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“Si habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba donde está Cristo sentado a la
Me encontraba sentado en la sala de la casa… había llegado el momento; empecé mis labores
ordinarias, pero la verdad yo pensaba en ese partido distrayéndome por momentos de lo que
tenía que hacer. Llegó el momento, encendí el televisor y el árbitro dio el silbatazo inicial,
minutos del deporte más hermoso del mundo!”… Y empezó la semifinal de la Champions League
entre la Juventus de Turín y mi amado equipo el Real Madrid. Me gusta mucho el fútbol y ese
conjunto al Madrid éste quedaría fuera y así sucedió: La Juventus logró anotar el gol y así el
Madrid perdió… No sé porque pero me puse a pensar en los jugadores que con esa derrota se
Varias preguntas vinieron a mi cabeza: ¿Qué habría en la cabeza de todos ellos? ¿Qué tanto se
preparan para estos momentos y que al final no consiguen el objetivo? ¿Cómo mantendrían su
motivación?… Finalmente, ¿Cuál sería el sentido de la vida de estos jóvenes jugadores? ¿Ganar
la copa de campeones solamente? ¿Qué pasaría con los demás jugadores? Sólo un equipo puede
ser campeón, esto quiere decir que ¿Sólo el equipo ganador es el que le logra dar sentido a tanto
esfuerzo y sacrificio?… No sé qué pienses tú pero creo que debe haber algo más.
deportivo sino en muchos otros contextos donde te veo inmerso luchando por encontrar un lugar
en espacios donde muchos participan y pocos ganan, al menos en ese sentido que nuestro mundo
Decía San Pablo “Si han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba donde está Cristo
sentado a la derecha del Padre” (Col 3, 1). Hemos finalizado el tiempo pascual y en los domingos
al Cielo en donde nos espera sentado a la derecha de Su Padre; el Señor se va, pero sabemos que
no nos ha dejado solos, como tampoco dejó a sus apóstoles; esa es la experiencia de San Pablo,
que nos comparte hoy al decirnos, exhortando, casi mandando lo siguiente: “Busquen las cosas
cualquier cosa, sino que busca y quiere más verdad, más bien, más belleza… en una palabra, no
solamente algo, sino a Alguien que de verdad llene el alma, que de verdad llene tu alma.
No soy ningún ingenuo, hay que luchar, hay que trabajar, hay que moverse en este mundo; “ora
et labora” decían los religiosos medievales, hay mucho “labora” por hacer, lo sé por experiencia
propia y la de tantos otros amigos, pero también yo me puedo preguntar ¿Qué tanto pongo en
práctica el “ora”? Seamos sinceros, llevar una vida espiritual no es algo fácil, menos aún para el
joven de hoy que vive inmerso en diversas actividades y responsabilidades, es todo un reto. Sin
embargo es una meta que es alcanzable: ¡Sí se puede llevar una vida espiritual! La clave está en
donde pongamos la atención de nuestro corazón; para esto nos puede ayudar mucho ese consejo
que nos deja San Pablo: “Busquen las cosas de arriba donde esta Cristo, sentado a la derecha del
Padre”… Si tenemos claro el fin tendremos claro los medios, las cosas de arriba.
“¿Cómo buscar las cosas de arriba?” O quizás la pregunta correcta sea: ¿Cómo hacer que las cosas
de arriba hagan la diferencia en nuestra vida de aquí abajo? Dos consejos creo, muy prácticos,
que nos pueden ayudar a que las cosas de arriba, tengan significado en nuestra vida aquí abajo:
Si quieres, joven católico, que las cosas de arriba tengan un significado en tu vida aquí abajo,
UN COACH… quizás has visto estas películas como “Lucha de Titanes” (Título original en
inglés “Forever Strong”), en donde el coach tiene un papel fundamental, conoce a su gente,
motiva, exige, pero también sabe escuchar, acompañar, aconsejar, consolar. En tu camino, en la
vida espiritual, necesitas un “coach”, un amigo que te ayude a estar cerca de Dios, a crecer como
sacerdote, es una experiencia genial, y yo, dando vueltas en mi cabeza a lo que me decía, llegué
a la conclusión que ese joven tenía esa buena experiencia porque su coach espiritual le amaba. Sí,
necesitas un coach espiritual, alguien que te conozca y te ame, porque amándote ese coach sabrá
equipo, que se convirtió después en una vida de amistad, de profunda amistad con esos amigos
que tanto me ayudaron a ser mejor, a no perderme, sino a estar cerca de Cristo; yo creo que lo
que nos llegó a unir tanto fue nuestra amistad común con Cristo. Algunos de nosotros nos
Todos necesitamos de un “equipo”, necesitamos de una “familia espiritual” que nos apoye, nos
motive, donde seamos escuchados, que compartamos una misión común; necesitamos un equipo
con el cual trabajemos juntos para que las cosas de arriba hagan diferencia en nuestra vida aquí
abajo. Estoy seguro que ese equipo se hará realidad cuando empieces a buscar las cosas de arriba,
cuando tu corazón de verdad busque las cosas de arriba, porque con tu ejemplo arrastrarás a
muchos otros y juntos podrán hacer que esas cosas de arriba se hagan vida en tu vida y en la de
Hay muchas cosas que nos llaman la atención, pero muchas de ellas, casi todas, pasan; lo único
que permanece es la forma con que hayas vivido esta vida, es decir, el amor con que hayas buscado
las cosas de arriba, la entrega que viviste para hacer realidad esas cosas de arriba en tu vida y en
vida, cuando le das el primer lugar, haz la prueba y verás que todo lo demás que estás buscando