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Características adicionales al rezago cualitativo de vivienda a escala nacional y por entidad

federativa, 2015

La medición de la calidad de la vivienda como

Resumen

1.1 Introducción

A contracorriente de los objetivos de las políticas de vivienda de las naciones latinoamericanas de


fines del siglo pasado y de principios del actual, según las cuales la construcción de grandes
volúmenes de vivienda nueva resolvería el ´problema de vivienda´ en cada una de ellas, los
resultados obtenidos recientemente ameritan ciertos matices que están llevando a considerar
ajustes notables a las metas originales. Uno de los principales tiene que ver con la evolución del
rezago habitacional; ciertos análisis en el caso de México han mostrado que, más que el rezago
cuantitativo de vivienda (hogares extra sin vivienda) e incluso que las necesidades de vivienda
(según número de hogares que se constituyen cada año), el problema fundamental es el rezago
cualitativo de vivienda (Cilento, 2018; SHF, 2015; Olivera y Serrano, 2019), es decir, la mala calidad
de una parte de éstas (8.9 millones en 2015 ) con base en los materiales de construcción con que
están hechas o la insuficiencia de espacio en ellas. El BID (2014) se ha manifestado en el mismo
sentido para el caso de Centroamérica y América Latina en general.

Ahora bien, la medición oficial del rezago cualitativo de vivienda, aunque constituye un insumo
necesario para determinar la política de vivienda a escala nacional, regional y local, puede ser
enriquecida con otro tipo de mediciones, con mayor detalle o con otro tipo de variables y en
función de otras consideraciones, para la obtención de diagnósticos más completos y la toma de
decisiones mejor informadas. ¿En qué consiste la medición oficial y cómo puede potenciarse?

La metodología oficial de la Sociedad Hipotecaria Federal considera rezago habitacional a aquel


“integrado por hogares en hacinamiento, viviendas construidas con materiales deteriorados, y
(por) viviendas edificadas con materiales regulares, la suma de los (cuales denomina) rezago
habitacional ampliado (SHF, 2015). Se consideran viviendas hacinadas aquellas donde residen dos
o más hogares. Como materiales deteriorados se consideran la lámina de cartón, carrizo, bambú,
palma, embarro o bajareque, en las paredes; y en el caso de los techos, material de desecho,
lámina de cartón, palma o paja. Los materiales regulares mientras tanto consisten en lámina
metálica o de asbesto, madera o adobe, en el caso de paredes; y lámina metálica o de asbesto,
madera, tejamanil o teja, en los techos.

Con base en los cálculos de la SHF el problema de vivienda se concentra en las entidades
tradicionalmente atrasadas y con fuerte presencia de población en condiciones de pobreza y
pobreza extrema, como son las del Sur del país, donde la población rural aún es mayoritaria. En
tanto que las entidades con menor rezago cualitativo sobresalen las más urbanizadas, como la
Ciudad de México, Nuevo León, Aguascalientes y Jalisco. Así, en las localidades con menos de 2,
500 habitantes, el 47.5% de la vivienda está en situación de rezago habitacional; por sólo el 18.5%
en localidades de cien mil o más habitantes (Olivera y Serrano, 2019). Asimismo, por tipo de hogar,
el hogar familiar tipo ampliado es donde el rezago es mayor (34.1%).

A pesar de la importancia de las mediciones sobre el rezago habitacional en México y América


Latina, existen otro tipo de mediciones que, ya sea que estén vinculadas al rezago, como puede ser
la construcción de un índice de calidad de la vivienda, o que sean diferentes de ello, pueden
aportar conocimiento adicional en diferentes niveles de profundidad o escala territorial, para una
mejor toma de decisiones en materia de políticas y programas específicos. En lo que va del tercer
milenio, de hecho, y en sintonía con los planteamientos de algunos organismos internacionales
relacionados con metas de equidad y sostenibilidad urbana (ONU-HABITAT, 2012), se ha
comenzado a poner un mayor énfasis en el funcionamiento conjunto de la ciudad para su mejor
articulación, sin por ello relegar la escala de la vivienda individual. En dicha orientación sobresalen
mediciones más complejas y comprehensivas que abarcan la vivienda, el barrio y la ciudad, como
son los índices de habitabilidad, por ejemplo.

En este trabajo, como se ha indicado en los objetivos, se construye un índice de calidad de


vivienda para complementar la información derivada de las mediciones del rezago habitacional, y
conocer en detalle qué otros elementos constitutivos de la vivienda individual pueden o deben ser
mejorados.

2.2 Fuente de información

Metodología

Resultados

Conclusiones

Referencias

1. BID. Déficit de viviendas en Centroamérica es de 45%. Declaración de Javier León


Coordinador de Desarrollo Urbano y vivienda del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID). Diario La Prensa, del 24 de noviembre de 2014. Disponible en:
https://www.laprensa.hn/economia/770574-410/d%C3%A9ficit-de-viviendas-en-
centroam%C3%A9rica-es-del-45-
2. Cilento, Alfredo. “Sobre el fracaso de a construcción masiva de viviendas completas”, 41
pp. 2018. Disponible en:
https://drive.google.com/file/d/1kfQhAH0brZWrv238vpvl7A1RrQjfvj7P/view
3. Olivera Guillermo y Olga Serrano. Diversificar la oferta de soluciones habitacionales para
ampliar el universo de atención. México. 2019.
4. ONU HABITAT. Estado de las ciudades de América Latina y El Caribe. Rumbo a una nueva
transición urbana. Nairobi, Kenia, 2012.
5. Sociedad Hipotecaria Federal. Rezago habitacional en México, 2014. Dirección de Estudios
Económicos de la vivienda. México. 2015.

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