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1.

VARIEDAD LINGÜÍSTICA
No cabe ninguna duda que las lenguas presentan variaciones. En nuestro idioma, no todos los
hispanohablantes la usamos igual. Además, ninguna lengua puede decirse que sea fija,
uniforme o invariable. Todas las lenguas muestran alguna variación interna en el sentido de
que cambian de hablante en hablante en el uso real y cotidiano. Difieren entre sí en la
pronunciación, en la elección de las palabras del vocabulario y en los significados de tales
palabras, incluso en su empleo de construcciones sintácticas. (Akmajian, 1995: 217).

Cuando diversos grupos de hablantes difieren de manera notoria en su uso de la lengua, se


dice a menudo que hablan diferentes dialectos de dicha lengua. En definitiva, las variaciones
que se producen en el uso de la lengua dependen básicamente de dos factores: del distinto
origen o precedencia de los hablantes y de las distintas situaciones comunicativas en las que
estos se ven inmersos. Las diferencias lingüísticas que tienen que ver con el origen de los
hablantes constituyen las variedades dialectales o dialectos, y las que están motivadas por las
distintas situaciones comunicativas configuran las variedades funcionales o registros.

1.1.VARIEDADES DIALECTALES O DIALECTOS:

Se suelen distinguir tres tipos fundamentales de variedades dialectales; las geográficas, las
generacionales o temporales, y las socioculturales, puesto que todos los hablantes de una
lengua proceden de una determinada zona geográfica, pertenecen a una determinada
generación o momento histórico, y están integrados en un determinado grupo
sociocultural. (Gregory y Carroll, 1978 en S. Luque, 2000: 20)

a. Variedad geográfica: Todos los interlocutores que tienen una misma procedencia


comparten códigos lingüísticos que son distintos a los de otra zona geográfica (los
hablantes de la zona sur y centro del país denominan de distinta manera un mismo
significante, por ejemplo: pan francés - marraqueta, respectivamente). Cabe
destacar lo que señala Susana Luque: “los distintos dialectos geográficos no son
usos inferiores de la lengua sino que cada uno de ellos tiene la misma importancia
y la misma función en la zona en la que se habla”. (S. Luque, 2000: 20)

b. Variedad generacional o temporal: La variedad generacional o temporal hace


referencia a que en toda comunidad conviven distintos grupos generacionales y
que cada una de ellos tiene sus propios rasgos lingüísticos debido a que el uso de
la lengua de cada persona va cambiando a medida que pasa el tiempo: no se habla
igual cuando se es niño que cuando se es joven o adulto. Estas características
lingüísticas propios de un momento histórico o de una generación permiten hablar
de dialectos temporales o generacionales. Esto es fácilmente identificable al
comparar los códigos lingüísticos de los jóvenes y de los más adultos de un mismo
grupo social (ejemplo: hace más, menos 30 años atrás a las fiestas juveniles se les
llamaba “brillo” y hoy en día se le conoce como “carrete”)

c. Variedad sociocultural: Los dialectos se van construyendo por las características


socioculturales en las cuales se encuentran inmersos las personas; ello debido a
que la gente se va organizando en distintos grupos ya sea por el lugar donde viven
(barrio), la actividad a la que se dedican, o el nivel educacional, etc. Ello provoca
que cada persona adopta determinadas variaciones propias del grupo donde se
desenvuelve, lo que no implica que si por una situación momentánea un hablante
tiene una movilidad social va a arrastrar su dialecto sociocultural de donde
proviene, por lo general se adecua al nuevo contexto social con el que se está
relacionado. Un caso claro de dialecto sociocultural es “el coa”, jerga delincuencial
y penitenciaria.

1.2.VARIEDADES FUNCIONALES O REGISTROS:

Las variedades funcionales o registros, se refieren a que cada acto comunicativo necesita
de unos códigos específicos, es decir, elegir palabras, expresiones y estructuras
gramaticales aptas para cada contexto comunicativo. Por lo general, no siempre se
utilizan las mismas palabras o entonaciones cuando se habla con un amigo que con una
persona desconocida; o cuando se habla por teléfono o se escribe un informe de trabajo.
“Esos rasgos lingüísticos específicos, léxicos y gramaticales, que el hablante asocia con una
determinada situación comunicativa constituyen lo que se denomina registros
lingüísticos.” (S. Luque, en La expresión oral, 2000: 22).

Según Luque, este tipo de innovación está determinada por cuatro factores: a) el tema de
que se habla o escribe; b) el medio por el que transmite la información; c) la intención con
la que se comunica; d) y la relación que se establece entre los interlocutores. La
consideración de cada uno de ellos permitirá adoptar los códigos lingüísticos más
apropiados para la situación comunicativa en la cual se mueven las personas y cumplir así
su objetivo principal: transmitir lo más efectivamente un mensaje para que sea bien
entendido e interpretado por el otro.

ESQUEMA N° 1: Mapa conceptual de la variedad lingüística


ESQUEMA N° 2: Mapa conceptual de una situación comunicativa

Algunas veces los lingüistas usan el término dialecto para referirse a variaciones que no
pueden definirse ni como regionales, ni como sociales, o étnicas. El término dialecto
simplemente indica que los hablantes presentan algunas variaciones en la manera de
como usan ciertos elementos de la lengua. (Akmajian, 1995: 222).

El mismo autor indica que en términos lingüístico, ningún dialecto de una lengua es más
correcto, mejor o más lógico que cualquier otro dialecto de la misma. Todos los dialectos
son formas igualmente eficaces de una lengua en el sentido de que cualquier idea que se
exprese en uno, podrá expresarse con la misma facilidad en el otro.

La diversidad lingüística en sí no supone una barrera para la comunicación y la


cooperación social, en tanto exista al menos un sistema lingüístico común que sirva para
unir a los miembros de la comunidad (Akmajian, 1995: 118).

La variedad lingüística es perfectamente lícita y natural, no constituye en sí misma un


problema, al contrario, puede ser muy provechosa si no se utilizan las diferencias
únicamente como marcas de segregación personal o social. La diversidad es buena, en
tanto que permite que los hablantes mejoren su conocimiento de la realidad en que viven
y se comuniquen mejor en ella. (Garrido Medina, 1994 en S. Luque, 2000: 17)
Dentro de la variedad se hace necesario una cierta uniformidad que permita el
intercambio comunicativo entre todos los hablantes de la comunidad lingüística. Y de esta
necesidad de entendimiento surge lo que se conoce como variedad estándar de una
lengua.

1.3.VARIEDAD ESTÁNDAR

La variedad estándar es la variedad de comunicación interdialectal, y su función es


facilitar al máximo la comunicación entre los distintos hablantes de una lengua. El
estándar es el uso más uniforme de la lengua, el común, el que permite el entendimiento
entre todos los que hablan la misma lengua.

La relación entre variedad estándar y variedades dialectales no debe establecerse en


términos de prestigio de la una sobre las otras, sino en términos de adecuación
comunicativa.

De lo anterior se desprende que la variedad dialectal es debida, en gran medida, a la


situación social. Entonces, el estudio del lenguaje en el contexto de las comunidades del
habla y de las variaciones lingüísticas entre los miembros de tales comunidades puede
proporcionar importantes datos sobre los procesos sociales, porque los límites dialectales
reflejan siempre la historia política, económica y cultural de cada comunidad de
hablantes.

2. LA INNOVACION LEXICA Y EL CAMBIO LINGÜISTICO


Se concibe la lengua en constante proceso de cambio. Los cambios no se traducen ni como
decadencia, ni como progreso; simplemente deben ser percibidos como adecuaciones de los
hablantes de una lengua a sus necesidades.

De acuerdo al planteamiento anterior, Akmajian (1995: 252), deduce que los principales
cambios lingüísticos pueden concebirse como alteraciones en el conjunto de reglas de las
gramáticas entre generaciones de hablantes de esa lengua.

Para Coseriu (1958: 44 - 45) todo cambio lingüístico tiene su origen en el diálogo. Cuando
hablamos de diálogo se trata del reducido a su esquema mínimo. El diálogo real es mucho más
complejo, el hablante real no sólo innova, sino que difunde innovaciones ajenas. Además, una
innovación puede surgir también en el oyente por imperfecciones en la percepción o por
incomprensión. de lo significado por el hablante. Por otra parte, cada uno de los interlocutores
del diálogo es, al mismo tiempo, hablante y oyente, y cada hablante se oye a sí mismo.
Finalmente, el oyente no aprende del hablante sólo las innovaciones, sino también modos
tradicionales que simplemente desconoce.

El cambio lingüístico (cambio en la lengua) es la difusión o generalización de una innovación, o


sea, todo aquello en que lo hablado por el hablante se aleja de los modelos existentes en la
lengua por la que se establece el coloquio que puede llamarse innovación.

Si contemplamos la lengua en su relación con la sociedad y la cultura de las que es portavoz y


consideramos la conexión indisoluble que la une al mundo ideológico y conceptual del
hablante o escritor, sus cambios nos parecerán ya consecuencia natural e inevitable de los
cambios sociales y culturales, de las codificaciones de las clases sociales, de las fluctuaciones
de las opiniones y hábitos de pensamiento, de las creencias y valoraciones que caracterizan el
curso de la historia. Cuando se alteran los contenidos que han de transmitirse, se altera
también, automáticamente, la lengua. Nuevos conceptos exigen palabras nuevas; nuevos
hechos confieren a las palabras viejas, un contenido modificado (Malmberg, 1966: 237)

La lengua constituye en lo esencial un fenómeno social, se trata de un sistema de normas al


que un individuo se ve sometido y no está en su mano cambiar. Por ende, el neologismo –
entendido como palabra nueva – ha de responder a una necesidad, estar de acuerdo con las
reglas de una lengua en cuanto a combinación de sonidos y adaptarse, de algún modo, al
sistema gramatical de la lengua en cuestión. Por tanto, las posibilidades individuales de influir
en la lengua, incluso en el campo del vocabulario, parecen muy restringidas: existen en la
medida en que se cumplen unas condiciones sociales dadas. Son las circunstancias de la
colectividad las que resultan decisivas para que la novedad idiomática forme parte del código.
El hombre común, por consiguiente, no tiene posibilidad de convertirse en creador en ninguna
de las parcelas de la lengua: pronunciación, morfología o sintaxis. La discrepancia individual es
tachada de error, y como consecuencia le sigue un aislamiento social. Constatar este hecho no
supone negar el papel del individuo en la evolución lingüística , que es cierto, pero limitado. El
neologismo individual ha de encontrar resonancia dentro de la colectividad para que llegue a
adquirir carácter lingüístico.

Los cambios de la lengua, desde el punto de vista de la transmisión de información,


constituyen, pues, algo opuesto a su propia esencia. No obstante se modifica constantemente,
aunque con distinta rapidez según las diversas épocas y las diferentes regiones. Con respecto a
las alteraciones (cambios) de la lengua es necesario enfatizar que se suceden lentamente y
conciernen a una parte muy pequeña de la misma, por lo que carecen de las graves
consecuencias que traería consigo el cambio repentino y radical. Por otro lado, vemos que lo
que condiciona los modos de hablar son las relaciones entre las personas – las circunstancias
sociales – y que ellas constituyen, por lo tanto, la única explicación de los cambios de la lengua.
La historia de la lengua ha de ser simultáneamente la historia de la sociedad y de la cultura.
(Malberg, 1966: 236)

2.1.LA INNOVACIÓN LÉXICA

Ahora bien, los distintos estudios realizados sobre la lengua y la creación de palabras, se
podría señalar -en términos generales- que existen tres grandes factores que influyen en
los procesos de innovación léxica: uno es de carácter morfológico, es decir, la
transformación de las palabras en cuanto a su forma, ya sea por los distintos modos de
combinación de éstas y sus subunidades; el segundo factor es el préstamo que proviene
de otras lenguas (internas o extranjeras); y el tercero, hace referencia a la intencionalidad
de una palabra en cuanto al mensaje que se quiere entregar, es decir, cualquier expresión
puede sufrir un cambio semántico, es posible ampliar su significado o emplearlo de una
manera metafórica. Sáez (2002: 16– 19)

Para que exista un cambio en la lengua de una comunidad lingüística es necesario que
cualquier variación se generalice en dicha comunidad. Es decir, una innovación por sí sola
no significa que se convierta en un factor de cambio en la lengua y muchas veces puede
ser un mero giro lingüístico comprensible en un par de interlocutores, pero sin ninguna
repercusión en la lengua del resto de su comunidad. Esto se debe a que una innovación
no se adopta mecánicamente por el grupo social, sino que responde a una selección de
ella producto de una necesidad expresiva de los interlocutores.
2.1.1. TIPOLOGÍA DE LAS INNOVACIONES

Las innovaciones léxicas se producen de las siguientes formas:

 Alteración de un modelo tradicional.


 Selección entre variantes y modos isofuncionales existentes en la lengua.
 Creación Sistemática (invención de formas de acuerdo con las
posibilidades del sistema).
 Préstamo de otra lengua (que puede ser total o parcial y, con respecto a
su modelo, puede implicar también alteración)
 Economía Funcional (descuido de distinciones superfluas en el discurso)

A continuación, entregaremos una breve descripción de las tipologías antes


mencionadas:

a) Alteración de un modelo tradicional:

Esta tipología es “... la posibilidad de modificar una base mediante la adición de


elementos que complementan su significado o le asignan una función
morfosintáctica. Por ejemplo, unas pequeñas unidades que no tienen vida
independiente, los afijos, pueden agregarse al final de una base, al principio o en
medio de ella.” (L. Sáez, 2002, pp. 11) Ej: de Pinochet se obtiene pinochetismo,
pinochetista, despinochetizar.

b) Selección entre variantes y modos isofuncionales existentes en la lengua:

Esta innovación se produce cuando el hablante elige la forma más expresiva o


menos violenta para expresarse. En esta tipología se encasillan los eufemismos
(de eu “bien” + pheme “habla”) El hablante puede intentar valorizar algunos
referentes, haciendo olvidar con una nueva denominación sus connotaciones
negativas. “Así, un modesto peluquero se convertirá en estilista o incluso
en esteticista, la despreciada y humillada china ascenderá a doméstica, empleada
de casa particular, asesora del hogar, nana; un alza de precios será más soportable
si nos referimos a ella como un reajuste”. (L. Sáez, 2002: 9)

Respecto al nivel de expresividad en el latín hablado ocurría lo mismo:


entre plorare “llorar a gritos” y flere “acción de llorar” se prefería lo primero.

c) Creación sistemática:

Invención de formas de acuerdo al sistema lingüístico, o sea a la agregación


prefijal, sufijal u otras. Ejemplos: chorear, chatear, emputecerse.

d) Préstamo de otra lengua:

Como préstamos se entiende palabras de otras lenguas incorporadas al idioma, las


que pueden ser alteradas ya sea semántica o morfológicamente.

Los prestamos según su origen reciben distintas denominaciones, es así como a las
palabras incorporadas desde el inglés se les denomina “anglicismos”, a las del
francés “galicismos”, a las del portugués “lusitanismos”, a las del alemán
“germanismos”, etc.

“Pasaron los siglos en que importábamos galicismos, pasaron los anglicismos


ingleses, hoy estamos inmersos en pleno y acelerado proceso de importación de
anglicismos provenientes de los Estados Unidos. Como en el resto del mundo,
hemos incorporado a nuestro léxico voces como leasing, marketing, shopping
center, hotdog, hamburguesa, outsourcing, rating. living, y miles de anglicismos
más”. (L. Sáez, 2002, pp 10) Leopoldo Sáez, justifica la internación de estos
anglicismos por la necesidad de contar con palabras actuales en el campo de la
ciencia, la tecnología y el arte.

e) Economía funcional:

La economía funcional se manifiesta a través de variados procedimientos para


acortar lexías: “La tendencia a acortar las lexías de uso más frecuente parece ser
un fenómeno lingüístico general. Distinguimos los procedimientos de elipsis,
aglutinación, siglificación, que se aplican a las lexías complejas; reducción, que
afecta a las lexías compuestas o simples, y abreviación, de naturaleza diferente, ya
que es puramente grafémica. Estos procedimientos constituyen una fuente de
creación léxica poco estudiada. Aun cuando se presentan en todos los dialectos del
español, responden a las necesidades específicas de cada sociedad hablante, por lo
que las lexías creadas raramente coinciden, salvo que se trate de voces que han
alcanzado difusión internacional”. (L. Sáez, 2002, pp. 49)

2.1.2. LA INNOVACIÓN MORFOLÓGICA

Tradicionalmente se ha convenido que la formación de palabras ha sido dividida en


composición y derivación, en donde “la primera se basaba en combinaciones de
lexemas independientes, cuya derivación implicaba la combinación de palabras en
estructuras morfológicas complejas” (Mervyn, 1997: 22).

Mervyn (1997: 91) señala que la “composición implica un estadio intermedio entre
la palabra y la frase”, en donde dos o más palabras están unidas ortográficamente.
Sin embargo, el autor aclara que también son consideradas como composición
aquellos “sintagmas cuyos constituyentes no están gráficamente unidos pero que,
sin embargo, constituyen una unidad semántica y mantienen relaciones sintácticas
semejantes a las que presenta una estructura oracional” (Mervyn, 1997: 92). Aquí
se pueden mencionar ejemplos tales como: “Detenidos Desaparecidos”, “amarillo
pato”, “patita de laucha”, entre otros.

Dentro de la anterior apreciación destacamos los siguientes mecanismos para la


construcción de dos o más palabras unidas ortográficamente:

a. La adición de prefijos y sufijos. Por ejemplo: anti-castrista; a-


patotados; auto-calificarse; bailar-se-la; balcon-ero; cacerola-zo; em-pepa-
do.
b. La unión de dos o más unidades léxicas, que pueden ser: verbo +
substantivo, verbo + pronombre, adjetivo + substantivo, etc. Por ejemplo:
centroizquierda; comecuras; lanzagases; telaraña; videoclubes; de perillas;
detenidos desaparecidos; Chicago boy.

c. La eliminación de algún componente de la palabra, denominadas como


(Sáez, 2002: 11):

 Elipsis: por economía se “elimina gran parte de una lexía compleja, que
primeramente se subentiende y más tarde pueden olvidarse”. Por
ejemplo, Concertación por Concertación de Partidos por la
Democracia; Dignidad por Colonia Dignidad.

 Aglutinación: se funde los elementos de una lexía compleja eliminando


algunos elementos intermedios: Ejemplo: re’vivas por recontra
vivas; carepalo por cara de palo.

 Uso de siglas: ya sea para lexías que son plurales o para simplificar
lexías complejas, por lo general son substantivos. Por
ejemplo: DD.DD por Detenidos Desaparecidos; DD.HH. por Derechos
Humanos; DINA por Dirección de Inteligencia Nacional; CNI por Central
Nacional de Información.

 Reducción: se eliminan los elementos de una lexía. Por


ejemplo: coca por “cocaína”; aguantai por “te aguantas”; na’ por
“nada”; pa’ por “para”.

 Abreviación: procedimiento gráfico en el que se dejan algunos de los


grafemas que evocan al resto. Por ejemplo: etc. por “etcétera”; depto.
por departamento”; aprox. por “aproximadamente”.

2.1.3. EL PRÉSTAMO COMO INNOVACIÓN

El préstamo lingüístico se puede definir como la transferencia de un signo de una


lengua a otra (Rodríguez, 1980: 2), aunque el autor hace hincapié que este
concepto no es el más apropiado porque cuando se toma un préstamo nunca se
devuelve a la lengua de origen. En términos generales, Rodríguez (1980: 3)
establece que existen dos maneras por las cuales ocurre el préstamo:

a. Internamente, es decir, el que se realiza dentro de la misma lengua.

b. Externamente, o más conocido como extranjerismos, en donde se adoptan


elementos de otras lenguas.

Las razones para que se adopten palabras de otras lenguas, están dadas
principalmente en la necesidad de encontrar referentes a los diversos intercambios
culturales que se dan en una comunidad lingüística. Es decir, una comunidad al
verse en la deficiencia de su sistema lingüístico para identificar un nuevo referente
(realidades, objetos culturales, inventos, etc.) se enfrenta a dos alternativas:

a. lo recoge con el nombre que trae en su origen, o

b. acepta el nuevo elemento cultural rechazando el nombre extranjero y le


adapta palabras que su lengua posee (Rodríguez, 1980: 5).

A modo de ejemplo se puede mencionar: show, baby dolls, smog, soviet, carnet,
toplees, boites, tour, para la primera situación y para el segundo caso, se pueden
mencionar: antiempañante en contra del anglicismo “defroster”, computador por
“personal computer”, entre otras.

La forma en que se lleva a cabo el préstamo, es lo que se denomina: calco


lingüístico, que consiste en copiar o traducir una palabra extranjera. Aquí se
encuentran ejemplos como: supermercado por supermarket; Aministía
Internacional por Amnesty International; vaquero por cow-boy; bluyín por blue
jeans; microndas por microwave; entre otras. Dentro de los calcos, existe una
situación particular denominada híbrido y que tiene por característica el mezclar las
palabras de dos lenguas distintas, como, por ejemplo: American Express Dorada.

Por otra parte, y tal como lo plantea Rodríguez (1980: 14) la apropiación de un
préstamo lleva consigo tres tipos de adaptaciones:

a. Fonética, que es mantener la forma fonética original;

b. Gramatical, se respeta el plano morfológico y sintáctico de la lengua


primaria; y

c. Semántica, en el entendido que las palabras de dos lenguas distintas no


comparten necesariamente el mismo campo semántico. Un ejemplo de
esto último es “iglú”, su equivalente en español es “casa”, pero
culturalmente ambas lexías son totalmente diferentes.

Dentro de la evolución de nuestra lengua, muchos son los préstamos que se han
incorporado, de tal forma que la mayoría de ellos son prácticamente irreconocibles.
A pesar de esto, en el habla informal es posible detectar algunos debido a que son
términos utilizados en determinados contextos y el hablante trata de mantener la
forma original de la palabra o tienen una fonética extraña para el hablante.

2.1.4. EL CAMBIO SEMÁNTICO PARA LA INNOVACIÓN

El uso del lenguaje figurado es otra manera para innovar en el léxico. El uso de los
tropos (metáforas, eufemismos, metominias, etc.) es uno de los grandes recursos
para aumentar el caudal léxico ya que a formas preexistentes en la lengua se le
otorgan nuevos significados (Sáez, 2002: 10). Con ello, una misma forma lingüística
puede funcionar en diversos ámbitos con significados muy diferentes. Aquí
podemos encontrar ejemplos como: adivinos, dentro del coa hace referencia a los
Detectives de la Policía de Investigaciones; amarillo pato por el color amarillo
claro; burreros que se refiere a quienes transportan drogas, etc.

Una posible clasificación para los cambios semánticos podría abarcar los siguientes
mecanismos:

 La metáfora: que es sustituir el sentido propio de las palabras por otro


figurado y que se basa en una comparación descubierta por la imaginación.
Por ejemplo: cartas salidoras, dentro del coa identifican a los delincuentes
habituales, ello producto de que al igual que en un juego de naipes existen
determinadas cartas que se repiten de forma muy seguida.

 La metonimia: es asociar y designar a un producto u objeto por el lugar


donde se produce o por la marca que tiene. Ejemplo: confort, gillette,
pisco, champaña, etc.

 La antonomasia, que consiste en generalizar las características propias de


un personaje utilizando su nombre propio como común
(ejemplo, pinochetismo, rodriguista) o la denominación a una persona por
una cualidad (ejemplo, zorrillo para denominar al carro lanzagases, pierna
suave para denominar a una mujer)

 La homonimia: Una misma lexía sirve para dos o más contenidos distintos.
Ejemplo: caleta, dentro del coa tiene dos significados, 1) lugar de reunión y
2) paquete de marihuana; carrete, dentro de la jerga juvenil tiene dos
significados, 1) fiesta que incluye el consumo de alcohol y 2) de usar o
utilizar un objeto.

2.1.5. DIFERENCIACIÓN LÉXICA

Existen dos procesos por los que se produce la diferenciación léxica, la selección y la
innovación. La Selección entre variantes y modos isofuncionales existentes en la
lengua fue tratada en el punto anterior, la innovación se produce mediante tres
procedimientos: derivación, composición y préstamo.

a) Innovación por derivación:

En el español y especialmente en Chile, es muy productiva la derivación por


sufijación diminutiva, con el fin de evitar expresiones que pueden resultar “duras” o
violentas. Ejemplos:

 Se prefiere abuelito en vez de abuelo, tecito en vez de té.

También es común el uso de diminutivo con carácter de atenuante. Ejemplos:

 “Esperéme un ratito”, “convídame un poquito”, “tiene un niñito cieguito”


En todos los casos antes descritos, la derivación diminutiva, al menos en Chile,
tienen también un carácter de eufemismo.

Con el sufijo –ada se producen por derivación formas frecuentes como: “se pegó
una bailada”.
Con el sufijo aumentativo –on se observa el conocido folclóricamente guatón
Loyola, o el cabezón, etc.
La estrecha relación ente la innovación por derivación y la creación sistemática es
evidente.

b) Innovación por composición:

La innovación por composición está claramente aplicada en los términos


humorísticos. Incluso algunos resultantes del proceso tienen un carácter
peyorativo.

 Tuerto: Casimiro
 Indigente: patipelado

En carácter peyorativo:

 Médico: matasanos
 Dentista: sacamuelas

Es observable como la aglutinación se manifiesta en este procedimiento de


innovación.

c) Innovación por préstamos:

El fenómeno del préstamo ya ha sido tratado en el punto anterior, pero como


plantea humorísticamente Leopoldo Sáez, el término préstamo está mal empleado,
ya que no existe ninguna intención de devolverlos.

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