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NEGOCIACIÓN?
En el actual mundo empresarial existen diferentes estilos de negociación. Muchos
autores han identificado cinco clases fundamentales. Cada una de ellas presenta sus
rasgos distintivos. En el momento de comenzar un proceso de acuerdo, cada parte puede
definir cuál es el método a seguir según los objetivos que pretende alcanzar, así como
en función de la importancia que le dé a mantener estrechas relaciones con su
interlocutor comercial.
En una negociación intervienen dos o más partes. Cada una de estas partes se distingue
por presentar necesidades y comportamientos propios. Estos últimos pueden cambiar
durante el desarrollo del proceso; por lo que se considera que, tanto el análisis profundo
de los factores que intervienen, como de la flexibilidad en la propia negociación,
pueden ser determinantes para alcanzar el éxito en estos lares.
Tipos de negociación
Hoy en día, es posible distinguir diferentes clases de negociación, entre ellas destacan: la
inmediata, la progresiva y la situacional.
La siguiente clasificación de estilos es una de las más comunes que se pueden encontrar
en el sector empresarial: estilo colaborativo, flexible, competitivo, acomodativo y
estilo evitativo. A continuación, se aporta una explicación detallada de cada uno de ellos.
1. Colaborativo: Este estilo se diferencia del resto porque, desde los inicios del
proceso de negociación, se trata de conseguir beneficios a partir de proyectos
compartidos entre todas las partes. De modo que es necesario que cada actor
brinde lo mejor de sí para poder alcanzar los objetivos propuestos. Con este,
todos los involucrados se favorecen.
1. Al emplear el estilo colaborativo se tienen en cuenta las necesidades de cada
negociante sin que prevalezcan los intereses particulares. Esto hace que sea ideal
para las empresas que comienzan a funcionar, las que pretendan mantener su
relación en el tiempo y las que quieran ocupar posiciones relevantes en el
mercado. Estudios de casos de éxito han demostrado que, en determinadas
ocasiones, las ganancias obtenidas son superiores a las planificadas.
2. Flexible: El estilo flexible es usado cuando los interesados desean llegar a
una solución rápida en el proceso de negociación. Destaca por ser una vía
práctica para la resolución de problemas puntuales (sin llegar a abordar el
núcleo del caso ni sus cuestiones estructurales). En este caso, los negociadores
llegan a acuerdos equilibrados y justos para todos. Sin embargo, tiene como
debilidad que es de carácter temporal, es decir, es aconsejable establecerlo por
cortos periodos de tiempo. Como fortalezas, se destaca el hecho de ser muy útil
cuando se llega a un nuevo mercado, así como para evitar pérdidas de clientes o
de las ventas.
3. Competitivo: Al emplear este estilo de negociación se pretende ganar bajo
cualquier circunstancia. Este tiene su apalancamiento en posiciones fuertes y
determinantes, donde es más importante la obtención del éxito que el futuro de
las relaciones con el resto de las partes. Esta técnica es muy común en empresas
que tienen un amplio control del mercado y, por lo tanto, pueden influenciar el
surgimiento de terceros, controlando, de esta forma, la aparición de nuevos
competidores, tanto indirectos como directos. Es típico que en las negociaciones
competitivas solo esté presente el factor económico. No obstante, a pesar de
tratarse los problemas de manera competitiva y agresiva, se respeta a las demás
partes.
4. Acomodativo: Con el estilo acomodativo se aceptan todas las disposiciones del
resto de los actores con el propósito de concretar una venta o para simpatizar
con algún cliente. Adoptar esta postura puede traer consigo un desequilibrio en
entre las necesidades de unos y otros. A pesar de riesgos que suponen esta
técnica, en ocasiones es utilizada por emprendedores para adentrarse en
nuevos mercados y asegurar la persistencia de las relaciones en el futuro.
Entre los métodos a seguir en este, se encuentran: la entrega de información de
interés, la disminución de los precios planificados o la aceptación de condiciones
de pagos que pudieran ser o no favorables para la empresa. De igual forma, esta
postura se puede emplear para solucionar una problemática donde sea esencial
preservar la relación. Sin embargo, se aconseja no mantener este estilo
permanentemente.
5. Evitativo: El empleo del estilo evitativo está relacionado con los casos donde no
es importante mantener una relación en el tiempo, pero sí obtener algún
provecho de las demás partes involucradas en el proceso de negociación. Además,
puede ser usado en casos donde se presenten escenarios de conflictos y sea
ventajosa la presencia de un mediador, que pudiera ser la justicia u otro actor.
1. Evasivo: Este método resulta ser muy perjudicial para las empresas de poca
experiencia. Este trata de evadir situaciones conflictivas con el fin de eliminar
perjuicios o conflictos en el proceso de negociación. Para emplear este estilo, es
preciso que el negociador dé la impresión de no tener una posición definida o de
presentar desconocimiento del modelo de negocio de su empresa. De igual forma,
puede no estar presente en la toma de las decisiones relevantes. Este estilo
puede ser muy perjudicial para el caso de emprendedores.
2. Negociación aislada: Este estilo se emplea cuando no es necesario entablar una
relación directa con el resto de las partes, pues solo se concretará un solo negocio
con estas. Por lo tanto, la interacción carece de importancia en el proceso.
3. Relación duradera: A diferencia del anterior, se aplica este estilo si es de vital
importancia mantener una correcta relación con las partes. En un proceso de
negociación es posible que intervengan de dos a varios actores. Este se desarrolla
con el propósito de llegar a acuerdos que favorezcan la solución, la mejora o la
gestión de uno o varios problemas; para que tenga lugar, todas las partes tienen
que aceptar los puntos convenidos.
Un vistazo integrado
Existen diferentes tipos de negociación como son: la inmediata, la progresiva y
la situacional. El tipo a escoger depende de las necesidades de cada empresa. Sin
embargo, muchos especialistas aconsejan llevar a cabo una negociación situacional, pues
con esta es posible adaptarse a las circunstancias particulares de cada proceso.
Para llevar a cabo una exitosa negociación es fundamental que cada parte tenga claro qué
importancia tiene tanto el resultado final, como la durabilidad de la relación con el resto
de las partes.
Además, vale la pena recalcar que en una sola negociación cada parte puede hacer uso de
diferentes estilos que le permitan alcanzar los objetivos trazados. Es importante tener
pleno conocimiento del proceso, así como ser flexibles y completamente adaptables a
las nuevas condiciones que pueden surgir.
Hacer un análisis exhaustivo y certero de las condiciones del proceso de negociación, así
como de los posibles escenarios, las exigencias de la contraparte y los diferentes criterios
que puedan generarse en la negociación, ayuda a escoger el estilo a utilizar en cada
momento.
Es fundamental tener presente que en las negociaciones pueden existir momentos en los
que es necesario improvisar y siempre es conveniente tratar de descifrar la estrategia del
resto de los involucrados.