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LA TRANSEXUALIDAD EN CUBA:

¿SENTENCIA FIRME?

Lic. Liván Soto González.


Asesor Jurídico
CENESEX
“Las leyes positivas pueden subsistir intactas en
el tiempo, pero hay que convenir también en
que, bajo la presión de los hechos y de las
necesidades prácticas, se presentan, las más de
las veces, situaciones nuevas imprevistas por el
legislador que demandan una solución. Tal
ocurre en la transexualidad, un problema de
nuestros días, una realidad evidente que
demanda una solución”.

Sentencia del Tribunal Supremo Español de 3 de Marzo de 1989,


Cuadernos Cívitas de Jurisprudencia Civil.
Enero/Marzo 1989, (511).

SUMARIO.

1 - Introducción. 2 - Sexo real: ¿Sexo legal? 3 - La transexualidad: “no es un capricho”. 4 –


Los Tribunales Cubanos ante la Transexualidad. I) A propósito del primer caso, II) Un
sentimiento dominante, III) Más que apariencia; IV) En Cuba. 5 – En busca de una
solución. 6 - Bibliografía.

1- INTRODUCCIÓN.

Mientras cursaba mis estudios universitarios, escuche acerca de un hombre


que dejó de serlo; una persona que salió de Cuba como hombre y regresaba,
o intentaba regresar, con una nueva condición: la de una mujer. Los
comentarios entre los estudiantes fueron diversos, destacándose las
siguientes interrogantes: ¿Cuál será la solución que nuestras leyes le darán a
este caso? ¿Cómo se puede permitir que una persona cambie su sexo legal?
Confieso que en aquél momento no llegué a conocer con precisión la
solución, que ofrecía como pensé entonces, muchas otras interrogantes para
un debate.

Años más tarde, la sentencia que resolvió aquel caso llegó a mis manos,
permitiéndome conocer del primer fallo de un Tribunal cubano accediendo a
la solicitud de modificación del nombre y sexo legal en un transexual. Ésta,
entre otras razones me hizo investigar sobre el tema, descubriendo algunas
respuestas a aquellas interrogantes que ponían en entredicho muchos de los
conceptos y principios que para el Derecho, hasta ese momento, no fueron
cuestionados, tales como los de: ser mujer u hombre, o simplemente el de
sexo legal o jurídico del que gozan las personas.

En el presente trabajo se vuelcan algunas breves reflexiones sobre la


transexualidad, fenómeno social, que cobra espacio en la realidad cubana.
Estas ideas han sido concebidas en el marco, no ya, de la medicina, la
psicología, antropología o sociología, sino desde la doctrina jurídica y el
pensar del Derecho, que en muchas ocasiones se muestra inalterable y
resistente a abordar temas como éstos. Indagando en el particular, sobre su
repercusión en el sistema jurídico cubano, el reconocimiento de los
Tribunales, a cuatro transexuales, de su derecho a cambiar registralmente su
nombre y sexo.

2- SEXO REAL: ¿SEXO LEGAL?

El sexo ha sido a lo largo de la historia, una de las características de la


persona sobre la que los ordenamientos jurídicos han establecido una
profunda diferencia en el tratamiento jurídico, marcada por los inamovibles
paradigmas de hombre y mujer, exigiéndoles ser esencialmente sexuados. El
sexo, desde esta construcción socio-jurídica, no entra como algo accesorio,
accidental, secundario o transeúnte, sino como un elemento esencialísimo de
la persona que le diferencia de los demás.

Vivir fuera de esos paradigmas, ser gay, lesbiana, bisexual, travestí o


transexual significa colocarse al margen de los códigos normativos, en una
continua trasgresión del status quo, pero más aún, constituye asumir una
posición revolucionaria en cuanto, atraviesa la rígida línea que marca el poder
en la división de los sexos y porque subvierte el sistema sexo - género en que
se basa nuestra estructura social.
El Derecho como también lo hace la medicina, determina a priori el sexo al
que pertenece cada individuo, sobre la base de los caracteres morfológicos y
la apariencia física1. De esta forma, el sexo con el que realmente nace una
persona, pasa a ser su sexo jurídico, algo que no se puede cambiar, una
especie de cualidad innata, ahistórica y esencial, donde lo básico y
fundamental es el componente cromosómico 2. Además de estos argumentos
de tipo biológicos hay otros de tipo jurídico, que tienen la misma base
ideológica cuando se trata la cuestión del cambio de sexo, haciendo
referencia a la indisponibilidad del estado civil3.

Las nuevas exigencias, que se le plantean hoy al Derecho le llevan a revisar


el criterio de asignación legal del sexo, es decir, revisar el o los componentes
del sexo a seleccionar para realizar el registro del sexo jurídico. El Derecho y
las prácticas médicas se ven precisadas a apostar por una nueva definición
de sexo, donde lo dado al nacer, no ocupe un papel preponderante,
abandonando así el sistema BSD (Biological Sex is Decisive). Esta mirada
revolucionaria, devendría en el reconocimiento de derechos a aquellas
personas que por su orientación sexual o identidad de género se les priva de
sus más elementales derechos; en el particular de los transexuales, no se
verían precisados a “entrar de repente en la ciencia ficción”4 ó percibirse
como una ficción de hembra o de macho5, en tanto no pueden a través de
una intervención quirúrgica modificar la fórmula cromosómica: XX o XY, sino
como aquella persona en la que se ha producido un cambio real de sexo, con
una cualidad personal de indudable entidad objetiva en la "comunis opinio”
imperante en la realidad social.

3- LA TRANSEXUALIDAD: NO ES UN CAPRICHO.

La transexualidad se describe como “una situación existencial que se


despliega en la dimensión intersubjetiva y que, por lo tanto, no puede ser
ajeno a una valoración ética y jurídica”6. Es aquel desacuerdo profundo entre
el sexo biológico y el sexo psicosocial o, dicho de otra forma, entre el sexo
con el que se nace y aquel otro que la persona siente como propio, que le
hace recurrir, generalmente, a un tratamiento medico quirúrgico para corregir
tal discordancia, procurando posteriormente que su nueva realidad sexual
cobre carta de naturaleza en el Registro del Estado Civil y demás
documentos de identificación personal.

Uno de los Tribunales Cubanos define a un transexual como “aquellas


personas que sienten como ajeno su sexo biológico que anhelan por sobre
todas las cosas para poder realizarse en la vida el cambio de sexo contrario,
operando primeramente el cambio en su psiquis que luego lo van
exteriorizando(…) hasta que se intervienen quirúrgicamente con el propósito
de transformar sus genitales y otros atributos externos, que permitan a quien
lo ve identificarlo sin lugar a dudas, como del sexo contrario”(…) “el
transexual… no disfruta de sus genitales, por lo que si no puede hacer el
cambio que desea puede llegar a tener serios problemas”. (Sentencia No.
285 Tribunal Municipal Popular de Artemisa  30/9/2003, Boletín No. 4 / 2004,
Bufetes Colectivos, Matanzas.)

Debemos advertir así, que cuando nos referimos a los/as transexuales, lo


estamos haciendo a aquel grupo “bien determinado y definible”7 en el cual
concurren al menos dos circunstancias:

1- Son personas que correspondiendo físicamente a uno de los dos sexos


poseen el sentimiento de pertenecer al otro;
2- Intentan acceder a una identidad más coherente y menos equívoca a
través de tratamientos médicos e intervenciones quirúrgicas, destinadas
a aceptar sus características físicas a su psicología.
A los anteriores elementos puede incorporarse un tercero: el rechazo
absoluto del sujeto hacia su propia apariencia hasta el punto de resultarle,
inaceptable la vida si no se efectúa el tratamiento médico y/o la cirugía 8. El
término como percibimos, es expresivo de una dolorosa experiencia de sentir
que el cuerpo físico niega quienes son, cuerpo que se convierte en prisión,
sin salida, sin llave.

4- LOS TRIBUNALES CUBANOS ANTE LA TRANSEXUALIDAD.

Las decisiones judiciales adquieren, cada vez, más importancia al dirimir


problemas que afectan a la esencia de los Derechos fundamentales, en
particular aquellos procesos que dan respuesta a la pretensión del cambio de
sexo en el registro civil. A través de los fallos de tribunales, la transexualidad
ha encontrado refrendo jurídico, bien para ser sancionada o favorecida en
cuanto supone el reconocimiento de algunos derechos, a saber: cambiar
registralmente el nombre y sexo legal.

Este reconocimiento de derecho a transexuales, no sólo ha operado a través


de los fallos de los tribunales, sino también, mediante la vía legislativa;
bastará dirigir la mirada más allá de nuestras fronteras, en países como:
Alemania en 1980 (Ley de 10 de septiembre de 1980); Italia en 1982 (Ley
núm.164 de 14 de abril de 1982); Holanda en 1985 (Ley 24 de abril de 1985);
Turquía en 1988 (Ley 11 de mayo de 1988); en EEUU la situación es dispar
según el Estado al que nos refiramos: (texto legislativo) Illinois(1961), Arizona
(1967), Lousiana (1968), California (1977), (reglamentos) Alabama, Carolina
del Norte, Nueva York (1971), Colorado, Hawai, Pensilvania); en Canadá,
Québec (1977); Sudáfrica (1974); Australia Meridional (1988), Turquía (Ley
de 11 de mayo de 1988). Más recientemente Reino Unido (Act 2004) 9.
En Cuba no existe una ley que regule el fenómeno de la transexualidad. La
inexistencia de una norma de rango legal, bien sea para permitirla o
prohibirla, no ha relevado a los Tribunales Cubanos de su deber de conocer
la cuestión a él sometida. No obstante, en su actuar, han tenido que resolver,
la exigencia de transexuales (todos de hombre a mujer), que han pretendido
la modificación del sexo en el Registro del Estado Civil y el consiguiente
cambio de nombre. A continuación exponemos los datos más relevantes de
dichos casos.

I)- A PROPÓSITO DEL PRIMER CASO…

En 1996 ante el Tribunal Provincial de Ciudad de La Habana, se inicia el


proceso sobre “Ejercicio del Derecho a la libre determinación de la
sexualidad”, por un ciudadano cubano, con residencia en España, intentando
regresar a Cuba con una nueva identidad, la de mujer. No podemos afirmar
que fue en ese año, cuando por primera vez la transexualidad, llamó a las
puertas de un tribunal cubano, pero si la primera ocasión en que a través de
una sentencia cubana, se accedía al reconocimiento de un transexual a
cambiar su nombre y sexo legal en el registro del estado civil.

La sentencia que puso fin a este proceso, destaca que desde temprana edad
el demandante, se vestía y peinaba como una hembra, jugaba y se le llamaba
como a una niña; que años más tarde, “a los doce o trece años se le
comenzó a presentar un aumento de mamas, todo lo que (…) oculta. Que su
actitud y comportamiento distaba mucho de lo que se supone le correspondía
en su condición de varón, razón por la que a los ojos de cualquier persona
(…) no sería más que un simple homosexual”10.

En la década de los 80 abandona la isla, en cumplimiento de su ideal de


libertad y de someterse a una transformación radical de su vida, que le
permitiese comportarse como quería y sentía. En 1988 fue diagnosticado
como transexual e intervenido quirúrgicamente, quedando con una “…
fenotipia somática que remedaba a una mujer con mamas bien desarrolladas,
con poco vello en las piernas y sin apenas nada en la cara y tronco”; no
quedando duda alguna de su role femenino que también se manifestaba tanto
“en su voz como en sus ademanes, como en su trabajo profesional, como la
felicidad que le da a su pareja estable” 11.

Los hechos alegados por el demandante, permitieron que el Tribunal


reconociera que esta persona tenía un “comportamiento sensorial y social
distinto al sexo anatómico sin que deba considerarse tal cuestión, como una
aberración o conducta impropia”, que se trataba de un transexual, cuyo
comportamiento “rebasaba los (…) marcos de la homosexualidad”, y dando
ello por sentado, también se presenta, la sentencia del Juzgado de Primera
Instancia No 13 de Madrid en los autos No. 788 de 1988, que dispuso el
cambio de nombre y sexo en el Registro Civil Central de Madrid.

La sentencia, al margen de concepciones éticas y políticas, presentes, en la


realidad social reconoce, las implicaciones personales y humanas que
supone la transexualidad, aun cuando subvierte el orden del estatuto
personal, especial condición sobre la que el Derecho hace descansar una
serie de presupuestos como la nacionalidad, el domicilio y el estado civil,
como cualidad individual que distingue a los sujetos en la escena jurídica, que
es también social12.

Luego de plantear tales presupuestos, entró en el debate, la inviable solución


que desde el ordenamiento jurídico se le podía ofrecer a este hecho. El
ordenamiento jurídico cubano no le brindaba al órgano actuante, ninguna
norma que de forma expresa le permitiera resolver el caso ante él planteado,
o sea el cambio de sexo por voluntad individual 13, pero no por ello debía
rehusar el conocimiento del asunto, si cualquiera de los litigantes es cubano,
como es el caso14. Es así, que el Tribunal expresa:

“(…) la fase culminante del Derecho es la de su aplicación, porque es en


la resolución de los problemas donde los sistemas jurídicos se hacen
realidad; de ahí, la importancia de comprender el proceso de su
aplicación , complejidad, carácter creativo, las dificultades que enfrenta y
los fines puntuales que persigue; y en el caso, tal y como se ha
abundado, nuestro ordenamiento jurídico carece de norma directa de
aplicación, y siendo la transexualidad bajo examen, un fenómeno real
que nuestro Derecho no debe ni puede desconocer, resulta necesario
una que permita solucionarlo, y nada mas conveniente para ello que
recurrir a la autointegración, es decir, a la fuente dominante de nuestro
sistema jurídico, cual es, la Constitución de la República, que establece
en su capítulo destinado a los derechos, deberes y garantías
fundamentales y concretamente en su artículo 62), que las libertades que
franquea no pueden ser ejercidas contra lo establecido por ella, la leyes,
la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo
cubano de construir el socialismo y el comunismo (…)”.

Sobre estos argumentos el Tribunal accede a la pretensión del demandante,


disponiendo que en lo sucesivo su nombre y sexo sean femeninos,
manteniendo el resto de las generales en el Registro del Estado Civil de la
misma manera. Se convertía así esta sentencia en una las más
revolucionarias dentro del proceder de los Tribunales cubanos, al ser la
primera que posibilitaba a un transexual, cambiar su nombre y sexo legal en
la inscripción de nacimiento; a la vez que colocaba a nuestro país entre los
primeros que en Latinoamérica y el Caribe, otorgaba tal derecho a un
transexual.
II) – UN SENTIMIENTO DOMINANTE.

El segundo proceso en el que se le reconoce a un transexual cubano el


derecho a cambiar su nombre y su sexo legal se inicia en el año 2001. Al
nacer se le inscribe con sexo y nombre masculino, pero “en el transcurso de
su vida (...) su comportamiento sensorial no se acompasaba a su sexo
anatómico, todo lo que provocaba una actitud distinta a la mayoría de los
jóvenes, varones de su edad”. Este “sentimiento dominante” de vivir en un
sexo distinto al asignado, provocaba no pocas dificultades en el manejo de
sus relaciones interpersonales debido a los prejuicios sociales relacionados
con la homosexualidad15.

En 1980, decide abandonar el país viajando a los Estados Unidos,


radicándose en Miami, donde comienza una nueva etapa de su vida, hasta
que tres años más tarde o sea en 1983, logra cambiar su sexo anatómico,
mediante una intervención quirúrgica. Efectuada la cirugía, logra adecuar su
identidad, cambiando su nombre por uno femenino, a fin de evitar cualquier
disonancia con su “condición de mujer”.

Como cubana, no podía regresar a Cuba, con esa nueva condición pues se
requería que mediante un fallo de un tribunal cubano se ordenase el
correspondiente cambio de nombre y sexo en el Registro Civil 16. Finalmente,
tras las prácticas de las pruebas (documentos públicos, fotografías, pericial
de impresiones dactilares, certificados médicos sobre la intervención y
diagnóstico) y la evacuación de los trámites procesales, el Tribunal Municipal
de San Miguel del Padrón, dispone mediante la Sentencia No.110 de 28 de
febrero del 2002, el cambio de identidad del demandante.

III) – MÁS QUE APARIENCIA


Al fotógrafo Robert Capa se le atribuye esta frase: “si tus fotos no son lo
suficientemente buenas es que no te has acercado lo bastante”17. La
constante lucha y preocupación de los transexuales por acercarse y ser
percibido día a día, como la mujer o el hombre que sienten ser, se agudiza,
cuando sus documentos de identificación personal les delatan, con un
nombre y sexo distinto al asumido socialmente. Esta situación origina en
los/as transexuales limitaciones en el ejercicio de sus derechos, aún los más
básicos, como es el derecho primero a la identidad personal.

El tercer proceso en que se reconoce el derecho a cambiar la identidad de un


transexual en el registro civil, se inició ante el Tribunal Municipal de Playa en
el año 2002. El demandante, al igual que los casos anteriores no residía en el
territorio nacional18, y al iniciarse el proceso se había sometido a una
intervención quirúrgica de reasignación genital en el extranjero. Al nacer se le
había inscrito con nombre y sexo masculinos, pero desde la minoría de edad,
recibió asistencia especializada de psicólogos por sus inclinaciones
femeninas, sin resultado positivo alguno.

Su reconocimiento social como mujer –tal cual afirma la sentencia-, daban fe,
de que “se había producido un cambio de sexo, no correspondiente con los
datos de su estado civil”, con esta declaración del Tribunal, se reconocía la
existencia de otra realidad, al margen de lo que obraba en el registro civil,
toda vez que se vislumbraba, lo que ha sido una de las reivindicaciones
históricas, de los/as transexuales a nivel mundial, el reconocimiento del
género social, el cual otorga a transexuales, el derecho a cambiar su nombre
y sexo en la inscripción de nacimiento, aún cuando no se han sometido o un
proceso de reasignación genital, por motivo de salud, económico, edad o
riesgo para sus vidas.
Es así que, en diciembre del 2001, luego de someterse, durante algunos años
a un tratamiento hormonal, le realizan los estudios para ser intervenido
quirúrgicamente, a los efectos de obtener el cambio de sus órganos genitales,
acto este que realiza en marzo del año siguiente. Luego tras su intento de
regresar a Cuba, inicia el proceso de reconocimiento ante el Tribunal cubano,
el cual declara con lugar la pretensión; ordenando al Registrador del estado
civil, la modificación de la inscripción realizada al nacer, en dicho registro 19. El
reconocimiento del sexo social de los/as transexuales, es el fin de una
discriminación histórica, que brinda la posibilidad de eliminar muchas de las
trabas en el ámbito laboral, familiar, sucesorio, deportivo, carcelario y
educativo; haciéndole saber que la prostitución y la marginación social no son
el único camino, que se le ha diseñado.

IV) - EN CUBA.

El promovente fue inscrito en el Registro del Estado Civil, como en los casos
anteriores, con nombre y sexo masculino, mostraba desde pequeño
inclinación hacia el sexo contrario, provocando el rechazo en los niños de su
sexo. Sin cambiar su comportamiento fue perfeccionando costumbres
femeninas: sacarse las cejas, pintarse el pelo, perfilar sus gestos y caminar.
Años más tarde decide iniciar una nueva vida en la Capital, indagando sobre
la posibilidad de cambiar su sexo, uno de sus objetivos principales. En 1994,
emigra a los Estados Unidos, donde ocho meses más tarde se realiza la
operación de reasignación.

Estados Unidos es el país donde probablemente por vez primera se legisla en


materia de cambio de sexo. En este sentido se recuerda que en Illinois, desde
fines de 1961, se permite al registrador transcribir la rectificación de sexo
producida luego que el sujeto se somete a una intervención quirúrgica. Esta
inscripción se efectúa sobre la base de la correspondiente certificación del
hecho formulada por el propio médico que ha efectuado la operación. Se
trata, en consecuencia, de un trámite de carácter administrativo facilitador de
dicha inscripción. Similar reforma legislativa se realiza en Arizona desde
196720.

La desarmonía entre la identidad física y legal, del demandante, se agudizó al


someterse a múltiples intervenciones quirúrgicas. Su apariencia de mujer, al
decir del tribunal en la sentencia, podría inducir a dudas a quienes
desconocen el verdadero sexo biológico o anatómico de esta persona. Es por
ello que comienza los trámites legales en el Tribunal del Circuito del Condado
Cook, Estado de Illinois, para cambiar su status jurídico. El fallo del Tribunal,
ordenó que en lo sucesivo su nombre fuera femenino, modificando sus
documentos, tales como: tarjeta de residencia permanente, tarjeta de seguro
y otros de identificación personal21.

La novación en la identidad social y legal que disfruta, le abre una nueva


dimensión de sus relaciones sociales, quedando aún pendiente el deseo de
regresar a Cuba con su nueva condición. En el año 2003 decide viajar a la
isla, obteniendo pasaporte y permiso de entrada con nombre masculino, para
lo cual aportó una certificación de nacimiento. En el Aeropuerto Internacional
José Martí de Ciudad de La Habana, no habiendo correspondencia entre su
identificación legal y la física, fue objeto de investigación jurídica y médica,
permitiéndosele la entrada al territorio nacional, previa orientación de
legalización de su nuevo estatuto personal.

En el en territorio nacional, inició un proceso de: “Nulidad parcial de


Inscripción de Nacimiento” ante el Tribunal Municipal de Artemisa, quien una
vez practicadas las pruebas y realizados los trámites procesales oportunos,
reconoció el derecho al demandante, de cambiar su nombre y sexo en el
registro civil, fundamentando que:
“la personalidad de cada individuo está formada por un grupo de
caracteres que le son propios que a su vez generan derechos que
igualmente le son inherentes, debiendo ser protegidos por el
ordenamiento jurídico, dentro de ellas la identidad sexual, pues el sexo
ya no es inamovible y sobre él cada persona tiene un sentido de
pertenencia que determina su comportamiento sexual y de manera
general, tratándose en el presente asunto de un transexual, definidas
así las personas que sienten como ajeno su sexo biológico que anhelan
por sobre todas las cosas para poder realizarse en la vida el cambio de
sexo contrario, (…) pero con derecho a identificarse como persona tal
cual es su deseo aunque estas contradicciones no tengan sustento
estricto en la letra de ninguna norma jurídica en especial,
específicamente en el ordenamiento jurídico cubano (…)” 22

De esta manera el tribunal reconocía, una situación de hecho, desprovista de


una norma reguladora que la incluyese, pero ante todo, prestaba atención a la
persona que tenía ante si, la cual reclamaba un derecho, el derecho al libre
desarrollo de su personalidad, el derecho a vivir su proyecto de vida de forma
digna sin daños a terceros.

4- EN BUSCA DE UNA SOLUCIÓN

Podríamos pensar, que existe en Cuba una solución para el fenómeno


llamado transexualidad, criterio sustentado en los pronunciamientos de los
Tribunales que han accedido a la solicitud de los demandantes. Pero el
asunto sometido a los tribunales (el cambio de nombre y sexo legal) es
mucho más complejo, existe una realidad que se precisa regular, pues no se
trata solamente de cambiar nombre y sexo legal en un Registro Civil. No
obstante en las sentencias analizadas, se sistematizan algunos de los
principios que han regido la concesión del cambio de sexo, entre los que se
encuentran:

a) La posibilidad de cambiar el sexo legal de los transexuales, se sustenta en


el ejercicio del derecho a la expresión libre de su personalidad e identidad
sexual que tiene cada individuo.

b) Los transexuales se han sometido a la intervención quirúrgica de


adecuación genital, antes de solicitar la modificación del Registro Civil,
siguiendo así el modelo italiano planteado en la Ley Italiana de 1982, donde
la transexualidad se percibe como un proceso irreversible 23.

Ésta fue la regla en todos los casos, pero un criterio contrario plantea el
Anteproyecto de Ley sobre Identidad de Género y Cambio de Sexo Legal,
presentado por especialistas del CENESEX en la última legislatura de la
Asamblea Nacional del Poder Popular, al decir:

“Los/as transexuales que por alguna de las causales enumeradas no


puedan acceder a la intervención quirúrgica de adecuación de los
genitales, podrán acudir a la vía judicial para modificar su sexo legal,
amparados en el Dictamen emitido por la Comisión Nacional de
Atención a los Trastornos de la Identidad de Género”.

El fundamento o ratio legis de este artículo, responde a que pueden existir


personas diagnosticadas como transexual, pero por razones médicas, de
edad o de riesgo para su salud, no puedan acceder a la cirugía de
adecuación genital, pero no por ello debemos negarle el derecho a legitimar
jurídicamente la identidad de género, que como carta de presentación,
expresan a diario. Además porque ello supondría no apreciar, el valor básico
y fundante de la personalidad y el más pleno y fiel respeto al problema
humano que supone, por la situación de profunda angustia que vivencian
estas personas.

c) Una vez dictada la sentencia favorable al cambio de sexo, ésta se traduce


a nivel legal en una anotación marginal, en la inscripción de nacimiento con el
nuevo sexo y nombre, pero sin que tenga una modificación total de la misma.

d) Se reconoce que nuestro ordenamiento jurídico carece de norma expresa,


que le brinde a una solución, precisándose de una respuesta oportuna, sobre
la base de que la transexualidad es un problema psicológico y médico, pero
también de la sociedad, que no sabe hacer frente a un cambio de papeles
sexuales establecidos cultural y jurídicamente.

Lo expuesto, no contradice el principio, de que en Cuba la jurisprudencia no


es fuente de Derecho – cuestión discutida hoy-, ni considerarse el proceder
de los Tribunales como rara avis en nuestro sistema de Derecho. Antes se
debe reconocer de forma positiva a los Tribunales cubanos, al cumplir una
función muy importante, en lo que a la aplicación del Derecho se refiere, la de
complementadora del ordenamiento jurídico, sobre la labor de sincronización
entre el Derecho positivo y la realidad social vigente, a través de una
adecuada exégesis de la norma, la costumbre y los principios generales del
Derecho en defecto de aquélla.

Este actuar, desde una postura iusfilosófica se traduce en que el Derecho no


puede ofrecer solución, a aquellos hechos embrionarios y complejos desde sí
mismo, “el jurista no puede resolver ningún problema sirviéndose sólo del
Derecho Positivo, esto es, sin recurrir a juicios de valor, a juicios sobre lo
justo y lo injusto, que transciende el Derecho positivo” 24. Ya que en el fondo
de cada caso jurídico que no sea puramente rutinario suele esconderse una
cuestión moral y/o política de envergadura25.
Para muchos, la posibilidad de una Ley sobre la transexualidad o identidad de
género en Cuba, no es ni siguiera pensable, pues ello supondría abrir un
amplio horizonte de labilidad e inseguridad jurídica, en que primaría el arbitrio
individual, en una cuestión tal como el estado civil, presidido siempre por su
indisponibilidad. En nuestra opinión el punto de partida, sería reflexionar
sobre el trasfondo humano y personal de este hecho –contradictorio para
muchos, pero que hoy busca abrirse espacio y reconocimiento como Derecho
Humano- que se comporta como un fenómeno sociológico que el Derecho no
puede ignorar, porque forma parte de aquella realidad social, ante la cual está
obligado a proyectar su eficacia ordenadora. Todo lo cual ha de tener lugar,
en aras de una cultura y un Derecho de las no exclusiones, de las
conciliaciones armónicas en las relaciones sociales, que siempre serán un
caso abierto, un supuesto infinito, imposible de apresar en una ley.

6- BIBLIOGRAFIA.

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optar por el titulo de Master, dirigida por Leova Castañeta, Sin Editar, México
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LEGISLACIONES:

Constitución de la República de Cuba, Gaceta Oficial Extraordinaria No.7


de 1 de agosto de 1992. Código Civil Cubano, Ley No. 59, Gaceta Oficial
Extraordinaria No.9 de 15 de octubre de 1987. Ley de Procedimiento Civil,
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agosto de 1977. Ley No. 51del Registro del Estado Civil de 1985

SENTENCIAS CUBANAS Y EXTRANJERAS:

- Sentencia No. 1 del Tribunal Provincial de Ciudad de la Habana, de 14 de


enero 1998.
- Sentencia No 110 del Tribunal Municipal de San Miguel del Padrón, de 28
de enero del 2002.
- Sentencia No. 512 del Tribunal Municipal de Playa, de 29 de Septiembre
2003.
- Sentencia No. 285 del Tribunal Municipal Popular de Artemisa  30 de
Septiembre del 2003.
- Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Caso Rees c. Reino
Unido, de 17 de octubre de 1986.
- Sentencia del Tribunal Supremo Español de 2 de julio de 1987.
- Sentencia del Tribunal Supremo Español de 3 de Marzo de 1989,
- Sentencia del Tribunal del Circuito del Condado Cook, Estado de Illinois de
28 de Mayo de 1999.
REFERENCIAS:
1
El discurso médico ha incidido de forma especial en el carácter normativo del
discurso jurídico. En más de una ocasión el análisis de los argumentos de los
discursos médico-jurídicos nos muestran que más que legitimar criterios de
ciencia o de ley, se están articulando problemáticas desde construcciones
socioculturales del sexo y la sexualidad humana; aunque se obvie, e incluso se
niegue bajo la falsa neutralidad científica, que reivindica lo natural.
2
Siguiendo este criterio, el sexo no se presenta como una realidad compleja, en
la que se pueden apreciar varios componentes, tal cual argumentó A. Gooren,
para quien el sexo quedaba conformado por al menos tres elementos: el
cromosomático, el genital y el psicológico. A este autor se debe la existencia de
la primera cátedra de transexualidad en la Universidad Libre Amsterdam.
3
El concepto de estado civil, halla su origen en la Roma clásica en cuyo
Derecho la situación, o status, determinaba la condición de la persona,
conforme al aforismo persona est homo statu civili praeditus. El significado
etimológico de la palabra estado señala su carácter estable o no fácilmente
variable. Y es que responde el estado civil a las líneas fundamentales de la
organización civil, como el sexo, matrimonio, nacionalidad y en cada uno de sus
tipos o relaciones de estado se distingue un número determinado de puntos en
los que hay que incluir a las personas (por ej.: casado, soltero, separado, etc.).
Puede por ello definirse el estado civil como: “la cualidad de la persona por su
especial situación y consiguiente condición de miembro en la organización civil
de la comunidad, que determina su dependencia o independencia jurídica y
afecta a su capacidad de obrar (general, especial), es decir, el ámbito propio de
poder y responsabilidad”.
4
Exsexo. Ensayo sobre el transexualismo. Catherine Millot, Edt. Catálogos,
Buenos Aires Argentina. 1984.
5
El considerar la transexualidad y particularmente al transexual como una
ficción de mujer u hombre, sería aceptar como refiere la Sentencia del Tribunal
Supremo Español, que “el varón operado transexualmente no pasa a ser
hembra, sino que se le ha de tener por tal por haber dejado de ser varón por
extirpación y supresión de los caracteres primarios y secundarios y presentar
unos órganos sexuales similares a los femeninos y caracteriologías psíquicas y
emocionales propias de este sexo (…) tal modificación registral no supone una
equiparación absoluta con el sexo femenino para realizar determinados actos o
negocios jurídicos, toda vez que cada uno de estos exigirá la plena capacidad y
actitud en cada puesto”. (Stcia. 2 julio 1987 del Tribunal Supremo Español).
Esta sentencia hace referencia a que a el/la transexual no se le debe reconocer
el ius connubii, y más concretamente el derecho a contraer matrimonio con
persona de su mismo sexo cromosómico, ya que siempre estaríamos ante una
ficción, frente a algo que realmente no llega a ser tal, sino por el montaje que
construye y permite el Derecho. Como esta sentencia son destacables otras de
la jurisprudencia española como estadounidense, en las que se han entendido
que el término sexo se refiere al sexo biológico, cromosómico; y reiteran en sus
fallos de que las operaciones de cambio de sexo sólo transforman las
características secundarias del individuo y no el sexo cromosómico, por lo que
el individuo sigue perteneciendo a efectos del matrimonio, la maternidad, la
paternidad y otros actos civiles a su sexo anterior. Ver. Elosegui Itxaso, María,
en: La transexualidad. Jurisprudencia y argumentación jurídica. Granada, 1999.
6
Fernández Sessarego, Carlos. Derecho a la Identidad Personal, Bs. As. Edit.
Astrea, Perú. 1992, p. 315.
7
Sentencia del TEDH, caso Rees c. Reino Unido, de 17 de octubre de 1986.
8
En las sentencias objeto del comentario, se aprecia que muchos de los
demandantes manifiestan haber sufrido fuertes depresiones, y en su
generalidad señalan que en su aversión – en mayor o menor medida – influyo la
dificultad para relacionarse con personas de su mismo sexo. En algunas
sentencias encontramos: “anhelaba una transformación radical ” (Sentencia No.
1 del Tribunal Provincial de Ciudad de la Habana, de 14 de enero 1998), en otro
el interesado dice: “Este sentimiento dominante provocaba no pocas
dificultades en el manejo de sus relaciones interpersonales …” (Sentencia del
Tribunal Municipal de San Miguel del Padrón, de 28 de enero del 2002) y la
Sentencia No. 285 del Tribunal Municipal de Artemisa, de 30 de Septiembre del
2003, caracteriza al recurrente: “anhela por sobre todas las cosas en la vida
para poder realizarse el cambio de sexo, (…) que permitan, a quien lo ve
identificarlo, sin lugar a dudas, como del sexo contrario, (…) con voz y
ademanes femeninos, a quien le cuesta trabajo incluso para firmar en autos
poner su nombre masculino (…)”.
9
Soto González, Liván. “La transexualidad: estado de la cuestión en el Derecho
Comparado”. Inédito, 2006.
10
Sentencia No 1, Tribunal Provincial de Ciudad de la Habana. (14 -01-2004).
11
Idem.
12
El Tribunal reconoce a través de su sentencia, cómo el derecho del transexual
a cambiar su nombre y sexo, esta íntegramente vinculado al derecho a la
identidad y expresión de género de cada individuo, lo cual se aprecia, cuando
refiere: “la persona es un ente natural o ficticio a la que el ordenamiento jurídico
le concede la capacidad de ser sujeto de derechos y obligaciones, el Derecho
ha de fijar con sabia razón determinados atributos, entre ellos, además de la
polémica ciudadanía y el patrimonio, señalado este como el último; el nombre
que permite identificarla, el domicilio, que es el elemento distintivo para
localizarla, la capacidad, como facultad o potestad para adquirir y ejercitar
aquellos derechos y obligaciones, y; el estado civil que fija su identidad, pues su
contenido abarca los signos reveladores de su personalidad, ya que como
Ambrosio Colín y Henri Capitan señalan, “es el conjunto de cualidades
constitutivas que distinguen al individuo en la ciudad y la familia”, lo que entra
en consonancia con lo que al respecto afirmo Ortolán, al aseverar que “es el
papel que cada uno representa en la escena jurídica”, de todo lo cual se colige
que el estado civil es abarcador de cuestiones tan importantes como el nombre,
los apellidos, la fecha de nacimiento, el sexo, la filiación, etc., que se insertan o
plasman en las inscripciones del Registro del Estado Civil…”. Considerando
segundo, Sentencia No 1, Tribunal Provincial de Ciudad de la Habana. (14 -01-
2004).
13
No se podía, ante este caso (la transexualidad) aplicar la Ley del Registro
Civil, ni su Reglamento, pues no contemplaba la posibilidad de modificación de
la inscripción de nacimiento bajo el supuesto cambio de sexo por operación
quirúrgica y voluntad del interesado, no pudiendo entrar en juego
evidentemente los artículos relativos al error en la inscripción de nacimiento. De
esta manera podemos apreciar cómo nuevos hechos o nuevas valoraciones
han puesto de manifiesto la presencia de una “laguna oculta”, un aspecto de la
realidad social, no contemplado por el Derecho, haciéndome ello recordar a mi
profesor de Filosofía del Derecho, Dr. Julio Fernández Bulté, quien en varias
conferencias expresaba: “la vida, la práctica cotidiana es mucho más amplia,
rica en supuestos que lo que puede estar contemplado en una norma jurídica”.
14
El artículo 3, de la Ley No 7 de Procedimiento Civil, Administrativo y Laboral,
estipula: “La jurisdicción de los Tribunales cubanos es indeclinable. Los
Tribunales no pueden rehusar del conocimiento de los asuntos si cualquiera de
los litigantes es cubano o se refieren a bienes situados en Cuba, aunque sobre
el mismo, exista pleito pendiente en otro país o haya habido sumisión a
Tribunales extranjeros, aun arbitrales….”(Gaceta Oficial de la República de
Cuba, 20 de Agosto del 1977).
15
Estos prejuicios sociales no son más que el reflejo de una cultura homofóbica
y machista, de la cual no esta exenta nuestra sociedad. La homofobia, así
descrita, es el término que hace alusión al rechazo, odio y desprecio a la
homosexualidad. Refiere el miedo o negativa de personas, organizaciones y/o
gobiernos a enfrentar la realidad y especificidades que tiene este
comportamiento sexual no heterosexual.
16
Nuestra preceptiva migratoria exige que los ciudadanos cubanos viajen a
nuestro país con pasaporte nacional, sin importar que sean residentes
permanentes o temporales en el exterior e incluso hayan adquirido la
ciudadanía de otro Estado, pues Cuba no reconoce la doble ciudadanía, en
virtud del articulo 32 de la Constitución de la República y en consecuencia exige
al ciudadano cubano viajar a Cuba con pasaporte cubano.
17
"Cambio de Sexo y Derechos Civiles”. (www.nodo50.org) Revista de Derecho
de Familia No 8/2000.
18
El demandante de este proceso judicial, residía al momento de establecer la
demanda en la República Federal de Alemania, donde existe una ley que regula
lo referente al cambio de nombre, el cambio de sexo en ciertos casos y todo lo
referente al estado civil en relación con el sexo, (Ley de 10 de diciembre de
l980, sobre transexualidad (Transsexuellengesetz). La ley alemana ofrece dos
soluciones diversas. De un lado, la llamada "kleine Lösung", que se sustancia
en un mero cambio del nombre. De otro, la gran solución, que supone el cambio
oficial de sexo, con el consiguiente reconocimiento del "ius connubii" respecto
de personas pertenecientes a su sexo originario, lo que sólo es posible
mediante el cumplimiento de ciertos requisitos (incapacidad para procrear,
irreversibilidad de la nueva situación, modificación de los caracteres sexuales
externos en un individuo mayor de edad y transcurso de un plazo mínimo de
tres años en tal situación). La jurisprudencia [cfr. Sentencia LG Bochum, de 2
octubre 1974] y la doctrina alemanas entienden, no obstante, que la
transexualidad es una cualidad personal, cuya ignorancia legitima al otro
contrayente para demandar la nulidad de matrimonio por error. Ver: De Verda y
Belmonte, José Ramón, La transexualidad en la jurisprudencia del Tribunal
Supremo. Artículo publicado en Internet.
19
Sentencia No. 512 del Tribunal Municipal de Playa, de 29 de Septiembre
2003.
20
En otros Estados de los EE.UU, tales como Louisiana (1968) y California
(1977), existen también leyes permisivas del cambio de sexo, aunque, a
diferencia de los casos anteriormente citados, este hecho supone un previo
trámite judicial en base a una intervención quirúrgica. En el Estado de New York
la rectificación de sexo no requiere de una ley sino que se práctica mediante
una específica reglamentación que data de 1971.
21
La sentencia del Tribunal del Circuito del Condado Cook, Estado de Illinois fue
de 28 de Mayo de 1999. Este fallo fue tenido en cuenta junto a otros
documentos por el Tribunal Municipal de Artemisa, como uno de los medios de
prueba aportado por el demandante.
22
Sentencia No. 285 del Tribunal Municipal de Artemisa, de 30 de septiembre
del 2003.
23
No queremos dejar de plantear que en los últimos años, se han comenzado a
plantear ante los Tribunales demandas de cambio de sexo, por personas que
no han concluido su proceso de transexualización. Demandas que en algunos
casos, han tenido sentencias favorables a la solicitud de los interesados, pues
en la mayoría de los casos se trataba de personas que por razones médicas o
económicas no habían concluido su proceso transexualizador. Los jueces al
acceder a las pretensiones, estaban dando prioridad al sexo social y
psicológico, sobre el aspecto morfológico, en base a que, en último extremo, la
irreversibilidad física es imposible, por no poder la ciencia variar hasta las fecha
el código genético.
M. Atienza, Tras la justicia, Ariel, Barcelona, 1993, X
24
Idem, XI.
25

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