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COMITÉ PONTIFICIO

PARA LOS CONGRESOS EUCARÍSTICOS INTERNACIONALES

ALGUNAS PREGUNTAS
SOBRE LOS CONGRESOS EUCARÍSTICOS

1. ¿Qué es un Congreso Eucarístico? 

Un Congreso Eucarístico debe considerarse según el Ritual Romano “de la comunión y del culto
a la Eucaristía fuera de la Misa” (1973) n. 109, “como una estación a la cual una Iglesia local
invita a las otras de la misma región o de la misma nación o del mundo entero”.

2. ¿Quién puede convocar un Congreso Eucarístico?

El Santo Padre convoca un Congreso Eucarístico Internacional en la sede propuesta por un


Obispo o por una Conferencia Episcopal. Los Obispos también pueden convocar los Congresos
Eucarísticos diocesanos o nacionales en sus diócesis o en las naciones respectivas.

El Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales alienta, entre otros
objetivos, la celebración de Congresos Eucarísticos nacionales, diocesanos, interdiocesanos y
parroquiales, que posiblemente incluyan una dimensión ecuménica e interreligiosa.

3. ¿Cuáles son los fines del Congreso Eucarístico?

Los Delegados nacionales y diocesanos – y donde existen los Comités nacionales – se


comprometen, con el apoyo de las Conferencias Episcopales y de los Obispos Ordinarios, a
promover o tomar las iniciativas que, de acuerdo con las disposiciones vigentes en la Iglesia,
tienen el fin de aumentar la comprensión y la participación en el Misterio Eucarístico en todos
sus aspectos: desde la celebración al culto fuera de la Misa hasta la irradiación en la vida personal
y social.

4. ¿Qué se debe estudiar para preparar un Congreso Eucarístico?

Los documentos que se deben estudiar para la preparación de un Congreso Eucarístico son, ante
todo, los documentos del Magisterio: la Instrucción De cultu mysterii eucaristici (1961), el Ritual
Romano De comunione et de cultu eucaristico extra missam (1973) los números 110 – 111 y
particularmente la Carta Encíclica del Papa Juan Pablo II Ecclesia de Eucharistia (2003). Para la
fisonomía propia de cada Congreso es indispensable la reflexión sobre las aplicaciones pastorales
del texto base redactado por el Comité local.

5. ¿Qué elementos esenciales constituyen la celebración de un Congreso Eucarístico?

El Ritual Romano indica en el número 112 como centro de todo Congreso Eucarístico la
celebración eucarística, fuente y vértice de toda vida cristiana. La celebración de la Palabra de
Dios y las conferencias pueden contribuir a analizar los diversos aspectos del Misterio
Eucarístico sugeridos por el tema del Congreso. La posibilidad de orar en común y de adorar al
Santísimo Sacramento en algunas iglesias especialmente dedicadas a este adoración contribuye a
interiorizar estos temas. Por fin, las procesiones eucarísticas pueden ayudar a dar una dimensión
pública y ritual a la fe eucarística celebrada, estudiada y reafirmada durante el Congreso.

6. ¿Cuánto dura un Congreso Eucarístico?

Según las necesidades, recursos y circunstancias, un Congreso Eucarístico puede celebrarse en un


día o puede durar más días. Cuando se dispone de recursos limitados, varias diócesis pueden
unirse en una celebración común para utilizarlos mejor.

7. ¿Después del Congreso?

Para que un Congreso Eucarístico dé muchos y buenos frutos es indispensable que luego de
realizado tenga un seguimiento en las diócesis y en las parroquias por medio del compromiso de
los Delegados permanentes en colaboración con los centros pastorales.
Metas

 Promover el encuentro con Cristo vivo y resucitado que se ofrece en la


Eucaristía como alimento de vida eterna (Cf. Jn 6, 51.56). 

 Fortalecer, a través de la Eucaristía, la experiencia de “comunión” (con Cristo,


con la Iglesia, con el prójimo, con nosotros mismos y con la creación) para
que todos seamos uno en Cristo (Cf. Jn 17, 21-22; Ga 3,28).

 Descubrir en la vida de Cristo la continuidad existente entre Eucaristía y


entrega de la vida al servicio del Reino (Cf. Mc 10, 41-45; Jn 14, 9-12). 

 Renovar el modo de celebrar la eucarística dominical: fomentando la


formación, cuidando la preparación, fortaleciendo la participación y
profundizando en el ars celebrandi (Cf.1 Co 11, 23-27).

 Fomentar el espíritu de adoración a Jesucristo realmente presente en la


Eucaristía como preparación y prolongación de la celebración eucarística (Cf.
Mt 28, 17).

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