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o
Todos
quisimos
ser
otra
cosa
Inspirada
en
Las
preciosas
ridículas
de
J.
B.
P.
Molière
De
Edgar
Chías
∗
∗
Miembro
del
SNCA
del
FONCA
CONACULTA.
0
Personas
S.
Granjas
Apoderados,
maduros
pretendientes
e
impostores
S.
De
la
cruz
Sra.
Lunfardo
Madre
y
tía
de
Madalena
Infantas
Caterina
Samarita
Servicio
de
Sra.
Lunfardo
e
infantas
1
1
S.
Granjas.
Voy
a
necesitar
años
de
terapia.
S. De la Cruz. Puede ser, pero no veo otra solución.
S. Granjas. De pronto, siento que ha sido inútil toda mi inversión de años, amigo.
S. Granjas Pues nada, el plan de ejercicios, la dieta, las cremas para la cara, el
bronceado.
S. Granjas ¿Cómo para ellas, De la Cruz? No las conocía siquiera. Pero no surtieron
efecto.
S. Granjas ¿Tú también, De la Cruz? Sólo falta que un perro nos siembre un regalo en
S. De la Cruz. No invoques, Granjas, no invoques. Lo que digo es que sí surtió efecto tu
inversión.
2
S.
Granjas
Eso
es
lo
que
te
digo.
Ahora
también
voy
a
tener
que
pagar
un
psiquiatra.
S. De la Cruz. No me lo tomes a mal, yo creo que te ves muy bien. No te ves acabado.
S. De la Cruz. Claro que me molestó. Ni se pregunta. ¿Qué somos, sus payasos?
S. De la Cruz. Pues no, amigo. Pero yo creo que son dos cosas distintas.
S. De la Cruz. No empieces. Además, ya no bebo, lo sabes.
rodillas.
S. Granjas Estúpidas.
S. Granjas Es que son unas estúpidas, por donde las veas.
S. De la Cruz. Pero también, por donde las veas, son unas bombonas.
3
S.
Granjas
Eso
es
lo
que
más
me
pudre.
S. De la Cruz. Mira, es a nosotros a quienes nos conviene tener la cabeza fría y ver las
S. De la Cruz. Uno se cuida para estar bien. Para no acumular años y achaques, ¿no es
cierto?
S. De la Cruz. Eso está claro. Fue mi culpa. Pero no. Fue cosa de esa vieja urraca de
Lunfardo.
S. De la Cruz. Que no. Ella también lo hizo en buen plan. O más o menos. Quiere casar
a las muchachas. Está buscando colocarlas bien. Yo vi la oportunidad, y venos
aquí.
S. De la Cruz. Pues eso, justamente. No son floreros. Ya están grandecitas. Y mira que
crecieron bien.
4
S.
Granjas
Ya,
pues,
que
eso
es
lo
que
más
me
pudre.
Por
un
momento,
luego
de
verlas,
mi mente se dejó ir hasta una cama del hotel más cercano. Ya me miraba
S. De la Cruz. ¡Desflorando! Eso nos da la justa medida del problema. No creo que esas
S. De la Cruz. Claro que no. Abre los ojos, Granjas. Estos son otros tiempos. La cosa es
que quisimos encontrar en estas muchachas un trato como el de las muchachas
de tus tiempos.
S. De la Cruz. Para ellas casarse en una frivolidad más. Son más importantes las
S. Granjas. Y para mantener abogados buitres que viven de eso y de las defunciones.
S. De la Cruz. Para nosotros es un contrato social, es tener quién cuide de la hacienda.
S. Granjas. Es un proyecto de vida. Una familia. Una cosa duradera.
S. De la Cruz. Pero no dura. Es una tomadura de pelo la familia, Granjas. Es una cosa
más que se está desbaratando. Lo sabemos. ¿Cuántas veces te casaste? ¿Dónde
S. De la Cruz. Me doy rabia y vergüenza porque por mañosos tuvimos que tragarnos
S. Granjas ¿Entonces? La culpa la tiene la Lunfardo que quiere vender esa mercancía
defectuosa.
5
S.
De
la
Cruz.
Mira,
todos
hacemos,
un
poco
sin
preguntar,
las
cosas
que
están
puestas. Que hay que casarse, que hay que hacer una carrera, que el servicio
S. De la Cruz. Todo, Granjas. Todo. ¿No tienes de pronto la impresión de que nos
lanzan a eso justamente porque se trata de fracasar, de hacerlo para nada?
S. Granjas ¿A dónde quieres llegar? ¿A que la decencia no existe y todo tipo de abusos
S. De la Cruz. No. A que el mundo es otro, Granjas. Y está jodido, por cierto. Si no nos
subimos a este tren, nos quedamos fuera de la jugada. Lo que era importante,
S. De la Cruz. La cosa es que no había modo con esas gandulas.
S. De la Cruz. No lo sabía. Me estoy dando cuenta ahora. No creemos en las mismas
cosas.
S. Granjas. Lo dices como si hubiera dos mundos. El de ellas y el nuestro.
S. De la Cruz. Seguramente hay muchos más, Granjas. Hay que abrir los ojos.
S. Granjas. La manga. Las cosas se hacen de un modo y ya. Nosotros somos los que
6
S.
De
la
Cruz.
Ni
con
todo
el
dinero
del
mundo
por
delante,
Granjas.
Esa
hubiera
sido
la peor de las estrategias, tanto como decirles, ven, gástate mis ahorros
S. Granjas Eso sí. Qué triste, caray. Me acabas de dar motivos para deprimirme un
poco más.
S. De la Cruz. Nada de eso, Granjas. Tampoco tenían derecho a tratarnos como basura.
S. Granjas Eso hubieras pensado antes de que nos vapulearan como a perros.
S. De la Cruz. Quiero decir que hay que desquitarnos. La juventud debe entender que
hay límites. No pueden andar por la vida jodiendo impunemente a los demás.
S. De la Cruz. Una cosa es que no les gustemos, ni modo.
S. Granjas Carajo.
S. De la Cruz. Y otra cosa es que poco a poco esas canallas devengan criminales en
potencia. Viven un mundo sin consecuencias. Tienen que pagarnos la afrenta.
2.
7
Da.
Lunfardo.
¿Todo
en
orden?
S. De la Cruz. Mire, si no hemos quemado su casa con esas demonias dentro, supongo
S. De la Cruz. No, no, ni al caso. Usted, tranqui.
S. Granjas Seguro. Nada más le voy a pasar la cuenta de mi analista y se pone con la
mitad.
S. De la Cruz. Mire, por mi parte, y creo que por parte de aquí, mi amigo, le queremos
Da. Lunfardo. Hay que ser pacientes. Son unas niñas. Cabroncillas y desconsideradas,
pero ¿vieron que están muy lindas? Y en el fondo no son malas personas.
irreconciliables…
Da. Lunfardo. Uy, pues qué pena que no se entendieran, ¿eh? Qué pena, en serio. Ya
me las imagino. Pero es justo lo que les digo, que sean dóciles, que necesitan un
poco de disciplina y de trato duro. Se me están saliendo del huacal. Si ustedes
quisieran…
8
Da.
Lunfardo.
Roma
no
se
hizo
en
un
día.
S. De la Cruz. Y tiempo para acostumbrarnos a lo nuevo no es lo que más nos sobra,
doña Lunfardo. Tómelo con calma. Sí debería regañarlas y fuerte. Pero que se lo
Da. Lunfardo. No me lo quiero imaginar. Me muero de la vergüenza. Un poco por todo
esto y otro tanto porque me tengo que ir. Ya saben. Salí de un laburo y me voy
reventando.
S. De la Cruz. Qué dice, “madre coraje Lunfardo” es de hierro.
Da. Lunfardo. ¿En serio que no quieren pasar y hablamos con ellas rapidito?
S. Granjas Y a nosotros.
S. De la Cruz. Vaya tranquila. Ya encontrará pretendientes más ad hoc para sus arpías.
S. Granjas. Que puede encontrar aspirantes más acordes para sus crías.
Da. Lunfardo. Yo me los pierdo a ustedes, caray. Y esas pequeñas bestias me las van a
pagar. Los dejo. Luego los veo para que me cuenten con calma. Besos y abrazos,
9
3.
Da. Lunfardo. ¿Desde cuándo se preparan licuados de pepino en el baño?
Da. Lunfardo. No seas llevada, Samarita. ¿Qué pasó con las visitas?
Da. Lunfardo. Siempre hay una a la vez, Samarita. No te hagas bolas ni la tontita. ¿Qué
Samarita. Ahora, ahora, no sé. Cuando me fui a la cocina, se pintaban las uñas de los
pies color de betabel. Les llevo esto para la mascarilla.
Samarita. No, ese lo usaron para las cascarillas de huevo que le pusieron al shampoo.
Da. Lunfardo. Las ensaladas y la comida van por dentro, no se untan. ¿Ya se
enteraron?
10
Samarita.
Usted
no
entiende.
Da. Lunfardo. Ustedes son las que no entienden nada, Samarita. ¿Por qué les sigues el
Da. Lunfardo. Simplona. Debiste hacerlas entrar en razón. Esos señores tenían
luego va a ser más difícil. Ya sabes lo complicado que es bien casarse en estos
tiempos.
Samarita. Ay, Doña, ¿casarse para qué? Eso era en sus tiempos. El amor es efímero,
cambia, se acaba. Casarse es como amarrarse una piedra al cuello. ¿Tiene “eso”
Da. Lunfardo. ¿Quién está hablando de amor? Casarse es otra cosa. Es un negocio.
Samarita. Gordo.
Samarita. Pesado.
Da. Lunfardo. De vida, carajo. La base de una familia. Las mujeres solas en este
terruño del infierno valen muy poco o nada. Necesitan un hombre que las haga
valer.
Samarita. Eso es una idea vieja y fea como las uñas de los pies de mi tía Remedios. Las
mujeres no necesitan un hombre que las haga valer. Necesitan que se les
11
Samarita.
Conciencia.
Da. Lunfardo. Como sea. Ya estás igual que las niñas. Diles que vengan ahora mismo.
4.
S. Granjas Poquianchi miserable. Le da lo mismo, ¿viste? Lo que quiere es que salgan
S. De la Cruz. Yo no la culpo. Cada quién su negocio.
S. De la Cruz. No todavía, pellejo. Lo de cobrar venganza lo decía en serio.
S. Granjas Yo no te entiendo, pero sí tengo ganas de fastidiarlas un poco.
12
S.
De
la
Cruz.
Camello.
Claro
que
no.
Es
un
estilo
de
ser
de
muchachetes
presumidos.
S. De la Cruz. Te digo. Son iguales. Una especie de intelectual hippie de poca monta, y
está de moda. Jorge Luis y el Fornica dan el gatazo de patrón, pero no tienen ni
S. De la Cruz. Hasta se ven bien, de lejos y de espaldas. Les ayuda mucho todavía estar
S. Granjas ¿Me lo cuentas para que me anime con alguno de ellos? No es cosa que
S. De la Cruz. No entiendes. Eres lento como tu digestión.
S. Granjas ¿Pero para qué? A la primera que puedan las van a querer…
S. De la Cruz. Pues sí, pues sí. Pero no lo vamos a permitir. Pero piensa, así estas
payasitas pretenciosas se pueden llevar un buen chasco. Cuando descubran que
alacranes a Lunfardo en la casa para que le mancillen aún más la mercancía.
S. De la Cruz. Bueno, no, tienes razón. Carajo. Debe haber una manera. Debe haberla.
S. De la Cruz. Vente. Ya se me ocurrió. Te lo voy platicando.
13
5
Madalena. Ay, nena, ya decidimos que la mascarilla luego. Te tardas, nena. Ve a dejar
Madalena. ¿Señora? ¿Cuál señora? Acá sólo veo unas feas paredes que se caen de
mugrosas.
Caterina. Equis.
Caterina. ¿Quiere hablar con nosotras? ¿Quién? ¿Quién se atreve a querer hablar con
Caterina. No que yo recuerde. Quizá, una tía rica, que no conocemos…
14
Madalena.
Cero
tacaña.
Madalena. Una que no nos llene la casa de ancianos y mamarrachos acosadores…
Caterina. Sensible. Una mujer sensible y alivianada, que entienda los nuevos tiempos,
Da. Lunfardo. Y ¿qué necesitan? Pero que necesiten de verdad, además de seguir
yendo a la escuela, verrugas. Samarita, tráeme, por favor, mis cosas del
siguiente turno.
Caterina. Ash.
Madalena. Ash.
Da. Lunfardo. No, porque pienso regresar pronto para vigilar a las tortugas. Pónganse
Madalena. La escuela equis, cero. ¿Para qué, si ya existe Wikipedia?
Caterina. Ash. Una tía que no sea una pesadilla estaría bien chidita.
Madalena. Una madre que entienda que el amor es libre y es caprichoso.
Madalena. Sino una experiencia viva, diversa, nueva cada día y cada vez.
15
Caterina.
Que
no
se
agota
en
una
sola
persona.
Da. Lunfardo. Claro, buenos argumentos para tener corazón de burdel.
Caterina. ¿Una tía así de cool es la que quiere/
Madalena. Intenta/
Caterina. Osa/
Da. Lunfardo. ¿Nacen o se hacen? En todo caso, ya están y se juntan para su desgracia
Da. Lunfardo. A ver, par de dos. Se callan y me escuchan. Esos señores que
seguramente espantaron…
16
Da.
Lunfardo.
Pues
esos,
como
decidan
llamarlos,
eran,
son,
podrían
seguir
siéndolo,
la esperanza de esa vida mejor que tanto cacarean. Pongan los pies en el piso,
hijas.
Da. Lunfardo. En serio, muchachas. Véanlo como una inversión. Esos señores pueden
darles una buena vida. Ya casadas, en su casa, ustedes hacen lo que quieran si
Madalena. Siempre estás poniéndola por delante. ¿Te parece decente vendernos a
Da. Lunfardo. No es una venta. Es un negocio. Familiar. Así se vienen haciendo las
Madalena. Como sea, equis. La pobre no entiende que en estos tiempos la autoridad
apesta.
Samarita. ¿Halitosis?
Madalena. ¿Qué, además de tarjetas doradas, podrían tener de bueno?
17
Caterina.
¿Usan
moto?
¿Esquían?
¿Combinan
bebidas
energéticas
con
alcohol?
extinción?
Samarita. Hablan de estar hiperconectados, Doña. De ponerse en línea.
Samarita. Hasta las manitas, incróspidas, de ponerse hasta el queque.
Da. Lunfardo. ¿A eso le llaman ustedes bienestar? ¿Esa es la buena vida, quemarse el
Caterina. Y a ir y venir de Valle de Bra cada fin. Buenos spas, ¿eh?
18
Caterina.
Y
al
peligro
sin
consecuencias.
La
vida
es
corta.
Ambas. Ts.
Da. Lunfardo. Pues hagan un esfuerzo. Voy a traer de vuelta a esos señores. Se
entienden, o fingen que se entienden. Y luego viene todo lo demás, todo eso que
Madalena. Pero luego luego se nota que no tienen con qué.
Madalena. Bah. Seguro se quedarían dormidos a la mitad de la acción.
Caterina. Una. Una acción que es importante cuando la gente…
19
Samarita.
Están
hablando
de
machacarse,
doña
Lanfruda.
queden mirando al techo, de mojar la brocha, de darle de comer al monstruo,
de…
Da. Lunfardo. No, pues no, a fin de cuentas no tiene nada de malo. Es natural, como
dicen. Pero yo no le veo el problema. Ni que fuera la primera vez que le pasa a
quisieran, siempre y cuando, porque en serio se los digo, les conviene atender
Da. Lunfardo. De eso se trata la decencia, no de no hacer las cosas, sino de ser
20
Madalena.
¿En
qué
mundo
las
cosas
pueden
hacerse
pero
a
escondidas?
Madalena. No tomas en cuenta que parte de la atracción.
Madalena. Y de la belleza consiste justamente en ser libres y no esconderse y en no
Da. Lunfardo. Ustedes son las que no entienden nada. Pueden tenerlo todo, la cosa es
que se den bien cuenta de que el amor es una cosa y el matrimonio es otra. La
decencia no la inventé yo, y aquí, aunque se habla mucho de libertades, todos
Caterina. Pues entonces yo estoy loca, porque quiero todo en una misma persona.
Caterina. Yo quisiera estar con quien quiera estar hasta que me diera la gana.
Caterina. Muchas ideas de la gente de antes se están cayendo a pedazos.
Madalena. ¿Quién se casa en estos días? ¿Y para qué?
21
Madalena.
¿Por
qué
esos
señores
o
tú
deciden
sobre
nosotras?
Madalena. ¿Madre?
Samarita. ¿Doña?
Da. Lunfardo. Se enojan. Se ponen roñosas. No entienden nada. Las cosas no son
como ustedes las sueñan. Las cosas son como deciden otros.
Da. Lunfardo. Pues otros, que nosotros no vemos ni conocemos, pero les pagamos.
Caterina. Lo que había antes del Twitter; de papel y te manchaba las manos de tinta.
Da. Lunfardo. Lo que quiero es ayudarlas, y a veces eso tiene que hacerse contra la
voluntad de los interesados. Un día me lo van a agradecer. Nos vemos, ya se me
hizo tarde.
Madalena Es la misma mosca pedorra de hace rato, pero nada más.
Da. Lunfardo. Cuida que no se vacíen el guacamole encima mientras vuelvo.
22
Samarita.
No
creo,
ya
lo
habían
hecho.
Da. Lunfardo. Cuida que no hagan destrozos en casa y que no se la pasen conectadas
Samarita. No creo, ellas tienen razón, mire, desde hace media hora estoy tratando de
Da. Lunfardo. Pero sobre todo, cuida que no metan a nadie…
Caterina. Samarinda.
6
23
Samarita.
Me
lo
llevo.
Samarita. Samarita, por favor, aunque le cueste trabajo, así me llamo.
Madalena. Equis.
Madalena. Tú no entiendes mucho de la sofisticación. No es la cosa, sino el punto de
vista. No es cómo me llame, lo que importa, sino cómo me gusta que me digan.
Madalena. Sustituto/
Caterina. Piloncillo/
Samarita. Volando.
Madalena. ¿Quieres?
24
Caterina.
A
ver,
pasa.
¿De
qué
hablabas?
Madalena. Samash, dile a Caty si no están buenas las pastillas que tomo.
Samarita. Ah, no, sí es por eso, sí están bien buenas. ¿Y qué cosa tienen?
Madalena. Exacto/
25
Samarita.
Pensé
que
tendrían
otras
cosas.
Madalena. ¿Ves? De eso es de lo que quería que habláramos.
Madalena. Pues, yo pienso, y esto es nada más mi opinión, que aunque parezca, y en
todas partes se diga que sí, pues no, no somos todos iguales.
Madalena. Que no me parece bien que se traten como amigas, ¿ves?
Madalena. Pues que eso es lo que establece el nivel, ¿no?
26
Caterina.
Ese
es
un
tema
muy
sensible,
Maggie,
y
sabes
que
me
molesta
mucho
en
particular.
Catarina. ¿Qué trabaje para nosotros le resta puntos en algo?
Madalena. Ash. No me obliguen a explicar. Es evidente que hay una diferencia.
Caterina. ¿Que es otro tipo, otro nivel, otra especie de persona?
Madalena. Pues no es que lo diga yo, ¿eh? Sólo me resulta un poco incómodo…
Samarita. Sam/
Samarita. Vengo.
Caterina. ¿Y te llevas los trastes? ¿Y nos preparas unas quecas? Luego quiero que me
Madalena. ¿Ves?
Caterina. ¿Qué?
Madalena. Que aunque te pese, y a ella también, hay niveles. Ella trabaja para
nosotras.
27
Madalena.
No,
que
trabaje
no,
el
trabajo
mismo
es
el
que
degrada,
y
conste
que
no
me
empeño por nada. Sólo creo que no deberías permitirle que piense que es igual
que nosotras.
7
Samarita. Simpáticos.
Samarita. Yo lo dejaría en… simpáticos. ¿Quieren hacerlas reír? Sería un muy buen
momento ahora.
28
S.
De
la
Cruz.
Necesitamos
que
no
digas
nada,
que
nos
ayudes,
siguiéndonos
la
S. De la Cruz. Amigos de Granjas y De la Cruz. ¿Está claro?
Samarita. Híjole, la verdad es que la doña me dijo que no dejara pasar a nadie.
Samarita. Ah, bueno, muy malas no. Ya me estaban asustando.
S. De la Cruz. Porque me conoces, soy amigo de doña Lunfardo.
Samarita. ¿Y por qué iba a desobedecerla a ella por hacerle caso a ustedes?
S. De la Cruz. No es que la desobedezcas, es que nos ayudes a nosotros.
Samarita. ¿A meterse a la casa, a ver a las niñas, vestidos así?
29
S.
De
la
Cruz.
Y
habrá
más
si
todo
sale
bien.
Samarita. Pues no, digo, sí. Pero no. Así no. No es correcto.
Samarita. Es que. Es que. Es que. Bueno, mire. Yo los dejo pasar, conste que porque
los conozco, y porque sé que en efecto, son amigos de la señora, pero si acaso se
Samarita. Si acaso eso pasa, yo no me puedo hacer responsable, que quede claro. Voy
Samarita. Que me obligaron a dejarlos pasar y a que me gastara esto para adormilar
mi conciencia.
S. De la Cruz. Oh, si no nos dejas pasar por las buenas, me regresas el dinero y nos
S. Granjas. Sí, sí. Aquí mi amigo responde, al fin que fueron novios.
S. De la Cruz. Eso fue hace mucho, Granjas. Y fue un golpe bajo.
Samarita. Pasen, pero me esperan en el pasillo, tengo que avisarles antes a ellas.
30
8
Samarita. Amigas.
Madalena. Patronas.
Caterina. Muchachas.
Caterina. ¿Son ellos? ¿O es la policía? Tira todo, Maggie. Tíralo todo a la taza del baño.
31
Madalena.
¿Entonces?
Samarita. Ya les dije, son unos muchachos, amigos de tu madre. Quieren conocerlas,
creo.
Madalena. Que sean amigos de mi madre hace sospechosa una cosa:
Madalena. Exacto.
9
S. De la Cruz. De haber sabido que podía ser todo tan fraternal me hubiera traído mi
pipa.
Madalena. Buenas.
32
S.
De
la
Cruz.
¿Quihúboles,
nenas?
S. Granjas. Alivianar. Hacer que pase coqueta la tarde. Es que nuestros papis…
S. De la Cruz. Primero lo primordial, amigo. Hay un orden en las cosas. Lo presento. Él
es Jorge Luis. Es un capo, groso, enorme. La pura onda cotorrona. Le hace al DJ,
VJ y a la performancia.
Samarita. ¿Performancia?
S. Granjas. Como las danzas caóticas y liminales del Dr. Simi a media plaza, pero más
Caterina. Guau.
S. Granjas. A eso le llama intervención del espacio público, re apropiación de la calle,
S. Granjas. No, no se asusten, porque su nombre espanta o antoja, pero tiene además
otras nobles habilidades. Es un maestro del parkour, fotógrafo respetado, y un
activista consciente que está ayudando a salvar a los delfines en Dinamarca.
33
S.
Granjas.
Y
limosnas
cada
que
puede.
acá?
Madalena. ¿Seguridad?
S. De la Cruz. Sí, nena, es que dejamos a los changos afuera.
Caterina. ¿Changos?
S. Granjas. A los guaruras. Ya saben, ¿no? Mi papi que se espanta de todo, no deja que
Madalena. ¿Sólida?
S. Granjas. O paralelepípida.
Samarita. ¿Mamerta?
suelano.
Caterina. ¿Suelano?
34
Caterina.
¿Dónde?
S. Granjas. ¿Qué es lo que no entienden? ¿Nada más están mariguanas o ya eran lentas
de nacimiento?
Madalena. Grosera.
S. De la Cruz. Nel. A ver. No rompan la dinámica. Fluyan. Fluyan. No ser sólidos. Eso es
lo de hoy.
S. De la Cruz. Ella ahí está, con sus rotundas y macizas, y con sus macizas y rotundas…
35
Caterina.
¿Qué
tiene
de
malo
el
maquillaje?
S. De la Cruz. Todo. Te cosifica. Te oculta. Te niega. Te saca granos y es caro.
S. Granjas. Como sea. Lo de hoy es la inclusión, nenas. Y ella juega porque aquí todos
Madalena. Pues.
S. De la Cruz. Venga. Lo de hoy es la inclusión.
S. De la Cruz. Iban a escuelas públicas en la infancia, ¿verdad?
S. Granjas. ¿Qué pasó, Fornica? Dígannos algo que esté bueno conocer. Algo de sus
Caterina. A ver. Ella es Maggie. Quiere ser biólogo marino para salvar focas y ballenas.
Madalena. Perris.
S. De la Cruz. Eso es una buena noticia. Lo anotamos.
36
Samarita.
Me
toca,
me
toca.
Samarita. Pues ella es Caty. Es, como lo pueden ver, muy guapa, es muy noble. Muy
sana.
S. De la Cruz. No estoy bostezando, es que me hizo falta azúcar, ¿eh?
Samarita. Es muy liberal. Su forma de pensar no le gusta mucho a los adultos porque
es adelantada. Tampoco la entienden mucho sus amigas de generación porque
Samarita. Sí, está metida en una organización de muchachas que quieren quitarse de
S. Granjas. Ad-‐mi-‐ra-‐ble.
Madalena. Exacto. Ella lleva y trae, tronamos los dedos, ella obedece…
S. De la Cruz. ¿Y tiene nombre o nada más una patrona gandalla?
S. De la Cruz. Y piel suave. Y tersa. Y. Y. Y. Acércate acá. Estás muy lejos.
37
S.
Granjas.
Bueno,
bueno,
bueno.
Ya
nos
conocemos
todos.
Circula
la
energía
y
no
nos
enganchamos con las malas vibras. Bienvenida al círculo, Samarita. Pues nada.
jefes.
Madalena. ¿Y en qué trabajan? ¿De dónde conoce mi madre a sus patrones?
S. De la Cruz. Nena, a ver, en serio. Vuelve a fumar esa cosa y relájate un chingo,
¿quieres?
S. Granjas. Doña Lunfardo conoce a nuestros padres, Maggie. Fornica, pásate para acá.
Eso es lo que pasa, Maggie. ¿Por qué no ponemos un poco de música? ¿Estaría
bueno, no?
más. Trajimos nosotros el mero buen trago para hacerlas conocer la calidad.
Ahí está.
Madalena. Ve.
38
Madalena.
Pues…
S. De la Cruz. Si tuvieran naranjas o manzana estaría muy bueno.
S. Granjas. ¿Qué? Es la más pura y dura onda vintage. Ya basta de aparatejos que te
S. De la Cruz. Pues ya está decidido. Vamos por esas cosas asquerosas y por unos
Caterina. Vamos.
S. De la Cruz. No, no. Espéranos, vamos a ir Samarita y yo.
Caterina. Pero…
39
10
S. Granjas. Cambia tus referentes, nena. Hay mucho más que la cultura dominante.
Madalena. Seguro. Pero nos la pasamos muy encerradas. Ustedes cayeron un poco al
rescate.
S. Granjas. ¿En serio? Qué raro. Internet es Internet es internet es Internet…
S. Granjas. ¿Y eso?
Madalena. Nada. Nos dejan aquí, sin buena conexión y no salimos mucho.
de mi tía.
Madalena. Tuvo problemas económicos y no podía muy bien con los gastos, ¿ves?
40
S.
Granjas.
Bah.
La
Universidad
no
es
nada.
Muchos
estudian,
pocos
entienden.
Yo,
por
olfato para los negocios. No me hizo falta un título.
S. Granjas. ¿Quién?
S. Granjas. Ah, mi padre. Pues tiene una cadena de restaurantes. El de David Fornica
tiene varios talleres mecánicos. ¿Pero eso qué? Nosotros queremos hacer lo
adaptarla como una casita rodante e irnos a rolar hasta la Patagonia. Buscando
S. Granjas. La vida en comuna es dura, pero es noble. Haríamos lo nuestro, cada uno.
41
S.
Granjas.
En
principio
sí.
Queremos
hacer
el
viaje
sin
dinero.
Sin
conexión.
Sin
S. Granjas. Guau. Eso que tienes ahí, ¿es un tatuaje o un lunar?
Caterina. Pero es de familia, yo también lo tengo. ¿Quieres verlo?
Madalena. Caterina.
Caterina. ¿Qué?
S. Granjas. A ver, tranquilos todas. No tienen que enseñarme nada. No es necesario.
Caterina. ¿Y cuando lo haces tú con desconocidos sí está bien? ¿Por qué? Además, no
me está obligando. Yo quiero enseñarlo y es mi cuerpo, y eso no significa nada.
S. Granjas. Yo a cambio te puedo enseñar un tatuaje que me hice en el trasero.
Madalena. Como que ya se tardaron mucho Samarita y Fornica, ¿no?
42
Madalena.
Zorra.
Caterina. ¿Pero zorra por qué? Ella puede hacer lo que ella quiera. Yo puedo hacer lo
que yo quiera y eso no me vuelve una zorra, Madalena, ¿te enteras?
S. Granjas. Íbamos muy bien. Vamos a retroceder en el tiempo. Yo les iba a enseñar mi
S. Granjas. Por pura locura. Y también me tatué algo en la ingle derecha, ¿quieren
verlo?
Madalena. ¿Samarita?
Caterina. A ver.
11
43
S.
De
la
Cruz.
¿Tú
no?
¿Te
da
miedo
te
sacas
de
onda?
S. Granjas. Fondo.
Caterina. Fondo.
Samarita. Fondo.
Madalena. Fondo.
S. De la Cruz. Sólo la primera vez, ya luego resbala.
Caterina. Otro.
Samarita. Ea.
Samarita. Vamos.
Caterina. Fondo.
Samarita. Fondo.
Madalena. Fondo.
Samarita. Música.
S. Granjas. Le estaba platicando aquí a Maggi y a Caty del viaje en combi que
planeamos.
44
Caterina.
Y
yo
le
decía
al
Jorge
Luis
que
si
necesitan
reclutas,
ya
tienen
un
soldado.
Samarita. Ay, no, ella ya sabe cuidarse bien sola. Ya está grande.
S. De la Cruz. ¿Estás segura? Yo pienso que no deberían cruzar alcohol con…
Caterina. Dale.
Samarita. Que baile. Es decir, báilale, cochino traidor, mujeriego miserable.
45
Caterina.
Déjala.
Ahorita
se
le
pasa.
Caterina. Vamos a jugar Limbo. Ven, Samarita. Agárrala aquí. Tú la agarras de acá.
Caterina. Y nosotros vamos pasando por debajo al ritmo de la música.
Caterina. Ea.
Samarita. EA.
S. Granjas. Auch.
Caterina. Ea.
46
S.
Granjas.
Re
auch.
Caterina. ¿Por qué tu madre nos mandaba puro gorila carcamal? ¿Dónde tenía a
estos?
Madalena. Vas.
S. De la Cruz. No, no creo que sea una buena idea.
Madalena. Bolita.
Caterina. Bolita.
12
47
S.
Granjas.
Les
dije
que
no
lo
aplastaran.
S. Granjas. Sí.
Madalena. Mamá.
Samarita. Yo les advertí. Se los dije. No tuve nada que ver. Ellos insistieron.
S. Granjas. No llores.
Da. Lunfardo. No, claro. Quienes van a llorar son otros. ¿Quién es ese de ahí?
Madalena. ¿Por qué no nos los habías presentado a ellos y nos mandabas puros
pellejos a merodearnos?
Caterina. Es de la que tenías escondida en tu cajón, tía.
48
Samarita.
Chancros
y
re
chancros.
En
menos
de
veinte
minutos
tenemos
ciento
Samarita. A mi muro. Nos la estábamos pasando re bien hasta que llegó la doña.
Da. Lunfardo. Par de taradas. ¿Estaban más enyerbadas en la mañana o qué? Estos
Madalena. No.
Caterina. No.
S. De la Cruz. Sólo queríamos demostrarles que son ustedes unas lindas y pequeñas
retrasadas mentales.
Da. Lunfardo. Eso ya lo sabíamos. Lo que hicieron ustedes no tiene nombre ni madre.
S. De la Cruz. Y te juro, querida, que no nos propasamos. Sólo queríamos la revancha.
49
S.
Granjas.
Creo
que
nos
excedimos,
amiga.
Da. Lunfardo. Pues sólo demostraron que son igual de tarados. No son mejores. No
Da. Lunfardo. A ver, muchachas, ¿se propasaron en algo estos miserables patanes?
Madalena. No.
Da. Lunfardo. Pues lárguense. Ahora. No quiero volver a verlos ni de lejos.
S. Granjas. Adiós.
cuarto a la voz de ya. Samarita, borra todo eso que subiste.
50
Da.
Lunfardo.
No
te
hagas.
Ven
acá.
Da. Lunfardo. No me distraigas con la estadística. Los datos duros.
Da. Lunfardo. Ouch. Pues sí es más. Sí es más que la semana pasada.
***
Madalena. Oye.
Caterina. ¿Qué?
51
Madalena.
¿Tú
qué
vas
a
hacer?
Caterina. Pensar.
Madalena. A ver.
Caterina. Está re mala onda lo que hace la tía, ¿no?
Caterina. Y medio nos obliga a salir de esta casa del brazo de un fulano.
Caterina. O piensa que es un deber. Que no valdríamos ni cacahuates si remotamente
a una de nosotras o a las dos se nos ocurriera quedarnos solas.
52
Madalena.
No
sé.
No
creo.
Madalena. Sí. Como que no me veo necesariamente junto a un fulano.
Caterina. Claro que no. Pero que pudiera ser el que tú quisieras. Aunque fuera un
Madalena. ¿Sería diferente? Piensa que no están muy nuevos que digamos.
Caterina. Yo creo que sí sería diferente. Podemos probarlos un rato. Y si no la arman,
los bajamos.
53
Caterina.
Al
menos
esos
sí
tendrían
para
invitarte
a
comer
otra
cosa
que
tortas
o
gansitos.
Madalena. Interesadota.
Caterina. Pero que no sea mucho tiempo, se les podría enfriar la cartera.
Caterina. Pues ya quedamos. Pero, oye, ¿cómo los vamos a encontrar?
Madalena. Eso. Eso mero. Justo eso. Lo vamos viendo. Lo vamos viendo despacio.
***
54