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Historia de la Educación Argentina

Resumen – EJE 1

Documento: La educación en el Chubut 1810 a 1916 – Sergio Caviglia

-La educación de los pueblos originarios


Son pocos los antecedentes publicados sobre la educación en el Chubut. Los que existen no dejan de
tener un tinte de evolucionismo lineal, y se encargan de las “altas culturas”. Se nota una lectura
eurocéntrica.

Algunas consideraciones:
-no se especifica el concepto educativo de la época
-no se utilizan las palabras educación, aprendizaje, transmisión
-la tradición oral no es considerada como transmisora
-los pueblos son considerados bárbaros: no tienen historia ni educación
-los religiosos tiñen sus prácticas como superstición, mito, leyenda

-Métodos de enseñanza-aprendizaje
Existen tres puntos importantes en la educación originaria:
-El valor de la tradición: se transmite el conocimiento acerca de su cosmovisión
-El valor de la acción: aprender haciendo
-El ejemplo: el sentido del legado de los antepasados y el contenido práctico de las tradiciones

Sus sistemas de creencias eran muy elaborados: explicaban el origen del mundo y de toda la
creación. La narración oral era la fuente de transmisión de relatos y tradiciones, y a ello se suman las
lecturas de los sueños o del cielo. Se comunicaban con señales de humo. Tenían mucho conocimiento
sobre las plantas y sus propiedades alimenticias y medicinales. Alguna información se transmite
mediante iniciaciones. El conocimiento de los animales se da por relatos míticos. Conocían los
movimientos territoriales, estacionales, ciclos de vida, y estrategias de caza.

-Aprendizaje
Utilizan la memoria del aprendizaje oral, muy diferente a la escolarizada. Aprende es incorporar el
relato de la propia experiencia para poder transmitirlo. Es la incorporación del relato de vida personal
y afectivo.
Primero MEMORIZACIÓN para la transmisión, luego REITERACIÓN del contenido, por último
REPRESENTACIÓN en ceremonias o rituales. Además de implicar la incorporación de conocimientos,
implica asumir maneras de comportarse.

-El indígena educable, a partir de 1878


Las demandas por incorporar las tierras al mercado hicieron que las fuerzas militares pasaran de una
etapa bélica contra los pueblos a otra de control territorial y disciplinamiento laboral.
En 1908 se los define como razas atrasadas que debían ser preservadas, conservadas y civilizadas
mediante políticas estatales. Surge la escuela común: escuelas diurnas de carácter abierto y
transitorio. Se formarían sujetos disciplinados y productivos. Se produjo una ruptura con el proyecto
sarmientino al incorporar a los indígenas a la categoría de sujetos educables.

-La educación formal


La educacipon llega al Chubut en la segunda mitad del siglo XIX pero con los galeses. Poco tiempo
después llega la escuela nacional, y luego la salesiana con un proyecto en relación a la población
originaria. No hay transiciones en los modelos educativos -> gran impacto social
Los salesianos son los que arriban con políticas claras y definidas en relación a la población nativa de
la mano de una estrategia geopolítica de Estado. Los colegios nacionales son los grandes
normalizadores, y van de la mano de la idea de la argentinidad y la construcción de ciudadanía desde
una concepción laica.

-Reparto de prisioneros en 1879


Muchos prisioneros fueron trasladados al norte de Argentina a trabajar como esclavos: las familias se
separaban y la aristocracia compraba para servicio. Eran obligados a cristianizarse y usar nombres
españoles. Los cautivos fueron repartidos en déposito. Ese reparto abrió la puerta hacia la asimilación
de los indígenas a la sociedad estatal insertándolos como trabajadores serviles sin percepción de
salario.

-¿Qué es ser civilizado?


Para civilizar había que modificar el modo de vida de los pueblos de alta movilidad (nómades). Había
prejuicios sobre los nómades: era sinónimo de salvajismo, primitividad, desorganización. Se intenta
reemplazar una cultura por otro sistema simbólico, otro ethos y otra cosmovisión.

-Salesianos
Para Don Bosco, los hábitos salvajes estaban ligados al demonio y era este el que obstaculizaba su
evangelización. El indígena es infiel por ignorancia, y por lo tanto se vuelve imperiosa su educación.

-La escuela del Boquete de Nahuelpan y el maestro Luis Funes


Cuando la escuela se estableció en las tierras indígenas, sus costumbres fueron discriminadas y
excluidas de las aulas. La función de la escuela era que los alumnos abandonen sus culturas
indígenas y dejen de serlo. La escuela ha sido un instrumento a una política que contribuyó a la
extinción de más de mil lenguas.
El maestro Funes escribió al respecto de los indígenas. Según su concepción los indígenas no tienen
historia, sino presente, y sólo si se someten tendrán futuro. -> Ese discurso legitimó la ocupación de
las tierras.
Desde la perspectiva de los pueblos, la escuela surge como la devoradora de identidades. En relación
al Estado y la patria, Funes dice “el indio no tiene apego por la tierra donde vive ni puede tenerlo
siendo nómade”. También reconoce que hay una educación desde el ámbito familiar.

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Documento: Qué paso en la educación argentina – Adriana Puigróss

-El clima cultural de la época


Antes del descubrimiento de América el renacimiento estaba transformando la cultura occidental:
más conocimiento sobre la tierra y el cosmos, más contacto entre los pueblos por concilios religiosos
y comercio.
La unidad española (que se dio expulsando a moros y judíos), se asentó en la homogeneización
ideológica y cultural, como parte de la unificación cristiana del mundo: España renunció a incorporar
culturas que podrían haberla ayudado a entrar en la modernidad.
La conquista y colonización de América desviaron el camino del desarrollo de España: adquirieron
deudas para conducir la empresa americana, y las riquezas que extrajeron de América fueron a las
arcas de los banqueros alemanes y financiaron el desarrollo capitalista del resto de Europa.

Durante el siglo XV (antes de la conquista) la vida cultural era intensa en Sudamérica: algunos
grupos étnicos habían llegado a ser agricultores, los guaraníes se extendían desde el amazonas hasta
el rio de la plata, y sometían y expulsaban a otros pueblos, entre otros movimientos migratorios. Sus
chamanes provocaban la lluvia y la fertilidad y profetizaban el futuro. Constituían una unidad
lingüística y una civilización homogénea.
Los habitantes del noroeste argentino eran producto de un profundo mestizaje cultural. Dos
décadas antes de la conquista, eran sometidos por el imperio incaico, e introdujeron grandes
transformaciones: cambiaron el lugar de residencia de los pueblos, introdujeron una nueva disciplina
de trabajo y pautas de planeamiento económico, etc.
Los incas, los conquistadores y los misiones usaron el quechua como lengua franca, y la impusieron
a los pueblos conquistados. Se difundió como lengua común y así se conectaron los sectores antes
dispersos.
Los incas usaron en gran escala la fuerza de trabajo de los pueblos conquistados para construir
caminos hasta el corazón del imperio: introdujeron nuevas formas de transporte, ensancharon las
poblaciones y llevaron a la zona alfarería importada.
Al finalizar el siglo XV, en el centro del territorio argentino vivían horticultores, y tenían una alfarería
menos avanzada. Los tehuelches patagónicos, tobas, matacos y otros pueblos sureños evolucionaban
al correr de su propia actividad educativa y de invención.
Poco antes de la llegada de los españoles, la historia educacional corría por canales propios; en el
norte el emperador azteca realizaba una reforma que instalaba un sistema de escuelas vinculado a la
reproducción de divisiones sociales. Las preocupaciones de los aztecas e incas por institucionalizar la
educación se referían a las clases dirigentes. El pueblo aprendía mediante el trabajo, los rituales y las
costumbres. La escuela era para los nobles. Estos pueblos habían empezado a entender la educación
como una práctica distinta de la política y la religión, pero orientada por ellas. No se perfila la figura
del educador como distinta del sacerdote, pero los contenidos trascienden la formación religiosa:
política, arte de la guerra, ciencia y tecnología.

-Las causas de la derrota:


Los americanos no sabían de la existencia de otros países mas alla de los mares, pero en su
imaginario, invasores extraños y poderosos llegaban desde el cielo o desde los confines de la tierra.
Cuando los españoles llegaron, seguían presentes algunos mitos, entre ellos , “pachacuti”: un
concepto que aludía a la inversión del orden, ejecutada por una fuerza telúrica que era castigo y
nuevo tiempo a la vez. Se refería a la transformación que se producía al terminar un ciclo de
quinientos años, momento en el cual se volvía el mundo del revés. Para las étnicas andinas, la
conquista fue un pachacuti: coincidió con la lógica dicotómica de este mito, de acuerdo con el cual las
partes opuestas buscan permanentemente un equilibrio entre sí. Las etnias nunca distinguieron entre
los míticos visitantes extranjeros que habían imaginado, y los barbudos españoles que arribaban
montados en animales desconocidos: la profecía se cumplió y nada podían hacer para detenerlo.
Algunos sostienen que los españoles habrían triunfado sobre la ideología de los indígenas, pero no
todas las etnias americanas se rindieron: los comechingones dieron combate durante siglos. Otras
interpretaciones dan más importancia a la superioridad de las formas de producción económico
sociales y del desarrollo tecnológico de los españoles. De todas formas, el descubrimiento de América
no produjo un encuentro entre dos culturas, sino el mayor genocidio de la historia.
Los americanos no murieron solamente por las armas de fuego, sino como consecuencia de la
sobreexplotación, hambre, enfermedades desconocidas y del desorden en la ecología, en las
costumbres y en los valores.

-Quién educa y quién aprende:


Los españoles se instauraron como los únicos con el derecho a educar (educar = evangelizar), porque
se consideraban los únicos seres “culturales” y por ello debían imponerse.
Había distintas concepciones para la naturaleza de los educandos: para algunos eran barbaros e
inhumanos, para otros salvajes que podían ser evangelizados, para otros simples ignorantes de la
doctrina católica y las costumbres españolas.
La relación pedagógica entre americanos y españoles se establecía como una relación de dominación.
Aceptar educarse en la cultura dominante y bajo la ley del dominador era la condición para conservar
derechos elementales (sino se volvían esclavos). También existían dos miradas sobre la guerra hacia
los indígenas: estaba justificada porque eran bárbaros, o tenían derecho a comerciar y comunicarse
libremente.

En 1550, el dominico fray Bartolomé y Sepúlveda establecieron dos posturas:


-Bartolomé: el estado natural de la humanidad era la igualdad. Sostenía que los indios tenían las
mismas virtudes que los cristianos, pero que estaban en un estadio menos avanzado. Eran buenos
salvajes y debían ser tratados bajo el mandamiento “Amarás a tu prójimo”.
-Sepúlveda: el estado natural de la humanidad era la jerarquía, y la desigualdad era el elemento
fundante.
La conquista de América adquirió distintas caracterizaciones a lo largo del tiempo. Centrándonos en
los procesos educacionales podemos vislumbrar tres etapas:

Primera etapa (desde el descubrimiento hasta el Concilio de Trenco en 1545)


+ 1500: ningún indio puede ser sometido a la esclavitud
+1503: existencia de una casa donde dos veces por día se junten los niños de cada población y el
sacerdote les enseñe a leer y escribir, y la doctrina cristiana
+1509: cada población que tenga un sacerdote debe construir una casa cerca de la iglesia para
enseñar a los niños]
+1512: se permite a los franciscanos traer dos mil cartillas desde España
+1518: los hijos de caciques mayores de 10 años deben ser entregados a los dominicos y franciscanos
para ser educados

Durante los primeros 50años de la conquista llegaron visionarios y utopistas. América representaba la
utopía de los humanistas del renacimiento: una sociedad en la cual la religión, la moral, el bien y la
virtud están en la base de un nuevo estado. Habría en ese nuevo país de igualdad, nueva división del
trabajo y una educación continua. Pensadores de la época consideraban a la educación como el
medio más importante para lograr una vinculación cultural con los americanos y los colonizadores
debían evangelizar.
Las órdenes religiosas encaraban una tarea inédita: proporcionar una educación masiva y
homogeneizadora, que resultó ser la experiencia precursora del sistema educativo moderno.
Este primer periodo de la colonización distó de ser reflejo de las utopías igualitarias imaginadas por
los humanistas: llegaron aventureros interesados en el oro y la plata, se explotaron poblaciones, hubo
enfrentamientos y precarias negociaciones.

Segunda etapa (desde el concilio de Trenco en 1545 hasta la expulsión de los jesuitas en 1760)
Desde el punto de vista educacional, esta etapa estuvo marcada por la decisión de imponer la
doctrina cristiana a gran escala, a la vez que lograr la domesticación de los indios como mano de
obra.
El concilio de Trenco confirmo el derecho a la colonización, pero en 1550 los teólogos y filósofos
reconocieron el derecho de los indios a ser considerados humanos y redactaron las Leyes de Indias
(no incluían una sola línea sobre la educación elemental). En 1552 fue recomendado enseñar a leer,
escribir, y contar además del catecismo.
Hubo una expansión escolar de órdenes religiosas, de clero secular y algunos maestros laicos.
Además, se fundó la universidad de Lima, que tuvo la autorización papal para emitir títulos de
perpetuidad.
La enseñanza estaba muy alejada de la realidad: se enseñaba medicina en latín y sin hacer
disecciones. El currículum medieval, condensado en el trívium (gramática, retórica y dialéctica) y el
cuadrivium (aritmética, música, geometría y astrología o astronomía), persistió en aquellas
universidades. No existía la noción de un sistema educativo integrado, que recién termina de gestarse
a comienzos del siglo XIX, y el nivel medio o escuela secundaria es una creación muy tardía, surgida
en las llamadas escuelas preparatorias.
Entonces, existieron dos series de instituciones desarticuladas entre si, que daban enseñanzas muy
distintas. Las escuelas para el pueblo enseñaban las primeras letras y evangelizaban, y las
universidades transmitían los saberes cultos, allí se formaban los políticos y religiosos-> los
educandos eran los hijos de los funcionarios españoles y criollos, y algunos hijos de los nobles
indígenas

Tercera etapa (desde la expulsión de los jesuitas en 1767 hasta la independencia en 1810)

La educación había seguido un desarrollo desigual entre las regiones y sectores sociales, étnicos,
culturales y lingüísticos. La población indígena combinaba escasamente las formas de educar
tradicionales con las que aplicaban y difundían los clérigos y maestros laicos europeos. El panorama
era un mosaico de modelos educacionales. La expulsión de los jesuitas produjo un vaciamiento de
educadores.

En 1780, en Córdoba, el obispo San Alberto comenzó a formar a los curas como docentes. Creía
necesario que la Iglesia encabezara el proceso inevitable de modernización, pues de lo contrario
avanzaría el liberalismo.

Los ilustrados de la época tenían como objetivo una reforma económica, pero advertían que el
obstáculo radicaba en la ignorancia del pueblo. Se quería instruir al conjunto de plebeyos y
trabajadores para que aceptaran el orden social y contribuyeran a la modernización de las formas de
producción. La escritura era un medio adecuado para lograr el autocontrol de la gente.

La economía, las ciencias exactas, físicas y naturales, el dibujo y las lenguas vivas llegaron a las
universidades latinoamericanas en esta época, pero se quedaron allí encerradas. En varias
universidades, los contenidos de la enseñanza fueron paralelos a los de las universidades europeas.

Para el fin de esta época, Buenos Aires había reemplazado a lima como boca comercial de salida hacia
Europa, hundiendo las economías regionales del noroeste e inaugurando la hegemonía del litoral. Se
habían producido grandes transformaciones culturales, pero el acceso a la educación era
profundamente desigual.

La fundación del debate pedagógico:


Los inmigrantes que llegaron entre fines del siglo XIX y principios del XX no eran los europeos cultos
que esperaban los dirigentes argentinos. Eran campesinos sobrantes del proceso de modernización
europea, en su mayoría católicos y analfabetos; algunos tenían ideas anarquistas y socialistas; había
refugiados políticos, y ateos, agnósticos, protestantes y judíos. Los escritores naturalistas se valieron
del biologismo para fundamentar la inutilidad de la población criolla y sostener que los gringos eran
tan renuentes como el gauchaje a aceptar el orden del país que los recibía. Los naturalistas defendían
la racionalización eurocéntrica y la legitimidad del sojuzgamiento de indígenas, mestizos y negros.

En el sistema escolar se trazaron caminos distintos para diferentes grupos sociales. Los chicos de
ciudades, hijos de familias inmigrantes tenían que luchar para no quedar marginados, y los
descendientes de los criollos apenas si alcanzaban a aprender a leer y escribir en las miserables
escuelitas rurales.

Los debates entre políticos y educadores giraron en torno al papel que se adjudicaba a la educación
en la construcción de la hegemonía. El bloque de poder porteño estaba interesado en usar la
educación para imponer el orden, y los trabajadores rurales, artesanos, el proletariado y los nuevos
sectores inmigrantes la veían como un vehículo para la movilidad social.

La revolución radical de 1890 condensó la propuesta de aquellos sectores y llenó de preocupación a


los intelectuales de la oligarquía. El nacionalismo católico exigió la adaptación de la población al
modelo cultural tradicionalista y la represión de toda disidencia: desarrolló un sistema escolar privado
y asistencial y luchó por obtener el dominio de la educación pública.

Un sector progresista de la oligarquía prefirió proponer reformar al sistema educativo que lo


“reificaran” y vincularan la educación con el trabajo; la población quedaría así contenida en el marco
de un país al cual querían industrializado y moderno. Carlos Pellegrini abrió la primera Escuela de
Comercio en la Capital Federal, y Joaquín Gonzalez propugnó una enseñanza secundaria moderna,
científica y utilitaria.

Las corrientes del normalismo:


El positivismo pedagógico elaboró modelos dirigidos a ordenar, reprimir, expulsar o promover en la
escuela sistemáticamente a la población, alcanzando la mayor correlación entre raza, sector social y
educación proporcionada por el Estado.

La corriente denominada normalizadora, predominantes en la docencia, se sentía apóstol del saber y


consideraba que educar al ciudadano era una misión. La antinomia civilización/barbarie operaba en
su pensamiento. El método, la organización escolar, la planificación, la evaluación y la disciplina eran
las nociones que organizaban su práctica. Poco a poco estas categorías serían organizadoras de su
identidad, lo cual tuvo como consecuencia que el vínculo que consideraban legítimamente
pedagógico fuera necesariamente bancario.

En el marco de la política oligárquico hubo expresiones pedagógicas nacionalistas de corte popular.


Argumentaban que la barbarie había sido un fruto genuino de nuestro territorio, y la montonera el
ejército de la independencia luchando en el interior. Si la barbarie era arte de lo nuestro, la opción
que se abría era construir un sistema educativo cerrado y excluyente o un sistema permeable a la
diversidad.

Con el tiempo, algunos elementos de los discursos democrático-radicalizados y socialistas fueron


inscribiéndose en el discurso escolar, pero quedaron subordinados a la lógica del poder hegemonico.

Las sociedades populares de educación

Las sociedades populares comenzaron a fundarse con la llegada de los primeros inmigrantes de la
segunda mitad del s. XIX. En la década de 1880 su presencia en el campo educativo era lo
suficientemente importante como para que les dedicara parte del texto de la Ley 1420. Se distinguían
por sus funciones y por su diferenciación respecto a la labor de las escuelas. Estas sociedades fueron
difusos centros de transmisión cultural cuando el sistema escolar aún no se había extendido y lo
complementaron cuando se transformó en un gran aparato escolarizado. Abarcaron entonces a la
población que quedaba fuera de la escuela, a los sectores marginados, ofreciéndoles una educación
no escolarizada, semi presencial, que usaba los medios de difusión de la época: conferencias,
discusiones públicas, libros y prensa.

Espiritualismo, gremialismo docente y escuela nueva

El positivismo estaba en caída libre en la escena política e intelectual alrededor de 1910. Crecían
alternativas pedagógicas espiritualistas y antipositivistas.

Entre los docentes democráticos argentinos la exaltación de la libertad y la opción por la democracia
se había combinado con la aceptación de algunos de los aportes del positivismo, en particular al valor
otorgado al pensamiento científico.

En la Argentina comenzaba a gestarse el movimiento de la Escuela Activa muy vinculado al nacimiento


del sindicalismo docente. Nacida del corazón del mutualismo y luego vinculada al anarquismo y al
socialismo, la actividad sindical docente fue creciendo en las primeras décadas.

La problemática educativa de este período estuvo influida por las demandas de participación en la
planificación, gestión y conducción de las políticas educativas. El gobierno radical, 1916, proporcionó a
los educadores progresistas un marco político permisivo para el desarrollo de sus ideas y de sus
experiencias.

Aunque el radicalismo no hizo una reforma fundamental, la apertura democrática permitió que en
1918 se gestara un clima de reforma que abarcaba grandes sectores del sistema educativo.

Documento: Breve historia de la escuela argentina - Ángela Menendez

I - Época colonial. Influencia de las comunidades religiosas en la educación. Los jesuitas - Vértiz – Belgrano.

La primera vida del territorio argentino en la Colonia dependiente de España su vida propia de nación
comienza en el año 1810. Época colonial

Al momento de la colonización España terminado de la lucha con los moros y se hallaba


comprometida Las Guerras de Italia sus tesoros estaban agotados y los hábitos de guerreros habían
sustituido a los de orden y trabajo. Teniendo relaciones hostiles con las otras naciones España Isla sus
posesiones de América y establece el monopolio. los descubridores gobernadores y Reyes como
gentes del Rey, casi todos ellos, respondían a la política de España: buscaban en América sus riquezas,
y al efecto repartían los indios como agentes de producción material.

La comunidad de religiosos, de franciscanos dominicos y mercedarios se distinguieron en la época


colonial: los misioneros formaban pueblos con los indios que catequizaban, a los que llamaban
reducciones. Enseñar a leer y escribir música agricultura religión y arte de la guerra. Su acción se hizo
sentir en favor de los indios y se señalaron por su iniciativa educacional.
Así en 1609 no había más escuelas públicas que las que sostenía cada convento. El obispo de
Tucumán tenía transferencia Universitaria por lo que, en unión con los jesuitas, procuraron la
elevación del colegio a universidad. El permiso de establecer una universidad en estas colonias le fue
acordado en 1621 por un breve del Papa Gregorio XV. Autorizados debidamente los jesuitas
fundaron, con la base del colegio máximo en 1622, una universidad real en Córdoba. A pesar de esto
las universidades de América no quedaron seriamente constituidas hasta 1664. Según la ordenanza
real de ese año, en las colonias de la plata sólo la universidad de Córdoba podía conseguir grados
académicos bajo condiciones reglamentarias previamente establecidas.

En 1668, los jesuitas fundan un nuevo establecimiento al lado de la universidad, el Colegio de


Monserrat. La corte estaba en contra de esto porque resistía el desarrollo intelectual de las colonias.
Esto prueba que la educación era entonces una necesidad social y que esa necesidad iba a ser
atendida por el esfuerzo propio americano.

El colegio de Monserrat y la universidad de Córdoba elevaron notablemente la cultura del país, en sus
aulas se prepararon muchos de los patriotas que brillaron más tarde por su talento de los trabajos
políticos de la Revolución. En Buenos Aires, además de las escuelas de primeras letras, se enseña
humanidades, filosofía, y teología. La acción educacional de los jesuitas fue interrumpida por una
orden real de Carlos III que los obligó a abandonar sus posesiones y salir del país. En el año 1767
tiene lugar la confiscación de sus bienes y El Monarca dispuso que se destinará a objetos de
beneficencia y a mejorar y ensanchar los establecimientos de educación.

En 1771 pasó por los Cabildos eclesiástico y secular y al procurador de la ciudad de Buenos Aires un
informe que les consultaba acerca de los medios de establecer escuelas y estudios generales para la
enseñanza y la educación de la juventud. Los Cabildos respondieron con entusiasmo y decisión a tan
progresista idea, y aconsejaron la creación de un Colegio Convictorio y de una Universidad Pública. Se
intentó confeccionar el plan con las cátedras de matemática y náutica, con este pensamiento:
prescribían a los hombres las reglas para ser útiles en combate, laboriosos en las heredades y
benéficos al público. La Corte se oponía a estas intenciones, por lo que ciertas cátedras no se
incluyeron en el plan para evitar rechazo. El Sr. Basavilbaso fue encargado de confeccionar el plan de
la universidad. Consistía en una Cátedra de Gramática, una de números, una de Filosofía, tres de
Teología, una de Moral y tres de Derecho. La instrucción y el progreso eran una aspiración palpitante
e impulsiva en los americanos.

El Gobernador Vertiz fue erigiendo sucesivamente las aulas publicas y nombrando a sus catedráticos,
de todo lo cual se pasó informe a la Corte. Fueron los primeros estudios públicos que se dictaron en
Buenos Aires, en 1773. En 1779 la Corte pidió informes más específicos sobre las fincas que sostenían
a la universidad, y como estos nunca fueron enviados, esto impidió el establecimiento de la
Universidad. Pero se obtuvo la creación del Real Colegio de San Carlos, y que inició sus clases en 1783.

En 1794, a propuesta del Cabildo, se crea el Consulado de Comercio siendo nombrado Secretario, el
abogado Manuel Belgrano. El tenía un anhelo vehemente de organizar la instrucción pública: veía la
riqueza de los pueblos en la inteligencia y el fomento de la industria en el de la educación. Manifestó
en sus memorias del Consulado la necesidad de establecer escuelas gratuitas para los niños pobres
en todos los barrios de la ciudad. Tratan también sus memorias, de la necesidad de crear Escuelas de
Niñas, donde se les enseñase a leer, escribir y contar la Religión (ideas muy adelantadas para su
época).

Bajo su influencia el Consulado favoreció el comercio y la industria y estableció una Escuela de


Náutica y otra de Dibujo costeada por sus rentas. La Escuela de Náutica se abrió el 26 de noviembre de
1797. Creó 8 becas para niños huérfanos, de las cuales 4 debían ser indios. Instituyó premios y
suprimió los azotes. La Escuela de Dibujo quedó instalada en marzo de 1799 con aprobación del
virrey. El objeto era preparar a la juventud para desempeñarse en las artes y oficios.

Tres años después de su erección la Corte mandó a suprimir estas instituciones, considerándolas
inútiles y de mero lujo. Así impedía la corte de España el progreso de las colonias. En tiempo del
Virrey del Pino aparecieron en Buenos Aires los primeros periódicos. De esta manera se abrieron
nuevos horizontes a la juventud estudiosa, contribuyendo a su cultura por la prensa periódica.

En 1801 el Dr. Antonio Fabre abrió una cátedra de Anatomía y Cirugía y al año siguiente el Dr. Cosme
Argerich comenzó la enseñanza de la Medicina.

Al empezar el siglo XIX el estado de las colonias era floreciente. Establecido el Virreynato de la Plata
gozaban de paz y de un gobierno que si no era progresista siempre era hábil y discreto. La población
aumentaba considerablemente, el comercio con las provincias interiores y el Perú y el contrabando
había ensanchado las fuentes de producción. Este impulso progresista se siente también en el orden
educacional en toda la República. Se desarrolló la cultura intelectual por la acción de propia de las
colonias de Buenos Aires (Colegio de San Carlos), Córdoba (Colegio de Monserrat y la Universidad),
Salta y Tucumán (Universidad de Chuquisaca) y Cuyo (Universidad de Santiago de Chile), en contra de
las resistencias de España que recelaba siempre de la ilustración y progreso de los americanos.

Sus nobles esfuerzos les fortificaban el espíritu, y les daba conciencia de su valor moral. El
contrabando les dio iniciativa comercial, y las invasiones inglesas les revelaron su valor material. La
independencia es una consecuencia natural de sus atributos y una necesidad para su
desenvolvimiento y progreso.

II – 1810. Mariano Moreno. Manuel Belgrano. Asamblea del año 13. Director Pueyrredon. El General San
Martín. Gobierno del General Rodriguez. Rivadavia.

En 1810, el pueblo argentino se hizo dueño de su destino. La revolución no era un cambio de mando,
sino un cambio radical: crear ejércitos, dictar leyes, inculcar ideas, modificar costumbres, etc. La
generación de Mayo era digna de tan noble causa, y todos estaban seguros de que la educación era la
luz necesaria para iluminar la patria.

Mariano Moreno – 1810. Tiene vistas claras respecto a la educación del pueblo: funda un periódico
político, La Gaceta de Buenos Aires, para difundir las nuevas ideas. Hace escribir un libro de Catecismo
Militar, para iniciar a los niños y jóvenes en los principios fundamentales del gobierno libre.

Ordena la creación de la biblioteca pública. Reconoce también la necesidad de impulsar los estudios
en un sentido práctico y sin desconocer la importancia de las ciencias morales que eran las únicas
que preocupaban la educación entonces, trató de introducir las ciencias naturales y las matemáticas.

Manuel Belgrano – Figura en la época colonial como representante del espíritu progresista americano.

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