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El contenido del Fondo

“Eric Wolf” del ciesas

Virginia García Acosta

E l Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropo-


logía Social (ciesas), como espacio especializado en áreas del
conocimiento social, reconoce la importancia de las bibliotecas y sus
acervos en el desarrollo de la investigación y la docencia. El Centro
cuenta con un sistema de siete bibliotecas, creadas al mismo tiempo
que sus respectivas unidades en la República Mexicana, que reciben
un acervo inicial que se enriquece con el paso del tiempo por medio
de compras, canjes con instituciones y organismos nacionales e inter-
nacionales, así como donaciones de valiosas bibliotecas personales. Es
el caso del Fondo “Eric Wolf”, donado al ciesas por Sydel Silverman.
Grandes pensadores sociales han confiado en el ciesas para res-
guardar sus libros, documentos y archivos. Así, la institución se ha
Virginia García Acosta
beneficiado con donaciones distribuidas en nuestras bibliotecas, entre
Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social- las que se cuentan las colecciones de los tres fundadores del Centro:
Distrito Federal, México Ángel Palerm, Guillermo Bonfil Batalla y Gonzalo Aguirre Beltrán.
vgarciaa@ciesas.edu.mx Varios de nuestros investigadores o profesores también han donado
sus acervos: Carmen Castañeda, Víctor Franco, Luisa Gabayet, Virgi-
Eric Wolf: las fuerzas nia Molina, Carmen Ramos, Jan De Vos, Carmen Viqueira y Artu-
que lo forjaron ro Warman. También se han recibido acervos de académicos de otras
Sydel Silverman instituciones, como Pedro Carrasco, Jane Collier, Martin Diskin, Mi-
guel Ángel Gómez Ventura, Charles A. Hale, Jean Meyer, John Mu-
Recordando a Eric Wolf rra, Raúl Prieto Río de la Loza, Victoria Schussheim, Jesús Sotelo
Juan Vicente Palerm Inclán, Jorge L. Tamayo, María Guadalupe Urzúa Flores y Verónica
Veerkamp. Todos ellos han mostrado su generosidad al ciesas, direc-
El trabajo e influencia tamente o a través de sus herederos, al elegirlo como el destino de sus
de Eric Wolf bibliotecas y documentos, para que sean inventariados, catalogados y
Gustavo Lins Ribeiro sobre todo consultados.
Gracias a estas donaciones el patrimonio documental del ciesas en
sus siete bibliotecas ha alcanzado cerca de 400 000 volúmenes. Agrade-
cemos especialmente a Sydel Silverman, viuda de Eric Wolf, esta do-
Desacatos 46, nación y su confianza en el Centro y en su misión en la producción y
septiembre-diciembre 2014, pp. 174-189 la difusión del conocimiento científico. También expresamos nuestra

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gratitud a quienes intervinieron en este proyecto: Desacatos, presentados el 22 de abril de 2014, día del
Patricia Torres y Teresa Rojas, Tonatiuh Guillén y lanzamiento oficial del Fondo “Eric Wolf” de la Bi-
Gerardo Gutiérrez. El Fondo “Eric Wolf” contiene blioteca “Ángel Palerm” del ciesas.
aproximadamente 600 volúmenes en libros, revistas,
folletos y separatas. El material monográfico y las
revistas ya se han catalogado, clasificado e integra- 
do al catálogo en línea del Sistema de Bibliotecas del
ciesas, que puede ser consultado en cualquiera de

nuestras sedes a través de la valija institucional, que Eric Wolf: las fuerzas que lo forjaron
distribuye nuestros libros cada semana en todas las
unidades a petición de estudiantes o investigadores. Sydel Silverman
El Fondo resguarda una vasta colección de Traducción: Patricia Torres Mejía

obras con dedicatorias a Wolf escritas de puño y le-


tra de sus autores, entre ellas las de Guillermo Bon- Es un honor y un placer estar hoy con ustedes. Eric
fil, Leonel Durán, Enrique Florescano, Enrique hubiera estado muy contento de saber que muchos
Krauze, Román Piña Chan, Gustavo Lins Ribeiro de sus libros están aquí, porque amaba a México, te-
o Arturo Warman y otros estudiosos especializados nía alta estima por el ciesas [Centro de Investigacio-
en temas relacionados con América Latina, lo que nes y Estudios Superiores en Antropología Social] y
evidencia la extensa red de relaciones académicas se sentía muy cercano a Ángel y a la familia Palerm.
que Wolf construyó a lo largo de su vida profesional, Consideraba a Ángel su hermano mayor. Es ade-
en particular en México. Precisamente en la traduc- cuado que hoy hable de las fuerzas que lo confor-
ción al español de Envisioning Power, que el ciesas maron, porque Eric no creía en lo individual como
publicó en 2001 con el título Figurar el poder, Wolf algo autodeterminado o como una entidad aislable.
reconoció a algunos de estos colegas y amigos de la Aprendió de Norbert Elias, a los 17 años, que cada
siguiente manera: “Por orientarme en relación con persona es una intersección de múltiples roles socia-
las fuentes y compartir sus propios textos conmigo, les, un producto de procesos sociales, así que trataré
quisiera expresarles mi sincero agradecimiento a Jo- de reconstruir cómo Eric llegó a ser una persona y
hanna Broda, Enrique Florescano y Alfredo López- el antropólogo que conocimos.
Austin” (p. 12). En el mismo libro reconoce que su Al trazar su historia familiar, una se sorprende
interés por México en general, y por los aztecas en por la manera en que ésta se expandió a través de
particular, “data de 1951, año en que visité Méxi- fronteras tanto físicas como culturales y por la certi-
co por primera vez, en donde aprendí mucho de lo dumbre de Eric acerca de que ello formó su noción
que sé gracias a Pedro Armillas, Ángel Palerm, René del mundo como interconectado. Del lado pater-
Millon y William T. Sanders” (p. 12). Eric Wolf es- no, su familia vivió al menos desde el siglo xvii en
tuvo desde muy temprano interesado en México y, Moravia, dentro del Imperio Austro-húngaro, y se
gracias a su relación profesional y personal con Ángel mudó a Viena a mediados del xix, cuando se otor-
Palerm, cerca del ciesas desde su fundación en 1973 gó a los judíos la libertad de residencia. Aunque en
como Centro de Investigaciones Superiores del Insti- la familia hubo algunos hazzanes o cantores, ya en la
tuto Nacional de Antropología e Historia (cis-inah). generación del padre de Eric la familia era totalmen-
De su vida y obra dan testimonio los tres textos que te secular. Arthur Wolf, su padre, el menor de cua-
conforman la sección “Legados” de este número de tro hermanos, quedó huérfano a edad temprana. A

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los 14 años Arthur ya era aprendiz en la fábrica textil ir. Tocó a la puerta de los Ossinovsky, fue invitado
donde trabajó su padre. Autodidacta en idiomas y a pasar y allí conoció a Mura. La familia lo tomó
literatura, fue ascendiendo dentro de la compañía como tutor de los hermanos menores y también co-
y a los 20 años viajó dos veces a Sudamérica como mo guardaespaldas, ya que el secuestro de infantes
agente de ventas de la empresa. Hizo el servicio era común. Arthur cortejaba a Mura con cartas de
militar obligatorio y al estallar la Primera Guerra amor. Cuando los prisioneros fueron repatriados,
Mundial fue llamado como oficial —aseguraba ser Mura se fue con él y se casaron en Estrasburgo. Se
el judío con más alto rango en el ejército austria- establecieron en Viena y un año después, el 1 de
co—. Fue herido de gravedad en su primera acción febrero de 1923, nació Eric. El idioma en común
de batalla. El hospital al que lo llevaron fue tomado de Arthur y Mura era el francés, que fue la primera
por los rusos por lo que se convirtió en prisionero lengua de Eric.
de guerra. Estuvo cinco años en Siberia, pero como Entre tanto los bolcheviques tomaron Vladi-
oficial disfrutó de ciertos privilegios y libertad de vostok. Los padres y dos hermanos de Mura se tras-
movimiento. Con su círculo de amigos oficiales leía ladaron a Harbin, en China. Sebastian trabajaba en la
y discutía libros, montaba obras de teatro y de vez mina de los Skildelsky que daba servicio a la exten-
en cuando se aventuraba a visitar pueblos de Siberia. sión del Ferrocarril Transiberiano en Manchuria. En
Su familia materna era de Ucrania. Sebastian Harbin prosperó en otros negocios dentro de la vi-
Ossinovsky, padre de su madre, María —o Mura—, brante comunidad judía. Vivió hasta 1940 y, aunque
emprendió varios negocios, entre ellos una editorial Eric no lo conoció, Sebastian tuvo una fuerte pre-
que publicó un periódico en inglés. A causa de su sencia en su vida. Los hermanos de Mura se muda-
participación en la fallida revolución de 1905, Se- ron a Estados Unidos, Austria y Shanghai, pero el
bastian y su familia fueron obligados a huir a Ni- menor, uno de los tíos de Eric, se quedó en Harbin
mes, Francia. A los dos años se les permitió volver mucho después de la Revolución china hasta que en
a Rusia, pero sólo al lejano este y bajo la tutela de 1964 fue obligado a salir y se estableció en Suiza.
Leonj Skidelsky, un pariente poderoso. Leonj había En todos sentidos, Eric, como hijo único, era
ganado la concesión para la construcción del últi- un terror y tenía la tendencia a inventar bromas de
mo tramo de la vía del Ferrocarril Transiberiano y todo tipo. También tuvo una conciencia políti-
los derechos para explotar las minas de carbón y los ca temprana. A los 10 años, en 1933, escribió una
bosques requeridos para abastecer al ferrocarril. Los postal a su padre, que viajaba por negocios. Eric
Ossinovsky, incluidos Mura y sus cinco hermanos, describió a los nazis que vio en un desfile del 1 de
se establecieron en Vladivostok, cerca de la fronte- mayo en Viena y los ridiculizó, incluyendo a Hitler.
ra con Manchuria y Corea, donde Sebastian trabajó Luego agregó en una posdata: “Perdona que tenga
como representante de las minas de carbón Skidels- un poco de actitud política, pero estos tiempos lo
ky. Mura estudió medicina ahí. requieren”. Eric pasó su adolescencia temprana en
Arthur Wolf, siendo prisionero de guerra, ideó los Sudentenlad [Sudetes] —Checoslovaquia—, en la
convertirse en profesor de idiomas y bajo esa care- ciudad industrial de Tannwald, donde su padre era
ta conoció al hermano de Mura, oficial ruso que el director de una fábrica textil. Eric era muy cons-
simpatizaba con los bolcheviques. En 1919, a causa ciente de las pugnas étnicas entre alemanes y checos.
del desorden provocado por el movimiento revolu- También observaba que las prácticas de la era capi-
cionario, se relajó el control sobre los prisioneros y talista de la fábrica de su padre para abatir la Depre-
Arthur se encontró en Vladivostok sin saber a dónde sión impactaban a la clase obrera, con cuyos hijos

176 Desacatos 46  Sydel Silverman


jugaba en las calles. Asistía a un bachillerato alemán. a la categoría de sospechoso y enviado a un campo
Dos compañeros de clase quedaron arraigados en su de internamiento. Los internos, en su mayoría ju-
memoria: uno era un rufián entusiasta de las juven- díos y socialistas, trataron de conservar la cordura
tudes nazis —que robó la bicicleta de Eric y su co- organizando conferencias y debates. Ahí conoció a
lección de sellos cuando fue obligado a emigrar— y Norbert Elias y tuvo su despertar a las ciencias so-
el otro era su mejor amigo Kurt Loeffler, cuyos pa- ciales. Su breve estancia en el campo marcó un cam-
dres católicos socialistas se ofrecieron a ocultar a la bio de vida para él.
familia Wolf cuando llegaron los nazis a Tannwald. Los primeros años de Eric estuvieron enmar-
Kurt, un artista en ciernes, fue reclutado y murió en cados por los acontecimientos trascendentales de
el frente ruso, en la misma guerra en la que Eric lu- la primera mitad del siglo xx: la Primera Guerra
chó del lado opuesto. Mundial, la Revolución rusa, la disolución del im-
En 1938, cuando los nazis ocuparon Austria, perio de los Habsburgo, los conflictos étnicos y de
el padre de Eric logró enviarlo a Inglaterra. Allí se clase en Europa central, el surgimiento del nazismo,
inscribió en la Escuela Forestal. No hablaba una so- la aparición de la izquierda ilustrada en Inglaterra
la palabra de inglés, pero al terminar el año ganó el y la Segunda Guerra Mundial. Éstos fueron más
premio al mejor ensayo en inglés. Estaba igualmente que contexto en su vida, fueron componentes de
orgulloso de su premio como el mejor recluta para- su experiencia. Los padres de Eric lograron seguir-
militar. Los que conocieron a Eric como un hombre lo a Inglaterra y en junio de 1940 los tres abordaron
amable y un caballero se sorprenderán al enterarse uno de los últimos barcos de pasajeros con permiso
de su etapa militarista, pero como testigo de la vio- para cruzar el Atlántico, de nuevo patrocinados por
lencia en su mundo él estaba decidido a enfrentarla un Skidelsky. Se establecieron en Queens, Nue-
y no a huir de nuevo. En la Escuela Forestal se en- va York, y Eric tuvo su primer trabajo: como él lo
contró por primera vez con las ciencias naturales, describió, en la casa de la muerte de la granja de po-
ya que éstas no se enseñaban en el bachillerato ale- llos de sus parientes. Entró al Queens College en
mán. Fuera de la escuela empezó a leer libros del otoño. Intentó estudiar química, como deseaba su
English Left Book Club —Club Inglés de Libros padre, pero —como él decía— sus experimentos
de Izquierda— y de la Open University —Uni- estallaban o se tornaban del color equivocado. Por
versidad Abierta—, que fueron su introducción al accidente, se encontró con un curso de antropolo-
marxismo. gía —sobre culturas de Asia— y descubrió que todo
Mientras los británicos se preparaban en 1940 lo que siempre le había interesado era, de hecho, un
para una invasión esperada, reunieron a todos los tema académico.
varones de cierta edad identificados como extran- En 1943, Eric dejó la universidad para unirse al
jeros enemigos por sus pasaportes. Eric compareció ejército de Estados Unidos y en el proceso adquirió
ante un tribunal cuya tarea era separar a los refugia- la ciudadanía estadounidense. Rechazó el entrena-
dos inocentes de aquellos que ponían en riesgo la miento de oficial y en su lugar solicitó ingresar a la
seguridad. Había tres categorías: los que con cer- Décima División de Montaña, tropas en esquís, in-
tidumbre eran antinazis, los reconocidos simpati- tegrada básicamente por europeos con estudios, bien
zantes de los nazis y una categoría intermedia de educados y expertos en montañismo. Le gustaba ser
“sospechosos”. Le preguntaron: “¿Opina que to- soldado y se enorgullecía de saber que él, un mucha-
dos los nazis son malos?”. Eric respondió: “Es más cho judío de Viena que alguna vez tocó el violín, po-
complicado que eso”. Por este motivo fue asignado día disparar como los mejores de ellos. Los altos

Eric Wolf: las fuerzas que lo forjaron 177


mandos del ejército eran hostiles hacia la División y La mención de la Estrella de Plata de Eric dice
la confinaron a un campamento en Texas hasta fina- que mató a ocho alemanes. Cuando años más tarde
les de 1944, cuando las tropas aliadas estaban parali- mi hija le preguntó si no se sentía mal por ello, él
zadas en su marcha hacia el norte vía Italia porque las respondió que lamentaba no haber matado a más. A
tropas alemanas se habían atrincherado en las altas pesar de su profunda participación en el movimiento
montañas. La unidad de Eric fue llamada a acción e contra la Guerra de Vietnam, Eric no era pacifista.
hizo una heroica escalada nocturna por un acantila- Se opuso a guerras estúpidas, innecesarias e injustas,
do impenetrable con el fin de tomar una ubicación incluidas las guerras campesinas sobre las que escri-
estratégica. Pero en el asalto recibió un disparo en la bió. Su experiencia en la Segunda Guerra Mundial
cabeza, y por una fracción de pulgada no se convir- tuvo un efecto profundo en su visión del mundo.
tió en un vegetal. Se recuperó, aunque con daños de Decía que era imposible imaginar, sin verlo, la faceta
audición de por vida. Para entonces la guerra en Eu- de poder absoluto que la armada estadounidense po-
ropa había terminado y Eric fue enviado al Véneto día presentar. Para él, desde entonces, el poder nunca
para interrogar a prisioneros de guerra alemanes e fue una abstracción.
identificar a los que fueron miembros de las ss Después de la guerra, Eric regresó al Queens
[Schutzstaffel, escuadrón de protección de Hitler y College y rápidamente terminó sus estudios. Ya
del Partido Nacionalista], lo que hizo revisando si calificaba para el G. I. Bill, que pagó sus estudios
tenían el tatuaje correspondiente en sus axilas. por ser veterano. Decidido a estudiar antropología
y por consejo de Hortense Powdermaker, solicitó
su ingreso a la Universidad de Columbia. Sus com-
pañeros de generación eran una nueva especie de
estudiantes: veteranos con cicatrices de batalla, po-
líticamente de izquierda, impacientes por encontrar
respuestas a preguntas de la vida real. Columbia,
entonces dominada por el culturalismo, tenía po-
co para satisfacerlos, por lo que formaron su propio
grupo de estudio que llamaron la Sociedad de Agi-
tación Mundial, el famoso mus por sus siglas en in-
glés (Mundial Upheaval Society). Entonces Julian
Steward llegó a Columbia. Su ecología cultural ma-
terialista atrajo a estudiantes del mus y cuando reci-
bió financiamiento para llevar a cabo un estudio de
la isla de Puerto Rico ya contaba con su equipo para
campo: Eric, Sidney Mintz, Robert Manners, Elena
Padilla y Stanley Diamond, entre otros.
El estudio de Puerto Rico fue uno de los pri-
meros intentos por abarcar la totalidad de una en-
tidad nacional o lo que entonces se llamaba una
“sociedad compleja”. El marco propuesto por
Steward daba un lugar central a la base productiva.
Retrato de credencial escolar de Eric Wolf. Los miembros del equipo trabajaron en diferentes

178 Desacatos 46  Sydel Silverman


entornos ecológicos característicos de la diversidad Steward. Siempre se sintió atraído por México y ya
agrícola de Puerto Rico. A Eric le asignaron los cul- hablaba español, por lo que solicitó una beca para ha-
tivos de café de pequeños campesinos en las tierras cer el trabajo de campo ahí. Su plan era estudiar la
altas centrales. Steward los dejó solos. De hecho, industria de la minería de plata en Guanajuato, pero
parece que los visitó sólo una vez, cuando les expre- un entorno violento en la mina y un cura hostil hicie-
só su consternación porque habían distorsionado lo ron imposible su trabajo de campo. En su lugar, miró
que habían aprendido de él y no estaban siguiendo hacia la historia: su estudio sobre la historia del Bajío
su teoría. Mientras trataban de entender lo que ob- le dio la oportunidad de explorar otro conjunto de
servaban, Eric y Sid en particular iban más allá de la intereses sobre los procesos de formación de la na-
ecología local y vinculaban los contextos políticos y ción. Así fue como conoció a Ángel Palerm. Con su
económicos de sus comunidades. En ese momento, trabajo conjunto sobre la importancia del sistema de
ellos fueron incluso más lejos del culturalismo de irrigación prehispánico en el desarrollo cultural ini-
sus otros maestros. En una carta que Eric escribió ciaron una colaboración que duró muchos años.
a Morton Fried, cuando ambos estaban en el cam- Termino esta historia donde empecé: con Eric
po, menciona el deceso de Ruth Benedict y añade: en México.
“Que ella y sus ideas descansen en paz”.
Steward esencialmente abandonó el trabajo y
dejó que Eric y Sid integraran el volumen que abar- 
caba los resultados de todo el proyecto. Cuando se
pusieron a trabajar, se dieron cuenta de que debían
considerar la historia colonial de Puerto Rico para Recordando a Eric Wolf
darle sentido al proyecto. Eric añadió una sección
introductoria sobre la historia de la isla. Sin ser del Juan Vicente Palerm
todo conscientes de ello, estaban conformando una University of California-Santa Barbara, Santa Barbara,
California, Estados Unidos
economía política históricamente situada, lo que se palerm@anth.ucsb.edu
convertiría en el sello distintivo del futuro trabajo
de ambos. El proyecto de Puerto Rico no fue pa- Mi presentación tiene un carácter más anecdótico
ra Eric la introducción a la idea de una antropolo- que las anteriores. Trata de recuerdos personales que
gía del mundo moderno. Más bien, era consistente tengo de Eric Wolf desde niño. Los recuerdos ha-
con la visión de la antropología que siempre había blan de Wolf y de su estrecha relación con Ángel
tenido y que nunca asimiló con el estudio de socie- Palerm y conmigo. La necrología que Eric Wolf es-
dades primitivas. Incluso como estudiante, pensaba cribió para Ángel Palerm, publicada en el American
en cuestiones más amplias sobre las civilizaciones y Anthropologist, termina diciendo: “Para mí fue como
sus conexiones a través de las fronteras. Mientras es- un hermano mayor a quien extrañaré muchísimo”.
cribía su tesis, por ejemplo, escribió el artículo “La Reclamo entonces a Eric Wolf como un tío que
organización social de la Meca y los orígenes del Is- tuvo una presencia importante en mi vida, tanta o
lam”, al que describió como una especie de descan- más grande que la de mis tíos naturales: de niño y
so de su tesis. adolescente fue cariñoso conmigo y curioso de mis
Después de que Eric obtuvo el doctorado en asuntos, de aspirante antropólogo me brindó direc-
1951, permaneció cuatro años sin un trabajo regu- ción y ánimo, y como colega cuestionó, siempre
lar. Técnicamente era un investigador asociado de con crítica aguda pero constructiva, mis propósitos

Eric Wolf: las fuerzas que lo forjaron 179


de investigación. Recurro a algunos recuerdos, vi- de manera central temas y problemas de la sociedad
vencias y correspondencia para ofrecer otro perfil, moderna y cuestiones de justicia social, sino sobre
más privado y personal, de Eric Wolf. todo su condición y experiencia de exiliados, su
Conocí a Eric en 1951 cuando apenas tenía fraternidad como excombatientes armados contra
siete años y él 28. De hecho, lo conocí antes que el fascismo y su intolerancia sin cuartel a cualquier
Ángel Palerm. Me acuerdo perfectamente porque guiso absolutista o totalitario que limitara los de-
me pareció como galán de Hollywood o posible- rechos individuales y la libertad de pensamiento.
mente por la impresión que me llevé ese día cuan- Compartieron también el interés por el marxismo
do mi padre regresó a la casa con la mitad de la cara “científico” no doctrinario que aplicaron a sus in-
vendada. El caso es que el momento quedó firme- vestigaciones y que definió sus muchas discusiones
mente grabado en mi memoria. Eric tocó a la puerta teóricas, no siempre resueltas, pero que alimenta-
de nuestro departamento de la calle Ebro en la colo- ron la investigación empírica de los dos. A final de
nia Cuauhtémoc una noche en busca de mi padre, cuentas, en el prólogo de su Europe and the People
creo que enviado por Julian Steward —su director de Without History, Wolf lamentó que Palerm muriera
tesis—, quien conoció a Palerm indirectamente por antes de leer su manuscrito, hecho que lo privó de
su trabajo en Tajín, patrocinado por el Institute of sus penetrantes comentarios. Wolf, sin embargo,
Social Anthropology de la Smithsonian Institution, tuvo la oportunidad de comentar los ensayos in-
que él dirigió. Pensó, con buen tino, que había pun- cluidos en el último libro de Palerm, Antropología y
tos de convergencia intelectual entre los dos jóvenes marxismo.
recién egresados y que el encuentro les podía resultar A partir de 1951, Wolf tuvo una presencia sos-
beneficioso. tenida en mi vida cotidiana. En el verano de 1954
Mi hermano Armando y yo nos encontrába- acompañé a Wolf, Palerm y Pedro Armillas en sus
mos solos en la casa esa noche, pues mi padre se extensos recorridos por el Acolhuacan. Más sobre
encontraba hospitalizado por una infección de ojo. esto después. En 1956 viajé con Wolf y Palerm des-
Eric se esforzó por explicarnos con mucha pacien- de Washington, D. C. al Distrito Federal y de ahí
cia quién era y por qué buscaba a Palerm, pero la a San Cristóbal de las Casas, pasando por Oaxaca
verdad es que no le entendimos absolutamente na- y Salina Cruz. Regresamos en plena temporada de
da. En retrospectiva, pienso que fue por sus acen- lluvias por la costa del Golfo a Veracruz sobre lo que
tos alemán-austriaco y estadounidense encimados entonces era una carretera de terracería sin puen-
sobre su, entonces, castellano boricua. Sacó una li- tes. Calculo que pasé al menos 20 días sentado en
breta de su morral de cuero, que ya entonces usaba el asiento trasero del carro escuchando las conversa-
como parte de su indumentaria, y escribió una nota ciones incesantes de los dos antropólogos, disecando
que dejó a nuestro cuidado con instrucciones de en- los múltiples y variados paisajes naturales y huma-
tregarla a nuestro padre. Sospecho que se retiró de nos de Estados Unidos y Mesoamérica. Cuando,
nuestra casa con poca confianza en que los dos es- mucho después, leí Sons of the Shaking Earth me di
cuincles completaran el encargo. cuenta de que ya había internalizado mucho del ma-
El caso es que poco después Ángel Palerm y terial e ideas que el libro contiene.
Eric Wolf se encontraron y dio comienzo una lar- En 1957 pasé parte del verano en Charlottes-
ga, estrecha y fructífera relación que duraría hasta ville, Virginia, como huésped de los Wolf. Eric me
la muerte de Palerm en 1980. Los unió no sólo su llevó a Monticello, la casa de Thomas Jefferson,
interés por una antropología emergente que incluía y me enseñó sobre todo la parte productiva de la

180 Desacatos 46  Juan Vicente Palerm


plantación, incluyendo las barracas de los esclavos y difundimos sus artículos sobre campesinos, su ensa-
la colección de apeos agrícolas —paleotécnicos— yo sobre la formación de la nación y su artículo
y, con mucho menos énfasis, la parte doméstica y “Anthropologists on the Warpath in Thailand”, pu-
elegante del palacete “italiano”. Durante la primera blicado con Joseph Jorgensen en el New York Review
mitad de la década de 1960, cuando yo estaba toda- of Books, en un momento en que los antropólogos es-
vía en preparatoria, recuerdo largas conversaciones pañoles apenas estaban descubriendo los trabajos de
en nuestra casa sobre Cuba, la campaña electoral Robert Redfield sobre el campesinado y de Pitt Ri-
que llevó a Kennedy a la Casa Blanca y la lucha por vers sobre España. Con su asesoría introdujimos al
los derechos civiles en Estados Unidos, incluso en país literatura antropológica actualizada sobre los
relación con la marcha sobre Washington, donde campesinos y el Mediterráneo. Además, creo que la
residíamos en 1963. Durante una visita, leyó con inquietud que suscitaron los casos Tailandia y Ca-
interés un trabajo que escribí para mi clase de inglés melot, especialmente entre la juventud, sacudieron a
sobre la novela Lord of the Flies, de William Golding, la antropología española que se encontraba todavía
a partir de la conocida dicotomía Hobbs-Rousseau en una etapa inocente e ingenua. Por cierto, vale la
sobre la naturaleza humana. Me felicitó y me man- pena recordar que la amonestación que recibió Wolf
dó a leer El origen de la desigualdad entre los hombres de de la aaa por levantar el asunto Tailandia en 1970
Rousseau y otra novela de Golding, The Inheritors, hace resonancia con la censura que recibió Franz
basada en materiales antropológicos, con los cua- Boas de la misma Asociación en 1919 cuando de-
les reescribí el ensayo, que fue galardonado por el nunció en una carta publicada en la revista The Na-
distrito escolar de mi escuela. También me sugirió tion el desempeño de antropólogos como espías,
leer Moby Dick, de Melville —creo que era su nove- refiriéndose, entre otros, a los trabajos de Sylvanius
la preferida, pues no fue la primera ni la última vez Morley en Yucatán.
que me hizo esta recomendación—, cosa que no
emprendí sino hasta años después, pero sin lograr
entender su fascinación por esa novela. Acolhuacan, 1954
A partir de 1968 intercambié cartas con él des-
de España con cierta regularidad. Durante esos años Durante varios fines de semana del verano de 1954
Wolf se encontraba inmerso en su trabajo de campo una pequeña tropa de chamacos acompañó a Ángel
en Italia, interesado en temas del Mediterráneo, pero Palerm, Pedro Armillas y Eric Wolf en sus recorri-
también combatiendo las recriminaciones suscitadas dos por el Acolhuacan. Salíamos del Distrito Fede-
en la aaa [American Anthropological Association] ral de madrugada, apretados como sardinas en un
por el incidente Tailandia, que siguió sobre los talo- Jeep Willis destartalado que Wolf había manejado
nes del escándalo Camelot, es decir, por el uso de con Palerm desde Illinois, parábamos en el merca-
antropólogos para fines militares y para apoyar ac- do de Texcoco para comprar fruta y comida, y su-
ciones de contrainsurgencia en América Latina y el bíamos al Tetzcutzingo remontando terrazas
sureste asiático. El 5 de enero de 1971 se quejó de la sembradas con maíz y magueyes. De ahí, nos enca-
desaparición de correspondencia de su despacho en minábamos sobre los cerros en busca de sitios de
la Universidad de Michigan, que atribuyó a un robo interés arqueológico y visitando comunidades
llevado a cabo por agentes federales y poco después se campesinas y sus entornos. Una o dos veces al día
mudó a Nueva York. Con su permiso, un grupo de parábamos en algún paraje remoto donde Armillas,
estudiantes de antropología en Madrid publicamos y con su bastón, demarcaba ciertas áreas que asignaba

Recordando a Eric Wolf 181


a cada chamaco con instrucciones de recoger todos cumpliría con los cánones más relajados de la ar-
los tepalcates que pudieran encontrar y meterlos en queología moderna; sin embargo, las cronologías re-
bolsas de papel numeradas. Armillas, por cierto, sultantes pasaron la prueba del tiempo y las hipótesis
cojeaba marcadamente de una pierna debido a una generadas impulsaron productivamente la investiga-
herida que recibió combatiendo el golpe franquista ción y la teoría.
en España. Mientras “cosechábamos” tepalcates y Un día, mientras recorríamos los valles altos
obsidianas —las obsidianas nos las quedábamos cerca de San Jerónimo Amanalco, llegamos a un
nosotros— los tres mayores se sentaban bajo la pequeño manantial —ojo de agua— que inmedia-
sombra de algún pirul donde platicaban y discutían tamente atrajo la atención de los jovencitos empol-
con ánimo y calor no necesariamente temas antro- vados y acalorados. Como es natural, empezamos
pológicos, examinando de cuando en cuando el a aventar piedras con la intención de salpicar a los
producto de nuestros esfuerzos. otros, pero apenas habíamos comenzado con esta
Años después caí en la cuenta de que dichos diversión cuando aparecieron dos hombres vestidos
materiales fueron utilizados para establecer una cro- de calzón blanco y cargando una escopeta quienes
nología tentativa del desarrollo económico, social y procedieron a detenernos por dañar el manantial y
cultural del Acolhuacan septentrional y para generar molestar sus aguas. Nos encaminaron enseguida ha-
algunas hipótesis de trabajo, que fueron plasmadas cia su pueblo para comparecer ante las autoridades
en dos artículos escritos por Wolf y Palerm —“Siste- locales. Durante la marcha forzada, Palerm y Wolf
mas agrícolas y desarrollo del área clave del imperio platicaban interesadamente con nuestros guardas,
texcocano” y “Agricultura de riego en el viejo seño- mientras Armillas, algo indignado, regañaba con
río del Acolhuacan”— que, según los estudiosos del su elevada voz a su hijo Ignacio, que según él ha-
tema, orientaron la dirección de la investigación ar- bía provocado el relajo que nos metió en el embro-
queológica y etnográfica de la región y, además, re- llo. Afortunadamente, a la entrada del pueblo, Wolf
vitalizaron a la arqueología y a la etnohistoria del convidó a todos refrescos y cervezas, lo cual, y tal
Valle de México con nuevas preguntas y problemas. vez algo más, logró nuestra liberación. Regresamos
El impacto de dichos trabajos, en retrospectiva, al Distrito Federal ya entrada la noche, agotados y
me sorprende un poco. No sólo por la “cuadricula- empapados por un aguacero veraniego que nos sor-
ción” poco ortodoxa de Armillas, quien con su bas- prendió en la caminata de regreso al carro. Todos
tón apuntaba y decía: “tú de aquel arbusto a esa los chicos acabamos con fuertes resfriados, lo que
piedra y tú de la piedra al árbol”, sino especialmente nos tuvo en cama durante varios días. Poco después
debido a nuestras prácticas alarmantemente selectivas Wolf contrajo hepatitis y pasó varias semanas con-
y prejuiciadas. Pronto descubrimos que ciertos tepal- valeciente en casa de mis abuelos. Posteriormente
cates recibían bastante atención de los mayores —en Wolf y Palerm escribieron: “Los manantiales están
particular unos rojos y fragmentos con asas— mien- vigilados estrechamente por los vecinos de San Jeró-
tras el resto pasaba más bien inadvertido, de manera nimo Amanalco para impedir el acceso a los extra-
que empezamos a buscar y recoger los que evidente- ños. Según creencia popular, los manantiales están
mente eran más deseables. Además, en nuestro afán protegidos por guardianes sobrenaturales del agua
por satisfacer, nos salíamos de nuestros espacios asig- —singular: anaki; plural: anáke— que castigan a los
nados en busca de los tepalcates más apreciados. Igno- que perturban las aguas”. Sin duda que dimos con
ro si Armillas controló nuestras arbitrariedades, pero los guardianes del pueblo y sospecho que también
estoy seguro de que la muestra que recolectamos no sufrimos con Wolf del poder punitivo de los anáke.

182 Desacatos 46  Juan Vicente Palerm


Eric R. Wolf en un campamento militar en los Alpes durante la Segunda Guerra Mundial, ca. 1945.

Wolf y Palerm sugieren que las observaciones político y cultural de las comunidades de la sie-
que completaron sobre la agricultura y las comuni- rra desde la Colonia hasta el presente, y conclu-
dades del Acolhuacan septentrional —en el valle, yen que la situación actual de marginación de las
somontano y la sierra— se prestan a una interpre- comunidades indígenas no ofrece una guía útil ni
tación “redfieldiana” con base en el paradigma del verdadera para establecer su situación en el pasado.
continuo folk-urbano. Sin embargo, escriben, esto Esto, a mi parecer, sembró una idea fundamental
sería falso y llevaría a serios errores. En el presen- que poco después desarrollaría Wolf con más filo
te etnográfico, la agricultura y las comunidades de analítico y teórico en sus conocidos artículos so-
la sierra se encuentran, sin duda, poco desarrolla- bre las comunidades campesinas —e. g., “Types of
das y políticamente marginadas en comparación Latin American Peasantry: A Preliminary Discus-
con las del valle que están fuertemente integradas sion” y “Closed Corporate Peasant Communities
a la sociedad y la economía urbana, pero las fuen- in Mesoamerica and Central Java”—, y que Palerm
tes históricas y los restos arqueológicos señalan que sintetizaría más tarde teóricamente en su “Articu-
estuvieron en el pasado prehispánico más desarro- lación campesinado-capitalismo: sobre la fórmula
lladas y perfectamente cohesionadas al señorío acol- m-d-m” y otros ensayos incluidos en su Antropología

hua. Describen, entonces, un declive económico, y marxismo.

Recordando a Eric Wolf 183


Apalache, 1956 Hicimos noche en un pueblito cerca de Knox-
ville, en una casa de huéspedes, el único lugar que
Como mencioné antes, en el verano de 1956 viajé encontramos. A la entrada del pueblo habían colga-
con Wolf y Palerm de Washington a México. Nos do una gran manta que se extendía de un lado de la
trasladamos en un Ford verde del 53 que Wolf aca- calle al otro y anunciaba la celebración de un ani-
baba de cambiar por su viejo Willis. Los dos adultos versario de Davy Crockett —los 170 años de su na-
decidieron cruzar por los Apalache con el propósi- cimiento—, cosa que me excitó bastante, porque la
to de recorrer partes de Tennessee para, entre otras popular serie de televisión con el personaje histórico
cosas, observar el paisaje rural del Tennessee Valley estaba en pleno apogeo. Davy Crocket, por cierto,
Authority (tva). El tva, por cierto, fue un proyec- es el héroe popular de Tennessee. Murió en El Ála-
to de desarrollo regional basado en un gran plan mo, Texas, peleando contra las tropas mexicanas de
hidráulico que formó parte del New Deal del pre- Santa Anna en 1836.
sidente Roosevelt. Además, Wolf tenía recuerdos Cenamos en un pequeño café, también el único
nostálgicos del lugar, pues de joven había pasado que encontramos. Cuando entramos al lugar se hizo
ahí un verano con el Highlander Folk School en un un gran silencio y todas las caras de los comensales
programa de reforestación, y a Palerm le interesaba voltearon hacia nosotros con curiosidad y desaproba-
visitar el pueblo de Farragut por sus alusiones cata- ción a la vez. Una vez sentados, ordenamos hambur-
lanas. David Farragut, héroe de la Guerra Civil y el guesas. La camarera nos recordó discretamente que
primer almirante de las fuerzas navales de Estados era viernes, insinuaba que debíamos pedir pescado,
Unidos, fue hijo de Jordi Farragut Mezquida, origi- pero Wolf explicó con igual discreción que no éra-
nario de Ciutadella, Isla de Menorca, quien además mos miembros de esa Iglesia y que podíamos comer
luchó con los rebeldes en la Guerra de Independen- carne. “Okay, honey, coming right up” —“Ense-
cia de las colonias americanas. guida, joven”—, dijo la camarera y desapareció. Al
Recuerdo que mientras Wolf negociaba la ca- rato regresó con las tres hamburguesas, pero entre el
rretera montañosa, angosta y llena de curvas muy pan, con sus acostumbrados aderezos, habían coloca-
cerradas, los dos —uno judío secular y el otro ateo— do unos pastelitos de pescado molido —“fish
comentaban con mucho ánimo y risas las adver- sticks”—. Al salir del café, Wolf le mencionó al caje-
tencias exageradas que un predicador evangelista ro, que también hacía de cocinero, que habíamos pe-
transmitía con mucha excitación por la radio. “Pre- dido hamburguesas y nos habían servido pescado. El
pare to meet your Maker and to pay for your sins cajero-cocinero respondió: “Yes, she told me”
by burning in hell!” —“¡Prepárate para conocer a —“Sí, me dijo la camarera”—. Y, levantando la voz
tu Creador y para pagar por tus pecados ardiendo para que los otros comensales pudieran oírlo, añadió:
en el infierno!”—, exclamaba el predicador mien- “And you shouldn’t bother coming back for
tras Wolf rebasaba a un camión sobrecargado con breakfast” —“Y no se molesten en regresar para de-
grandes troncos de madera. El sermón del predica- sayunar”—.
dor era, además, puntualizado por las muchas pan- Al día siguiente, sin desayuno y mientras Wolf
cartas colocadas sobre los márgenes de la carretera y Palerm saldaban la cuenta de la posada, el dueño
con alusiones religiosas como “Jesus Loves You” les dijo que deberían hacer algo conmigo porque era
—“Jesús te ama”—, “Repent sinners” —“Arre- un embustero: “Le pregunté de dónde era y me dijo
piéntanse pecadores”— y “Satan wants your soul” que de México y yo sé perfectamente cómo se ven
—“Satanás quiere tu alma”—. los mexicanos”. “He’s pulling my leg” —“me está

184 Desacatos 46  Juan Vicente Palerm


vacilando”—, agregó. Los adultos le explicaron que, direcciones para la investigación empírica. A mi
en efecto, era mexicano y que íbamos camino hacia entender, el impacto del seminario en México fue
allá. Obviamente molesto, respondió: “Well, you considerable y muy estimulante para una nueva ge-
best be on your way cause folks round here don’t neración de campesinólogos mexicanos. Para mí fue
apreciate your kind” —“Pues mejor sigan su ca- crítico, pues el seminario y en especial mis conver-
mino, pues por aquí no nos cae bien la gente como saciones con Wolf dieron forma a la investigación de
ustedes”—. Una vez en el coche Wolf volteó hacia campo que luego realicé en España para mi diser-
Palerm y preguntó con cierta incredulidad: “¿Nos tación doctoral, publicada por la Universidad Ibe-
corrieron del pueblo, verdad?”. Desconcertados por roamericana bajo el título de Los nuevos campesinos.
el rechazo sureño, seguimos el camino hacia Arkan- En abril de 1978 me encontré con Eric Wolf
sas, pero ya sin desviarnos para visitar ese pueblo de en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez. Los
Tennessee llamado Farragut. dos nos dirigíamos a Mérida, Yucatán, para par-
En el verano de 1972, cuando el ciesas [Centro ticipar en la reunión anual de la Association for
de Investigaciones y Estudios Superiores en Antro- Applied Anthropology pero, afortunadamente para
pología Social], que primero fue Centro de In- mí, nuestro vuelo fue cancelado debido a mal tiem-
vestigaciones Superiores del Instituto Nacional de po en Yucatán y pasamos el resto del día encerrados
Antropología e Historia (cis-inah), se estaba ges- en un hotel del aeropuerto comiendo, platicando y
tando —como posiblemente algunos de ustedes re- tomando cervezas. Hablamos sobre todo de mi po-
cordarán—, Ángel Palerm y Eric Wolf organizaron nencia, que trataba de la economía doméstica de eji-
un seminario sobre “Campesinos”, que se celebró datarios de El Bajío y de la importancia que habían
durante julio y agosto en el salón de gala del Castillo alcanzado en ella sueldos devengados en Estados
de Chapultepec. Acudieron como ponentes jóvenes Unidos, en particular en la agricultura del estado
antropólogos latinoamericanistas —Jorge Dandler, de California. La ponencia partía de una reflexión
Michael Taussig, Jorge Ochoa y Jean Meyer—, es- en torno a Rosa Luxemburgo y Karl Kautsky y la
tudiosos mexicanos —Arturo Warman, Rodolfo articulación de modos de producción que permi-
Stavenhagen, Enrique Florescano y Efraín Hernán- tía dilucidar cuestiones acerca de la reproducción
dez Xolocotzi— y los especialistas internacionales del trabajo campesino en México y de la acumula-
más reconocidos del momento —el mismo Eric ción del capital en California. El trabajo enfatizaba
Wolf, Friedrich Katz, Eric Hobsbawm y Teodor las estrategias adoptadas por las familias campesinas
Shanin, que en ese momento establecían el Journal para maximizar el envío de trabajadores a California
of Peasant Studies—. Eric Wolf fungió como mode- y cómo los dólares ganados ahí subsidiaban no sólo
rador y Ángel Palerm, como agente provocador. Se el consumo y reproducción del grupo familiar, sino
trataron temas concernientes a la economía y so- también a la economía agrícola de la revolución ver-
ciedad campesina, movimientos y rebeliones cam- de impulsada por el Estado.
pesinas, y desarrollo rural contemporáneo, tanto Wolf, que en esos años elaboraba su libro Euro-
en términos monográficos como comparativos en- pe and the People without History, comentó que el tema
tre casos mexicanos, latinoamericanos y europeos. ya estaba suficientemente tratado y, aunque siempre
Los ponentes permanecieron en México durante sería bienvenida más documentación etnográfica
la totalidad del programa y un nutrido y diverso acerca de la economía doméstica campesina, lo que
público acudió a las sesiones, que derivaron en re- le resultaba más interesante, novedoso e imperati-
sonadas discusiones polémicas y marcaron nuevas vo era el tratamiento etnográfico de la economía

Recordando a Eric Wolf 185


agraria capitalista, o sea, de las compañías, empresas trabajadores mexicanos extraídos temporal o perma-
y empresarios en California que ocupaban la mano nentemente del agro mexicano, así como a la recien-
de obra campesina mexicana. Esto requeriría seguir te formación de nuevas comunidades de mexicanos
a los trabajadores abajeños a sus lugares de trabajo en en el paisaje agrícola de California. Además, desde
California para observarlos, lo cual, en su opinión, la Universidad de California en Santa Barbara me
permitiría completar el análisis de la conexión de dedico a la formación de antropólogos mexicanos y
interdependencia que existe entre los campesinos estadounidenses, los impulso para que se dediquen a
mexicanos y el capital agroindustrial de California, estos importantes temas de nuestro tiempo. Me cons-
además de someter a revisión crítica las hipótesis ta que Eric Wolf apoyó mi nombramiento académico
de trabajo derivadas de las aportaciones teóricas de en California y el primer grant —“apoyo financie-
Luxemburgo y Kautsky. ro”— que recibí de parte del Social Science Research
En 1981 seguí a California a los trabajadores Council para mi investigación en California.
migrantes abajeños y ahí permanezco, como tantos Tengo, pues, una gran deuda intelectual con
otros migrantes que nunca imaginaron que se que- mi “tío” Eric, aunque nunca fui formalmente su
darían del otro lado de la frontera. Me dedico al es- alumno, y un enorme agradecimiento personal por
tudio histórico y etnográfico de la agroindustria en las muchas cosas que hizo para apoyar mi desarrollo
California y su persistente e incómoda conexión con personal y profesional.

En el Parque México de la ciudad de México en 1967: sentados, Eric R. Wolf y Carmen Viqueira; de pie, los dos hijos de Wolf, Ángel Palerm y Ángel

Palerm Viqueira.

186 Desacatos 46  Juan Vicente Palerm


 me gusta creer que en algún momento nos hicimos
amigos. Así que por favor tengan paciencia conmi-
go si lo que sigue suena subjetivo también. Me dio
El trabajo e influencia de Eric Wolf mucho gusto saber que una parte sustancial de la
biblioteca de Eric iba a quedarse aquí en México,
Gustavo Lins Ribeiro en una institución fundada y dirigida por dos de sus
Departamento de Antropología, Universidad de Brasilia, mejores amigos mexicanos, los antropólogos Ángel
Brasilia, Brasil
Palerm y Arturo Warman. Wolf, Palerm y Warman,
gustavor@unb.br
con otras personas como Bonfil Batalla y, en Brasil,
Traducción: Emelyn Cortés
Darcy Ribeiro, son representantes de un liderazgo
¡Ésta es una gran ocasión! Quiero agradecer a la escolar carismático que está lejos de existir hoy. Es-
profesora Virginia García Acosta, directora gene- to me lleva a preguntar si la existencia de este tipo
ral del ciesas [Centro de Investigaciones y Estudios de académico es posible todavía o si la fase de la bu-
Superiores en Antropología Social] por invitarme y rocracia productivista en la cual nos encontramos
agradecer a todos mis colegas, Juan Vicente Palerm, impide completamente la aparición de este tipo de
Patricia Torres y a la directora de la biblioteca del personajes complejos, que tenían, por ejemplo, una
ciesas, Ximena González. También quiero felici- amplia visión de la antropología. Los temas que Eric
tar al Centro por esta iniciativa. Es maravilloso estar Wolf estudió, por ejemplo, en Figurando el poder y en
aquí con Sydel Silverman, quien fue mi profesora en Europa y la gente sin historia, presuponen una visión
la década de 1980 en el Programa de Posgrado en An- intelectual que no tiene miedo de mirar al mundo
tropología, en la Universidad de la Ciudad de Nue- como un todo, como una entidad real, presupo-
va York. Más tarde, a principios de los noventa, tuve nen una visión que trata de entender las experien-
el honor de ser miembro del Consejo Asesor de la cias humanas dondequiera como algo variable pero
Fundación Wenner-Gren para la Investigación An- conmensurable. Es una obviedad, pero necesita ser
tropológica, cuando Sydel fue presidenta de la Fun- dicha una y otra vez: si las experiencias humanas
dación. Y permítanme agregar que ella no sólo fue fueran inconmesurables o completamente únicas y
una extraordinaria presidenta de la Wenner-Gren, opacas, la antropología sería imposible como pro-
fue la primera presidenta después de la mítica figu- yecto intelectual. Recuerdo que en el clímax de la
ra de Paul Fejos, su fundador, y de Lita Osmund- influencia posmoderna en antropología, Eric dio
sen. Ellos fueron esposos y durante muchas décadas una conferencia presidencial en una reunión de la
marcaron el ritmo de la Fundación. Sydel, es un aaa [American Anthropological Association]. Eric

placer estar aquí contigo, verte de nuevo, en especial dijo claramente: el mundo es real. La hiperinter-
porque estamos en México, una ciudad tan querida pretación en antropología llegó a un punto en el
para ti y para Eric. Todavía recuerdo vívidamente el que admitir que las cosas tienen agencia no es pro-
invierno de 1987-1988, cuando era un estudiante blemático. He llamado a esta disposición “hiper-
de posgrado, terminaba mi tesis doctoral, tú y Eric animismo” o “el retorno del animismo entre los
vinieron a México y me pidieron que cuidara de su modernos”.
casa en un suburbio de Nueva York. La desaparición de un amplio, digamos, pro-
Mi corta intervención es un tributo, un home- yecto universalista en antropología es otro tema
naje a la memoria de Eric Wolf, quien fue mi pro- de preocupación. Por supuesto, no empleo la ex-
fesor, mi consejero de tesis y mi mentor. Además presión “universalista” aquí en un sentido ingenuo

El trabajo e influencia de Eric Wolf 187


y creo en la búsqueda de puntos de vista plurales Estados Unidos. Es como si una visión enciclopédica
como una necesidad política en nuestros tiempos. europea se uniera con el pragmatismo estadouni-
Estoy diciendo que mientras los antropólogos se re- dense. Eric, como muchos de su generación, estuvo
tiraron de los amplios debates, practicantes de otras altamente inmerso en uno de los más importantes
disciplinas los han sustituido sin contar con las mis- momentos históricos de todos los tiempos: la Segun-
mas herramientas que tenemos y que son útiles para da Guerra Mundial, con su tragedia y los cambios
construir visiones no eurocéntricas más complejas que trajo al sistema mundial. En su juventud, Eric
y críticas. estuvo en un campo de concentración a las afueras
Pero regresemos a México y a Eric. El grado de Londres donde conoció a alguien que cambió su
en que México y los intelectuales mexicanos, en es- vida: Norbert Elias, amigo de toda la vida y otro
pecial antropólogos como Arturo Warman y Ángel gran intelectual de habla alemana ocupado en des-
Palerm, han influido en el trabajo de Eric todavía es cifrar grandes temas sociológicos, históricos y an-
un tema para ser explorado. En efecto, necesitamos tropológicos.
saber más acerca de los densos intercambios entre la Muchos de los libros y artículos de Eric son
antropología mexicana y los antropólogos estadou- clásicos. El trabajo de Eric sobre Mesoamérica, The
nidenses. Estos intercambios son un claro ejemplo Sons of the Shaking Earth, es un libro escrito bella-
de que las relaciones internacionales han sido du- mente y ofrece una amplia y elegante introducción
rante mucho tiempo cruciales para el desarrollo de a esta área del mundo. Los campesinos cambiaron la
la disciplina. Permítanme enfatizar: todavía debe- manera en que se estudiaba el campesinado en va-
mos tener en cuenta de una manera más detallada el rios países. Europa y la gente sin historia es el clímax
grado en que los antropólogos e intelectuales mexi- de una trayectoria intelectual que miró al mundo
canos han influido en la antropología estadouniden- como una intrincada red de relaciones entre los lu-
se. Es indispensable profundizar en cómo el trabajo gares. Las conexiones son la palabra clave en este
de Eric Wolf refleja sus experiencias en México, con libro, considerado por muchos como la obra maes-
sus amigos Ángel Palerm y Arturo Warman. Como tra de Eric.
sabemos, al igual que Palerm y Warman, Wolf fue En el semestre de otoño de 1982, cuando el li-
un antropólogo marxista y el marxismo durante las bro fue lanzado, yo era un estudiante graduado en
décadas de los 1960 y 1970 fue una aproximación uno de los varios cursos que tomé con Eric. El curso
teórica altamente practicada en América Latina. En se llamaba “Working Classes and Peasantries in the
aquellos días, recordemos el McCartismo, era mu- World”. Me sentí abrumado por su erudición. Lo
cho más fácil encontrar interlocutores marxistas ca- que mis colegas y yo desconocíamos era que gran
lificados en la academia mexicana que en Estados parte de la visión del curso era el punto decisivo de
Unidos. De hecho, Eric fue visitado por el fbi [Fe- Europa y la gente sin historia, tal vez la primera inter-
deral Bureau of Investigation] al menos una vez a pretación antropológica de lo que hoy se conoce
causa de su cátedra y sus escritos progresistas. como “globalización”. Eric era un profesor muy
El trabajo e influencia de Eric conforman un generoso. Leía portugués y revisó una copia que
universo amplio, resultado de cinco décadas. Ade- le di de mi tesis de maestría sobre la construcción
más, pienso que Eric unió en su visión del mundo de Brasilia desde el punto de vista de los trabajado-
lo mejor de Europa y Estados Unidos. En su juven- res. De hecho, él quería acreditarme para presentar
tud fue educado en Austria, pero asistió a las univer- mi trabajo durante el curso “Working Classes and
sidades estadounidenses y desarrolló su carrera en Peasantries”, pero en ese entonces yo creía que mi

188 Desacatos 46  Gustavo Lins Ribeiro


inglés no era tan bueno para hacerlo. En mis pri- Muchos artículos de Eric han sido una pode-
meros días en la Universidad de la Ciudad de Nue- rosa fuente de inspiración. ¿Qué decir de su obra
va York, en una conversación con él acerca de mis clásica sobre la Virgen de Guadalupe? ¿Y su idea
proyectos futuros, mencioné que quería comparar la de “intermediarios”? ¿Sus discusiones acerca de los
construcción de Brasilia con la construcción de una modos de producción, el poder, la antropología y
gran presa en la selva amazónica de Brasil, porque la sociedad? La riqueza y complejidad de la obra de
pensé que estaba a punto de descubrir una forma de Eric resiste toda simplificación y hace que sea difí-
producción vinculada a la expansión del capitalismo cil predecir cómo será recordado en el futuro, pero
que, en varios aspectos, es similar a las plantaciones el hecho de que su último libro sea una importante
y las haciendas. De hecho, fue la obra de Wolf y discusión antropológica sobre la naturaleza del po-
Sidney Mintz sobre plantaciones y haciendas la que der no puede pasarse por alto. El interés de Wolf en
me motivó a mudarme a Nueva York para estudiar el poder como una forma de organización de las re-
con él. Cuando hablé con Eric acerca de las compa- laciones sociales, políticas, culturales y económicas
raciones, hizo un comentario que cambió mi vida: puede permanecer como su contribución más dura-
“es genial, pero mientras está aquí terminando su dera. Con Eric también aprendimos que el mundo
trabajo de curso, ¿por qué no estudia la construc- siempre ha sido interconectado. En retrospectiva,
ción de grandes obras de ingeniería como el Canal puedo pensar que lo que llegó a ser conocido como
de Suez, el Canal de Panamá, los ferrocarriles ame- “la globalización” es sólo la conciencia exacerbada
ricanos, etcétera?”. Pensé: “¡Sí! ¿Por qué debería de estas interconexiones.
dejar mi imaginación presa dentro de las fronteras de Sólo quiero añadir algunas notas personales.
mi país?”. Si hablamos de la expansión capitalista, Además de su erudición, es imposible no decir que
el mundo es el límite. Después de eso, comencé a Eric era un caballero y una persona humilde. Una
estudiar la “globalización” y no he parado desde vez en una barbacoa, uno de sus vecinos me di-
entonces. jo que nunca se imaginó que Eric fuera una figura
Europa y la gente sin historia es el libro de Eric tan prominente en su actividad. En el ámbito aca-
que más influencia ha tenido en mí. La noción de démico, un campo lleno de egos gigantes, Eric fue
la segmentación étnica del mercado de trabajo es un una excepción muy bienvenida que me ha enseñado
importante hallazgo antropológico e histórico. En que el conocimiento debe ser compartido y no debe
ella se condensa un vasto conocimiento acerca de la utilizarse como excusa para ser snob. En un viaje a
expansión del capitalismo y se muestra cómo dife- Nueva York a mediados de la década de 1980, esta-
rentes segmentos étnicos han sido puestos en diver- ba caminando en el Central Park con Eric. Íbamos a
sos mercados de trabajo con el fin de suministrar el una exposición de pinturas de Magritte en el Museo
oro constante del capitalismo: mano de obra barata. Metropolitano de Arte. Eric se acercaba a los 60 años
Por otra parte, la raza y el racismo son el resultado y yo a los 30. Le pregunté: “Eric, ahora que estás en
de estas estructuras creadas históricamente. La seg- los 60, ¿cómo ves la vida?”. Ahora que yo mismo
mentación étnica del trabajo es una noción adecuada tengo esa edad, miro mi pasado y mi futuro y creo
para pensar en grandes unidades de análisis, como que tuve suerte al conocer a Eric Wolf y aprender
Estado-nación, o más pequeñas, como la mano de mucho de él.
obra de una fábrica.

El trabajo e influencia de Eric Wolf 189

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