Sei sulla pagina 1di 2

Neutrófilos

Matthias Eberl, Universidad de Cardiff, Reino Unido


Martin Davey, Universidad de Birmingham, Reino Unido
Traducción: Eduardo Arranz, Universidad de Valladolid e Instituto de
Biología y Genética Molecular, Valladolid, España
Revisión: Jesús Gil, Instituto de Biología Molecular, Mainz, Alemania

Los neutrófilos granulocitos o neutrófilos polimorfonucleares (PMNs) son las células blancas
sanguíneas más abundantes en humanos y en ratón. Se caracterizan por la forma
multilobulada de su núcleo (Figura 1, izquierda) que los distingue de otras células blancas
sanguíneas de origen linfoide o mieloide, como los linfocitos y monocitos.

Figura 1. Izquierda. Neutrófilos humanos con tinción de Giemsa vistos al microscopio; tanto
recién aislados (arriba) como cultivados con citocinas (abajo). Derecha: Neutrófilos humanos
que contienen micobacterias fagocitadas analizados con microscopía de fluorescencia.

Son las primeras células blancas sanguíneas que acuden a los puntos de inflamación aguda en
respuesta a señales quimiotácticas como la CXCL8 (interleucina-8, IL-8), producida por células
tisulares estresadas y células del sistema inmunitario residentes en los tejidos como los
macrófagos. Los neutrófilos, por tanto, constituyen una gran proporción del infiltrado celular
temprano en los tejidos inflamados y son el mayor componente del pus.
Depuración microbiana
Los neutrófilos constituyen la primera línea de defensa en respuesta a microbios invasores,
mediante la fagocitosis de patógenos y/o la liberación de factores antimicrobianos contenidos
en gránulos especializados. La fagocitosis es un proceso activo, mediado por receptor, por el
cual un patógeno es interiorizado dentro de una vacuola especializada, el fagosoma (Figura 1,
derecha).

La interacción con el patógeno puede ser directa, mediante el reconocimiento de patrones


moleculares asociados a patógenos (PAMPs, por sus siglas en inglés) por receptores que
reconocen patrones (RRP, por sus siglas en inglés) expresados en los neutrófilos, o indirecta, a
través del reconocimiento de microbios opsonizados por receptores Fc o receptores de
complemento. El fagosoma experimenta un proceso de rápida maduración que implica la
fusión con gránulos del neutrófilo, la administración dirigida de moléculas antimicrobianas y la
generación de especies reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés).

La degranulación de gránulos específicos en la superficie del neutrófilo y la extrusión de ácidos


nucleicos para formar trampas extracelulares de neutrófilos (NETs, por sus siglas en inglés)
crean un medio antimicrobiano en el sitio de la inflamación que contribuye a la muerte de los
patógenos extracelulares.

Neutrófilos en la interfase entre la inmunidad innata y


adaptativa
Los neutrófilos han sido considerados históricamente como células efectoras de vida corta del
sistema inmunitario innato, dado que sufren apoptosis espontánea in vitro a menos que sean
rescatados por señales de supervivencia como citocinas inflamatorias o componentes
microbianos (Figura 1, izquierda). Sin embargo, este punto de vista raramente tiene en cuenta
la idea de que los neutrófilos hacen contribuciones importantes al reclutamiento, activación y
programación de otras células del sistema inmunitario. Estudios recientes demuestran que los
mismos neutrófilos secretan una serie de citocinas proinflamatorias e inmunomoduladoras y
quimiocinas, capaces de estimular el reclutamiento y las funciones efectoras de otras células.
Los neutrófilos pueden interactuar con una gran variedad de células inmunitarias y no-
inmunitarias, como células dendríticas (DCs), células B, células NK, células T CD4, CD8 y células
T γδ, así como con células madre mesenquimales, y pueden encontrarse en los nódulos
linfoides de drenaje y el bazo.

Potrebbero piacerti anche