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Parte 1
https://youtu.be/bT3RxBypIV8?list=PL95YrBTDvNNWxPLud8PO8oHHURnOXEVlc
Parte 2
https://youtu.be/Z2BanSrEPqU?list=PL95YrBTDvNNWxPLud8PO8oHHURnOXEVlc
La etiología de las
anomalías congénitas es
diversa Aproximadamente
un 50% no puede
asignarse una causa
específica.
Vamos a poner de ejemplo
las cardiopatías
congénitas, que son las
anomalías estructurales
del corazón o de los
grandes vasos, presentes
en un
momento del nacimiento.
Es el defecto congénito
más frecuente,
representando un 40% de
todas las anomalías
congénitas, y está
presente en el 1% de los nacidos vivos. Un tercio de ellas son severas y requieren
intervención en el primer año de vida.
Abarcan un amplio espectro de malmaciones, desde defectos del leves del septum hasta
alteraciones más graves, como la tetralogía de Fallot, o la transposición de los grandes
vasos. Resultan de la alteración del proceso de desarrollo cardíaco, que es un proceso
complejo de interacciones que involucran factores genéticos y ambientales, y es por esto
que, la mayoría de las veces, las cardiopatías congénitas tienen una etiología
multifactorial. Esto quiere decir que hay muchos genes de susceptibilidad interactuando
entre sí, junto con el ambiente, para el desarrollo de la cardiopatía. Pero, en el 35% de los
casos hay una causa genética de peso, identificable. Una causa genética mayor que es
causa suficiente y necesaria para manifestar la enfermedad.
Bien. Entonces, como factores no genéticos que son causa de cardiopatías congénitas
están: factores maternos, como la diabetes, el lupus, entre otros; teratógenos, como el
alcohol y algunos fármacos; e infecciones, como la rubéola. Y dentro de las causas
genéticas tenemos: las alteraciones cromosómicas, que son de los más frecuentes;
los síndromes de micro deleción y microduplicación que, como ustedes saben, son
alteraciones a nivel de la estructura de los cromosomas, que no son visibles en el
microscopio. O sea, que no se diagnostican con el cariotipo, sino se diagnostican con
otras técnicas, ¿bien? Y tenemos también, como causa genética, enfermedades
monogénicas. Va a ser importante distinguir cada una de estas tres causas, para poder
establecer un pronóstico y un riesgo de ocurrencia específico para cada cardiopatía.
¿Cuándo vamos a sospechar una causas genética? Bueno. Nos vamos a ayudar con la
historia familiar, aunque la gran mayoría de las personas con cardiopatías con las
congénitas no presentan antecedentes familiares de cardiopatía, es importante indagar
sobre ese tema. El tipo de cardiopatía. Algunos tipos de cardiopatía que se asocian más
con síndromes genéticos o que son característicos de un síndrome genético. Y hay otras
que se presentan más frecuentemente de manera aislada y no asociadas a síndromes
genéticos. Y además va a ser importante la evaluación de las anomalías extracardíacas.
Si bien la mayoría de las cardiopatías congénitas son aisladas, el 30% asocian anomalías
extracardíacas, lo cual va a determinar una mayor morbilidad y mortalidad, y también nos
puede poner en la pista de que estamos frente a un síndrome genético.
Las enfermedades genéticas más frecuentemente asociadas a cardiopatías congénitas
son las que vemos aquí, donde hay tanto alteraciones cromosómicas, como síndromes
del microdeleción y microduplicación y enfermedades momogénicas.
Dentro de las alteraciones cromosómicas, hay muchas que dan cardiopatías. De hecho, la
mayoría afectan el desarrollo cardíaco. Ahí vemos la trisomía 18, trisomía 13, trisomía 21,
síndrome de Turner... Bien. Y no vamos a distinguir a cada una de ellas por el tipo de
afectación del corazón porque se superponen, dan afectaciones similares.
Para en el síndrome de DiGeorge lo que pasa es que hay una deleción. Hace falta una
partecita del brazo largo del cromosoma 22, como vemos en la figura. Es el síndrome de
microdeleción más frecuente: 1 en 4 mil recién nacidos. Tiene un fenotipo altamente
variable pero, en general, la mayoría de los niños presentan cardiopatías congénitas.
Sobre todo, defectos del tracto de salida del corazón. Y a su vez se asocia un retraso del
desarrollo. Pueden presentar alteraciones en el calcio por un mal desarrollo de la
paratiroides, o alteraciones a nivel de la inmunidad, también, por defectos en el desarrollo
del timo. También presentan las alteraciones a nivel del paladar, con dificultad para para
alimentarse. El diagnóstico genético es fundamental para identificar las asociaciones que
requieren tratamientos específicos, como la hipocalcemia y la inmunodeficiencia.
Acá tenemos la región del cromosoma 22 que falta en este síndrome, y vemos que hay
muchos genes que se ubican en esta región. Pero a destacar es el TBX1, que es un
factor de transcripción que participa en el desarrollo de muchos órganos de los que están
afectados y que podría explicar gran parte de la patología de este síndrome.
Después, como otras causas vimos causas de alteraciones cromosómicas que causan
por cardiopatías congénitas y síndromes de microdeleción y microduplicación y ahora esta
tabla muestra nfermedades monogénicas, causadas por una alteración en un único gen,
que causan cardiopatías congénitas. Ahí están las más frecuentes. Vamos a hablar del
síndrome de Holt-Oram, para ponerlo de ejemplo.
Entonces, ¿qué es lo que va a pasar con los riesgos de recurrencia en esta en las
cardiopatías congénitas debido a causa multifactorial?
Similar a lo que se muestra esta tabla. Que esta tabla lo muestra para otros defectos,
otras anomalías congénitas, como el paladar hendido y los defectos del tubo neural. que
también son de causa multifactorial. Por lo general, entonces, lo que pasa es que si una
pareja tiene un hijo afectado por una cardiopatía congénita multifactorial, o con paladar
hendido o espina bífida, el riesgo de que vuelva a tener un hijo con la afectación es bajo
porque es similar al de la población general. Pero este riesgo, lo característico de la
herencia de las enfermedades multifactoriales, es que este riesgo va aumentando a
medida que aumenta el número de familiares de primer grado con la enfermedad. Porque
ahí asumimos, que si bien sigue siendo una enfermedad multifactorial, la carga genética
en esa familia es alta, y por lo tanto el riesgo de transmitirla va aumentando. No llega
nunca a riesgos tan altos como los de las enfermedades monogénicas, pero es
característico en el caso de la efermedad multifactorial, que a medida que aumentan los
familiares afectados también aumenta el riesgo. Pero en general son riesgos bajos de
recurrencia.
Bien. También pasa con las enfermedades multifactoriales, que hay algunas que tienen
diferentes umbrales en los dos sexos. Por ejemplo, en la estenosis pilórica la proporción
de hombres con estenosis pilórica es mayor a la de las mujeres 5 a 1. Al revés de lo que
ocurre para la luxación congénita de cadera, que es más frecuente en mujeres que en
varones, 6 a 1. Quiere decir que necesitan una menor carga genética, una menor
susceptibilidad, los varones para desarrollar estenosis pilórica que las mujeres. Y al revés
con la luxación de cadera.
Por lo tanto los hijos de varones con estenosis pilórica tienen menos riesgo de tener
una estenosis pilórica que hijos de mujeres con estenosis pilórica, ¿sí?
Porque esa mujer para ver desarrollado una estenosis pilórica, tiene una mayor carga
genética, y por lo tanto un mayor riesgo de transmitirse. Si es un hijo varón va a tener más
riesgo que si es una hija mujer. Esas son características de la herencia multifactorial.
Entonces, una vez que hicimos un diagnóstico etiológico, podemos establecer un riesgo
de recurrencia. Si es un síndrome de Holt-Oran, y alguno de los dos individuos está
afectado, una enfermedad autosómica dominante, sabemos que el riesgo de recurrencia
es deun 50%. Si pensamos en la patología recesiva, el riesgo de recurrencia es del 25%.
Si pensamos en una aneuploidía, como el síndrome de Down, el riesgo de recurrencia es
bastante bajo, similar al de la población general. Una patología multifactorial, como las
que vimos: el paladar hendido, la estenosis pilórica, los defectos tubo neural, o las
cardiopatías congénitas de causa multifactorial; también, el riesgo de recurrencia es
similar al de la población general, con las salvedades que hicimos.
Por ejemplo, la diabetes materna mal controlada. O sea, una mujer que tiene diabetes
previa embarazarse y qué está mal controlada, o sea, que tiene hiperglicemia, se asocia a
anomalías congénitas en el 5 a 10% de los casos. Diferente a si la diabetes es una
diabetes gestacional. Una mujer que no tenía la diabetes y que se embaraza y desarrolla
diabetes, característicamente en el segundo y tercer trimestre embarazo. Ahí el riesgo de
malformaciones congénitas es mucho más bajo que en las mujeres con diabetes previa
mal controlada. ¿Por qué? Porque la exposición a la hiperglicemia se da ya avanzado el
embarazo y ya pasada la organogénesis, y por lo tanto disminuye el riesgo de
malformaciones.