Introducción Hemos decidido analizar el documental “La batidora, radio en la escuela” centrándonos en el modo en que refleja las “grandezas y miserias” que forman parte de la educación argentina. Así, podemos observar la experiencia de una escuela pública en donde los estudiantes comparten un proyecto de radio llamado “La batidora”, que los impulsa a debatir y reflexionar sobre distintos temas ligados a lo político y lo social. También, se da un espacio en donde los estudiantes charlan sobre sus vidas y se abren a cuestiones personales. Sin dudas, este proyecto se acerca a las ideas de la educación popular, puesto que a través de la radio puede escucharse la voz de quienes pertenecen a la comunidad escolar. Así, los estudiantes toman un rol activo en el proceso educativo en lugar de ser sujetos pasivos que van “sólo a estudiar”. A lo largo del documental, puede escucharse a varios de los jóvenes expresar no sólo felicidad respecto al proyecto, sino también orgullo, además de la esperanza de poder llevar su radio por fuera de la escuela para ser transmitida en el barrio. Una de las grandes razones para afirmar que estamos frente a un caso de educación popular es que, en este espacio, puede verse como “docentes y estudiantes son a la vez estudiantes y docentes, con status similar, y están vinculados por el diálogo pedagógico caracterizado por una relación horizontal” (Torres, 2001:37). A su vez, este proyecto implica una integración del sujeto en la educación, lo cual, según Adelar Hengemühle (2001), consigue motivar a los estudiantes. Un ejemplo de ello es el interés por hablar sobre temáticas y gustos personales. Se destaca aquí la cuestión musical. Otro tema que menciona Hengemühle respecto a la motivación es la importancia de los desafíos y los deseos. En este documental, se muestra el deseo de extender la radio hacia otros horizontes y el desafío que ello supone. Pero, si “La batidora” representa una grandeza de la educación en el caso argentino, podemos decir que vemos en el documental también algunas “miserias”. La falta de inversión en educación no sólo se plasma en el esfuerzo que hacen estudiantes y profesores para mantener vivo el proyecto por sus propios medios, sino que se hace visible en las malas condiciones de la escuela. Vemos entonces una institución que no está equipada adecuadamente, lo cual muestra un abandono del Estado. Por otra parte, si bien los estudiantes se entusiasman con “La batidora”, mencionan en ocasiones que proyectos de este estilo no son muy usuales. Algunos dicen que no se sienten motivados a estudiar y que no todos los docentes se interesan en sus gustos. A su vez, en algunas escenas se ven resquicios de una escuela que aún mantiene viejas prácticas algo autoritarias. Todo ello, en suma, se vislumbra en un documental que, a nuestro parecer, refleja con claridad algunos logros y fracasos de la educación argentina. Desarrollo El documental “La batidora, radio en la escuela” nos muestra una realidad compleja en torno a la educación argentina. En el principio vemos un contingente de estudiantes formando en lo que pareciese ser una escuela que mantiene prácticas pedagógicas ligadas al paradigma del normalismo. Los jóvenes comienzan a formarse en fila en el patio. De fondo, la bandera argentina en el mástil como símbolo patrio. Una profesora los controla. Allí aparece el primer “saquensé la capucha”. Más adelante se les pide a los estudiantes buen comportamiento y se le da un apercibimiento a una joven que llegó tarde. Mientras tanto, las escenas nos muestran una escuela en malas condiciones, el discurso de uno de los profesores hace alusión a la falta de clases por paro. La imagen es desesperanzadora, porque aquel paradigma normalista se ve opacado por un Estado que ya no acompaña. La primera impresión que nos da el documental es el de una escuela en crisis en donde la falta de inversión nos remonta al paradójico pensamiento neoliberal, el cual va en contramano de una tradición liberal anterior que permitió el florecimiento de la educación pública. Esta contradicción entre prácticas de la pedagogía normalista que son aplicadas en un marco de desamparo, creemos, son las que se vislumbran en un primer pantallazo del documental. Sin embargo, aparece luego la esperanza. El proyecto de radio “La batidora” permite a los estudiantes compartir experiencias y gustos personales, además de debatir sobre cuestiones de su comunidad. Eso, según ellos, los motiva. Como mencionamos en la introducción, “La batidora” puede enmarcarse como un espacio en donde la pedagogía escapa del paradigma normalista para relacionarse más con las ideas de Freire. Así, conviven en la escuela del documental varios paradigmas: el de una institución que fue abandonada por el modelo neoliberal y fue recuperada por algunos de sus profesores y estudiantes, el de un sitio donde continúan estableciéndose prácticas pedagógicas normalistas y al mismo tiempo existe un proyecto movilizador en donde se aprende haciendo. Pero, ¿por qué decimos que “La batidora” puede considerarse un proyecto relacionado a la educación popular? Pasaremos a desarrollar un poco esta experiencia. En primer lugar, como mencionamos en la introducción, “La batidora” se conforma como un espacio radial en donde los estudiantes pueden pasar la música que les gusta y discuten y reflexionan sobre temáticas sociales, políticas e incluso personales. Aquí participan también algunos docentes. Así, “La batidora” basa sus prácticas educativas en “experiencias colectivas e individuales, tomando muy en serio el conocimiento previo adquirido por las poblaciones” (2001:36). Además, la radio inspira en los participantes “un sentido de orgullo, dignidad y confianza en sí mismos para que alcancen un nivel político y social de autonomía” (2001:36). Este sentido se genera puesto que los estudiantes toman la iniciativa y ya no son meros repetidores de lo que le transfieren los docentes. Así, se produce una educación problematizadora en donde los jóvenes reflexionan y discuten sobre temas de su realidad. Un ejemplo de ello es cuando se tratan temas políticos como el impacto de la empresa de tratamiento de basura CEAMSE en la contaminación y la desaparición de las monedas, en aquel momento fundamentales para viajar en tren. Uno de los jóvenes resalta, respecto a ello, que la radio podría servir para que la gente conozca las problemáticas de su comunidad. Esto, desde la mirada de Freire, significa creer que los cambios son posibles y que la comunidad no debe resignarse frente a las problemáticas que sufre. A su vez, los jóvenes se presentan en este espacio con sus gustos y particularidades personales. Uno de los estudiantes llega a afirmar que muy pocos docentes le piden “su manera de pensar”. Desde esta perspectiva, y teniendo en cuenta a Freire, puede decirse que en “La batidora” se comprende la relación entre el aquí de los docentes y el aquí de los educandos. (Freire, 1985). Es decir, se respetan los saberes de los jóvenes, su modo de ver las cosas. Esto puede reflejarse en algunas escenas en donde se les pide a los alumnos que rapeen y luego que expliquen algunas características de la música que a les gusta. Aquí los docentes no ningunean o menosprecian los gustos musicales de los jóvenes, sino que se establece una capacidad de diálogo verdadera. En este diálogo, los sujetos dialógicos aprenden y crecen aceptando sus diferencias. Con ello, se respeta la autonomía del ser del educando. (Freire, 2005). Ligado a esto, podemos volver a mencionar la cuestión de la integración del sujeto y la comprensión de su complejidad. Esta temática está muy relacionada a la de la motivación. Según Hengemühle hay que tener en cuenta que las personas sólo se motivan delante de situaciones que tienen sentido y provocan el deseo. Un claro ejemplo de ello es cuando se le pide a uno de los estudiantes que cuide la puerta de la biblioteca para que nadie entre mientras la radio transmite. Este joven cuenta luego que su padre es policía y que hace vigilancia al igual que él. Con ello, el chico expresa su alegría por hacer “algo que sirva”. Desde su perspectiva, cuidar que nadie entre se torna un desafío y produce sentido. Otro ejemplo que podemos aportar es el de Marcelino, quien comenta haber estado preso y que durante tres años se le negó la entrada a la escuela por no “tener conducta” y ser “atrevido”. “La batidora” permitió que Marcelino regresase y pudiera participar activamente del proyecto, lo cual demuestra que todos pueden aprender. En este sentido, podemos rescatar a Anijovich (2013), quien destaca la importancia de un aula heterogénea que dé espacio a todos los estudiantes, más allá de las dificultades o problemáticas que presenten o estén transcurriendo. En el documental, Marcelino participa dando una charla sobre los efectos de las drogas, lo cual es un tema central en la juventud de estos días. Podemos decir volviendo a Anijovich que, con esta actividad, el joven se convierte en el centro del proceso educativo gracias a una enseñanza en donde se intentan presentar las mejores opciones para cada quien. Por último, una cuestión que podemos visualizar no sólo en la escena de Marcelino, sino en otras, es la de la concepción de los jóvenes que tienen algunos docentes. Respecto a este tema podemos sostenernos en lo escrito por Débora Kantor en su texto Variaciones para educar adolescentes y jóvenes (2008). Aquí, la autora aborda la importancia de ver a jóvenes y adolescentes como sujetos de derecho en lugar de caer en la estigmatización. Según Kantor, la juventud es muchas veces producto de demonización. Se apela así a la criminalidad, la ociosidad y la hostilidad para retratar a individuos que, en realidad, deberían ser integrados en el tejido social. También, es importante para la autora el modo en que los adultos entran en diálogo con los jóvenes, es decir, la forma en que construyen discursos y prácticas que habilitan experiencias educativas. Así, la solución no está ni en desamparar al joven ni en retornar al viejo esquema autoritario, sino más bien en adultos que sepan contener a los estudiantes y al mismo tiempo desafiarlos, que puedan confiar en ellos y a la vez discutirles. Creemos que en varias escenas puede notarse esta relación propuesta por Kantor, en donde se considera a los estudiantes como sujeto de derecho y se los apoya, pero también se les dan desafíos y se los mueve a tomar acciones por sí mismos. Ahora bien, como mencionamos en la introducción, nuestra intención es analizar este documental en torno a los aspectos positivos y negativos que posee la educación argentina. En este sentido, expresamos también que “La batidora, radio en la escuela” es un documental que nos muestra una realidad compleja. Es por ello que, para finalizar, responderemos brevemente la siguiente pregunta: ¿alcanza el proyecto de “La batidora” para lograr una educación significativa? Conclusión “La batidora” se constituye claramente como un proyecto que redefine la posición pedagógica de los docentes respecto de sus estudiantes y que promueve un tipo de educación en donde los sujetos participan activamente y reflexionan sobre su realidad con la esperanza de poder cambiarla. Esto, sin embargo, nos resulta todavía insuficiente si tenemos en cuenta el camino que aún resta por recorrer. Como sostuvimos a lo largo de este análisis, el documental refleja claros y oscuros a partir de una experiencia particular en la educación argentina. Más allá de “La batidora” vemos en otras escenas del documental un significativo abandono por parte del Estado. De hecho, el Estado ni siquiera apoya el proyecto en cuestión, siendo que debe armarse un bingo para poder adquirir mejores equipos. Y la deuda no es sólo para con “La batidora”. La escuela en general aparece en muy malas condiciones, existen incluso algunas escenas que desilusionan mucho. En una de ellas, por ejemplo, se muestra un mensaje que considera a la adquisición de un dispenser como “un logro”. Esto es algo que sabemos no ocurre sólo en la escuela del documental, sino en varias otras a lo largo del país. A su vez, cabe destacar que los propios jóvenes aluden también a momentos en donde la escuela los desmotiva o aburre. En algunas escenas, puede verse a docentes que mantienen posturas que no se corresponden con el espíritu de este proyecto, tal y como sucedía en las primeras escenas. En este sentido, finalmente, creemos que “La batidora” es un proyecto que promueve grandes valores en torno a la educación y a la mirada sobre los estudiantes, pero se torna insuficiente cuando vemos la realidad de una escuela, parecida a tantas otras del país, en donde los derechos mínimos siguen siendo en varias ocasiones vulnerados. Es así como podemos concebir a “La batidora” como un esperanzador proyecto que requiere de mayor acompañamiento, no sólo por parte del Estado, sino también del resto de la comunidad de la escuela. Ante este hecho, insistimos en la idea de que el trabajo debe ser conjunto, de modo que la experiencia educativa no sea sólo valedera por un proyecto aislado, sino que pueda ser significativa en su totalidad. Bibliografía Anijovich, Rebeca (2013): Todos pueden aprender. En www.nacio.unlp.edu.ar/prospectiva/001/Todos_pueden_aprender- Anijovich.pdf. Freire, Paulo (1985): De las virtudes del educador. Conferencia realizada en el Centro Cultural General San Martín el 21/06/1985. Freire, Paulo (2005): Pedagogía de la autonomía, Editorial Siglo XXI, Buenos Aires. Hengemühle, Adelar (2001): “Subjetividad: el desafío de integrar el sujeto en la educación”, en Revista lasallista de Investigación. Enero-Junio, año/vol. 2 Colombia, pp. 65-75. Kantor, Débora (2008): Variaciones para educar adolescentes y jóvenes, Del estante editorial. Torres, Carlos Alberto (2001): Grandezas y miserias de la educación latinoamericana en el siglo veinte. En Torres, C. (Comp.) Paulo Freire y la agenda de la educación latinoamericana en el Siglo XXI. (pp. 23-52) Buenos Aires:Clacso.