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CAPÍTULO X.

El derecho familiar y la familia


Autora: Yudelka Padilla
Objetivos
1. Definir el Derecho Familiar.
2. Identificar la naturaleza jurídica del Derecho de Familia.
3. Verificar el ámbito de estudio del Derecho de Familia.
4. Conocer las características del Derecho de Familia.
5. Definir la familia.
6. Conocer la evolución de la familia como institución jurídica.
7. Identificar los elementos constitutivos de la unión marital de hecho.
8. Reconocer la unión marital de hecho como fuente de la familia.
9. Valorar la protección de la familia.


Esquema del contenido del capítulo X

10.1 ¿Qué es el Derecho Familiar?


10.2 Naturaleza jurídica del Derecho de Familia.
10.3 Características del Derecho de Familia.
10.4 Objeto de estudio del Derecho de Familia.
10.5 ¿Qué es la familia?
10.5.1 La familia en sentido jurídico.
10.5.2 Origen y evolución histórica de la familia.
10.5.2.1 ¿En qué consistió la familia “legítima”?
10.5.2.2 ¿En qué consistió la familia “ilegítima”?
10.6 La familia de hecho o consensual como fuente de la familia.
10.7 Constitución de la familia.
10.8 Elementos constitutivos de la unión marital de hecho.
10.9 Protección de la familia.
10.9.1 El Bien de Familia inembargable.
10.9.1.1 Protección contra el abandono de la familia.
10.9.1.2 Protección a favor del cónyuge, los ascendientes
y descendientes dependientes de pensión alimenticia.
10.9.1.3 Atentados al ejercicio de la autoridad del padre
y la madre.

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Orientaciones para el estudio del capítulo x

El contenido del presente capítulo abarca la definición del derecho fami-


liar; naturaleza jurídica del Derecho de Familia; características del Derecho
de Familia; objeto de estudio del Derecho de Familia; definición de la familia;
la familia en sentido jurídico, origen y evolución histórica de la familia, en
qué consistió la familia “legítima” y la familia “ilegítima”. También la familia
de hecho o consensual como fuente de la familia; constitución de la familia;
elementos constitutivos de la unión marital de hecho; pruebas de la unión de
hecho; protección de la familia; el bien de familia inembargable. Además, la
protección contra el abandono de la familia; protección a favor del cónyuge;
los ascendientes y descendientes dependientes de pensión alimenticia; ade-
más, los atentados al ejercicio de la autoridad del padre y la madre. A partir
de estos subtemas se ha definido algunos objetivos que se pueden lograr a
través del estudio de los contenidos.
Al final del capítulo el lector cuenta con un resumen en el que se tocan los
aspectos más relevantes del tema; así como la bibliografía específica relacio-
nada con el contenido tratado, textos éstos recomendados para que el lector
profundice más su estudio.
Luego están las actividades y ejercicios de autoevaluación diseñados y ela-
borados en base a los objetivos perseguidos, los cuales deben ser desarrollados
de manera autónoma, y posteriormente cotejar con las respuestas a los ejerci-
cios del capítulo que se encuentran al final de esta obra, para fines de realizar
una autoevaluación y de esta forma medir los resultados alcanzados; además
retroalimentar los conocimientos.

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10.1. ¿Qué es el Derecho Familiar?
El Derecho Familiar es el conjunto de normas jurídicas que regulan las re-
laciones personales y patrimoniales de los miembros de la familia entre sí y en
relación a los terceros, así como las instituciones familiares.
Capitant, H. (1930, p.208) considera que el derecho de familia comprende
“por oposición a los patrimoniales, el conjunto de derechos que tienen por objeto las
relaciones de familia (patria potestad, potestad marital, tutela, etc.)”
Si bien el derecho de familia no es de carácter pecuniario, algunos autores
modernos reconocen la existencia del patrimonio familiar, el cual es de gran
importancia dentro de las relaciones familiares.

10.2 Naturaleza jurídica del Derecho de Familia


Para algunos autores el Derecho Civil y el Familiar se enmarcan el Derecho
Privado, ya que el Derecho Civil regula las personas y sus derechos.
Ya algunos autores clásicos del derecho francés se habían ocupado de iden-
tificar la naturaleza jurídica del derecho concerniente a la familia. Mazeaud,
et al. (Pág. 5) habían considerado: “Los juristas han comprendido que existe un
derecho familiar, rama distinta del derecho civil.”
Más adelante, continúan estos expresando: “El término de la evolución será
promulgar un Código de la familia, que reunirá todas las reglas del derecho privado y
de derecho público consagradas a la familia.”
Los hermanos Mazeaud consideraban el Derecho de familia como un tercer
género de derecho, es decir, una rama distinta del derecho público y del dere-
cho privado, pero que contiene reglas de ambos.
Éstos consideran que el Derecho de Familia tiene su propia naturaleza jurí-
dica: no es privado ni público, tampoco civil sino que es una nueva rama de la
ciencia del Derecho que posee singulares características.
El Derecho de Familia es mixto, ya que contiene normas de naturaleza pri-
vada y pública, y la garantía del cumplimiento de muchas de éstas cuenta con
la protección e intervención del Estado.
Muchas de las infracciones a las regalas del derecho familiar son sancio-
nadas penalmente, ya sea con prisión, multa o ambas a la vez. Es por ello que

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en gran parte de los procesos concernientes al este derecho interviene el Mi-
nisterio Público. Y es lógico, ya que siendo la familia la base de la sociedad y
siendo el Ministerio Público el representante de la sociedad y del Estado, en
los procesos judiciales, sería inconcebible el conocimiento de dichos procesos
sin el requerimiento o la intervención de dicho representante.
Para citar algunos ejemplos, muchos países de Latinoamérica, entre los que
se pueden citar Costa Rica, Argentina, Bolivia, Honduras, Chile, Colombia y
Venezuela, han admitido que existe distinción entre el Derecho civil y el de
familia, y han creado un código de familia y tribunales especiales para conocer
los casos referentes a dicha materia.
En la actualidad, en República Dominicana, existe la propuesta de un Códi-
go de Familia. En dicho anteproyecto se pretende reunir todas las disposicio-
nes referentes al Derecho Familiar, así como la creación de salas especiales que
conozcan los casos de esta rama del derecho.

10.3 Características del Derecho de Familia


El derecho familiar presenta una serie de características que lo distinguen
de otras ramas del derecho; entre las principales se pueden citar las siguientes:
a) El predominio del interés social por encima del individual; lo que trae
como consecuencia la creación de normas de orden público.
b) La restricción a la autonomía de la voluntad;
c) La regulación de las relaciones de familia, como los derechos-deberes,
un ejemplo es la autoridad parental;
d) Son derechos irrenunciables.
e) Son inalienables,
f) Intransferibles
g) Imprescriptibles.

En cuanto a los procesos relacionados con el Derecho Familiar, es impor-


tante destacar que poseen influencias ético-religiosas; son de carácter confi-
dencial (por lo que derogan el principio de publicidad de los procesos); además,
aplican normas de orden público.

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10.4 Objeto de estudio del Derecho de Familia
El Derecho Familiar tiene un objeto de estudio propio: La familia, y dentro
de éstas las relaciones jurídicas, las cuales están sometidas al orden público,
aunque no constituyen un organismo del Estado, sino una institución civil.
Los sujetos de estudio de la familia son los integrantes de ésta: cónyuges,
hijos, abuelos, padres, hermanos, madres, primos, divorciados, adoptantes,
adoptados, concubinos, emancipados, incapacitados, discapacitados, ausentes y
desaparecidos, desheredados, herederos, etc. Dichos sujetos se rigen por prin-
cipios jurídicos y normas de orden público.
Por ejemplo, en el caso del matrimonio si bien es cierto que ambos cónyu-
ges expresan su voluntad de casarse, esto no le faculta a manejar a su antojo
las normas que regulan los efectos del matrimonio. No pueden contratar bajo
términos particulares sino que deben sujetarse al mandato de la Ley.
Asimismo, para la disolución del matrimonio no basta la voluntad de los
esposos, estos no pueden acordar bajo un contrato poner fin al vínculo matri-
monial, sino que debe someterse un procedimiento ante un Juez competente,
que es quien decidiría si procede o no dicha disolución.
Estas normas concernientes al Derecho de Familia no están sujetas a la
libre voluntad de las personas, como ocurre en el Derecho Civil o Privado
sino que son impuestas por el Estado, es decir, son de carácter obligatorio.
Sin embargo, en materia civil, las convenciones legalmente pactadas tienen
fuerza de Ley para aquéllos que la han convenido (artículo 1134 del Código
Civil) por ejemplo, en un contrato de mandato, de arrendamiento, de com-
praventa, etc. las partes discuten las condiciones de la ejecución y del pago,
y esto en nada afectaría al orden público, ya que es meramente de carácter
privado.

10.5 ¿Qué es la familia?


Según cita Petit, E. (1961, p. 93), en el antiguo derecho romano, se entendía
por familia “la reunión de personas colocadas bajo la potestad o la manus de un jefe
único.” Es decir, una agrupación de personas que se encontraban bajo la autori-
dad del paterfamilias, que era el jefe de la familia (patria potestad) o, en el caso
de las mujeres casadas, bajo la autoridad del esposo (la manus).

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Esto porque en Roma la familia era patriarcal, es decir, se caracterizaba por
el dominio del padre o del abuelo paterno, quien era el jefe de la familia y se
consideraba dueño de las personas que estaban bajo su potestad.
Para Capitant, H. (1930, p. 276) la familia es el “grupo de personas unidas por
matrimonio, parentesco o afinidad, y entre las cuales existen derechos y deberes jurí-
dicamente sancionados (patria potestad, autoridad marital, obligación alimentaria,
derecho sucesorio)…”
En Francia, Mazeaud, et al. (1960, p. 6) consideraron, en sentido estricto,
que la familia es “la colectividad de personas que viven bajo el mismo techo y los
mismos recursos”
En sentido lato, Mazeaud, et al. (1960, p. 7) consideraron que la familia es
“la colectividad formada por las personas que, a causa de sus vínculos de parentesco
consanguíneo o de su calidad de cónyuges, están sujetos a la misma autoridad: la ca-
beza de familia.”
Esta última definición de los hermanos Mazeaud, se asemeja al concepto
de familia que tenían los romanos, sobre todo en cuanto la autoridad ejerci-
da a causa de la calidad de cónyuge, ya que en el derecho francés (derivado
del romano) se consideraba la mujer como dependiente de la potestad de su
marido.
Actualmente, en la República Dominicana, la familia se encuentra definida
en el artículo 55 de la Constitución, según el cual la familia es “el fundamento de
la sociedad y el espacio básico para el desarrollo integral de las personas. Se constituye
por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de
contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla.”
De igual manera, el artículo 58 de la Ley 136-03 define que “se entiende por
familia el grupo integrado por: a) El padre y la madre, los hijos (as) biológicos(as),
adoptados(as) o de crianza, frutos de un matrimonio o de una unión consensual; b) El
padre o la madre y sus hijos e hijas; c) Los cónyuges sin hijos e hijas; d) Los des-
cendientes, ascendientes hasta el cuarto grado de consanguinidad (padres, hermanos y
hermanas, abuelos, tíos, primos).”

10.5.1 La familia en sentido jurídico


El Código Civil no define la familia, ni siquiera ha dedicado ningún título a
ésta; sino que se limita a regular el matrimonio, que para el legislador de dicho
código es la única fuente de la familia. Por lo tanto se descartó la existencia

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de algún vínculo jurídico proveniente del concubinato, excepto las relaciones
jurídicas entre “hijos naturales” y sus padres.
Para el legislador de dicho código sólo existía la familia legítima, nunca fa-
milia natural, a diferencia de la filiación que sí podía ser “legítima” y “natural”.
La adopción tampoco era considerada fuente de la familia, por lo que sólo
producía efectos en el ámbito de la filiación; es decir, mediante la adopción se
creaban relaciones entre padres e hijos.
En la actualidad el concepto de familia no depende la fuente que la origine;
del artículo 58 de la Ley 136-03, inciso a) se deduce que la fuente de la familia
puede ser un matrimonio o una unión consensual.
Asimismo, la parte in fine de artículo 55 de la Constitución de la República
Dominicana aclara que la familia “…se constituye por vínculos naturales o jurídi-
cos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la
voluntad responsable de conformarla.”

10.5.2 Origen y evolución histórica de la familia


Según expresa Petit, E. (1961, p. 93) “se entiende por familia o domus la reu-
nión de personas colocadas bajo la potestad o la manus de un jefe único. La familia
comprende, pues, el paterfamilias, que es el jefe; los descendientes que están sometidos a
su patria potestad y la mujer in manu, que está en una condición análoga a la de uns
hija (loco familia)”
Es decir, el rasgo dominante de la familia romana era el régimen patriarcal,
que se caracterizaba por la autoridad del padre o del abuelo paterno, que era
el paterfamilias.
Los descendientes de los patres eran los patricios; sin embargo, a estos se
agravan grupos de clientes, los cuales aunque no tenían ningún vínculo de con-
sanguineidad con los patricios, se encontraban bajo la protección de éstos.
Existían dos tipos de familia: la familia cognaticia, que provenía del paren-
tesco natural, es decir, personas descendientes unas de otras o de un autor
común (hijos, descendientes, padres, abuelos, hermanos, tíos, primos, etc.) y la
familia agnaticia que compuesta por las personas que estaban bajo la potestad
paterna o la manus del jefe de familia.
Las uniones lícitas o justas nuptias eran las fuentes de la familia, y al igual
que en Roma, así fue adoptado por Francia, en donde se consideró que las
uniones consensuales no eran fuente de la familia.

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Sin embargo, a pesar de la exclusión social y del carácter inmoral y peca-
minoso con el que se consideraban dichas relaciones, había quienes se unían y
convivían en este tipo de relaciones y además procreaban sus hijos como una
verdadera familia.
Los hijos nacidos fruto de dichas relaciones fueron denominados hijos “na-
turales”, y no tenían ningún tipo de derecho con relación a la familia, ni siquie-
ra en materia sucesoral.
En Francia, el Código Civil, comprende normas de derecho revolucionario
y otras de derecho antiguo; en consecuencia, aunque se permitió el divorcio,
respecto a los llamados “hijos naturales” fueron tratados con rigidez. Recoge
la historia que en una ocasión Napoleón declaró que “El Estado no tiene necesi-
dad de bastardos”
La familia se basó en principios cristianos, reglas romanas y costumbres
germánicas, a finales del siglo XVII.
Sin embargo, algunos filósofos del siglo XVIII no consideraban el matrimo-
nio como el fundamento de la familia; por ejemplo, Voltaire, veía en el divorcio
una necesidad natural.
Algunos consideraban que el “hijo natural” debía tener una situación igual
al “hijo legítimo” .También consideraban ciertos doctrinarios, que el matri-
monio era un simple contrato, y como tal podía disolverse por voluntad co-
mún de los esposos. A consecuencia de las tesis de los filósofos y estudiosos
del derecho, el derecho revolucionario admitió el divorcio por mutuo consen-
timiento.
De igual manera, se consideró el respeto a la libertad y de la no concepción
de obligar a una persona a conservar un estado del cual su cónyuge se niega a
liberarlo; como consecuencia, se permitió el divorcio por incompatibilidad de
caracteres.
En cuanto a los cónyuges, quedó confirmada la autoridad del marido sobre
la mujer y la incapacidad de la mujer casada. Además se excluyó a la mujer y
al marido como familia, en consecuencia, fueron excluidos de las sucesiones ab
intestato (sin testamento).

10.5.2.1 ¿En qué consistió la familia “legítima”?


Aunque algunos consideraban la existencia de dos tipos de familia: la legí-
tima, que era consecuencia de una relación matrimonial; y la natura, que era la

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familia que resultaba de la existencia de una relación consensual entre un hom-
bre y una mujer, sin contraer matrimonio, otros, consideraban que sólo existía
la familia legítima, desconociendo por completo la existencia de la llamada
familia natural. Por ejemplo, Mazeaud, et al. (1960, p. 253) expresaron que “El
matrimonio constituye la única fuente de la familia, porque no existe otra familia, en
el verdadero sentido de la palabra, que la familia legítima.”
Respecto a la familia natural, Mazeaud, et al. (1960, p. 49) consideraban que
“la familia natural, la fundada sobre la unión libre, no puede constituir jurídicamente
una familia. En derecho, no existe familia natural. No existe vínculo alguno entre
aquellos que viven en concubinato.”
Tales aseveraciones no son admisibles en la actualidad ya que carecen de
base jurídica, a partir de las modificaciones y derogaciones que se han realiza-
do al respecto. Han surgido cambios sustanciales al respecto, y la familia antes
llamada “legítima” y la “ilegítima” surten los mismos efectos jurídicos tanto
entre los descendientes como entre las relaciones personales y patrimoniales
de los cónyuges.

10.5.2.2 ¿En qué consistió la familia “ilegítima”?


La familia ilegítima era la que surgía de una relación entre un hombre y una
mujer que no estaban unidos en matrimonio, es decir, una relación consensual.
Los redactores del Código Civil francés consideraban el concubinato como
una relación inmoral, debido a esto no lo incluyeron en dicho código.
Mazeaud, et al. (1960, p. 49) corroboraron con la decisión del legislador
francés al considerar que “no existe vínculo alguno entre aquellos que viven en con-
cubinato.”
De igual manera, la jurisprudencia francesa consideró, de manera constante
que por ser una situación inmoral, el concubinato no puede crear derechos a
favor de quienes viven en esa forma.
Al respecto, Mazeaud, et al. (1960, p. 53) expresan: “El legislador facilitando
el matrimonio, se ha esforzado en luchar contra la unión libre.”
En la República Dominicana, se consideró también durante mucho tiempo
que el concubinato o unión libre no generaba derechos entre la pareja; esta
unión fue desconocida por la ley y la jurisprudencia, y a los convivientes se les
negó la participación en el patrimonio de dicha unión de hecho, por lo que era
improcedente ejercer cualquier acción a los fines de reclamar los bienes.

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El concubinato o unión “libre” era fuente de una familia “ilegítima”; otros
consideraban que no era fuente de la familia, en virtud de que una relación que
no estaba amparada en la ley no podía generar derechos.
No es admisible, en la actualidad hacer referencia a dos tipos de familia, ya
que no existe diferencia alguna en cuanto a los derechos ni a las obligaciones,
las familias. Sin importar que se originen de un matrimonio o de una relación
consensual, surten los mismos efectos y gozan de la misma protección.
El artículo 55 numeral 5 de la Constitución de la República Dominicana
dispone: “La unión singular y estable entre un hombre y una mujer, libres de impe-
dimento matrimonial, que forman un hogar de hecho, genera derechos y deberes en sus
relaciones personales y patrimoniales, de conformidad con la ley.”
Asimismo, el artículo 58 de la Ley 136-03 ó Código para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes, establece: “Se entiende por familia el grupo integra-
do por:
a) El padre y la madre, los hijos(as) biológicos(as), adoptados(as) o de crianza,
frutos de un matrimonio o de una unión consensual;
b) El padre o la madre y sus hijos e hijas;
c) Los cónyuges sin hijos e hijas;
d) Los descendientes, ascendientes hasta el cuarto grado de consanguinidad (pa-
dres, hermanos y hermanas, abuelos, tíos, primos).”
Además, es importante destacar que lo términos “concubinato” y “unión
libre” resultan obsoletos y en la actualidad es utilizada la expresión “unión
consensual” o “unión marital de hecho”.

10.6 La familia de hecho o consensual como fuente de la familia


Expresa Petit, E. (1961, p.111) “los Romanos dan el nombre de concubinatus a
una unión de orden inferior, pero duradera, y que así se diferenciaba de las relaciones
pasajeras consideradas como ilícitas.”
El concubinato era una especie de matrimonio muy frecuente en Roma; sin
embargo esta unión no surtía los efectos civiles del matrimonio.
Capitant, H. (1930, p. 138) diferenciaba el concubinato de la unión libre al
expresar que el concubinato es el “estado resultante de las relaciones sexuales habi-
tuales entre un hombre y una mujer no unidos entre sí por matrimonio. Cuando el con-
cubinato se presenta como una comunidad de vida completa, se califica de unión libre.”

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Carbonnier, J. (1999, p. 315) expresa que “el concubinato hace referencia a las
relaciones sexuales que se mantienen fuera del matrimonio y que se caracterizan por su
estabilidad y duración, haciendo el varón y la mujer vida marital”
Baqueiro, E. y Buenrostro, R. (2002, p. 121) consideran que el concubinato
es “la unión libre y duradera entre un hombre y una mujer que viven y cohabitan como
si estuvieran casados, y que puede o no producir efectos legales”
Chávez, M. (2000, p. 264) expresa, que en cuanto al concubinato, que: “se
trata de la vida que el hombre y la mujer hacen como si fueran cónyuges sin estar
casados; de la cohabitación o acto carnal, realizado por un hombre y una mujer, cuya
significación propia y concreta no se limita sólo a la unión carnal no legalizada, sino
también a la relación continua y de larga duración existente entre un hombre y una
mujer sin estar legalizada por el matrimonio.”
La jurisprudencia francesa, según citan Mazeaud, et al. (1930, p. 55) consi-
deraba que “por situación inmoral, el concubinato no puede crear derechos a favor de
quienes viven en esa forma; pero como los terceros no deben sufrir por tal situación, el
concubinato es susceptible de crear algunos derechos contra quienes así viven.”
Así también fue considerado en República Dominicana, durante mucho
tiempo. Pero las estadísticas indican que en este país se prefiere la unión libre,
en vez del matrimonio. Por esta razón se hizo necesaria la actualización de las
leyes concernientes a dichas relaciones consensuales, ya que no respondían
con las necesidades actuales de la sociedad.
Dichos cambios se han introducido de manera paulatina, primero a través
de jurisprudencias. Por ejemplo, el 9 de noviembre del año 2005 la Suprema
Corte de Justicia de la República Dominicana, actuando como Corte de Casa-
ción expresó:
“Considerando , que las relaciones de hecho en nuestra sociedad actual han toma-
do un auge cada día más creciente, encontrándose un gran número de familias inte-
gradas en este tipo de relación; que el concubinato o relación consensual jurídicamen-
te reconocido, conforme al criterio jurisprudencial sustentado por la Suprema Corte
de Justicia, tiene como carácter principal la concurrencia de cinco requisitos, que
consisten en: a) una convivencia “more uxorio”, o lo que es lo mismo, una
identificación con el modelo de convivencia desarrollado en los hogares de
las familias fundadas en el matrimonio, lo que se traduce en una relación
pública y notoria, quedando excluidas las basadas en relaciones ocultas y
secretas; b) ausencia de formalidad legal en la unión; c) una comunidad
de vida familiar estable y duradera, con profundos lazos de afectividad; d)

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que la unión presente condiciones de singularidad, es decir, que no existan
de parte de los dos convivientes iguales lazos de afectos o nexos formales
de matrimonio con otros terceros en forma simultánea, o sea, debe haber
una relación monogámica, quedando excluidas de este concepto las uniones de
hecho que en sus orígenes fueron pérfidas, aún cuando haya cesado esa condición por
la disolución posterior del vínculo matrimonial de uno de los integrantes de la unión
consensual con una tercera persona; e) que esa unión familiar de hecho esté integrada
por dos personas de distintos sexos que vivan como marido y mujer sin estar casados
entre sí.”
En el año 2010, por primera vez se introdujeron cambios a la legislación
dominicana, en cuanto a la unión consensual de hecho. El 26 de Enero del in-
dicado año entró en vigencia la Constitución actual, la cual en el artículo 55,
numeral 5 de establece: “La unión singular y estable entre un hombre y una mujer,
libres de impedimento matrimonial, que forman un hogar de hecho, genera derechos y
deberes en sus relaciones personales y patrimoniales, de conformidad con la ley.”
Además, en cuanto a las relaciones patrimoniales de los convivientes de
hecho, el referido artículo, numeral 11 expresa: “se reconoce el trabajo del hogar
como actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar
social…”
A pesar de los cambios surgidos, todavía en República Dominicana no se
cuenta con una legislación que indique el modo de distribuir los bienes de la
sociedad patrimonial existente entre los convivientes de hecho.
Se continúa en espera de la aprobación y promulgación del Nuevo Código
Civil Dominicano, el cual dedicará un título a la “Unión Marital de Hecho”
El Anteproyecto del referido Código Civil establece en el artículo 268 que:
“Se denomina unión marital de hecho a la formada por un hombre y una mujer, aptos
para contraer matrimonio, sostenida durante un mínimo de dos años en condiciones de
singularidad, estabilidad y notoriedad pública.”
El artículo 273 del mismo dispone que “se presumirá, de manera irrefragable,
la existencia de una sociedad patrimonial entre las personas vinculadas mediante una
unión marital de hecho en las condiciones previstas en el artículo 268.”
En virtud de lo anterior, el artículo 279 del Anteproyecto prohíbe la enaje-
nación y la constitución de derechos reales o personales sobre el inmueble en
donde viven los cónyuges, a no ser que dicha enajenación se haga con el con-
sentimiento previo de ambos. En caso de violentarse estas normas serán nulos
los actos contentivos de dichas enajenaciones.

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10.7 Constitución de la familia
En sentido amplio, Mazeaud, et al. (1960, p. 7) consideran que la familia
está “formada por las personas que, a causa de sus vínculos de parentesco consan-
guíneo o de su calidad de cónyuges, están sujetos a la misma autoridad: la cabeza de
familia.” Sin embargo, en sentido estricto, éstos consideran que la familia está
formada por “el padre, la madre y los hijos.”
Y es que en principio se entiende que los integrantes de la familia son el
padre, la madre y los hijos. Sin embargo, no siempre la familia está constituida
de esta forma. A veces se integran a ésta otros parientes no tan cercanos.
Lo anterior se puede apreciar en el artículo 58 de la Ley 136-03 del cual se
deja claro que la familia puede estar integrada por:
“a) El padre y la madre, los hijos(as) biológicos(as), adoptados(as) o de
crianza, frutos de un matrimonio o de una unión consensual;
b) El padre o la madre y sus hijos e hijas; 
c) Los cónyuges sin hijos e hijas; 
d) Los descendientes, ascendientes hasta el cuarto grado de consanguini-
dad (padres, hermanos y hermanas, abuelos, tíos, primos).”

La definición contenida en el citado artículo 58 comprende diferentes tipos


de familia:
a) La denominada familia nuclear, constituida por la madre, el padre y su
descendencia;
b) La familia extensa, conformada por otros parientes que no están unidos
por vínculos de filiación;
c) La familia extensa, que puede incluir los abuelos, tíos y primos;
d) La familia monoparental, constituida por el hijo o hijos y uno de sus
padres;

Otro tipo de familia es la ensamblada, compuesta por agregados de otras


familias (por ejemplo, la madre viuda con sus hijos se une con padre divorciado
con sus hijos); y otros tipos de familias, formadas sólo por hermanos o por ami-
gos; en este último caso el término “familia” no depende del parentesco o de la
consanguinidad, sino de la decisión de convivir, de la solidaridad, etc.
En algunos países en los que es permitido el matrimonio entre personas del
mismo sexo, se constituyen familias homoparentales, ya sea por la unión de

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una pareja de hombres o de mujeres que se convierten en padres de uno o más
niños a través de la adopción, de la maternidad subrogada o de la inseminación
artificial en el caso de las mujeres; o bien, el caso de que uno de los miembros
de la pareja haya tenido hijos de una relación consensual anterior.
La familia tradicional, y más difundida en la actualidad, es la nuclear; sin
embargo, como se puede notar, no es el único modelo de familia, ya que depen-
diendo de las diversas formas de vida, de los factores sociales, culturales, eco-
nómicos y afectivos se pueden generar otros tipos de familias no tradicionales.
En la República Dominicana las leyes no admiten la constitución de fami-
lias a través de uniones de personas del mismo sexo, ya que no es permitido el
matrimonio entre éstos; y aunque formaran una relación consensual, ésta no
surtiría efectos jurídicos.

10.8 Elementos constitutivos de la unión marital de hecho


De lo pronunciado por la Suprema Corte de Justicia de la República Domi-
nicana, actuando como Corte, en una decisión emitida el 9 de noviembre del
año 2005 se desprenden cinco requisitos para la existencia del concubinato o
unión consensual:
a) Una convivencia “more uxorio”, o lo que es lo mismo, una identificación
con el modelo de convivencia desarrollado en los hogares de las familias
fundadas en el matrimonio
b) Ausencia de formalidad legal en la unión;
c) Una comunidad de vida familiar estable y duradera,
d) Que la unión presente condiciones de singularidad, es decir, que no
existan de parte de los dos convivientes iguales lazos de afectos o nexos
formales de matrimonio con otros terceros en forma simultánea,
e) Que esa unión familiar de hecho esté integrada por dos personas de
distintos sexos que vivan como marido y mujer sin estar casados entre
sí.

Del artículo 55 numeral 5 de la Constitución se deducen los siguientes ele-


mentos constitutivos:
a) Singularidad: que sea una unión singular, es decir, única.
b) Estabilidad: que sea una relación estable, es decir, firme.

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c) Entre un hombre y una mujer.
d) Libres de impedimento matrimonial, es decir, que ambos cónyuges se
encuentren solteros.
e) Que formen un hogar de hecho, es decir, que de manera pública sean
considerados como una familia.

En el Anteproyecto de Código Civil de la República Dominicana, el cual


está en el Congreso en espera de aprobación, se ha dedicado un título a la
unión marital de hecho, antes llamada concubinato.
El artículo 268 del referido Anteproyecto dispone: “Se denomina unión mari-
tal de hecho a la formada por un hombre y una mujer, aptos para contraer matrimonio,
sostenida durante un mínimo de dos años en condiciones de singularidad, estabilidad
y notoriedad pública.”
De lo anterior se colige que los elementos constitutivos de la unión marital
de hecho serían:
a) Que la unión sea entre un hombre y una mujer,
b) Aptitud para contraer matrimonio,
c) Que tenga una duración mínima de de dos años,
d) Que sea en condición de singularidad, es decir, única;
e) Que sea una relación estable,
f) Que sea de notoriedad pública.

Tanto la Constitución de la República Dominicana como la jurisprudencia y


el Anteproyecto de Código Civil de la República Dominicana, coinciden en que
los elementos constitutivos de las relaciones consensuales o uniones de hecho
son la publicidad y notoriedad, la estabilidad, singularidad, y que sea entre un
hombre y una mujer.
Queda descartada la posibilidad de que una unión entre personas del mismo
sexo pueda constituir una familia de hecho, ya que se exige que la unión sea
entre un hombre y una mujer. Esto, sin perjuicio de las sociedades civiles pasi-
bles de derechos patrimoniales que podrían existir entre éstos, lo que no debe
confundirse con una unión marital de hecho.
El Anteproyecto del Código Civil contiene otros requisitos, referentes a la
capacidad de los convivientes de hecho y en cuanto al tiempo de dicha unión; es
decir, considera, además, como requisitos la aptitud para contraer matrimonio
y que la unión tenga una duración mínima de de dos años.

178 | El derecho familiar y la familia


Y es que las personas a las cuales les está prohibido el matrimonio entre sí,
no pueden constituir una unión marital de hecho; por ejemplo: dos menores de
edad de catorce años no podrían constituir una familia de hecho válida, ya que
están inhabilitados para contraer matrimonio. Otro ejemplo sería que un hom-
bre y una mujer que sean hermanos tampoco podrían constituir unión marital
de hecho, debido a la prohibición de contraer matrimonio que pesa en su contra.
En otras palabras, una unión ilícita no puede dar lugar a una situación lícita.

v Pruebas de la unión de hecho


Antes de abordar lo referente a las pruebas de la unión de hecho es impor-
tante hacer referencia a los principios generales que rigen la administración de
las pruebas en materia de derecho civil.
Del artículo 1315 del Código Civil de la República Dominicana se infiere el
principio “todo el que alega un hecho en justicia tiene que probarlo.”
De igual manera quien pretende quedar libre del hecho que se alega en su
contra debe probar sus argumentos al respecto.
Lo que se debe probar depende del caso particular de que se trate, ya que
todas las situaciones tienen características que las distinguen de las demás.
En caso de existir, por ejemplo, una reclamación en cuanto al patrimonio
de la sociedad de hecho formada por los convivientes, cuando el demandado
niega la existencia de tal relación, lo primero que se debe demostrar es que en
la relación se dan los elementos constitutivos que hacen que dicha unión surta
efectos jurídicos.
Para probar la unión marital de hecho o unión libre, por ser una situación
de hecho, son admisibles todos los medios de prueba establecidos en el derecho
común.
Los medios de prueba admitidos son los dispuestos en el artículo 1316 del
indicado código: prueba literal o documental, testimonial, presunciones, jura-
mento y confesión.
Una prueba literal o documental que se podría utilizar el acto de pública
notoriedad que contenga las declaraciones de personas conocidas de los cón-
yuges en la que se comprueben la notoriedad pública y la estabilidad de la
relación.
Las actas de nacimiento de los hijos comunes también constituyen una
prueba documental importante; también la copia de las cédulas y actas de na-

Las personas jurídicas naturales y el derecho familiar | 179


cimiento de los cónyuges convivientes pueden ser útiles para comprobar la
aptitud o capacidad de éstos, ya que los menores de edad a los que les está
prohibido contraer matrimonio tampoco podrían sostener una relación con-
sensual que surta efectos jurídicos.
Otros documentos que pueden servir como prueba son las certificaciones de
cuentas en común, de facturas de servicios utilizados en la vivienda conyugal,
facturas de deudas, etc.
En caso, por ejemplo, de que se requiera pruebas de la unión de hecho para
afiliar el conviviente en un seguro de salud es utilizada, para demostrar dicha
unión, la declaración jurada ante un notario firmada por los cónyuges convi-
vientes en dicha unión consensual.

10.9 Protección de la familia


La Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo 17, nu-
meral 1 establece: “Protección a la Familia. 1. La familia es el elemento natural y
fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado.
Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una
familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes internas,
en la medida en que éstas no afecten al principio de no discriminación establecido en
esta Convención.”
El artículo 55 de la Constitución de la República Dominicana se refiere a
la familia como “el fundamento de la sociedad y el espacio básico para el desarrollo
integral de las personas.”
La familia, como institución jurídica de orden social, requiere de la inter-
vención de los poderes públicos, con miras a velar por el resguardo de sus
miembros. Dicha protección es de orden público y es al Estado a quien le co-
rresponde establecer políticas para el desarrollo integral de sus miembros y
su seguridad.
Henri, León y Jean, Mazeaud (Pág. 16) expresan: “El interés de la familia
misma es el que debe ser servido primeramente; es la solidez de la familia la que debe
buscarse ante todo por una legislación protectora de la familia, como institución, y del
patrimonio familia.” En tal sentido, citan la afirmación de la Declaración Univer-
sal de los Derechos del Hombre que dispuso: “La familia es el elemento natural y
fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.”

180 | El derecho familiar y la familia


Hoy día, la protección de la familia es de carácter constitucional. El numeral
2 del artículo 55 de la Constitución de la República Dominicana expresa: “El
Estado garantizará la protección de la familia. El bien de familia es inalienable e
inembargable, de conformidad con la ley;…”
El patrimonio familiar, es uno de los elementos más importantes dentro
de la familia y que juega un papel fundamental en la estabilidad económica de
ésta. Dentro de este patrimonio familiar el Estado ha realizado esfuerzos por
preservar el “Bien de Familia.”
Con la finalidad de proteger la vivienda familiar, fueron creadas la Ley
número 339 de Bien de Familia del 22 de agosto de 1968 y la Ley 1024 so-
bre Constitución de un Bien de Familia Inembargable, del 24 de octubre del
1928.
Es innegable el hecho de que cuando se trata de intereses patrimoniales
pueden surgir divergencias, incluso entre familiares. Es por ello que el legisla-
dor tomó en cuenta esta posibilidad y reguló como se tratan las costas o gastos
de las litis familiares y entre esposos.
Al respecto, el artículo 131 del Código de Procedimiento Civil (Modifica-
do por la ley 296 del 31 de mayo del 1940) establece, de manera excepcional,
que se compensen las costas de estos procedimientos. Es decir, contrario a
los gastos o costas de los procedimientos que envuelven litis o contiendas
entre particulares, en materia familiar el juez no debe condenar a ninguna de
las partes al pago de los gastos generados durante las demandas de carácter
familiar.
El referido artículo dispone: “Sin embargo, se podrán compensar las costas del
procedimiento en todo en parte entre cónyuges, ascendientes, descendientes, hermanos
y hermanas o afines en los mismos grados…”
Otra forma de proteger la familia, en cuanto a su intimidad, es lo estable-
cido en el artículo 4 de la Ley 1306-Bis sobre Divorcio que establece que las
audiencias de divorcio se conocerán a puertas cerradas; el referido artículo
indica: “El demandante hará emplazar, en la forma ordinaria de los emplaza-
mientos, al demandado, para que éste comparezca en persona, o por apoderado
con poder auténtico, a la audiencia a puertas cerradas que el Tribunal o Juzgado
celebrará el día y a la hora indicados en el emplazamiento: y dará copia, en cabeza
de éste, al demandado de los documentos que hará valer en apoyo de su demanda,
si los hubiere.”

Las personas jurídicas naturales y el derecho familiar | 181


10.9.1 El Bien de Familia Inembargable
El artículo1 de la Ley número 339 de Bien de Familia del 22 de agosto de
1968 establece: “Los edificios destinados a viviendas, ya sean del tipo unifamiliar o
del tipo multifamiliar, que el Estado transfiera en propiedad a los particulares, tanto
en las zonas urbanas como en las rurales, mediante los planes de mejoramiento social
puestos en práctica por los organismos de autónomos del Estado, o directamente por el
Poder Ejecutivo, quedan declarados de pleno derecho, Bien de Familia.”
Es decir, que las viviendas donadas o cedidas por el Gobierno constituyen
bienes de familia, sin que haya que agotar ningún procedimiento para tales
fines.
Expresa el artículo 2 de la indicada ley: “Dichos edificios no podrán ser transfe-
ridos en ningún tiempo a otras personas sino cuando se cumplan las disposiciones de la
Ley 1024, que instituye el Bien de Familia, de fecha 24 de octubre de 1928, modificada
por la Ley 5610 del 25 de Agosto de 1961, y con la previa autorización del Poder
Ejecutivo, en los siguientes casos: 
a) Traslado necesario del propietario a otra localidad; 
b) Enfermedad del propietario o sus familiares que requiera el traslado para la
curación;
c) Notoria penuria económica del propietario para continuar los pagos, cuando
se trate de una donación. 

Párrafo.- En caso de concederse esta autorización, el traspaso, para ser valido,


deberá ser objeto de un nuevo contrato substitutivo del anterior suscrito por el Ad-
ministrador General de Bienes Nacionales, el propietario actual y el nuevo adju-
dicatario, debiendo este ultimo ser escogido por el Poder Ejecutivo, el cual podría
ser una persona indicada por el propietario si reúne las condiciones morales y de
escasos recursos económicos que se requieren para de adjudicaciones. Si el Poder
Ejecutivo concede la autorización, deberá en un plazo de un mes, escoger a! nuevo
adjudicatario. Pasado este plazo, se reputará que ha sido aprobado el señalado por
el propietario actual.”
Cada nuevo adjudicatario estará sujeto a los mismos requisitos señalados para la
validez del; traspaso de la propiedad.”
Es decir, que dicho bien de familia no puede ser vendido ni cedido, a menos
que el Poder Ejecutivo, previa solicitud hecha por el propietario del inmueble,
y siempre que se reúnan ciertas condiciones especificadas en la ley, autorice la
transferencia.

182 | El derecho familiar y la familia


Es importante destacar, además, que el bien de familia es inembargable, es
decir, no puede se puede expropiar a los dueños de éste, mediante las vías de
ejecución, es decir, no es susceptible de embargo.
Establece la referida Ley número 339 de Bien de Familia, en su artículo 3,
que: “También quedan declaradas de pleno derecho Bien de Familia, las parcelas y
viviendas traspasadas definitivamente por el Instituto Agrario Dominicano (IAD) a
los agricultores en los asentamientos destinados a los proyectos de la reforma agraria.”
O sea que, además de los edificios destinados a viviendas, donados por
el Gobierno, son consideradas bien de familia las parcelas y viviendas tras-
pasadas definitivamente por el Instituto Agrario Dominicano (IAD) a los
agricultores.
Existe además la posibilidad de que cualquier familia, pueda afectar un in-
mueble de su propiedad, mediante la constitución de bien de familia. Esta fa-
cultad emana del artículo 1 de la Ley No. 1024 sobre Constitución de un Bien
de Familia Inembargable, de fecha 24 de Octubre de 1928 (Modificado por Ley
5610 del 25 de agosto del 1961) que establece: “Se puede constituir, en provecho
de cualquier familia, un bien inembargable que llevará el nombre de bien de familia.
Los extranjeros no podrán gozar de las prerrogativas de la presente ley sino después
de haber sido autorizados, conforme al artículo 13 del Código Civil, a establecer su
domicilio en la República Dominicana”.
Dicho bien de familia puede estar constituido por cualquier tipo de inmue-
ble, con la condición de que en caso de ser un piso o departamento, que éste se
encuentre debidamente constituido en virtud de la ley 5038 del 21 de noviem-
bre de 1958, sobre Constitución de Condominios.
Como se muestra en los párrafos anteriores, el Estado ha tratado de prote-
ger la vivienda familiar, impidiendo tanto la transferencia como el embargo del
bien de familia, para de esta forma asegurar un techo para la familia.
Otras veces la familia debe ser protegida aun de la violencia que se podría
generar entre sus propios miembros. A estos fines fue creada una de las legis-
laciones más recientes: la Ley 24-97 contra Violencia Intrafamiliar, del 28 de
enero de 1997, ésta modificó varios artículos del Código Penal de la República
Dominicana, y aunque la han denominado “Ley de la Mujer”, el fin de dicha
legislación no es sólo la protección de la mujer, sino de todos los miembros de
la familia.
A través de la Ley 24-97 contra Violencia Intrafamiliar se incluyeron en el
Código Penal de la República Dominicana algunas disposiciones con la fina-

Las personas jurídicas naturales y el derecho familiar | 183


lidad de perseguir y castigar la violencia doméstica o intrafamiliar, entre los
aspectos más relevantes se encuentran los siguientes:
El artículo 309-2 del Código Penal (Agregado por la Ley 24-97 del 28 de
enero de 1997) define la violencia doméstica o intrafamiliar como “todo pa-
trón de conducta mediante el empleo de fuerza física, o violencia sicológica, verbal,
intimidación o persecución, contra cualquier persona que mantenga una relación de
convivencia, contra el cónyuge, ex-cónyuge, conviviente o ex-conviviente o pareja
consensual, o contra la persona con quien haya procreado un hijo o una hija para
causarle daño físico o sicológico a su persona o daño a sus bienes, realizado por el
padre, la madre, el tutor, guardián, cónyuge, ex-cónyuge, conviviente, ex-conviviente
o pareja consensual o persona bajo cuya autoridad, protección o cuidado se encuentra
la familia.”
Se califica violencia doméstica o intrafamiliar siempre que se da alguno de
los siguientes elementos:
a) El empleo de fuerza física;
b) Violencia sicológica,
c) Violencia verbal;
d) Intimidación o persecución,

Que dichos hechos sean cometidos bajo las siguientes circunstancias:


a) Contra cualquier persona con la que se mantenga una relación de con-
vivencia;
b) Contra el cónyuge, conviviente o pareja consensual;
c) Contra el ex-cónyuge, ex-conviviente o ex-pareja consensual;
d) Contra la persona con quien haya procreado un hijo o una hija para
causarle daño físico o sicológico a su persona o daño a sus bienes;
e) Por el padre, la madre, el tutor, guardián, cónyuge, ex-cónyuge, convi-
viente, ex-conviviente o pareja consensual o persona bajo cuya autori-
dad, protección o cuidado se encuentra la familia.

Las penas aplicables a quienes cometan delitos de violencia doméstica o in-


trafamiliar van desde uno a cinco años de prisión, y multa de quinientos a cinco
mil pesos; además la restitución de los bienes destruidos, dañados u ocultados
si fuere el caso.
Se consideran algunas agravantes a los delitos citados con anterioridad. Es-
tas se encuentran, de manera tácita, en el artículo 309-3 (Agregado por la Ley

184 | El derecho familiar y la familia


24-97 del 28 de enero de 1997 G.O. 9945 y modificado por la Ley 46-99 del 20
de mayo del 1999) considera agravantes los siguientes hechos:
a) Penetración en la casa o en el lugar en que se encuentre albergado el
cónyuge, ex-cónyuge, conviviente o ex-conviviente, o pareja consen-
sual, y cometiere allí los hechos constitutivos de violencia, cuando éstos
se encuentren separados o se hubiere dictado orden de protección, dis-
poniendo el desalojo de la residencia del cónyuge, ex-cónyuge, convi-
viente, ex-conviviente o pareja consensual;
b) Cuando se causare grave daño corporal a la persona;
c) Cuando el agresor portare arma en circunstancias tales que no conlle-
ven la intención de matar o mutilar;
d) Cuando la violencia se ejerciere en presencia de niños, niñas y adoles-
centes…
e) Cuando se acompañen de amenazas de muerte o destrucción de bienes;
f) Cuando se restrinja la libertad por cualquier causa que fuere;
g) Cuando se cometiere la violación después de haberse dictado orden de
protección a favor de la víctima;
h) Si se indujere, incitare u obligare a la persona, hombre o mujer, a intoxi-
carse con bebidas alcohólicas o embriagante, o drogarse con sustancias
controladas o con cualquier medio o sustancia que altere la voluntad de
las personas.”

Cuando se presentan las circunstancias señaladas, las penas aplicables van


desde cinco a diez años de reclusión mayor.
El artículo 309-4 del Código Penal (Agregado por la Ley 24-97 del 28 de
enero de 1997) establece que en cualquiera de los casos previstos todos los ca-
sos previstos, el tribunal debe dictar orden de protección a favor de la víctima
de violencia, sin que puedan acogerse circunstancias atenuantes en provecho
del agresor.
Dicha medida de protección puede contener una o todas las sanciones si-
guientes:
a. Orden de abstenerse de molestar, intimidar o amenazar al cónyuge, ex
cónyuge, conviviente, ex conviviente o pareja consensual o de interferir
en la guarda o custodia provisional o definitiva acordada en virtud de la
ley o de una orden judicial;

Las personas jurídicas naturales y el derecho familiar | 185


b. Orden de desalojo del agresor de la residencia del cónyuge, ex cónyuge,
conviviente, ex conviviente o pareja consensual;
c. Interdicción del acceso a la residencia del cónyuge, ex cónyuge, convi-
viente, ex conviviente o pareja consensual;
d. Interdicción de acercamiento a los lugares frecuentados por el cónyuge,
ex cónyuge, conviviente o pareja consensual;
e. Prohibición a la víctima de trasladar u ocultar los hijos comunes;
f. Orden de internamiento de la víctima en lugares de acogida o refugio a
cargo de organismos públicos o privados;
g. Orden de suministrar servicios de atención a la salud y de orientación
para toda la familia a cargo de organismos públicos o privados;
h. Orden de presentar informes de carácter financiero sobre la gestión
de los bienes comunes y de la empresa, negocio, comercio o actividad
lucrativa común;
i. Interdicción de enajenar, disponer, ocultar o trasladar bienes propios de
la víctima o bienes comunes;
j. Orden de reponer los bienes destruidos u ocultados;
k. Orden de medidas conservatorias respectos de la posesión de los bienes
comunes y del ajuar de la casa donde se aloja la familia;
l. Orden de indemnizar a la víctima de la violencia, sin perjuicio de las
acciones civiles que fueren de lugar, por los gastos legales, tratamiento
médico, consejos siquiátricos y orientación profesional, alojamiento y
otros gastos similares.

Además se impondrá a los infractores la asistencia obligatoria a programas


terapéuticos o de orientación familiar, en una institución pública o privada,
por un tiempo de por lo menos seis meses.
En cuanto a la paz y la tranquilidad del hogar, la Ley 24-97 del 28 de enero
de 1997 agregó al Código penal, el artículo 338-1, según el cual “se castiga con
prisión de seis meses a un año y multa de diez mil a veinte mil pesos, el o la persona
que por teléfono, identificado o no, perturbe la paz de las personas con amenazas, in-
tervenciones obscenas, injuriosas, difamatorias o mentirosas contra el receptor de la
llamada o cualquier miembro de la familia.”
Con dichas medidas se ha pretendido garantizar la tranquilidad de las per-
sonas dentro de su hogar, evitando así que la armonía familiar se vea per-

186 | El derecho familiar y la familia


turbada a causa amenazas, intervenciones obscenas, injuriosas, difamatorias o
mentirosas.

10.9.1.1 Protección contra el abandono de la familia


La protección contra el abandono de la familia se encuentra regulada por
el artículo 357-3 del Código Penal (Agregado por la Ley 24-97 de fecha 28 de
enero de 1997). Conforme a este artículo se consideran abandono de familia
los siguientes casos:
Cuando el padre o la madre de familia abandona sin motivo grave, durante
más de dos meses, la residencia familiar, y que se sustraiga de todas o parte de
las obligaciones de orden moral o de orden material resultantes de la autoridad
del padre y la madre o de la tutela legal;
Cuando el cónyuge o conviviente, sin motivo grave, abandone voluntaria-
mente, durante más de dos meses, a la cónyuge o conviviente, conociendo su
estado de embarazo;
Cuando el padre o madre, descuida la autoridad, sea o no pronunciada sobre
él o ella, cometiendo malos tratos, como por ejemplo, la embriaguez habitual,
o por mala conducta notoria, la falta de atenciones o la falta de dirección ne-
cesaria, sea la salud, sea la seguridad, sea la moralidad de sus hijos, o de uno o
varios de estos últimos.
Estos hechos son castigados, cuando son comprobados, con prisión de tres
meses a un año y una multa de quinientos a quince mil pesos.

10.9.1.2 Protección a favor del cónyuge, los ascendientes y descendientes


dependientes de pensión alimenticia
El incumplimiento a la obligación de asistencia establecida en el artículo
214 del Código Civil a favor del cónyuge, los ascendientes y descendientes es
sancionado con prisión desde tres meses a un año de prisión y multa de qui-
nientos a quince mil pesos, de conformidad con las disposiciones del artículo
357-4 del Código Penal (Agregado por la Ley 24-97 de fecha 28 de enero de
1997) que expresa: “Será castigado con prisión de tres meses a un año y de una multa
de quinientos a quince mil pesos toda persona (hombre o mujer) que, desobedeciendo,
sea una decisión dictada contra ella en virtud del Párrafo 4to. del artículo 214 del
Código Civil, sea de una ordenanza o de una sentencia que lo condene a pagar una
pensión alimenticia a su cónyuge, a sus ascendientes, o a sus descendientes, sea de una

Las personas jurídicas naturales y el derecho familiar | 187


sentencia habiéndolo condenado a pagar prestaciones o pensiones a un hijo o hija, ha
permanecido, intencional o voluntariamente más de dos meses sin suministrar la to-
talidad de las prestaciones determinadas por el juez ni pagar el monto integral de la
pensión.”
A las personas condenadas por causa de uno de los delitos previstos en el
referido artículo podrán, además ser privadas de los derechos mencionados en
el artículo 42 del Código Penal, durante cinco años por lo menos y diez a lo
más. Es decir que se les pueden suspender sus derechos civiles y políticos así
como algunos derechos de familia.

10.9.1.3 Atentados al ejercicio de la autoridad del padre y la madre


El artículo 357-2 del Código Penal (Agregado por la Ley 24-97 de fecha 28
de enero de 1997) establece: “Cuando en virtud de la ley, por una decisión judicial,
provisional o definitiva, o una convención judicialmente homologada, se decida que la
autoridad será ejercida por el padre o la madre solos, o por los dos padres conjunta-
mente, o que el menor sea confiado a un tercero, el padre, la madre o toda persona que
no presenta a este menor a aquéllos que tienen el derecho de reclamarlo o que, aún sin
fraude o violencia, lo sustraigan o lo desplacen, o lo hagan sustraer o desplazar de las
manos de aquéllos que ejerzan la autoridad o a los cuales les ha sido confiada o de la
casa donde tiene su residencia habitual, o de los lugares donde estos últimos lo hubieren
colocado, será castigado con prisión de un mes a un año, y de multa de quinientos a
quince mil pesos. Si el culpable ha sido despojado de la autoridad, la prisión podrá ser
elevada hasta tres años…”
Es decir, que la persona que sustraiga un menor de edad de las manos de
quienes ejercen la autoridad sobre éste, o de quienes han sido confiados para
la guarda de dicho menor, o que lo sustraigan de la casa donde tiene su resi-
dencia habitual, serán castigados con prisión de un mes a un año, y multa de
quinientos a quince mil pesos.

188 | El derecho familiar y la familia


Resumen del capítulo X

El Derecho Familiar es el conjunto de normas jurídicas que regulan las relaciones


personales y patrimoniales de los miembros de la familia entre sí y en relación a los
terceros, así como las instituciones familiares.
No es una rama del derecho civil, tampoco del derecho penal, es un derecho mixto.
Las características del derecho familiar son: predominio del interés social por en-
cima del individual; la restricción a la autonomía de la voluntad; la regulación de las
relaciones de familia, son derechos irrenunciables; son inalienables; Intransferibles e
imprescriptibles; los procesos poseen influencias ético-religiosas; son de carácter confi-
dencial y aplican normas de orden público.
El objeto de estudio del derecho familiar es la familia, y las relaciones jurídicas que
surgen dentro de ésta.
Los sujetos de estudio de la familia son los integrantes de ésta: cónyuges, hijos,
abuelos, padres, hermanos, madres, primos, divorciados, adoptantes, adoptados,
concubinos, emancipados, incapacitados, desheredados, herederos, etc.
La familia es un grupo que puede estar integrado por el padre y la madre e hijos;
o por el padre o la madre y sus hijos e hijas; sólo por los cónyuges sin hijos e hijas;  o
bien, por los descendientes, ascendientes hasta el cuarto grado de consanguinidad
(padres, hermanos y hermanas, abuelos, tíos, primos.
La unión consensual entre un hombre y una mujer, siempre que dicha unión sea
singular y estable, que estén ambos libres de impedimento matrimonial, y que con
formen un hogar de hecho, goza de los mismos derechos y deberes que los matri-
monios constituidos legalmente.
La familia tradicional, y más difundida en la actualidad, es la nuclear (compues-
tas por el padre, la madre y sus hijos). Sin embargo, no es el único modelo de familia,
ya que dependiendo de las diversas formas de vida, de los factores sociales, cultu-
rales, económicos y afectivos se pueden generar otros tipos de familias, como por
ejemplo las extensas.
La familia, como elemento fundamental de la sociedad, y espacio para el desa-
rrollo de los individuos, debe gozar de la protección del Estado.
Como una forma de protección al patrimonio familiar, se protege el bien de
familia, el cual es inalienable e inembargable.
La familia, además debe ser protegida de la violencia que se podría generar entre
sus propios miembros.

Las personas jurídicas naturales y el derecho familiar | 189


La protección contra el abandono de la familia ha sido regulada también, algu-
nos casos son: cuando el padre o la madre de familia abandone sin motivo grave,
durante más de dos meses, la residencia familiar, y que deje de cumplir las obli-
gaciones de resultantes de la autoridad del padre y la madre o de la tutela legal;
cuando el cónyuge o conviviente, sin motivo grave, abandone voluntariamente,
durante más de dos meses, a la cónyuge o conviviente, conociendo su estado de
embarazo; etc.
También se castiga el incumplimiento a la obligación de asistencia en favor del
cónyuge, los ascendientes y descendientes.

190 | El derecho familiar y la familia


Actividades

1. Explique la forma en que ha evolucionado la familia desde el Derecho


Romano hasta la actualidad.
2. Elabore un esquema de los elementos constitutivos de la unión marital
de hecho.
3. Explique cuáles medidas son aplicables a los fines de proteger la familia
y su patrimonio.

Ejercicios de autoevaluación

I. Coloque una V si enunciado es verdadero y una F si es falso


1. Sólo el matrimonio es fuente de la familia.
2. La unión consensual entre un hombre y una mujer genera derechos y
obligaciones cuando es pública, singular y permanente.
3. Las reglas del derecho familiar son de carácter meramente privado.

4. El Derecho Familiar es el conjunto de normas jurídicas que regulan


las relaciones personales y patrimoniales de los miembros de la familia.

5. El Derecho de Familia es mixto, ya que contiene normas de naturaleza


privada y pública.
6. Los derechos de familia son derechos irrenunciables, inalienables, in-
transferibles e imprescriptibles.
7. La familia está constituida por un grupo de personas unidas por víncu-
los de consanguineidad o afinidad.
8. La unión marital de hecho es la relación entre un hombre y una mujer,
aptos para contraer matrimonio, sostenida en condiciones de singulari-
dad, estabilidad y notoriedad pública, con la finalidad de constituir un
familia.

Las personas jurídicas naturales y el derecho familiar | 191


9. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe
ser protegida por la sociedad y el Estado.
10. El bien de familia puede ser vendido o cedido en cualquier momento, si
los propietarios así lo deciden.

Bibliografía

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