Santiago, dieciocho de octubre de dos mil dieciséis.
En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de
Procedimiento Civil, se procede a dictar la siguiente sentencia de reemplazo. Vistos: Se reproduce la sentencia en alzada. Y se tiene, además, presente: Primero: Los fundamentos sexto a décimo tercero del fallo de casación que precede, los que para estos efectos se tienen por expresamente transcritos. Segundo: Que de acuerdo al artículo 1º de la Constitución Política de la República, la familia es el núcleo fundamental de la sociedad y es deber del Estado resguardarla y propender a su fortalecimiento, añadiendo que el Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, definido como el conjunto de condiciones sociales que permitan a todos los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, agregándose, en esta materia, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 3° de la Convención de los Derechos del Niño, que en todas las medidas concernientes a los niños deben los tribunales de justicia tener como consideración primordial, el interés superior del niño. Tercero: Que la actividad jurisdiccional, en lo relativo a la determinación del cuidado personal de los hijos, debe ser presidida por el criterio de la conveniencia del hijo, a la luz de su interés superior, que se materializa conforme las circunstancias concretas que se acrediten en el proceso, concepto que los sentenciadores del mérito están llamados a configurar y concretar conforme los hechos y circunstancias establecidas. Así, en este tema preciso, el legislador le entrega al órgano jurisdiccional la calificación de la conveniencia radicada en el interés del hijo, para decidir la atribución de su cuidado personal. Esto significa que la decisión que resuelva tal controversia debe ser construida desde el punto de vista de lo ventajoso y beneficioso que será para el hijo el ejercicio de su cuidado por uno u otro padre, es decir, el argumento que dirime la contienda es aquel que permite discernir lo más conveniente para el niño y su interés. Cuarto: Que además de los hechos establecidos por la sentencia de primer grado, debe añadirse que se acreditó que la madre obtuvo el alta terapéutica de su problema de consumo adictivo de ciertos fármacos, y si bien se recomienda que continúe en control y permanezca con apoyo terapéutico, debe estimarse que ha conseguido su rehabilitación, lo que explica la progresiva intensificación del régimen de relación regular y directa que mantiene con su hija, el cual deberá seguir siendo fortalecido. Sin embargo, dicho antecedente, probadas las habilidades parentales del padre y el nivel de vinculación, adaptación y mejoras que en todos los aspectos vitales han beneficiado a Keila, no es suficiente para alterar la situación de hecho que se verifica actualmente. En efecto, apareciendo que el interés de la niña se encuentra suficientemente resguardado en el escenario vigente, manteniendo adecuadas y nutricias vinculaciones con ambos progenitores, quienes se relacionan entre sí de manera apropiada, no aparece que concurra en la especie algún tipo de circunstancia que justifique su alteración. En dicho contexto, y no acreditándose elemento alguno que permita suponer que el interés superior de la hija haga conveniente atribuirle el cuidado personal a la madre, debe aplicarse la regla general del artículo 225, que en su inciso tercero, señala que “A falta del acuerdo del inciso primero, los hijos continuarán bajo el cuidado personal del padre o madre con quien estén conviviendo”. Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1, 30 de la Ley 16.618; y 8 y 67 de la Ley de Familia; 22 y 224 del Código Civil; 1, 2 , 3, 5, 8, 9, 18, 19 y 30 de la Convención Sobre Derechos del Niño, se confirma la sentencia impugnada de siete de noviembre de dos mil quince, con declaración, que se establece un régimen de relación directa y regular a favor de la niña Keila y su madre Flore Lemus Lemus, en los siguientes términos: a) Visitas con pernoctación, que se efectuaran fines de semana por medio, iniciándose los días viernes a las 18 horas, prolongándose hasta el domingo a las 20 horas, debiendo la madre retirar y dejar a la niña en dichos horarios en el domicilio del padre. b) El día de la madre, lo pasará con ella. c) Los cumpleaños de la niña serán compartidos alternadamente, el primero con el padre, el próximo con la madre y así sucesivamente. d) Del mismo modo, la próxima Navidad la niña la disfrutará con la madre y el Año Nuevo con el padre, alternándose en la siguiente festividad, en que la Navidad la compartirá con la madre y el Año Nuevo con el padre, y así sucesivamente. e) Las vacaciones de invierno y de verano, dos semanas y un mes respectivamente, serán aprovechadas con la madre, que se inician el día en que principia cada una de ellas, a las 18 horas, hasta el último día correspondiente, a las 20 horas, las cuales se alternaran en los años siguientes. Redacción a cargo del ministro suplente señor Alfredo Pfeiffer Richter. Regístrese y devuélvanse. Rol 35.161-16 Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señora Gloria Ana Chevesich R., Ministro Suplente señor Alfredo Pfeiffer R., Fiscal Judicial señor Juan Escobar Z., y los abogados integrantes señora Leonor Etcheberry C., y señor Rodrigo Correa G. No firma el Fiscal Judicial señor Escobar y el Abogado Integrante señor Correa, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por haber cesado en sus funciones el primero y por estar ausente el segundo. Santiago, dieciocho de octubre de dos mil dieciséis.
Autoriza el Ministro de Fe de la Excma. Corte Suprema.
En Santiago, a dieciocho de octubre de dos mil dieciséis, notifiqué en Secretaria