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GRUPOS.
“La información que el/la psicólogo/a obtenga como resultado de su actividad profesional,
será considerada confidencial y sólo podrá ser revelada cuando exista el consentimiento
escrito de la persona que origina dicha información. Sólo podrá ser revelada, sin
autorización, a familiares, profesionales o autoridades competentes cuando exista un
peligro inminente para el individuo o para terceros”.
Ayuda del terapeuta para adecuar los aprendizajes del grupo a cada cliente.
Una consulta con el terapeuta si se produce una crisis por efecto directo de la
participación en el grupo o la derivación a otras fuentes de ayuda si el terapeuta no
puede proporcionarla.
Libertad frente a los valores del terapeuta y del resto de los miembros.
El terapeuta debería subrayar que la participación en los grupos conlleva además de los
derechos ciertas responsabilidades. Algunas de estas responsabilidades consisten en asistir
con regularidad, ser activo, adoptar riesgos, tener voluntad para hablar sobre uno mismo,
proporcionar feedback a los otros miembros, respetar la confidencialidad y pedir lo que se
necesite.
“Los miembros tienen el derecho a renunciar al grupo, pero es importante que sean
conocedores de la importancia de informar al terapeuta y a los miembros del grupo antes de
hacerlo. El terapeuta comenta los riesgos potenciales de la renuncia prematura con el
miembro que considere esta opción”.
Los miembros pueden esperar ser respetados por el grupo y no ser objeto de coerción o
presión indebida del grupo. Con respecto a este asunto, la regla de la ASGW (1989) dice:
"Los terapeutas protegen los derechos de los miembros contra las amenazas físicas,
intimidación, coerción y presión indebida de los compañeros en la medida de los posible".
Los miembros pueden esperar ser respetados por el grupo y no ser objeto de coerción o
presión indebida del grupo. Con respecto a este asunto, la regla de la ASGW (1989) dice:
"Los terapeutas protegen los derechos de los miembros contra las amenazas físicas,
intimidación, coerción y presión indebida de los compañeros en la medida de los posible".
La ASGW (1989) sugiere que: "Los terapeutas garanticen un uso equitativo del tiempo
grupal para cada miembro, invitando a los miembros silenciosos a implicarse, reconociendo
los esfuerzos de comunicación no verbales y reduciendo el mal uso o monopolización del
tiempo por parte de algunos miembros".
Derecho a la confidencialidad.
Excepciones a la confidencialidad.
Otro problema relativamente delicado, se refiere a las terapias con niños y adolescentes.
¿Tienen sus padres el derecho a disponer de la información revelada por sus hijos en el
grupo?
Como los grupos pueden actuar como catalizadores del cambio personal, conllevan también
riesgos para los miembros del grupo. La naturaleza de estos riesgos incluye cambios vitales
que originan rupturas, confrontaciones hostiles y destructivas, socialización dolorosa entre
los miembros, etc. Y lo que el terapeuta puede hacer a este respecto es el objetivo de la
sección. Es irreal esperar que un grupo no conlleve riesgos, porque cualquier aprendizaje
vital implica arriesgarse.
La sensibilidad a las necesidades de los miembros del grupo y al impacto que los valores o
técnicas empleadas puedan producir sobre los miembros es una cualidad imprescindible de
los terapeutas. Ser terapeuta requiere conocimiento de los patrones comunitarios, de las
normas del centro donde se trabaja y de las leyes que rigen el ejercicio terapéutico.
¿Qué criterios puede usar el terapeuta para determinar si las relaciones personales o
sociales con los miembros del grupo son apropiadas o inapropiadas? Un factor
determinante es el grado en que tal relación social esté interfiriendo sobre la relación
terapéutica. La norma de la ASGW (1989) a este respecto apunta: "Los terapeutas de grupo
evitan las relaciones duales con los miembros del grupo que pudieran dificultar su juicio
objetivo y profesional, así como aquellas que probablemente comprometerán la capacidad
de un miembro del grupo para participar plenamente en el mismo". Uno de los principios
derivados de este concepto general recomienda a los terapeutas no hacer uso indebido de su
rol y poder para satisfacer sus necesidades personales. El factor central de esta norma se
refiere ai uso apropiado de la autoridad. Cuando los terapeutas satisfacen sus necesidades
personales de poder y prestigio a expensas de lo mejor para los miembros, entonces se
produce una violación ética.
Yalom (1985) señala que una terapia grupal enseña a las personas el modo Je establecer
relaciones íntimas pero no proporciona dichas relaciones. Apunta también que los
miembros que se encuentran fuera del grupo tienen la responsabilidad de mostrar en el
grupo la información de dicho encuentro. El tipo de socialización fuera del grupo que
interfiere con el funcionamiento del mismo es contraproducente y debería de ser evitado.
Esto es así en las situaciones donde los participantes comentan aspectos relevantes del
grupo y evitan comentar los mismos aspectos dentro del mismo.
Reconocer la realidad de la diversidad humana por parte de los terapeutas se relaciona con
la reorganización del modo de influencia de los valores del terapeuta en el proceso grupal.
Si se ignoran algunas diferencias básicas entre las personas, es difícil que se cumplan los
intereses de dichos clientes.
Según la ASGW (the association for specialists in group work) "los terapeutas son
conscientes de sus propios valores y el modo de aplicarlos a los contextos multiculturales".
Si los terapeutas no entienden cómo influye su entorno cultural sobre su propio
pensamiento y conducta, existen pocas posibilidades de trabajar ética y efectivamente con
grupos multiculturales.
Donde las diferencias de edad, sexo, etnia, nacionalidad, religión, orientación sexual,
incapacidad física, idioma o nivel sociocultural influyan significativamente sobre el trabajo
del psicólogo con determinados individuos o grupos, el psicólogo obtiene la formación,
experiencia, consultas o supervisión necesarias para garantizar la competencia de sus
servicios o para derivar adecuadamente a los clientes.
Varios autores están en desacuerdo con los principios éticos del APA por lo que el
Departamento de Asuntos relacionados con la Minorías Étnicas del APA ha elaborado una
muestra de reglas que pretenden modificar los patrones en este sentido. Aunque estas reglas
no estén específicamente diseñadas para los terapeutas de grupos, estos pueden usarlas.
Los terapeutas de grupos adquieren el conocimiento y las destrezas que necesitan para
trabajar con efectividad con los diversos tipos de miembros que se encuentren en sus
grupos. Si no cuentan con esta base fundamental, cubren sus limitaciones solicitando
supervisión o recibiendo más formación.
Los terapeutas son conscientes del modo en que su propio entorno cultural, actitudes,
valores, creencias y sesgos influyen sobre su trabajo y se esfuerzan por corregir los
prejuicios que puedan tener.
Los terapeutas ayudan a los miembros a determinar los momentos en que las
dificultades tienen su origen en el racismo o en similares, para no personalizar
inadecuadamente los problemas.
Es importante que los terapeutas tengan los conocimientos y razones para cada técnica que
aplican en sus grupos. Evidentemente pueden usarse de forma ética y terapéutica o pueden
dar lugar a abusos. Algunas de las formas de abuso consisten en aplicar técnicas con las que
no están familiarizados, usarlas para aumentar su poder o para presionar a los miembros.
Muchas técnicas usadas en un grupo facilitan la expresión emocional intensa.
Algunos terapeutas miden la eficacia de su grupo por el grado de catarsis y los miembros
pueden ser explotados por un terapeuta que tiene la necesidad de verlos experimentando
emociones intensas. Si los miembros no tienen una "buena catarsis", algunos terapeutas (y
miembros) sienten que el grupo "no va a ninguna parte". Al trabajar con clientes
procedentes de poblaciones diversas, los terapeutas deberían modificar sus intervenciones
de tal forma que se adaptaran a los antecedentes culturales y étnicos de cada cliente. Por
ejemplo, si un cliente ha aprendido a no expresar sus sentimientos en público, puede ser
inadecuado introducir técnicas para expresar sentimientos durante las primeras sesiones.
Sería útil descubrir si este miembro está interesado en explorar los aprendizajes de su
cultura con respecto a la expresión de sentimientos. Pensemos en otra situación, donde una
mujer ha aprendido a obedecer a sus padres sin rechistar. Sería inadecuado inducir una
técnica de rol-play en la que ella debe enfrentarse directamente a sus padres.
Los terapeutas son objeto de penas civiles si no proceden legalmente o si causan daños
intencionalmente a otra persona. Si los miembros pueden demostrar que se ha ocasionado
un daño psicológico o una injusticia personal por error del terapeuta tanto por negligencia
como por ignorancia, el terapeuta puede ser demandado.
La mejor forma de protegerse a sí mismo y no involucrarse en una denuncia por abuso o
mal uso, consiste en adoptar medidas preventivas, lo que implica no salir de los límites de
la propia competencia. También es importante mantener los patrones éticos de su
organización profesional y las normas éticas de los terapeutas de grupo.
Es conveniente que los terapeutas conozcan las razones por las que aplican cada una de las
técnicas y haberlas experimentado como miembro de un grupo puede ser muy útil. El factor
de la competencia o capacidad para liderar un grupo específico o tipo de grupo es una de
las cuestiones continuas que deben plantearse los terapeutas.
Una de las normas éticas del ACÁ (1988) señala que el aprendizaje centrado en la auto-
comprensión o el crecimiento personal debe ser voluntaria o si es imprescindible como
parte del programa educativo, los estudiantes deberían haberío antes de matricularse.
Factores Éticos en la Formación de Terapeutas de Grupo.
Otra norma ética del ACÁ hace referencia a acomodar a los estudiantes que no desean
participar en las experiencias de crecimiento personal: "El miembro [terapeuta educador]
proporcionará en todo momento a los estudiantes alternativas claras e igualmente
aceptables para las experiencias de crecimiento y auto-comprensión.
Uno de los factores éticos más controvertidos en la formación de los trabajadores de grupos
implica la combinación de métodos experienciales y didácticos.
A través de este tipo de programas, se vivencian los conceptos del proceso grupal.
Factores Éticos en la Formación de Terapeutas de Grupo.
Se deberían establecer normas claras para que los estudiantes conozcan cuáles son sus
derechos y sus responsabilidades.
Esta disposición presiona tanto a los estudiantes como al instructor. Exige honestidad,
madurez y profesionalidad.
Las reglas éticas de los terapeutas de grupos así como los niveles medios de experiencia
están establecidos por la ASGW del Trabajo en Grupos (1989, 1991).
Los instructores de los cursos de terapia grupal adoptarán las medidas para minimizar el
posible impacto negativo sobre los estudiantes.
Donigian (1993) considera que las relaciones duales en los cursos de formación son "el
factor que no se elimina".
Donigian concluye que la ASGW debería identificar los contenidos, las razones para el
aprendizaje de dichos contenidos y los criterios de disposición para participar en tales
grupos.
Merta y sus colaboradores han investigado los dilemas éticos implicados al introducir
grupos experienciales en los cursos de formación. Merta y Sisson (1991) manifiestan que el
uso de grupos experienciales ha sido muy criticado por la presentación de relaciones duales
y por las posibles prácticas no éticas como la invasión de la privacidad, conflicto de
intereses y abusos de poder.
Una investigación nacional identificó cinco modelos empleados por los jefes de
adiestramiento para la formación de los grupos (Merta, Wolfgang & McNeil, 1993). Esta
investigación evaluaba también la consistencia de los distintos modelos con las normas
éticas del ACÁ y de la ASGW.
Remley (1992) critica que los profesores de los cursos sean al mismo tiempo los terapeutas
de los grupos experienciales.
Foresté-Miller y Duncan (1990) han identificado algunas guías que en su opinión podrían
reducir los posibles riesgos asociados a la combinación de la experiencia de crecimiento
personal y el curso.