Sei sulla pagina 1di 19

ESTADO ACTUAL DE LA INVESTIGACIÓN SOBRE LA TEORÍA

Ansiedad y TRIDIMENSIONAL DE LA ANSIEDAD DE LANG

Estrés
ISSN: 1134-7937
M. Carmen Martínez-Monteagudo*, Cándido J. Inglés*, Antonio Cano-Vindel**
y José M. García-Fernández***

2012, 18(2-3), 201-219 *


Universidad Miguel Hernández de Elche
**
Universidad Complutense de Madrid
***
Universidad de Alicante
Resumen: Este estudio ofrece una revisión de la Abstract: This study presents a review of the three-
teoría tridimensional propuesta por Lang (1968), dimensional theory proposed by Lang (1968), who
quien mantiene que la ansiedad se manifiesta según maintains that anxiety is manifested through a triple
un triple sistema de respuesta (cognitivo, fisiológi- response system (cognitive, physiological and motor
co y motor o conductual) que pueden ser discor- or behavioral) that may lack concordance. These
dantes. Estos tres sistemas, regulados por normas three systems, governed by different rules, result in
diferentes, dan lugar a perfiles de respuesta dife- differential response profiles that must be assessed
renciales, los cuales será necesario evaluar por se- separately in order to choose the most appropriate
parado para, posteriormente, elegir el método de treatment method. In this line, we present a systema-
tratamiento más adecuado. En esta línea, el presen- tic review of investigations that have supported
te estudio ofrece una revisión de investigaciones Lang’s theory to this date. Finally, this study analy-
que, hasta el día de hoy, han apoyado la teoría pro- ses different questionnaires, inventories and scales
puesta por Lang. Finalmente, este estudio revisa di- developed since the publication of Lang’s theory, re-
ferentes cuestionarios, inventarios y escalas cons- vealing that at present the three-dimensional theory
truidos desde la teoría propuesta por Lang, reve- of anxiety is still applied in clinical, health and
lando que, en la actualidad, la teoría tridimensional school settings, reflecting its currency, relevance and
de la ansiedad continúa siendo aplicada en el ámbi- practicality.
to clínico, de la salud y el escolar, lo que denota su
actualidad, relevancia y practicidad. Key words: Lang’s three-dimensional theory, an-
xiety, assessment, treatment.
Palabras clave: teoría tridimensional de Lang, an-
siedad, evaluacin, tratamiento. Title: Current status of research on
Lang’s three-dimensional theory
of anxiety

La teoría de los tres sistemas de res- tor, fisiológico y cognitivo. Desde que fue
puesta propuesta por Lang (1968) se ha propuesta por Lang, ha sido ampliamente
convertido, con el paso de los años, en una aceptada no sólo como un modo de objeti-
de las corrientes más populares respecto a var el estudio empírico de las respuestas de
la conceptualización, evaluación y trata- ansiedad, sino también como una forma de
miento de la ansiedad (Lawyer & entender teóricamente la naturaleza de la
Smitherman, 2004). Esta teoría mantiene ansiedad y sus trastornos.
que la ansiedad se manifiesta según un tri- La propuesta de Lang sobre el triple sis-
ple sistema de respuesta: conductual o mo- tema de respuesta de la ansiedad se basó en
observaciones realizadas durante sus inves-
*Dirigir la correspondencia a: tigaciones sobre la técnica de desensibili-
Dr. Cándido J. Inglés. Departamento de Psicología de la Salud.
Universidad Miguel Hernández de Elche. Avda. de la Univer-
zación sistemática como tratamiento de la
sidad, s/n. 03202 Elche, Alicante, España. Teléf: +34 96 665 ansiedad fóbica. Sus primeras observacio-
86 00; ext.: 90 46. Fax: +34 96 665 89 04. nes contradecían el modelo unitario de la
E-mail: cjingles@umh.es
emoción, constatando bajas correlaciones
© Copyright 2012: de los Editores de Ansiedad y Estrés
202 M.C. Martínez-Monteagudo, C.J. Inglés, A. Cano-Vindel y J.M. García-Fernández

entre las diferentes medidas del miedo o la músculo-esqueletal y/o la frecuencia respi-
ansiedad (cognitivas, conductuales y fisio- ratoria.
lógicas). Según el modelo unidimensional, c. Respuestas motoras: debido a los au-
las diferentes medidas deben correlacionar mentos en las respuestas fisiológicas y
entre sí en un momento determinado del cognitivas se producen cambios importan-
tiempo, y si se producen cambios, por tes en la respuesta motora, los cuales han
ejemplo, como resultado de un tratamiento, sido divididos, habitualmente, en cambios
deben modificarse simultáneamente todas en las respuestas directas e indirectas (Mi-
ellas. Sin embargo, los datos de Lang indi- guel-Tobal & Cano-Vindel, 2002). Las res-
caban que lo habitual era la discordancia puestas directas incluyen: tics, temblores,
entre los tres sistemas de respuesta. Esta inquietud motora, tartamudeo, gesticula-
teoría, por tanto, modifica la idea de que la ciones innecesarias, etc. Además, pueden
ansiedad es un concepto unitario y propone incluir una reducción de la precisión moto-
que este constructo se manifiesta en un tri- ra y del tiempo de reacción, de aprendizaje
ple sistema de respuesta, es decir, que la y ejecución de tareas complejas; también
respuesta de ansiedad tiene componentes una disminución de la destreza para la dis-
cognitivos, fisiológicos y motores (Miguel- criminación perceptiva y de la memoria a
Tobal & Cano-Vindel, 2002). Además, se- corto plazo. Las respuestas indirectas se re-
gún Lang, el modelo también es extensible fieren a las conductas de escape o evitación
o válido para el resto de emociones. producto de la ansiedad y que, usualmente,
Tradicionalmente (Barlow, 2002; Be- no están bajo un total control voluntario
llack & Lombardo, 1984), estos tres com- por parte de la persona. Las respuestas de
ponentes (cognitivo, fisiológico y motor), ansiedad en los otros dos componentes
han sido conceptualizados como: (cognitivo y fisiológico) cumplen un papel
a. Respuesta cognitiva: la ansiedad de estímulos discriminativos, siendo la ba-
normal se manifiesta en pensamientos o se para la posterior aparición de otras res-
sentimientos de miedo, preocupación, te- puestas, como la evitación o la huída. En
mor o amenaza; mientras que la ansiedad esta línea, Méndez, Olivares y Bermejo
psicopatológica se vivencia como una ca- (2001) realizan una distinción con respecto
tástrofe inminente (amenaza magnificada) a las conductas motoras (véase Tabla 1).
y se puede experimentar como “desórdenes Los trabajos y la teoría descritos por
de pánico” generalizados. Comprende pen- Lang van a ser confirmados y apoyados
samientos o imágenes muy específicos, posteriormente por los trabajos de investi-
como anticipaciones catastrofistas de un gación de distintos autores (Barlow, 2002;
problema. Barlow, Allen, & Choate, 2004; Eysenck,
b. Respuestas fisiológicas: se asocian a 1976; Gross, 1988; Hodgson & Rachman,
un incremento en la actividad de dos siste- 1974; Rachman, 1974, 1976, 1977; Rach-
mas principalmente, el Sistema Nervioso man & Hodgson, 1974).
Autónomo y el Sistema Nervioso Somáti- A partir de esta teoría se derivan una se-
co, pero también como parte de la activa- rie de implicaciones que habrá que tener en
ción de la actividad neuroendocrina del cuenta, tanto para la conceptualización y la
Sistema Nervioso Central. Como conse- evaluación como para las técnicas de inter-
cuencia de este incremento se pueden pro- vención aplicadas a los trastornos de ansie-
ducir aumentos en la actividad cardiovas- dad. Así, la ansiedad se debería conceptua-
cular, la actividad electrodérmica, el tono lizar como un fenómeno formado por un
conjunto de respuestas que se clasifican en
Estado actual de la investigación sobre la teoría tridimensional de la ansiedad de Lang 203

Tabla 1. Clasificación de las respuestas motoras según Méndez, Olivares y Bermejo (2001).

§ Respuestas de evitación activa: la persona lleva a cabo una acción que obvia la apa-
rición de los estímulos que provocan las respuestas de ansiedad.
§ Respuestas de evitación pasiva: la persona deja de realizar una acción logrando que
los estímulos evocadores de las respuestas de ansiedad no se presenten.
§ Respuestas de escape: la persona se aleja del objeto temido cuando se encuentra de
forma inesperada con él o por presión social.
§ Respuestas motoras alteradas: si las condiciones fuerzan a la persona a mantenerse
en la situación temida, aparecen perturbaciones de la conducta motora verbal (voz
temblorosa, bloqueos, repeticiones, etc.) y no verbal (tics, temblores, muecas facia-
les, etc.).

los tres sistemas dando lugar a perfiles de ciones significativas entre las respuestas fi-
respuesta diferenciales y, además, habría siológicas y conductuales en pacientes
que evaluar cada uno de estos tres sistemas adultos con fobia a las arañas. En la misma
por separado para, posteriormente, elegir el línea, Mühlberger, Sperber, Wieser y Pauli
método de tratamiento más adecuado. A (2008) no encontraron correlaciones entre
continuación, se desarrollan estos aspectos. las respuestas cognitivas, fisiológicas y
Discordancia y Desincronía: Perfiles conductuales en una muestra de personas
de respuesta diferenciales con fobia a las arañas, aunque sí encontra-
Las diferentes investigaciones que han ron concordancia dentro de las diferentes
evaluado los tres sistemas de respuesta de medidas utilizadas para evaluar las respues-
la ansiedad tienden a confirmar la falta de tas fisiológicas, cognitivas y conductuales.
concordancia entre ellos, es decir, pueden Sin embargo, recientemente, Ollendick et
no covariar entre sí. Este fenómeno es co- al. (2011) utilizando una muestra de niños
nocido como discordancia o fracciona- y adolescentes de 7 a 16 años con fobias
miento de la respuesta. Así, si evaluamos a específicas, encontraron tanto patrones
una persona sometida a una situación an- concordantes como discordantes en la
siosa encontraremos que cada sistema de muestra analizada. Concretamente, estos
respuesta presenta una intensidad diferente, autores encontraron dos grupos con res-
existiendo, por tanto, cierta independencia puestas cognitivas y fisiológicas concor-
entre los sistemas. Además, puede existir dantes: (a) alta reactividad cognitiva y fi-
falta de covariación entre respuestas de un siológica y (b) baja reactividad cognitiva y
mismo sistema (Wilhelm & Roth, 2001). fisiológica, así como dos grupos con res-
De este modo, se pueden obtener correla- puestas discordantes: (a) alta reactividad fi-
ciones bajas e incluso nulas o negativas en- siológica y baja reactividad cognitiva y (b)
tre las medidas de respuestas pertenecientes baja reactividad fisiológica y alta reactivi-
a distintos sistemas e incluso entre medidas dad cognitiva. Además, fueron comparadas
de respuestas de una misma modalidad. las conductas de evitación en todos los
Así, por ejemplo, distintas respuestas fisio- grupos, encontrando que las personas con
lógicas pueden no covariar entre sí en una baja reactividad cognitiva y fisiológica pre-
misma persona (Schwartz, 1977; Lewis & sentaban menos conductas de evitación que
Drewett, 2006; Ollendick, Allen, Benoit & aquellas con alta reactividad cognitiva y fi-
Cowart, 2011). En este sentido, Côté y siológica. Sin embargo, este último grupo
Bouchard (2005) no encontraron correla-
204 M.C. Martínez-Monteagudo, C.J. Inglés, A. Cano-Vindel y J.M. García-Fernández

concordante presentaba menos conductas habría que determinar qué manifestación


de evitación que el grupo discordante. predomina o cuál es su patrón de respuesta,
Aunque los términos discordancia y tanto con fines descriptivos y explicativos,
desincronía generalmente son utilizados como lo más importante, con fines terapéu-
como sinónimos, existen ciertos matices ticos. Teniendo en cuenta estos postulados,
que es preciso distinguir. El término dis- se pueden obtener diferentes perfiles o pa-
cordancia (también denominado fraccio- trones de respuesta característicos tanto en
namiento de respuesta) hace referencia al personas a nivel individual como para de-
grado de variación intersistemas y de dis- terminados trastornos (véase un ejemplo en
tintos índices de un mismo sistema cuando la Gráfico 1).
se evalúan los tres sistemas de respuesta En esta línea, diferentes estudios han in-
del mismo individuo (Cano-Vindel, 2003; tentado establecer perfiles diferenciales de
Haynes & Wilson, 1979), mientras que el ansiedad en distintos trastornos psicopato-
término desincronía se emplea para referir- lógicos desde el enfoque tridimensional de
se a los cambios en los sistemas en distin- las respuestas de ansiedad y teniendo en
tas fases de la evaluación, es decir, en dis- cuenta dicha reactividad ante áreas situa-
tintos momentos del proceso, de modo que cionales específicas (Cano-Vindel & Mi-
el nivel de activación del sistema cognitivo guel-Tobal, 1990a & 1990b; Espada-Largo
puede verse modificado en distinto grado a & Cano-Vindel, 1999; Espada-Largo, Gar-
lo largo del tiempo que los sistemas de res- cía, Cano-Vindel, Ochoa & Uncal, 1992;
puesta motor o fisiológico. En este sentido, Miguel-Tobal & Cano-Vindel, 1995). Así,
se deduce que los índices de activación Cano-Vindel y Miguel-Tobal (1990b), en
pueden no variar al mismo tiempo en un un estudio comparativo entre personas con
paciente sometido a tratamiento (Cano- y sin trastornos psicosomáticos, encontra-
Vindel, 1989, 2003; Hodgson & Rachman, ron índices más elevados de reactividad fi-
1974; Rachman & Hodgson, 1974; Sartory, siológica autoinformada en aquellos con
Rachman & Grey, 1977; Vermilyea, Boice trastornos psicosomáticos incluso en aque-
& Barlow, 1984). llas situaciones que no fueron valoradas
Otros estudios han intentado relacionar como amenazantes. Posteriormente, Espa-
el nivel de discordancia y desincronía en da, Torres, Cano-Vindel y Ochoa (1994)
los tres sistemas de respuesta con las distin- encontraron perfiles diferenciales de res-
tas formas de adquisición de las fobias o puesta cognitiva, fisiológica y motora en un
miedos (condicionamiento clásico, condi- estudio comparativo de sujetos con tras-
cionamiento operante, modelado o transmi- torno por angustia con agorafobia, ansiedad
sión de información) y con el nivel de con- generalizada y grupo control, de modo que
trol de los individuos sobre las respuestas los diagnosticados de trastorno por angustia
(voluntarias vs. involuntarias) (véase Cano- con agorafobia se caracterizaron por una
Vindel, 2003 para una revisión) o con las elevada reactividad cognitiva respecto a la
estrategias de autorregulación empleadas reactividad fisiológica y motora. El grupo
(Gross, 1988). de pacientes diagnosticados de trastorno
Así, la multidimensionalidad de la res- por ansiedad generalizada se caracterizó
puesta de ansiedad y los fenómenos de dis- por presentar una elevada reactividad mo-
cordancia y desincronía permiten obtener tora ligeramente superior a la reactividad
diferentes perfiles. De este modo, se po- fisiológica, y ambas muy por encima de la
drán establecer patrones de respuesta, de reactividad cognitiva. Finalmente, el grupo
forma que, al evaluar al individuo ansioso, control se caracterizó por una mínima reac-
tividad en los tres sistemas de respuesta. Se
Estado actual de la investigación sobre la teoría tridimensional de la ansiedad de Lang 205

Gráfica 1. Ejemplo de perfil de respuesta.

Perfiles de respuesta

90
80
70
60
Puntuación

Perfil A
50
Perfil B
40
Perfil C
30
20
10
0
Cognitivo Conductual Psicofisiológico

Nivel de respuesta

confirmó un perfil eminentemente cogniti- para la evaluación como para el tratamiento


vo para el grupo de pacientes diagnostica- y la autorregulación emocional.
dos de trastorno por angustia con agorafo- Implicaciones para la evaluación
bia, y un perfil fundamentalmente motor Según la teoría de Lang (1968), ninguno
para el grupo de pacientes diagnosticados de los tres sistemas de respuesta es consi-
de trastorno por ansiedad generalizada. Es- derado prioritario en la respuesta compleja
tos resultados apoyaron los hallados en es- de ansiedad. Así, cada sistema de respuesta
tudios previos (Espada-Largo et al., 1992). (cognitivo, fisiológico y motor) es conside-
Otros estudios han establecido perfiles rado potencialmente relevante para medir y
de ansiedad en pacientes hipertensos y con evaluar las respuestas de ansiedad. La
úlcera péptica (Casado, 1994), personas adopción de esta teoría tuvo, al menos, dos
con hipertensión e infarto de miocardio efectos importantes sobre la evaluación de
(Miguel-Tobal, 1994), pacientes drogode- la ansiedad por parte de los investigadores
pendientes (Rodríguez-López, González- cognitivo-conductuales (Barlow, 2002; Mi-
Ordi, Cano-Vindel & Iruarrizaga, 2007) y ller & Kozak, 1993): (a) equiparar la nece-
pacientes con problemas dermatológicos sidad de evaluación del componente o sis-
(Amorim, Cano-Vindel & Miguel-Tobal, tema fisiológico de la ansiedad a la evalua-
1996) confirmando que estos tres sistemas ción de los componentes cognitivo y con-
de respuesta actúan con una cierta indepen- ductual, y (b) proporcionar un marco a par-
dencia, provocando el fenómeno de discor- tir del cual comprender las diferencias en
dancia y desincronía (Lang, 1968). las respuestas de ansiedad a través de los
Del enfoque tridimensional de las res- tres sistemas y a través de los individuos. A
puestas de ansiedad y cómo dichos siste- continuación, se desarrollan ambas cues-
mas de respuesta se relacionan entre sí se tiones.
derivan importantes implicaciones tanto
206 M.C. Martínez-Monteagudo, C.J. Inglés, A. Cano-Vindel y J.M. García-Fernández

Por un lado, es importante destacar que, ción incompleta del constructo. De la mis-
tradicionalmente, la mayoría de cuestiona- ma forma, no se puede tomar como criterio
rios, inventarios y escalas de ansiedad no de la eficacia de un tratamiento, porque ca-
evalúan, de forma sistemática y diferencia- da tratamiento afecta de manera diferente a
da, los tres sistemas de respuesta. La mayo- cada sistema de respuesta (Davis & Ollen-
ría de estos instrumentos contienen una dick, 2005).
amplia proporción de ítems dirigidos a ex- Lawyer y Smitherman (2004) analiza-
plorar las respuestas cognitivas, algo menor ron las tendencias sobre evaluación de la
para las respuestas motoras y mínima para ansiedad a partir de la revisión de artículos
las fisiológicas (Muris, 2005). Por tanto, la publicados entre 1970 y 2002 (década 1 =
evaluación de la ansiedad se ha caracteri- 1970-80; década 2 = 1982-92; década 3 =
zado por un predominio de la dimensión 1994-2004) en tres revistas: Behavior The-
cognitiva o subjetiva, es decir, por un ma- rapy, Journal of Behavior Therapy and Ex-
yor interés y atención sobre este sistema de perimental Psychiatry y Behaviour Re-
respuesta en detrimento de los sistemas search and Therapy. Los métodos de eva-
conductual y fisiológico. Consecuentemen- luación de la ansiedad fueron categorizados
te, la mayor parte de autoinformes de an- usando la teoría de los tres sistemas de res-
siedad proporcionan una única puntuación, puesta de Lang (1968). Los resultados re-
sin especificar información sobre cada uno velaron que, efectivamente, la evaluación
de los sistemas de respuesta. En este senti- de los tres componentes (cognitivo, con-
do, Miguel-Tobal (1985) presenta un in- ductual y fisiológico) disminuyó durante
teresante estudio sobre la evaluación de la los últimos años en comparación con los
ansiedad en la práctica clínica, al igual que años previos, mientras que la evaluación de
poco antes lo hicieron Jacob y Rapport una única respuesta (fundamentalmente, la
(1984) y Sturgis y Scout (1984). Verifican- cognitiva) se incrementó. Algunos autores
do de nuevo los resultados obtenidos por consideran que este cambio podría deberse
los autores anteriores, Miguel-Tobal revisó a que no está suficientemente demostrado
64 estudios, donde claramente el sistema de que el enfoque de evaluación tripartita de la
respuesta más evaluado fue el cognitivo (en ansiedad ofrezca, en comparación con la
el 85,2% de los estudios se llevó a cabo al- evaluación de un sistema de respuesta úni-
guna medida cognitivo-subjetiva, general- co de manera aislada, información incre-
mente cuestionarios y escalas), seguido del mentalmente significativa para la evalua-
conductual (un 77% de los estudios utiliza- ción (Johnston & Murray, 2003). Sin em-
ron medida de evitación o aproximación al bargo, los resultados de Lawyer y
estímulo temido) y, en último lugar, del fi- Smitherman (2004) también revelaron que
siológico (el 21,3% de los estudios utiliza- la evaluación de dos sistemas de respuesta
ron medidas fisiológicas como la tasa car- (cognitivo y conductual) ha sido relativa-
díaca o la conductancia electrodérmica). El mente estable entre 1970 y 2002. En este
hecho de que el sistema conductual obtu- sentido, Davis y Ollendick (2005) argu-
viera más medidas que el fisiológico res- mentaron que la terapia cognitivo-
ponde claramente a la mayor dificultad que conductual es un tratamiento eficaz en la
supone este último método de evaluación. que cognición y conducta son tratadas con
La principal conclusión es que, rara vez, se una alta prioridad, mientras que la fisiolo-
medían simultáneamente los tres sistemas. gía es tratada con una prioridad moderada.
De acuerdo con Miguel-Tobal (1985), no A su vez, la evaluación del tratamiento se
se debe evaluar un único sistema de res- suele hacer con un cuestionario que evalúa
puesta ya que esto resultaría en una evalua- la ansiedad de forma unidimensional. En
Estado actual de la investigación sobre la teoría tridimensional de la ansiedad de Lang 207

cualquier caso, la revisión de Lawyer y sistemas de respuesta de ansiedad pueden


Smitherman (2004) concluye que, a pesar ser relativamente distintos en un momento
de los avances de la terapia de conducta en dado (discordancia) y pueden cambiar a
las últimas tres décadas, la evaluación de la ritmos diferentes con el tiempo (desincro-
ansiedad en 2002 no dista de ser muy dis- nía) ante estímulos ansiógenos. En esta lí-
tinta a la evaluación de este constructo en nea, diversas investigaciones han indicado
1970. diferencias significativas en los patrones de
En la misma línea que los autores ante- respuesta a través de los tres sistemas en
riores, Hudson (2005) indicó la importan- individuos normales (e.g., McGlynn, Karg,
cia de disponer de instrumentos de evalua- & Lawyer, 2003) y clínicos (e.g., Öst,
ción fiables y válidos para evaluar los tres Jerremalm, & Johansson, 1984). Así, dife-
sistemas de respuesta de la ansiedad. Según rentes investigaciones se han centrado en
Hudson (2005), muchas de las medidas comprobar si los efectos de desincronía y
usadas amplia y profusamente para evaluar discordancia encontrados en estos estudios
síntomas y trastornos de ansiedad en niños se deben a problemas metodológicos o a
y adolescentes ya incluyen, de hecho, in- utilizar diferentes medidas de evaluación.
formación sobre los tres componentes de la En esta línea Cano-Vindel (2003) señala la
respuesta de ansiedad, tales como, por necesidad de atender no sólo al método de
ejemplo, el Social Phobia and Anxiety In- evaluación utilizado para la medición de
ventory for Children (SPAI-C; Beidel, las respuestas (autoinformes, registro fisio-
Turner, & Morris, 1995), la Spence Chil- lógico y observación) sino también al con-
dren’s Anxiety Scale (Spence, 1998) y la tenido de lo evaluado. De este modo, según
Anxiety Disorder Interview Schedule for señala este autor, en la falta de covariación
DSM-IV-Child and Parent version (ADIS- entre, por ejemplo, las respuestas cogniti-
IV-C/P; Silverman & Albano, 1997). Aun- vas y fisiológicas hay que tener en cuenta
que los ítems de la mayoría de estos ins- (a) la distinta naturaleza de las respuestas
trumentos no han sido específicamente di- que se comparan (subjetivas versus fisioló-
señados para proporcionar una evaluación gicas); (b) el método utilizado para su eva-
completa de los factores cognitivos, fisio- luación (las respuestas cognitivas suelen
lógicos y conductuales, éstos son, sin em- evaluarse con autoinformes y las fisiológi-
bargo, incluidos en baterías de evaluación cas mediante registro fisiológico); y (c) los
de niños y adolescentes con problemas de contenidos de las respuestas (tener pensa-
ansiedad. Finalmente, a partir de una exce- mientos negativos es diferente, por ejem-
lente revisión basada en la evidencia sobre plo, al incremento de la tasa cardiaca).
la evaluación de la ansiedad y sus trastor- Además, debido a la complejidad del
nos en niños y adolescentes, Silverman y fenómeno, los investigadores recomiendan
Ollendick (2005) indicaron que, a pesar de que la evaluación de la ansiedad se haga
que algunos autores han puesto en tela de utilizando dos o más métodos como, por
juicio la eficacia de la evaluación tripartita ejemplo, medidas fisiológicas y registros
de la ansiedad (e.g., Johnston & Murray, de conducta (Fernández-Ballesteros, 1994;
2003), “en estos momentos, y hasta que no Hunsley & Mash, 2005; Starcevic, 2005).
contemos con más hallazgos empíricos, es Sin embargo, el autoinforme también pue-
mejor evaluar, siempre que sea posible, los de resultar útil para medir los tres sistemas
tres sistemas de la respuesta de ansiedad” de respuesta (Miguel-Tobal, 1993). La in-
(p. 382). formación sobre respuestas motoras y fisio-
Por otro lado, tal y como se indicó pre- lógicas puede ser contrastada por otros mé-
viamente, en un determinado individuo los todos como la observación y los registros
208 M.C. Martínez-Monteagudo, C.J. Inglés, A. Cano-Vindel y J.M. García-Fernández

fisiológicos, siendo, por tanto, el autoin- sulta más difícil de contrastar por otro mé-
forme un método indirecto para la medida todo. Un claro ejemplo de este tipo de
de estas respuestas, aunque sumamente útil cuestionarios sería el Inventario de Situa-
para la recogida de una primera informa- ciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA;
ción. Las respuestas cognitivas, sin embar- Miguel-Tobal & Cano-Vindel, 2002). Este
go, no pueden ser medidas de otra forma. instrumento evalúa las respuestas de ansie-
Por tanto, el autoinforme es el único méto- dad en tres sistemas de respuesta ante cua-
do que permite obtener, a la vez, informa- tro tipo de situaciones: situaciones de eva-
ción directa o indirecta de los tres sistemas luación, interpersonales, fóbicas y de la vi-
de respuesta (Miguel-Tobal, 1993). De da cotidiana. Facilita una evaluación preci-
acuerdo con la clasificación de Fernández- sa de las respuestas cognitivas y un primer
Ballesteros (1992, p. 219) los autoinformes acercamiento a la evaluación de las res-
son el único tipo de instrumento de evalua- puestas fisiológicas y motoras (Fernández-
ción que pueden proporcionar información Ballesteros, 2004).
sobre la subjetividad del individuo, por lo Por otro lado, diferentes investigaciones
que se puede considerar que el método de han señalado diferentes variables que pue-
autoinforme nos proporciona una medida den estar influyendo en las diferencias en-
directa de este tipo de datos. También pue- contradas en los tres sistemas de respuesta.
den proporcionar información sobre activa- Entre estas variables se encuentra la inten-
ción fisiológica, pero sólo de aquellas res- sidad de la activación emocional, el nivel
puestas sobre las que tiene información de demanda o las estrategias de autorregu-
(conciencia), mientras que los instrumentos lación emocional empleadas por el indivi-
de registro fisiológico pueden dar una me- duo (Cano-Vindel, Miguel-Tobal, Gonzá-
dida directa de los parámetros de cada res- lez-Ordi, & Iruarrizaga, 2007, 2009; Gross,
puesta fisiológica (e.g., intensidad), por lo 1988; Hodgson & Rachman, 1974). Así, en
que el autoinforme puede ser considerado las situaciones de alta intensidad emocional
como una medida indirecta del sistema fi- los sistemas de respuesta presentan menor
siológico, mientras que el método de regis- discordancia que en las situaciones de baja
tro fisiológico sería una medida directa pa- intensidad emocional (Sartory et al., 1977),
ra las respuestas fisiológicas. Por último, el ya que si exponemos a una persona a una
autoinforme puede darnos la versión de la situación altamente temida o ansiosa para
persona (de nuevo, mediada por la con- él, aumenta la probabilidad de que los tres
ciencia) sobre sus propias respuestas moto- sistemas de respuesta alcancen los valores
ras, lo que el observador puede detectar y más altos y, por tanto, se equiparen dichas
cuantificar (e.g., frecuencia) directamente, respuestas. Del mismo modo, el nivel de la
por lo que esta autora considera que para demanda también puede afectar a una ma-
las respuestas motoras el autoinforme es yor o menor discordancia entre los sistemas
una medida indirecta y el método de obser- (Grey, Sartory, & Rachman, 1979). Algu-
vación una medida directa. En resumen, los nas investigaciones han comprobado cómo
autoinformes nos pueden dar información cuando se le solicita al paciente que dismi-
sobre contenidos de los tres sistemas de nuya sus emociones ante un estímulo fóbi-
respuesta, los cuales pueden ser corrobora- co (situación de alta demanda) los sistemas
dos con información obtenida por el méto- de respuesta presentan una mayor discor-
do de registro fisiológico o el método de dancia, ya que la persona no tiene la misma
observación, para las respuestas fisiológi- capacidad para disminuir la frecuencia, du-
cas y motoras, respectivamente, pero la in- ración o intensidad de sus respuestas con
formación sobre contenidos subjetivos re- independencia del sistema en el que éstas
Estado actual de la investigación sobre la teoría tridimensional de la ansiedad de Lang 209

se presenten. En este sentido, los indivi- Implicaciones para el tratamiento


duos pueden controlar, en mayor medida, En cuanto a las técnicas de interven-
las respuestas motoras que las cognitivas o ción, se podría optar en principio por unas
las fisiológicas (véase Cano-Vindel, 2003 u otras técnicas en función del tipo de reac-
para una revisión). Con posterioridad se ha tividad (cognitiva, fisiológica o motora)
desarrollado una extensa línea de investi- predominante en el individuo en cuestión
gación sobre los intentos de regulación (Davis & Ollendick, 2005; Hugdahl, 1981).
emocional, las diferentes estrategias que Por ejemplo, un tratamiento fisiológico (re-
puede desarrollar el individuo para obser- lajación, desensibilización sistemática o
varse, evaluarse y modificar sus estados biofeedback) si la manifestación de la an-
emocionales, así como las consecuencias siedad es fundamentalmente fisiológica o
de usar unas u otras estrategias (Gross, dirigida a las respuestas de este tipo; un tra-
1988). En un experimento clásico este au- tamiento conductual (práctica reforzada o
tor estudió dos procedimientos de regula- entrenamiento en habilidades sociales) si la
ción emocional: (1) la reevaluación cogni- manifestación de la ansiedad es fundamen-
tiva de estímulos antecedentes; y (2) la su- talmente conductual; y un tratamiento cog-
presión de la expresión voluntaria de la nitivo (reestructuración cognitiva, autoins-
emoción. Además, encontró que ambos trucciones positivas) si la manifestación de
producían una disminución de la experien- la ansiedad es fundamentalmente subjetiva.
cia emocional, frente al grupo control (que Por tanto, este modelo favorece la utiliza-
no utilizaba ninguno de los dos métodos). ción de técnicas de reducción de ansiedad
Sin embargo, el segundo método provocó de una forma individualizada y eficaz para
un aumento de la activación fisiológica. Es- cada tipo de respuesta, así como para cada
tos procesos de autorregulación nos permi- individuo, empleando una técnica cuando
ten modificar un estado emocional o volver predominen los componentes cognitivos y
al estado de ánimo previo, pero no todas las otra distinta cuando el predominio sea fi-
estrategias de regulación emocional son siológico o motor. Muchos pacientes pre-
igualmente eficaces sobre las respuestas de sentan alta reactividad en los tres sistemas
los tres sistemas. Mientras que algunas es- de respuesta y deberían ser tratados con
trategias son eficaces, otras pueden provo- técnicas concordantes para cada uno de los
car el efecto contrario al deseado por el tres sistemas, por lo que la anterior reco-
propio individuo. Además, hoy en día, sa- mendación debe entenderse en el sentido
bemos que estos procesos están involucra- de buscar la técnica más adecuada para ca-
dos en la aparición y mantenimiento de di- da tipo de respuesta, más que para cada ti-
ferentes trastornos mentales y físicos, en po de paciente.
los que se encuentran fallos en la regula- Recientemente, algunos investigadores
ción (Cano-Vindel, 2011). En este sentido, han apuntado la importancia de atender a
actualmente existe una línea de investiga- los tres sistemas de respuesta para probar la
ción que intenta explicar los trastornos de efectividad del tratamiento (algo que des-
ansiedad y otros desórdenes emocionales a graciadamente no se suele tener en cuenta
partir de fallos en la regulación emocional, en este tipo de estudios). En esta línea, Da-
que dan lugar a discordancias entre las res- vis y Ollendick (2005) revisaron el grado
puestas emocionales y llevan al individuo a en que los tres sistemas de respuesta pro-
desarrollar un aprendizaje progresivo ca- puestos por Lang (1968) fueron analizados
racterizado por el incremento de síntomas en estudios sobre la eficacia de tratamien-
de ansiedad y la pérdida de control (véase tos apoyados empíricamente para fobias
Cano-Vindel, 2011, para una revisión). específicas infantiles. Según estos autores,
210 M.C. Martínez-Monteagudo, C.J. Inglés, A. Cano-Vindel y J.M. García-Fernández

los tratamientos (e.g., desensibilización sis- mostrar, y los indicios apuntan en la direc-
temática, práctica reforzada, modelado par- ción contraria. Por ejemplo, si existe dis-
ticipante, terapia cognitivo-conductual, cordancia entre sistemas por qué evaluar
etc.) han otorgado una prioridad distinta las ganancias terapéuticas sobre la ansiedad
para modificar los tres componentes de la de manera unidimensional.
respuesta patológica de miedo (fobia). Así, Las conclusiones obtenidas a partir de
algunos tratamientos han puesto mayor én- los estudios de Davis y Ollendick (2005)
fasis en el cambio de la conducta, otros so- fueron replicadas por Muris (2005) quien
bre el cambio de cogniciones y otros sobre indicó que no todos los componentes de la
el cambio del componente fisiológico. Da- respuesta fóbica son objetivos igualmente
vis y Ollendick (2005) concluyeron que, importantes para el tratamiento. Según este
hasta la fecha, muchos tratamientos han si- autor, en las fobias siempre está presente la
do considerados como eficaces (mediante respuesta de evitación, por lo que la inter-
las directrices de la Task Force) con el vención de una fobia específica debe foca-
apoyo de sólo uno de los tres sistemas de lizarse siempre en el componente o sistema
respuesta, lo que ningunea la configuración conductual. Sin embargo, el propio autor
compleja de la respuesta de ansiedad y indica que esto no significa que los otros
cuestiona las conclusiones sobre la eficacia dos componentes deban ser ignorados en el
de distintos tratamientos. Ante esta situa- tratamiento. Así, cuando los otros sistemas
ción, estos autores proponen que “los in- de respuesta sean muy prominentes, éstos
vestigadores deben atender y evaluar los también deben ser objeto de tratamiento.
tres sistemas de respuesta y planificar su Nosotros nos preguntamos, ¿los otros sis-
cambio a través del tratamiento, lo que su- temas deben ser objeto de tratamiento, pero
pone realizar una evaluación integral de la no de evaluación? En cualquier caso, Muris
eficacia de un tratamiento teniendo en (2005) concluye que es necesaria más in-
cuenta, siempre que sea posible, los com- vestigación sobre el modelo de los tres sis-
ponentes cognitivo, fisiológico y conduc- temas de respuesta en niños.
tual de la ansiedad” (p. 156). Desgracia- De acuerdo con las conclusiones extraí-
damente, todavía la investigación sobre das por Davis y Ollendick (2005), Bergman
eficacia de los tratamientos psicológicos y Piacentini (2005) afirmaron que la eva-
tiene poco en cuenta estas recomendacio- luación de los tres componentes de la res-
nes, que son esenciales para mejorar nues- puesta de ansiedad era importante para de-
tro conocimiento sobre dicha eficacia. Así, terminar la eficacia del tratamiento y la ne-
por ejemplo, la gran mayoría de los artícu- cesidad, por tanto, de disponer de herra-
los publicados, incluso aquellos con un mientas de evaluación fiables y válidas pa-
gran control metodológico, como los ensa- ra evaluar los tres sistemas de respuesta de
yos controlados aleatorizados, dejan mucho la ansiedad. En la misma línea, Hudson
que desear en cuanto a la evaluación de la (2005) concluyó afirmando que un próximo
ansiedad, decantándose mayoritariamente paso importante es que se desarrollen me-
por una única medida de autoinforme que didas de los tres sistemas de respuesta de la
ni siquiera considera los tres sistemas de ansiedad psicométricamente robustas para
respuesta de la ansiedad. Para poder fiarnos determinar la eficacia de los tratamientos
de este tipo de evaluación tan simple debe- dirigidos a reducir la ansiedad.
ría probarse con investigación que evaluar
En este sentido, diversos autores esta-
los tres sistemas de respuesta es redundan-
blecieron diferentes tratamientos en fun-
te, más costoso y no incrementa el conoci-
ción de la respuesta a tratar y del compo-
miento, algo que hoy por hoy está por de-
Estado actual de la investigación sobre la teoría tridimensional de la ansiedad de Lang 211

nente ansioso que predomine en el paciente propia conducta. Además, estas técnicas
(cognitivo, fisiológico o conductual) (véase tenían efectos sobre el resto de respuestas,
Miguel-Tobal & Cano-Vindel, 1990). Por si bien para reducir más la activación fisio-
ejemplo, Lang, Melamed y Hart (1970) lógica se incluyó relajación y para mejorar
comprobaron que los pacientes con mayor la conducta social se fueron introduciendo
reactividad fisiológica mejoraban más con tareas para casa que implicaban una pro-
técnicas de desensibilización sistemática. gresiva exposición para involucrarse en si-
Wolpe (1977) apoyó dicha afirmación, se- tuaciones y actividades sociales. Otros es-
ñalando la desensibilización sistemática tudios también han encontrado que las dis-
como la técnica más efectiva si predomina tintas técnicas utilizadas van a mostrar ma-
el componente fisiológico frente al compo- yor eficacia sobre un tipo de respuesta por
nente cognitivo. Öst et al. (1981) encontra- lo que, si se utilizan de forma concordante
ron que los pacientes con ansiedad social, con el perfil de mayor reactividad que pre-
en donde predominaba el componente fi- sente el paciente, mejora la eficacia del tra-
siológico, se beneficiaban más con técnicas tamiento en el trastorno de ansiedad gene-
de relajación que con el entrenamiento en ralizada (Gil-Andino & Cano-Vindel,
habilidades sociales, mientras que en los 2001; Ramos & Cano-Vindel, 2008), en el
pacientes con más reactividad motora la trastorno obsesivo compulsivo (Leal &
eficacia se invertía, siendo más eficaz el Cano-Vindel, 2008), en el trastorno adapta-
entrenamiento en habilidades sociales que tivo (Herrero & Cano-Vindel, 2010), en la
la relajación. agorafobia (Michelson, 1987), en la ansie-
Recientemente, Vidal, Ramos-Cejudo y dad interpersonal (McCann, Woolfolk, &
Cano-Vindel (2008) comprobaron, en un Lehrer, 1987) o ante el miedo a volar
estudio clínico, cómo las técnicas cogniti- (Hayg et al., 1987). En este sentido, Mi-
vas debían predominar en el tratamiento de guel-Tobal & Cano-Vindel (2002) nos
la fobia social, en consonancia con la natu- orientan a la hora de seleccionar la técnica
raleza del trastorno que, hoy en día, se ex- de reducción de ansiedad más adecuada,
plica por abundantes sesgos cognitivos de atendiendo al componente ansioso que pre-
atención e interpretación centrados en la domine (véase Tabla 2).

Tabla 2. Técnica de reducción de la ansiedad atendiendo a la respuesta ansiosa predominan-


te.

Componente cognitivo:
§ Técnicas de autoinstrucciones.
§ Reestructuración cognitiva.
Componente fisiológico:
§ Entrenamiento en relajación.
§ Desensibilización sistemática.
§ Técnicas de biofeedback.
Componente motor o conductual:
§ Entrenamiento en habilidades sociales.
§ Práctica reforzada.
§ Exposición.
212 M.C. Martínez-Monteagudo, C.J. Inglés, A. Cano-Vindel y J.M. García-Fernández

La teoría de los tres sistemas en la actuali- escala permitía obtener, explícitamente,


dad puntuaciones para las respuestas cognitiva,
De acuerdo con los estudios revisados, fisiológica y motora o conductual. En oca-
la teoría de los tres sistemas de respuesta siones, los datos aportados en el resumen
ha influido de manera esencial en la inves- no permitían establecer si el estudio cum-
tigación sobre ansiedad, trastornos de an- plía con los criterios de inclusión y fue ne-
siedad y, en general, sobre el campo de las cesario recurrir a los documentos originales
emociones (e.g., regulación emocional). para tomar una decisión sobre la adecua-
Pero no sólo ha supuesto una fuente de ins- ción de los estudios. Una vez seleccionados
piración de nuevas líneas de investigación los documentos se revisó la bibliografía de
y una exigencia a la hora de evaluar, sino los mismos aplicando los criterios de inclu-
que ha generado una serie de instrumentos sión para determinar si algún otro docu-
de medida que darán soporte a nuevas in- mento debía ser considerado en el estudio.
vestigaciones. En este sentido, nos propu- La búsqueda bibliográfica realizada re-
simos una búsqueda de instrumentos de vela que la teoría de los tres sistemas de
medida basados en la teoría de los tres sis- respuesta de Lang (1968) ha seguido utili-
temas de respuesta que proporcionen una zándose, incluso, hasta el día de hoy, como
puntuación para cada sistema. marco teórico para la construcción de cues-
Con el fin de identificar los cuestiona- tionarios, inventarios y escalas, lo que de-
rios, inventarios y escalas basados en la nota su actualidad, relevancia, aplicabilidad
teoría tridimensional de Lang, se realizó y practicidad. En este sentido, en los últi-
una búsqueda exhaustiva de trabajos donde mos 20 años (desde 1990 hasta 2012) se
se utilizaran los términos “Lang”, “teoría han construido y validado un total de 11
tridimensional” o “tres sistemas” así como cuestionarios, inventarios o escalas basados
“cuestionarios”, “inventarios”, “escalas” o en la teoría de Lang, los cuales ofrecen,
“evaluación” en los campos de las bases de explícitamente, una puntuación para cada
datos “título”, “resumen” y “palabras clave uno de los tres sistemas de respuesta de la
o descriptores”. Las bases de datos donde ansiedad (véase Tabla 3). Así, el objetivo
se llevaron a cabo las búsquedas fueron: principal de todos estos instrumentos es la
ISOC-CSIC, PsicoDoc, PsycINFO, evaluación de los sistemas cognitivo, fisio-
MEDLINE y SCOPUS. Los términos fue- lógico y motor o conductual. En la década
ron incluidos en lengua inglesa excepto en de los 90 se construyeron cuatro instrumen-
la base de datos PsicoDoc. En las búsque- tos, mientras en la última década (2000-
das no se limitó el periodo temporal, reco- 2012) se han elaborado siete autoinformes.
giéndose todos los documentos incluidos Tal y como se aprecia en la Tabla 3,
en las bases hasta Julio de 2012. cinco de los nueve instrumentos elaborados
Con el objetivo de identificar y clasifi- han sido publicados en revistas internacio-
car los documentos que se incluirían en el nales de elevado impacto según el ISI-JCR.
estudio, dos de los investigadores revisa- En los últimos cinco años, la revista
ron, de forma independiente, los resúmenes Psychological Assessment (probablemente,
obtenidos en las búsquedas. Para la selec- una de las revistas internacionales de eva-
ción de los estudios se tuvieron en cuenta luación psicológica más importantes a nivel
los siguientes criterios: (a) el estudio estaba mundial), editada por la APA, ha publicado
en lengua española o inglesa; (b) se descri- dos cuestionarios para la evaluación de la
bían las propiedades psicométricas de la hipocondriasis y de la ansiedad y miedo
prueba; y (c) el cuestionario, inventario o dental basados en la teoría de los tres sis-
temas de respuesta de Lang. Durante esta
Estado actual de la investigación sobre la teoría tridimensional de la ansiedad de Lang 213

Tabla 3. Cuestionarios, inventarios y escalas que ofrecen, explícitamente, una puntuación


para cada uno de los tres sistemas de respuesta de la ansiedad

Cuestionario Autores y año de Fuente de Número inves- Ámbito de


publicación publicación tigaciones apli- aplicación
cadas
Four Systems Anxiety Koskal y Power Journal of 7 Clínico
Questionnaire (FSAQ) (1990) Personality
Assessment
Pain Anxiety Symptoms McCracken, Pain 46 Salud
Scale (PASS) Zayfert y Gross
(1992).
Inventario de Situaciones Miguel-Tobal y Editorial TEA 45 Clínico y
y Respuestas de Ansiedad Cano-Vindel salud
(ISRA) (2002).

Cuestionario de Ansiedad Valero (1999) Anales de 2 Escolar


ante los Exámenes Psicología
(CAEX)
Multidimensional Inven- Longley, Watson y Psychological 5 Clínico
tory of Hypochondriacal Noyes (2005) Assessment
Traits (MIHT)

Virtual Reality Behavior Muhlberger, Sper- Journal of 0 Clínico


Avoidance Test (VR- ber, Weiser y Pauli CyberTherapy
BAT). (2008). Rehabilitation

Index of Dental Anxiety Armfield (2010). Psychological 4 Clínico y


and Fear (IDAF-4C+) Assessment salud

Cuestionario de Ansiedad Martínez-Martínez, VIII Congreso 3 Clínico


por Separación en la In- Sánchez- Internacional de
fancia (CASI) Hernández, Gar- la Sociedad
cía-Fernández y Española para el
Méndez (2010) Estudio de la
Ansiedad y el
Estrés
IMAGEN, Evaluación de Solano y Editorial TEA 0 Clínico
la insatisfacción de la Cano-Vindel
imagen corporal (2010)
Inventario de Ansiedad García-Fernández, Psicothema 3 Escolar
Escolar (IAES) Inglés, Martínez-
Monteagudo, Mar-
zo y Estévez (2011)
Cuestionario Jiménez y Ansiedad y 4 Clínico
Tridimensional de Miguel-Tobal Estrés
Depresión (CTD) (2003)
214 M.C. Martínez-Monteagudo, C.J. Inglés, A. Cano-Vindel y J.M. García-Fernández

última década, en España, destaca el ISRA tual. Las investigaciones sugieren que las
(en 5ª edición, 2002), publicado en TEA y tres modalidades pueden estar disociadas,
construido por Miguel-Tobal y Cano- es decir, pueden no covariar entre sí, lle-
Vindel (1986, 2002), y el Inventario de An- vando a una falta de uniformidad entre di-
siedad Escolar (IAES; García-Fernández, chos sistemas. A este fenómeno se le cono-
Inglés, Martínez-Monteagudo, Estévez & ce como discordancia o fraccionamiento de
Marzo, 2011). También, en 2003, la revista respuesta. Además los niveles de activa-
Ansiedad y Estrés, publicó un artículo so- ción de los tres sistemas pueden modificar-
bre el Cuestionario Tridimensional de De- se en distinto grado a lo largo del tiempo
presión (CTD; Jiménez & Miguel-Tobal, ante un tratamiento, fenómeno conocido
2003). En la Tabla 3 se presentan, además, como desincronía (Cano-Vindel, 2003).
algunos datos relativos al número de inves- Todo ello hizo pensar en normas de fun-
tigaciones derivadas de cada uno de ellos, cionamiento diferentes para los distintos
comprobándose cómo la comunidad cientí- sistemas, lo que ha dado lugar a varias lí-
fica nacional e internacional ha aplicado neas de investigación, como el estudio de
profusamente estos instrumentos desde su las estrategias de regulación emocional, la
construcción hasta la actualidad. De la re- creación de nuevos instrumentos de medida
visión se desprende, además, cómo el ám- o la mejora de los estudios sobre eficacia
bito de aplicación de la teoría más frecuen- de los tratamientos.
te ha sido el ámbito clínico con aproxima- La multidimensionalidad de la respuesta
damente un 62% de las investigaciones de ansiedad y los fenómenos de discordan-
aplicadas, seguido del ámbito de la salud cia y desincronía permiten obtener diferen-
(23%) y del escolar (15%). tes perfiles o patrones de respuesta diferen-
En resumen, aunque la teoría de los tres ciales en los individuos ante determinadas
sistemas de respuesta de ansiedad de Lang situaciones ansiógenas. Así, diferentes in-
(1968) ha sido cuestionada por algunos au- vestigaciones han tratado de establecer per-
tores (e.g., Johnston & Murray, 2003), los files de respuesta característicos en trastor-
resultados de estudios teóricos y empíricos nos de ansiedad (Miguel-Tobal & Cano-
ponen de manifiesto que este marco teórico Vindel, 1995), trastornos psicosomáticos
ha sido utilizado y discutido por investiga- (Cano-Vindel & Miguel-Tobal, 1990b),
dores y profesionales aplicados desde su trastorno de pánico con agorafobia y ansie-
formulación hasta el día de hoy. Así, tal y dad generalizada (Espada et al., 1994), pa-
como indicaron diversos autores, en este cientes hipertensos y con úlcera péptica
momento y hasta que no contemos con más (Casado, 1994), pacientes con hipertensión
hallazgos empíricos que demuestren que no e infarto de miocardio (Miguel-Tobal,
es necesario, es mejor evaluar, siempre que 1994), pacientes drogodependientes (Ro-
sea posible, cada uno de los tres sistemas dríguez-López et al., 2007) y pacientes con
de respuesta de la ansiedad (Hudson, 2005; problemas dermatológicos (Amorim et al.,
Silverman & Ollendick, 2005). 1996).
A partir de esta teoría se derivan una se-
Conclusiones rie de implicaciones que habrá que tener en
cuenta, tanto para la conceptualización, la
La teoría tridimensional de la ansiedad
autorregulación, la evaluación, así como
propuesta por Lang (1988) mantiene que la
para las técnicas de intervención aplicadas
ansiedad se manifiesta en tres sistemas de
a los trastornos de ansiedad. Así, la ansie-
respuesta relativamente independientes:
dad se conceptualiza como un fenómeno
cognitivo, fisiológico y motor o conduc-
formado por un conjunto de respuestas que
Estado actual de la investigación sobre la teoría tridimensional de la ansiedad de Lang 215

se clasifican en los tres sistemas y, además, eficaz será la restructuración cognitiva), en


es necesario evaluar cada uno de estos tres lugar de atender sólo al fenómeno de la
sistemas por separado. No obstante, la discordancia entre sistemas de respuesta
práctica actual de la evaluación se caracte- (Cano-Vindel, 2011).
riza porque rara vez se evalúan de forma La búsqueda bibliográfica realizada en
explícita y simultánea la naturaleza tridi- las principales bases de datos revela que la
mensional de las respuestas de miedo y an- teoría tridimensional de la ansiedad conti-
siedad, por lo que durante los últimos años, núa siendo aplicada en la actualidad para la
numerosos expertos han vuelto a poner de elaboración de cuestionarios de evaluación,
manifiesto la necesidad de profundizar en siendo éstos utilizados profusamente en in-
la investigación sobre el modelo de los tres vestigaciones aplicadas en los ámbitos clí-
sistemas de respuesta del miedo y la ansie- nico, de la salud y escolar. Así, el presente
dad (Davis & Ollendinck, 2005; Hudson, estudio aporta información relevante para
2005; Muris, 2005; Silverman & Ollendick, la práctica de investigadores y profesiona-
2005). Además, recientemente, algunos in- les clínicos y educativos. Sin embargo, es
vestigadores han apuntado la importancia necesario destacar algunas limitaciones a
de atender a los tres sistemas de respuesta las que sería necesario atender en futuras
para establecer mejor la eficacia de los tra- investigaciones. Así, aunque se considera
tamientos. En este sentido, diversos autores que las bases de datos seleccionadas cubren
han encontrado que las distintas técnicas la mayor parte de la literatura científica
utilizadas en trastornos específicos van a disponible respecto al objetivo de estudio,
mostrar mayor eficacia sobre un determi- es posible que el haber tenido en conside-
nado tipo de respuesta si se utilizan de ración otros tipos de documentos científi-
forma concordante, por lo que cada res- cos (e.g., tesis doctorales internacionales,
puesta debe ser tratada preferentemente con trabajos no publicados, etc.) podría haber
una técnica, aunque otras técnicas puedan aportado una información más exhaustiva.
ejercer también algún efecto. Adicional- Futuros estudios de revisión deberían tener
mente, debe ser tenido en cuenta el perfil en consideración estos aspectos con el fin
de mayor reactividad que presente el pa- de ofrecer una cobertura más amplia res-
ciente a la hora de programar el tratamiento pecto a la revisión de la teoría tridimensio-
de un determinado caso (Gil-Andino & nal propuesta por Lang (1968).
Cano-Vindel, 2001; Herrero & Cano- Finalmente, algunos autores como
Vindel, 2010; Leal & Cano-Vindel, 2008; Bergman y Piacenti (2005) afirman que
Ramos & Cano-Vindel, 2008). No obstan- “aunque la meta es admirable, los requisi-
te, la investigación en este campo no ha tos (de la teoría) son prematuros, dado el
avanzado en las últimas décadas quizás to- estado actual de los métodos de evaluación
do lo que se esperaba, tal vez por las críti- de la ansiedad”. Del mismo modo, conclu-
cas que antes hemos realizado a la evalua- yen que “no tenemos evidencias que sugie-
ción de tratamientos o tal vez porque otras ran que el tratamiento adaptado al sistema
teorías (e.g., el modelo cognitivo del páni- de respuesta más prominente del sujeto
co) han obtenido más éxito enfocando el conduzcan necesariamente a resultados
problema de la elección de la técnica desde más robustos”. Aunque estamos de acuer-
la perspectiva de la naturaleza del trastorno do en que la evaluación de los resultados
(e.g., si el pánico o la fobia social se carac- relacionados con múltiples componentes de
terizan por los sesgos cognitivos centrados miedo es una debilidad de los tratamientos
en las sensaciones físicas y en la conducta, existentes, coincidimos en la necesidad de
respectivamente, entonces la técnica más
216 M.C. Martínez-Monteagudo, C.J. Inglés, A. Cano-Vindel y J.M. García-Fernández

disponer de métodos de evaluación fiables que conllevaría, a su vez, una reducción de


y válidos que permitan evaluar, simultá- los costes económicos y temporales de las
neamente, los tres sistemas de respuesta de intervenciones.
la ansiedad. Quienes defiendan que esta
complejidad no es necesaria, deberían de-
mostrar que la evaluación múltiple no apor- Artículo recibido: 20-06-2012
ta gran cosa frente a la evaluación de la an- aceptado: 20-08-2012
siedad de manera unidimensional. Además,
también es necesario un mayor número de
investigaciones empíricas que ratifiquen la
importancia de la evaluación de los tres sis-
temas de respuesta de la ansiedad para el
ajuste preciso del tratamiento posterior, lo

Referencias
Amorim, C., Cano-Vindel, A., & ment of anxiety. Nueva York: 101). Madrid: Colegio Oficial
Miguel-Tobal, J. J. (1996). Di- Plenum. de Psicólogos (COP).
ferenças na manifestaçao de Bergman, R. L., & Piancentini, J. Cano-Vindel, A., & Miguel-Tobal,
ansiedade entre a populaçao (2005). Targeting discrete re- J. J. (1990b). Diferencias entre
geral e pacientes com transtor- sponse channels in the treat- sujetos normales y psicosomá-
nos de pele. Psiquiatria Bio- ment of childhood specific ticos en el patrón de respuestas
lógica, 4, 101-107. phobia. Clinical Psychology: de ansiedad ante diferentes ti-
Armfield, J. M. (2010). Develop- Science and Practice, 12, 166- pos de situaciones ansiógenas.
ment and psychometric evalua- 169. En C.O.P. (Ed.), Psicología y
tion of the Index of Dental Cano-Vindel, A. (1989). Cogni- Salud: Psicología de la Salud
Anxiety and Fear (IDAF-4C+). ción, emoción y personalidad: (pp. 62-67). Madrid: Colegio
Psychological Assessment, 22, un estudio centrado en la an- Oficial de Psicólogos (COP).
279-287. siedad. Madrid: Universidad Cano-Vindel, A., Miguel-Tobal, J.
Barlow, D. H. (2002). Anxiety and Complutense. J., González-Ordi, H., & Irua-
its disorders: The nature and Cano-Vindel, A. (2003). Desarro- rrizaga, I. (2007). Hiperventi-
treatment of anxiety and panic. llos actuales en el estudio del lación y experiencia de ansie-
Nueva York: Guilford. control emocional. Ansiedad y dad. Ansiedad y Estrés, 13,
Barlow, D. H., Allen, L. B., & Estrés, 9, 203-229. 291-302.
Choate, M. L. (2004). Towards Cano-Vindel, A. (2011). Bases teó- Cano-Vindel, A., Miguel-Tobal, J.
a unified treatment for emo- ricas y apoyo empírico de la in- J., González-Ordi, H., & Irua-
tional disorders. Behavior tervención psicológica sobre rrizaga, I. (2009). Activación
Therapy, 35, 205-230. los desórdenes emocionales en versus amenaza en la inducción
Beidel, D. C., Turner, S. M., & Atención Primaria. Una actua- de la reacción de ansiedad.
Morris, T. L. (1995). A new lización. Ansiedad y Estrés, 17, Psicothema, 21, 177-182.
inventory to assess childhood 157-184. Casado, M. (1994). Ansiedad,
social anxiety and phobia: The Cano-Vindel, A., & Miguel-Tobal, stress y trastornos psicofisio-
Social Phobia and Anxiety In- J. J. (1990a). Evaluación me- lógicos. Madrid: U.C.M.
ventory for Children. Psycho- diante autoinforme de la reac- Cote, S., & Bouchard, S. (2005).
logical Assessment, 7, 73-79. tividad cognitivo-fisiológica- Documenting the efficacy of
Bellack, A. S., & Lombardo, T. W. motora ante diferentes situa- virtual reality exposure with
(1984). Measurment of anxie- ciones: Diferencias individua- psychophysiological and in-
ty. En S. M. Turner (Ed.), Be- les y situacionales. En C. O. P. formation processing
havioral theories and treat- (Ed.), Psicología y Salud: Psi- measures. Applied Psychophys-
cología de la Salud (pp. 94-
Estado actual de la investigación sobre la teoría tridimensional de la ansiedad de Lang 217

iology Biofeedback, 30, 217– (pp. 231-268). Madrid: Pirámi- Hudson, J. L. (2005). Mechanisms
232. de. of change in cognitive be-
Davis, T. E., & Ollendick, T. H. García-Fernández, J. M., Inglés, C. havioral therapy for anxious
(2005). Empirically supported J., Martínez-Monteagudo, M. youth. Clinical Psychology:
treatments for specific phobia C., Marzo, J. C., & Estévez, E. Science and Practice, 12, 161-
children: Do efficacious treat- (2011). Inventario de Ansiedad 165.
ments address the components Escolar: validación en una Hugdahl, K. (1981). The three-
of a phobic response? Clinical muestra de estudiantes de edu- systems model of fear and
Psychology: Science and Prac- cación secundaria. Psicothema, emotion. A critical examina-
tice, 12, 144-160. 23, 301-307. tion. Behaviour Research and
Espada-Largo, F. J., & Cano- Gil-Andino, A., & Cano-Vindel, A. Therapy, 19, 75-85.
Vindel, A. (1999). Trastornos (2001). Aplicación de técnicas Hunsley, J., & Mash, E. J. (2005).
de ansiedad y trastorno depre- cognitivo-conductuales en un Introduction to the special sec-
sivo: diferencias en las mani- caso de ansiedad generalizada. tion on developing guidelines
festaciones de síntomas ansio- Psicologia.com [On line], 5, for the evidence - based as-
sos y depresivos. Psicología Disponible en sessment (EBA) of adult disor-
Contemporánea, 6, 30-35. www.psiquiatria.com/psicologi ders. Psychological Assess-
Espada-Largo, F. J., García, A., a/revista/62/2255/?++interactiv ment, 17, 251-255.
Cano-Vindel, A., Ochoa, E. F o. Jacob, R. G., & Rapport, M. D.
.L., & Uncal, J. M. (1992, Ju- Grey, S., Sartory, G., & Rachman, (1984). Panic disorder: Medi-
lio). Estudio de perfiles dife- S. (1979). Synchronous and cal and psychological parame-
renciales de ansiedad en suje- desynchronous changes during ters. En S. M. Turner (Ed.),
tos diagnosticados de agorafo- fear reduction. Behaviour Re- Behavioral theories and treat-
bia y ansiedad generalizada. search and Therapy, 17, 137- ment of anxiety (pp. 187-237).
Congreso Iberoamericano de 147. Nueva York: Plenum.
Psicología. Madrid. Gross, J. J. (1998). Antecedent- Jiménez, G. I., & Miguel-Tobal, J.
EspadaF. J., Torres, P., Cano- and response-focused emotion J. (2003). El cuestionario tri-
Vindel, A., & Ochoa, E. F. L. regulation: Divergent conse- dimensional para la depresión
(1994). Evaluación de trastor- quences for experience, ex- (CTD): un nuevo instrumento
nos de ansiedad: diferenciación pression, and physiology. para medir la triste-
en los tres sistemas de respues- Journal of Personality and So- za/depresión. Ansiedad y Es-
ta y áreas situacionales. Clínica cial Psychology, 74, 224-237. trés, 9, 17-34.
y Salud, 5, 209-217. Hayg, T., Brenne, L., Johsen, B. Johnston, C., & Murray, C. (2003).
Eysenck, H. J. (1976). The learning H., Bemtzen, D., Gotestam, K. Incremental validity in the psy-
theory model of neurosis: A G., & Hugdahl, K. (1987). A chological assessment of chil-
new approach. Behavior Re- three-systems analysis of fear dren and adolescents. Psycho-
search and Therapy, 14, 251- of flying: A comparison of a logical Assessment, 15, 496-
267. consonant VS. a non-consonant 507.
Fernández-Ballesteros, R. (1992). treatment method. Behaviour Koskal, F., & Power, K. G. (1990).
Introducción a la evaluación Research and Therapy, 25, Four Systems Anxiety Ques-
psicológica I. Madrid: Pirámi- 187-194. tionnaire (FSQA): A self-
de. Haynes, S., & Wilson, C. (1979). report measure of somatic,
Fernández-Ballesteros, R. (1994). Behavioral assessment. San cognitive, behavioural, and
El proceso en evaluación con- Francisco: Jossey Bass. feeling components. Journal of
ductual. En R. Fernández- Herrero, V., & Cano-Vindel, A. Personality Assessment, 54,
Ballesteros (Ed.), Evaluación (2010). Un caso de trastorno 534-545.
conductual hoy. Un enfoque adaptativo con ansiedad: eva- Lang, P. J. (1968). Fear reduction
para el cambio en psicología luación, tratamiento y segui- and fear behavior: Problems in
clínica y de la salud (pp. 111- miento. Anuario de Psicología treating a construct. En J. U. H.
158). Madrid: Pirámide. Clínica y de la Salud, 6, 53-59. Shilen (Ed.), Research in
Fernández-Ballesteros, R. (2004). Hodgson, R., & Rachman, S. psychotherapy, (Vol. 3, pp. 90-
Los autoinformes. En R. Fer- (1974). Desynchrony in 102). Washington: American
nández-Ballesteros (Ed.), Eva- measures of fear. Behaviour Psychological Association.
luación psicológica: Concep- Research and Therapy, 12, Lang, P. J., Melaned, B. G., &
tos, métodos y estudio de casos 319-326. Hart, J. (1970). A psychophys-
iological analysis of fear modi-
218 M.C. Martínez-Monteagudo, C.J. Inglés, A. Cano-Vindel y J.M. García-Fernández

fication using and automated Journal of Anxiety Disorders, ed.). Madrid: TEA (1a. ed.
desensitizacion procedure. 17, 335-347. 1986).
Journal of Abnormal Psychol- Méndez, F. X., Olivares, J., & Miller, G. A., & Kozak, M. J.
ogy, 76, 220-234. Bermejo, R. M. (2001). Carac- (1993). Three-systems assess-
Lawyer, S. R. & Smitherman, T. A. terísticas clínicas y tratamien- ment and the construct emo-
(2004). Trends in anxiety tos de los miedos, fobias y an- tion. En N. Birbaumer & A.
assessment. Journal of Psy- siedades específicas. En V. E. Ohman (Eds.), The structure of
chopathology and Behavioral Caballo & M. A. Simón emotion: Psychophysiological,
Assessment, 26, 101-106. (Dirs.), Psicología clínica in- cognitive, and clinical aspects
Leal, L., & Cano-Vindel, A. fantil y del adolescente: Tras- (pp. 31-47). Gottingen:
(2008). Tratamiento del tras- tornos específicos (pp. 93- Hogrefe & Huber.
torno obsesivo-compulsivo 120). Madrid: Pirámide. Mühlberger, A., Sperber, M., Wie-
desde las nuevas perspectivas Michelson, L. (1987). Cognitive- ser, M. J., & Pauli, P. (2008).
cognitivas. Estudio de un caso. behavioral assessment and A Virtual Reality Behavior
Ansiedad y Estrés, 14, 321- treatment of agoraphobia. En Avoidance Test (VR-BAT) for
339. L. Michelson & L. M. Ascher the assessment of spider pho-
Lewis, L. E., & Drewett, R. F. (Eds.), Anxiety and stress dis- bia. Journal of CyberTherapy
(2006). Psychophysiolocial orders. Nueva York: Guilford. and Rehabilitation, 1, 147-157.
correlates of anxiety: A single- Miguel-Tobal, J. J. (1985). Evalua- Muris, P. (2005). Treatment of spe-
case study. Journal of Anxiety ción de respuestas cognitivas, cific phobia in children: Are all
Disorders, 20, 829-835. fisiológicas y motoras de an- the components of the phobic
Longley, S. L., Watson, D., & siedad. Tesis Doctoral. Ma- response of equal importance?
Noyes, R. Jr. (2005). Assess- drid: Universidad Compluten- Clinical Psychology: Science
ment of the hypochondriasis se. and Practice, 12, 170-173.
domain: The Multidimensional Miguel-Tobal, J. J. (1993). Cues- Ollendick, T., Allen, B., Benoit, K.,
Inventory of Hypochondriacal tionarios, inventarios y escalas. & Cowart, M. (2011). The tri-
Traits (MIHT). Psychological En F. J. Labrador, J. A. Cruza- partite model of fear in chil-
Asessment, 17, 3-14. do & M. Muñoz (Eds.), Ma- dren with specific phobias: As-
Martínez-Martínez, R., Sánchez- nual de técnicas de modifica- sessing concordance and dis-
Hernández, O., García- ción y terapia de conducta (pp. cordance using the behavioral
Fernández, J. M. & Méndez, F. 151-180). Madrid: Pirámide. approach test. Behaviour Re-
X. (2010, Septiembre). El Miguel-Tobal, J. J. (1994, Julio). search and Therapy, 49, 459-
cuestionario de ansiedad por Emotional factors in hyperten- 465.
separación en la infancia: fiabi- sion and myocardial infarction. Öst, L. G., Jerremalm, A., & Jans-
lidad y validez. VIII Congreso 15th International Conference son, L. (1984). Individual re-
Internacional de la Sociedad of the Stress and Anxiety Re- sponse patterns and the effects
Española para el Estudio de la search Society. Madrid. of different behavioral methods
Ansiedad y el Estrés. Valencia. Miguel-Tobal, J. J., & Cano- in the treatment of agorapho-
McCann, B. S., Woolfolk, R. L., & Vindel, A. (1990). Progresos bia. Behaviour Research and
Lehrer, P. M. (1987). Specifici- en el tratamiento de la ansie- Therapy, 22, 697-707.
ty in response to treatment: A dad. Adecuación de las técni- Rachman, S. (1974). The meanings
study of interpersonal anxiety. cas terapéuticas a las caracte- of fear. Harmondsworth, Ingla-
Behaviour Research and The- rísticas individuales. En C.O.P. terra: Penguin.
rapy, 25, 129-136. (Ed.), Psicología y Salud: Psi- Rachman, S. (1976). The passing
McCracken, L. M., Zayfert, C., & cología de la Salud (pp. 270- of the two-stage theory of fear
Gross, R. T. (1992). The Pain 274). Madrid: Colegio Oficial and avoidance: Fresh possibili-
Anxiety Symptoms Scale: De- de Psicólogos (COP). ties. Behaviour Research and
velopment and validation of a Miguel-Tobal, J. J., & Cano- Therapy, 14, 125-131.
scale to measure fear of pain. Vindel, A. (1995). Perfiles di- Rachman, S. (1977). The condi-
Pain, 50, 67-73. ferenciales de los trastornos de tioning theory of fear-
McGlynn, F. D., Karg, R. S., & ansiedad. Ansiedad y Estrés, 1, acquisition: A critical examina-
Lawyer, S. R. (2003). Toward 37-60. tion. Behaviour Research and
research on claustrophobic Miguel Tobal, J. J., & Cano Vin- Therapy, 15, 375-389.
fear, arousal, and avoidance us- del, A. (2002). Inventario de Rachman, S., & Hodgson, R.
ing mock diagnostic imaging. situaciones y respuestas de an- (1974). Synchrony and desyn-
siedad (ISRA): Manual (5a. chrony in fear and avoidance.
Estado actual de la investigación sobre la teoría tridimensional de la ansiedad de Lang 219

Behaviour Research and The- San Antonio: Psychological cuestionario CAEX. Anales de
rapy, 12, 311-318. Corporation. Psicología, 15, 223-231.
Ramos, J. & Cano-Vindel, A. Silverman, W. K., & Ollendick, T. Vermilyea, J. A., Boice, R., & Bar-
(2008). Tratamiento cognitivo- H. (2005). Evidence-based low, D. H. (1984). Rachman
conductual de un caso de tras- assessment of anxiety and its and Hodgson (1974) a decade
torno por ansiedad generaliza- disorders in children and later: How do desynchronous
da: el componente metacogni- adolescents. Journal of Clini- response systems relate to the
tivo. Ansiedad y Estrés, 14, cal Child and Adolescent treatment of agoraphobia? Be-
305-319. Psychology, 34, 380-411. haviour Research and Therapy,
Rodríguez-López, J. A., González- Solano, N., & Cano-Vindel, A. 22, 615-621.
Ordi, H., Cano-Vindel, A., & (2010). Imagen: evaluación de Vidal, J., Ramos-Cejudo, J., & Ca-
Iruarrizaga-Díez, I. (2007). la insatisfacción de la imagen no-Vindel, A. (2008). Perspec-
Ansiedad en drogodependien- corporal. Madrid: TEA. tivas cognitivas en el trata-
tes: diferencias existentes en Spence, S. H. (1998). A measure of miento de la fobia social: estu-
función del programa de trata- anxiety symptoms among chil- dio de un caso clínico. An-
miento. Ansiedad y Estrés, 13, dren. Behaviour Research and siedad y Estrés,14, 289-303.
241-252. Therapy, 36, 545-566. Wilhem, F., & Roth, W. (2001).
Sartory, G., Rachman, S., & Grey, Starcevic, V. (2005). Anxiety dis- The somatic symptom paradox
S. (1977). An investigation of orders in adults: A clinical in DSM-IV anxiety disorders:
the relation between reported guide. Nueva York: Oxford Suggestions for a clinical focus
fear and heart rate. Behaviour University Press. in psychophysiology. Biologi-
Research and Therapy, 15, Sturgis, E. T., & Scott, R. (1984). cal Psychology, 57, 105-140.
435-438. Simple phobia. En S. M. Wolpe, J. (1977). Inadequate be-
Schwartz, G. E. (1977). Biofeed- Turner (Ed.), Behavioral theo- havior analysis: The Achilles
back and patterning of auto- ries and treatment of anxiety heel of outcome research in
nomic and central processes. (pp. 91-141). Nueva York: behavior therapy. Journal of
Nueva York: Academic Press. Plenum. Behavior Therapy and Experi-
Silverman, W. K., & Albano, A. Valero, L. (1999). Evaluación de mental Psychiatry, 8, 1-3.
M. (1997). ADIS for DSM-IV: ansiedad ante exámenes: Datos
Child and Parent Versions. de aplicación y fiabilidad de un

Potrebbero piacerti anche