>r famosos, junto a
los investigadoresde la Policía,Ia Aviación (Proyecto
Blue Book) y agencias investigadoras panicula¡es,
como el NICAP del mayor Keyhoe o la APRO de
los espososLorenzen, se constaba la presencia de un
agente de la CIA, que efectuaba la encuesra por su

118 119
 CapÍruro X

LOS OVNI EN LA URSS

Me encoarrabaeI24 de junio de L967 en Ricciong

bella población italiana del Adriáticq como único
delegadoespañolque asistíaal Primer CongresoNa-
cional sobre Objetos Volantes No Identificadosy Fe-
nómenosde naturalezaextt teffestre,cuandoRoberto
Pinotti, Secretariodel Congresq dio lectura a una
carta del científico soviéticoAlexandre Kaántsev, en
la cual éstecomunicabaa sus colegasde Occidentela
constituciónde una Comisión de Encuestacivil sobre
los OVNI, presidida por el generalde Aviación (re-
tirado) Antolin Stolierov,y de la que formaban pate
él mismo y científicostan eminentescomo el profesor
Zigel, Emmanuel Agrest y el físico Kolotov. La no-
ticia fue acogida con enrusiasmo,y los ¡eunidos ui-
butaron una ovación a Roberto pinotti cuando éste
terminó de lee¡les la carta de Kazántsev,concebida
en términos muy co¡diales.
Sin embargq la vida de esta Comisión había de
ser efímera. Cuando sus miembros visitaron al mi:,,
nistro de Ciencia y Cultura de la URSS para solici-
tade que éste pidiese a todas las basesmilitares y
navalessoviéticasque le remitiesentodoslos informes
sob¡e OVNI que poseyesen,eI ministro accedió de

L2L
inmediato a la petición. Sin duda pensó,para su fuero
interno, que se trataba de un grupo de locos inofen-
sivos y que nada ocu¡¡iría atendiendo a su petición.
A Io sumo, se recibirían algunas noticias de obse¡va-
ciones curiosas -globos sonda, meteoros, fenómenos
mal interpretados-, y todo terminaría en agua de
borrajas. Pero al poco tiempo se ¡ecibieron en el
Ministe¡io más de quince mil obsewaciones de <ob-
jetos no identificados), procedentesde basesmilitares
desparramadassobre el inmenso territorio soviético.
Esto ab¡ió los ojos a las auto¡idades,y el resultado
inmediato fue la disolución instantáneade la flamante
Comisión Stólie¡ov... mient¡as los se¡vicios secretos
soviéticos -la antigua NKVD- se hacían cargo del
asunto, que así, de pronto, adquiría una dimensión
insospechada.¿A quién pertenecían aquellas miste-
riosas máquinas que se atrevían a violar el sacrosanto
espacio aéreo soviético? La cuestión correspondía de
pleno a los servicios secretos,sección de contraespio-
naje y guerra sec(eta. Así, aunque por un camino
distinto, se llegaba al mismo resultado que en los
EstadosUnidos. Allí la cuestión de los UFO caía bajo
el más riguroso secreto militar, y se hacía cargo de
ella Ia CIA, mientras el Pentágono encomendaba a Ia
Aviación La ingrata tarea de echar tierra al asunto
por medio de su inofensiva <Comisión Platillo>, o
Proyecto Blue Book, verdadera oficina de apublic
relations> encargadade tranquilizar aL contribuyente.
Pe¡o a un nivel secretísimo, el asunto era rigurosa-
mente investigado no sólo por la CIA y los Servicios
Secretos soviéticos -que probablernente intercambian
información sob¡e el mismo-, sino por Ia pro-
pia NASA, según decla¡aciones hechas a uno de mis
colaborado¡es por el profesor He¡mann Oberth, <<pa-
d¡en de la Astronáutica- du¡ante su estancia en Ba¡-
12 2
celona en ocrubre de L969, para ser investido Docto¡
<Hono¡is Causa> de nuestra Universidad.
Pero hagamos un poco de historia. El 18 de octu-
b¡e de L957, es decir, catorce días después deLlanza-
miento del primer Sputnik, el doctor Zonshain, de
la Academia de Ciencias de Moscú, afnm6 que <en la
actualidad están cruzando el espacio celeste aparatos
que, a primera vista, nada tienen de común con los
aviones que conocemosD.¿Se refería el sabio sovié-
tico al propio Sputnik, o bien a los OVNI?
La declaración de Zonshain, aparenremente, signi-
fica un oolta face, teniendo en cuenta que cinco años
antes otro sabio soviético, el profesor Boris Kukarin,
decla¡ó: <Ios platillos volantes son ilusiones ópticas
derivadas sencillamente de una psicosis de guerra...
y fomentadas por los elementos belicistas>. El 7 de
diciembre de T953, Radio Moscú anunció que había
solucionado el problema: <Los plarillos volantes
-dijo el locuto¡- son invenciones de la imagina-
ción de los belicistas occidentales,con el proposito
de hacer que el público pague cada vez más elevados
presupuestosmilitares>
Pero en 1954, eL Gobie¡no comunista de Yugos-
lavia, según Ia Prensa de Belgradq proyectaba un
estudio sob¡e los O\INI. Pa¡ece ser que habíán sido
vistos por operadores de torre de cont¡ol de los ae¡o-
puertos, estaciones meteorológicas y centena¡es de
campesinos. Se agregaba que desde varios observa-
to¡ios ast¡onómicos, los sabios habían visto estos ex-
traños objetos (con sus propios ojos>. Nada más se
dijo sobre la cuestión.
En octubre de aquel mismo año, los periódicos de
Rumanía, alineándose con la doctrina soviética, acu-
saron a los Estados Unidos de <habe¡ lanzado un
programa para induci¡ una psicosis de platillos vo-
123
 lantes en el país>. En noviembre, el Gobierno de
Hungría echó su cuarto a espadas en el asunto. El
(experto nacional> (sic) en OVNI habló por radio,
diciendo que éstos no existían y que <<todoslos in-
fo¡mes de platilios volantes se originan en los países
burgueses, donde son inventados por los capiralistas
y los belicistas, con el fin de apartar la atención
pública de las dificultades económicas que experi-
mentan).
También en noviembre de 1954, Estrella Ro'ja,
;iltl
órgano del Ejército soviéticq afrrmaba que <los OVNI
son arm¿$ de la guerra fría>. Luego, en febrero
de 1955, a míz de habe¡ admitido por primera vez,
con más' de siete años de rerraso con respeco a Occi-
dente, la aparición de <<unobjeto volante fusiformer
sobre Moscú, la revista SouietskÁya Bielorru¡ia afir-
maba que las apariciones celestes inexplicables eran
-admitiendo así polémica sobre la enigmática cues-
tión- fenómenos atmosféricos o producos de la
imaginación de las genres.Se arrincona, pues, Ia típica
atribución a <<manejosimperialistas> pala manrene¡
la guerra f¡ía. Hasta que en septiembre de 1956 eI
cambio es casi total: una Academia científica de
Moscú solicita de la <Comission Internarionale d'En-
quéte Ou¡anos> (CIEO), de Francia, informes sobre
la cuestión y la suscripción a la revista que publica
la entidad. Esto demuestra un interés agudizado por
el problema, que había de culminar con la declara-
ción del eminente docto¡ Zonshain. Resumiendo: del
escepticismo se pasa a la polémica, y de ésta a la
demanda de info¡mación.. . parl acabartodo el asunto
dentro del más impenetrable seüeto oficial, a níz de
la disolución de la flamante Comisión Stólie¡ov.
Pero la política de <ducha escocesaDno había de
cesar, de todos modos. La víspera de la celeb¡ación
L24
del Primero de Mayo de 1955 en la Plaza Roj4
cuando las emisorassoviéticassólo suelen hablar de
Ia magta conmemoración,un miembro de la Aca-
demia de Ciencias habló por radio para <<calmar al
público>.Sin acusa¡esravez a nadie,el científicose
limitó a afirmar que <<losplatillos volanres no exis-
ten). ¿Qué había pasadqpara que un cienríficotu-
vieseque tomar el mic¡ófono de la radio oficial a frn
de <calmaral público>? Había pasado,sencillamentg
que, pese a todos los desmentimientosoficiales,en
la inmensa Rusia y sus países satélitesse seguía
viendo el fenómeno. Esro obligaba a la Prensa y a
la Radio a <<calmat al público> constanremenre, arna-
ñando toda clase de explicaciones.Todo ellq sin
embargq no hacía más que ir <madurando>la opi-
nión, y abriendolos ojos a un grupo reducidopero
selectode hombresde ciencia,la conrraparridarusa
de los Hynek y McDonald norteamericanos.
EI 9 de enero de 1961,Praadadenuncióa los ciu-
dadanossoviéticosque se <at¡evían>a informar sobre
platillos volantes,tachándolosde <débilesmentalesr
o de <<mentirosos deliberados>.Y añadíael rotativo
moscovita: la mayoríade informes sob¡e OVNI son
simplementeimitacionesde lo que los americanos
afrrmabanhaber visro.
Du¡ante aquel mismo año,circuló un rumor ¡efe-
rente a un disco con dos humanoides,que fueron
vistos y fotografradospor un médico,cercade l¡kutsk.
Sin embargo, la KGB, o policía secrerasoviética,
visitó al testigo y no se supo más de la película ni
del hecho.
Este casq como ios que siguen,están tomadosde
la obra [Jn estudiosobre los OVNI, excelenre¡eco-
pilación de Richard Greenwell, el estudiosoinglés
secreta¡iogeneralde la APRO. Estelibro se publicó
L25
 en el Perú en fecha reciente, y contiene interesante
documentación inédita, con puntos de vista muy sen-
satos y originales.
En mayo de aquel mismo año de L96I, ,¡n OVNI
en fo¡ma de cigarro evolucionó sobre la ciudad de
Voronez, aterro¡izando a la población. Se calculaba
que tenía una longitud de 250 a 300 metros, y se
mantenía a unos 600 metros de altitud. Al llegar
los MIG de intercepción, el OVNI desapareció.Fi-
nalmente se desplazóa una velocidad de unos 16.000
kilómet¡os por hora, y desapareció definitivamente.
Al siguiente mes, el 21 de junio de 1961, un ob-
jeto metálico en fo¡ma de disco, de unos 100 metros
de diámetro, se estacionó sobre una base de lanza-
miento de proyectiles antiaé¡eos en Rybinek, a unos
150 km. al norte de Moscú. El objeto, situado aI pa-
recer a unos 6.000 metros de altitud, fue detectado
con el rudar y luego se le vio a simple vista. Mientras
el OVNI permanecía inmóvil, otros discos de tamaño
mucho menor salieron del gigantesco objeto y empe-
zaron a sobrevola¡ la base a poca altura. Según esta
versión, el comandante de la base ordenó entonces
que se abatiese el ext¡año aftef.acto, en la creencia
de que se trataba de una nueva arma americana. Se
lanz6 una primera andanada de proyectiles tierra-
aire, después de hacer contacto con el ¡adar. Los
proyectiles ascendie¡on directamente hacia el OVNI,
pero al llegar a unos dos kilómetros del mismo, hicie-
ron explosión en el aire. El OVNI continuó inmóvil
e indemne en el mismo sitio.
El comandante o¡denó un segundo ataque, gue
tuvo el mismo resultado que el primero. Mientras
se preparaban los proyectiles para un tercer ataque,
los discos pequeños bajaron a muy poca altura sobre
la base y todo el suministro eléctrico quedó cortado,
126
incluso el grupo electrógenode emergencia.Al cabo
de diez minutos,los discospequeñosascendieron ha-
cia el objeto mayor, el cual desapareció. La energía
eléct¡ica volvió normalmenrea la base.
Como ¡esultadode la invesrigaciónque siguió, el
comandantede la base fue <castigadoseveramenre>
por haber dado la orden de disparar los proyeciles,
pues esto significó una gran pérdida económicapara
la URSS. Con todo, no fue ésta la primera vez en
que los rusos trata¡on de abatir a un OVNI. EL Zj
de julio de L957,du¡antela gran <<oleada> de aquel
añq los cañonesantiaéreosrusos dispararon contra
formacionesde centenarerde <platillos volantes) so-
b¡e las islas Kuriles, en las cosrasdel Pacífico(según
info¡macionesde la Agencia Reurers,que reproducía
decla¡aciones de fuente o6cial japonesa).Toda una
noche la anillería estuvo disparando,mientras po-
tentes reflecto¡esbanían el cielo, pero sin resultado
alguno. Los EstadosUnidos informaron a los nervio-
sos ¡usos que ningún avión estadounidense había
violado aquella zona. Radio Moscú se hizo eco de
esta notq destinadaa disipar la impresión de gue
No¡teamé¡ica estabaatacandoa la Unión Soviética.
Dos años después,en 1959, se observaroncenre-
na¡esde OVNI sobreSverdlowskduranteveinticuatro
ho¡as.Esta población albergabael Mando de Proyec-
tiles Tácticos del Ejército Rojo. Varios cazasinter-
ceptores persiguieron a algunos de los misteriosos
aparatosy dispararon contra ellos, sin ¡esulrado al-
guno.
Ot¡o hecho altamenteinteresante-y quizá signi-
ficativo- sucedióen la primaverade L962. TJnafá-
brica que producía tanquespesadosy piezasde arti-
llería en un lugar no determinadq fue visitada du-
rante varias semanaspor los <bludzas>,como llaman
r27
popularmenrelos rusos a los platillos. Una mañana,
muy tempranq una explosión gigantescadestruyóla
f.ábrica.Despuésde la catástrofe,los pasajerosde un
tren, así como otros testigos,afuma¡on habe¡ visto
a un <OVNI resplandecienre>r suspendidosob¡e la
f.ábúcade a¡mamenrosen cuesrión.El objeto lanzé
una g¡an bola de fuegq que cayó sobre las insrala-
cionesindustriales.Lo inte¡esantees que veinte mi-
nutos anresdel desastrelas si¡enasde alarma de la
f.ábricaentraroo en funcionamientosin causa apa-
rente. Graciasa este hecho <fortuito>, todo el per-
sonal de la empresase hallabaya a salvo cuandose
produjo la gigantescaexplosiónque pulverizó Ia tá-
brica.
Estasescasas noticias,que se han filtrado a Occi-
dente a t¡avés del Telón de Acgro, son orros ranros
botonesde muestraque sirven para indicar que en
Rusia también se han visto y se ven los enigmáticos
<platillosvolantes>.Peseal último y defínitiuo <de-
bunkingl de Ia Academia de Ciencias-resulrado,
sin duda, del inesperadoe inquietante éxito de la
Comisión Stólierov-, la liebre se ha alzado, y los
ojos de algunosde los mejoreshombresde ciencia
de la URSS se han abierto.
Y no es fácil que los vuelvan a ceffat.
L28
CepÍruro XI
LAS ORGANIZACIONES CIVILES
En esperade que las universidadesde todo el mun-
do se decidan a incluir en su plan de estudios la tan
controvertida materia de los <objetos no identifica-
dos>>,existen ya personasy grupos que se han orga-
nizado para abordar con las mayores garantías cienti
ficas y de objetividad el espinosoproblema.
La situación no es nueva. Periódicamente se han
producido situaciones semejantes en 7a historia de
las Ciencias, cuando un nuevo hecho o una nueva
verdad han pugnado por abrirse paso frente a la
abulia, la rutina y el espíritu conservadory timorato
que, por desgracia, se encarna muchas veces en la
persona de los <<mandarines>> de la Ciencia oficial.
Entre las más antiguas otganizacionesprivadas de-
dicadasal estudio del problema, cabecitar, en Europá,
a la <<Comissiond'Étude Ouranos>>,cuya alma es
Pierre Delval, director asimismo de la publicación
OURANOS (8.P. 38, 02110 BOHAIN, Francia); en
América, la <Aerial Phenomena Research Organisa-
tion> (APRO), creada por los esposos Coral y Jim
Lorenzen. La APRO publica un Boletín y tiene repre-
sentantesen casi todos los países del mundo. Las se-
ñas de la APRO son: 3910 East Kleindale Road, Tuc-
son, Arizona 85716 USA.
129
 Posteriormentese fundó en Estados Unidos la pres-
tigiosa NICAP, sigla que coruespondea las iniciales
de <National Investigation Commirtee on Aerial phe-
nomena>>(Comité Nacional de Investigaciones sobre
Fenómenos Aéreos). La NICAP estuvo primero bajo
la dirección del mayor Donald E. Keyhoe. Su actual
director es John Acuff. Su sede se halla en Suite 307,
1 Bank Sreet, Gaithersburg,MD 20760,USA. El ma-
yor Keihoe es uno de los más veteranos campeones
de la causa interplanetaria. Comandante de Infanteúa
i de Marina, retirado, fue ayudante del almirante Byrd,
el de las famosasexpedicionespolares. Ha escrito va-
rios libros muy valientes y documentados,en los que
i presenta multitud de casosinefutables, y denuncia la
<<conspiración del silencio>>otganizadapor las Fuer-
zas Aéreas de los Estados Unidos para encubrir la
verdad. Y la verdad, según el mayor Keyhoe, es sólo
ésta: los OVNI no sólo son objetos reales,sino que
son supermáquinasde origen extraterrestreenviadasa
nuestro planeta en misión de reconocimientoy acaso
de vigilancia.
Volviendo a Europa, enconrramosen parís una
organizaciónmuy seria y perfectamente estructurada:
la GEPA, iniciales de <Groupementd'Étude de phé-
noménesAériens et d'Objets SpatiauxInsolites>>. Esta
organizaciónse hallaba presidida nada menos que por
el general de Aviación Lionel Chassin, que fue jefe
de la OTAN hace unos años, ya fallecido. El general
Chassin,junto con el mariscal del Aire inglés Lord
i
Dowding, héroe de la <<Batallade Inglaterra>>en la
última contienda,en la que la RAF se cubrió de gloria,
tuvo el valor de afirmar públicamente, en repetidas
ocasiones,que el problema de los OVNI es importan-
iI,r tísimo, y que sin duda su única explicaciónes la extra-
terrestre. De 7a GEPA forman parte importantes
il r30
personalidadesde la vida francesa (a modo parecido
como ocurre con la NICAP ameticana). Entre ellas
cabe destacarel músico y escritor Paul Misraki (Paul
Thomas), autor de dos libros fascinantesen los que
entronca el problema de los OVNI con la religión. En
el Consejo Directivo de la GEPA figuran además los
ingenieros Campagnacy Lucas, asesorescientíficos en
sus respectivasespecialidades.El presidente actual es
René Fouéré, infatigable investigador y director de
<<PhénoménesSpatiaux>>,el pulcro y documentado
Boletín que edita la entidad. Su dirección es: 69, tue
de la Tombe-Issoire- Paris 14" - Francia.
En Inglaterra, el fenómeno fue seguido con aten-
ción desde crsi los primeros tiempos de la <<época
contemporánea>> (iniciada en 1"947). En Londres se
publica la que sin duda es la mejor revísta consa-
gtada a los <platillos volantes>>y que se titula, pre-
cisamente:<Flying SaucerReview>>.Su <Editoro (Di-
rector) es Charles Bowen, y uno de sus más asiduos
colaboradoreses el ex diplomático de Su Majestad
y formidable lingüista Gordon W. Creighton. La di-
rección de la FSR es: FSR Publications Ltd., \ü7est
Mailing, Maidstone, Kent, England.
En la Gran Bretañaexiste gran interés por el tema,
como lo prueba el gran número de socios que po-
see la BUFORA (British UFO ResearchAssociation),
Asociación pata 7a Investigación de los OVNI, radi-
cada en Claremon Road, Claygate, Surrey, y dirigida
por M. M. C. Holt y B. A. Bramhall.
En Italia tenemos el Centro Ufológico Nazionale
(CUN), radicado en Milán, y cuyo animador es el
infatigable y jovencísimo estudioso Roberto Pinotti,
Vice-Presidentedel CUN y organizadordel Congreso
celebradoen 1967 en Riccione, a orillas del Adriático,
y al que, como queda dicho, asistí representando a
13r
 España. La dirección de Roberto Pinotti es: Via Odo-
rico da Pordenome, 36, 50127 Firenze, Italia. La di
rección postal del CUN es: Via Vignola, 3, 201,36,
Milano. Sería injdsto no citar también, palz ltalia y
Francia, Las organizacionessiguientes: CLYPEUS, en
realidad un periódico publicado por Gianni Settino,
Casella Postale 604, Torino -Italia; y, para Francia,la
veterana publicación <<Lumiéres dans la Nuit>>,dirigida
por R. Veillith y cuyas señas son: <<Lespins>, 43,
Chambon sur Lignon. El alma de la misma es F. La-
garde.
No mencionaremos aqui a investigadores privados
de la talla de un Aimé Michel, un Jacques Vallée
o un doctor J. A. Hynek, por escaparal objeto de
esta breve noticia. Sin embargo,todos ellos mantienen
relación y colaboración con algunas de las organiza-
ciones citadas. Por ejemplo, Michel fue nombrado
<<Overseas Consultant>> (Asesor para Ultramar) de la
<Flying Saucer Review> inglesa, en la que colabora
desde hace bastantes años y donde es muy respetado
y escuchado.
En cuanto a España, la entídad decana es el <<Cen-
uo de Estudios Interplanetarios> barcelonés,fundado
en 1958 por Eduardo Buelra, Antonio Pelegrí, Mario
Lleget y Antonio Ribera. El CEI publicaba un Bo-
letín en sus primeros tiempos. Tras un período de
inactividad casi total, fue reorganizadoen 1967 gra-
cias al joven y dinámico abogado barcelonésJosé M.^
Casas Huguet. El CEI publica la excelente revista
STENDEK, que dirige Pere Redón. Su dirección es:
STENDEKCEI, Apartado 282, Barcelona.
Así, poco a poco, han ido surgiendo por todo el
ámbito de la <piel de toro>>ibérica distintas agrupa-
ciones y entidades dedicadasal estudio de los OVNI.
Hay que destacar ente ellas el CEONI de Valencia
132
(ya disuelto), presidido por V. J. Ballester Olmos. La
América Latina no ha sido una excepción,y así encon-
tramos importantes entidades en dos de los paísesmás
visitados por los OVNI: Argentina y Brasil. En Argen-
tina tenemos a la prestigiosa CODOVNI, iniciales de
<<Centrode Observaciónde Objetos Volantes No Iden-
tificados>>(Casilla de Correos 2560). Su secretario es
Cristian Vogt, y edita un boletín con recopilaciones
anuales de observacionesy casos. Tenemos luego en
Brasil la SBEDV (SociedadeBrasileira para o Estudo
dos Discos Voadores), dirigida por el doctor \ü. Buh-
ler. Edita un boletín. Existe asimismoen el Brasil la
CICOANI (Caixa Postal 1675), que radica en Belo
Horizonte, Estado de Minas Gerais.
En Chile tenemosla DIOVNI (División de Inves-
tigaciones de Objetos Volantes No Identificados), Pe-
dro Prado, 450 - Macul - Santiago de Chile, y <UFO
Chile>>, interesante publicación dirigida por Hugo
Correa: Casilla t3202, Santiagode Chile.
Esta lista, empero, se harla interminable si tuvié-
semos que citat a todas y cada una de las cuatro-
cientas organizacionesprivadas existentes en todo el
mundo y que se consagranal estudio de los OVNI.
Terminaremos únicamente citando una organización
japonesa: la <<Cosmic Brotherhood Association>>
(CBA), o Asociaciónde Hermandad Cósmica.Radica
en Naka, P. O. Box 12, Yokohama, Japan; su ani-
mador es Yusuke Matsumura, que ha efectuado do-
cenas de fotografías de OVNI, desde discos a naves-
nodriza (aunque algunos sospechamosque puedan ser
cirrus y oüas formaciones nubosas),a quien se debió
la idea de crear los <Sky Scolts>>, organización de
<<observadores del cielo>>.
En Nueva Zelanda y Australia existen, por último,
importantes cenffos de estudios: <<Spaceview>> en
733
 aquélla (P. O. Box 21-007, Henderson, New Zealand),
y la Victorian Flying SaucerResearchSociety en ésra:
P. O. Box 43,Moorubbin, Victoria, Australia.
I Finalmente, citaremos dos importantes revistas en
español: CONTACTOS EXTRATERRESTRES en Mé-
xico (José Maúa Rico, 204, México 12, D. F.), que
dirige Aríel Rosales,y CUARTA DIMENSION en Ar_
gentina (Avda. de Mayo 1324, I." of. 20-2I, Buenos
Aires), dirigida por Fabio Zerpa.
Inuestigadores de OyNl silenciados y desaparecidos
Da bastante que pensar la proporción, algo exce-
siva si se atiende al cálculo de probabilidades,de
investigadores de OVNI que han fallecido o han
abandonadosus actividaciesen los últimos años. Entre
los que han <abandonado>>, el más famoso es Albert
i K. Bender (su apellido incluso ha permitido crear
el término de <<benderismo>, para ,flicarlo a todo
sucesoparecido),el cual, en 1953 y cuando la revista
L que publicaba, titulada SpaceReuiew, anunció que en
l su núme¡o siguiente explicaría la verdad sobre los
discos volantes, recibió la visita de unos misteriosos
caballerosvestidos de negro, que al parecer le obli_
I
garon a callar. Después de esta visita, Bender. muv
nerviosg suspendió la revista y rehusó seguir hacien-
do comenarios sobre el tema.
Ent¡e los f¡anceseg Jimmy Guieu, auto¡ de dos
I libros de mucho éxito, <Les SoucoupesVolantes vien_,
i
I nent d'un aut¡e Monde>>(1954) y <Black Out sur les
Soucoupes Volantes> (L956), desisrió también,
II prontq de ocuparse del tema, obedeciendo no
de
sabe_
mos a qué presiones.
En España tenemos a un eminente investigador
134
que, sin razones clatas, se retiró también de La liza,
despuésde efectuar estimablesaportacionesal estudio
de los O\,INI: Eduardo Buelta, uno de los descubri-
dores del ciclo bienal que relaciona a los OVNI con
Marte y fundador del <Centro de Estudios Interpla-
netarios>>barcelonés-
Pero no todo han sido <retiradas>.Hay una lista
impresionantede investigado¡esfallecidos...todos por
causas(naturales) o explicables pero que, como ob'
serva Aimé Michel, tesultan sospechosasal darse con
tanta reiteración. Tenemos en primer lugar al inge-
niero canadienseSTilbur Smith, creador del <Proyec-
to Magnet>, una de las primeras comisiones de en-
cuesra sobre OVNI de América; luego al asttónomo
Jessup,autot de un libro en el que hacía interesantes
¡evelaciones,y que poco después se suicidó en Mé-
xico; el capitán Edward Ruppelt, que dirigió el
Proyecto Blue Book de la USAF, muetto de cáncer
pese a su juventud; N7aveneyGirvan, fallecido de la
misma enfermedaden Inglaterra: Girvan era direc-
tor de la <Flying SaucerReview>; el docto¡ Olavo
Fontes, el estudioso brasileño número uno del pro-
blema, y que falleció en la primavera de 1968 de
cáncer pulmonar. Por último, cabe señalar tambiétr
la muerte en accidente de aviación del general jefe
del Estado Mayor francés, Ailleret, c%arrodías des-
pués de anunciar públicamente que se disponía a
creat una comisión oficial de encuestasobre los MOC
(MisteriososObjetos Celestes,sigla por la cual cono-
ce a los OVNI la Aviación francesa). El avión que
transportaba al general Ailleret a principios de 1968
se estrelló contra la ladera de una montaña en Ma-
dagascar a poco de efectuarse el despegue. Pese a
que el piloto era un <<as>> de la Aviación gaIa, vitó
hacia la izquierda a poco de despegar' en vez de
135
 despegar hacia la derecha y dirigirse al mar libre. Las que viene a acumularse a los muchos que encierra
causasdel accidente continúan envueltas en el miste- el que, por antonomasia,es <<elenigma del siglo>.
rio. ¿Sabotajeen las órdenes de vuelo?
A esta lista habría que añadir, además del famoso
Adamski, muerro en 1965 a los setenta años de un
<<ataquecardíaco>>(y entemado luego en el Cemen-
terio Nacional de Arlington, lugar reservado a los
<<héroes>>de Estados Unidos), el capitán de Aviación,
español, Antonio GonzáLezde Boado, desaparecidoen
misteriosas circunstanciassobre el mar de Alborán,
él y los cinco tripulanres de un avión <<Grumman-
Albatos>>, y, también, al joven investigador británico
Richard Turner, presidente del Grupo Investigador
de UFOS de la Universidad de Cambridge, y autor de
un notable estudio sobre las gigantescas <(ruedas
fosforescentes>> que se han visto girar bajo la super-
ficie del mar, en el golfo Pérsico y offos puntos del
globo. Turner sólo contaba veintiún años cuando se
produjo su <<trágica muerte> (segúnnota de la FSR) el
25 de junio de 1967, tras una <<breveenfermedad>>.
Nuestro gran precursor, Eduardo Buelta. falleció de
cáncer en 1973. Poco despuésle seguíaa la tumba el
gallego Oscar Rey Brea, uno de los primeros en seña-
lar la relaciónTierra-Marte...
Las muertes del filósofo y psicólogo suizo Carl
Jung
y del eminente selenógrafo inglés sir percy \Wilkins,
ambos muy inreresadospor la cuestión de los OVNI,
ya son más explicables,atendiendo a la avanzadaed,ad
de ambos hombres de ciencia. Sin embargo, como
decimos, esta elevada incidencia de fallecimientos en-
re los investigadoresdel fenómeno OVNI da mucho
que pensar. ¿Quiénes serán los misteriosos <(men in
black>>,<<messieurs en noir>>u <,hombresde negro>>
que periódicamente visitan a los investigadores"más
señaladosy que <<saben demasiado>>? Un enigma más

t36 r37
 CepÍrulo XII

LA COMISIÓN CONDON, I]LTIMA

(CORTINA DE HUMO>

El tan esperadoveredicto de la comisión reunida en

la Universidad de Colorado bajo la dirección del físico
nuclear Edward U. Condon (fallecido recientemente),
ha resultado muy patecido al famoso <(parto de los
montes)>:despuésde dieciocho mesesde estudio y de
examinar millares de informes, la Comisión sólo te-
cogió un caso rcputado como inexplicable, en su volu-
minoso veredicto de L.465 páginas.Este decepcionante
resultado ha refocilado a todos aquellos que, en su
fuero interno, se sentlan incómodos e incluso molestos
ante la posibilidad de que los OVNI -los <platillos
volantes>>- tuviesen una existencia rcal y objetiva. Sin
embatgo, los 521.000 dólares con que la Aviación -no
la NASA- dotó al proyecto de Colorado, no fueron
empleadosde una manera imparcial, ecuánime y libre
de prejuicios en contra, pudiendo afirmarse que los
resultadosdados a la publicidad pecabande parcialesy
tendenciosos.
En realidad, el Proyecto de Colondo ya nació con
una deformación congénita. En un memorándum en-
viado con fecha 9 de agosto de 1966 por Robert J.
Low, que luego fue el coordinador del proyecto, al

r39
 señor Thurston Manning, vicepresidente de aquella
Unive¡sidad, y a orros miembros de la
Junta Univer_
sitari4 acercade la conveniencia de firmar el contrato
con la Aviación, se decía lo siguiente, enrre orras
cos¿ts:
<Si se deseaemprender semejanteproyecto, hay que
-
abo¡da¡lo de mane¡a objetiva. Es decir, hay que u¿-¡-
tir la posibilidad de que los OVNI existan. Sin em-
bargo, no resulta respetable tomar en serio tal posi-
bilidad. Los que creen en los OVNI, dicho con otras
palabras, son unos proscriros, a los ojos de la comu-
nidad científica... Nuesrro estudio seúa rcalizadopor
no creyentesen los OVNI qug si bien muy probable_
mente no podrían demostrar sus resultadosnegativos,
sí podrían presentar una impresionante masa de evi-
dencia en el sentido de que las obse¡vacionesno tie-
nen realidad. La t¡eta consistiría, creo yo, en presen-
tar un proyeco que a los ojos del público apareciese
como un estudio roralmente objetivo, pero que ante
la comunidad científica ptesentasela imagen de un
grupo de escépticosque se esfuerzan por ser obje-
tivos, pero que tienen una esperanza casi ce¡o de
hallat un "platillo".lJna manera de conseguirlo con-
sisti¡ía en dar mayor importancia no a la investiga-
ción de los fenómenos físicos, sino de aQuellos que
efectúan las obse¡vaciones... (o sea, de los testigos).
Si el acento se pusiese ahí... c¡eo que la comunidad
científica no tardaúa en ¡ecibir el mensaje.>
EI 12 de diciembre de 1967, dos científicos de la
Comisión Condon, los docto¡es David Saunders y
Norman Levine, hicieron llegar una copia de este
memorándum a manos del profesor
James F. McDo_
nald, que es uno de los homb¡es de ciencia que más
ha batallado en los últimos años por imponer un
estudio serio y objetivo de los OVNI, <rproblema
140
número uno de la ciencia contemporánea>,según sus
propias palabras, y que ya se está convirtiendo, por
desidia de unos e indiferencia o escarnio de otros,
en (un verdade¡o escándalo científico>. McDonald,
muy impresionado ante el tono del memorándum,
pidió a Saundersy Levine que le permitiesen decir
a Low que conocía dicho documento, en'la c¡eencia
que ello asusta¡ía a Condon y Low y los obligaría
a cambiar las directrices del proyecto. Para asegurarse
de ellq McDonald pidió permiso además para inf.or-
mar a la Academia Nacional de Ciencias, encargada
de revisa¡ el informe final del proyecto.
El grupo de científicos dio finalmente su consen'
timientq pero los resultados fueron desast¡osos.Con-
don y Low se enfurecieron. Se supo luego que Condon
denunció acalo¡adamente a Saunde¡s y afrrmí que alo
dest¡ui¡ía profesionalmente)). El docto¡ Levine fue
amenazado de manera simila¡. Ambos fueron despe-
didos al día siguiente, bajo la acusación de <incom-
petencia>. La secreta¡ia administratiya de la Comi-
sión, la señora Mary Lou Armstrong, defendió va-
lerosamente a los científrcos injustamente atacadosy
dijo a Condon que e] proyecto <había sido muy mal
dirigido>. Condon ie exigió que expusiesesus quejas
por escrito. Cuando ella así lo hizo le pidió que diese
a La catta un ca¡ácter confidencial. Pe¡o en una bo-
rrzlscosasesión,la señora Armstrong se negó a hacerlo
y presentó su dimisión.
Acto seguido, Condon escribió al profesor McDo-
nald, exigiéndole la devolución de1 memorándum de
Low, al que calificó de <documento ¡obado>. McDo-
nald se neg6 a ello, basándose en unas anteriores
declaraciones del propio Low, según las cuales los
documentos de la Comisión no serían sometidos a
censura alguna, hallándose por consiguiente a la dis-
L4L
 posición del público. Fue enronces,aproximadamente,
cuando el escrito¡ y periodista John Fuller, autor de
las ob¡as aEl viaje interrumpido> e <Incidente en
Exeter>,ent¡evistóa Levine y Saunders,pidiéndoles
material para un aftículo con destino a <Look>. De
este modo el asunro alcanzóuna publicidad a escala
nacional.
El dia en que se publicó el núme¡o de <Look>rcon
las sensacionales declaracionesde Fuiler, la NICAp
convocó una conferenciade prensa en T7ashington.
En ella, la NICAP, que era <la única> oryanizición
privada que fue invitada por el doctor Condon a co-
labont con el proyeco de Colo¡adq no acusóa Low
ni a Condon de falta de hon¡adez,sino únicamente
de falta de objetividad.Sin embargq y por exrraño
que parezcq ambos conside¡abanque su modo de
enfocar el problema era eL correco y estabaplena-
mente justificadqpuesroque ambosse hallabancon-
vencidos(por no habe¡ querido examinarel impre-
sionantecúmulo de pruebasque les fue sometidopor
la NICAP) de que los informes sobreO\INI no tenían
solidez alguna.
A pesarde que, segúnlos acue¡dosestipuladosen
eI conr¡aro suscrito en L966 entre la Aviaci1n y la
Universidad de Coloradq el doctor Condon se¡ía el
principal investigador,este científico no se dignó
efectuar ni una sola inuestigaciónd,e cd,rnpo.No en-
trevistó a ninguno de los pilotos, cienríficos,inge-
nieros aeronáuticos,radaristas,técnicosde tor¡e de
control u otros tesrigos competentes,que frgaraban
en los cientos de casosperfectamentedocumentados
sometidospor la NICAP a la Comisión de Colorado.
En cambio, se complacíaenrrevistandoa los <con-
tacteeDmás deiirantes,y a los chifladosque asegura-
ban habe¡ efecruadoviajes en <platillo volanre> en
r42
compañla de venusianasesculturales.En numerosírs
entrevisths concedidaspor el doctor Condon a la
prensa, este científico se mostró muy Poco impar-
cial y lleno de prejuicios en contra de la posible
realidad objetiva de los O\INI. Así, declaró: <Ac-
tualmente, mi actitud es de que no hay nada en el
asunto... auflque no se esPetede mí que alcance
cualquier decisión antes de un año> (Elrnira NY
Sta¡ Gazette,26-I-67). <Esto es como ser jefe de
una brigada de bomberosque sólo respondena falsas
alarmas...Todo esteasuntoes absurdo>(Sun-Herald
de Sydney, Australia, 26-XI-67>. (... No tendría
sentido que comprobásemos los informes rutinarios)
(Rocky Mountain News, 8-X-66). <<Esaltamenteim-
probable que los OVNI existan... Soy un agnóstico,
creo... La opinión según la cual los OVNI son alu-
cinaciones...seráuno de los temasde nuestrainves'
tigación, para descubrirpor qué tanta gente cree vel
cosas))(Denver Post, 8-X-66: estasdeclaraciones se
hicie¡on pocos días despuésde firmar el contrato,
y antes del comienzo oñcial del proyecto, friado pata
el 1.o de noviembre de 1966). Al día siguiente de
estasimprudentesy Poco se¡iasdecla¡aciones, el mis'
mo <Post> de Denver'publicó nuevas afirmaciones
tajantes del di¡ecto¡ de tan <imparcial> investiga'
ción: <Me gustaría saber por qué los astrónomos,
los seguidoresde satélites,los operadoresde tada4
etcétera,no observan nunca O\II\II). Estas palabras
demuestranel total desconocimientoen'que se hallaba
el doctor Condon del problema y su cerrazín mental
ante el mismq Pues Personaspertenecientesa estas
categoríashan visto <objetos no identificados> en
numerosasocasiones:bastecitaÍ entre los astrónomos
a Clyde Tombaugh,descubridorde Plutón, a sir Percy
74j
 'S7'ilkins,
el gran selenógrafq al profesor Hesqi y otros
muchos.
En septiembre de L967,Ia NICAP cesó de envia¡
informes sobre OVNI al proyecq al enterarse de
que había una división interna en el mismo: el
docto¡ Condon y el coordinador Low se hallaban evi-
dentemente dispuestos a lTegar a una conclusión ne-
gativa, mienrras que la mayoúa de los científicos,
ent¡e los que se contaban Levine y Saunders, se
oponían vivamenre a elLa. En una visita efectuada
a la sede del NICAP, Low admitió la exisrencia de
grandes discrepancias en el seno del proyecto. En
presencia del mayor Keyhoe y del subdirecror, señor
Lore, confirmó que el docto¡ Condon no había efec-
tuado <rni una sola investi gación de campo> ni había
sentrevistado a un solo restigo comperenre>,añadien_
do: <Si hoy tuviese que redactar un informe, las
conclusionesserían negativas>.
EL L4 de noviembrq el mayor Keyhoe envió una
lista de pregunras al docto¡ Condon y a míster Low,
afirmando que la NICAP continuaría enviándoles
casos si las respuestas dadas a las pregunras eran
satisfacto¡ias. Entre otras cosas,se pregunraba al doc-
tor Condon si se proponía efectuar investigaciones
sob¡e el rerreno de algunos casosimportantes, si había
examinado alguno de los cenrenaresde informes so-
metidos por la NICAP, y si el proyecto era verdadera-
mente objerivo e imparcial, según habían afi¡mado
los altos funciona¡ios de la Universidad, la Aviación
y el propio docto¡ Condon.
Tanto el docto¡ Condon como Low se negaron a
responder a este cuestionatio.
Poco después de estq Keyhoe recibió confidencial_
mente una copia de las proposiciones someridas por
Low a Thu¡ston Manning, vicepresidente de la Uni-
L44
ve¡sidad de Coloradq parte de cuyo memorándum
he citado anterio¡mente. Hemos visto ya cuáles fue-
ron las opiniones expuestaspor Low en este reveladot
documento, a pesar de que el cont¡ato firmado por
Manning y el doctor Condon con la Aviación com-
prendía el siguiente párrcfo: <<Lalabor se desarro-
llará en condiciones de la más rigurosa objetividad
por parte de investigadotes que, tan cuidadosamente
como pueda dete¡minarse,no tengan predileccionesni
posicionespreconcebidasen la cuestión de los OVNI.
Esto es esencial si el público, el Congreso, el presi-
dente de los EstadosUnidos y la comunidad científica
tienen que tener confranza en este estudio>.
Y nosotros preguntamos: ¿se ha cumplido esta
condición? Sinceramente,creemos que no. El debate
sobre los OVNI sigue abierto, Pues.
Deseo terminar citando unas palabras del gran
investigador europeo Aimé Michel, en carta recibida
recientemente,que traduzco: < ¿Has leído el info¡me
Condon? Es un admirable trabajo, que hará época en
la historia de los OVNI. ¡Qué lástima que Condon
no lo haya leído ! Esto Le habría evitado decir ton-
te¡ías como la de que "no hay evidencia... la expli-
cación extratelrestre no está demosuada.. ' es la me-
nos ve¡osímil", etc. A menos que Condon no sea un
héroe que se ha sacrificado para hacet penetrar la
prueba definitiva de los O\fNI en los medios más
refractarios,so capa de refutación...>
T4'
 ApÉNprcB

DIEZ AÑOS DESPUE,S

En el momento de esoibir este Apéndice (mayo

de L979) han transcurrido diez años desde la primera
publicación de PROCESO A LOS OVNI y casi trein'
ta y dos desde la célebre obsetvación de Kenneth
Arnold, que obsequió al mundo con un nombre tan
absurdo como el de <platillo volante>>'Esta denomina-
ción, en opinión mla, ha contribuido grandemente a
que la ciencia se desentendiesedel problema. ¡Quién
querrla estudiar algo tan ridículo como un <platillo
volante>>!
El nombre (o sigla) con que las Fuerzas Aéteas de
los Estados Unidos empezarona denominar el fenóme-
no (UFO : Unidentified Flying Object, luego radu-
cido al castellano: OVNI, o sea Objeto Volante No
Un científico ya
Identificado), ya parecla más <<serio>.
no hace el ridículo estudiando OVNIS, y así lo han
comprendido muchos que, de estudiar el problem4.en
secreto, han pasado a estudiarlo abiertamente o casi.
Durante mucho tiempo se pensó que la observación
de Kenneth Arnold había sido única. Peto la labor
incansablede un estudiosoprivado, Ted Bloecher, que
durante varios años recorrió el inmenso territorio nor'

L47
 teamericanoa 1o largo y a lo ancho, consultando pol_
vorientas coleccionesde periódicos aüasados,entrevis_
tando a testigos del año 1947 que aún vivían, y reu_
niendo una importante documentación inédita, permi-
tió que saliesena la luz varios hechos sorprendentes.
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¡! n!eagan 33h SSH R Ee SR 3$ sF
Primero: que la observaciónde Arnold no había sido
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única, ni mucho menos.Segundo:que los testigosdes_ ÉF ¡
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cribían todos más o menos lo mismo, y tercero, que E

nos hallábamospor primera uez ante Io que luego los sq ?-at : . I

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ufólogos llamaúan una <<oleada>>. ,i I E; E

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Pero de todo ello ya me ocupo en mi libro, y si 1o sn J9

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saco a colación nuevamente es para indicar que, con EEagxxaEEEBÉÉ58888
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la perspectiva que nos dan esos treinta y dos años,
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hemos podido ver que el fenómeno <oleada>> se repe_
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tia una docenade veces...y coincidiendocasi siempre 6ó o

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con las oposicioneso mínimas distanciasTierra_Marte. ; z
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En la Tabla adjunta, el lector podrá ver, extendi_
ü> l- É É o ^ <o "ÉPs ñÍYÉpÉ9 :e¡ü
das sobre un período de cien años, una serie de coin_
+ d i: I ¡
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<x i:f 5 ÉÉ; É! ÉÉe ¡ 5
93
cidenciasque sin duda le harán pensar, como 5u
Áz
me han
hecho pensar a ml. El cálculo de probabilidades >U
no
admite como <<azat>> estas coincidencias reiteradas,
Matte, pues, desempeñaun papel prepo¡ds¡¿¡¡s _¡s 3
d9 7
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sabemoscuál- en el drama de los OVNL Sin -
duda óo
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un día 1o sabremos,porque yo, a diferencia de otros I
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investigadores,desalentadostras años y años ¡: E; i ii:
de estu_ €4éssT,q;
diar el elusivo fenómeno, no he perdido la espennza t 9o?

de desentrañat\o, un día. Aunque solamente

conta-
E&
B 4É E É É E ¡ [E l*

mos con nuestra Iógica bivalente, nuesffa lógica

del
,.sír, y el <<no>>,
del <blanco> y el <<negro)>,del <<bue_
no> y el <<malo>> (nuestra <<cochinalógica>>,como la
tachó don Miguel de Unamuno), para enfrentarnos
a
algo que quizá se base en una tógica tri o tetravarente
(de ahí su aparente catácterilógico), yo
creo que con
nuesttas <(armasde a bordo>>lograremos resolver
el
enigma. Soy optimista (por naturaleza),

148 149
 En estos últimos diez años han ocurrido varias cosas
(todas ellas imporranres) en el estudio del fenómeno
OVNI. En España, ha surgido un grupo de investi_ bo

gadoresjóvenes, casi todos ellos universitarios y todos o

ellos muy rigurosos, agrupados en torno a la revista ()

STENDEK, que publica el Centro de Estudios Inrer_ 6d
HO
R fi S
planetarios de Barcelona. Esros ufólogos de segunda hD
6

generacióniban con calzón corto cuando yo publiqué

d! (.) ; '9 H
9-^á ü|1 ó

OBJETOS
DESCONOCTDOS
EN EL CrELO(re6r),
^v^=ghD
.3tr;i
;d6
o
'A c)
obra que, muy ampliada, se habúa de convertir luego gült 8 n 'o
uóYY-
en EL GRAN ENIGMA DE LoS PLATILLOSVo- -o9.3
=€({ E € no
q
6
LANTES, y ha sido traducida al francés y al italiano, O -ú E^
o9 a
junto con orras obras mías (entre ellas, ésta, hoc ; ó ct d^9
PROCE- c .,1' >, O
i,i"
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É
SO A LOS OVNI ) .;:í46 9eh l-r \Ñ
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tr ,.-
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c .J d
u ^! ¡'ñ
Entre el grupo de jóvenes científicos,que se presen_ 6e.- O É
- v=4 AY
VAts
b Iy o ; e ü tr -
taron por primera vez al público en el I Congreso e
- n 9.:-c
-?,3 a*É? d.;i tr
Na_ 2 ?. 'e o É -y
cional de Ufología, que yo organicéy presidí en diciem_ - j vñ 'F c X.9 n
' -É !i .s6' :9 g.H _q ),q<, T g- E 'á
N'A=a
3 k E€ E h I ¡ó=o:
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bre de 1977, hay especialistasen Informática, licen- ;á l N Y-
€ É I
E E U - > ,8 b g g kTq I \J
", -
>,
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ciados en CienciasFísicas,Ingenieros, etc. Todos
ellos €ÉpE. c + E€É dñ= ts
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a
.3ü.
I'lJ
E"E. S ^
J
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forman el Cuerpo de Consultores del CEL Es espe_ q É F.9' t x

gpx É O
un9FN^^ñ -A - - 2aa-
9^-A F
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ranzador vef este interés por el problema entfe .s¿.eiiitEüUü ?. ú- u

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Y. 6.4 O
nues_ --o X ::i.: u .!i =u) ñ
i . : . \ . 9 'F : ¡ ; 1 * ;JJ-F
tros jóvenes y brillantes científicos.A partir de ahora, v- H vH É* - FJ
^ -.9.!?
ya no se puede decir que la cienciase desentiende
del
fenómeno OVNI.
!
Fuera de España, la que durante muchos años fue O !

ür É
la <hipótesis reina>>,la HET o <<HipótesisExratemes_ y 't boóti
^ ñ .s'Á-
q >- o
tre>>,ha ido perdiendo puntos en favor de otras hipó_ E|v :v.;
tesis más sofisticadas.Me comentabael doctor - "
Jacques
Vallée que el número inceíble de casos (según Ga_
llup, 15 millones de norteámericanoshan visto OVNI, z
y según Michel, habúa que evaluar enrre 500.000 y .J

1.000.000 el número de testigos de las pocas sema_

nas que conformaron la famosa oleada francesa de
1954; además,el número de testigos, que parece au_ U

mentar, ha pasado, en el curso de estos últimos diez

1t0 111
 años, del 7 Vo al 11 y el 14 Vo de la población total)
1972 en España,en mi üaducción,en la que su autor
parece atojar serias dudas sobre el origen extraterres_
trata de tender un puente (tenue y fuág1|,ciertamente,
tre del fenómeno. Y añadíaVallée que el número de
con sus propias palabras) entre una fantasía y un
aterrizajesconocidos en rodo el mundo (unos 3.500)
mito: así, bucea en el folklore universal (especialmen-
debería multiplicarse probablemenrepor 10, al menos,
te en el céltico) pan haTlaren él paraleloscon los mo-
ya que la muestra conocida era la punta del <<iceberg>>,
dernos casos de OVNI y especialmentede sus ocu-
dado el carácterinrrínseco del fenómeno (nocturnidad pantes <<humanoides)>, que se pueden identificar -se-
y preferencia por las zonas rurales), que impedía una
gún Vallée- con los gnomos y los farfadets de la tra-
observacióncontinuadadel mismo.
dición rural.
Diré de paso que las famosasleyes enunciadaspor
Por este camino, creo yo, podríamos llegar a cual-
Vallée acetca de los atercizajesse han comprobado en
quier parte. Como ya dije en otra ocasión,este PASA-
todos los lugares del mundo donde se han hecho es_
PORTE no nos lleva a ningún sitio... como no sea,
tudios serios. Así lo señala Vicente-Juan Ballester
precisamente,a Magonia, el mítico país de las leyen-
Olmos (pertenecienteal grupo de los <<jóvenes cientí_ das.
ficos>>españoles)en su obra magisral EL FENOME_
Más enjundia y seriedad tiene, en mi opinión, la
NO ATERRIZAJE, culminación de años de estudios
importantísima obra del doctor Joseph Allen Hynek,
de este aspectoparticular y apasionantedel fenómeno.
THE UFO EXPERIENCE, publicada también en 1972
El propio JacquesVallée, con el escriror
John Keel en los Estados Unidos.l Esta obra, verdadero <<Ma-
y parte del <staff>>de la importante revista inglesa
nual del Ufólogo> (con este mismo título, Alberto
especializadaFLYING SAUCER REVIEST, es respon_
Adell Sabatésha publicado un libro muy esrimable
sable de la preponderancia alcanzadaúltimamente por
entre nosotros; Adell es miembro del Consejo Con-
el enfoque psicológico e incluso parapsicológico del
sultor del CEI ), es un serio intento por introducir
fenómeno. Sin negar la realidad <física> del mismo.
una metodologíaen el estudio del fenómeno.De ella,
Vallée y sus seguidores(véasesu obra Le Collége inui-
sible) postulan la existencia de una <<componente psí- 1. Yo he intentado varias veces convencer a diversos
quica>>muy importante en aquél. En mi opinión,
es- editores españolespara que publicaran el libro fundamen-
tas tendencias psíquicas pueden explicarse en parte tal de Hynek. No lo conseguí, Guiados por un criterio
por cansancio de los investigadores veteranos, erróneo, muchos editores prefieren publicar obras sensa-
al ir
transcurriendo los años sin que nos aporten respues_ cionalistas y superficiales sobre el tema, sin darse cuenta
de que 7a realidad, aliada con el rigor científico, resulta
tas concretas.Por otra parte, todo lo que ellos pos_
mucho más apasionante que cualquier mala novela de
tulan pudiera explicar por una super-tecnología,sin ciencia-ficción<platillista>>,o las elucubracionesde un se-
acudir para nada a explicaciones <<sobrenaturales>>. ñor que todos los días toma café con los <<extraterrestres)>,
Prueba de este <<cansancio>> y del deseo de hallar nue_ confundiendo sus deseos con la realidad. Quienes no se-
pan inglés y deseen leer este libro, tendrán que acudir a
vos senderos de investigación lo tenemos en la obra
su Íaclucción francesa,o italiana... o esperar a que nos
de Vallée PASAPORTE A MAGONIA, publicada Ilegue en una mala traducción sudamericana.
en

152
153
 y de Hynek, es la famosa clasificaciónde los Encuen-
tros Cercanos en primero, segundo y tercer tipo. El
Encuentro Cercano del Tercer Tipo (Close Encounter
of the Third Kink) sirvió de título a la película de
Steven Spielberg, de gran resonancia mundial (pero
en la que campea excesiva fantasia), título mal tra-
ducido en la versión española;ENCUENTROS EN LA
TERCERA FASE, sin tener en cuenta que <<fase>> pre-
supone una intencionalidad que no estaba en el áni-
mo de Hynek señalar, en su clasificación puramente
metódica.
El doctor Hynek (que algunos han llamado el <<Ga-
lileo de los OVNI>) es un ejemplo de científico con-
vencido por los datos, Yo he dicho muchas veces que
el problema OVNI es un problema de información.
Los <escépticos>> (que se reclutan en todas las clases
sociales,y naturalmente también entre los científicos)
suelen ser señoresque no se han tomado la molestia
de echar una ojeada al <<dossier>>. Los hechos no les
interesan:suelen vivir de prejuicios.Lo que hay que
hacer con los hechos es amoldarlos a sus teorías pre-
concebibles,y oo al contrario. Cuando una cosa <(no
puede ser>>, sencillamente<(noes>. Pues bien: Hynek
se pasó veintidós años, como <<consultant on UFOs,>
pata la Aviación norteamericana, viendo <<hechos>>.
Más de 12.000 casosde OVNI pasaronpor sus ma-
nos, de los que restó un remanente de inexplicables
(<hard core cases>>) superior a los 700. Este fue el
<<caminóde Damasco>> de un sabio hasta entonces es-
céptico a machamartillo. Y así fue como este distin-
guido astrofísico especialistaen galaxias llegó paulati-
namente al convencimiento de que, con los OVNI, la
Ciencia se enfrentaba a un problema capital. Suyas
son frases tan sustanciosascomo la de que la Cien-
cia <<sufrede provincianismo temporal.. . > y olvida
154
que <<existiráuna ciencia del siglo xxr y aún más una
ciencia del siglo xxx>.
Actualmente el doctor Hynek dirige el CUFOS (Cen-
ter for UFO Studies) en Evanston, Illinois, y prota-
gonizó, junto con Vallée, el doctor Claude Pohet y
el desdichado Sir Eric Gairy, primer ministro de la
pintoresca isla antillana de Granada, un intento por
llevar los OVNI a la ONU. Como es sabido, Sir Eric
fue defenesuado (simbólicamente)y el asunto acabó
en agua de borajas. Yo conocl a este polítíco de taza
negra en el I Congreso Internacional de Ufología ce-
Iebrado en Acapulco (Edo. de Guemero, México), en
abril de L977, que reunió a los principales investiga-
dodres mundiales del fenómero, y ya entonces dije
que me parecía conüaproducenteque fuese un peque-
ño y turístico estado del Caribe el que abogara por
los OVNI en la ONU. Los hechos han parecido dar-
me la ruzón.
He citado al doctor Claude Poher. El doctor Poher
es un ingeniero francés, del Cenue National d'Etudes
Spatiaux de Toulouse (CNES), y presidió hasta fecha
reciente el GEPAN, primer organismo oficial euro-
peo, formado por científicos, que estudia los OVNI
con el beneplácito de su Gobierno (en este caso el
Gobierno francés). Actualmente dirige el GEPAN el
doctot Esterle.
Pero no se puede terminar este apéndice sin aludir
a un hecho importantísimo: el que yo llamaría <<im-
pacto psico-religiosodel fenómeno OVNI en la socie-
dad>. En efecto: en estos últimos diez años hemos
visto surgir <<unpeu partout>>grupos, grupitos y gru-
púsculos que dicen estat en contacto con los <<extra-
terrestres> y recibir mensajes telepáticos de los mis-
mos. Desde la <Misión Rama>> a los adeptosdel IPRI
peruano, pasando por el signore Siragusa,su <<Frate-
155
 llanza Cósmica> y los practicantes de la Oulja, la
Me observaban mis quefidosamigost,l .1,,,t,'r 1,.,fi
psicografía y las psicofonías, centenaresde semejan- ( ir.rrr,t¡rrt'
ménezdel Oso y el parapsicólogo .forrt¡rrírr
tes nuestros se comunican con la mayor naturalidad
hoy, en las sesionesespiritistas,Ítl)rllt'tt.rr t :r.l.r vr'/.
con los <(extrateftestres>>,
reciben mensajesmesiánicos menoslos <espíritus>y cada vez más los ..,.xt r;tt{.tr(.s
L o efectúan viajes (astraleso no) a Ganímedes (plane- tres>>. ten(ltrítr(lu( :r((),'(.1'
A este paso,los <<espíritus>>
toide muy de moda actualmente; esperamosver orga-
se al subsidiode pato, y setá ya larísirrr,)( ',rr.,{ l,uil
nizados pronto viajes <charter>>al mismo, para los
invocar a Napoleón (antes solicitadísinr{l)rr rrr.r ,1,.,.s
infelices investigadoresque no <<noscomemos un ros-
tas sesiones.Lo más probable es que ircrr.l:rA:'l¡trrl
co)>extraterrestre).
Sheran-aun sin llamarlo- u otro <<guía> tlt. t.:,tir¡,t.
¿Qué hay detrás de rodo este rearo? Como es sa- <<extfaterfestre)>,
bido, el primer <<profeta>> de los extraterresffes fue Así están las cosas,en los umbralesde Irr ,1,:,,r,lrr
el fallecido George Adamski. Desde 1.952 acá,su <<ve-
de los 80 (ia del fin del mundo, según varios ¡rrolt'
nusiano rubio y bondadoso>>ha tenido abundante
tas catastrofistas,que también tienen mucha rrutlit.rr
descendencia. Sus hijos (o acasonietos) se llaman aho-
cia, y por las mismas razones).Pero entfetaltto los
ra Ashtar Sheran, Adoniesis y otros nombres igual-
OVNI se siguen viendo, siguen atetizando, slrs ocrl
mente bellos y <<terrícolas>>.En realidad, y en mi mo_ pantes se dedican a recogermuestrasde la vegctacitirr
destísima opinión (yo tengo que usaf mis propias
y del tereno, de vez en cuando <<raptan)> a un tcrrí-
neuronas, pofque no tengo la suerte de recibir men_
cola, o a una parcja de <<terrícolas>>, que luego dc-
saiesextraterrestres) creo que, como he dicho al prin_
vuelven üas haberlos examinadosminuciosamentey
cipio, se üata del ímpacto que ha tenido un fenómeno
haberles borrado el recuerdo del episodio de su mc-
real y bien real, en una sociedaden crisis, una socie-
moria, y los gobiernos de este mundo siguen hacien-
dad faka de fe, una sociedad en la que (a semejanza
do oídos de mercader y practicando la sana política
de lo que ocunió en las posrrimeríasdel Imperio Ro-
del avestruz. No pasa nada, nadie ve nada, no ocurre
mano, otra época de decadenciay corrupción) flore_
nada. En cualquier momento y en cualquier lugar del
cen los cultos y las sectas oríentales (Isis y Mitra
planeta, un OVNI se posa brevementeen el suelo,
entre los romanos, y el propio Cristianismo,que en
un radar lo capta en el cielo, o un asombradoterres-
realidad era también un cuho oriental), el yoga, los
tre lo ve pasar sobre su cabeza.Pero no ocurre nada.
Maharishis más o menos de guardarrcpia, la medita_
No pasa nada.
ción trascendentaly la que no lo es tanto, etc., junto
con los EXTRATERRESTRES que vienen a salvar_
nos de la bomba atómica (BAN THE BOMBI), de la podría dar lugar a un libro. De hecho, ya lo ha dado: se-
contaminación del desastre ecológico, y de nuestra gún me escribió Jacques Vallée a mediados de 1978, él
propia mala cabezagenerally speaking.l estaba preparando un libro sobre, precisamente,este mis-
mo tema: el impacto social del fenómeno OVNI. No sé si
el libro se ha publicado ya, simultáneamente en USA V
1 . Et <<impacto>>
del fenómeno OVNI en la sociedad Francia, como me anunciaba Vallée.

156
1,57
 ¿Hasta cuándo, Señor?
Por lo menos. hasta la próxima edición de este
libro.
CRONOTOGÍA DEL FENÓMENO <OVNI¡o
San Feliu de Codines,
HITOS MÁS IMPORTANTES EN LA HISTORIA
Mayo de L979.
DE LOS (NO trDENTIFICADOS¡I

6000 a. de J. C.: El <marciano>del Tassili (Sohara).

1500 a. de J. C.: <Discos de fuego> cn cl Papiro
Tulli (Tutmosis III).
1000 a. de J. C. (?): Visión de Ezequicl- Vinanas
en la India.
L a. de J. C.: Roma: Cliqei ard.entes.
Siglos vI al xI: Dragonesool'amtes en cl folklore rne-
dieval europeo.
Siglos xI al xvr z Dragones aolantesen la China y el
Japón.
L897 El <airshipr (nave aérea)de Texas.
L944 Los <foo-fighters>de la SegundaGuerra Mun-
dial.
1946 Los <bólidosr de Escandinavia.
L947 La observaciónde Kenneth Arnold (24 de junio)
y la oleada norteamericana.
> En agosto, el pintor R. L. Johannis vc e dos
<humanoides>en Carnia.
D El 30 de diciembre, James Forestal, Secretario
de Defensa de EE.UU., creala prirnera Comisión
Oficial de encuestasobre OVNI.
1948 El 7 de enero, el capitán Mantell mucre perai-
guiendo a un OVNI en su avión de cazaF.Jl.
D El 24 de julio, un DC-3 de línea, en vuclo sobre
Alabama (EE.UU.), estáL punto de chocar con
un OVNI fusifo¡me. ^

158 L'9
 1948 Ciyde Tombaugh,astrónomodescub¡idorde plu-
tón, ve un OVNI desde su casa de Las Cruces
(Nuevo México).
> <Combate> del teniente aviador Gorman con
un OVNI sobre el aeródromo de Fargo (Dakota
del Sur).
1949 La USAF ordena a sus pilotos: <Intercept but
don't shoot! > (Interceptadlossin disparar).
1950 <Oleada> española,coincidiendo con la oposi_
ción de Marte (fines de marzo).
l95I Las <lucesde Lubbock>. ¿Escuadrillade OVNI
en fo¡mación?
1952 <Crisis de julio> y observaciones visualesy con
eI ndat sobre el aeródromo de rVashington,
D. C. - Conferencia de prensa del general
Samford y (explicación> del profesor Menzel.
> Keffel y Martins hacen cinco f.otografíasde un
OVNI gigantescosobre Río de Janeiro. La USAF
adquiere los negativospor 20.000 dóla¡es.
> En diciembre empiezanlos supuestos(contactosD
de Adamski.
19ri En enero se reúne la Comisión Robertson.Cláu-
sula de descrédito impuesta a la Aviación por
la CIA, y mantenida en secreto hasta 1966.
1954 (OleadaDfrancesa(agosto-octubre)con centena_
res de (aterrizaies) acompañadosa veces de
<humanoides>.Michel formula la Ortotenia. Es_
tudios estadísticosde Valtée.
1955 2L de agosto: El espeluznantecaso de Kelly_
Hopkinsville (EE.UU.): asedio de una casa de
campo por <humanoides>.
1957 15 de octubre: Caso del b¡asileñoAntonio Vi-
llas B6as. ¿Experimento genético con un te_
rrestre?
1958 16 de enero: Fotografíastomadasdesdeel ll_
mirante Sald.anha,buque oceanográficode la
Armada b¡asileña: OVNI en forma de Saturno.
160
Refrendada su autenticidad por cl Prcsidcntc
Kubitschek.
1961 1.o de septiembre: <Viaje intcrrumpido> dc
Barney y Betry Hill.
1963 21 de octubre: <Asedio>de una cas¡rsoliraria
por una escuadrillade seis discos c¡r 'l'runcls
(provincia de Tucumán, Argentina).
1964 Aterrizaje de Socorro (Nuevo Móxico), ,lt'l 24
de abril.
> Encuentrode Gary Vilcox con dos <ht¡llr:rnr¡i-
des> y un aparatosimila¡ en Nueva Jcrsl'y.
) 1.o de mayo: Incidente de Cisco Grovc (C.ali-
fornia), con intervención de humanoidcsy (ro-
bots> agresivos.
> Richard Hall publica Tbe UFO Euid.cnccprra
Ia NICAP.
1965 1.o de julio: Encuentro de M. Massc c<>nrlt¡s
humanoides en Valensole (Bajos Al1>cs fran-
ceses).
> 3 de julio: Observaciones por personalcicntí-
fico en tres basesde la Antártida. Foto.r;rrrfías
en color de un eno¡me OVNI.
> 3 de septiembre: <Incidenteen Exctcrr: co-
miemzauna <minioleada>en New Hampshirc,
EstadosUnidos.
1966 Abril: Persecuciónde un OVNI en trtavcnna
(Ohio) por dos cochespatrulla de la Policía.
) El profesor McDonald decideexaminar dc ccrca
la cuestión de los OVNI.
1967 1.ode junio: VED (Vehículo ExtraterrestreDi-
rigido) de San José de Valderas (Madrid). Dos
series fotogúfi,cas; huellas d.e atenizaje; prue-
bas materiales; docenasde testigos.
> Junio: Constiruciónde la Comisión de Encues-
ta rusa.
> Agosto: Disolución de la Comisión de Encues-
ra ¡usa.
r6L
 1,967 Agosto: Publicación, por Charles Bowen,
de r979 Abril. I Simposium Nacion¿rlrlt' lllolrrp,hten
<<TheHumanoids> (Los Humanoides), número
Madrid. Creceel interés poprrlrrr'¡ror r.l tcrrtrr.
especialde la FSR inglesa,despuéstaducido al
español (Pomaire).
L968 29 de julio: Simposium sobre <Objetos Volan_
tes No Identificados>>
anre el Comité de Ciencia
y Astronáutica de la Cáman de Representantes
de EE.UU. Importantes comunicacionesde los
profesoresHynek, McDonald, Sagan,Hall, Har_
der y Bakef, enüe otfos.
1,969 Se hace público el veredicto (aparentemente
ne_
gativo) de la famosa <<ComisiónCondon>, de
la Universidad de Colorado (EE.UU.). pero las
observaciones continúan...
1973 <Año de los Humanoides>> en USA, coincidien_
do (y van...) con oua oposiciónde Marte.
Abducción de Dionisio Llanca, en Bahía Blanca
(Argentina). El testigo es somerido
a hipnosis
y marcoanálisis por un equipo de ocho facul_
tativos.
Caso de abducción en pascangola(USA).
1974 Final (en mayo) de oleada españolainiciada
en
noviembre del año anterior.
1977 Diciembre. I Congreso Nacional de Ufologla
en
Barcelona.
1978 A comienzos del año (en oposición con Mar_
te), nueva oleada española.
Octubre. I Congreso Ibérico de Ovnilogía en
Oporto (Portugal). Los portuguesesse empie_
zan a intercsar por los OVNIS. Aparecen libros
y revistas...
Junio. I Congreso Mediterráneo de Ufología en
Barcelona con destacadosinvestigadores mun_
dialés.

162
ró3
 fNDIC E

Prólogo. 9
Prefacio L3
I Los <OVNI> en la antigüedad L5
II. Posibilidadesde vida en el Universo 29
III. Comienzael períodocontemporáneo. 43
V[ Kenneth Arnold y la aoleada>de
1947 51
La <oleada>f¡ancesade L954 ,9
De la Ortotenia de Michel a las Es-
tadísticasde Vallée- I 69
VII. De Ia Ortotenia de Michel a las Es-
tadísticas de Vallée - II 83
VIII. Algunos casosreveladores 95
IX. ¿LosOVNI, problemapolítico y
litar más que científfco?, r13
X. Los OVNI en la URSS . L2l
XI. Las Organizaciones Civiles L29
XII. La comisiónCondon,última ((cortlna
de humo> L39
Apéndice r47
Cronologíadel fenómeno<OVNI¡r 159
Esta otrraconstituyeuna visión ágil y di-
námica de uno de los más irritantes y
desconcertantes enigmas actuales:el de
los mal llamados que
"platillos volantes)>,
no seresignana desaparecer de la crónica
y Que,pesea todos los veredictos
"defini-
tivos'> de la Ciencia oficial, siguen
obsesionando con su fantasmalpresencia
el espíritude los habitantesdel planeta.
Antonio Ribera nos demuestrade manera
inequívocaque se trata de un fenómeno
quetraspasael ámbito de la conjetura.
El autor nació en Barcelona en 1920.Su
bibliografía comprende más de treinta
otlras y un centenar de traducciones.
Fundadordel CRIS en 1953.v del CEI en
1958.

DOPESA
I

¡u

G R U POMU N D OD E E D IC ION E S -