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ACTIVIDAD 4 – UNIDAD 2
TUTORA:
LEIDY JHOANNA GONZÁLEZ PABÓN
INTRODUCCIÓN
En la Ley 1562 de 2012, “Por la cual se modifica el Sistema de Riesgos Laborales y se dictan otras
disposiciones en materia de salud ocupacional”, se realiza un cambio al pasado nombre “Sistema
General de Riesgos Profesionales” por “Sistema General de Riesgos Laborales”. Al destacar que
la expresión laborales es más adecuada, pues se identifica más al trabajo, con relación a la
expresión profesionales, que está relacionada con aquellos que ejercen una profesión.
La ley 1562 explica el concepto del sistema que consiste en el desarrollo de un proceso lógico y
por etapas, basado en la mejora continua y que incluye la política, la organización, la planificación,
la aplicación, la evaluación, y las acciones de mejora con el objetivo de anticipar, reconocer,
evaluar y controlar los riesgos que puedan afectar la seguridad y salud en el trabajo.
ESPECIALIZACIÓN GERENCIA EN RIESGOS LABORALES
SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
ERRORES
1.3 En virtud de dicha relación contractual la cooperativa los afilió al Sistema de Riesgos
Profesionales (en adelante SRP) a través de la ARP Positiva Compañía de Seguros S.A.
(en adelante POSITIVA), a partir de la fecha de la firma del contrato.
1.5 A su turno, en virtud de otro convenio de prestación de servicios con terceros suscrito
entre COOPSERVAR y la mina EL UVO, el 6 de mayo de de 2011 el señor Juan Alejandro
Gallo se encontraba laborando como minero en el municipio de Socotá - Boyacá, cuando
se presentó un desprendimiento de roca que le causó la muerte.
3. No reconocer
1.6 En virtud de lo anterior, la señora Gallo Pasachoa acudió a la ARP POSITIVA para
solicitar el reconocimiento de las pensiones de sobrevivientes por el fallecimiento de su
esposo e hijo, por los accidentes que respectivamente les causaron la muerte.
1.7 El 28 de octubre de 2011 le fueron notificados los oficios 1100 y 11000 del 5 de
septiembre de 2011, en los cuales la entidad decidió respectivamente no reconocer las
prestaciones solicitadas, argumentando que al momento de los hechos los señores
Rodríguez y Gallo se encontraban en los campamentos de las respectivas minas en el
municipio de Socotá y no en las oficinas de la cooperativa ubicadas en Duitama, por lo que
era dable entender que estaban realizando actividades para un tercero (las minas). De esta
manera, consideró que al existir una disparidad entre quien ejercía subordinación sobre
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ellos al momento del accidente (las minas) y quien había realizado la afiliación al SRP
(COOPSERVAR), el incidente se encontraba fuera de la cobertura de la ARP.
4. Que sea la otra empresa quien pida el reconocimiento y la otra no acepte en virtud de:
El núcleo familiar de la accionante compuesto por sus ocho hijos menores de edad y sus
difuntos esposo e hijo, dependía económicamente de los ingresos percibidos por estos
últimos. De esta forma, señala que luego de la muerte de su cónyuge, sus condiciones
económicas se vieron seriamente afectadas, situación que empeoró sustancialmente con
la muerte de su hijo. De esta manera, sumado al sufrimiento emocional que le ha generado
la pérdida de dos seres queridos en tan poco tiempo, en la actualidad se encuentra
desempleada, por lo que depende de la caridad pública de los habitantes de su vereda,
quienes le proporcionan comida a ella y a sus hijos, y le dan permiso de vivir en una casa.
1.9 Ante esta situación, el 10 de mayo de 2012 la señora Gallo Pasachoa instauró acción
de tutela en contra de POSITIVA y de COOPSERVAR, con la pretensión de que se ordene
el reconocimiento y pago de las pensiones de sobrevivientes por la muerte de su esposo e
hijo, así como lo correspondiente a los gastos funerarios.
6. Teniendo en cuenta eso, en la parte considerativa quedó explicado que para determinar si
una contingencia debe ser asumida por el SRP, es necesario primero establecer si se está
ante un accidente laboral. Para ello habrá que analizarse si este fue (I) repentino, (II) por
causa o con ocasión del trabajo, y (III) si generó una consecuencia negativa en la
integridad física o mental del trabajador.
En el caso concreto quedó probado que la muerte tanto del señor Alberto Rodríguez como
de Juan Alejandro Gallo se dio por desprendimiento de roca en las minas. En ese sentido
no cabe duda de que este ocurrió de repente (I).
Sumado a ello, si bien en el presente asunto existe un debate, que será dirimido por la
Corte, acerca de quién debe asumir el cubrimiento de la contingencia, lo cierto es que el
hecho de que el incidente se hubiera dado por causa o con ocasión del trabajo es algo que
no solo se deriva del material probatorio aportado, sino que además no fue un aspecto
controvertido en ninguna de las etapas procesales, como pasa a explicarse.
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7. En el presente asunto existe una doble necesidad de especial protección desde el punto de
vista constitucional, en la medida en la que están en juego los intereses superiores de ocho
niños y de una madre cabeza de familia. Es clara entonces la necesidad de flexibilizar el
estudio de los requisitos de procedibilidad. Partiendo de esa base, de las declaraciones de
la accionante se tiene que los salarios que percibían su esposo e hijo eran la única fuente
de ingreso del núcleo familiar, por lo que ante su ausencia su subsistencia y la de sus hijos
se encuentra gravemente comprometida, generando así una amenaza al mínimo vital en
ambos casos (I). Sumado a ello, quedó demostrado que la accionante acudió ante
POSITIVA para reclamar las respectivas pensiones de sobrevivientes, habiendo sido
negada su petición mediante oficio (II). En tercer lugar, dados los hechos narrados y las
pruebas aportadas, existe suficiente evidencia que indica que se cumplen los requisitos
mínimos de ley para acceder a la prestación que se reclama (III) Estos aspectos
considerados conllevan a que la relevancia constitucional que reviste el presente asunto
hace que los medios ordinarios de defensa no ofrezcan la suficiente seguridad y
oportunidad para la protección plena de los derechos fundamentales (IV), haciendo
necesario un pronunciamiento de fondo en el caso concreto.
SOLUCION
1. En atención a lo anterior, a pesar de que por regla general la acción de tutela no procede
cuando existen otros medios de defensa judiciales, a través de sus pronunciamientos la
Corte ha venido desarrollando sus reglas que permiten estudiar la idoneidad y eficacia que
ofrecen los mecanismos disponibles desde el punto de vista constitucional, dependiendo
de la materia de que se trate y de las particularidades de cada asunto.
afiliados. Así, las explicaciones que se den en este aparte respecto de “la muerte por
accidente de trabajo en el SRP”, tienen cabida en ambos casos.
Comprendido esto, se tiene que la muerte es una de las contingencias cubiertas por el
Sistema de Seguridad Social Integral en Colombia, dadas las consecuencias negativas que
trae sobre los allegados de quien fallece. No obstante, el tratamiento legal que recibe es
distinto dependiendo de si el deceso se presenta por causas comunes o por hechos
relacionados con el trabajo. En el primer caso, la contingencia debe ser asumida por el
Sistema General de Pensiones, según los parámetros establecidos principalmente en la
Ley 100 de 1993 por la cual se crea el sistema de seguridad social integral y se dictan
otras disposiciones, y demás normas concordantes. Por el contrario, cuando ocurre por
causa o con ocasión de una relación laboral, la cobertura se da a través del SRP, bajo los
lineamientos dados en su mayor parte por el Decreto ley 1295 de 1994 por el cual se
determina la organización y administración del Sistema General de Riesgos Profesionales,
la Ley 776 de 2002 por la cual se dictan normas sobre la organización, administración y
prestaciones del Sistema General de Riesgos Profesionales y la Ley 1562 de 2012 “por la
cual se modifica el Sistema de Riesgos Laborales y se dictan otras disposiciones en
materia de Salud Ocupacional. Específicamente, el artículo 1° de la Ley 1562 de 2012
define este sistema de la siguiente manera:
3. Bajo este régimen, cuando una persona afiliada sufre una contingencia con ocasión o
como consecuencia de su trabajo, se genera el derecho, a favor suyo o de un beneficiario,
de recibir una serie de servicios asistenciales y/o prestacionales, destinados a compensar
las consecuencias negativas ocasionadas. Así lo establece el artículo 1° de la Ley 776 de
2002:
Artículo 1°. Derecho a las prestaciones. Todo afiliado al Sistema General de Riesgos
Profesionales que, en los términos de la presente ley o del Decreto ley 1295 de 1994, sufra
un accidente de trabajo o una enfermedad profesional, o como consecuencia de ellos se
incapacite, se invalide o muera, tendrá derecho a que este Sistema General le preste los
servicios asistenciales y le reconozca las prestaciones económicas a los que se refieren el
Decreto ley 1295 de 1994 y la presente ley.
Es también accidente de trabajo aquel que se produce durante la ejecución de órdenes del
empleador o contratante, durante la ejecución de una labor bajo su autoridad, aún fuera del
lugar y horas de trabajo.
Igualmente se considera accidente de trabajo el que se produzca durante el traslado de los
trabajadores o contratistas desde su residencia a los lugares de trabajo o viceversa,
cuando el transporte lo suministre el empleador.
En virtud del artículo 70 de la Ley 79 de 1988, “las cooperativas de trabajo asociado son
aquellas que vinculan el trabajo personal de sus asociados para la producción de bienes,
ejecución de obras o la prestación de servicios”. Dentro de las características que la Corte
le ha reconocido a esta figura están “la asociación libre y voluntaria, la no existencia de
ánimo de lucro, su desarrollo conforme al principio de igualdad de los asociados, el
basarse en el trabajo de los mismos, la solidaridad en las compensaciones o retribuciones,
el desarrollo de actividades económico sociales, la presencia de una organización
democrática y la existencia de autonomía empresarial.
De igual forma, esta Corporación ha señalado que las relaciones existentes entre la
cooperativa y sus asociados, en principio, no se rigen por la normativa aplicable a las
relaciones laborales, en la medida en la que sus miembros son a la vez dueños de la
misma. Así se explicó en la sentencia C-211 de 2000:
“Las cooperativas de trabajo asociado se diferencian de las demás, en que los asociados
son simultáneamente los dueños de la entidad y los trabajadores de la misma, es decir,
que existe identidad entre asociado y trabajador. Siendo así, no es posible hablar de
empleadores por una parte, y de trabajadores por la otra, como en las relaciones de trabajo
subordinado o dependiente. Esta la razón para que a los socios-trabajadores de tales
cooperativas no se les apliquen las normas del Código Sustantivo del Trabajo, estatuto que
regula solamente el trabajo dependiente, esto es, el que se presta bajo la continuada
dependencia o subordinación de un empleador y por el cual el trabajador recibe una
retribución que se denomina salario. En las cooperativas de trabajo asociado no existe
ninguna relación entre capital-empleador y trabajador asalariado pues el capital de éstas
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está formado principalmente por el trabajo de sus socios, además de que el trabajador es
el mismo asociado y dueño. Así las cosas no es posible derivar de allí la existencia de un
empleador y un trabajador para efectos de su asimilación con los trabajadores
dependientes”
6. En primer lugar, de la definición de accidente de trabajo dada por la Ley 1562 de 2012 se
tiene que una de las situaciones que se consideran con ocasión del trabajo es
precisamente cuando el suceso se produce durante la ejecución de órdenes del empleador
o contratante, durante la ejecución de una labor bajo su autoridad, aún fuera del lugar y
horas de trabajo. Sobre este aspecto, independiente de la discusión planteada por la ARP
acerca de quién estaba ejerciendo subordinación, lo cierto es que los señores Rodríguez y
Gallo se encontraban en las minas por instrucciones de COOPSERVAR y en virtud del
contrato individual de trabajo de prestación de servicios” que cada uno suscribió con esta.
Así, sin importar si estaban dentro o fuera de las oficinas principales de la Cooperativa, es
claro que estos se encontraban allí por orden de quien figura como empleador en el SRP.
Segundo, en el formato de investigación de incidentes y accidentes de trabajo” (de fechas
11 de abril de 2011 y 16 de mayo de 2011 y en el informe para presunto accidente de
trabajo del empleador o contratante” (de fechas 4 de abril de 2011 y 6 de mayo de 2011,
diligenciados por la ARP y allegados a este despacho por la accionante, se reporta como
ocupación de los trabajadores la de minero picador y la descripción de que el accidente
ocurrió realizando sus labores habituales propias del trabajo en áreas de producción.
Tercero, del informe de contestación rendido por la ARP se extrae que es ella misma quien
señala que no controvierte que el incidente pudiera ser de origen profesional, sino que
dadas las circunstancias no es ella quien debía cubrirlo. Los anteriores aspectos, sumado
a que la naturaleza profesional del accidente no fue expresamente controvertida en el
proceso, permiten concluir que en el presente asunto el incidente estuvo relacionado con el
trabajo de los causantes (con ocasión).
Respecto del tercer requisito, el incidente les generó la muerte a ambos mineros, por lo
que no hay duda de que le trajo consecuencias negativas a su integridad.
En este punto se debe hacer una precisión acerca del proceso técnico que debe surtirse
para la calificación. Sobre este aspecto, la Corte encuentra que en el caso particular el
debate no radica en una controversia técnica acerca de los hechos que le sirvieron de
causa al fallecimiento. En otros términos, la pregunta no es qué les causó la muerte, pues
está probado que en ambos casos ello ocurrió por un desprendimiento de roca mientras
ejercían sus funciones de minería (laboral). Por el contrario, la discusión se da en el ámbito
de lo jurídico respecto de quién debe asumir el cubrimiento de la contingencia, dado que el
lugar de los hechos no fue las oficinas de la Cooperativa sino las minas. Este aspecto pasa
a ser dirimido por la Corte.