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Presentado por:
El autismo
Conceptos esenciales
Es un estado de incomunicación con el mundo externo, perdiendo el sujeto todo contacto
afectivo
Epidemiología
Incidencia: un caso por cada 700-800 habitantes del mundo
Prevalencia: varía entre 1/150 a 1/110
Edad de diagnóstico:
Por definición la edad de aparición es anterior a los 36 meses, aunque,
lamentablemente suele detectarse muy posteriormente.
El diagnóstico del Autismo rara vez se da antes de la edad de dos años y con frecuencia
mucho más tarde, a los 6 años. Aunque podría diagnosticarse en niños menores de 18
meses en la práctica no suele suceder.
Factores de riesgo:
Los trastornos del espectro autista afectan a los niños de todas las razas y
nacionalidades, pero determinados factores aumentan el riesgo de
padecerlos. De acuerdo a la Clínica Mayo estos pueden ser:
Edad de los padres. Puede haber una conexión entre los niños nacidos de
padres mayores y el trastorno del espectro autista, pero se necesita más
investigación para establecer este vínculo.
Etiología
El TEA no se origina por una sola causa. Se trata de un trastorno plurietiológico, en
el que diversos factores favorecedores de este trastorno, son aún desconocidos.
Actualmente sabemos que hay factores genéticos, que explican una mayor
incidencia en algunas familias y una alta concordancia entre los gemelos
univitelinos.
También existen factores ambientales, que actúan como factores de riesgo,
propiciando la aparición del trastorno. La edad avanzada de los progenitores, la
ingesta de tóxicos y de determinados fármacos durante el embarazo (valproato), así
como el bajo peso al nacer, son factores que se han podido relacionar con la
aparición del TEA.
Quedan, por lo tanto, totalmente descartadas, las antiguas teorías que sostenían que
el autismo era favorecido por una relación fría y poco empática de los padres en
relación al bebé (teoría de la mamá nevera). Teoría que ha provocado un
sentimiento de culpa en algunos padres y madres de niños con TEA.
No responde con una sonrisa o una expresión de felicidad a los 6 meses o antes
No imita sonidos o expresiones faciales a los 9 meses o antes
No balbucea a los 12 meses o antes
No hace gestos, como señalar o saludar, a los 14 meses o antes
No dice palabras simples a los 16 meses o antes
No imita las acciones de otras personas a los 18 meses o antes
No dice frases de dos palabras a los 24 meses o antes
Pierde las habilidades del lenguaje o sociales a cualquier edad
Clínica
Hiperactividad (infancia)
Hipoactividad (adolescencia y edad adulta)
Humor lábil
Baja tolerancia a la frustración
Crisis de agitación (con o sin causa aparente)
Impulsividad
Autoagresividad
Heteroagresividad (menos frecuente que la autoagresividad)
Alteraciones del sueño
Trastornos alimenticios (híper selectividad, picar)
Crisis epilépticas (20-25 % de la población total)
Diagnóstico
Sordera aparente, no responde a llamadas o indicaciones. Parece que oye algunas cosas y
otras no.
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No persigue por la casa a los miembros de la familia ni alza los brazos cuando está
en la cuna para que le cojan. Parece que nos ignora.
Cuando se le coge de la cuna o el parque no sonríe ni se alegra de ver al adulto.
No señala con el dedo y mira al adulto para comprobar que éste está también
mirando donde él señala.
No señala con el dedo para compartir experiencias ni para pedir.
Tiene dificultades con el contacto ocular, casi nunca lo hace y cuando mira hay
veces que parece que "atraviese con la mirada", como si no hubiera nada delante de
él.
No mira a las personas ni lo que están haciendo.
Cuando se cae no llora ni busca consuelo.
Es excesivamente independiente.
Reacciona desproporcionadamente a algunos estímulos (es muy sensible a algunos
sonidos o texturas).
No reacciona cuando se le llama por el nombre.
Prefiere jugar solo.
No dice adiós.
No sabe jugar con los juguetes.
Tratamiento
Intervenciones conductuales educativas: se realizan tanto en el sujeto diagnosticado
de autismo, como en su ambiente familiar cercano. La terapia consiste en una serie
de sesiones cuyo objetivo es la obtención de capacidades intensivas y de alta
estructuración, orientadas a que los sujetos desarrollen habilidades sociales y del
lenguaje. Se suele emplear el Análisis Conductual Aplicado. La terapia incluye
también a las personas que conforman el entorno del sujeto (padres, hermanos,
educadores, etcétera), a fin de prestar un apoyo a estos en el desarrollo de la vida
diaria con una persona diagnosticada de trastorno autista y en la adquisición de
habilidades para relacionarse con esta persona.
Intervenciones emocionales y psíquicas: tienen como objetivo la adquisición y
desarrollo de habilidades emocionales de expresión y reconocimiento de
sentimientos, desarrollo de la empatía… Al igual que las intervenciones sociales
educativas, la terapia incluye el círculo social cercano, con los que se trabaja
también la expresión de sus sentimientos, frustraciones, impresiones, etcétera, hacia
el sujeto con trastorno autista.
Medicamentos: no existen medicamentos específicos para el tratamiento del
trastorno autista, por lo que se emplea siempre terapia paliativa de la sintomatología
desarrollada por el sujeto. Así, si existen convulsiones, se prescriben uno o varios
anticonvulsivos específicos, y si existe impulsividad o hiperactividad, se recurre al
empleo de medicamentos de uso habitual en pacientes con trastorno de déficit de
atención. Los medicamentos más habituales administrados a estos pacientes son los
ansiolíticos, antidepresivos y los empleados en el trastorno obsesivo-compulsivo.
En la actualidad los más utilizados son la fluoxetina y paroxetina (antidepresivos) y
la risperidona (neuroléptico).
Trastorno bipolar
Conceptos esenciales:
El trastorno bipolar es la tendencia de los episodios maníacos a alternarse con episodios
depresivos mayores en una vuelta de montaña rusa interminable que va desde la cima de la
euforia a las profundidades de la desesperación.
Dentro del trastorno bipolar podemos distinguir: trastorno bipolar I y trastorno bipolar II.
Ambos tipos son iguales, solo se diferencian en un aspecto del episodio maníaco.
Clínica:
Además de un estado de ánimo irritable, anormal y expansivo, debe haber por lo menos tres
de los siguientes síntomas:
Lenguaje verborreico.
Agitación psicomotora.
Diagnostico:
La evaluación exige una completa anamnesis y exploración tanto psiquiátrica como
somática. Pueden ser necesarias varias entrevistas para poder realizar una evaluación
completa que nos
permita conocer mejor la historia evolutiva del trastorno, y ampliar el conocimiento de los
antecedentes personales y familiares del paciente. Cuando ha existido una fase maníaca, en
general se ha acompañado de hospitalización, y el paciente suele referirlo en la anamnesis.
Sin
embargo, los síntomas hipomaniacos son menos graves, y a menudo no cursan con
disfunción
social o laboral significativas, ni motivan un ingreso. El aumento de la actividad, de la
energía y de la productividad puede no ser visto por el paciente como algo negativo, y no lo
refiere al realizar la historia clínica. Suele ser conveniente por ello completar la anamnesis
con la información que aporte un familiar. Puede ser necesario realizar algún cuestionario
de screening o de detección sistemática. El empleo de escalas que permitan una valoración
psicométrica de los síntomas afectivos tanto en el momento del diagnóstico como en el
control evolutivo, puede ayudar a tener un mejor conocimiento de la situación de partida y
a dar más objetividad a la hora de evaluar la respuesta a los tratamientos, pero en ningún
caso puede sustituir a la entrevista clínica. Esta además de proporcionarnos una visión
general de la sintomatología y de la repercusión que esta tiene sobre la vida del paciente y
su funcionamiento, nos aporta los elementos narrativos que van a ser claves para que la
alianza terapéutica se establezca. En el apartado de métodos de evaluación se recogen
algunos de estos cuestionarios y escalas que pueden servir de ayuda para el screening, el
diagnóstico y la determinación de la intensidad de los síntomas y del impacto que tienen en
la vida del paciente.
Tratamiento:
Hay tres tipos de medicamentos que se emplean para tratar la depresión: los antidepresivos
tricíclicos, los inhibidores de monoaminooxidasa (MAO) y los inhibidores selectivos de la
receptación de la serotonina (ISRS).
Estos medicamentos funcionan incrementando en el cerebro la actividad y los niveles de
ciertas sustancias químicas denominadas neurotransmisores, que ayudan a mejorar tu
estado de ánimo.
Los diferentes tipos de fármacos tienen distintos modos de actuación pero funcionan
igualmente bien. Lo importante es que con la ayuda de tu médico encuentres el fármaco que
mejores resultados tenga en tu organismo.
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Depresión
Conceptos esenciales:
Es un estado de tristeza, disminución e inhibición psicomotora de los procesos
intelectuales, volitivos y neurovegetativos. Manifiesta una expresión de tragedia, mímica
pobre, anorexia e insomnio.
Epidemiologia:
Incidencia: 880, 000 mujeres (4%) y 440,000 hombres de/ 2,000,000
Prevalencia: 4-6% /1 320 000 habitantes
Edad de diagnóstico: Sin prevalencia de edad y genero
Factores de riesgo:
Haber sufrido algún episodio depresivo antes.
La Soledad.
Estrés continuo.
Tras el parto, algunas mujeres son más vulnerables a la depresión. Los cambios
hormonales y físicos junto con las nuevas responsabilidades con el recién nacido
pueden ser difíciles de asumir.
Tener una personalidad con alguna cualidad extrema (inseguridad, dependencia,
hipocondría, perfeccionismo, autoexigencia) predispone a padecer depresiones.
Etimología:
La "depresión vital" como la denomina Honorio Delgado es más un trastorno
instintivovolitivo, que su afectivo-emocional, que paraliza al individuo en su grado extremo
o lo lleva en un principio sólo a una merma de la fuerza psicobiológica, a la paresia leve,
moderada o severa. Delgado también nos habla de la inhibición del devenir subjetivo, que
luego Jean Sutter la llama parálisis de la anticipación y que tiene vigencia actual. Berríos
revela que la semiología de la afectividad ha sido estudiada insuficientemente en occidente,
donde lo cognoscitivo adquiere mayor importancia. Estos conceptos nos hacen meditar en
la necesidad de formular algunas características de la depresión que como síntomas
primarios tienen un compromiso institivo-volitivo y de las vivencias temporales, y
secundariamente un trastorno afectivo cognoscitivo y "somático". Delgado tampoco
hablaba de una tristeza vital, como la mayoría de autores repiten iterativa sus definiciones,
sino de una pérdida de la energía y luego "una propensión a la tristeza". Para nosotros, la
enfermedad depresiva es única, endógena, que no admite subdivisiones, en lo que
concordamos con Dorr en el Libro "Las psicosis endógenas". Tiene su trastorno
fundamental en un compromiso vital que denominamos CAMBIO de la personalidad, de
las funciones biológicas y de los ritmos cicardianos, y que tiene como substrato a una
disfunción fundamentalmente serotoninérgica y del eje límbico hipotalámico -hipofisiario.
Un cambio permanente, que no se modifica realmente al estímulo ambiental y que hace
decir algo tan simple al paciente o a la familia: "ya no el mismo de antes".
Clínico:
La depresión tiene múltiples repercusiones: psicológicas, biológicas, sociales, espirituales,
laborales, económicas, conyugales, conductuales, sexuales, entre otras. Estas repercusiones
influyen en el desarrollo psicobiológico del recién nacido, del preescolar, del escolar, del
adolescente y del adulto en su vida conyugal, sexual y profesional. El suicidio es la
complicación más importante e irremediable.
Diagnostico:
Se debe considerar el diagnóstico diferencial entre "depresión endógena" y las llamadas
"depresiones psicógenas", (distimias), y las "crisis espirituales". La distimia no es sino una
reacción en una personalidad premórbida anormal, a las pérdidas significativas, reales o
imaginarias, pasadas, presentes y futuras, para el individuo. Realmente no son depresiones,
sino verdaderas reacciones de duelo. Las crisis espirituales, las vivimos todos, excepto los
anéticos, pero a veces podemos confundirlas con una depresión.
Durante al menos 14 días, presencia casi diaria de mínimo cinco de los siguientes síntomas,
incluyendo el 1. o el 2. necesariamente.
1. Estado de ánimo deprimido.
2. Disminución del placer o interés en cualquier actividad.
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Tratamiento:
Cuando hablamos de tratamiento de la depresión, está tácitamente entendido que la
rehabilitación va de la mano con la prevención secundaria. Entendemos por prevención
secundaria a la disminución de incidencia y frecuencia de la depresión en la población
general, con un diagnóstico precoz y efectivo; esto es sólo posible con médicoscirujanos
que conozcan lo que es la depresión, la sepan reconocer en sus pacientes y le apliquen el
tratamiento más inmediato y correcto posible. Entendemos por prevención primaria, el
logro de que la población llegue a tener un conocimiento respecto a las causas, incidencia,
características y consecuencias de la depresión, por medio de la sensibilización,
información y difusión adecuadas en una promoción de Salud Mental (para lograr dichos
objetivos requerimos de una serie de estrategias.