DIOS FUE PRIMERO EN DECIR: “VOSOTROS SOIS MIS AMIGOS”

Reflexiones Bíblicas
“Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga
su vida por sus amigos”. Juan 15:13
La idea de la amistad divino-humana se originó en
Dios. Si Dios no hubiera dicho primeramente: “Vosotros
sois mis amigos”, hubiera sido inexcusablemente
atrevido que cualquier hombre dijera: “Soy amigo de
Dios”.
Pero como él nos llama sus amigos, es un acto de
incredulidad ignorar o negar esta relación.
Dos personas pueden gozar de una intimidad
muy íntima durante toda la vida, a pesar de ser
radicalmente diferentes la una de la otra; porque no
es un requisito de la amistad que los participantes
sean iguales en todas las cosas, es suficiente con
que sean parecidos en los puntos de contacto de
sus personalidades. La armonía es la semejanza en
los puntos de contacto y la amistad es la semejanza
adonde se funden los corazones.
Por esta razón, la idea de la amistad divino –
humana es suficientemente lógica y totalmente
creíble. El Dios infinito y el hombre finito pueden
fundir sus personalidades en la amistad más tierna
y satisfactoria. En una relación de esta naturaleza
no existe la idea de igualdad; sólo la de semejanza
donde el corazón del hombre se encuentra con el
corazón de Dios.
Esta semejanza es posible porque en el principio
Dios creó al hombre a su propia imagen y ahora
está rehaciendo al hombre conforme a esa
imagen que perdió por el pecado. La perfección
se encuentra al lado de Dios, pero de parte del
hombre encontramos debilidad de propósito, falta
de deseo y poca fe.
A pesar de las fragilidades humanas, podemos
crecer en gracia y dirigirnos progresivamente hacia
una unión más perfecta con Dios, ejerciendo una fe
sólida en las verdades reveladas en las escrituras.

EL AMOR DEBE SALIR CUANDO ENTRA EL RESENTIMIENTO

“Soportándoos unos a otros, y perdonándoos

unos a otros si alguno tuviere queja contra otro.
De la manera que Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros”. Colosenses 3:13

No creo que un espíritu de resentimiento pueda

habitar en un corazón lleno de amor.
En el curso de varias conferencias y en cientos de
conversaciones, muchas veces he oído a la gente
decir: “¡Estoy resentido por esto o aquello!”
Pero nunca he oído estas palabras en la boca de
un hombre o una mujer que esté viviendo una
victoria cristiana consciente.
Antes de que pueda entrar el resentimiento,
el amor debe huir y la amargura debe tomar su
lugar. El alma amargada colecciona una serie de
desaires por los cuales se ofende, y los cuidará
como una osa cuida a sus cachorros.
Pocas cosas son más deprimentes que ver a un
cristiano defendiendo sus supuestos derechos importará qué clase de tratamiento reciba de sus
y resistiendo amargamente cualquier intento compañeros, igualmente, él estará en paz.
de violación. Un cristiano semejante nunca La voluntad de Dios ha sido hecha. A este hombre
ha aceptado el camino de la cruz. Las dulces no le importan las maldiciones o los elogios,
gracias de la mansedumbre y la humildad le son porque él no busca ni lo uno ni lo otro, sino solo
desconocidas. La única cura para esta clase de hace la voluntad de Dios a cualquier costo.
cosas es morir a sí mismo y resucitar con Cristo en Si hay alguien que se complace en humillarlo, aún
novedad de vida. El hombre que establece como así estará satisfecho en su interior, y no sentirá
su meta la voluntad de Dios, la alcanzará, no por resentimiento, porque no persigue progresar, sino
autodefensa sino por abnegación. Entonces, no la voluntad de Dios.

Fuente: “Renovado Día a Día”. A.W. Tozer

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