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En la primera etapa en la década de los 80, no había una normativa que regulara a
todos los organismos del sector público, sin embargo, tenia sus propios reglamentos de
adquisiciones, en la 2da etapa de los 80 entra en vigencia la constitución de 1979 - Art
143, la obligación del Estado de realizar la contratación de servicios, obras y
suministros mediante los procedimientos administrativos de licitación y concurso
público con el fin de garantizar la eficiencia y transparencia de los recursos públicos,
también existía el reglamento único de licitaciones y contratos de obras públicas y el
reglamento único de adquisiciones para la adquisición de bienes, servicios y
suministros, ley para la contratación de actividades de consultoría y su reglamento
general; en la 3era etapa evoluciona el régimen de la contratación de la administración
pública en la década de los 90, ya que ante una iniciativa de libre mercado se transfirió
al sector privado la producción de bienes y la prestación de servicios los cuales eran
gestionados por el Estado ante el proceso de privatización de la propiedad de
empresas públicas y se otorga las concesiones a empresas privadas para la prestación
de actividades de servicios públicos y explotación de obras públicas de infraestructura
transporte. Finalmente se modernizo el régimen legal de los contratos de concesión, se
amplió y perfecciono el régimen denominado contratos leyes.
CONCLUSIÓN
Es importante recordar que el régimen de los contratos – ley establece como regla
general que las controversias que se presenten con relación al cumplimiento de los
citados contratos, o su interpretación, ejecución o invalidez, serán resueltos mediante
arbitraje de derecho.
La razón por la que las concesiones son necesarias es que el político es proclive:
construye una carretera para beneficio de las generaciones presentes y futuras; pero,
pasada la inauguración, pierde interés en asignarle recursos presupuestales para el
mantenimiento. Hay una inconsistencia entre sus prioridades en distintos momentos
del tiempo. Al concesionario, en cambio, se le puede obligar contractualmente a
mantener la carretera en buenas condiciones.