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Julián Camilo Rodiño Hernández

Taller de Lectoescritura y Redacción periodística

Periodismo, Universidad de Antioquia

Junio de 2020

La planta seguirá funcionando pese a las denuncias por los malos olores que genera
Juez evita suspensión de la Planta de Tratamiento Aguas Claras
 Tutela presentada por Aguas Nacionales evitó su cierre.
 Inspector aseguró ordenar su sellado en defensa de derechos fundamentales.
 La planta funciona de manera incompleta y cuenta con varios problemas técnicos.

El jueves 4 de junio el Juez Cuarto de Ejecución Civil del municipio de Medellín admitió la

tutela interpuesta por Aguas Nacionales, filial de Empresas Públicas de Medellín –EPM-, con la

que ordena cesar la suspensión emitida por el Inspector Primero de Policía del municipio de

Bello, contra la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales -PTAR- ‘‘Aguas Claras’’. Con esta

nueva orden se evitó el cese de actividades de la planta de tratamiento que, según la Inspección

Primera, debía ser ejecutado desde el viernes 5 de junio.

La orden de sellado emitida el 2 de junio por el Inspector Juan Sebastián Montoya, ya

invalidada por el juez Roberto Carlos Mendoza Reyes, buscaba la suspensión inmediata temporal

de la PTAR Aguas Claras con motivo de los malos olores denunciados por los habitantes del

sector, los cuales se presentan desde su inauguración el 4 de junio de 2019.

EPM y su filial encargada, Aguas Nacionales, se pronunciaron inicialmente con respecto a la

decisión del inspector argumentando los perjuicios ambientales que el cese de actividades de la

planta generarían, entre los cuales destacan el vertimiento de 10 mil millones de litros de agua

residual al río Medellín y el incremento de los olores en el proceso de vaciado de estructuras. La


tutela presentada por Aguas Nacionales sustentó el derecho al debido proceso, defensa e igualdad

ante la ley que consideraron se les fue negado por la Inspección Primera de Policía del Municipio

de Bello.

Problemas de la PTAR

Las plantas de tratamiento Aguas Claras y San Fernando -ubicada en el municipio de Itagüí-,

tratan actualmente el 84% de las aguas residuales del Valle de Aburrá, evitando que lleguen al

río Medellín cerca de 140 toneladas de materia orgánica diariamente. A sus funciones de

saneamiento del río se suman además los de las Unidades de Vida Articulada –UVA- que se

encuentran integradas a las plantas. Pero, debido a los malos olores que se generan en las plantas

de tratamiento, específicamente en Aguas Claras, las comunidades aledañas denuncian que vivir

cerca a esta les genera incomodidad, enfermedades respiratorias, y una disminución en el precio

de los inmuebles cercanos.

La planta se entregó el año pasado al 50%, lo que implica que no está funcionando en óptimas

condiciones. Cuenta con varios problemas técnicos reconocidos por EPM, y actualmente recibe

los biosólidos y residuos generados al sur del Valle de Aburrá, que aunque deberían ser tratados

en la planta de San Fernando, son transportados hasta Aguas Claras aumentando la carga

contaminante del municipio de Bello.

Frente a la situación, el pasado 3 de febrero EPM lanzó un plan de acción con 36 medidas

para la mitigación de los olores generados en la PTAR Aguas Claras, de los cuales hay 21

terminados y se espera que para finales de junio se concreten otros cuatro. El cumplimiento de

las acciones es revisado semanalmente por diferentes encargados del Concejo de Bello,

miembros de la comunidad afectada, EPM y el Área Metropolitana.


Entre las acciones se encuentran la reparación de compuertas, la instalación de turbo

sopladores, la calibración del sistema de control de olores y la ubicación de aspersores con

componentes neutralizadores de partículas. El vicepresidente primero del Concejo de Bello y

miembro del Comité de afectados por la PTAR Aguas Claras, Juan Felipe Restrepo Tamayo,

visitó el 26 de mayo las instalaciones de la planta para verificar el cumplimiento y avance de las

acciones propuestas, sin embargo, declaró que desde el Comité presentarían acciones legales en

contra de esta, como una querella ante la policía y una acción popular que se encuentra en

proceso.

La querella fue presentada ante la Inspección de Policía de Fontidueño por el Comité de

afectados, y solicitó la suspensión temporal de la operación de la planta, adjuntando 751 reportes

de olores entre el 9 de febrero y el 25 de abril y el resultado de 818 encuestas realizadas a la

comunidad. El Inspector Primero de Policía del Municipio de Bello respondió a esta el martes 2

de junio con la orden de sellado de la planta de tratamiento, argumentando la defensa de los

derechos fundamentales de la comunidad afectada.

Para evitar el sellado, el presidente de Aguas Nacionales, Henrry Parra, y ejecutivos de EPM,

se reunieron el jueves 4 de junio con el Inspector Juan Sebastián Montoya, miembros del

Concejo de Bello, funcionarios del Área Metropolitana del Valle de Aburrá e integrantes del

Comité de afectados en representación de la comunidad bellanita, con la intención de llegar a un

acuerdo donde se aplazaría la diligencia de cierre prevista para el viernes 5 de junio. Nunca se

llegó a dicho acuerdo, asegura Montoya. El sellado se vio interrumpido por la admisión de la

tutela presentada ante el Juez Cuarto de Ejecución Civil del municipio de Medellín.
Reclamos ignorados

Julián Jiménez, presidente de la Asociación Municipal de Juntas de Acción Comunal de Bello

-Asocomunal Bello-, afirma que le llegan constantemente reportes de incidencia de los olores

generados por la PTAR Aguas Claras, y estos vienen tanto de las comunas cercanas de

Fontidueño, Niquía y Acevedo, las más afectadas, como de las comunas Suárez y La Cumbre, al

centro y noroccidente del municipio respectivamente. Se estima que hay más de 200 mil

personas afectadas por los malos olores.

La situación genera preocupación en la ciudadanía debido a los problemas respiratorios y

psicológicos que produce la exposición constante a estos olores, que los describen como a

cañería, heces y orín. Además de los perjuicios en la salud que reportan los afectados, dueños de

inmuebles en las comunas cercanas ven una disminución en el precio de estos debido a la baja

demanda de viviendas en sectores alcanzados por los olores. Sin embargo, algunos como la

señora Nury Cárdenas, dignataria de la Junta de Acción Comunal Niquía Panamericano, destacan

la importancia de la PTAR Aguas Claras en el manejo de aguas residuales para el mejoramiento

del río, y alegan que el problema no es solo por los fallos técnicos que presenta la planta, sino

por el mal manejo que la comunidad ha dado a los recursos naturales alrededor de éste.

‘‘Hay que tratar de solucionar y no sellarla, porque los pueblos hacia al sur se van a ver

afectados cuando las aguas que están represadas se suelten. La solución está en arreglar

esos problemas técnicos, no de llegar y tirar eso de una vez al río.’’ Comentó la

dignataria de la JAC Niquía Panamericano.

EPM se encuentra desarrollando su plan de acción para mitigar el impacto de la planta en la

comunidad aledaña, y aunque desde la etapa de construcción de Aguas Claras realizó talleres,
capacitaciones y charlas para concientizar a la ciudadanía frente a los beneficios que ésta traería,

la comunidad sigue mostrando su inconformidad con la misma, pues como la empresa afirma, el

problema de los olores no desaparecerá debido a que es común alrededor de las plantas de

tratamiento, y por tanto, no existe una solución concreta a esta problemática.

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