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Cada persona es llamada a cumplir una R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.
misión, según sus posibilidades personales,
las necesidades y urgencias de su tiempo, Hijos de Dios aclamen al Señor,
las exigencias del medio en el cual se aclamen la gloria del nombre del Señor,
desenvuelve. Sin duda, no se hace póstrense ante el Señor en el atrio sagrado. R/.
consciente de ello inmediatamente. Es
poco a poco que las influencias externas y La voz del Señor sobre las aguas,
las aspiraciones interiores permiten el Señor sobre las aguas torrenciales.
descubrir progresivamente un proyecto La voz del Señor es potente,
total de vida; cuando esta experiencia se la voz del Señor es magnífica. R/.
vive iluminados por la Luz de la Fe, surge
un verdadero proyecto para el discípulo El Dios de la gloria ha tronado.
misionero del Señor. Es una verdadera En su templo, un grito unánime: “¡Gloria!”.
experiencia plenamente humana, con El Señor se sienta sobre las aguas del diluvio,
todas las limitaciones que ello comporta. el Señor se sienta como rey eterno. R/.
Pero, cuando se acepta la presencia de
Dios en la vida, esa experiencia humana es LECTURA DEL LIBRO DE LOS
al mismo tiempo una experiencia divina:
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
Dios vive y se manifiesta a través de sus
10, 34-38
hijos e hijas, que por el Bautismo, están
siempre dispuestos a proclamarlo a tiempo
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
y a destiempo, con ocasión y sin ella.
“Ahora comprendo con toda verdad que Dios
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS no hace acepción de personas, sino que acepta
42, 1-4.6-7 al que le teme y practica la justicia, sea de la
nación que sea. Envió su Palabra a los hijos de
Esto dice el Señor: “Miren mi siervo, a Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz
quien sostengo; mi elegido, en quien me que traería Jesucristo, el señor de todos.
complazco. He puesto mi espíritu sobre él, Ustedes conocen lo que sucedió en toda Judea,
manifestará la justicia a las naciones. No comenzando en Galilea, después del bautismo
gritará, no clamará, no voceará por las que predicó Juan. Me refiero a Jesús de
calles. La caña cascada no la quebrará, la Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del
mecha vacilante no la apagará. Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y
Manifestará la justicia con verdad. No curando a todos los oprimidos por el diablo,
vacilará ni se quebrará, hasta implantar la porque Dios estaba con él”.
justicia en el país. En su ley esperan las
islas. Yo, el Señor, te he llamado en mi
justicia, te cogí de la mano, te formé e hice
de ti alianza de un pueblo y luz de las
naciones, para que abras los ojos de los
ciegos, saques a los cautivos de la cárcel,
de la prisión a los que habitan en
tinieblas”.
NUESTRO
BAUTISMO
La lecturas propuestas para la
Liturgia de este año son, sobre
todo, una invitación a vivir con
alegría nuestro bautismo:
“Levántense, enciendan la luz
... todos ustedes los que han
sido bautizados en Cristo... la
gracia de Dios, portadora de la
salvación, ha aparecido”.
Nuestro bautismo no es más
que la actualización del
bautismo de Jesús. En Jesús
nosotros hemos sido
bautizados, liberados del
pecado, ahora somos criaturas
nuevas.
Bienaventurados los que saben callar y escuchar: así aprenderán cosas nuevas.
Bienaventurados los que son lo bastante inteligentes como para no tomarse en serio:
serán apreciados por quienes les rodean.
Dichosos serán si saben mirar con seriedad las cosas pequeñas y con paz las cosas
serias: llegarán lejos en la vida.
Dichosos serán si saben admirar una sonrisa y olvidar un mal gesto: el camino de la
vida les sonreirá.
Dichosos serán si son capaces de interpretar siempre con benevolencia las actitudes
del otro, aunque las apariencias engañen: serán tomados por ingenuos, pero ése es el
precio de la caridad.
Bienaventurados los que piensan antes de actuar y ríen antes de pensar: evitarán
muchas tonterías.
Dichosos serán si saben callar y sonreír cuando les cortan la palabra, les contradicen o
les pisan: el Evangelio empieza a penetrar en sus corazones.
Bienaventurados, sobre todo, los que saben reconocer al Señor en todos aquellos que
tratan: han encontrado la luz verdadera, han encontrado la verdadera sabiduría.
J. Folliet