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El encuentro entre el papa y las

víctimas de Mocoa que nadie vio


Después de la misa en Villavicencio, Francisco se reunió unos minutos con
ocho damnificados de esta tragedia y en un sentido mensaje los animó a
levantarse y seguir adelante.

La lluvia y la caminata de dos horas para llegar a Catama el día de la misa de


Villavicencio, valieron la pena para los ocho mocoanos que fueron en
representación de la tragedia ocurrida el pasado 31 de marzo, pues no solo
consiguieron que el papa los saludara, sino que le enviara un mensaje a todo
su pueblo. 

Hace seis meses, la capital de Putumayo estaba viviendo el peor momento de


su historia: una avalancha había arrasado con el 40 por ciento del municipio,
dejando 80.000 damnificados y 320 muertos. Sin embargo, el viernes pasado
ocho representantes elegidos por la Iglesia católica del departamento
estuvieron en Villavicencio para reunirse muy rápidamente con el papa
Francisco y pedirle un mensaje de alivio. 

Al finalizar la misa, el obispo de la diócesis Mocoa-Sibundoy, monseñor Luis


Albeiro Maldonado, el vicario de la Catedral San Miguel Arcángel, Luis
Fernando Carvajal, y los ocho sobrevivientes, se abrieron paso entre los
escoltas del santo padre para lograr el encuentro que comenzó con la entrega
por parte de la gobernadora Sorrel Aroca de un regalo para el papa: un sayo
(túnica) negro, azul, blanco y rojo tejido por mujeres indígenas Kamentsá del
Valle de Sibundoy.  

“Fue un encuentro espontáneo, muy corto, pero que surtió el mayor efecto no
solo para la delegación encabezada por la gobernadora Sorrel Aroca, sino para
el mismo papa”, señaló el obispo Maldonado.

Luego de que el sumo pontífice vistiera el sayo y saludara a cada una de las
víctimas, el locutor Giovanny Muñoz -que perdió a su hijo de 5 años en la
avalancha- aprovechó la ocasión para pedirle un mensaje de aliento para los
mocoanos y la respuesta, como era de esperarse, fue positiva. En el celular de
Muñoz quedó registrado el mensaje: “Todos los que han sufrido la avalancha
en Mocoa, estoy muy cerca a ustedes los acompaño, rezo. Levantarse seguir
adelante, adelante no dejarse y que Dios los bendiga”.

El encuentro ocurrió en menos de 10 minutos y detrás del templete donde se


ofició la misa. Por eso ningún medio de comunicación lo registró. Hoy los
habitantes de Mocoa, en su mayoría católicos, celebran el gesto del pontífice y
se sienten renovados para seguir reconstruyendo sus vidas y la ciudad.

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