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Universidad Nacional Autónoma de Honduras

Facultad de Ciencias Sociales


Escuela de Ciencias Psicológicas
Psicofisiología III
III PAC 2018

Trastornos de las emociones

Presentado por:

Edy Samuel Martinez Rodriguez 20130020159

Asesor: Dr. Mario Raúl Bueso Salgado

Ciudad Universitaria “José Trinidad Reyes”; Tegucigalpa, M.D.C;


Honduras, C.A; Diciembre, 2018
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE HONDURAS


FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS
PSICOFISIOLOGÍA I
III PAC 2018

El autismo

Conceptos esenciales
Es un estado de incomunicación con el mundo externo, perdiendo el sujeto todo contacto
afectivo

Epidemiología
Incidencia: un caso por cada 700-800 habitantes del mundo
Prevalencia: varía entre 1/150 a 1/110
Edad de diagnóstico:
 Por definición la edad de aparición es anterior a los 36 meses, aunque,
lamentablemente suele detectarse muy posteriormente.
El diagnóstico del Autismo rara vez se da antes de la edad de dos años y con frecuencia
mucho más tarde, a los 6 años. Aunque podría diagnosticarse en niños menores de 18
meses en la práctica no suele suceder.
Factores de riesgo:
 Los trastornos del espectro autista afectan a los niños de todas las razas y
nacionalidades, pero determinados factores aumentan el riesgo de
padecerlos. De acuerdo a la Clínica Mayo estos pueden ser:

 El sexo de tu hijo. Los niños tienen cuatro veces más probabilidades de


padecer un trastorno del espectro autista que las niñas.
 Antecedentes familiares. Las familias con un niño con trastorno del espectro
autista tienen un mayor riesgo de tener otro hijo con este trastorno. También
es frecuente que los padres o familiares de un niño con trastorno del espectro
autista tengan problemas menores con las habilidades sociales y de
comunicación, o ciertas conductas típicas de este trastorno.
 Otros trastornos. Los niños con ciertas enfermedades tienen un riesgo mayor
de lo normal de presentar un trastorno del espectro autista o síntomas
parecidos a los del autismo. Algunos ejemplos son el síndrome del
cromosoma X frágil, un trastorno hereditario que causa problemas
intelectuales; la esclerosis tuberosa, una enfermedad en la que se forman
tumores benignos en el cerebro; y el síndrome de Rett, una enfermedad
genética que se produce casi exclusivamente en las niñas y que provoca un
crecimiento más lento de la cabeza, incapacidad intelectual y pérdida del uso
útil de la mano.
 Bebés extremadamente prematuros. Los bebés que nacen antes de las 26
semanas de gestación pueden tener un mayor riesgo de padecer un trastorno
del espectro autista.
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 Edad de los padres. Puede haber una conexión entre los niños nacidos de
padres mayores y el trastorno del espectro autista, pero se necesita más
investigación para establecer este vínculo.

Etiología
 El TEA no se origina por una sola causa. Se trata de un trastorno plurietiológico, en
el que diversos factores favorecedores de este trastorno, son aún desconocidos.
 Actualmente sabemos que hay factores genéticos, que explican una mayor
incidencia en algunas familias y una alta concordancia entre los gemelos
univitelinos.
 También existen factores ambientales, que actúan como factores de riesgo,
propiciando la aparición del trastorno. La edad avanzada de los progenitores, la
ingesta de tóxicos y de determinados fármacos durante el embarazo (valproato), así
como el bajo peso al nacer, son factores que se han podido relacionar con la
aparición del TEA.
 Quedan, por lo tanto, totalmente descartadas, las antiguas teorías que sostenían que
el autismo era favorecido por una relación fría y poco empática de los padres en
relación al bebé (teoría de la mamá nevera). Teoría que ha provocado un
sentimiento de culpa en algunos padres y madres de niños con TEA.
 No responde con una sonrisa o una expresión de felicidad a los 6 meses o antes
 No imita sonidos o expresiones faciales a los 9 meses o antes
 No balbucea a los 12 meses o antes
 No hace gestos, como señalar o saludar, a los 14 meses o antes
 No dice palabras simples a los 16 meses o antes
 No imita las acciones de otras personas a los 18 meses o antes
 No dice frases de dos palabras a los 24 meses o antes
 Pierde las habilidades del lenguaje o sociales a cualquier edad

Clínica
 Hiperactividad (infancia)
 Hipoactividad (adolescencia y edad adulta)
 Humor lábil
 Baja tolerancia a la frustración
 Crisis de agitación (con o sin causa aparente)
 Impulsividad
 Autoagresividad
 Heteroagresividad (menos frecuente que la autoagresividad)
 Alteraciones del sueño
 Trastornos alimenticios (híper selectividad, picar)
 Crisis epilépticas (20-25 % de la población total)

Diagnóstico
Sordera aparente, no responde a llamadas o indicaciones. Parece que oye algunas cosas y
otras no.
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 No persigue por la casa a los miembros de la familia ni alza los brazos cuando está
en la cuna para que le cojan. Parece que nos ignora.
 Cuando se le coge de la cuna o el parque no sonríe ni se alegra de ver al adulto.
 No señala con el dedo y mira al adulto para comprobar que éste está también
mirando donde él señala.
 No señala con el dedo para compartir experiencias ni para pedir.
 Tiene dificultades con el contacto ocular, casi nunca lo hace y cuando mira hay
veces que parece que "atraviese con la mirada", como si no hubiera nada delante de
él.
 No mira a las personas ni lo que están haciendo.
 Cuando se cae no llora ni busca consuelo.
 Es excesivamente independiente.
 Reacciona desproporcionadamente a algunos estímulos (es muy sensible a algunos
sonidos o texturas).
 No reacciona cuando se le llama por el nombre.
 Prefiere jugar solo.
 No dice adiós.
 No sabe jugar con los juguetes.

Tratamiento
 Intervenciones conductuales educativas: se realizan tanto en el sujeto diagnosticado
de autismo, como en su ambiente familiar cercano. La terapia consiste en una serie
de sesiones cuyo objetivo es la obtención de capacidades intensivas y de alta
estructuración, orientadas a que los sujetos desarrollen habilidades sociales y del
lenguaje. Se suele emplear el Análisis Conductual Aplicado. La terapia incluye
también a las personas que conforman el entorno del sujeto (padres, hermanos,
educadores, etcétera), a fin de prestar un apoyo a estos en el desarrollo de la vida
diaria con una persona diagnosticada de trastorno autista y en la adquisición de
habilidades para relacionarse con esta persona.
 Intervenciones emocionales y psíquicas: tienen como objetivo la adquisición y
desarrollo de habilidades emocionales de expresión y reconocimiento de
sentimientos, desarrollo de la empatía… Al igual que las intervenciones sociales
educativas, la terapia incluye el círculo social cercano, con los que se trabaja
también la expresión de sus sentimientos, frustraciones, impresiones, etcétera, hacia
el sujeto con trastorno autista.
 Medicamentos: no existen medicamentos específicos para el tratamiento del
trastorno autista, por lo que se emplea siempre terapia paliativa de la sintomatología
desarrollada por el sujeto. Así, si existen convulsiones, se prescriben uno o varios
anticonvulsivos específicos, y si existe impulsividad o hiperactividad, se recurre al
empleo de medicamentos de uso habitual en pacientes con trastorno de déficit de
atención. Los medicamentos más habituales administrados a estos pacientes son los
ansiolíticos, antidepresivos y los empleados en el trastorno obsesivo-compulsivo.
En la actualidad los más utilizados son la fluoxetina y paroxetina (antidepresivos) y
la risperidona (neuroléptico).

 los planes de tratamiento pueden combinar técnicas como:


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 Análisis del comportamiento aplicado (ABA). Este programa es para niños


pequeños. Utiliza enseñanza uno a uno que refuerza diversas destrezas. El objetivo
es acercar al niño a un funcionamiento normal para su edad.
 Tratamiento y Educación de Niños Autistas y con Impedimentos Relacionados con
la Comunicación (Teacch). Utiliza un esquema de figuras y otras indicaciones
visuales. Estas ayudan a los niños trabajar por sí solos y a organizar y estructurar
sus ambientes. A diferencia de los programas de ABA, el Teacch no espera que los
niños logren un desarrollo típico con el tratamiento.
 Medicinas. No existe ningún medicamento para tratar el TEA en sí mismo; sin
embargo, con frecuencia se utilizan medicinas para tratar problemas emocionales o
de comportamiento como: agresión, ansiedad o dificultad para dormir.
 Dieta. Algunos niños con autismo parecen responder bien a una dieta libre de gluten
o caseína. El gluten se encuentra en alimentos que contienen trigo, centeno y
cebada. La caseína se encuentra en la leche, el queso y otros productos lácteos. No
todos los expertos están de acuerdo en que los cambios en la dieta hacen una
diferencia. Y no todos los estudios han mostrado resultados positivos.
 Terapia ocupacional
 Fisioterapia
 Terapia del lenguaje y del habla

Trastorno bipolar

Conceptos esenciales:
El trastorno bipolar es la tendencia de los episodios maníacos a alternarse con episodios
depresivos mayores en una vuelta de montaña rusa interminable que va desde la cima de la
euforia a las profundidades de la desesperación.

Dentro del trastorno bipolar podemos distinguir: trastorno bipolar I y trastorno bipolar II.
Ambos tipos son iguales, solo se diferencian en un aspecto del episodio maníaco.

La diferencia radica en que en el trastorno bipolar I se alternan episodios maniacos


completos con episodios depresivos. En cambio, el bipolar II, se alternan episodios
hipomaníacos (episodios maníacos más leves) y episodios depresivos
Epidemiologia:
Incidencia: entre 1.7 y 6.2 por 100.000 por año
Prevalencia: La prevalencia a lo largo de la vida del TB está entre el 0.5 y 1.6%3
Edad de diagnóstico: 88 y 22 años
Factores de riesgo:
Los riesgos más frecuentes que se suelen presentar en las personas con TB son el
riesgo de suicidio, o autolesión, y el de heteroagresión. El riesgo autolítico es más
común en el TB que en la mayoría de trastornos psiquiátricos y es comparable a lo
encontrado en otros trastornos del humor y psicóticos. Los estudios en autopsias
psicológicas sugieren que los suicidios ocurren cuando la depresión es
infradiagnosticada e infratratada, especialmente en el TB II, y cuando no hay un
tratamiento de mantenimiento en el tiempo. Intentos de suicidio de escasa letalidad
pueden darse en pacientes con TB y un trastorno del control de impulsos como el
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abuso de sustancias, trastorno de personalidad o trastorno de la conducta


alimentaria. Hay un riesgo especial de suicidio cuando se da un viraje rápido de
manía o hipomanía a depresión. La evaluación del riesgo debe hacerse de la misma
manera que en otros grupos, pero el personal sanitario deben tener en cuenta que el
estado mental y el riesgo de suicidio pueden cambiar rápidamente. Se requiere una
intervención inmediata si un paciente con TB tiene un riesgo de suicidio alto o
inminente, como aquellos con un plan estructurado o ideación suicida persistente.
Del mismo modo, la naturaleza desinhibida, cambiante e impulsiva de los pacientes
con TB, particularmente en los estados maníacos y mixtos, requiere que el
profesional de la salud tenga cuidado cuando hay riesgo de lesionar a otros con
conductas violentas o temerarias.
Etiología:
Pese a esta diferenciación, ambos síntomas ocurren de la misma manera y deben cumplirse
los siguientes criterios:
 Presencia de uno o más episodios depresivos mayores.
 Presencia de al menos un episodio maníaco (en el caso de Bipolar II).
 Presencia al menos de un episodio hipomaníaco (en el caso de Bipolar I).

En cuanto a otros trastornos psiquiátricos, la depresión bipolar debe diferenciarse de los


trastornos de ansiedad (presentes de forma comórbida en el 50% de casos), tanto en forma
de
trastorno generalizado, crisis de pánico, agorafobia, ansiedad social o trastorno obsesivo
compulsivo. El paciente bipolar puede también sufrir una reacción de duelo por la pérdida
de un ser querido, sin ser confundido ello con una fase depresiva. Las reacciones
adaptativas requieren la presencia de un factor estresor identificable y una relación directa e
indiscutible. En las depresiones bipolares con síntomas psicóticos debe considerarse el
diagnóstico diferencial con cualquier otro trastorno psicótico, destacando una esquizofrenia
(donde destacarían los síntomas positivos y negativos, los trastornos formales del
pensamiento, el deterioro cognitivo y psicosocial y el curso característico) y el trastorno
esquizoafectivo (donde coexisten las fases afectivas con la persistencia de sintomatología
psicótica aun en estado de eutimia). Algunos trastornos del sueño (síndrome de apnea,
narcolepsia…) pueden confundirse con la depresión por la apatía y fatiga diurnas. Las
demencias deben descartarse ante la merma de facultades intelectuales. Puede aparecer una
pseudodemencia depresiva en ocasiones clínicamente indistinguible de un deterioro
cognitivo degenerativo, por lo que se requiere estudio complementario en profundidad
(tests neuropsicológicos, datos de laboratorio, neuroimagen estructural y funcional…).

Clínica:
Además de un estado de ánimo irritable, anormal y expansivo, debe haber por lo menos tres
de los siguientes síntomas:

 Aumento de la autoestima o grandiosidad.

 Lenguaje verborreico.

 Fuga de ideas, distracción.


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 Agitación psicomotora.

 Realización excesiva de actividades placenteras.

 En la hipomanía estos síntomas no son tan acusados.

Diagnostico:
La evaluación exige una completa anamnesis y exploración tanto psiquiátrica como
somática. Pueden ser necesarias varias entrevistas para poder realizar una evaluación
completa que nos
permita conocer mejor la historia evolutiva del trastorno, y ampliar el conocimiento de los
antecedentes personales y familiares del paciente. Cuando ha existido una fase maníaca, en
general se ha acompañado de hospitalización, y el paciente suele referirlo en la anamnesis.
Sin
embargo, los síntomas hipomaniacos son menos graves, y a menudo no cursan con
disfunción
social o laboral significativas, ni motivan un ingreso. El aumento de la actividad, de la
energía y de la productividad puede no ser visto por el paciente como algo negativo, y no lo
refiere al realizar la historia clínica. Suele ser conveniente por ello completar la anamnesis
con la información que aporte un familiar. Puede ser necesario realizar algún cuestionario
de screening o de detección sistemática. El empleo de escalas que permitan una valoración
psicométrica de los síntomas afectivos tanto en el momento del diagnóstico como en el
control evolutivo, puede ayudar a tener un mejor conocimiento de la situación de partida y
a dar más objetividad a la hora de evaluar la respuesta a los tratamientos, pero en ningún
caso puede sustituir a la entrevista clínica. Esta además de proporcionarnos una visión
general de la sintomatología y de la repercusión que esta tiene sobre la vida del paciente y
su funcionamiento, nos aporta los elementos narrativos que van a ser claves para que la
alianza terapéutica se establezca. En el apartado de métodos de evaluación se recogen
algunos de estos cuestionarios y escalas que pueden servir de ayuda para el screening, el
diagnóstico y la determinación de la intensidad de los síntomas y del impacto que tienen en
la vida del paciente.

Tratamiento:

Hay tres tipos de medicamentos que se emplean para tratar la depresión: los antidepresivos
tricíclicos, los inhibidores de monoaminooxidasa (MAO) y los inhibidores selectivos de la
receptación de la serotonina (ISRS).
Estos medicamentos funcionan incrementando en el cerebro la actividad y los niveles de
ciertas sustancias químicas denominadas neurotransmisores, que ayudan a mejorar tu
estado de ánimo.
Los diferentes tipos de fármacos tienen distintos modos de actuación pero funcionan
igualmente bien. Lo importante es que con la ayuda de tu médico encuentres el fármaco que
mejores resultados tenga en tu organismo.
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Si un paciente desarrolla un cuadro de manía aguda y no está tomando medicación


antimaníaca las opciones terapéuticas incluyen comenzar con antipsicóticos, valproato y/o
litio. Para hacer la elección el psiquiatra tiene que tener en cuenta las preferencias para su
futuro uso profiláctico, su perfil de efectos secundarios y considerar:
 Prescribir un antipsicótico si los síntomas maníacos son graves o si existe una
alteración conductual marcada como parte del cuadro maníaco.
 Prescribir litio o valproato si los síntomas han respondido previamente a estos
fármacos y la persona ha demostrado una buena adherencia.
 Evitar el valproato en las mujeres en edad fértil.
 Utilizar el litio en monoterapia sólo si los síntomas no son graves, ya que tiene un
comienzo de su acción más lento que los antipsicóticos y el valproato

Depresión

Conceptos esenciales:
Es un estado de tristeza, disminución e inhibición psicomotora de los procesos
intelectuales, volitivos y neurovegetativos. Manifiesta una expresión de tragedia, mímica
pobre, anorexia e insomnio.
Epidemiologia:
Incidencia: 880, 000 mujeres (4%) y 440,000 hombres de/ 2,000,000
Prevalencia: 4-6% /1 320 000 habitantes
Edad de diagnóstico: Sin prevalencia de edad y genero
Factores de riesgo:
 Haber sufrido algún episodio depresivo antes.

 Tener antecedentes familiares de este trastorno.

 La pérdida de seres queridos.

 La Soledad.

 Estrés continuo.

 Tener problemas para relacionarse con los demás.

 Situaciones conflictivas en el entorno (por ejemplo, el trabajo u hogar).

 Haber sufrido traumas físicos o psicológicos (maltrato físico, abuso sexual).

 Padecer una enfermedad física seria o problemas crónicos de salud.

 El consumo de algunos medicamentos (puede consultarlo con su médico).

 Abusar del alcohol o consumir otras drogas.


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 Tras el parto, algunas mujeres son más vulnerables a la depresión. Los cambios
hormonales y físicos junto con las nuevas responsabilidades con el recién nacido
pueden ser difíciles de asumir.
 Tener una personalidad con alguna cualidad extrema (inseguridad, dependencia,
hipocondría, perfeccionismo, autoexigencia) predispone a padecer depresiones.
Etimología:
La "depresión vital" como la denomina Honorio Delgado es más un trastorno
instintivovolitivo, que su afectivo-emocional, que paraliza al individuo en su grado extremo
o lo lleva en un principio sólo a una merma de la fuerza psicobiológica, a la paresia leve,
moderada o severa. Delgado también nos habla de la inhibición del devenir subjetivo, que
luego Jean Sutter la llama parálisis de la anticipación y que tiene vigencia actual. Berríos
revela que la semiología de la afectividad ha sido estudiada insuficientemente en occidente,
donde lo cognoscitivo adquiere mayor importancia. Estos conceptos nos hacen meditar en
la necesidad de formular algunas características de la depresión que como síntomas
primarios tienen un compromiso institivo-volitivo y de las vivencias temporales, y
secundariamente un trastorno afectivo cognoscitivo y "somático". Delgado tampoco
hablaba de una tristeza vital, como la mayoría de autores repiten iterativa sus definiciones,
sino de una pérdida de la energía y luego "una propensión a la tristeza". Para nosotros, la
enfermedad depresiva es única, endógena, que no admite subdivisiones, en lo que
concordamos con Dorr en el Libro "Las psicosis endógenas". Tiene su trastorno
fundamental en un compromiso vital que denominamos CAMBIO de la personalidad, de
las funciones biológicas y de los ritmos cicardianos, y que tiene como substrato a una
disfunción fundamentalmente serotoninérgica y del eje límbico hipotalámico -hipofisiario.
Un cambio permanente, que no se modifica realmente al estímulo ambiental y que hace
decir algo tan simple al paciente o a la familia: "ya no el mismo de antes".

Clínico:
La depresión tiene múltiples repercusiones: psicológicas, biológicas, sociales, espirituales,
laborales, económicas, conyugales, conductuales, sexuales, entre otras. Estas repercusiones
influyen en el desarrollo psicobiológico del recién nacido, del preescolar, del escolar, del
adolescente y del adulto en su vida conyugal, sexual y profesional. El suicidio es la
complicación más importante e irremediable.

Diagnostico:
Se debe considerar el diagnóstico diferencial entre "depresión endógena" y las llamadas
"depresiones psicógenas", (distimias), y las "crisis espirituales". La distimia no es sino una
reacción en una personalidad premórbida anormal, a las pérdidas significativas, reales o
imaginarias, pasadas, presentes y futuras, para el individuo. Realmente no son depresiones,
sino verdaderas reacciones de duelo. Las crisis espirituales, las vivimos todos, excepto los
anéticos, pero a veces podemos confundirlas con una depresión.

Durante al menos 14 días, presencia casi diaria de mínimo cinco de los siguientes síntomas,
incluyendo el 1. o el 2. necesariamente.
1. Estado de ánimo deprimido.
2. Disminución del placer o interés en cualquier actividad.
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3. Aumento o disminución de peso/apetito.


4. Insomnio o hipersomnio.
5. Agitación o enlentecimiento psicomotor.
6. Fatiga o pérdida de energía.
7. Sentimientos excesivos de inutilidad o culpa.
8. Problemas de concentración o toma de decisiones.
9. Ideas recurrentes de muerte o suicidio.

Tratamiento:
Cuando hablamos de tratamiento de la depresión, está tácitamente entendido que la
rehabilitación va de la mano con la prevención secundaria. Entendemos por prevención
secundaria a la disminución de incidencia y frecuencia de la depresión en la población
general, con un diagnóstico precoz y efectivo; esto es sólo posible con médicoscirujanos
que conozcan lo que es la depresión, la sepan reconocer en sus pacientes y le apliquen el
tratamiento más inmediato y correcto posible. Entendemos por prevención primaria, el
logro de que la población llegue a tener un conocimiento respecto a las causas, incidencia,
características y consecuencias de la depresión, por medio de la sensibilización,
información y difusión adecuadas en una promoción de Salud Mental (para lograr dichos
objetivos requerimos de una serie de estrategias.

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