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PREMIO NACIONAL DE ENSAYO JOVEN EL constio NACIONAL PARA. LA CULTURA YLAS ARTES. TRAVES DEL PROGRAMA CULTURAL TRA ADENTRO, YLA UNIVERSIDAD AUTONOMA BENITO JUAREZ DE OAXACA CONVOCAN AL José Ye Tietel iT or] 2001 BASES “1. Podranparteipr todos los ectores meicanos po naciiento qu re dan ene pls, menores de teint y Gnco ais al re del cnvocatoria ‘que envien un velumen de ensaya inte, en espaol, cn tema y forms ibs, con una extern minima de 60 (sesena) uarilas yuna maxima de 400 (cen) 2. Los trabajos deberén presents por cuadruplicado, esrlos a maquina a toble espacio, en papel tan carta y por un sol car 3. Los concusantesdeterin patipar con seudérima. Adjunto al trabajo, en un sobre cerad eidentfcado can el mma seudénimo, deberin enviar, su nombre, domi, numero teefnico y, de contar con ells, nimero de fax y comeo electric, as como copa festa del acta de naimient y tuna fiha curiuat. Els pas de identfcacin sein depostadas por la cemisn organzadora en una nota publica de a euded de Oaxaca, 4, Los trabajos deberdn ser envades a Universidad Autonoma Benito Juarez de Ousaca/Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos/ix Hatiends Cinco Sefores, Ciudad Universitaria. CP. 68120, Oaxaca, Oaraca. LAFECHA LIMITE DERECEPCION SE. VIERNES 23 DE NOVIEMBREDEL 2001 5. Enel caso de os trabajos remitdos por coro, se aceptaran aquellos en los qua fecha del mataseles dela fcina postal de oxigen no exceda lade lite de a convoctori, 6. €l jurado cafcadorextard ntegrada por especastas en la dscplina Hear y sus pambres sen dads 2 conocer en el momento de eitise {alo 7.Una ver eid allo de jurado se proedert ante nota ala ape rade la pla de Kentfcacién de quien resuite ganador, y de imediato le sera oticado, asi como divlgado a través dela prensa local y nacional 1. No se devalern os cxignles ils copas dels trabajos na premiados, los cuales sen destuidos, con el objeto de protege os derechos de auto, 9. Los organizadores cbr los gastos de transportaci, hospedsje yale | Imentaion del ganador para que assta al acto de premiacbn el vernes 22 de febrero del 2002 en la cudad de Oaxaca. 410, No pode patina 2 Obras quehayan so premiadas en oro certamen. +) Trabajos que se encuerrenpaticpando en ctosconcusos en espera de | ditamen 41. &faculad del jurado descalifiar cualquier trabjo que no cumpla con alguno des reuistos exgidos en esta convocaton 12. El Premio puede ser deearado dest. En este caso ls insttucones comvocantes se reserva el itera de apler el ecusocorespondiente en acces de apoyo literatura 13, La comin organizer reser ls as05 previo 414, Premio nico © indvsle $50,000 (cin- ‘euenta mil pesos 00/100 man) en efecto y diploma, asi como la publcacén del Itro en e Fondo Eitral Tea dentro (ACONACULTA TIERRA ADENTRO. Ei cowszio nacona rar EETIIOM ale) 0m ete EM DE CUENTO JOVEN Tavs ROGRAMA Feervocowsee: MeeeeD atelad 2001 DE CULTURA CORVOCAN AL BASES 4. Porn patcipar todos os esertoresmencanas par nacmiento que res dan ene pais, menores detent y cinco af al cee dela convocaton, {que enven vn volumen de cuentos nto, en espaol, con tema y frm libres, con una extersén minima de 0 (sesena) cari yuna maxima de 100 (ce 2. Lo trabajos deberin pretentase por cuadrupicad, estos a méquina a able espacio, en papel tamafo carla y por ura sla cara. 3, Los concusantes deberin pariipar con seudrimo.Adjunto al trabajo, en un sobre cerrado eideatficado con l mismo seudGnimo deberan envi, su nombre, dome, mer telefon y, de cantar cn eles, niero de avy comren electnico, asi coma copia fotottica del acta de nacimiento y tna fcha curcular. Estas pcs de enfcacion sern depostadas pr a comisén organzadora en ura notafa pila de la ciudad de Salil, | coahuia. 4, Los trabajos debern sr envidos a Instituto Coahuilense de Cultura/Premio Nacional de Cueto Joven Julo, Tourer e Hidalgo s/n, Zona Centro, CP 25000, Salo, Coahuila LU FEGHA LIMITE DE RECEPCION ESE. JUEVES 31 DE ENERO DEL 2002 5. Enel caso de os trabajos remitidos por coreo, se acrptaran aquellos en Jos quel fecha del maasllos dle ofcna petal de crigen no exceda la del lite de convocatoi 6. El jraco calicaior estar integra por expels en l dciina Iter ria sus nombres sein dads a conaceren el momento de emits el falo, | 7..Una vez emitdo el fala del jurado se proceder ante notaro al apert ra dela pa de identicacén de quien result ganador. de mediate le | serd notcado, as como duigado a traves de la prensa lal y nacional 'B. No se devolern os orginal ni las pas de los tabaos no premiados, les cules sera destuidos, con el objet de protege os derechos de autor. 9. Los ergaizadores cubic ls gastos detranspotacin,hospedae yal rmentacn det ganador para que asta al acto de premaciéne viemes 7 de Junio del 2002 en ls ciudad de Saito, Coshul 40. No podrén pation: 2} Obras que hayan so premiadas en oto certamen. Tabaos que se encuentren partcpando en ars concasosen espera de ictamen, 41. Fs faclad del jurado descaificar cuaquer trabajo que no cumple con «algun dels equistos exgds en eta convoratoria 412. Preio puede ser dear deserto. fn este caso las instituciones onocantes se reserva el eter de apliare recurso corespononte en adores de apoyo ala Iteratua 413. La comision oxgarizadora resolved os casos no prevists, 114. Premio reo & indvsble $50,000 (cin- ‘cuenta mil pesos 00/100 m.n.) = eectvo y plo, ai como la publcacion del bro en el Fondo Eatoal Terra Adento @ACONACULTA TIERRA ADENTRO ‘cOAMUILNSE ‘ecurruea OF 2774 PRESENTACION ENTRELA. | GONVICGIC 3 YLATERQUEDAD Gauilerno Lavin AVENTURAS PARA BL HOMBRE ARANA 4 eente Quiare a FRAGUAS LA ULTIMA MONEDA | LALABOR DEL TOPO Jorge ues Chua Pacheco a3 77 VAMOS A HABLAR ROGEL DE COSAS MUY FEAS RIVASE | OAXAQU us Ramen Bustos Entrevista con Christopher Dominguez Michael Francs eéa 1s eh ONO ANAND tts LATECL@Y BL OS FOTOGRAFOS z NOVEL ESCRITOR OAXAQUENOS TRESOAXAQUENOS EL COLISEONUEVO oa nator FRESENTADOS PO Cras EN LABIBLIOTECA DE OAXACA ‘Gino yFerandoGvrde Agia NACIONAL ‘Ajo Mend Aino 78 | Masa del en Ru Cesta ia : ay BS 58 ee PUNTOS AHTUN CINCORSCRITORES DE VISTA SENOR DE LAPIEDRA DE AGUATINTA OAXAQUENOS Los oficios de José Mane Bente Epona Gonzo Nites, sae Gara Reyes, | GF Roman Pita Chin | ue Cater, fa Verdc | Saino Prey Vidor Reon hae rahe hee 25 UN CHANGO ie LLAMADO HEMINGWAY UN POEMAY AGUA Serge Fong Eduard Car a 57 32 sores | CUBANOS CUATROPINTORES Rossii Bir — DEJAR DESERORIGEN DE OAXACA luis Suey YVOLVERSE FRUTO— presewrapos Pow eats ir Fowler Cada Serio Cidenas edo Marthe Chaps, Mie 4 MUSTRARON ESTE NUMERO Agoura feranda baracn | OT svosesnevannannensenene IMOACYR SCLIAR: Saas We HERRAMIENTAS LABALAD, PRARIAS FASO MBSIAS coco kms GD Ignacio Trejo Fuentes Felipe de Jesus Hemnéndez Fie eae ce oo Co ct 80 pen res 2 [PRO oo re cnt wiaemciniucanjicie chine sion Be ea ata ee arte Sern re nt as ha ter Sen Bomider auconnenio incom chm 0 mo oN ioe = |Sestomandt once i vmstrstnnaan naa re | Giositenda Secreto rca Tl 97) Cee ad ae Cane sess Cann aan cy Be | at tral Sev Geen, OOS pe oreo tun 5A dO lS ir A, as 17 DF Debi ae eee rs |g es = wes oneteuelAt | Sopa hed sss ease tae vee uarum ria eso | moouccew rons Emique Romo" Nancy Sancti | Presentaci6n dloficio, As\ bautizé nuestio director huésped, el poeta y promotor cultural oaxaquetio Julio Ramirez, el presente mimero de Tierra Adentro. Y tiene raz6n. Una atractiva ga- ma de oficios se expone o practica en las siguientes paginas: en la poesfa, inéditos de Jorge Esquinca, Alberto Blanco y Eduardo Casar, tres representantes notables de la generacién de Jos 50; en el ensayo, las aventuras poéticas para el Hombre Araffa, alias Vicente Quirarte, y elherrero Ignacio Trejo Fuentes haciendo de las suyas en el periodismo, la resefia, Ia croni- ca y otras profundidades. En el oficio de la memoria, una entrevista con el critico literario Christopher Dominguez, amentsimo retrato de filias, fobias y otras ropas extemas ¢ interiores En cuanto al oficio de la miisica, ¢l maestro Sergio Cardenas viaja y nos hace viajar por los rincones de la creacién y los aires de la luz y del silencio; la escritora Enzia Verduchi nos ha- ce el recuento de una vida entregada a los més diversos oficios para ubicarse con el tiempo como uno de los mis importantes arquedlogos del siglo Xx mexicano: el recientemente de saparecido maestro Roman Pifia Chan. El estado de Oaxaca es reconocido a nivel mundial porartistas e intelectuales de la talla de Rufino Tamayo, Francisco Toledo, Rodolfo Morales, José Vasconcelos o Andrés Henestrosa. Ofrecemos aqui una pequefia muestra de lo que en la actualidad se practica en la poesia, el cuento y las artes plasticas con las obras de cinco escritores, cuatro pintores y dos fotgrafos ‘oaxaquefios con su debido encarte. En el oficio del ensayo histérico, la investigacién de Maria del Carmen Ruiz sobre tres ilustres oaxaquefios en la Biblioteca Nacional y el nostalgico es- tudio de Alejandro Méndez, Aquino sobre el ya desaparecido Coliseo Nuevo de Oaxaca. Iniciamos en esta entrega una nueva seccién, De erra a terra, para escritores de otros pa ses. ¥lo hacemos con tres poetas cubanos: Luis Suardi En el oficio de la traduccién nuestro colaborador Felipe de Jestis Hernandez nos envia un cuento del brasilefio Moacyr Scliar; Guillermo Lavin, desde Ciudad Victoria, Tamaulipas, nos narra las peripecias de la revista A Quien Corresponda, Desde Nayarit, los ganadores del Premio Estatal de Poesfa y Cuento: José Manuel Benitez y Sergio Fong. En Fraguas inclui- mos una resefia sobre el escritor oaxaquerio Rogelio Barriga Rivas escrita por Luis Ramon Bustos, y en la historia de las librerias la cr6nica que nos envi6 desde Cuernavaca, Morelos, Claudia Pacheco. En el mimero anteriorinvitamos a nuestros lectores a que nos enviaran comentarios y pro- Duestas para mejorar y enriquecer nuestra revista. Hemos recibido algunas cartas que publi- camos y agradecemos, ratificando nuestra invitacién para que los puntos de vista se pas mulkipliquen y sean cada véz ms voces las que nos acompatien en Tiera Adentro, WA 7» Rosa Cristina Baez y Victor Fowler. bibice AA womie 80 aire ap Guarde dye tv nombre pierde a aire. &” wi breve Natifrajio veep lardece ah desierto de tt afgneza, Miia tes fue bos Ieduioos opuer Lh wah vere fit basta ¢ hos creche, Mar acreage. ES fajo. esteraed, cos tle 4sjwerda donde tt Make iwce ona aa tijua cancion [ae dombravte, Antes sev cm Das, 4 pace hurce kes manos eo el au, 9 4 Sel 4 clogs ef ove df eon pag fue bags 4 sieht, Guan Jo S50 ft dom bre pire e/ ave, Una ug que veqvest, he Bocq me Sd8e ¢ freses A ta Lange. &) wis fa3:03s 3¢ proga fijare Lu due Teewlecpuiene = — (rok Ices) ¥ Aventuras para el Hombre Arajfia Vicente Quirarte naclé en la cudad de Mésco en 1954. Es doctor en Literatura Mexicana por la Facultad de Flocofiay Letra de la uw, donde es profesor as como investigadr del nsituto de Investigaciones Bibliogrficas. Ha obterido e Premio Xavier Vilaurutia y la Distncién Universidad Nacional Enel siguiente texto Vicente Quirarte comparte con nosotros los avatares desu experiencia personel y vt en la Reratura a a fortuna y la desgracia de que mi padre fuera un hombre de letras. EI historiador Martin Quirarte era un enamorado de los libros como obje- tos tipogrificos y un devoto de sus contenidos. De todo cuanto le debo y nunca podré pagarle ni con la llama siempre encendida en mi memoria, se encuentra el amor por esas criaturas que tienen —cuando las tienen— todas las virtudes de sus autores y ninguno de sus defectos. De mi padre he heredado manfas como la de no poder soportar la utilizacién de un Képiz. como separador de la lectura. Ese gesto instintivo proviene del regafio que me hizo mi padre cuando me vio co- metiendo semejante sacrilegio. Entonces me dijo por qué el gran aliado del li- bro que es el lépiz. puede convertirse en su enemigo si nos proponemos lastimar su lomo. Los libros de mi padre fueron los primeros con los que tuve trato, fuera en la lectura solitaria, ya cuando me pedfa que le ayudaraa limpiarlos y aco- modarlos; o algunas mafianas de domingo, cuando me disponia a bajar al patio y perder el tiempo como cualquier nifio que se respete, y me llamaba para que re- pasdramos la leccién de francés de la semana, Yo, que nunca he tenido facilidad pa- ra los idiomas, también a mi padre debo haber aprendido desde nifio y como un juegoun parde lenguas extranjeras, decisivas para la orientacién de mis lecturas. ve el privilegio de que Eduardo Lizalde y Salvador Fizondo fueran mis profesores y nunca tuvieran piedad con los textos que ‘comenzaba a escribir Hemén Lavin Cerda, apenas llegado de Chile, nos introducia, envun universo de reminiscencies personales y colectivas, a través de su vor dulce y sgenerosa. A Lizalde y Blizondo debo también a conviecin que jamas me ha abandonado, de que escribir es una tarea horrible que uno hace Porque no tne mas remedio. cae A él también le debo la devocion porla His- toria, que naci inicialmente como una obli gacin engorrosa. En 1965, en el afio once de mi edad, aparecié la primera edicién del libro de Martin Quirarte Visiém panordmica dela historia de México. Durante las vacaciones decembrinas de ese afio, mi padre me asigné la diaria tarea de resumir un capitulo, La tarea se convir- i en un getmen maravilloso para las his- torias que yo inventaba a partir de lo que mi padre pacientemente habfa investigado y fijado. Mi visién épica de la vida, mi fervor por los héroes y los simbolos patrios vienen de aquella primera experiencia de lectura y escritura, donde, sin yo saberlo, mi padre me introduefa en los rudimentos de cémo elaborar una sfntesis o e6mo dar comienzo tuna ficha temética, Decir mucho con poco era un consejo no escrito que siempre he tratado de seguir, aunque a veces no lo cum pla, Si Le Corbusierafirmaba que la arqui- tectura es la sintesis de las artes mayores, MARTIN GUIRARTE VISION PANORAMICA DE LA HISTORIA DE MEXICO critura mfs completa que existe, porque ret ne la capacidad imaginativa del novelista, a objetividad del hombre de ciencia, la ve- hemencia profética y metaférica del poeta, como se han encargado dé demostrarlo Jules Michelet, Edmundo O'Gorman o Fernando mi padre me enseiié que la Historia es laes- | del Paso. Uno de los primeros libros que lef inte- sgramente fue una edici6n espafiola en dos voltimenes del Gi/ Blas de Santillana de Le- sage. La obra, que conservo y atesoro, es fastuosa y pesada, Mi padre la compré a plazos, y pagaba un peso semanal al librero que lo convencié de que era un articulo tan necesario en la casa como la plancha o la licuadora. Aunque mi madre opinara lo con- trario, ahora sé que el librero tenia raz6n, ‘Las andanzas del muchacho narrador, las ilustraciones y a generosa interline, fueron una iniciacién maravillosa a Ja leetura. Recuerdo que me gustaban sobre todo los. capitulos donde el personaje, después de haber agotado los caminos, comfa un mnen- drugo de pan y un trozo de queso, a veces acompafiados de un poco de vino, Iba'a la cocina de mi casa y tomaba lo mismo—con ‘una Coca-Cola en lugar de vino— para com- partir con mi héroe sus frugales colaciones. Antes dije que tener un padre intelec- tual, cuando se es nfo, es una bendicién y una desgracia, Lo primero porque el estimu- loes cotidiano y se nace al conocimiento y euidado de los libros desde que se tiene uso derazén, Lo segundo porque, fiel a su voca- ign de maestro, nuestro padre hacfa de la casa el centro de concentracién mis proxi- moaél. Dos eran las prohibiciones més tre- mendas de nuestro sistema carcelario, Mientras fuimos nifios y hasta bien entrada nuestraadolescencia, mis hermanos y yo no tuvimos televisién, La segunda prohibicién se referfa a las historietas ilustradas: no po- dfamos keer cuentos sino en inglés o franc Gracias a esas dos reglas, mis hermanos y yo ‘nos convertimos en expertos consumidores de comics, y aunque procursbamos cumplir con el requisito de que estuvieran en los idiomas que entonces estudiébamo: tfamos de contrabando los escritos en espa- fiol. Viviamos cerca de diversos oasis de re~ vistas usadas, asf es que de lectura en leetura ‘nos convertimos en expertos conocedores de monitos. De esas excursiones de princi- pios de los aftos 60 nacié mi adiccién —a la fecha incurable—a La familia Burrin de Ga- briel Vargas. Aunque entonces no sabfa que cenel maestro Vargas se continuiaba toda una tradicién de escritores costumbristas, des- de José Joaquin Fernandez de Lizardi has- aGuillermo Prieto y José Tomés de Cuéllar, en elestilo grandilocuente de Vargas, en el trazo de sus personajes y la densidad de los didlogos, vislumbraba una estructura dife rente, mds elevada y permanente que la que aanimaba los otros cuentos que lefa. A través de los personajes de la familia Burrén veia desfilar Jos tipos y situaciones que me to- caba ver en la vida diaria, Su reconseruceién dela vida de vecindad en el callején de cua- jo eran retratos realistas de las casas donde viviamos y de aquellas donde vivian algunos cde mis amigos. A esa fidelidad al realismo de Vargas se aftadia el fervor porla fantasia, El mundo de los superhérocs ha sido una Jectura fundamental para afinar con el paso me- de los aftos el trabajo de poeta, que es de al- 7 | gin modo un superhéroe. Mi hermano Xavierse conven un emudio en Kalindn 8 y Rayo de Plata y mas adclante, como una de las preocupaciones de su tarea de perio- 4 dista, se encarg6 de rastrear los orfgenes del comic en libros especializados, mientras mi hermano Ignacio coleccionaba devotamente ejemplares de E/ Haletin Negro Cerca de una de las navidades de esos afios murié mi abuela materna. La llamdba- mos mi abuelita Chabelita y todo en el signi- ficante correspondia al significado. Bra pe- quefia y dulee, pura como los blancos delantales con los que nos recibia, Era la pri- mera ocasién en que tenfa contacto directo y doloroso.con la muerte, La Parca mutilaba verdaderamente y ejercfa su profesién so- bre came de mi came y sangre de mi sangre Unosafios antes habia muerto mi abuela pa- terna —dura desde su nombre, Cayetana—, pero no recuerdo que su muerte me hubiera afectado tanto como la de esta segunda, Unos dias antes, mi amigo Eduardo Hernandez, que iba ya en preparatoriay era desde enton- ‘ces un eterno enamorado, comenzaba a sa- lircon una bailarina ala que le gustaban los cutentos de horror. Como Eduardo sabia de mi pasi6n por ls peliculas y las novelas goti- cas, me pregunté sobre un autor que pudiera causar nuevos horrores a la tinica criatura ca- pz de paralizar el coraz6n y otros érganos igualmente vitales. Fuimosa la Libreria Po- iia, donde de labios de mi amigo Francisco. Dipacio escuché por primera vez el nombre de Howard Phillips Lovecraft. Mi amigo compré para su enamorada un ejemplar de Los mitos de Cthulhu, en edicién de Rafael Llopis, y donde aparecen sistematizados y excelentemente traducidos los relatos de Lovecraft y su cireulo, Yo, por mi parc, tam- bién me Hevé un ejemplar y de inmediato entré en ese universo de energfa pura, de maldad intacta, de viajes de la conei que Lovecraft supo crear con su visién de poeta y su imaginacién de alucinado, Aun- que Borges lojuzgue “un parodista involun- tario” de Poe, y acabe seducido por su uni- verso en el relato “There Are More Things”, Lovecraft ha sido, desde el instante en que Jo descubri, una de las experiencias del tura a la que vuelvo con renovados brios. cia Con la muerte de mi abuela en el corazén, leia los relatos de Lovecraft sin atreverme « pagar la uz. Nunea como entonces gové y padect la visita del nico Angel posible, el angel necesario de Wallace Stevens, el visi- bile invisible que desde los labios de Rainer Maria Rilke pronuncia la sentencia: “La be- Ilcza no es sino el principio del terror que todavia poclemos soportar”. Un maestro arro- jaluz sobre sus seguidores y sus antecesores. Gracias a Lovecraft conoct a sus maestros Arthur Machen y Lord Dunsany, que me hicieron comprender de algéin modo lo que yo queria ser: un prosista con el alma de poe- ta; alma en el sentido més concreto del tér- ino, por paradgjico que parezea; alma con sustancia, con fa estructura que sostenga el intelecto. Lovecraft me ensefié —Lovecraft nos ensefia— que el horror puede aleanzar alturas de poesia, del mismo modo en que unestilista como Dashiell Hammett digni- fica la novela negra, o un militar heridoen la batalla de Lepanto lleva a sus tltimas con- secuencias la novela de caballerias a través de las aventuras y desventuras de Alonso Quijano el Bueno. Terminé el primer afto | depprepararoria con la seguridad de que de- seaba ser un eseritor de ciencia fiecién oun | autor de novelas de horror que afiadiera nuevos anillos al apenas descubierto plane- ta Lovecraft. Pero el tiempo y las mujeres —como siempre— sefalaban otros caminos. En 1971 conoef otra forma del terror y otra forma del angel bajo la forma de una mu- cchacha que iba escolarmente un afio abajo que yo y todos los afios luz encima de mi. Y ‘yo, que consideraba que la escritura era vi- rillen la prosa y que la poesfa estaba bien para las mujeres, me vi escribiendo los primeros versos de amor de mi vida, La pa- sin amorosa va unida a una absoluta necesi- dad de unirse a un cuerpo més vasto. Esa sensacién de etemnidad, de poder absoluto mezelado al desamparo, era nueva e inédi- ta, Para desventura del muchacho que en- tonces era y para fortuna del poeta que queria ser, la muchacha dijo un. No maytiscu- lo, breve y definitorio, que nuttié los dos afios restantes de la preparatoria. La negati- ‘vame dio pretexto para probarls armas que comenzabaa descubrir. Eran muy rudimen- ‘arias porque mi leccura de poemas eratan es casa como mi experiencia amorosa. Pero si la ectura de la poesia y su prictica en la vida me han dado algunos de los instantes mas. altos de la vida, de aquella etapa de mi iniciacion recuerdo algunos instantes que sélo ahora comprendo cabalmente, Nacer a la poesfa era descubrir en m{ y en los poc- tas que me habian antecedido una existen- cia que no habfa previsto. Vinculo algunas de mis sensaciones inolvidables con el des- cubrimiento de los tesoros que habfan esta- do siempre ahi y habian pasado desaperci bidos: me veo en Monterrey, bajo una lluvia torrencial, leyendo en a cima del monte del Grillo las Odas elementales de Pablo Neruda; el aire en mi rostro, en una camioneta pick-up por la carretera hacia ‘Toluca, circun= portamiento y del rendimiento de aquellos que en su infancia estudiaron misica con énfasis en alguno de los instrumentos clisicos, corroboré las muchas bondades que aporta al devenir de la sociedad el estudio de la miisica como parte del desarrollo integral del ser hu- mano. Los que estudiaron mdisicaen su infancia (siem- suerdo con los resultados de esos estudios) fueron pred mis capaces de tener una relacién exitosa con su socie~ dad, tuvieron una acttud tolerante y comprensiva hacia quienes eran diferentes a ellos en color, preferencias sexuales, religidn, ete. fueron gente més organizada y, por ende, con més éxito productivo, afrontaron la ad- versiclad con imaginacién y con creatividad, superaron problemas existenciales. Por otro lado, en el Instituto Max Planck, de Leipzig, se han hecho investigaciones neuropsicoldgicas sobre la musicalidad del ser humano. Se ha investigado con mediciones neurofisiol6gicas c6mo trabaja la miisica el cerebro humano: cerca de doscientas personas participa- ron en esta fascinante experiencia en la que para realizar las mediciones referidas, les fueron colocadas cachu- chas con hasta 46 eleetrodos que midieron las reacciones de las células nerviosas ante la ejecucién de una se~ cuencia de acordes desde Bach hasta Beethoven, a fos que se les mezelaron acordes falsos (con notas equivo- cadlas). Las reacciones de las personas participantes en. esta investigacién fueron registradas en encefalogramas «que, como sifueran detectores de mentiras, dieron cuen- ta de la manera tan sensible como reacciona el cerebro ‘humano ante los sonidos. La conclusion de los cienti ficos fue que “Todo ser humano es musical’ Sin embargo, ade qué clase de mtisica estamos ha- blando? :Acaso hay categorfas en la musica? :Podrfamos afirmar que la miisica de Beethoven es mejor que la del gnupo Molotov? Los criterios de quién serfan los reco- nocidos para hacer esta evaluacién? ‘Tradicionalmente asociamos el ejercicio artistico con tun status social determinado: por lo general, el ambito enel que se han desarrollado las artes es el que les dispen- san as clases de mayores recursos econémicos, que se han servido de la expresién artistica para documentar su concepto del dominio por sobre la mayorfa y, también, con la intencién de unificar criterios de calidad social, de vida, de educacin, ete J. S. Bach es uno de los primeros composicores que Se manifiestan contra ls rigidas reglas que definfan cul era la mtsica dela nobleza y cual era la que le corre- spondfa a Ia plebe: tanto en sus suites para orquesta como en las par titas para instrumentos solistas, Bach recurre a la alternancia de msicas (danzas) representativas de estas lasificaciones sociales impues- tas.ala miisica para realzarel drama- tismo de su creacién. Ast, con fre- cuencia que un ‘menuetto (elegante danza tipica de lanobleza) és precedido o seguido poruna danza como la Forlana, que era una danza vulgarde la regién de Veneto (Italia), que ra bailada con mucha algarabfa y con zapatos de ma- dera. Las Cronicas de ta Conquista de México nos relatan ‘cémo la miisica que los espatioles oyeron tocar los az- tecas era percibida por aquellos como “una mutisica estr- dente, ruidosa, de mal gusto”. Esto llev6 al conquista- dora tratar de cambiar los “gustos” de los nativos por Jos que ellos trafan de Europa, de modo que pronto asig- naron a los misioneros las tareas que inclufan, amén de laconquista por medio del Evangelio, la domesticacién por medio de la misica. Hoy en dia estamos tan inundados de encontramos niisica (yo di ria no necesariamente de mtisica, pero sf de muchos sonidos y muchos ruidos) que corremos el riesgo de ter- minat insensibles al fendmeno musical ferse. En donde iablemente, la muchas ve~ ces indeseable compaiia de la miisica que muchos Il man ambiental. El mercado ha llegado al extremo de ofrecer mtisica para garantizar la soledad, para meditar, ete. Me parece que esta es una reaccién quizé defens va ante el poderio iresistible de la verdadera musica, pues. través de su banalizacién (macdonaldizacién) se le pretende restar cualidades y virtudes. La verdadera :misica, la gran miisica, tiene una fuerza similar fa mira- da intensa que nos atrapa y desea, que nos escudrifia'y acaricia, que es capaz de amarnos 0 de odiarnos y que nosotros, para evitar todos esos “peligros”, huimos de ella desviando nuestra mirada Asi, quien hoy afirma sentirse llamado, atrapado, cautivado por el arte musical, enfrenta de inmediato el problema de saber dénde esti, dénde encontrar la muisi- estemos encontramos, in ay, suponiendo que alguna ver da con ella, decidir qué hacer con ella o hasta dénde aceptar eonvertirse en su stibdito, en su siervo incondicional. No es una tarea fécil, sobre todo ante la manera tan frivola, tan banal, en que estamos siendo inundados por esa peste que se llama miisica ambiental. Qué hacer, qué decitle, c6mo “guias” al nifio,a la nifia al joven y ala joven que sienten lane cesidad de expresarse a través de la miisica? Necesita- ‘mos encontrar los mecanismos para que el ejercicio de sta como camino de superacién personal, como medio de expresién de uno mismo, como senda de reali- zaaciones y de comunicacién con nuestro entorno, no se vea arrasado por un mereado despiadado que nos ve sé: Jo como clientes autématas, impersonales, de su consu- mismo. Blestado de Oaxaca, ubicado en el sureste mexica- no, nos brinda un ejemplo contundente de lo que has- taahora he esbozado, Se dice que existen sobre su terri- torio algo mas que 1,500 bandas musicales de viento, cada una con una membresfa que oscila entre los diez ylossesenta integrantes. Muchas de ellas son infantiles (como la famosa de Tlahuitoltepec); virtualmente to- das son autodidactas 0 aprendieron lo que saben “por tradicién oral", porasf decirlo, Bn algunas de las comu- nidades de ese estado magico, los infantes aprenden a leer las notas musicales (solfeo) antes de ira la escuela (jiicuando tienen posibitidad de ir!!!) aaprendera leer yescribirel castellano (0 su idioma matemno), Estas ban- das de masica tienen, invariablemente, una ineidencia ‘muy importante en sus comunidades, de las que, en no pocos casos, son el eje de la vida social. Todas reflejan ‘una actividad musical con rendimiento econmico nada despreciable y son, hoy por hoy, los guardianes més celosos de la tradi- cién musical de sus respectivos pueblos y/o regiones. Sin embargo, nunca ha existi- do en Oaxaca una verdadera es- cuela de mtisica que se aboque en ‘exclusiva la formacién profesional de mtisicos, algo que en relativa- ‘mente poco tiempo podria conver- tiraeste estado en “surtidor” de las necesidades musicales del patsy, quizd, hasta en exportador de miisi- os profesionales de comperitividad internacional. Niel hecho de su im- portancia estadistica, nila trascen- dencia del impacto que su actividad tiene en la economia de sus pueblos, han logrado que las bandas dde mtisica de Oaxaca sean consideradas como algo més {que un vistoso y disfrutable elemento folklérico que viene a complementar la visién exética (es decir, do- ‘mesticable) que desde fuera (empezando por ka influ cia criolla sobre nuestro mestizaje) se tiene de este magi- co estado. Lo que ofrecen sus escuelas de misica, dems de un nivel académico que deja mucho qué de- sear, es Ja tepeticién de lo que les impone el mercado, propiciando que sus j6venes estudiantes se ocupen de- masiado pronto con los trabajos eventuales de bodas, bautizos, etc, trabajos por los que quienes los contratan hacen como que les pagan mientras ellos, los estu- diantes, hacen como que tocan. Ein la actualidad exis- ten verdaderas “mafias” que controlan la mediocre ac- tividad musical que se offece en la verde Antequera, y con ello logran detener cualquier proyecto que pueda aspirara ofrecer una mejor preparacién a los muy ta- Jentosos miisicos oaxaquefios quienes, “seducidos” por Ja paga que les ofrecen sus “capos”, sucumben ante la mediocridad y la diatriba musical. No debemos olvidar, como punto de referencia, que durante el periodo colo- nial Ia ciudad de Oaxaca contaba en su catedral con una actividad musical de excelencia, equiparable ala de la Catedral Metropolitana de la ciudad de México ya la de no pocas capitales europeas. Prueba de ello es el riquisimo acervo musical eon que euenta esa catedral, acervo que, casi a cuentagotas, se ha venido “rees- trenando” ante la admiracién de propios y extrafios. Me parece alarmante e insul- nte al devenir mexicano que de tuna institucién como, por ejemplo, la Escuela Nacional de Miisica de Ia UNAM, haya egresado, apenas en el afio 2000, la primera persona gtaduada como trombonista, a pe- sar de pagar, por décadas, a maes- t10s instructores profesionales de ese instrumento. También que en ‘esa misma Escuela haya més de diez maestros de piano que a pesar de recibir puntualmente su pago como maestros universitarios de tiempo completo, no tengan alumnos. Que en las demés escuelas profesiona- les de miisica de la capital mexicana imperen estas mismas inercias que afectan de manera negativa el desarrollo nacional: es muy alta ladesercién estudianti, son pocos, muy pocos, los estudiantes de musica que tienen interés, siquiera, en terminar sus carreras profe- sionales. Es tal la carencia de profesionales en el pais y tan alta su demanda, que nuestros jévenes, apenas pueden tocar ms 0 menos algunas escalas musicales en sus instrumentos y adquieren los conocimientos mas basi cos, pronto, demasiado pronto, empiezan a “huesear” (denominacidn que reciben en la jerga del mundillo musical los trabajos eventuales sobre los que no se im- ponen, por lo general, criterios de rendimiento cualita- tivo), lo que, por desgracia, pronto se vuelve también la actividad mis importante de sus vidas (pues reciben dinero a cambio), al grado de abordar toda su actividad musical con esa misma actitud, la de estar “huesean- do”. Esto no cambia cuando son aceptados (en muchos casos por razones de necesidad, en otros por razones, sindicales) en nuestras orquestas profesionales, por lo que su actividad en éstas, que viven gracias al subs dio gubernamental, se vuelve un “hueso” més, ast sea el “hueso” principal o, ya en el colmo del cinismo, el “hueso més seguro”. Bs fécil y cmodo culpara los nisicos atrlistas de esta situacién, No debe serasi, el asunto tiene mas fondo y debe ser abordado con visi6n y con responsabilidad social, econémica ¢ his torica. Miexperiencia de varias décadas como director hués- ped en instituciones orquestales alemanas y coma reetor titular de la Sinfinica de Hof (Baviera, Alemania), me ha llevadoa apreciar las bondades del rigor y la dis- ciplina en a formacién musical, asf como a actuar de man- cera consecuente en el ejercicio de mis responsabilidades artisticas. Es requisito indispensable para ser inyitado aaudicionar en talo cual orquesta alemana, el compro- bar haber terminado (0 estar a punto de) los estudios musicales en alguna escuela profesional reconocida. Sin ‘embargo, ni el nombre de le que podria ser la mejor es- cela de miisica ni la recomendacién de algan intér- prete o maestro ilustre, son garantfa de “pase auto- midtico” para formar parte de una orquesta sinfonica: es necesario atin hacer una audicién y ganarse el puesto por los méritos demostrados en ella. Pero esto tampoco es una garantfa definitiva: todavia hay que pasar el ast llamado “afio de prueba”, en el cual los integrantes de Ja orquesta evalian no s6lo el rendimiento artstico, sino también el comportamiento y capacidad de integracién del aspirante con los demds integrantes de la orquesta y-sus autoridades. Hay que reconocer, sin embargo, que a los estndian- tes de mtisica de ese pais se les brindan las mejores opor- tunidades para que desarrollen su talento: escuelas por doquier, todas dotadas de la infraestructura minima en cuanto a espacio, instrumentos, biblioteca, docentes, becas, etc. Claro que los estudiantes alemanes de misi- ‘ca también empiezan a “hueseat” en cuanto pueden, pero. las condiciones de alto rendimiento cualitativo que les impone el mercadoalemén de la misica vel mercado de la vida misma, les permiten desarrallar actinides pro- fesionales rigurosas y puntuales, lo cual, a la vex, con- tribuye al mantenimiento constantey sostenido del reconocido nivel musical de este pais. Un colega, director de una sinfénica importante de México, me comenté recientemente cusn desespera- do estaba después de que dedicé casi toda el tiempo de tun ensayo (dos horas y media) a ensayar el Huapango (.P. Moneayo) sin lograr que la pieza fuera tocada “como Dios manda” en ese lapso. Decia el colega que en fe~ chas recientes habian sido aceptados en la orquesta va- | rios extranjeros y otros rantos jévenes mexicanas y que ninguno de ellos conoefa esta pieza (que para muchos mexicanos ha adquirido rango de himno nacional), an rica en yuxtaposiciones rftmicas, en colorido, en sabor popular; tan demandante, a pesar de su complejidad, de una expresidn distensada, de solido desparpajo, de abierta naturalidad, Es obvio que el problema no era tanto que la pieza fueve conocida o no por los ejecutantes, sino que la im- posibilidad de una ejecucién satisfactoris nos remite mis bien a una formacién musical deficiente y, por lo | tanto, insegura en cuestiones fundamentales de ritmo, afinacién, fraseo, balance, ete. Sia ello agregamos lo ‘que parece que también era una “batuta deficiente”, no debe sorprendernos la desesperacién del director. Conviene aqui agregar un comentario sobre el estre- Ilato en la miisica: es muy probable que todos los estu- diantes de misica aspiren a (o cuando menos suefien con) una carrera exitosa como concertista soistas. A la vuelta del tiempo muchos se encuentran, “de repente”, como atriistas en medio de una orquesta ala que nunca | pensaron pertenecer, y eso los leva a realizar su “traba- jo” con frustracién y desdnimo. Si, ademis, no son bien remuneradosni se les cubre as prestaciones minimas que | estipula la Ley Federal del ‘abajo, entonces su smar- ura aumentard y en esa proporci6n sonaran las obras | Ou comentario que conviene hacer es que tos di- | reotores de las orquestas:en no pocas ocasioneseulpan ala orquesta de los conciertos mal ocados, aunque raras ‘veces estan dispuestos a reconocer (por el prurito del principio de autoridad, segiin dicen algunos) que a | menudo se trata de su absoluta responsabilidad: acos- tumbrados a “estudiar” las obras siguiendo alguna grabacién, creen que la orquesta real suena tan bien ‘como la del disco (eso suponiendo que escogieron una buena grabacién, lo cual también es cuestionable);olvi- dan (por ereer que asf conviene a sus intereses) que hay que ensayar, que hay que corregir muchas insutic cias riumicas, deafinacion, de fraseo, de balance, de di- reccionalidad, de estructura, etc, trabajo que, por lo | general, sihizo quien dirgiéla grabacién, Pero aun antes de llegar a estas “nimiedades”, resulta que muchos | directores son, cuando mucho, “batuteros” y poca o nu- la idea tienen de lo que es la direccién orquestal, la que ‘va mds alld de un simple tocar juntos, pues “batutean” por igual a Mozart que a Revueltas, a Bruckner que a | Ponce, “pasando de noche” por la riqueza expresiva que cada uno ofrece asu manera y “macdonaldizando” el vasto repertorio de la asf llamada musica clisica, que ien- 37 cempobrecen y degradan. Por cierto que éste, con justa razGn, ¢s otro mas de los porqués de la frustracién de muchos atrilistas. ‘Cuando recuerdo que a los catorce afios de edad tuve ta oportunidad de dirigir mi primer concierto publico al frente de un coro infantil que, como yo fo habia hecho antes, se aprendié todas las obras del programa “le ofdo”, corraboro que es mucho el potencial que tiene México in puncto talento musical. Corraboro, también, que es mucho lo que atin tienen que hacer los responsables de las politicas puilicas de educacién, Mis décadas de trabajo profesional a lo largo de la Repiiblica Mexicana, me han demostrado que la mitsi- ca como expresién personal y social es uno de nuestros tesoros més preciados. ‘También, que la negligencia € inresponsabilidad de muchos gobiernos han casi des- truido este tesoro (“Siempre el golpe contra lo que can- «a”, escribir el poeta Roberto Lépez Moreno cuando Carlos Medina Phascencia firm6 el Decteto, e128 de en- erode 1992, porel cual determinaba que el gobierno del estado de Guanajuato se desentendia de sus obligaciones —que habsan sido aucorizadas por el Congreso estatal— para con la entonces Filarménica del Bajfo, hoy Filarménica de Querétaro). México cuenta hoy con un gobierno federal legitimo {que ha prometido el cambio: cambiar asimismo, para bien, la “tradicional” irresponsabilidad de los gobiernos hacia la educacién artistica, en especial hacia la educa cin musical? ;Contardn nuestros conservatorios,final- mente, con planes de estudio actualizados, con infraes- ‘ructura instrumental adecuada, con las plantas docentes, necesarias, con los espacios propios, con sus programas de beeas y estimulos, ete.? “Tendedn nuesttos talentos {j6venes los incentivos corrects para aspirar a una forma~ cidn musical rigurosa y a un posterior ejercicio profe- sional digno, bien remunerado, constructivo y produc- tivo, en el campo de la mtsica? B17 de julio de 2000, escribi lo siguiente: La eleccién del 2 de julio ha comprobado, una vez més, que cl hundimiento de la sociedad mexicana no cesta en la agenda de la naci6n: la semantica individual altamente diferenciada que permea en la sociedad me~ xicana‘no descansa en el aire 0 en el vacto. Bs esta ti- (quisima semntica individual la que transforma las ca- rencias en virtudes, la que reacciona con imaginacién a Jos incumplimientos de fas multiples promesas que le han hecho los pastidos politicos (o sus candidatos), la {que se unifica ante el rumbo que fa inercia que se ha construido le sefiala. Asi se espera que el ejercicio politico del México de Jos umbrales del siglo xxt sea garante de estabilidad y de transformacién, nutriéndose siempre de ese poderoso recurso natural de fa sociedad que le permite sostener «alos partidos politicos mismos: ka fuerza que emana de su futuro, de ese futuro cimentado en culturas milenarias que nos han puesto el ejemplo en lo productivo, lo or- ganizativo, lo social, lo educativo y lo artistico. Resta ahoraal ejercicio politico demostrar que es ins- teumento eficiente que aporta las condiciones para la consumacién del devenir de la sociedad, mas no para su domesticacién, Esto requiere que sea lo substancial lo que se administre y proteja, dejando lo superficial y frivolo a un lado del camino, mas sin perderlo de vista, La sociedad enfrenta, pues, el reto de asumir una ‘nueva voluntad, una voluntad constsuetiva, positiva (es decir, que tenga futuro) y propositiva, una voluntad en la que se reafirme que el Yo no existe sin el TU, una vo- luntad que respete el espacio y el ritmo de cada indivi- duo, que respete sus eteencias y suefios, sus preferen- cis intimas y sus inelinaciones eulturales. Hoy agrego: puesto que estoy convencido de que la tisica es uno de los bienes més substanciales del ser humano, debemos encontrar los medios y mecanismos para garancizarsu permanencia como elemento de trans- formacién, como un bien insustituible en el acervo que zgarantiza la pazy la estabilidad econémica de la socie- dad, como un instrumento que nos impulsa y cuestiona, ‘que nos estimula y escudrifia, que recuerda constante- mente nuestra cosmicidad y nuestra terrenalidad, como instrumento que nos engrandece y nos lumina. Es en este contexto donde veo el reto de quienes formaran parce de la historia verdadera de nuestro México, de esa historia cuya infraestructura la consticuyen el saber, la educacién, el desarrollo personal y el intercambio enti- ‘quecedor de los verdaderos bienes. ;Que trascendamos nuestro origen pleno de talento y nos volvamos fru- to nutttivo de nuestro entomo y de nuestro devenir mismo a través de la miisical GNACIO TREJO FUENTES Mis herramientas literarias ignacio Teo Fuentes Pachuca, Hideo, 195) prlesor de Redaccib y de specilzain en iterate Mexicana dea Unweidad -Autnoma Metropoltna de Azapata; ha cordnado numeross tales tears en a unas y el ay foe parte de comin de Ares Leas dl onca. Tine mle thos pubicados en os géneros de ensayo, rica ueno y novel Eneste tet, Ignacio Treo Fuentes nos habla deo que paral sigrifiadedicase a uses, desde una pespectva mie y aie taal aprenczie del ofc. amayorta de los escritores tiene ms de una faceta, una voz, una personalidad, un card ter. Son, por decirlo de alguna manera, desdoblables, Me reficro.a que suelen manejar distintos géneros literarios, y en consecuencia recurrit a diferentes herramientas, tie- nen que cambiarse el disco antes de empezar a funcionar. Creo que soy uno de ellos. Eseribo ficcin (cuento y novela), erdnica y ensayo. Y hago periodismo, Por qué? Por la sencilla razén cle que a eso me condujeron mis estudios profesionales: estudié Periodismo y Comunicacién Colectiva en la UNAM y despues hice una maestrfa en Letras en la Universidad de Nuevo Mésico; luego, mis actividades combinan ambas reas, el periodismo y ka literatura Empecé siendo eritico, ensayistay, hasta donde sé, quienes conocen mi trabajo me asocian stricta y necesariamente con esa Srea, sostayando casi siempre mis otras facetas. Mitesis de licenciatura fue sobre la critica literaria mexicana, material pricticamente inex- plorado cuando me acerqué a él Lo publiqué con el titulo de Paras y sirewas (aspectos de eitca Titeraria), Eso leva que mis primeros pasos periodisticos se encaminaran a las bellas artes, ala literatura en especial: asi, desde 1977 no he dejado de resefiar libros ni siquiera una semanas {quiero decir con esto que puse en préetica mis conocimientos te6ricos: suponiendo que vonocfa los mecanismos de la critica en suis distintas modalidades (la critica periodistica, a eritica de investigacién o académica y la eritica creacién), me apliqué a su prictica. Jamis he reunido mis reseiias de libros, como acostumbran hacer algunos colegas, En cam- bio, reunt lo que fire mi primer libro (Segunda vos) ensayos sre novela mexicana. Y aqui pezéa funcionat ese cambio de piel del que hablé al principio, pues no es fo mismo pergefiar tuna nota critica de libros destinada a aparecer en un periddico, una revista o un suplemento, y que debe cefiirse a las reglas de origen periodistico que exigen (novedad, inmediatez, senti- do noticioso), que escribir textos de mayor extensiGn y profundidad sobre autores u obras es- pecificas pero que no enfrentan la exigencia de lo actual. Aunque son parientes cexcanisimos, ta esefia y el ensayo mantienen su propia fisonomifa sus peculiares formas de abordaje. ¥ para hacerlos uno debe seguir ls reglas, ponerse el disco adecuado. 39 Jo principio, Prorsieo ave todo escitor debe estar totalmente empapado de su materia desde el punto de vst teérico, {éenico. No concibo (aunque los hay) esctores que ignoren los elementos de su materia prima, como 10 concbo a un mé¢ico que opere pacientes sin antes haberse aprendido al edit as nociones fundamentals dela anatomia humana, la cirugiay esas cosas 40 Paralelamente, fui eseribiendo critica de Je cercera naturaleza, la lamada critica de investigaciGn o académica. Esta es del todo distinta a las antes mencionadas, asi sea que opete sobre el mismo fenémeno, la literatura. A diferencia de aquéllas, este tipo de andlisis nada tiene que ver con la premura, ni con la Jimitacidn espacio-temporal Si la resefia ae- sntisima aparicién tia sobre materiales de rec (nose puede resefarimpunemente el Quijote ni Las mil y una nockes); sicl ensayo de ma- yor extensién y profundidad se concibe para ser publicado en revistas especializadas que ala vez permiten ir masallé de las dos cuar- tillas que impone el periodismo, la eritica académica permite al practicante todo el tiempo del mundo para hacer acopio de in- formacién, consultas bibliogrificas y hemero- _grificas, entrevistas, en fin, y el resultado sue- le ser publicado en Forma de libro en el que, por supuesto, se ha utilizado una meto- dologia del todo distinta a la de las otras mo- dalidades eriticas. Algunos de mis libros correspondientes a esta categoria son el ya mencionado Farasy sirenas, De acd de ete la do una aproximacién a la novela chicana), Tres wistestopicos: la narratioa de Sergio Galindo ‘y Légrimas y risas: a narratica de Jorge Ibar- 1 los préximos meses jengoitia, (Publicar Guta de pecadoras [personajes femeninas dela novela mexicana del sila XX], que noes exac- tamente un trabajo académico sino més bien lo que he llamado critica creacién, porque no interviene la rigurosa metodologta, y atin asi contiene grandes dosis de informacion y teoria.) ZNo queda claro asf que quien ejerce la critica literaria debe cambiar de voz, de m todo, de herramientas, aun cuando se trata del mismo género? Si esto es imperativo, necesario, hay que imaginar el cambio radi- cal que debe hacer el mismo critico cuando decide hacer fecién, es decir cuento, onove- |, 0 poesia. En micaso, deb{ empezar por el cambio del disco de la eritica en cualquiera de sus formas por el de la crénica. E'sta, segtin en- tiendo, contiene elementos del periodismo y la literatura, es la frontera exacta entre am- bas materias. La ernica —por lo menos la que he practicado—tiene un origen esencial- mente periodistico, pero trasciende los Ii- ites de la nota informativa porque se sa- cude el obligado concepto de la objetividad y, apelando a recursos propios de la litera- cura, aleanza otro nivel, de ahi que muchas veces los lectores de periddicos consideren que lo que se les ofiece como exénica sea en realidad una ficcién, un cuento. Pe- ro qué va: aun sin apegarse del todo a la objetividad periodistica debe mantener el principio de verosimi- es decir, tiene litud e inmediate: ‘que partir de hechos reales, concre- tos, susceptibles de comprobacién, algo que esté muy lejos de serle exigido a un euento, que es casi siempre una invenci Voy a poner un ejemplo para matizar el cardeter dual —periodis- tivo y literario— de la erénica, $i asisto al acto de apertura de una ex- posicin de pinturasen fa sala prin- cipal del Museo de Arte Moderno de la ciudad de México y me en- cuentro que entre los asistentes hay una in- digena, una Maria, cargando en su tebozo a um nif y en las manos una caja de chicles mientras mira y admira con det enimiento Jas piezas expuestas, rendré que extrafiarme, porque no es el piiblico habitual de. tos, Sin embargo, sillego a la redaccién de mi periddico con tal noticia, es seguro que mi jefe me mandaré al carajo, porque eso puede ser curioso mas noes la gran noticia Es entonces cuando aparecen las virtudes de la crénica: si cuento lo mismo no con los clementos de la nota informativa, sino ap Jando a los de la literatura (descubriendo la extraieza, ls fuchis de los espectadores em- perifollados, los rasgos y actitudes de la indi gena, los herridos de su nif, seguro que el material podrs interesaral jefe yen consecuencia a los lectores. Bs un h al que hay que forzar con las herramientas propias de la ficcién. Ese es el tipo de crénica que he practicado: durante muchos aiios publiqué sos ac- cho real, comprobabl etcetera), es una cada semana en Unomdsuno, y mis tarde reunj algunas de ellas en Grémicas romanas, Loquitas pintadas y en el volumen colectivo Amor de (a calle. Publiqué un par de cx6ni- cas de otro tenor [de viaje, mas extensas], en Astecas en Kafkania.) La erdnica tiene, entonces, sus propias reglas, sus mecanismos singulares. Y euan- rramientas, la voz, la estrategia, el disco I cueento, ya se sabe, posee sus reglas precisas y casi inevitables, y su sustento esti cen la imaginacién, Debe (entre otras cosas) ser breve, de un solo tema y en general sor- presivo o sorprendente. Y quien lo practica debe sujetarsea esos preceptos (aunque ha sabios que les agregan detalles de su pers nalisima cosecha), olvidindose de sie: bign ensayistao eronista o poeta o novelista He publicado cuentos en revistas y suple- mentos y recogi algunos en Amiga a la que camo, Loquitas pintadas y Besos del Diabla (y entregué ala imprenta la coleccién Lacas del cuerpo) cam- 11 mi caso, debi empezar por el cambio del disco dela crtca en cualquiera de sus formas por e de la erica. Esta, segin entiendo, contiene elementos el periodisma y la literatura, es la frontera exacta entre ambas materas. La «xérica —porlo menos la que he practcado— tiene un origen esencialmente periodic, pero trascende ls limites, de la nota informatva porque se sacude el oblgado concepto de ia objtivided. Crénicas romanas Ignacio Trejo Fuentes Y quien se olvida de los ‘cuentos y debe escribir no- vela necesita cambiarse la miscara el disco, y cefirse alas condiciones del género, quizis el mis diictil, rico y generoso de cuantos hay. Olvidéndome del ensayo, de lacrdnica, del cuento, de Jas caracterfsticas de cada cual, escribf una novela bre- ve: Hace un mes que no baila el Maio, Quizis no he respondido como se debe al asunto de mis herramien- tas lterarias, pero quiero creer que lo dicho hasta aqui es indispensable para sostener que no hay un patrén, una sola regia infle- sible en esto de la literatura, y tal vez esto me lleve a entrar de lleno al motivo de esta disertacin Por principio, considero que todo eseritor debe estar totalmente empapado de su ma- teria desde el punto de vista te6rico, téeni- co, No concibo (aunque los hay) escritores que ignoren los elementos de su materia pri- ma, como no coneibo a un médico que opere pacientes sin antes haberse aprendi- ddoal dedillolas nociones fun- damentales de la anatomfa humana, la ciugfa y esas co- sas; 0 como no puedo enten- dera un artista plistico que pretenda la absoluta origi- nalidad sin primero haber aprendido a mezelar los co- lores, a conocer la perspec- tiva, a dibujarla figura hu- mana 0 un bodegén... La técnica ante todo. Que el ccuentista 0 el novelista o el poeta hagan lo que les dé la gana con sus materiales, con las reglas y con las formas, siempre y cuando las conoz- can, De lo contrario suceden cosas lamen- tables como las que todos conocemos: poe- tas que defienden como perros rabiosos su escritura en verso libre porla razén de que ‘no conocen las formas eldsicas, ignoran lo que ¢s un soneto y qué es la métrica. E in= sisto: que se dediquen a versficar libremente, siempre y cuando lo hagan por convenci- miento y no por ignorancia, Otro tanto acu rre con novelistas: sin saber nada de estruc- turas, técnicas, trucos, escriben como Dios les daa entender, y los resultados son desas- ‘tozose gno estamos hasta el pescuezo de las llamadas novelas fight chatarra? Al margen dde que haya poderosos motivos editoriales (comerciales) para la proliferacién de esas cosas que pretenden pasar por novelas, po- dria asegurar que los descalabros estéticos obedecena que sus hacedores desconocen las reglas elementales para hacer novelas, En ese sentido es como exijo y me exi- joqueantes de entrarlea la manufactura de un texto literario hay que tener bien claro con qué se come eso. Y asf como no me atre- verfa a meterme a un quiréfano a operar a alguien, ni me aventurarfa a construir un edificio porque mi ignorancia de cémo se hace eso arrojarfa resultados catastréficos, uiero que nadie se diga escritor si no se ha preparado minuciosamente y a conciencia para eso. (Se podré decir, y con raz6n, que ha habido escritores naturales que han escri- totextos decorosos y aun memorables, ¥ yo replicarfa que también ha habido, hay, perso- nas que curan enfermos sin haber estudia- «do medicina, o simples albafiles eapaces de hacer bien una s6lida casa. Pero, en todo ca- 50, no serfa mejor dejar a responsabilidad de misaludaun verdadero profesional, y la -construccién de mi casa a un auréntico ar quitecto?) Con lo iltimo no pretendo que el cono- cimiento de las técnicas sea lo tinico y defi- nitivo en literatura; es s6lo una parte, pero ‘muy importance. Bxisten, claro est, eltalen- | bonito, peo hay que leer Pe. ‘0, la sensibilidad, la inspiracion, las musas, (mo negarlo; mas sia esos dones naturales, 30s que no se aprenden en Ia escuca, en los manuales 0 en la prictica se les da un em- pujoncito con el conocimiento de la teoria yla técnica, las posibilidades se enriquecen. Alguien diré que la mayor parte de los escritores ha sido y es autodidacta. Lo acepto y lo entiendo muy bien. Sin embar- £0, ¥ para que mi perorata no parezca un t0- sario de sinsentidos, debo decir que no es- toy en contra del autodidactismo, ni exijo que antes de sentarse a escrbirlosescrtores, muestren sus titulos académicos. Nada de 30. Abogo por el conocimiento sin impor- tarlos medios para llegar aél. Por ejemplo, In experiencia demuestra que sin necesidad de haber idoa escuelas donde se ensefa lit ratura, muchisimos grandes escritores lo han sido porque fueron, antes que nada, lectores apasionadas, de tiempo completo, ;Qué me- jor forma de aprendera escribir que viendo cémo lo hacen los otros, los que saben, es decir leyendo? Juan Rulfo no se pars por las escuelas antedichas, y no obstante fue un genio: y es que ley6, cuidadosa y enfebreci- damente, acaso mas que scis profesores de literatura juntos. Por lo demas, quien aspira a ser eseritor yno puede o no quiere asistira la universi dad para aprender serlo, tiene muchas vias para lograrlo, Lo primero a Lectura infatign- ble, y qué mejorsi se trata de una leetura uiada, orientada, En ese sentido, y contra la opinién de tantos colegas, defiendo y apo- yola existencia de los talleres literarios; en ellos, el mentor, que se supone es un profe- sional, se encarga de ahorrarnos sinuosos ca- 0s para legara donde queremos ir, nos indica brechas y senderos apropiados. Asi sile entrego un texto surgido de mi més fer- viente inspiracién de diletante que empic zadiciendo “Vine a Pachuca porque me di- jeron queaqut vive mi padre, un tal Ignacio ‘Trejo”, de seguro me dir: “Te salié muy dro Pdramo”. Otra herramienta indis- pensable en estos meneste- res es la disciplina, la cons- tancia, Flaco favor hace la espera cimoda y paciente de lu legada de la inspiracién y de las musas, Como alguien dijo, las musas existen, y qué bueno; pero quecuando lle- guen nos encuentren traba- jando. m Como reza la sabiduria po- pular, no es lo mismo ver llover que estar en el aguacero: ni roncar que ofr ronquidos. Quiero decir: mi exigente postura de que quien desee ser escritor debe conocer muy bien sus herramientas y aplicarlas de la me- jor manera, me coloca en la dificil posicién de predicar con el ejemplo. Mi desempeno como eritico literario supone que debo hablar con los pelos en la mano y resistirlos juicios que otros lectores hagan de mi pro- pio trabajo. Me pregunto y trato de respon- dercon toda la honestidad posible: tisface mi propio trabajo?, Zestoy contento con ello?, Zestoy conforme? Sime satisface mi trabajo y estoy contento con él, pero no estoy conforme, pues como sugiere la can- cidn, hay que aceptar que uno no sabe nun- ca nada: el conformismo pudre, aniquila, por eso siempre estoy dispuestoa aprender nuevas cosas cada dia, aun a sabiendas que ta voracidad de conocimiento es inagotable. Podria resumir entonces que mi herramienta literaria més importante es la disposicign para aprender. El talento, la creatividad, la inteligencia, se cocinan aparte, y corres- ponde a los demés aquilatarlos, decir i uno los tiene 0 no. Pero por ganas y por dispos cidn, uno no para. Uno no debe parar 2 nunc vi ne St Wad Ooo de aprender a escribir que vendo cb lo hacen los oto, los gue saben, es decir leyend? Juan Rulfo 10 se par por ls esculasanteichas, yo obstante fue un genio: y es que ley, culdadosa y enfebreidamente, acaso més que ses profesores de iteratura juntos 43 = — MARIA DEL CARMEN RUIZ CASTANEDA Tres oaxaquenos en la Biblioteca Nacional ‘Maria del Carmen Rule Castaeda naio en Tampico, Tamaulpas. & maestraen Letras especaizada en Lengua y itera ura pala (cur laude) y ene estudios de dotorado en la misma especaidad en la Facultad de Flosoiay Letras de a ow, Inttucn en a que fue drectora de la Hemerateca Nacional y del institute de Investigaciones Bibogrfcas. Ha publicado Periodismo poltico de la Reforma en la ciudad de México 1854-1861 (1954) y La prensa periédica en torn a (a Constitucién de 1857 (1959). Es coautora de El periodsmo en México. 450 afos de su historia (res edkdones: 1974, 1980 y 1996), del Catélago de seudénimos, anagrams e iiales.. usados por eseritores mexicanas. (1985), entre aos tus. Fue dstinguida con la condecoracin Chevalier de Orde du Mite, en 17, por el gobierno frances, el econacmiento de a Sociedad Mesicana de Geografiay Estadistica po su labor de invesigacion sobre Ignacio Manuel Altaitano, en 1993, _ylos econocimientos dela ssn por 25 y 35 aos de servicio, Enel siguiente texto, Rule Castaneda abardala trayectoria de una institu fundamental en el deveir dela cultura ‘en nvestro pals I. LA FUNDACION BENITO JUAREZ. «Biblioteca Nacional de México fue creada, como todos sabemos, por decreto del pre- L Benito Judrez de fecha 30 de noviembre de 1867. Sin embargo, dado que laorden presidencial venia a ratificar los decretos anteriores, de 1831, 1846, 1857 y 1861 —este til- timaemitido por el propio Juétez— el acto presidencial que dio ser definitivoa la Biblioteca equivale a una confirmacién de hechos previos, y se inscribe en una larga tradicién que se propone otorgar al Estado ta titularidad de los instrumentos de la cultura y que convierte a la Biblioteca Nacional en el baluarte de un proyecto cultural republicano y nacionalista. Ninguna de las instituciones de cultura superior del México independiente debié, como ésta, su planteamiento y ejecucién al iberalismo. Salvando los antecedentes coloniales, recordare~ ‘mos como digna de mencin la inicativa de crea~ cin del diputado José Maria Irigoyen, ante el Con greso, del 3 de enero de 1828. Yaeen la linea de las acciones, el primer decreto de creacién de la Biblioteca Nacional, del 24 de oc- tubre de 1833, signado poreel vicepresidente de Mé- xico en funciones de presidente, Dr. Valentin Ge mez Farias, dispuso la clausura de la Universidad de México y del Colegio de Todos los Santos, euyos bienes, rentas ¥ acervos documentales, asf como cl edificio del segundo, deberfan ser- virle como punto de partida, aparte de una asignaci6n en metilico destinada a la com- pra de obras, suscripciones de periddicos, memorias y colecciones particulates, ‘Como paso preliminar se habi do la reapertura de la Biblioteca de la anci- ‘gua universidad como sala piblica de lect ra, cardcter que, por cierto, habfa tenido a partir de 1761 El presidente de la Repiblica, general Antonio L6pez de Santa Anna, encabezan- do la reaccién gontra las medidas reformis tas de la Direcein General de Instruccién Piiblica y del vitepresidente Gomez Farias, orden el 31 dd julio de 1834 la reapertura de la Universidad y la consecuente reinte- gracién de los fondos bibliogrficos y demas, bienes asus antiguos poseedores. ‘arias tentativas alentadas por particula- res y un segundo dedreto de creacién, dicta- do por el presidente José Mariano Salas, € inspirado por José Marfa Lafragua, en 1846, ‘no pudieron tener efectos pricticos dadas las condiciones de inestabilidad del pats. ordena- Después de la Revolucién de Ayutla y de la caida del dictador Santa Anna, el pr. dente sustituto, general Ignacio Co- mmonfort, decreté el 14 de septiembre de 1856 la supresién de la Universidad de México y la entrega de su edificio, bienes, fondos y libros a la Biblioteca Nacional, creada con esa fecha, Puede fijarse el afio de 1857 eo- imo el principio de la formacién prictica de nuestra Biblioteca Nacional, pues aunque no lle- garaa tener entonces un edificio adecuado, y no se inauguré de ‘un modo solemne, a causa de la EE PERIQUILLG SARNIENTO. POREL PENSADOR METICAND ‘tremenda lucha que agitara tres atos consecutivos ala nacién, si fe desde ese afio la Universidad clcentroen que se retnieron to- das ls obras y bibliotecas de cor- poraciones y comunidades reli- giosas, que en virtud de Ia desamortizaci6n y confiscacién de bienes eclesidsticos se acu smularon all. MEXICO: Baten eT Anatoli oe Ae Feb ace 116 as a6 La guerra de tres afios interruampié los trabajos de organizacién de la Biblioteca Nacional. Tyiunfante el go- bierno liberal, Benito Judrez expidié nuevo decreto el 24 de diciembre de 1861. En esta ocasién, las bibliotecas pertenecientes alos conventos supr midos porlas Leyes de Reforma se su- maron a los fondos de la Universidad. Segiin el mismo Gonzilez Obregén, la Biblioteca estuvo prestando servicios regularmente en dos turnos hasta que sobrevino la intervencién francesa, La restauracién de la Repiiblica en 1867, con el triunfo de las ideas liberales, pro- picia una obra de reconstruccién nacional de amplio alcance. Partiendo de la premisa de que “difundir la ilustracin en el pueblo es el medio mfs eficaz y seguro de moralizarlo, de establecer de una manera s6lida la liber- tad y el respetoa las leyes”, el presidente Be- nito Judrez, secundado por su ministro de Justicia e Instruccién Publica, Antonio Mar- tinez de Castro, funda nuevas instituciones culturales, entre ellas la Biblioteca Nacional. En tanto se organizaba la Biblioteca y se Jeasignaba edificio apropiado, fungié como Nacional, por disposicin del gobierno, la Biblioteca de la Catedral, a donde debfan remitirse los ejemplaes impresos, segiin lo prevenido por la ley. El decreto de fundacién de Judrez dioa a Biblioteca Nacional como domiciio la an- tigua iglesia de San Agustin, Ademds de los Tibros que se le habjan asignado en los an- teriores decretos, se le destinaron todos los de los antiguos conventos y los de la Bi- blioteca de la Catedral. Se hizo depender la Biblioteca del Ministerio de Instruccién Pii- blica, el cual debia suministrarle un fondo de 11,890.00 pesos anuales para contratar la planta de funcionarios y empleados, para comprar libros y periédicos, pagar encuadernaciones, etcétera. Fue nombra- do director don José Marfa Lafragua. Las obras de adaptacién del edificio, que durarfan mas de quince afios, retrasaron el funcionamiento pleno de la insticucién; mien- tras tanto, se proporcion6 servicio de lectura en la capilla anexa de la Tercera Orden de San Agustin, donde fueron trasladados la es- tanteria y los libros de la Catedral en nvimero de 10,200 algunas obras de consulta, Vigilante de los actos del poder pablico, la prensa de la época reclamaba la reapertue rade la Biblioteca Nacional; estas excitati- vas fueron mas frecuentes después del tiun- fo de Ayutla, mas atin después de la cafda del Imperio, y menudearon antes de la en- trada del gobierno liberal triunfante, y prue- ban eudn hondo haba calado la insttucién ena conciencia nacional. Como respuesta a las instancias de la prensa, el articulo 30 del decreto de 1867 dispone que en el mismo edificio se site un gabinete de lectura para artesanos, que estarfa bajo las 6rdenes del director de la Biblioteca (que lo era don José Marfa Bent que daria servicio por las noches y los dias festivos Benito Judrez, su gabinete y los intele tuales que lo rodeaban fucron consecuentes con su compromiso hist6rico frente la na- ifn, y su genio consistié en recoger y consa- sgrar una tradicién que se remonta a las pos- trimerias del Virreinato y recorre las primeras décadas de la Repiblica inde- pendiente. | LACONSOLIDACION: PORFIRIO DIAZ [oc6 al gobierno del general Porfirio Diaz la consolidaciGn de ta Biblioteca Nacional ysuaprovechamiento como rele de la po- litica educativa del régimen, Fuc el liberal jalisciense José Maria Vigil, designado di- tector del establecimiento en 1880, el agente ideal para ejecutar estas politicas. A él tocé ver concluidas las obras de acondicionamien- tode San Agustin, mediante cuantiosas er0- gaciones del gobierno: ordenar y clasificar 200,000 voltimenes, elaborar los catilogos yfundar el Bolein de la Biblioteca, que fue su primer érgano oficial. Concluida la adaptacién de la suntuosa fabrica virreinal a sus nuevas funciones, se cefectué la solemne ceremonia de inauguracién el 2 de abril de 1884, ante el entonces pre- sidente de la Repiibica, general Manuel Gon- zilez, su gabinete, el gobernador del Dis- trito Federal y regidores del Ayuntamiento, representantes de los poderes Judicial y Legislative, embajadores de varios patses y numeroso puiblieo. La Biblioteca Nacional se convirtiéen una cde as instituciones fundamentales del sistema educativo, como decfa Vigil, “dela cultura de ln sociedad mexicanas lo dems —afiadia—es obra del tiempo y de Ia atencién que a su fomento consagren los depositarios del poder supremo” (“Informe del director”, 1884) Desde luego, el gobierno de Diaz le con- firi6ralimportancia que e131 de enero de 1885 expidié el reglamento intemo de con caréeter de deereto presidencial. Bs el mis- mo reglamento que con Jas modificaciones que han exigido el paso del tiempo ylosade- Jantos técnicos se ha venido aplicando. Nuevamente las reiteradas excirativas de laprensa, que solicitaba la extensién de los servicios 2 todas las clases sociales, impul- salaapertura de la Biblioreca nocturna, con libros duplicados del acervo y obras de con- sulta con cerea de 8,000 voliimenes. La inau- uraciGn amerit6 de nuevo la comparecencia del presidente y de sus sectetarios de Estado (22 de mayo de 1903). Es importante mencionar que el 29 de mayo de 1889, a iniciativa del biblidgrafo Francisco det Paso y ‘Troncoso, fue creado como dependencia de fa Biblioteca Nacional cl Instituto Bibliogeafico Mexicano, forma- do.con el personal de la excinta junta Na- cional de Bibliografia Cient i Biblioteca Nacional se convirtié en una de Jas institucones fundamentales del sisterna educativo, como decia Vigil, de la cultura dela sociedad mexicana; lo demas —afadia— es obra del tiempo y de la atencién que a su fomento consagren principal fue conformar una bibliografia ge- los depositaros del neral de México que debfa incluir tanto las poder supremo” obras escritas pormexicanos en el paisyen ("Informe del elextranjero, como las de autores extranje- Este paso marea un cambio cualitativo en las funciones del esta- blecimiento para hacerlas més acordes con as que son esenciales a las mas importantes: bibliotecas de cualquier pats. Gorrelativamente con la declinacién del Povfiriatoinicia la decadencia de la Bibliote~ ca, yel Insticuto termina sus trabajos en 1908 por falta de estimulo oficial, para reaparecer en nuestra época impulsa- VOCKBTUAREO do por el ex director de la seturora saan Se misma, doctor Manuel Aleali y Laherencia porfiriana, como la de la Reptiblica restaurada, se conjuga con Jas mas ricas tradicions de la institucién que nos sirve de marco para | destacarla accién de nue~ | stros protagonistas. | Lainestabilidad polit | ca habfa frustrade diversos | planes de los direcrores que se sucedieron, entre Jos cuales figuran muchos habiles administradores. Al recibirla en 1913, Liuis cassrs0 on vocuwano in utwcun caTuans ¥ Mtb G. Urbina describib ala Se eS director”, 1884), a7 jonal como un verdadero caos bibliogcifico; provisto de muy buenos proyectos, Urbina hubo de em- igrar por razones politicas, como otros tantos que pasaron fugazmente porla direccién. Vasconcelos recogié los planes de regeneracién de personajes de muy dis- tinto signo politico (Luis G. Urbina, Luis Manuel Rojas, Enrique Fernén- dez Ledesma y Aurelio J. Manrique) y mantuvo la labor de difusién de la Bi blioteca, inteligentemente impulsada por sus antevesores. Pero durante su encargo se dio un paso decisivo en la ampliacién del espacio iitil de la Biblioteca, hasta entonces ‘comprimida en los aftosos muros de San Agustin, Me refiero al desalojo de los mate riales de hemeroteca que habfan transitado porvarios locales de la sede, y que por la ac- cid de Vasconcelos fueron trasladados al ex templo de San Pedro y San Pablo. Sin duda, la idea de la expansién de la Biblioteca se haba ido gestando en la mente del oaxaque- fio desde 1920, cuando fue rector de la Uni- versidad, después jefe del Departamento Universitario y Bellas Artes, y finalmente CONSTITUCTON PAHREEMICO oo ave EN GLORIAS DE MARIA, Sesilfisimmaccledenenceconccila, elebed ba pee apeazee ymmmos mezzoanes, Ta Ponsa lmperal, y Re ‘acadenia Meneses 2 enema camof or SANCTONAD de Mathomaticsn ‘yr DOCTOR DON Juan Bt Nant aré, eeu Goce eed Goan sapien Ness yalpeene Creda ePomadSbaale Mexican, yendllcitbedratcopapritaria seeretario de Educacién Piiblica, y se real- i26 cuando llegé a ser su director en 1941, ya bajo la administracién universitaria, II, LA EXPANSION: JOSE VASCONCELOS No pretendo atribuir al licenciado José Vasconcelos exclusivamente la notable ex- pansién que ha tenido la Biblioteca Nacional de México en la época moderna y contem- pordinea, sino darle su justa ubicacién entre los distintos personajes que dirigieron ta ins- titucién después de la caida de Porfirio Diaz, algunos de ellos por muy breve tiemp, Francisco Sosa (1909-1912), Rogelio Fer- nindez Gitell (1912-1913), Luis G. Urbina (1913-1914), Luis Manuel Rojas (interino ‘en 1914, propietario en 1915-1917), Mart Luis Guzmén (1914-1915), Genaro Palacios Moreno (interino, 1915), Ciro B. Ceballos (1917-1918), Agustin Garcia Figueroa (1918- 1919), Juan B. Iguiniz (interino, 1919-1920), guscin R, Ortiz (interino, 1920), Vicente Garrido Alfaro (1920), Manuel Mestre Ghi- sliazza (1920-1926), Joaquin Méndez Rivas (1926-1928), Esperanza Vekizquez Bringas (nterina, 1929). En 1929, al obtener su auto- noma la Universidad Nacional de Mé- xico, el Estado puso bajo su custodia la Biblioteca Nacional A partir de entonces la Institucién entra en una nueva etapa, bajo la res- ponsabilidad de Enrique Fernandez Ledesma (director de 1929 a 1936), Aurelio Manrique hijo (1936-1941) y José Vasconcelos (1941-1947), A iniciativa de Vasconcelos, el rec- DESCRIBELO tor de la Universidad, Lic. Brito Fou- D Carlos deSiguenzajyGongora, — cher,acompaitado por los miembros del Consejo Universitario, otras autoridades y miembros de la prensa, visitaron el antiguo edificio para dar fe de las pési- ‘mas condiciones en que se encontraba el méximo repositorio bibliogrifico del pais, Ante lt evidencia, el rector apro- 6 el traslado de los periédicos y revis- tasa su nueva sede del ex templo de Pedro y San Pablo, donde empezs a funcio- nar la Hemeroteca Nacional el 28 de marzo de 1944 y donde continué hasta su final traslado al edificio que actualmente ocupa en el Centro Cultural Universitario. Una erénica aparecida en Kxcdlsior e129 de agosto de 1942, resalta la influencia de José Vasconcelos, asi como la vision que le permitié prever el futuro de los bienes na- cionales que en ese momento administraba: Acompaftado de varios consejeros y diree- tores de lay escnelisy facultades de la Uni- versidad y de los representantes de la pren- sa, el rector inieis su recorrido por la Biblioteca, Vasconceles guiaba Virgilio a través de los infiernos. Ala entrada de la Biblioteca y a ‘ada lado hay dos bodegas repletas de libros y periddicos que no han podide en- cuademarse ni falta de espacio y dinero, A estas dos bode- gas los empleados las han llamado los “in- ficrnitos” grandes. En la parte alta esté el “pequeiio infiernito”, que consiste en tn hhacinamiento prodigioso de libros valiosos de donde el licenciado Vasconcelos halo grado rescatar algunos libros, cada ver que sale como un minero de catbén, de una mina cn las entrafas de Ia tierra Nada mas con que reseatéramos los li- bros del polvo seria algo digno de aplauso, mientras al ucho menos casiicarse por dijo Ulises, mostrando un precioso ejemplar de las obras de San Agustin al seior rector. TRASLADO DELAHEMEROTECA Sc informé a los sefiores consejeros que in- mediatamente se procediera al traslado de Jn Hemerotecaa San Pedro y San Pablo, osea la sala de diseusiones libres de la Univers ddad. Al preguntirsele a licenciado Vascon- celos sobre el proyecto dela construccidn de un edificio especial para la Biblioteca, dijo aque tales ta que la mudanza de Ia Hemerotecs a San Pedro en nada se oponiaa ese proyecto yaque al estar construido el edificio especial, la Hemeroteca y todo lo demés se reunind de bajo iban por buen camino y nuevo. Fuera de este hecho excepeional, pocos os hemos encontrado sobre la gestién vasconceliana en la Biblioteca Nacional, de Ja cual salié para fundarla Biblioteca de Mé- xico, Da la idea de una administracién tan sutil que no se transparenta, pero cuyos re~ sultados estamos viviendo todavia de m chas maneras; queda este renglén por ex- plorar en la vida del multfacético personaje. Mientras tanto, Ios que heredamos el ti- mén que un dfa goberné, Ie dedicamos, quizé sin saberlo, muchos de nuestros actos cotidianos, A iniciativa de Vasconcelos Visitaron el antiguo ceificio para dar fe de las pésimas condiciones en que se encontraba el méximo repositorio bibliogrfico del pas. Ante la evidencia, e! rector aprobs el traslado de los periddicosy revistas a su nueva sede del ex templo de San Pedro y San Pablo, donde empez6 a funcionar la Hemeroteca Nacional 128 de marzo de 1944 y donde continu hasta su final trasiado al edificio que actualmente ocupa cen el Centro Cultural Universitario, 4 = — JOSE MANUEL BENITEZ ESPINOZA De aguatinta L bana sorda a los ensalmos. El frio rostro de mi padre emerge como una revelacién ante la lampara. El ya no podré nada contra los angeles de cart6n. Moriré con una implosién de violas en el pecho. Morira antes que el agua lustral haya ahormado sucuerpo en Ia blancura. Déjenle pues que humedezca en su lengua esta aguatinta, este tiltimo murmullo de sombras que somos los que ya vivimos una larga muerte, Nada dird cuando sienta que nos hemos ido apagando los yesos y las flores. Moriré mientras toma la libreta y se incorpora para recordarnos, en su verso poderoso, Lemke. geome como un halo ardiente escociendo los vuelos de la grulla. raceme Rio, ayant 1960. Ha colaborad on ‘versaspublendors acl y regorales. En dos cezcones {2000 200%) obtivo #! Pro Eas Tapio, Con ste poema obuno el primer lugat ne Premio stata de teat de Nayar 2001 Nada podremos contra ese cielo de papel. 50 ———— _— Coo yi 7 Un chango Ilamado Hemingway ‘erg Fong (Guanatos, Naya 1962) ha pubbeado Con un culo de botlis rota (1952) y Tank taka, el avaco (1993), Com ete exo obtuv el pine arene gine de cuento el Premio Esatl de Literatura de Nayarit 2001 ara soportar las altas temperaturas del averno de ‘epic, la sesera solo maquina la ima- gen escarchada de un tarro de cerveza o cualquier otro brebaje frio y enardecedor que estimule el cerebro y contrapong la inclemencia del sol colgado en el paiszje como Jémpara chicharronera. Algiin elixir que resbale por la garganta para deshacer el nudo seco que se atora en el gaznate y ahoga la voz. Ando gerundio, sudando la cruda democracia, cargando una eruz de doble filo y la ciudad arde bajo mis tenis, siento mis pies de chicle sobre el pavimento y alucino con borrar la distan- cia entre esta sed insaciable y el divino néctar de los magueyes. Camino entre las calles heridas por los cirujanos del Siapa, supero los obstéculos y libro las barricadas involuntarias de las cuadrillas municipales en su desinteresado afin de obstruir las vias de navegacién. Levanto mi rostro al infinito ¢ imploro para que algiin ser omnipotente se apiade y abra las ventanas del cosmos, me bendiga con alguna lluvia etflica o encienda el artefucto hacedor del viento, pero cero, no hay respuesta. Mi corazén invoca porla flor de su herida: ;Oh Mayahuel bendita,rocfame con tu sangre de doncella para librarme de este infier- no que me quemal Por fin, mis ruegos son escuchados y ante mis ojos se asoma la esperanza, descubro en el pai- saje polvoso del centro de ‘Tepic el Bar Alica. Miro en su pizartén clavado en la fachada un anun- cio escrito con gis de color naranja el show de la chet: “fruta picada, sopa de pasta y came asada”. Llegué exactamente a las dos de la tarde, el bar estaba infestado de parroquianos, siem- preesasfel dia de quincena ala hora de la botana. Charly, el mesero, muy a tiempo, antes de que yo desistiera y me largara, consiguié un lugar en una mesa donde estaban bebiendo dos tipos extrafios para la fauna que normalmente asiste a este templo de Baco. Se distingufan del resto de las fotografias colgadas en los muros y de los rostros, aunque borrosos, conocidos. Estos hombres chocaban sus vasos de brandy para saludar ¢ invocar al viejo He- ‘mingyvay, lamentando que no estuviera pre~ sente. Yo habia pedido de emergencia una chela de barril y un eaballito de tequila para echara jalarel motor que no carburaba a su ritmo cardiaco, asf que en un acto de solida- ridad alcé mi derecho y con un chingo de gusto también se lo dediqué al viejo H. mingway, pues me sentien buena compafia y familiarizado con el personaje al cual le estaban ofrendando su borrachera; el tequi- la primero ardié en la panza y luego llegé a Ja sangre para empezara lubricar la maqui- naria del inser que habito. Despiies de un buen rato de chocar las ccopas y beber ala salud de Hemingway, se rompié et hielo y uno de los tipos hablo largo dos, por las dudas y para no quedarme con In espina clavada, me puse de pie y les grité que no les crefa ni madres, eso iti al oso rojo y golped la mesa con el puto provocan- do que se estremeciera todo el bar, el paya- soe dej6eaer al piso y rea a carcajadas de- bido a la confusi6n, Después del disturbio poético y serenados los dnimos, me propu- sieron que fuéramos a las instalaciones del citco para que lo conociera, Salimos del bar para transitar las ruinosas y deshumbradas calles de Tepie de noche; ahora el calor no importaba tanto, habfa conseguido volvera mi estado equilibrado, Cuando Hegamos al sitio donde resguardan a los animales nos encontramos con un viejo borracho que la hace de vigilante, quien nos saludé y nos dej6 pasar. Caminamos por los corredores ‘ytendido sobre su presencia en esta ciudad, 55% de tas jaulas hasta Hegar a la del sefior dijo que eran trabajadores del circa de Ca- Hemingway; quedé impresionadeo, la neta lina que estaba de paso por‘Tepic, lera ‘que'si, nunca habia visto un chango de ese un payaso y trapecista de origen brasilefio, tamaiio tan cerca: estaba sentado en una si- sunombre era Mauro. Su acompaviante te- Ila frente a una mesa, la jaula estaba ilumi- sulté ser un tipo seco. Era un ruso, de esos nada por una limpara de eseritorio y él es- tanquies de doscientos kilos, casi no habla- ba y lo que decia no se le entendia muy bien, esto provocaba que Mauro se botara de la risa, Bl payasete me comenté que el acorazado moscovita se haba unido al gru- po en Leningrado con su espectéculo de 80s y otras fieras amaestradas. El tipo rojo intentaba por todos los medios darme a en- tenderalgo que después Mauro me explied: era que en el circo ellos tenfan un gorila, el cual no s6lo era la atraccién maxima sino algo fuera de serie y aunque su nombre atis- tico fuera el de King Kong, ellos lo habian bautizado con el de Hemingway, por la for- ‘ma en que fumaba la pipa. Eso me sorpren- did pues yo habia asociado el nombre con cl del escritor norteamericano y lleguéa pensar que es- tos cabrones me estaban cabuleando, desistf de esa idea no, luego pensé que como ya estibamos medio ebrios y ellos habfan aceptado cambiar sus brandys por tequi- Ja debido a mi invitacién, quise entender que era una forma agradable de seguirel jolgorio, pero de todos mo- taba chupando su pipa, trafa una cachucha puesta que cubrfa casi el total de su cabellera srisicea. Me miré a través de sus gafas, més bien nos quedamos observando el uno al otro, parecia una creatura sesuda analizin- dome. Después volvié su vista a una libre- ta que tenfa sobre la mesa, y pude com- prender que estabamos irrumpiendo su intimidad y nos exigfa que lo dejéramos solo, Nos volvimos los tres para largarnos, Mauro me comenté que nadie entendfa qué esta- ba pasando con el simio desde que le robs esa libreta y ese boligrafo a un periodista que vino a hacer un reportaje sobre la vida cireense. “Tiene dias queriendo escribir al- 20, pero s6lo hace unos garabatos ilegibles, amruga la hoja haciéndola pelota y la desecha.” En eso volé un papel arrugado sobre nuestras cabezas, tomé la hoja y la desenvolvf; tenfa una linea, en la cual Hemingway habia escrito: “el hombre volverd 2 su es- tado natural”, i Cuatro pintores de Oaxaca Las intensidades luminicas de Luis Zarate Patricia Mendoza uis Zarate es un enigma y su obra una invitacion penetrao. La evolucién de este oaxaquefio que vid por més de una década en Paris, esa de un hom- bre nfie.Lalinea lo ha dominado a lo largo de su historia, linea virtuosa que con- forma todo tipo de urdimbres fantastcas. En estas tramas se mezcan arquetipos de vrlidad, como son la figura del toro y el caballo, con desnudos fereninos, lenun eterno rto de fertiidad. Marafia de sexo y naturalezaestrcturada por ese filo que al enredardesenreda, que al unirsepara, que al delmitar integra. Linea Uni- calade Luis Zérate,cictadoray dominant; de ella quis Hberase en su retomo ala tierra pimigenia. Se emborraché de color, abrevé en fuentes de policromas ema naciones, genet6 cuadros deintensidades luminicas nunca antes advinadas y, aun asi runfo su duefay sefiora la linea result vencedora en este juego de leatades. Enla historia de este artist, uno de los capitulos mas interesantes es su relacion con la luz, Zérate es un hom bre apasionadamente analtco que destruye para constr, desintegra parasntetizary no busca la luz sino la des- cifa, la descompone y nos enfrentaa un caleidoscopio de refiejosy cantos de irena que nos fascina y nos hace perderla estructura, la esencia y la verdad de una manfestacion profundamente lida Zarate, en suincesante bisqueda, log la permanencia en la transformacin y la unidad en la multiplicidad. ‘Son sus obsesiones las que dan cuerpo y unidad a una obra que responde a una concupiscenca visual aunada a tuna profunda y definitiva vocacion creadora, Luis Zarate nacé en Santa Catarina Cuanana, Tlaxiaco, Oaxaca, en 1951, Estud en la Escuela Superior de Artes Decorativas en Pars, Francia. De 1970 a a fecha ha expuesto en su estado na tal, en Chiapas, en Veracruz; en galerias de México y de diversas cludades del extranjero, Su tra- bajo ha recibido varios premios internacionales. La magia de Luis José Martha Chapa resentarla obra de un artista constituye al mismo tempo un honor y una responsabilidad, Na- da més dif; nada més fel. 2Por qué o digo? Porque es arduo, tara csi imposible, expre- sarlos msterios que la contienen; os procesos ceativos no obedecen a ninguna logica, correspon den ahallazgos, a extravios. También representan el tranito del paraiso al inferno; del inferno al © paraiso Todo acude alos aberintos de la imaginaciin, refugio del alma, donde se revelan amores y ensuefios, sombrasluminosasy luz sombria fal expresar mi testimonio de admiracion pore trabajo © de Luis José, eterno sofador,paraddjicamente escrutador de as | més profundas realdades. Traduce en cada una de sus pinturas, con vigorosos trazos, a esenca dela vida misma: la grandeza y la miseria del paraiso Su temperamento y fuerza de cardcterinpian a Luis Jos. £n su obra ha sabido captar con elacuencia una época tégica, ple~ ra de nostalgia podtica Lapintura de Luis os tee mérito de recogerlaensofacon, ‘om sus fantasmas y metaforas, que han impulsado ala pintura SaaS ‘mexicana por nuevos derroteros, yal mismo tiempo encontré en la modemidad urbana elementos contrastantes que le permiten posesionarse, como una formula dialéctica; del pasado y del futuro Laprofuncidad de su obra sola podem aprecar a plenitud conociendo su esprit, sus inquetudesy pro- fundas contradiccones exstenciales. Luis José es un pintor de la nueva escuela cuyas obras perfilarén entre la critica una reca personalidad con el éxito que ef talento y la belleza merece. EI mundo de la pintura de México se enriquece con sus aportaciones. Luis José Ramirez nacié en Oaxaca en 1950. Es egresado de a Escuela Nacional de Arts Psticas de la usa. Realiz6 un posgrado en gréfica en la Academia de Bellas Artes de Varsovia, Polonia. Ha sido maestro. Su obra se ha expuesto en la ciudad de México, en Monterrey, Oaxaca y Toluca; ademds de varias cudades en el extranero. Heteo Pérez Rojas: entre lo real y lo fantastico. Marjorie Agosin 1 Salina Cruz, un pueblo costero en el istmo de Tehuantepec, México, un hombre suefa y pinta sus sueios. Heteo Pérez construye por medio de susienzos, sus dlicados amates y sus dibujo api, un universo donde el dia se junta con la noche y la oscurdad con el color, desplegando asi una desbordante imaginacion "No hay que olvidar que Oaxaca se ha caracterizado por ser una de la reglones arraigadas a una cultura popu- lar Losartesanostrabajan eneltelar con la misma destreza que el vidrio verdey pintores como Rufino Tamayo han hecho de este sta tema y obsesion de sus obras. Heteo Pérez Rojas relata que desde no se deslumbé ante la magia de una naturalezaexcesvay hermosa, plasmada por el colorido de una vegetacién exuberante. Es esa misma naturaleza prodigosala que Heteo Pérez proyectay transite en su obra pctrica que comienza a conocerse en forma piblica con sus primeras exposciones. ‘en 1980, en Salina Cruz y Oaxaca. Embrujados por la ur, el mary esa nostalgia de la adolescencia, os os de Heteo Pérez Rojas no se vuelven adultos, su mi- ‘ada es inocente, poco solemne,y por medio de ella transfigura ena tela un mun- do ensofiado, Heteo, un autodidacta, dice que desde que emnpez6 a pintar hace aproxima~ amente vente afios deo de dort Su actividad esincesante. Al observar sus acuarelas hechas sobre lacorteza del drbol de amate, parece que sus manos in- vocan alas gareas, palomas y mujeres reciénsaldas de las bocas de un suet. ‘Adentratse en su pintura es separaresaslineasimaginaras entre lo realy lo fan- téstico, ya que el universo pitérco de Heteo Pérez Rojas slo permite entender ‘el mundo como si fuera una fabula, donde las cosas son érboles, pecs o casas y confabulan un espacio animedo \ymagico. En su obra también se refejaelregreso a un uiversotralcional eistérico come, por ejemplo, en la belleza atavica de mujeres vestdas de tehuanas ola tradicionales fiestas de las quinceaferas ‘Al comentar en la revista Novedades la obra de Pérez Rojas, ulio Ramitez dice: “Bajo la falta dl color, una ‘tehuana suefia sobre el mar, inventa peces, nace el tiempo, se sumerge en una fauna vegetal in horas ni minutos, sélolineas que buscan eterizarse en un paisa intimo, infnitoy ala vez itor”. Heteo Pérez Rojas es tambien pintor de poetas. Sus obras poseentitulos que insinian un espacio magico en el aque la leyenda habita con las palabras, ttulos como Mujeres de luna lena Las perlas de la dama, Mujer con garzas en la tranquilidad, En ef ubral de ls ollas...Son pinturas que, como sus ttulos, sugieren espacios donde la ma- Bia yl ensofiacion son ls nicas certezasy posbilidades de la mirada, En uno de sus cuadros aparece el rosto de tuna tehuana con el cabell argo y movedizo; unto al rstro de esta mujer, garzasblancasy alargadas. Heteo Pérez sun pintortrabajadory cuidadoso en la elaboracin de laslineas desu pintura, pero ain existe en sua ese es- tado intuitivo como de nine asombradoy libre Es interesante observar que sus pinturas parecen estar flotando, que tanto las gars y los peces como las mujeres forman parte de un espacio aéreo privilegiado por la zona de a fantasia y la libertad expresiva. Elcielo, como el mar, los caballos de la terra, como los marineros, también son parte dela aguda imaginacion de Heteo. Su arte no se dedica a crear limites entre fo natural, realy lo simbélic, sino que su pincelteje una historia y de la boca de una mujernacen peces,y de los mares, garzas J Los peces, las garzasylas mujeres confabulan y configura el univers picts rico de Heteo Pérez Rojas. El mar de Salina Cruz, las sirenas, mujeres con rostro de peces que flotan maravilads tras los ventanales de una casa, juegan con el lienzo de Heteo revelando una naturaleza desenmascarada de una imaginacién ‘audaz ybrilante. Su obra es también un stl para la celebracién de las flores de la primavera ante el constante asombto de estar vivo y, por cierto, del pintar, lo que estticamente es hermoso y también magico. Heteo Pérez Rojases, sn duda, uno dels pintores ms prometediores de México y sobre todo del estado de Oaxaca. Es un hombre slencioso y reflexvo pero profun- damente enamorado de su nie, la que configura su esenciay su vit esta, Su obra es una fabula constante que ofrece una vsin en permanente mo- Virviento, donde tanto los peces como las mujeres ren y el espacio delsofiary de sentir se entrelazan en pinturas de colores céldos, jams simétricos, cuya sensi- bilidad es tan desbordante como los objetos que pinta ‘Con azn decia Elena Poniatowska en suintroduccién al libro Juchtn de as mujeres, que “Oaxaca es el estado més libre y el més trabajador de México”. Prueba de esto, as manos florida de Heteo Pérez Rojas Heteo Pere Rojas nacé en Salina Cruz, Oaxaca en 1954. studi ténicas de pnturayser- sralia en el Centro de Artes Visuales de Aguascalientes, Es director del grupo cultural Caracol ¥ Viento. Varias de sus pinturashan sido portadas de los en Estados Unidos, Chile, Canad y México. Ha realizado 45 exposicionesindividuales y 6 coectivas, dentro y fuera del pals Victor Zubeldia pinta a la tercera mujer en la vida de los mexicanos Maria Fernanda Albarracin 41,7 oque daramente veo son cosas oscuras, elementos oscurs, colores oscuros. eo en os caxaquefosocatidlano del tro en as iesias ye sufiminto.. donde curosamente lacasa de Dios es esto mas oscuro yslencioso, donde hay huesos, sangre y pelos reales. Y mucha morbosidad, Es impresionante. Et horror, el morbo y el surimiento se convirten en coidianos totale.” bela se vino a via Estados Unidos porque se e present la oportunidad de hacerlo. El viejo continent, y fundamentamente Londres, estaban ain demasiado inalcanzables en distancia ypresupuesto. Y tuna ver los de casa delidioma y las costumbres, pudo re- conocer aquells cosas que mse disgustaban desu pas como linus social a pata generalzada y la impos bildad de os sues. “Uno trata de ver cémo es la palma dela mano pero sila tienes pegada ala narizno puedes ver las mareasnilasarruges porque no puedes ni enfocar. sila aleas, te das cuenta de que tiene cinco dedos, marcas, poros, arrugas..y 650 es lo que me pasb con México, lo tenia pegado alla narizy nolo podia ve. sms o menos por eso que sali’, eflexiona en vor alta mientras yo me sigo desorientando , por momentos, me dan ganas de mirario a él desde lejos para tratar de verlo evitando que sus frases penetren tan agudas en mis os, "Octavio Paz es quien sugier, por primera ver, a presencia de dos modelos de mujer en la vida de los mexi- canos. a primera de ells esa Virgen de Guadalupe, larepresentacién de la madre, (a santa. La. ota esla Malinche (mujer violeda), la chingada, la tradora. Lo que yo propongo es un tercer modelo de mujer en los mexicanos. Si bien adopto a La Lorona, es porque a veo como larepresentacién del amor platénico, la mujer deseable e ideal pero inaccesible. Es una mujer que no es tan buena como la Virgen de Guadalupe, porque ella es una madre y no se la desea. Tampoco es la Malinche, porque es una suciay una traidora “Mi proyecto surgi hace siete ais. Tomé la cancion oaxaquefia en una version de cuarentaestrofasinterpre- tada por Oscar Chavez, La primera vez que escuché esa cancion me enamoré de ella”, me cuenta al tiempo que se le cibujan sonrisas de recuerdos en la cara. Y resulta ser que esto saisizo lo que estaba buscando para su pintura, porque “La Lorona” es oscura y triste. “Es una oda o himno al sufimientoy al dolor, al amor no feliz", alara Zubeldia As fue como hizo una seleccin de las estrofas y decid iustrals En 1999, Zubeldia fue invitado a partcpar en una exposicién colectiva de jovenes pntores. Dada esta mues- tra, se animé a concursar por una beca que ofrecia el Instituto Oaxaquefio de las Culturas, dela cual se hizo valen- te portador La beca consste en le producién de obras relacionadas con Oaxaca durante el periodo de un afto, “Al finalizar entregaré las imagenes de las obras, las estrofasseleccionadas de la canciny se imprimir un bro con la {otalidad de las produciones”, defnié Zulbeldia con su sonrisa regada de satisfacion. Victor Zubeldia nacié en Oaxaca, Oaxaca en 1971. Es egresado de la Escuela Nacional de Pintura Esculturay Grabado “La Esmeralda”. Ha realizado diversas exposciones en México y Estados Unidos. Su trabajo ha mere Cido varios reconocimientos. Actualmente radica en Berkeley, California, Pintores oaxaquefos contemporaneos ViCTOR ZUBELDIA _1UIS ZARATE Dintores caxaqueno i ores oaxaqueios contemporaneos a — YETI ees) - Abert ancoracoen ic dad de Maco en 1951, Poe ta, radu, iy atta lsteo, 5 quis egresido es ofentala en fCalegode Mn, Ha dr tesco coacon y de tad ite tata en Mako fstados Unidas. én 1988 obtuvo el obra publeada, yen 1869 Premio Nacona de Literatura lost Fuentes Mares. Su bce ha sido tradi y pub envio ee mien diversas antlogs, La novia del viento A Sergio Hernindess Neo hay y sin embargo hay jempo,no hay tiempo, paisaje para la novia del viento. No hay cielo, no hay cielo, y sin embargo hay encaje para la novia y su vuelo. Sus brazos se extienden en las cuatro direcciones como si con las diez manos pudiera tocar el mundo: como si con los cien dedos pudicra rasgar el velo; como si con las mil ufias pudiera ahondar la herida; Como si con los diez mil seres Pudiera entender el cielo, 37 ee ree ALEJANDRO MENDEZ AQUINO El Coliseo Nuevo de Oaxaca Alejandro Méodez Aquino naciéen la cludad de Oaxaca, Ha escito teatro, pocslay ensayo isérica Tene editados sete ors. Pertenece ala Actdemia Nacional de Historia y Geografa y ala Socledad Mexicana de Geografiay Etat, Es mem: bro dels tres de México, dela socenty de a Sociedad Defensora de Tesoro Artistic de México. Enel siguiente ensayo, Alejandro Méndez Aguine hace un ameno y dacumentado recuento de lo que fuera, en el alo x, tn espaca emblemtica en la cluded de Onxaca acon de Ex instalado en fa esquina del Nazareno y el Cofire (actualmente las calles de Colén y Melchor Ocampo). Se le nombré Del Recreo, ckindoscle el titulo de coliseo a pesar de tener forma rectangular, era totalmente de pacota! Otros informadores sittian al Coliseo Viejo junto o en ka famosa casa del Ciprés de lacalle de San Antonio (4" de Rayén), donde funcionaba otto sitio de representaciones, al igual que los de lacalle de Los Gallos (3" de Murguia), del Refugio (5° de Morelos), de la Petenera (9" de More- Jos), del Tapere (3" de Abasolo) y la de Pattuelito (1 de Constitucién, todos improvisados, a nera de los viejos corrales espafioles que florecieron desde tiempos del medievo. El tinico edificio que se proyecté y fue construido para servis de teatro fue cl Nuevo Coliseo, con fondos ya iniciativa de don Manuel Jimeno de Bohérque, que lo edifieé no con afin de tue 10 sino por el deseo de darle ala ciudad una verdadera “casa de comedias”. El sefior Jimeno Bo- ‘h6rqueez.era mayorazgo de la casa Varela y descendiente de la ilustre estitpe de Navarra, En 1834 cocupé la gubernatura del estado y sus contemporineos lo definieron como “hombre promi- 1848 fue contratista de las obras del puente sobre el E I primero y mal llamado Coliseo que se abrié en la antigua Huaxyacac, se cuenta, fue nente de Oaxaca, culto y progresista”, E rio Atoyac y en 1857 era todavia consejero del gobiemo de Justez. Posteriormente hacienda de Valdeflores (distrito de Zimatlin) y cerca de abi instal6, en 1866, la primera Fabrica de Hilados y Tejidos movida por pedales que hubo en Oaxaca. Murié el 2 de enero de 1872. El Coliseo Nuevo se edified en un predio aledaio a la casa solar de los Bohrquez y Varela de la plazucla de la Sangre de Cristo, esquina con la calle de Sta. Catalina (hoy 5 de Mayo), nombre. Muy poco antes de su inauguracién, aparecié una nota, os por el arte dramtico: e retitd a su frente al monasterio de que habla por sisola, de la pasién de los oaxaqu Patece haber sido muy satisfatori al piblico, el mado y el arte con que en las noches de la sltima pascua, se han desemperiado las piezas de representado [si] en el coliseo viejo. El méito respectivo Tears, J Fenando, Swi ew Oosaca,p. 154 Tanacena, Angel, spuntes indices 5B de los actores y actrices, es tanto més digno de aplaudir, cuando que sin escuela teatral, ya vireud solamente de sus disposiciones, personates, han hecho lo que el paiblico ha visto. No pasan de aficionados y sin embar- 05 esfuerzan por complacera sus paisa nos, los oaxaquelios Muy pronto estard en esta capial It com- paffa que viene de México, con la que se ha de estrenar el famoso coliseo nuevo. Don Andrés Portillo hace saber que la inauguraci6n del nuevo teatro ocurtié el 6 de mayo de 1840," y la infarmacidin perio- distica que reproducimos a continuacién asienta que se llev6 caboel 7 de mayo, Con- ciliando ambas noticias, podemos ascgurar que el 6 fue la inauguracién oficial y €17 se inicié la temporada de representaciones, Las obras que se escenificaron fueron el drama de Antonio Garefa Gutiérrez BI srozadary Ja comedia Un tercero on discordia. La nota que resefia el suceso dice: El jueves 7 del Jas funciones cémicas en el coliseo nuevo, Hasta ahora, parece que el pliblico ha quedado complacido del modo con que la ‘compasiia desempeii la primera pieza y es de esperar que sucesivamente id conriente se dio principio dandoala cescena otra de mas métito La instruecidn de los actores ya la hermosa vista que ofrecia el interior del coliseo, haefan formar la ma ata ilusién, Parecfa haberse trasladado a Oaxaca el teato de la Gran ‘Tenochtitlan. Son muy acreedo- res ala gratitud pablica los Sres, Dn, Manuel Varela empresario, don Vicente M, Envide que con el empeio propio de su cargeterne- .gocid y contraté a la compa Gamboa que dirigié los trabajos de los ope- ratios... ya Dn Juan Esta breve nota es valiosisima por infor- mamos de algo antes desconocido: el nom- bre del constructor del Coliseo Nuevo, Juan Gamboa, La resefta nos cuenta que fue don Vicente Manero Envides quien contraté a la compaiifa de la capital. Don Vicente era un destacado personaje de la soci queita. Su apellido dio nombre a la actual 1* calle de Bustamante por encontrarse su casa en la acera oriente, y como viajaba con fre- cuencia ala capital del pais, por su posicién, su afabilidad y don de gentes, disfrutaba de amplias relaciones. Fue amigo personal de Guillermo Prieto, quien dice de é dad oaxa- Envi- des era un viejecito contrahecho, medio tor- ido y corcovade, lleno de chistes, regadera de cuentos y epigramas, orgullo de los oaxa- queiios sus paisanos, admiradores de su gran talento” oda exiscir la duda sobre la compaiita que estrend ef nuc- vo foro, pero si conocemos de antemano las miiltiples relacio- nes de Manero Envides, pode- ‘mos asegurar que fue la com- pana del Principal de México Ja que fue a Oaxaca, por varias razones: la primera, que erica BY Dia, domingo 26 de abi de 1840, mi 30. Portillo, Andrés, Oaxaca ow el Gint Periico A Dé, 10 de mayo de 1840, Prieto, Guillermo, Memoria de mis ‘ipa, 252. E Linico edficio que se proyects y fue construido para servir de teatro fue el Nuevo Coliseo, con fondos y a inciatva de don Manuel Jimeno de Bohérquez, que lo edificé no con affn de luero sino por el deseo de darle a la ciudad una verdadera ‘casa de comedias 59 nla de Eenesoeis ribose censors tp un bene or 10 conv disposiciones, re & Jase Fran asco camino, comanvapon covenniGonat, DEE PAIN oe Manero Envides contrat6 la mejor compaiia para tan solemne acontecimiento; Ia se- gunda, £/ trevadorera un drama que tenian puestos dos elencos, el del Teatro Nuevo México y el del ‘Teatro Principal, de mayor categoria artistica que el primero, y la co- media E/sercero en discordia, que también se escenifics (no estaba en el repertorio del Nuevo México), era la creacién de uno de Jos actores importantes del Principal, Miguel Valleto, Tal razonamiento lo hacemos avala- dos por el parrafo siguiente, comado de la Reseita histirica del teatro en México: EL “Principal” tenia sobre e! “Nuevo Mé- xico”, la ventaja de la superioridad artistiea de su compa, en la que figuraba la exce- lente Dubreville, la simpatica, modesta y distinguidisima Soledad Cordero, el inspira do actor e inreprochable caballero Miguel Valleto... “Un tercero en discordia”, Don Saturio nadie ha desempefiado jamas, cuyo como Valleto.? Asi que Oaxaca disfruté de su nuevo es- cenario con un reparto de primera enca- bezado por Soledad Cordero, la Dubreville, Miguel Valleto y el resto del reparto del Principal, E113 de junio de 1849 apareci6 un regla- mento que debfa observarse en el nuevo teatro, firmado por el Exemo, Ayuntamiento 60 de Oaxaca y aprobado por el Supremo Gobiemo del Estado, En tal escrito se por- menorizaban las reglas para las compaiiias atrales y comediantes, sus horatios, con- ducta en camerinos y foros, y multas que se aplicaban a criterio del juez del teatro, la ‘méxima autoridad en el Coliseo, En tal do- cumento s¢ subrayaba que las funciones de- berian iniciarse a las 8P.M., “bastando para ello que haya cuarenta concurrentes...”. El Coliseo Nuevo, que después empez6 a llamarse ‘Teatro Principal, se convirtié en el sitio favorito para banquctes, convivios y saraos, Se retiraban los asientos del luneta- rio y se acondicionabs el sitio para el feste~ jo. La o las orquestas ocupaban el escenario, Durante los bailes eran acomodadas en las plateas las familias mas relevantes de la ciu- dad. En la €poca de carestolendas, las mas- cearadas rumbosas y alegres eran acogidas alli y para evitar excesos aparecié un bando en 1850 con varias disposiciones, En las tem- poradas que ofrecfan las compafiias proce- dentes de fuera, se anuneiaban las repre- sentaciones mediante “convites”, desfiles con bandas de miisica, cohetes y hombres portando carteles de la obra por presentar. Por noche en las dos esquinas del teatro se encendfan enormes teas, llamadas lumi- narias, atin no existia la uz ek cinto se alumbraba con candiles de zallo” Las puercas se abrfan de par en par en espera de los espectadores. Algunas damas le aban a pie luciendo largas y elegantes cols” Probablemente, fa falta de un manteni- miento adecuado propicié que durance 1885 permanecicra certado para su restauracién, (inarvia y Fen, Enrique, Reka histrca del teatro ex Meso, pp, 338 y 36. * Reghmento que debe observase en el teatro de esta capital. Archivo Histvieo de fa Ciudad de Oaxaca I Teatro Juiz” bre de 1983 en petiiooAasgera, 10 diem. lo que informé un periddico: “TEATRO UA al fin ha quedado terminado el antes, amado Teatro Principal y que hoy reforma- do y mejorado en todos sus departamentos y enriquecido con importantes adiciones, se ostenta con el nuevo titulo que acertada- mente plugo darle a su propietario Sr. Ro- berto Maqueo”."* Ademés del seiior Ma- que, fueron duefios consecutivamente desde su fundacién: Manuel Jimeno Bohér- quez y Varela, Roberto Maqueo, Amado H. Santibiitez y Constantino Chapital." Por el escenario del Coliseo desfilaron divas operisticas como Luisa Marchetti, Elisa D’Aponte, Ida Visconti de Grossi, la internacionalmente famosa Luisa Tetrazzini (que compartié temporadas con las mejores voces de su tiempo, como Enrique Caruso), la reina de la opereta, Bsperanza Iris, y fi- guras del arte dramftico como Soledad Cordero, Miguel Valletoo Virginia Fabregas, No me he referido a cémo era el Coliseo Nuevo antes de su restauracién de 1885, porque no existen litografias 0 fotos de su interior y, desafortunadamente, no hay de cripciones. En su fachada no cambié absolu- tamente nada, salvo en el nombre. Lo que se modificé en los mencionados arreglos fue el techo; se quité el anterior y se retiraron las Kimparas de aceite de higuerilla, se cambiaron butacas y se pusieron algunos adornos. El Coliseo guardaba gran semejanza con el Teatro Principal de Puebla, aunque el de Oaxaca era todo de madera: plateas, palcos, galeria y “cazucla”; los pisos eran del mis- mo material. A pesar de que ya funcionaba como cine, lo recuerdo perfectamente y, ayudado por algunos contemporancos, lo describiré: la puerta principal casi no se abria y se entraba por la de la izquierda de ésta. Alentraral primer saldn, nos encontrébamos «ila izquierda con el arranque de la escalera para las localidades altas, galeria y “cazuela”, yen la puerta para entrar al segundo salén estaba la boletera; en el segundo salén hallé- bamos la dulceria, y a la derecha la entrada a la Lumera. Como ya se dij, to- docl teatro era de madera ¥los pisos de duela, dando Ja impresién de un gran pa- omar. Habfa alrededor del lunetario unas veinte quefias plateas. El decora- do de las paredes del tea- tro era sencillo, Abajo del proscenio estaba el foso de I orquesta, que no faltaba cen as funcionesdecine. En la parte del proscenio, ccuadrando el telén de boca en felpa roja, habia una gran pintura que legaba hasta el techo, dos arcinge~ les (estilo manierista) to- cando una trompeta, uno ala izquierda y otro a la derecha; en medio estaba un pergamino desenrolla- do.con la leyenda “Teatro Juarez”. Alfinal de sus dias, el otrora flamante Co- liseo, convertido ya en una sala de-cine, fue vendido a una empresa poblana que se hizo multimillonaria como operadora de cines, la cual sin ningiin respeto a su historia y en medio de la pasividad ¢ indiferencia del pueblo y autoridades locales, lo derrumbé amediados de la década de los 40. Muchos ais fue un lote baldio, hasta que los salva- jes dueciios tal ver mortificados por su barba- rie, lo donaron al gobierno del estado y ahi se constuyé a Faculed de Comercio de la Universidad, ! * Privo Oficial del Gober Libre y Soerane de Ono en 21 de enero de 1886.2 *Posillo, Andes, op. cit, p. 1520 | final de sus as, el otrora flamante Coliseo, comvertido ya en una sala de cine, fue vendido a una ‘empresa poblana que se hizo multimilonaria ‘como operadora de cines, la cual sin ingen respeto a su historia y en medio dela pasvidad e indiferencia del pueblo y autoridades locales, lo derrumbs a mediados de la cada de los 40. Cinco escritores oaxaquenos Trey La espera A Tere Palacias, mi esposa 1 puma salt6 hasta la segunda horqueta de un E aso pocote a ponese sv de Aye perro que furiosamente Io ha venido persi uiendo desde el mediodia, Jadea. Los ladridos le pun- zzan en la cabeza como si fueran espinas, lo atormentan, casi lo enloquecen, No le queda sino soportar y espera- 14, ahi, hasta que su atacante desista de su propésito, 0 hasta que se descuide, para poder reemprender la hud Por su parte, el pointer se planté debajo del atbol Vigila al puma mirindolo fijamente a los ojos. Espera Ia Mlegada de su amo, Sabe que un solo disparo bastard para que ef felino caiga y, entonc va entrar en accién para rema- tatlo, Periédicamente ladra y ara~ fia el tronco del Srbol, mientras cl puma, en respuesta, bufa deses- perado, manotea al aire y le ense- ia los blancos cuchills de su den- radura Entre los dos centelle: ductible fa amenaza. Assu vez, Demetrio Bautista, elamo de Azor, equivocd las hue- 62 solve ire: lias y los busca por otros lugares de la selva. Cada pa- so lo aleja, en vez de aproximarlo al sitio donde estin las bestias. Hace horas que deambula como estipido y empieza a preocuparse por la suerte de Azor. “No puede fallarme, es el mejor perro de Acatepec y sus alrededores”, se dice con insistencia, “Y menos puede perderse”, agrega. La tarde empieza a pardeat. Con el paliacate enjuga el suddor que le escurre en el rostro y espanta al centenar de jejenes que lo acechan, ‘Toma unos tragos de agua. Reflexiona y, repentinamente, decide volver al punto de partida, con la esperanza de encontrar el rumbo correcto, Prepara su kimpara e ini- cia el retorno apresuradamente. La jungle esté tejida de rastros que vienen del mis- ‘mo lugar y van a ninguna parte. A Demetrio no le im- porta, sencillamente camina hacia donde se inicié la persecucién, Tampoco le interesa ahora el sigilo con que anduvo durante ka tarde y pi- ta lo més fuerte que puede con el catén de Ja escopeta hacia los cuatro puntos cardinales, “Si Azor escucha, acudiré a mi reclamo”, piensa; peto el viento se lleva rumbo al mar sus prolongados silbidos Mientras tanto, en un paraje muy lejano, el pointer y el puma echan rafces en sus puestos, con- tinvian vigilando hasta el més in- significant de sus movimientos. Los tiene sin cuidado fo que acon tece a su alrededor. Son ellos, uno frente al otto, y nada més. Cuando la oscuridad de la no- che borra totalmente la vegeta- cin, Demetrio avanza con me- nos prontitud. La réfaga de la limpara penetra en la maleza descubriendo fantasmas que se oculean detras de los troncos. E ulular del eafién de la retrocarga sacude una y otra vez el silencio de la noche, sin obtener respues- 1a, De stibito, un rayo rompe la quictud de lainmensa arboleda ydesata un chubasco que a De- metrio le cae como maldicién; pero no se detiene hasta que ctee haber legado al lugar desea- do. Se agazapa junco a la ramazén de una ceiba caida y alli, también espera, da, cuando cesa la Iluvia y el cielo se despeja, Demetrio camina un poco para reconocer el paraje. Esti desorientado e intenta ofr de por dénde le Icga el rumor del mar. Sate a un claro del bosque salpica- do de charcos repletos de estrellas y, desde alli, logra divisar la Cruz del Sura través del follae. Se da euen- ta de que sus botas se hunden demasiado en el fodo, y decide esperar la claridad del alba. Una vex-mfs llama con el cafién de la escopeta, pe- ro nada, ninguna respuesta. “Azor no pudo haberse de- jado sorprender por ese gato”, se dice iracundo, y pro sigue fa biisqueda caminando sin direccién segura Desde ese momento sélo confia en su suerte, porque el aguacero bort6 todas las hucllas y sabe que sin ellas, en la selva como en la vida, es poco lo que puede ha- cerse bien, Pasan las horas y su preocupacidn erece. Azor es de verdad su mejor amigo y no puede, no quicre abando- narlo, Insiste con los silhidos, dispara al aire la escope- tay grita: *, pero sdlo le respon- den, primero, el eco de su propia voz y, después, los ruidos habituales de la selva lejos, muy lejos de él, Azor y el puma siguen en su sitio, vigikindose, amenazindose intermitentemente, Los dos contintian esperando. Empieza aatardecer. Un nuevo pensamiento ilumi- *jAzooor..! jAzooar na el rostro de Demetrio: “Azor fue burlado por el puma y, al no cencontrarme, regres6 al rancho. i,e80 pudo ser..”. No busca mds y sale de la jungla tan ripi- do como se lo permiten sus cansadas picrnas. Al aproximarse a la cabaiia, grita el nombre de Azor una y otra vez, aqui y all, buscéndolo por todas partes. Después, mal- dice su fallido presentimiento y, aunque escucha la voz de su con- ciencia que le reprocha el haber suspendido la bisqueda, opta por descansar esa noche en la co- modidad de su morada, Las bestias permanecen sen- tadas en sus puestos. ‘Tienen los miisculos entumidos porla inmovitidad, pero en ningiin momento decrece cnellos lafuria. Continéian acechindose. Se amenazan. Aguardan. A la maftana siguiente, Demetrio duda, vacila entre el impulso de volver a la jungla y la esperanza de que Aor regrese al rancho cuando menos lo espere. Sin saber por qué, se resuelve por esta ditima opeién y espera du- rante dias, durante semanas, Azor no volver”, empieza a decirse cada vez con mis frecuencia, cada vez.con menos dolor. Y es que el tiempo va royendo en él el carifio y el interés; s6lo va dejéndole latente el recuerdo de algunas de las haza- fas que vivi6 con Azor. Muchos meses después, en otra ce sus andanzas de caceria, Demetrio ega inesperadamente al escenario. ‘Queda pasmado, {No puede creer lo que vel: Avor y el puma permanecen atin en su siti, vigilindose, ame- ndose, mostrindose mas fieramente sus blancos colmillos. Los dos estén tén inméviles, sin vida, con su cuerpo ya seco, pero, firmes en su propésito, todavia siguen esperando, Conse Miter nai en Htzo, Oaxaca, en 1936, Nad, pests, at

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