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María Epele1
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Antropóloga, doctora RESUMEN Las etnografías sobre problemas de salud en poblaciones que viven bajo
en Ciencias Naturales.
Investigadora principal,
condiciones de desigualdad, pobreza y segregación han proliferado en Sudamérica du-
Consejo Nacional de rante las últimas décadas. El objetivo de este trabajo consiste en problematizar, de forma
Investigaciones Científicas preliminar, ciertos patrones en las relaciones y posiciones de los etnógrafos respecto de
y Técnicas (CONICET).
Profesora, Universidad de los sujetos y de las poblaciones, tanto en el trabajo de campo como en la escritura de
Buenos Aires, Argentina. los resultados. Analizando dichas posiciones, este artículo examina su relación con las
*
orientaciones teóricas dominantes en la región. Además, explora, brevemente, los po-
deres de resolución, las sensibilidades, los mapas teóricos y de los sentidos de algunas
posiciones a la luz de los desafíos de las lógicas de poder, las economías simbólicas y
las diversas variantes de acumulación por desposesión dominantes en esta geográfica.
PALABRAS CLAVES Etnografías; Relaciones Investigador-Sujeto; América del Sur.
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los etnógrafos, sino con su propio nosotros locales e internacionales y crisis económicas
y otredades, se vincula con las condiciones y políticas).
de acceso tanto al conocimiento de los otros El repertorio de posiciones etnográficas
modos de vida y mundos vividos como incluye: hablar por otrxs; traducir las rea-
también, y principalmente, con la emergencia lidades de otrxs en términos propios; decir
de las voces nativas, sus modos de existencia y escribir lo que otrxs no pueden ver y
y su radical diversidad. Los vínculos entre decir –como si hubiera un lugar de transpa-
las posiciones y las voces de otros, en otros rencia, libre de ilusión y error–; desvalorizar
modos de ser y vivir, se corporizan en los y silenciar los saberes y prácticas locales y
modos de escuchar, observar, entender y subalternas del sur global a través de la colo-
también regular, en el trabajo de campo y en nialidad de los modelos occidentales; revisar
la escritura, los estatutos de verdad y legiti- las bases epistémico-políticas de la autoridad
midad de las palabras, acciones, modos de sobre el decir etnográfico acerca del sufri-
vida y sentidos de las propias poblaciones. miento de otrxs; sustituir por modelos ciertos
Tanto en la descripción en detalle como y correctos modos de des-conocer o de mal-
en su problematización teórica, el tema entender las realidades vividas por determi-
del posicionamiento queda en evidencia a nadas poblaciones; darle y delegarle estatuto
simple vista en la escritura etnográfica, es- ontológico a lxs otrxs y a realidades-otras;
pecíficamente, a través de ciertas ecuaciones hablar y escribir como autorxs en contextos
gramaticales con diferente nivel de explici- dialógicos o colectivos de producción del co-
tación y análisis. Estas fórmulas de escritura nocimiento con otrxs, entre las principales.
se expresan en los modos en que se teorizan Aunque en este trabajo el análisis de
y se escriben ciertas pre-posiciones: de, ciertas posiciones dominantes se estructura
sobre, con, en (representación o en lugar de), en términos de ecuaciones teóricas categori-
por (los otros), entre las principales. Hablar zadas en las nociones de giro, no existe una
de pre-posiciones en este trabajo refiere, en- correspondencia necesaria vis a vis entre
tonces, a dos sentidos interconectados: a) la ambas. Es decir, las posiciones presentan va-
aproximación teórico-metodológica previa, o riaciones dentro de una misma orientación
sea, orientaciones ya disponibles, predeter- teórica y se da el caso de posiciones domi-
minadas y atravesadas por la certidumbre; b) nantes dentro de diferentes perspectivas y
las preposiciones en sentido literal, es decir, genealogías teóricas, que se asemejan entre
como un articulador gramatical. sí. A su vez, esta posicionalidad se expresa
La existencia de un repertorio de posi- en fórmulas teórico-literarias, en las que estas
ciones ya disponibles, y que cuentan con di- posiciones adquieren consistencia, materia-
versos grados de flexibilidad y posibilidad de lidad, coherencia y, generalmente, se con-
transformación en el tiempo, se hace visible gelan en la escritura etnográfica, que resta
por medio de la revisión crítica del trabajo niveles de realidad, incertidumbre e indeter-
de campo, la reflexividad metodológica, la minación a los propios sujetos colectivos e
reflexión teórica y la recursividad de las et- individuales sobre los que se habla y sobre
nografías y de los discursos en los modos do- los que se escribe. Sin embargo, el análisis
minantes de inteligibilidad en las etnografías de los posicionamientos abre la posibilidad
contemporáneas. Además, la confrontación de registrar y analizar lógicas de poder, eco-
con esta heterogeneidad se hace ineludible nomías simbólicas y posibles transforma-
en determinados eventos y períodos histó- ciones y múltiples devenires de unxs y otrxs,
ricos en los que el trabajo etnográfico tiene de etnógrafxs con respecto a otrxs y de lxs na-
lugar (montaje del aparato colonial, desco- tivxs, dirigidos hacia sus propias otredades,
lonización, guerras, movimientos sociales que no siempre se corresponden o están en
y políticos de resistencia, rápidas modifi- diálogo con el nosotrxs de lxs propixs etnó-
caciones en los procesos de acumulación, grafxs (devenir de otrxs en ellxs; de otrxs en
(re)distribución y desposesión, migraciones nosotrxs; de otrxs en otrxs para ellxs; de ellxs
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caso más representativo de este modelo de todavía– con el dualismo entre biología
intervención ha sido la tuberculosis en pobla- universal de la enfermedad y explicaciones
ciones indígenas(24). nativas de las dolencias particulares. De
De acuerdo a Good(24), los otros, los su- acuerdo a esta perspectiva, los otros, los na-
jetos colectivos e individuales, blanco de tivos, aunque alejados de los cánones cientí-
estas intervenciones, se corresponden o se ficos, tienen prácticas que se corresponden
ajustan a las coordenadas del utilitarismo con ciertas racionalidades, lógicas e incluso
subjetivista. Desde esta perspectiva, los otros saberes empíricos rubricados como etno-
son modelizados en términos del homo eco- medicina. Traduciendo las desigualdades y
nomicus occidental, es decir, sujetos que diversidades extranjeras en dualismos fami-
deberían buscar voluntaria y racionalmente liares, desde los otros –aunque con cierto
maximizar la ganancia, en este caso, en tér- déficit o falla en el saber– en un nosotros, los
minos de salud. Siguiendo estas coordenadas, etnógrafos no solo quedan posicionados en
los actores que disponen de la “información una suerte de árbitros que delegan y otorgan
cierta”, deberían calcular –y cuantificar– diferentes niveles de legitimidad, raciona-
costos y beneficios de cada una de las op- lidad y estatutos de verdad a los diferentes
ciones. Este modelo tiene una concepción de saberes y prácticas nativas, sino que también
cultura simplista y estrecha: un conjunto de incluyen un repertorio de miradas sobre y
creencias individualistas, utilitarias y raciona- de otros, desde romantizadas a normativas,
listas, que son la respuesta adaptativa a estos que hacen de la predicación, evaluación ca-
problemas. lificadora de sus creencias, saberes, prácticas
El desarrollo de estas intervenciones que y eficacias, su principal actividad modelada
reproducen el modelo lineal conocimiento-in- con relación a la antropología de la salud.
formación-acciones-bienestar-salud si bien fue La garantía –y legitimidad– de este arbi-
cuestionado desde las perspectivas teóricas, traje etnográfico, que se esconde a través del
ideológicas y metodológicas, ha conformado velo especular que traduce los saberes y los
una orientación de bajo costo y a corto plazo otros en términos familiares, viene dada en
que, eludiendo las condiciones estructurales la implícita universalidad transcultural de la
económicas, políticas y sociales, ha pro- biología científica, patrimonio alineado con
ducido –incluso hasta hoy en día– un nuevo la ciencia occidental, aunque compartida
repertorio de problemas mal formulados, que por la humanidad. Esta es la clave de lectura,
terminan concentrando la atención y la inves- que tiene anclaje en cierta realidad y verdad,
tigación en salud sobre ciertas temáticas. cuyo desconocimiento por parte de otras so-
El fracaso sistemático de estas interven- ciedades la ubica en el desnivel-otro, que ha-
ciones, basadas en la transformación de las bilita la predicación objetivante de “ellos” y
creencias en conocimientos en los otros, de sus “otras-medicinas”.
produjo la demanda e integración de los antro-
pólogos en la mejora de ellas. De este modo,
y bajo estas demandas –primero puntuales y El giro económico-político
luego sistemáticas a partir de la posguerra–,
se desarrolla la antropología médica estadou- Otras de las aproximaciones dominantes
nidense como disciplina contemporánea con sobre los problemas de salud de los países
anclaje en Latinoamérica. Estas perspectivas y regiones de América del Sur son aquellas
aportan bases empíricas para esclarecer los sa- elaboradas en el marco de la economía-po-
beres nativos, categorizados como creencias lítica en sus diferentes versiones (marxista,
culturales tradicionales. Por lo tanto, la antro- postmarxista, gramsciana, teoría de la de-
pología médica se consolida cuestionando el pendencia, sistema mundial)(10,25,26,27,28). Los
modelo de salud pública y de intervención procesos históricos, coloniales, políticos y
internacional, a través de las nociones re- económicos del capitalismo contemporáneo
novadas de cultura, aunque –continuando dan forma a los patrones de las relaciones,
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procesos en los que participan y que los sociedades occidentales, el análisis ontológico
oprimen, las posiciones etnográficas ingresan revisa los modos de lectura de los objetos de
y reproducen este patrón de conocimiento. estudio etnográficos (cultura, cosmologías,
Desde esta perspectiva, de algún modo, las etc.) y sus modos de traducción en otros len-
experiencias y categorizaciones nativas del guajes (relaciones de producción, desigualdad
sufrimiento y los malestares se ven compro- de poder, etc.).
metidas por estos procesos del des-conocer El perspectivismo incluye una formación
y mal-entender que enturbian y hacen, de híbrida, resultado del proceso recursivo de
algún modo, necesaria la presencia de otros, la orientación etnoantropológica occidental
en este caso, los etnógrafos, para develarlos. y de las orientaciones amerindias. Propone
Respecto a la escritura, las pre-posiciones se la noción de equivocación controlada como
focalizan en aquellas como sobre y de, que aquella aproximación del perspectivismo que
predican sobre otras prácticas y saberes, y es- supone una epistemología constante, y una
tablecen así una distancia entre los resultados ontología variable. Por esta razón, la versión
de la observación participante y aquellas des- de la traducción que adquiere relevancia
cripciones, narrativas y perspectivas de los busca evitar poner atención en aquellos ho-
propios actores sociales, siempre teñidas y mónimos que no refieren a las mismas cosas.
desfiguradas por los procesos que el anda- En lugar de hablar de error en los modos
miaje teórico hace inteligibles. de ver similares cosas diferentes, Viveiros
Uno de los casos paradigmáticos de esta habla de equivocación, que es susceptible
perspectiva es el sufrimiento asociado a la(s) de ser controlada con las coordenadas del
violencia(s)(38). perspectivismo.
Por lo tanto, el vínculo entre el etnógrafo
y las poblaciones está atravesado por un des-
El giro ontológico encuentro, ya que los otros, la otredad de los
nativos, no se corresponde ni con los etnó-
Al confrontar la orientación epistémico- grafos ni con las otredades de estos últimos. La
política, como una salida paternalista y economía simbólica del perspectivismo pone
narcisista, es decir, más centrada en los antro- a los otros antes que el yo, y en la traducción
pólogos que en los sujetos y sociedades con debe primar el pensamiento de los otros
los que se trabaja, el giro ontológico sostiene sobre el nuestro. Lejos de ser un problema
que las antropologías son versiones de las comunicacional empírico y contingente, para
prácticas y saberes indígenas. Siguiendo otras Viveiros la equivocidad es una categoría inhe-
tradiciones antropológicas, específicamente, rente al proyecto antropológico de traducción
el (pos)estructuralismo francés deleuziano, cultural, que hace de los malentendidos su
la antropología británica y los estudios ame- contenido central. El giro ontológico supone
rindios en Brasil, el perspectivismo obliga a una visión de la política como inherente a la
orientarse hacia la determinación ontológica descolonización del pensamiento, a los “fu-
de la alteridad del otro: la autodeterminación turos virtuales que podrían ser”(41).
ontológica del otro(39,40,41). Además, con el fin de romper los dua-
La delegación ontológica, es decir, ubicar lismos, el perspectivismo asume un reper-
en los otros la fuente y agencia de las repre- torio complejo de transformaciones y de
sentaciones y definir la autodeterminación traducciones. Por un lado, el perspectivismo
ontológica del otro, ha dejado abandonada interespecífico, que multiplica los puntos
la crítica de la autoridad etnográfica. Las di- de vista y, por el otro, el multinaturalismo,
visiones epistemológicas se convierten en on- en el que se diversifican las naturalezas y
tológicas, las fronteras se convierten en más no las culturas. Estas otras ontologías –en el
permeables y se multiplican las transiciones caso que nos ocupa, la amerindia– no solo
entre mundos. Basados en ciertos y particu- difieren de la occidental, sino que, dentro
lares otros, relativamente sin contacto con las de ellas, el Otro del otro no se corresponde
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En el sur global, las teorías y la inteligi- Del mismo modo, la perspectiva inter-
bilidad son parte intrínseca de la vida coti- cultural clásica, con relación a la salud, in-
diana. Teorizar participa, entonces, en los cluye una estructuración dialógica que, en
modos de vivir y de sobrevivir por parte de ocasiones, reproduce un conjunto de dua-
las poblaciones de estas regiones. Al incluir, lismos: biomedicina y saberes tradicionales
generalmente, la noción de hegemonía –y con- locales, occidentales y nativos, etc. También
trahegemonía– la diversidad de orientaciones ubicaban estas otras medicinas en un lugar
y autores dentro del paradigma decolonial subalterno y complementario de la biome-
integra las articulaciones y la desigualdad de dicina, como las tradiciones empiristas de la
poder dentro de su mismo desarrollo. Retorna etnomedicina(49).
a una variación del culturalismo, que en- Dentro de la perspectiva intercultural
tiende la ecología de los diversos saberes que decolonial existe una revisión explícita de la
incluyen la necesidad de la traducción inter- dominante tentación de “hablar por otros”,
cultural y dialógica. Este lugar central de la tra- “decir en lugar de otros”, de parte de otros,
ducción se corresponde con la búsqueda de ya que esta es una situación contingente y
la mutua y dialógica inteligibilidad entre las relacional porque nosotros somos los otros
culturas en un proyecto denominado contra- de los “otros”. De acuerdo con Mignolo(43),
hegemónico, ecológico, indigenista, feminista las condiciones de posibilidad del diálogo
y de otros movimientos sociales(43). intercultural incluyen no solo los modos co-
El caso paradigmático que asumen estas lectivos de producción de saberes, sino la
perspectivas es la orientación de salud inter- posibilidad de considerarnos nosotros como
cultural(46,47). La aproximación intercultural otros de los otros. De acuerdo a los autores
en diferentes áreas (educación, seguridad, principales de esta orientación, en vez de in-
etc.) tiene una larga y compleja genealogía vestigar a otros, o estudiar ciertos problemas
en los países sudamericanos. Al promover de otros, la aproximación decolonial dice
un paradigma dialógico, sin embargo, al- consistir en estudiar problemas con los otros,
gunas de sus primeras versiones tenían una que supone una modificación en los modos
estructura dualista y oposicional y adolecían de relacionarse con los sujetos individuales y
de cierta ingenuidad en su formulación. colectivos de las investigaciones.
Esta primera versión de la interculturalidad
ha sido sometida a múltiples críticas y revi-
siones, incluso entre aquellos que teórica e PALABRAS FINALES
ideológicamente han adherido y reproducido
esta perspectiva en sus primeros desarrollos.
Específicamente, la noción –ambigua y vaga– Este breve recorrido a través de algunos
de cultura ha servido tradicionalmente más de los posicionamientos etnográficos en el do-
para dominar que para liberar y, al no con- minio de la antropología de la salud en el sur
siderar las dinámicas económicas y geopolí- de las Américas no solo incluye su sistemati-
ticas, ha sido un atractor de la mayoría de zación a través de las grandes orientaciones
las críticas. Por lo tanto, la interculturalidad teóricas sobre este campo de investigación,
crítica cuestiona el carácter dualista, cultu- sino también integra las complejas relaciones
ralista, voluntarista y reproductor del orden entre orientaciones y posiciones. Es decir,
establecido por la perspectiva intercultural mientras que ciertas posiciones dominan en
relacional y funcionalista clásica. A diferencia determinadas orientaciones, algunas son co-
de esta, la interculturalidad crítica incluye las munes a diferentes perspectivas y, dentro de
desigualdades de poder y económicas, y la una misma orientación, se da el caso de in-
estructuración dialógica es llevada a cabo cluir más de una posición alternativa.
por los grupos subalternos en su diversidad, Con respecto al repertorio de las po-
que incluyen las dimensiones étnicas, episté- siciones de los etnógrafos en el trabajo de
micas, territoriales y de género(48). campo y en la escritura etnográfica, podemos
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FORMA DE CITAR
Epele M. Sobre las posiciones etnográficas en la antropología de la salud en el sur de las Américas. Salud Colectiva.
2017;13(3):359-373. doi: 10.18294/sc.2017.1104.
Recibido: 20 de agosto de 2016 | Versión final: 8 de diciembre de 2016 | Aprobado: 30 de diciembre de 2016
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