Los ambientes

de aprendizaje
a lo largo de la
historia
Me llamo Alberto y soy ingeniero en alimentos y
hace algunos años comencé a impartir cursos
con el propósito de informar a la gente sobre la
composición nutritiva de la comida.

Busqué en mi contexto y detecté que no había nada al respecto en

formación de esos temas, por lo que me aventuré a impartirlos. Al
inicio no sabía ni por dónde empezar, pensé que sería sencillo elegir
unas lecturas, armar una antología y llevar a cabo las sesiones. Así
comencé con el primer grupo.

Las sesiones las planeé para combinar exposición, algunas lecturas

por parte de los alumnos y cerraba retomando lo que leían y
exponiendo mis conclusiones. Al cierre del curso repartí una encuesta
para evaluar el aprendizaje y para saber las impresiones respecto al
programa. Vaya sorpresa que me llevé cuando comencé leer, ¡nada
de lo que yo buscaba! Lo que más me sorprendió fue leer frases
como: me cayó bien el profe pero nunca entendí para qué el curso.
¿Qué había pasado? Me frustré bastante.
Con esa experiencia terminé enojado, para mí todos eran unos ignorantes, hasta que
alguien se acercó y me preguntó:

¿te planteaste en Mira, sabes de tu tema y eres bueno, tienes

experiencia pero no lograste hacerlo de
algún momento que el manera efectiva para tu público. --¿Qué?
diseño de tu ambiente ¡Ambiente es en el que vivimos! El medio
que nos rodea. Eso es el ambiente,
de aprendizaje no fue respondí. Él comentó irónico: ¡claro!
efectivo ni atractivo? Ambiente es lo que nos rodea, es lo que
engloba el entorno del que somos parte.

Entonces, ¿qué crees que implique

hablar de ambiente de aprendizaje?
Los ambientes de aprendizaje
a lo largo de la historia
La pregunta denotó todo un viaje cósmico para comprender dónde
estaba parado. Cuando me hizo esa pregunta automáticamente pensé
en la historia de la humanidad y en que era cierto, siempre ha habido un
ambiente para aprender, cierto entorno que ha favorecido o no que la
humanidad se forme con unos valores y conocimientos específicos.

Sépanse que estoy sentado en un parque con la mirada fija, viendo

al horizonte, parezco loco. En realidad estoy navegando en mis
pensamientos.

Mi recorrido comenzó en el año 3,500 A.C. Imaginé el ambiente de

aprendizaje que la invención de la escritura originó, la cual fue una gran
revolución. La humanidad pasó de comunicarse oralmente a hacerlo
también de forma escrita, ¡vaya cambio! Sentí estar en una de las escuelas
más antiguas, las sumerias, leyendo y escribiendo en una tablilla de
arcilla. Un dato que alguna vez leí fue que los ancianos de esas épocas
valoraron en la escritura la gran maravilla de traspasar toda la historia de
Mesopotamia a las generaciones futuras. Hoy sin ellos no seríamos los
mismos.

Fue en este punto que comprendí. El ambiente de aprendizaje se genera

siempre que hay un proceso de enseñanza y aprendizaje e incluye todos
los elementos que favorecen o no que alguien, sea quien sea, aprenda.
Ese ambiente está influido por la época histórica en que se desarrolla y por
el modelo de sociedad que se desea formar, así como por los elementos
con los que se cuenta para la puesta en marcha del proceso de enseñar
para aprender.
Después de imaginar a los sumerios y ver lo relevante e importantes que fueron en el curso de la historia de
la educación, pensé en los griegos. Seguro imaginan a hombres vestidos con togas blancas, caminando y
dilucidando sobre la vida. Pues bien, esa imagen que tenemos responde al ambiente de aprendizaje de la
época. La educación era transmitida tanto de forma oral como escrita, hubo varios que innovaron con sus
propios métodos. Ahí tenemos a Sócrates con la mayeútica. El ideal griego era formar a hombres bellos y
buenos mediante la educación; por ello, se hablada de una educación integral, de formar tanto en las artes, la
ciencia, la filosofía, los deportes. En lo personal no imagino que las escuelas de esa época tuvieran algo que
ver con las que hoy conocemos.

No sé ustedes pero soy cada vez más consciente sobre la relevancia de todos los elementos que influyen en
los ambientes de aprendizaje y de cómo la innovación siempre ha estado presente, lo cual ha permitido que la
humanidad progrese. Los grandes cuestionamientos, seguramente eran y deberán seguir siéndolo: ¿por qué
queremos cambiar, qué queremos cambiar y hacia dónde queremos ir?

Continúe con mi viaje. Pensé en la primera institución de educación universitaria. Recordé que fue la
Universidad de Bologna en la Edad Media. En aquellas épocas el maestro recitaba las lecciones hasta que la
mayoría las aprendía de memoria por repetición. (Estoy imaginando perfectamente su gesto en este momento
y sí, eso en nuestra época sería inconcebible). Sin embargo, era con lo que contaban. Recuerden que la
invención de la imprenta vino después y fue otro momento revolucionario y de cambio radical. Si bien se
escribían muchos textos en manuscrito, la divulgación de los mismos no era sencilla.

Nos encontramos en la última parte de la Edad Media, muchos determinan que es la época del Renacimiento.
En esos años, en 1440 para ser exactos, se inventa la imprenta, invención que impactó en la dinámica de la
sociedad. El poder del conocimiento dejó de estar en manos de los monjes, comenzaron a abrirse distintas
imprentas que escribían sobre diversidad de temas y los textos empezaron a estar disponibles para un público
cada vez mayor.
Se democratizó el conocimiento. ¡Casi, casi lo
que nos tocó vivir a nosotros cuando se inventó
internet! En este tiempo, también se generaron
nuevas técnicas de comercio, con ello el sistema
económico se modificó. Esto influyó en la
educación y en los ambientes de aprendizaje
que se conformaron. El contenido de enseñanza
se amplió y se optó por un sistema laico. El
humanismo se privilegió, la perfección del
cuerpo humano mediante su cuidado se
convierte en ideal de la educación, se valorizó
la experiencia como fuente de conocimiento.
El desarrollo de la ciencia y la tecnología se
incrementa e impacta en nuevas formas de
concebir el mundo y el universo. Es a esta
época a la que le agradecemos la invención del
telescopio de Galileo Galilei o del microscopio
de Zacharias Janssen. Es prodigioso recordarlos
y sobre todo imaginar lo innovadores que fueron
para la educación.
Recordar y describir una época no significa
señalar que fue mejor o peor, sino comprender
cada contexto con sus características propias,
su historia, sus problemáticas y observar
cómo a partir de eso se generaron ideales de
la sociedad para ser enseñados mediante la
educación. Así como comprender cómo los
ambientes educativos de cada época, tuvieron
su parte conservadora e innovadora.
Llevamos un buen recorrido. Cabe decir
que sigo en el parque, sólo que ya cambié
de posición. Decidí acostarme en el pasto y
observar el cielo pero unos gritos llamaron mi
atención. A mi alrededor había un grupo de
adolescentes que seguían a dos jóvenes un
poco más grandes que ellos. Observé un rato.
Se sentaron en círculo y los jóvenes parados al
frente entregaron lupas, binoculares, lápices,
arrojaron al suelo libros y revistas, además
de que traían tabletas y los celulares de los
adolescentes. Me intrigó mucho por lo que me
acerqué. Les pregunté qué hacían, la chica me
respondió que estaban elaborando un proyecto
con un grupo de secundaria sobre la flora, la
fauna de la ciudad y la relación que mantenía
con la comunidad. Ya sabrán la cara que puse.
Sentí que eran parte de mi viaje. Fue curioso.
Me mostraron la riqueza de ambientes de
aprendizaje que hoy podemos diseñar.

Decidí quedarme un rato más en el parque
y ponerle un punto final al viaje que
comencé. Después del Renacimiento pasé
por la Ilustración, la Revolución Francesa
hasta la Revolución Industrial (grandes
transformaciones que impactaron en nuestras
formas de vivir.) Una época que también nos
heredó mucho. La revolución de las máquinas
modificó drásticamente las formas de trabajo,
la industria demandó personal capacitado,
esto marcó el inicio de la especialización en la
educación.
De esta época nos quedaron marcas duras
en el sentido educativo. Se puso en el centro
de la educación al profesor y se dejó de lado
la educación integral, cobró relevancia la
memorización mecánica. Una cita célebre
de esos tiempos fue que la letra con sangre
entra. Sin embargo, también tuvo sus grandes
regalos, como la concepción de la educación
como derecho universal y como factor para
el progreso social e individual. Se privilegió
la razón humana, lo cual tuvo sus pros y sus
contras, surgió el concepto de Derechos
Humanos lo que hoy nos permite hablar de una
educación justa y para todos.
Lo relevante es mostrar
cómo cada época educó
para construir el futuro
de la humanidad.
El desarrollo tecnológico fue acelerado (para
esa época), se inventó la máquina de vapor,
el teléfono, el avión, la bombilla de luz. Y
así continuaron los años, llegó el siglo XIX
y el progreso continuó. Llegamos al siglo
XX y los avances científicos, tecnológicos
comenzaron a ser vertiginosos (televisión,
computadora, internet, telefonía móvil) y esto
siguió modificando los ideales educativos y
los ambientes. ¿Cómo fueron los sistemas
educativos de 1850, de 1890, 1930, 1950,
épocas de crisis sociales, políticas y
económicas? Podríamos seguir describiendo
gran parte de los cambios que se generaron y
gestaron pero no es el propósito de este viaje.
El propósito es mostrar cómo cada época tuvo
su propio ambiente de aprendizaje diseñado
con los objetivos que iban acorde a los ideales
de la sociedad y de la época, con el contenido
que se designaba enseñar, con los recursos
que existían y con los métodos más aceptados.
Seguramente existieron quienes cuestionaban,
criticaban, exigían o proponían mejorar esas
prácticas. Lo relevante es mostrar cómo cada
época educó para construir el futuro de la
humanidad.
Desperté del espectacular viaje que había emprendido. Me quedé con un
sentimiento de agradecimiento hacia todo nuestro pasado. Qué maravilla
todo lo que ha habido en nuestro mundo y que nos ha permitido llegar
a lo que hoy somos. Volteé a mi alrededor en búsqueda del grupo de
adolescentes, ahí seguían. Cada uno caminaba por todo el parque y por
las zonas cercanas; observaban, tomaban notas, elaboraban búsquedas
en su celular, platicaban entre ellos, otros revisaban las revistas y los libros,
otros dibujaban. Los jóvenes los llamaron de nuevo al círculo y comenzaron
un intercambio, me acerqué a escucharlos; cada uno compartía sus
anotaciones, las preguntas que generaron, lo que localizaron. Al final
los jóvenes comentaron que al día siguiente se verían ahí mismo. Les
recordaron que su reportaje tendría que enviarse en dos meses para que
fuera publicado el próximo semestre. Un reportaje colaborativo y colectivo.
Estupendo proyecto. Estos jóvenes estaban trabajando con los ideales
de formación de nuestra sociedad y estaban innovando en el ambiente
de aprendizaje, seguramente estudiando nuestra época, entendiéndola y
tomando de ella lo mejor.

Después de todo, entendí lo que mi grupo estaba demandando.

Como facilitador de cualquier ambiente te quedará la tarea de

continuar el viaje, de aventurarte a repetirlo y enriquecerlo para que des
cuenta de lo que cada época desarrolló y diseñó para la educación. Y
sobre esto podrás partir para leer nuestra época, estudiarla, comprenderla,
analizarla, cuestionarla, compararla y desde ahí proponer cómo innovar los
ambientes educativos que nos exige la sociedad.
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