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DRA. *********************************
1. EL CASO
2. PROBLEMAS JURÍDICOS
Principal:
¿Es procedente aplicar la teoría del hecho del príncipe, cuando una ley o acto
general expedido por autoridad distinta a la Entidad contratante, altera la ecuación
financiera del contrato?
Secundarios:
a. ¿En el evento en que no sea posible aplicar la teoría del hecho del príncipe,
bajo el supuesto de que el acto no provenga de la entidad contratante, como
podría obtenerse el restablecimiento del equilibrio económico del contrato?
La Sala consideró que sólo resulta aplicable la teoría del hecho del príncipe,
cuando la norma general que tiene incidencia en el contrato es proferida por la
entidad contratante, ya que en los casos en que la misma proviene de otra
autoridad se estaría frente a un evento externo a las partes que encuadraría mejor
en la teoría de la imprevisión; razón por la cual en el caso bajo estudio se confirmó
el fallo de primera instancia, por tener en cuenta que la ley 104 de 1993, fue
expedida por el congreso y no por el Instituto Nacional de Vías como entidad
contratante.
4. TESIS RELEVANTES
La Sala considera que sólo resulta aplicable la teoría del hecho del príncipe
cuando la norma general que tiene incidencia en el contrato es proferida por la
entidad contratante. Cuando la misma proviene de otra autoridad se estaría frente
a un evento externo a las partes que encuadraría mejor en la teoría de la
imprevisión.
Hay diferencias entre la teoría de la imprevisión y el hecho del príncipe puesto que
mientras en el primer evento se presenta una circunstancia ajena a la voluntad de
las partes cocontratantes, en el segundo el acto general proviene de una de ellas,
de la entidad pública contratante.
a. ¿En el evento en que no sea posible aplicar la teoría del hecho del príncipe,
bajo el supuesto de que el acto no provenga de la entidad contratante, como
podría obtenerse el restablecimiento del equilibrio económico del contrato?
La Sala considera que sólo resulta aplicable la teoría del hecho del príncipe
cuando la norma general que tiene incidencia en el contrato es proferida por la
entidad contratante. Cuando la misma proviene de otra autoridad se estaría frente
a un evento externo a las partes que encuadraría mejor en la teoría de la
imprevisión.
Esto significa que desde la celebración del contrato, al incluirse en el precio una
partida que se dirigirá a cubrir los posibles gastos imprevistos que puede enfrentar
el contratista, sabe que hay unos riesgos que pueden afectar su utilidad.
La Sala considera que en los contratos en los que en la cláusula relativa a su valor
se incluya un porcentaje para imprevistos, le corresponde al contratista, en su
propósito de obtener el restablecimiento de la ecuación financiera, demostrar que
a pesar de contarse con esa partida, ésta resultó insuficiente y superó los
sobrecostos que se presentaron durante la ejecución del contrato.
Aunque con relación la teoría del hecho del príncipe existen dos corrientes, una de
ellas que acepta la aplicación de dicha figura cuando el acto general proviene del
Estado, independiente de si quien lo expide ostenta la figura de contratante y la
segunda que sostiene que dicho acto debe ser proferido por la misma entidad que
suscribió el contrato, resulta adecuada la exigencia de que para la procedencia del
hecho del príncipe el acto sea proferido por la entidad contratante actuando no en
su calidad de tal, sino en ejercicio de su autoridad como Estado; lo anterior en
razón a que la jurisprudencia sobre Contratación Estatal en Colombia, reconoce
que tanto el hecho del príncipe como la teoría de la imprevisión, son mecanismos
para obtener el restablecimiento del equilibrio económico del contrato, pero al
tratarse de un acto proveniente de autoridad distinta a la contratante lo lógico es
que se encause en la teoría de la imprevisión de tiene como requisito que el hecho
generador sea exógeno a las partes.
Con relación al tema del AIU el grupo comparte la posición de la Sala en el sentido
que la “I” corresponde a un porcentaje pactado a título de imprevistos tendiente a
amparar aquellas situaciones no previstas en el contrato que pudieren afectar la
ecuación financiera del mismo, debiendo para solicitar el restablecimiento del
equilibrio financiero del contrato, realizar un balance general del contrato y
demostrar que las situaciones generadas con posterioridad a la suscripción del
mismo, generaron un rompimiento extraordinario de las condiciones de sus
condiciones.
Es relevante la tesis planteada por el Consejo de Estado en la sentencia objeto de
estudio con relación al AIU, toda vez que la ecuación financiera del contrato no
sólo se predica del contratista sino también del contratante, y en la práctica se
observa comúnmente que los contratistas ante cualquier alteración a las
condiciones económicas del contrato, por leve que estas sean, solicitan el
restablecimiento del equilibrio, sin revisar las condiciones globales de ejecución
contractual, cuando incluso pudieron haberse presentado otras condiciones a su
favor.