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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE ENTRE

RÍOS
FACULTAD DE HUMANIDADES, ARTES Y
CIENCIAS SOCIALES

LICENCIATURA DE PEDAGOGÍA
Ciclo de complementación curricular

Materia: Educación: problemática y desafíos


Contemporáneos

Profesor: Gracia, Mariel

Estudiante: Frías, Pablo José Damián


Introducción

El siguiente informe se basa en la planificación de una clase, y su correspondiente


proyección en la práctica áulica. Estas dos cuestiones (la planificación y su proyección) son
analizadas en el marco del siguiente conflicto: desde fines del siglo XX y con tendencia
creciente en la actualidad, se denota un amplio desinterés por parte de los estudiantes hacia
los contenidos escolares, con el agravante del abandono de la escolaridad obligatoria. Esta
imagen tiene un clímax importante en la década de los ´90, desde donde comienzan a
plantearse reformas que intenten subsanar las fallas del sistema educativo. A partir de estas
dos variables, se podrán incorporar varios aspectos de los textos analizados en todos los
ejes de la materia, haciendo hincapié en los ejes específicos consignados para el presente
trabajo.

Los contenidos programados en la década del ´90 para las distintas asignaturas, mostraban
una importante carencia y falta de adaptación con una realidad compleja y cambiante. Esta
desconexión generaba apatía de los estudiantes, que consideraban el paso por la escuela
como una actividad poco útil y estaban convencidos de que la Escuela no se ponía al
servicio de sus necesidades, como formadora de futuros miembros activos del mercado
laboral, como institución socializadora y como generadora de ciudadanos críticos y
capacitados para la vida política y civil.

Modernidad y Posmodernidad: diferencias en la planificación y proyección de una


clase

La realidad de nuestro país nos invita constantemente a reflexionar sobre nuestras prácticas
educativas, tratando de adecuar nuestra planificación a una realidad en constante devenir.

En la Argentina, más de la mitad de los chicos viven bajo la línea de pobreza, los medios de
comunicación transmiten cifras alarmantes de violencia, hambre y vulnerabilidad.

La escuela es una institución social y “producto de la construcción social”,


atravesada por múltiples y complejas problemáticas. Entre ellas, la construcción de
“lo social” en el espacio de la escuela y del aula, en el marco de relaciones
producidas por una constante negociación de significados entre lo que ya “trae” de

2
la casa y que conforman su identidad individual y social, y las nuevas
significaciones de la “experiencia formativa escolar”1

Ante esta realidad que compromete nuestro accionar docente ¿Cómo garantizar un
aprendizaje efectivo, sólido y útil?

No podemos negar que en esta época posmoderna, tenemos muchas más herramientas para
trabajar los contenidos planificados, sin embargo, sabemos que estas herramientas, mal
utilizadas, pueden generar confusión y aumentar la brecha de desigualdad entre los
aprendizajes de cada estudiante.

Como docentes, tenemos ahora a nuestro alcance enorme cantidad de información, que
implica hacer un recorte critico y adecuado a la realidad socio económica de nuestro país.

(…) la educación ya no podrá estar dirigida a la transmisión de conocimientos y de


informaciones, sino a desarrollar la capacidad de producirlos y de utilizarlos. Este
cambio de objetivos está en la base de las actuales tendencias pedagógicas, que
ponen el acento en los fenómenos meta-curriculares. 2

Si miramos hacia atrás en el tiempo, visualizaremos los cambios realizados en la


planificación de nuestras clases y el resultado obtenido en el aula.

Revisando la educación de las últimas décadas del siglo XX, podemos observar ciertos
criterios que presidían la práctica docente y se repetían en la mayoría de las realidades
escolares del momento. Las planificaciones tenían una marcada tendencia
eurocentrista, y ponían énfasis en una formación memorística y conceptual. Los
lineamientos que regían para la educación argentina, provenían de proyectos fallidos
aplicados ya en otros países, con una marcada tendencia a sobrevalorar los bienes y la
cultura individualista y extranjerizante, subordinando la realidad regional y nacional.

Si acercamos la mirada hacia escenas más minuciosas de la práctica docente, podemos


observar que el dictado de una clase estaba rígidamente construido y basado en una

1
Zelmanovich, Perla: (2003), Contra el desamparo, En “Enseñar Hoy. Una introducción a la Educación en
tiempos de crisis”. Dussel, Inés y Finocchio, S. (comp.) Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. Pág. 3
2
Tedesco, Juan Carlos: (2003). "Los pilares de la educación del futuro". En: Debates de educación,
Barcelona. Fundación Jaume Bofill. Pág. 7

3
planificación cerrada, que evitaba tocar temas transversales o diferentes a los
planeados, aun si estos respondían a inquietudes e intereses de los propios estudiantes.

Los temas desarrollados no buscaban adaptarse a la realidad de sus receptores, por lo


cual, para ellos muchas veces, carecían de significatividad. Importaba más la cantidad
de contenidos y el cumplimiento de lo planificado, que la calidad de la enseñanza y el
sentido de pertenencia de los jóvenes con y para la asignatura.

En la actualidad, la idea de una “aldea global” donde la comunicación es un poder que


dirige muchas de nuestras acciones, debemos repensar nuestras metodologías de
enseñanza y planificar desde esta diversidad.

(…) los que habitan en las calles, los que juntan su alimento en bolsas de basura,
los que estudian inglés y computación, los que juegan al hockey, los pequeños
murgueros, las niñas modelos, los chicos cartoneros, los que participan en
olimpiadas, (…). Chicos con apariencias, gestos y actitudes adultas; chicos que
desafían cualquier autoridad, que acceden a la misma información por medio de
imágenes y lecturas que los alumnos; chicos que trabajan junto a sus padres; que
ponen en cuestión su propia condición de niños. Chicos que despliegan una
violencia que irrumpe muchas veces incontrolable, que escupen en clase mientras
la profesora explica; que insultan, gritan, se pelean, que agreden y desafían a sus
maestros; chicos que se tornan “ineducables”3

¿Cómo hacer caso omiso a estas realidades? ¿Cómo desvincular de nuestra tarea
docente esta realidad que nos llama constantemente a actuar en consecuencia?

Tenemos en nuestras manos una herramienta fundamental en la construcción de


futuros ciudadanos críticos y responsables, que contribuyan al bien común. En el
marco de este panorama, nuestras planificaciones diarias pueden y deben atender esta
realidad emergente.

¿Qué requisitos debe reunir nuestra práctica hoy?

3
Zelmanovich, Perla: (2003), Contra el desamparo, En “Enseñar Hoy. Una introducción a la Educación en
tiempos de crisis”. Dussel, Inés y Finocchio, S. (comp.) Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. Pág. 1 y 2.

4
 En primera instancia debemos evitar la exclusión, haciéndonos eco de la nueva
Ley de Educación Nacional.
 Es preciso rescatar la memoria social de una Argentina donde prime la
igualdad de oportunidades.
 No debemos negar el afuera, nuestra acción cotidiana debe contemplar en todo
momento la realidad contextual de cada estudiante
 Construir en el trabajo diario y conjunto una escuela transmisora de cultura.
 Aprender a aprender, estimulando el dialogo y la empatía reflexiva.
 Adaptar nuestras clases a la diversidad del grupo, tratando de poner en
ejercicio todas las herramientas de que disponemos.
 Respetar los tiempos de cada estudiante, e interpretar la educación como
herramienta fundamental y necesaria para la vida en sociedad
 Atender las inquietudes e intereses de los jóvenes, sabiendo que la
significatividad de lo enseñado será dada por lo que ellos consideren
importante para sus vidas.

Hoy en día, siguiendo a Walsh Catherine4, los docentes adaptan sus prácticas educativas
en conformación con una nueva forma de ver la realidad, buscando confrontar la
hegemonía y la colonialidad del pensamiento occidental, y resaltando la tendencia
emancipadora y reivindicatoria de la cultura local, regional y nacional.

A modo de conclusión, se destaca como fundamental el hecho de que los cambios que
pensemos y proyectemos para mejorar la calidad de la educación, deben verse reflejados
en cada planificación y en cada clase, no se debe postergar un cambio si este pretende
hacer de nuestros jóvenes los representantes de un futuro más prometedor. Todas las
transformaciones que consideramos necesarias para nuestras prácticas no pueden
abordarse como si el contexto social, económico, político y cultural de la educación
escolar no hubiera dado un vuelco abrupto en las últimas décadas. Siguiendo a Tedesco,
debemos imponernos más protagonismo y más responsabilidad en nuestras

4
Walsh Catherine. Interculturalidad, colonialidad y educación

5
planificaciones, implicarnos y comprometernos a fondo en la búsqueda de nuevas
perspectivas. 5

Cerrando el informe e invitando a la reflexión, se retransmite una frase expresada en


trabajos anteriores, cuya significatividad no puede quedar al margen de este trabajo:

No hay practica social más política que la práctica educativa (…) En efecto, la
educación puede ocultar la realidad de dominación y la alienación, o puede, por el
contrario, denunciarla, anunciar otros caminos, convirtiéndose así en una
herramienta emancipadora6

5
Tedesco, Juan Carlos: (2003). "Los pilares de la educación del futuro". En: Debates de educación,
Barcelona. Fundación Jaume Bofill. pág. 15
6
Freire, Paulo. “El grito manso”. México, siglo XXI. 2003

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