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Plan 2030: ocupación integral de México

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April 15, 2010

El expedienteMéxico 2030, Proyecto de Gran Visión, revela los planes


privatizadores y de anexión a Estados Unidos del actual gobierno.Inspirado en
el imperialismo que encabezala UniónAmericana, su fin es acabar con el
Estado nación mexicano.

Catorce documentos relacionados con el plan transexenal México 2030, Proyecto de Gran
Visión –que desde diciembre de 2006 impulsa el panista Felipe Calderón– descubren los
objetivos privatizadores y de anexión de la actual administración federal mexicana a
Estados Unidos.

Entre las metas de ese proyecto destacan: crear una nueva constitución política para abolir
la propiedad pública, desconocer los derechos colectivos, el patrimonio y los bienes
nacionales, y abandonar el concepto de soberanía nacional; implantar un régimen legal y
político basado en los intereses de Estados Unidos, que incluye gobernantes y altos
funcionarios de origen “mexicoamericano”.

Además, instaurar legalmente el lobbyng o cabildeo legislativo, por medio del cual las
empresas nacionales y extranjeras harán prevalecer sus intereses en los temas que legisle el
Congreso de la Unión; establecer “una ley que impida a los expropiados o antiguos
propietarios de la tierra oponerse o bloquear el proyecto; esta ley –indican los documentos
consultados por Fortuna– debe normar que estas personas puedan exigir un pago mayor
mediante un procedimiento establecido, pero en ningún caso obstaculizar el desarrollo del
proyecto”.

De acuerdo con el amplio expediente, que en total suma 831 páginas, también se busca
abolir los “monopolios públicos”; abrir totalmente Petróleos Mexicanos y Comisión
Federal de Electricidad a la iniciativa privada para que cuente con “participación
accionaria del Estado, de fondos de pensión (e) inversión de particulares, sindicatos y otros
actores sociales”; permitir la inversión indiscriminada en proyectos ejecutivos del sector
hidráulico y saneamiento de cuencas, generar “liderazgo” en el uso eficiente del agua, del
equilibrio de los acuíferos y la rentabilidad de los productos asociados. Así como privatizar
todas las reservas de la biósfera por medio de las Unidades de Manejo para la Conservación
de la Vida Silvestre y el ecoturismo.

Tras analizar los 14 documentos, el antropólogo y politólogo Gilberto López y Rivas señala
que el plan México 2030 urde la ocupación integral del país. Con éste, la “clase dominante”
pretende desmantelar el Estado-nación mexicano, explica el también integrante del grupo
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Paz con Democracia e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Nueva constitución

Entre los principales objetivos del proyecto sobresale la creación de una nueva
constitución política. Los 14 documentos –desclasificados por la Presidencia de la
República y consultados por Fortuna– descubren que esa carta magna abolirá la propiedad
pública, desconocerá los derechos colectivos, el patrimonio y los bienes nacionales, y
abandonará el concepto de soberanía nacional.

Con ese nuevo marco jurídico se materializarán los propósitos del Proyecto de Gran
Visión, entre los que destacan: ceder el control gubernamental del país a
“mexicoamericanos”; privatizar la salud, la educación, el agua, la energía, los minerales,
las reservas de la biósfera, el patrimonio cultural, las carreteras, las telecomunicaciones;
extinguir la propiedad ejidal y comunal; abolir los derechos a la sindicalización y a la
protesta social en caso de expropiaciones.

El investigador Pablo Moctezuma Barragán observa que a los autores del plan “les estorba”
la actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El doctor en estudios
urbanos refiere que “armonizar” la legislación nacional con la extranjera necesariamente
conlleva la pérdida de la soberanía: “México no se regiría por sus propias leyes, sino por las
de las potencias extranjeras”.

La legislación externa, dice, es la que faculta a las trasnacionales a demandar al país por
daños, perjuicios y discriminación cuando no se les asignan los contratos multimillonarios
licitados. En ese contexto, explica el autor de México, dependencia y autoritarismo, el
Estado no puede tomar decisiones.

Gilberto López y Rivas –autor de Nación y pueblos indios en el neoliberalismo y Por los
caminos del internacionalismo, entre otros libros– dice que no es fortuito calificar al
México 2030 como el plan para la “ocupación integral”: “Es un símil histórico respecto de
lo que fue la ocupación nazi-fascista en varios países durante la Segunda Guerra Mundial”.

Ahora, señala, lo que se impone es el modelo capitalista neoliberal. “El gran inspirador de
este proyecto es el imperialismo, encabezado por Estados Unidos. Éste tiene (como base) la
trasnacionalización de las economías, en lo que toca a los países que ellos ocupan”.

Para el investigador, en esa lógica imperialista se dan los lazos político, militar y comercial
entre México y el país vecino. Las modificaciones de la relación con Estados Unidos,
explica, han derivado en la incorporación de los sectores estratégicos y de los bienes de la
nación al plan privatizador México 2030.

Privatizar el Estado posrevolucionario


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Los 14 documentos vinculados al Proyecto de Gran Visión reflejan las tendencias del
capitalismo neoliberal, analiza López y Rivas, y de manera abierta o silenciosa, indica, el
plan transexenal lleva a la privatización del Estado mexicano posrevolucionario.

El politólogo y antropólogo recuerda que la “destrucción” de los marcos jurídicos se inició


hace 30 años: “Las reformas a la Constitución se han hecho para dar viabilidad jurídica a
estos planes del México 2030”. La meta de la “clase trasnacionalizada” es poner en venta el
Estado mexicano.

“No ha habido diferencia entre el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción


Nacional: Calderón es el álter ego de Carlos Salinas, mientras que Vicente Fox continuó
todos los planes de su antecesor (Ernesto Zedillo). No hay diferencia. Es un proyecto
bipartidista, de una clase dominante que se apodera de todo el aparato del Estado para
venderlo al mejor postor y, de paso, enriquecerse y enriquecer a sus amigos, sus conocidos
y familiares, a través de la profunda corrupción que caracteriza a la clase política actual”.

Guerra social

La imposición del plan México 2030, Proyecto de Gran Visión , incluye una “guerra social”.
Una de las características de la clase política mexicana es la utilización permanente de dos
instrumentos de control social: la cooptación, es decir, la corrupción de amplios sectores
de la población; y la represión, explica López y Rivas.

“Lo que está caracterizando al gobierno de Calderón es la guerra contra el narcotráfico, que
en realidad es una guerra social: busca propósitos no confesados. Es un proceso de
militarización y criminalización de las luchas sociales, donde se ve la mano de un Estado
autoritario dispuesto a usar la violencia selectiva y, como lo hizo en la guerra sucia con las
desapariciones forzadas, con impunidad en el terreno represivo, supuestamente, en contra
de los cárteles de las drogas”.

El también autor de Las fuerzas armadas mexicanas a fin del milenio: los militares en la
coyuntura actual señala que esa guerra “contra las drogas”, el proceso de militarización y
de control social van emparejados al plan México 2030. “Ese proyecto no se puede llevar a
cabo si no es a través de una gran represión y de una especie de terrorismo de Estado que
está implantándose en regiones ya militarizadas, en donde no impera la Constitución ni
mucho menos las leyes”.

Para Carlos Antonio Aguirre Rojas –doctor en economía por la Universidad Nacional
Autónoma de México y posdoctor por la École des Hautes Études en Sciences Sociales de
París, Francia–, a Calderón sólo le queda la fuerza para gobernar, en la medida en que no
tiene consenso social y no hay sectores importantes de clases que realmente lo apoyen.
“Desafortunadamente sí va a continuar con esa política represiva, bastante militarista”.

Históricamente, Estados Unidos ha empleado el uso de las drogas como herramienta para
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alcanzar sus fines. Pablo Moctezuma Barragán indica que, para implantar sus planes
imperialistas, ese país ha utilizado al narcotráfico como su “arma número uno”: eso ha
ocurrido desde la década de 1960, cuando incluyeron el tema de los narcóticos en la guerra
de Vietnam.

Agrega que “la droga es el negocio de Estados Unidos. Allá se vende, tienen el mayor
mercado (del mundo), lavan el dinero y de allá nos venden las armas. El problema del
narcotráfico es de Estados Unidos y lo están imponiendo en México”.

La lucha contra el narcotráfico que se libra en el país es “ilegal, anticonstitucional y


fascista”, señala Moctezuma Barragán. “Es el control militar para la extracción de nuestros
recursos y el uso de nuestro territorio para corporaciones extranjeras”.

Añade que en el plan transexenal “está muy claro que les estorba la Constitución y los
derechos nacionales que nos da la Constitución. Les estorba la soberanía, les estorba el
Estado-nación”. Por ello, dice, “lo que necesitamos es un amplio movimiento popular que
lleve a la construcción de un gobierno de paz”.

Lo ya privatizado

Los 14 documentos que integran el expediente México 2030, Proyecto de Gran Visión ,
contienen los resultados de los talleres temáticos convocados por Calderón en octubre de
2006, tras ser declarado presidente electo de México por el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación y en plena crisis poselectoral.

Originalmente clasificados como confidenciales, éstos se dividen en cinco ejes: estado de


derecho y seguridad pública; economía competitiva y generadora de empleos; igualdad de
oportunidades; desarrollo sustentable; democracia efectiva y política exterior responsable.

Esos documentos revelan los planes del gobierno federal para privatizar los sectores
estratégicos y los bienes de la nación. Algunos de los esquemas ahí previstos para
concesionar la riqueza del país ya son vigentes: asociaciones público-privadas, Proyectos
de Prestación de Servicios (PPS), obras públicas financiadas, contratos de servicios
públicos, unidades de conservación para la vida silvestre (Uma).

Tan sólo en el tema ecológico, al menos 23 reservas de la biósfera han sido parcialmente
privatizadas bajo la figura de las Uma, consta en reportes oficiales de la Secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales. Esto implica 2 millones 456 mil 142 hectáreas de
“áreas naturales protegidas” en manos de particulares, por medio de 66 unidades de
conservación.

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En el caso de los PPS, hay 11 proyectos de infraestructura: tres desarrollados por la
Secretaría de Salud; siete por la de Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y uno por
la de Educación Pública, indica el portal de internet oficial de la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público.

Como lo ha documentado la reportera Érika Ramírez, en la revista Contralínea.


Periodismo de Investigación (número 173), nueve de esos proyectos, que implican una
deuda pública por más de 37 mil 600 millones de pesos, han beneficiado a empresarios
vinculados con el Partido Acción Nacional: las familias Mariscal Servitje, Mariscal
Torroella y Quintana Kawage.

En esos esquemas privatizadores se mueven, por ejemplo, las contrataciones de la


Comisión Federal de Electricidad. Entre 2009 y 2018, esta paraestatal destinará 634 mil
920 millones de pesos a la asociación público-privada.

De acuerdo con el documento El sector energético en México: oportunidades de inversión,


tan sólo en 2010 se entregarán cuatro proyectos bajo ese esquema: el Ciclo Combinado
Norte II (acuerdo de compra de energía bajo el esquema de productor independiente de
energía), la planta de Cogeneración Salamanca (obra pública financiada), el Ciclo
Combinado Planta de Energía Valle de México I y II (obra pública financiada), Ciclo
Combinado Agua Prieta II (obra pública financiada).

Además de los PPS ya contratados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en


2010, las inversiones “público-privadas” comprometen 115 mil 660 millones de pesos. El
dinero público se destinará a 53 proyectos carreteros PPS o privados, que se encuentran en
marcha o por licitarse. Los contratos tienen una vigencia de entre 15 y 30 años, de acuerdo
con información de Susana González, publicada en el diario La Jornada el 28 de febrero
pasado.

Resistencia, única vía para frenar el plan


“Esta ocupación integral del país tiene como propósito vender el Estado nación, pero las
cosas no están saliendo tal como lo quisieran: hay resistencias, profundas insatisfacciones,
una indignación generalizada. Este proyecto está provocando una profunda indignación en
amplios sectores de la población, lo cual, evidentemente, significa la resistencia al
proyecto”, dice López y Rivas.

El politólogo y antropólogo explica que “hay globalizados, que somos la mayoría, y


globalizadores, que son ellos, los que sacan ventaja y provecho de todo lo que está
pasando”: el .07 por ciento de la población que posee casi 40 por ciento de la riqueza
nacional.

Indica que hay incertidumbre sobre el destino de este país. “No sólo vemos el desastre
ecológico manifiesto en los ríos, las graves consecuencias en el terreno de la ecología y de
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la relación del hombre con la naturaleza, sino también en el amplio deterioro económico y
social de sectores mayoritarios: la ampliación de los sectores que viven en la línea de
pobreza y la gran ampliación de los que viven en la más profunda de las miserias”.

“Observamos que nos están llevando a un gran abismo. Esto está pasando universalmente.
Lo que sucede en México no es diferente de lo que está pasando en Colombia, de donde
vienen muchos de los planes represivos puestos en marcha por Estados Unidos: la Alianza
para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte, la Iniciativa Mérida, que tienen
mucho que ver con el Plan Colombia”.

Gilberto López y Rivas añade: “Tenemos que resistir en todos sentidos, no nos queda de
otra. La resistencia a todos estos proyectos es una forma de sobrevivir: o resistimos o
somos barridos literalmente de este mundo. Siempre hay personas que no están dispuestas
a someterse a estas grandes tendencias privatizadoras, desnacionalizadoras,
desterritorializadoras”.

No obstante, critica que la actual resistencia –con expresiones en el Sindicato Mexicano de


Electricistas, el sector minero, los pueblos indígenas, los campesinos, entre otros– “está
fragmentada, dispersa, no centralizada. No responde con la misma dinámica centralizada y
estratégica que tiene el plan México 2030”.

Aunque el politólogo no cree en la determinación histórica de que cada 100 o 200 años el
pueblo “despierta”, dice que 2010 se ve como un año de grandes protestas sociales. “Se ha
llegado al límite de lo que se puede resistir. No sabemos cómo van a evolucionar los
conflictos que se han estado dejando como especie de minas, de bombas en distintos
lugares, tocando distintos actores, que están a punto de estallar”.

López y Rivas recuerda que el grupo Paz con Democracia ha identificado la necesidad de
que el proyecto de autonomía que se practica en comunidades indígenas toque amplios
sectores de la población no indígena. “Hay que lograr la agrupación autónoma de sectores
productivos, estudiantiles, obreros. Tratar de caminar con las propias fuerzas: nadie, por
importante que sea, va a resolver sus problemas solo. No es el tiempo de caudillos, es el
tiempo de unificar estructuras horizontales, democráticas, que luchen por hacer realidad
su propio futuro. Nadie va a hacer las cosas por nosotros, nosotros tenemos que hacer las
cosas por nosotros mismos”.

Agrega que “los poderes económico y político que impulsan el proyecto México 2030 están
dispuestos a todo, como lo estuvieron antes. Tal como lo ha estado a lo largo de todas estas
décadas el poder dominante en México”.

Para la elaboración de este trabajo, Fortuna solicitó conocer la versión de la Presidencia de


la República a través del secretario técnico Nicolás Lohmann Rocha. Hasta el cierre de
edición, no se obtuvo respuesta.
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Empresarios, los autores del proyecto

Detrás de las principales estrategias privatizadoras del plan México 2030, Proyecto de
Gran Visión, hay apenas 420 personas, no sólo de nacionalidad mexicana, también
extranjeras. En esencia se trata de políticos del Partido Acción Nacional y del
Revolucionario Institucional, empresarios, altos ejecutivos de trasnacionales,
representantes de instituciones financieras y académicos.

Entre los empresarios, altos ejecutivos de trasnacionales e instituciones financieras


destacan: Juan Mijares, director de Asuntos Jurídicos Corporativos de Microsoft México;
Lawrence Harrington, exrepresentante del BID en México; Cintia Angulo de Leiseigneur,
presidenta y directora general de Alstom Mexicana; Luis Farías Martínez, vicepresidente
de Energía de Cemex; Tania Ortiz Mena, directora de proyectos en Sempra Energy; Javier
Elguea Solís, rector del Instituto Tecnológico de Teléfonos de México y coordinador
general de Bienestar Social Telmex; Lorenzo Servitje, cofundador de Bimbo.

Además, Ricardo Pérez Schulz, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del


Concreto Premezclado y director de clientes especializados de Holcim Apasco; Enrique
Hidalgo, vicepresidente de Exxon Mobil en México; Ricardo Hernández Murillo,
especialista ambiental del Banco Mundial en México; Gabriel Ibarra, director corporativo
de Promoción del grupo ICA.

Federico Martínez Urmeneta, fundador de la empresa Tradeco; Francisco Mota Velasco


Torres Landa, subdirector de Proyectos y Desarrollo Industrial de Ferromex; Guillermo
Guerrero Villalobos, director de la Empresa de Estudios Económicos y de Ingeniería; Iñigo
de la Borbolla Rivero, director de Proyectos Financieros del Grupo Financiero Santander-
México; entre otros.

Rasgos principales del planMéxico 2030, Proyecto de Gran Visión

Capítulo Rasgos destacados

“Eje 1. Estado Este capítulo “justifica” la “guerra contra el narcotráfico”: indica que el
de derecho” Estado ha sido rebasado por la mafia y que, al igual que las policías,
los militares se corrompen.

Admite que, en 20 años, el crimen organizado estará “acotado”, mas


no extinto.

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“Eje 2. Plantea dejar en manos del mercado las áreas estratégicas: salud,
Economía educación, telecomunicaciones, carreteras, ciencia y tecnología.
competitiva y
generadora de También, privatizar los bienes de la nación: agua, energía, medio
empleos” ambiente, patrimonio cultural.

Revela que la entrega se hace de manera paulatina por medio de las


“asociaciones público-privadas”.

“Eje 3. Promueve que, para 2030, la totalidad de los servicios de salud estén
Igualdad de subrogados a la iniciativa privada; para entonces, según el plan,
oportunidades” habrán desaparecido el IMSS, el ISSSTE y la red hospitalaria de
Pemex; además, el sector privado controlará la educación, y la cultura
se someterá a un “tratado de libre comercio artístico”.

Anuncia que los artículos 3 y 4 constitucionales habrán sido


radicalmente modificados; y que los sindicatos de los sectores
energético, educativo, sanitario y cultural se habrán extinto.

“Eje 4. Este capítulo revela que, en dos décadas, la iniciativa privada nacional
Desarrollo y extranjera detentará la mitad del territorio terrestre, costero y marino
sustentable” nacional, para entonces decretado como área natural protegida.

La privatización de las reservas de la biósfera se da a través de


unidades de conservación para la vida silvestre.

“Eje 5. El último eje revela que, en 20 años, México será gobernado por
Democracia “mexicoamericanos” y se habrá “integrado” a América del Norte.
efectiva y Estados Unidos dictará las políticas públicas, habrá “instituciones
política compartidas”, las fuerzas armadas mexicanas intervendrán en
exterior conflictos internacionales por la “seguridad hemisférica” y se
responsable” abandonará el concepto de “soberanía”.

El plan calderonista rechaza el desarrollo del tipo BRIC (Brasil, Rusia,


India, China), es decir, de naciones que han logrado crecer de manera
independiente y fuera de la esfera de influencia estadunidense.

Fuente: documentos de trabajo que compilan los resultados de los 14 talleres temáticos del
plan transexenal México 2030, Proyecto de Gran Visión

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*Entre los puntos que prevé el plan México 2030 está el elaborar una nueva constitución
política que, además, eliminaría el concepto de soberanía nacional.

*Los sectores que se privatizarían por completo serían: agua, salud, educación, energía,
patrimonio cultural y telecomunicaciones.

*El investigador Gilberto López y Rivas asegura que el proceso de militarización y de control
social van emparejados al Plan México 2030.

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