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Criaturas de Caragabí.

“La selva y el río son su hábitat, en ellos nacen, crecen y mueren. Sus antepasados lo hicieron y ellos
lo hacen: Son los cazadores de la selva enmarañada y los navegantes de los tres grandes ríos (…)”
(Pineda & Gutiérrez, 1999:47)

Al hablar de etnografía clásica en Colombia no se puede pasar por alto a Roberto Pineda
Giraldo uno de los pioneros en el campo. Estudió Antropología en la Escuela Normal Superior
de Ciencias Sociales y Económicas. La persona que mayor influencia ejerció en la vida de
Pineda fue su esposa, Virginia Gutiérrez, con quien realizó investigaciones en la Guajira, el
Opón (Santander) y el Chocó, en este último lugar transcurre la vida de las Criaturas de
Caragabí. Indios chocoes: emberaes, catíos, chamíes y noanamaes. Las exploraciones en estas
selvas fueron realizadas en 1949 y 1950, pero la primera edición del libro completo fue
publicada hasta 1999. (Echeverry, s.f)

Antes de entrar en materia es pertinente aclarar que a pesar de la explícita distinción de los
cuatro subgrupos que habitan en el Chocó el presente texto no abordará de manera puntual las
variaciones que se presentan entre los relatos (1) y la vida de cada uno en virtud de que no
generan mayor problema a la hora de caracterizar la cultura de los chocoes.

De la mano con la vida cotidiana de estas comunidades están sus creencias, las cuales
determinan ciertas posturas y formas de ver el mundo y se encuentran recopiladas en sus mitos.
Gran parte de la mitología ha sido modificada como consecuencia del contacto interétnico,
predominando las articulaciones con historias provenientes del catolicismo. Existen varios
ejemplos de estas fusiones siendo destacable el mito de la creación.

Cuentan los chocoes que el mundo ya existía, pero todo lo que habita hoy dentro de él es obra
de Caragabí, dios creador nacido del salivazo de uno de sus antepasados. Primero fueron los
animales y plantas, después el fuego y el agua, finalmente el hombre, quien fue creado tres
veces.

En una primera ocasión se dio origen a los indios primitivos o Burmías quienes tras cometer
antropofagia (2) fueron castigados y desaparecieron. De la segunda creación resultaron los
Carautas, convertidos en animales por cometer incesto. El indio actual es producto de una
lucha entre Tutruicá, el dios de abajo, y Caragabí que tenía como fin determinar cuál de los dos
era más poderoso; fue fabricado con barro y, como consuelo por su mortalidad, Caragabí
declaró después de la muerte recogería las almas de sus criaturas para llevarlas al cielo. Así
“Caragabí sin dejar de ser el dios de los indios, es a la vez el dios de los cristianos” (Pineda
& Gutierrez, 1999:349)

Existen seres que actúan como intermediarios de los espíritus de la enfermedad y la muerte,
ellos son los jaibanes. Su poder no alcanza el dominio de la naturaleza, tampoco puede
intervenir en actividades comunes, se limita a la realización de ritos a un solo individuo. Sus
conocimientos aumentan con los años y los viajes. Cabe aclarar que no tienen carácter de
sacerdotes pues carecen de representaciones de divinidades y lugares especiales para el culto.

La densa selva húmeda tropical y la época colonial hicieron que, como estrategia para la
supervivencia, las comunidades de indios chocoes mantuvieran una vida seminómada y
aislada. La mayoría de actividades las realizan en familia (de carácter patrilineal), la cual se
presenta como una unidad social y económica con estatus y roles bien definidos cuya
estabilidad y permanencia constituye un elemento clave para garantizar el futuro de la etnia. A
pesar de esto las uniones matrimoniales son muy inestables, algunas parejas contraen
matrimonio por medio del rito católico pues consideran que así garantizan la fidelidad. Vale
mencionar que la poligamia es únicamente aceptada en el caso masculino.

A pesar de la ausencia de prácticas anticonceptivas y abortivas se presentan altos índices de


mortalidad infantil que tienen cuya principal causa son los malos partos. Como pauta cultural
las mujeres dan a luz en soledad o, en el mejor de los casos, en compañía de una partera. Tras
el nacimiento la nueva madre lleva una dieta específica y sufre un proceso temporal de
segregación.

En torno al infante se realizan diversas prácticas mágicas con el objetivo de lograr el tipo ideal
de la cultura. En el caso del niño se espera que sea buen agricultor, cazador y pescador, para
ello se le instruye en cuestiones básicas de estas actividades, proceso mediante el cual adquiere
mayor libertad e independencia, y su inserción total sólo se dará con la horadación de las
orejas. La niña aprende imitando a su madre y de ella se espera una ejemplar artesana, cestera y
esposa.

La asignación del nombre se establece mediante la relación con un objeto o animal, en


apariencia parecido, por una cualidad especial o característica física. Para ello puede o no
realizarse la ceremonia del bautizo la cual es presidida por un jaibaná o por un sacerdote
católico.

El paso a la adolescencia tiene una mayor visibilizarían en las niñas. Está marcado por la
menarquía, lo que indica que la joven ya está biológicamente lista para ser madre. Durante el
sangrado se considera peligrosa, razón por la cual es aislada temporalmente en un cuarto
construido a una distancia prudente del bohío. Posterior a esto se realiza la fiesta de iniciación
que marca el cambio social de niña a mujer. Por lo general, esa misma noche la joven duerme
con el hombre que sus padres han elegido como su esposo. Anterior al matrimonio existe una
época de prueba en la cual cuál la mujer y el hombre se deben esforzar por mostrar sus
habilidades.

Volviendo a la familia chocó es importante mencionar que tiene un nivel de vida de


subsistencia y sus principales bases productivas son la agricultura, recolección, caza, pesca,
transporte y comercio. De las tres primeras, los chocoes obtienen de la agricultura, caza y
pesca los productos necesarios para su base alimentaria. Además estas tres actividades están
cargadas de creencias mágicas donde se visibiliza la interacción entre los habitantes del mundo
de los chocoes, el de arriba y el de abajo, a partir de las cuales se explica el origen de algunos
alimentos y animales y se prohíbe el consumo de productos que se considera podrían acarrear
males para la comunidad.

Los cultivos tradicionales son los de maíz y plátano. La agricultura consiste en una actividad
comunal, cuya principal técnica es la roza, que conlleva a la reciprocidad entre vecinos y
presenta una división fisiológica del trabajo. Por su parte, existen dos prácticas relacionadas
con los animales: la caza, para la cual utilizan básicamente dos venenos uno de tipo vegetal,
extraído del árbol Paturú warra, y otro de tipo animal, proveniente de la rana amarilla; y la
domesticación, práctica poscolonial destinada principalmente al comercio.

Por otro lado, la cerámica y cestería son actividades femeninas, útiles para el acarreo,
transporte y almacenamiento, y aunque su fin ultimo la venta, ante la escasez alimentaria, se
presentan como recurso para poder adquirir productos como café, chocolate, carne y sal. Es
importante mencionar que en lo que respecta a relaciones comerciales, el indio chocó se ha
visto perjudicado debido a su desconocimiento de los valores monetarios.

Otro aspecto a resaltar en la vida de los individuos es su apariencia. Por tradición los hombres
sueles llevar guayuco y las mujeres una tela atada a su cintura pero con la intensificación del
contacto con los blancos, han adoptado prendas como la ruana y el sombrero. Se pintan el
cuerpo de color rojo y negro, teniendo infinidad de diseños. Los adornos son utilizados
especialmente por jóvenes pues se presentan como una herramienta para llamar la atención de
mujeres.

Debido la amplitud y densidad del terreno tienden a ubicar bohíos a la orilla de los, únicas vías
que hacen posible la comunicación entre regiones. Como tendencia general en un bohío viven
tres generaciones entre ascendientes y descendientes, no se abandona nunca, lo reparan o en
caso de mudanza, lo regalan. Existen otras viviendas de carácter temporal que se presentan
como lugares propicios para temporadas de caza, pesca o eventuales viajes.

Uno de los viajes más importantes se realiza en Semana Santa hace Quibdó para la fiesta del
indio o quema del judío. En esta celebración, blancos y negros, a quienes denominan libres,
son espectadores mientras los indios hacen una procesión durante la cual bailan y que culmina
con un banquete. Es importante resaltar que esta ocasión se presenta propicia para actividades
comerciales intergrupales y el establecimiento de compromisos matrimoniales.

La relación de los chocoes con los libres está fuertemente condicionada por el orden colonial:
consideran que el negro tiene una sangre diferente y le temen al blanco. El contacto interétnico
ha implantado en el indio la visión de sí mismo como un individuo irracional y salvaje, razón
por la cual no se identifica con la categoría de colombiano pues a este se le considera racional
y civilizado. Esta relación ha generado también un fuerte proceso de aculturación ante la
exposición a tecnologías y valores que se presentan como atractivos.

Ante esta situación, al interior de las comunidades, se ha generado una resistencia con el
objetivo de conservar la cultura material y espiritual a pesar de cambios en las técnicas,
herramientas y vestidos. Es importante entender que las estas comunidades están situadas en el
presente y no se les puede negar la posibilidad de adoptar elementos que facilitan y mejoran
sus condiciones de vida bajo la falsa creencia de que por ello pierden su cultura, dejan de ser
indígenas. Hay que recordar que la cultura no es, como lo indican Pineda y Gutiérrez, una
repisa con elementos estáticos, sino un producto de relaciones y dinámicas que se dan a nivel
externo e interno del grupo.

Notas.

1
Roberto Pineda y Virginia Gutierrez nutren la narración con relatos recogidos por la madre Laura,
Nordeskiöld, Fray Severino de Santa Teresa, entre otros, que permiten al lector ver de manera puntual
las variaciones que se presentan entre una comunidad y otra, así como la manera en que han cambiado
con el tiempo.

2
La antropofagia y el incesto son consideradas acciones que acarrean males sociales, es la noción más
cercana a la idea de pecado

Lista de referencias.

Pineda, R., & Gutierrez, V. (1999). Criaturas de Cragabí. Indios chocoes: Emberaes, catíos, chamíes y
noanamaes. Medellín: Ed. Universidad de Antioquia.

Echeverry, L. (s.f.). Homenaje a Roberto Pineda Giraldo. Revisado el 19 de octubre del 2014, en:
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-75502008000200015

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