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Núm.

10
(julio-diciembre, 2002)
Motivación de las resoluciones judiciales
POR
MARTA CHUMILLAS MOYA
JUEZ
La Constitución Española se refiere a la necesidad de la
motivación de las resoluciones judiciales en su art. 120.3, con
relación a las SENTENCIAS de forma expresa y se enmarca
también, dentro del derecho fundamental a la tutela judicial
efectiva en su art. 24.
Los cuerpos legislativos más importantes también recogen esta
necesaria fundamentación de las resoluciones, LOPJ, LEC y
LECrim, haciendo especial incapié en la necesidad de que se
motiven las SENTENCIAS.
Con relación a las restantes resoluciones judiciales, hay que
señalar que, mientras que en las PROVIDENCIAS no es necesaria
esta motivación sin perjuicio de que contengan una sucinta
motivación, los AUTOS también deben contener fundamentos
jurídicos destacando aquellos autos que incidan sobre los
derechos de las personas y sobre todo, aquellos que los
restrinjan o delimiten; estos autos aparecen de manera más
destacada en el ámbito penal puestos que inciden sobre
derechos fundamentales como la libertad, tutela judicial: auto
prisión, libertad bajo fianza, auto procesamiento, Procedimiento
Abreviado, Conclusión de sumario....
IDEAS GENERALES DE LA JURISPRUDENCIA DE LO QUE
DEBE SER LA MOTIVACIÓN DE LAS SENTENCIAS:
NECESIDAD DE MOTIVACIÓN: La motivación, de las
sentencias ... constituye un elemento básico de la resolución
judicial de conformidad con las previsiones contenidas en el
articulo 120.3 de la Constitución. De ahí que es unánime la
doctrina Jurisprudencial de las que son de citar las Sentencias
del Tribunal Supremo de 8 de mayo y 28 de abril de 1998,
afirmen que es evidente, que la motivación de las
resoluciones judiciales encuentra su fundamento en la
necesidad de dar una explicación al silogismo judicial lo
suficientemente aclaratoria como para saber que la
solución dada al caso, es consecuencia de una
interpretación del ordenamiento y no el fruto de la
arbitrariedad, tal como pusieron de relieve las sentencias del
Tribunal constitucional de 27 de enero de 1994, 20 de mayo de
1993 16 de noviembre de 1992.
La cuestión sobre motivación de resoluciones judiciales ha sido
llevada en ocasiones ante el Tribunal Constitucional, de ahí la
existencia de una copiosa doctrina del citado Tribunal y del
Tribunal Supremo que han puesto de manifiesto los y exigencias
que deban reunir las resoluciones judiciales para que pueda
tenerse por cumplida la misma, y sirvan de ejemplo de lo que se
señala las Sentencias del Tribunal Supremo de 18 de septiembre
y 7 de junio de 1995t 1 XI octubre de 1994, 21 de mayo de
1993, 4 de diciembre de 1992 y 26 de diciembre de 1991.
Afirma la doctrina Constitucional en las Sentencias de 16 de
diciembre y 17 de marzo de 1997, que la motivación no consiste
ni debe consistir en una mera declaración de conocimiento y
menos en una manifestación de voluntad que sería una
apodíctica, sino que ésta ha de ser la conclusión de una
argumentación ajustada al tema o temas en litigio, para el
interesado, destinatario inmediato pero no único, y
demás, los órganos judiciales superiores y también los
ciudadanos, puedan conocer el fundamento, la ratío
decidendi de las resoluciones. Se convierte así conforme
expresan las mentadas resoluciones en "una garantía
esencial del justiciable mediante la cual, sin perjuicio de
la libertad del Juez en la interpretación de las normas, se
comprobar que la solución dada al caso es consecuencia
de opa exégesis racional del ordenamiento y no el fruto
de la arbitrariedad".
Ahora bien, la obligación de motivar, o lo que es lo mismo,
de explicar la decisión judicial, no conlleva una simétrica
exigencia de extensión, elegancia retórica rigor lógico o
apoyos académicos, que estarán en función del autor y de
las cuestiones controvertidas y ello por cuanto la ley de
Enjuiciamiento Civil (artículo 359) pide al respecto,
claridad y precisión. Consecuentemente con ello se afirma
que, la motivación ha de ser suficiente y este jurídico
indeterminado nos lleva a cada caso concreto, en función
de la importancia intrínseca y de las cuestiones que
plantee.
Del mismo modo deberá afirmarse que la exigencia de
motivación que el artículo 120.3 de la Constitución Española
impone a las sentencias, no constituye una simple formalidad,
sino que el citado mandato penetra en la esencia misma de las
resoluciones judiciales, y expresa un imperativo que nace de la
función y finalidad de aquéllas. En este sentido resoluciones han
establecido el alcance de esta como propia de un Estado de
Derecho y, por consiguiente, han diseñado los supuestos en los
que una aparente falta de motivación no supone una vulneración
de este derecho fundamental de la parte a quien afecta, como es
el caso de la motivación por remisión y el de la economía de la
argumentación, pues si la que se contiene es suficiente cubrir la
esencial finalidad que dicha motivación persigue, y que no es
otra como se afirma, que el Juez explique suficientemente el
proceso intelectivo que le condujo u decidir de una determinada
manera.
En conclusión a lo expuesto puede afirmarse:
en primer lugar que la obligación de motivar las sentencias el
artículo 120.3 de la Constitución Española impone a órganos
judiciales, puesta en relación con el derecho a la tutela judicial
efectiva del artículo 24.1 de la Constitución Española que
comprende entre otros el derecho a obtener una resolución
fundada en Derecho de los Jueces y Tribunales, determina la
necesidad que las resoluciones judiciales contengan una
motivación suficiente, cuya carencia entraña MI vulneración del
artículo 24.1 de la Constitución Española;
en segundo termino que el requisito de la motivación de las
resoluciones judiciales halla su fundamento en la necesidad de
conocer el proceso lógico-jurídico que conduce al fallo, y de
controlar la aplicación del Derecho realizada por los órganos
judiciales a través de los oportunos recursos, a la vez que
permite contrastar la razonabilidad de las resoluciones judiciales,
y tiene como fin permitir el más completo ejercicio del derecho
de defensa por parte de los justiciables,
y en tercer y ultimo lugar que la de la motivación no puede ser
apreciada apriorísticamente con criterios generales, sino que
requiere examinar el concreto para ver si, a la vista de las
circunstancias concurrentes, se ha cumplido o no este requisito
de resoluciones judiciales, por ello no exige que el judicial se
extienda pormenorizadamente sobre todos y uno de los
argumentos y razones en que las partes fundan sus
pretensiones, admitiéndose la validez constitucional de la
motivación aunque sea escueta.
MOTIVACIÓN FÁCTICA Y JURÍDICA: El ineludible requisito de la
motivación impone la consignación, tras el racional juicio
apreciativo de la prueba, de la declaración de hechos probados
clara y precisa en la que se han de afrontar, el punto de vista
fáctico, cuantas cuestiones se hallan enlazadas con las
cuestiones que han de resolverse en el fallo, equivaliendo la
omisión del relato histórico, a la falta de motivación al adolecer
la sentencia de uno de los presupuestos necesarios para su
construcción y que el procesal existe no solo cuando hay
ausencia absoluta hechos probados, sino cuando la sentencia se
limita a declarar genéricamente que no están probados los
hechos STS de 16 de mayo de 1995 y las que cita SSTC 1 4, 122
y 199/1991(RTC 199114, RTC 1991122 y RTC 1991199) y 27, 159
y 175/1992 (RTC 199227, RTC 1992159 y RTC 1992175).
MOTIVACIÓN NO EXAHUSTIVA: Es múltiple y reiterada la
doctrina Jurisprudencial que afirma que para que la omisión de
adecuada motivación o en general para que cualquier
irregularidad procesal pueda determinar la nulidad de un
pronunciamiento judicial se requiere que el mismo origine
a las partes efectiva indefensión, impidiendo a las mismas el
ejercicio del derecho de defensa STC 11 marzo 1996 con cita de
las del mismo Tribunal 98/87; 145/90, 106/93; 367/93 y 15/95 y
en análogos términos STC 18 diciembre 1995 que recuerda que
se produce la vulneración al derecho a la obtención de la tutela
judicial efectiva si se comprueba la imposibilidad de reparación
del defecto en la vía jurisdiccional ordinaria con existencia de
indefensión material, resolución que recoge las STC 77/86;
116/86, 279/93 y 289/94.
NUEVA LÍNEA JURISPRUDENCIAL:
En línea con lo anteriormente expuesto, no puede obviarse la
existencia de una consolidada doctrina, tiene su inicio en la STC
núm. 150/88, de 15 de julio, según la cual la motivación judicial
puede ser escueta y concisa, en tal sentido la STC 13 de octubre
de 1988, ya manifestaba que la tutela judicial efectiva que
garantiza el artículo 24.1 de la constitución, se satisface
mediante una resolución de fondo que jurídicamente fundada,
decida las pretensiones controvertidas, pero tal necesidad
motivación no excluye la posible economía de razonamientos, ni
que éstos sean sucintos, pues lo importante es que guarden
relación y sean proporcionados y congruentes con el que
resuelve, volviendo a insistir la Sentencia núm. 150/88, de 15 de
julio, que basta con que cumplan el doble cometido de
exteriorizar la decisión adoptada explicitando valoración de la
prueba y la interpretación efectuada y de otro que permita su
eventual jurisdiccional a través del sistema de recursos previstos
en la Ley.
Igualmente y en relación con la denominada incongruencia
omisiva, ha de advertirse que la amplitud de motivación de las
sentencias ha sido matizada por la constitucional indicando que
no autoriza a exigir un razonamiento judicial exhaustivo y
pormenorizado de todos aspectos y perspectivas que las partes
puedan tener de la cuestión que se decide, sino que deben
considerarse suficientemente motivadas aquellas resoluciones
judiciales que vengan apoyadas en razones que permitan conocer
cuales han sido los criterios jurídicos esenciales de la decisión
STC 14/1991, es decir, la ratio decidendi ha determinado aquélla
STC 28/1994, 153/1995 y 32/1996.
CONCLUSIONES:
A).-SENTENCIAS:
DIFERENCIA ENTRE MOTIVACIÓN E INCONGRUENCIA:
RELACION CON LA INCONGRUENCIA OMISIVA.
" la congruencia se refiere a la relación del suplico de la
demanda y el fallo de la sentencia, no a los argumentos que se
utilizan en los fundamentos de derecho. No deben confundirse la
congruencia con la motivación de la sentencia."
- Referencia E.D. 2000/26235, STC 2ª, S 18-09-2000, núm.
212/2000. Litisconsorcio pasivo necesario.
"Se interpone recurso de amparo contra sentencia de la AP que
al entrar a conocer sobre el fondo de la cuestión de deslinde sin
razonar por qué se rechazaba la excepción de falta de
litisconsorcio pasivo necesario, acogida por la sentencia de
instancia, vulneró el derecho de los recurrentes a la tutela
judicial efectiva al incurrir en vicio de incongruencia extra petita.
El TC señala que al no existir motivación expresa sobre la
desestimación de la excepción por la Audiencia, no resulta
posible reconstruir el razonamiento de ésta para desestimar la
excepción sin entrar en apreciaciones jurídicas de legalidad
ordinaria ajenas a la jurisdicción constitucional, y que, al no ser
posible deducir tampoco cuáles fueron las razones por las que,
frente a la oposición de los demandados, se estimó que los
demandantes estaban legitimados activamente para ejercitar la
pretensión que deducían, todo lo cual lleva a la estimación del
recurso."
En el mismo sentido las siguientes sentencias: Referencia E.D.
2001/8512 S TS 1ª, S 08-06-2001, núm. 575/2001, rec.
1202/1996; referencia E.D. 2000/38846 STS 1ª, S 13-11-2000,
núm. 1055/2000, rec. 2983/1995; referencia E.D. 2000/29710
STS 1ª, S 21-09-2000, núm. 854/2000, rec. 2828/1995;
Motivación e incongruencia omisiva :
- Referencia E.D. 2000/26232, STC 1ª, S 18-09-2000, núm.
210/2000, Fecha BOE 19-10-2000. Formularios..
Cuestión distinta, aunque también vinculada con la respuesta
judicial ofrecida al demandante de amparo, es la relativa a la
eventual incongruencia omisiva o "ex silentio" que también se
atribuye a la Sentencia de apelación. En efecto, como se
recuerda en la STC 132/1999, de 15 de julio, FJ 4, es doctrina
reiterada de este Tribunal, desde su STC 20/1982 (FJ 2) que, si
bien es cierto que la ausencia de respuesta expresa a las
cuestiones suscitadas por las partes puede generar la
vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva, sin embargo,
no todos los supuestos "son susceptibles de una solución
unívoca, debiendo ponderarse las circunstancias concurrentes en
cada caso" para determinar si el silencio de la resolución judicial
constituye una auténtica lesión del art. 24.1 CE, o si, por el
contrario, "puede razonablemente interpretarse como una
desestimación tácita que satisfaga las exigencias del derecho a
la tutela judicial efectiva" (SSTC 175/1990, de 12 de noviembre,
FJ 2; 88/1992, de 8 de junio, FJ 2; 26/1997, de 11 de febrero, FJ
4; 83/1998, de 20 de abril, FJ 3, entre otras muchas).
A estos efectos, ha de diferenciarse entre las alegaciones
aducidas por las partes para fundamentar sus
pretensiones y las pretensiones en sí mismas
consideradas; de manera que, si bien respecto de las
primeras no sería necesaria una contestación explícita y
pormenorizada a todas y cada una de ellas, siendo
suficiente, en atención a las circunstancias particulares
del caso, una respuesta "global y genérica, aunque se
omita respecto de alegaciones concretas no sustanciales",
la exigencia de congruencia, referida a la pretensión
misma, es más rigurosa. Pues, en este caso, para poder
apreciar la existencia de una respuesta tácita y una mera
omisión sin trascendencia constitucional es necesario "que del
conjunto de los razonamientos contenidos en la resolución pueda
deducirse razonablemente no sólo que el órgano judicial ha
valorado la pretensión deducida, sino además, los motivos
fundamentadores de la respuesta tácita" (SSTC 26/1997, de 11
de febrero, FJ 4; 129/1998, de 16 de junio, FJ 5 ; 136/1998, de
29 de junio, FJ 2; 181/1998, de 17 de septiembre, FJ 9;
15/1999, de 22 de febrero, FJ 2; 74/1999, de 26 de abril, FJ 2, y
94/1999, de 31 de mayo, FJ 2, entre las más recientes).
- Referencia E.D. 2000/20647 STS 1ª, S 17-07-2000, núm.
795/2000, rec. 419/1999.: "Declara el TS no haber lugar a la
nulidad de actuaciones solicitada al no existir en la sentencia
recurrida incongruencia omisiva al resolverse todos los
pedimentos ni tampoco falta de motivación al analizarse
pormenorizamente todos los motivos de los recursos.
Primero. No deben mezclarse los conceptos de falta de
motivación con la incongruencia que son bien distintos y en la
fundamentación de este escrito se confunden, sin que llegue a
saberse claramente si alega uno u otro de los defectos
procesales.
Segundo. No hay incongruencia omisiva, en una sentencia que
desestima íntegramente la demanda, con todos sus pedimentos,
principal y subordinados.
Tercero. No hay falta de motivación en una extensa sentencia en
que se analizan pormenorizadamente todos los motivos de todos
los recursos de casación, de los que se desprende la total
desestimación de la demanda.
No debe confundirse falta de motivación con motivación disconforme con la
pretensión".
- Referencia E.D. 2000/20636, STS 1ª, S 12-07-2000: "que la
motivación de la sentencia es un dato indicador del grado de
formación, conocimiento y cultura del juez que la dicta; y en el
presente supuesto ninguna de las sentencias de la instancia ha
razonado lo más mínimo la condena a los daños existente."
En este sentido sentencias: Referencia E.D.2000/13844, STS 1ª,
S 09-06-2000, núm. 572/2000, rec. 2427/1995; referencia E.D.
2000/10833, S TS 1ª, S 16-05-2000, núm. 475/2000, rec.
2272/1955; referencia E.D. 2000/10831 STS 1ª, S 16-05-2000,
núm. 497/2000, rec. 3341/1996; referencia E.D. 2000/2142 STS
1ª, S 02-03-2000, núm. 209/2000, rec. 1610/1995; referencia
E.D. 1999/34237 STS 1ª, S 18-11-1999, rec. 342/1995.
- Referencia E.D. 1999/36777 STS 1ª, S 17-11-1999, núm.
962/1999, rec. 790/1995. EN MARCAS Y PATENTES NO
NECESARIO MOTIVAR LOS DAÑOS Y PERJUICIOS SI
RESULTAN EVIDENTES.
"Ello es exacto, pero como destacó la sentencia de este Tribunal
de 23 de febrero de 1998, esta Sala en singulares supuestos ha
sostenido que tales daños y perjuicios pueden presumirse
producidos, incluso en procesos civiles de marcas, patentes y
competencia desleal, como ha realizado la Audiencia en este
caso, al imponer la condena a satisfacer los daños y perjuicios
sin razonamiento sobre la prueba de su evidencia.
Por ello la ausencia de razonamiento o motivación sobre la
condena se debe, sin ninguna duda, a la evidencia de producción
de tales perjuicios ocasionados por los demandados al continuar
la utilización de la marca del actor tras la extinción de la relación
locativa, que era la única que podía justificar y legitimar su
actuación y disfrute."
Sentencias: Referencia E.D. 1999/19937 TS 1ª, S 30-07-1999,
núm. 702/1999, rec. 3798/1997; referencia E.D. 1999/13381 TS
1ª, S 15-06-1999, núm. 542/1999, rec. 3084/1994; referencia
E.D. 1999/13380 TS 1ª, S 14-06-1999, núm. 541/1999, rec.
3064/1994; referencia E.D. 1999/10580 TS 1ª, S 03-06-1999,
núm. 487/1999, rec. 3253/1994; referencia E.D. 1999/8833 TS
1ª, S 10-05-1999, núm. 394/1999, rec. 3191/1994;
- Referencia E.D. 1999/1629 TS 1ª, S 02-03-1999, núm.
167/1999, rec. 2385/1994.
"La jurisprudencia de esta Sala, viene señalando que los motivos
de "falta de motivación" y de "incongruencia", son distintos y,
por ello, deben tratarse separadamente, sin que sea dable
argumentar sobre ellos amalgamándolos por las imprecisiones y
vaguedades en que se incurre. Así la sentencia del Tribunal
Supremo de 25 de enero de 1999 que recoge otra anterior de 1
de diciembre de 1998, establece "que una sentencia puede ser
congruente aunque no esté motivada y, cabe que pese a estar
motivada la sentencia sea incongruente".
Jurisprudencia de las Audiencias:
-Referencia E.D. 1999/30255 SAP Córdoba , S 27-07-1999, núm.
204/1999, rec. 216/1999; referencia E.D. 1999/15801 AP
Tarragona , sec. 3ª , S 05-05-1999, núm. 278/1999, rec.
109/1999; referencia E.D. 1999/15799 AP Tarragona , sec. 3ª , S
26-04-1999, núm. 265/1999, rec. 167/1999; Referencia E.D.
2000/6862 SAP Valencia Sec. 9ª 9-02-2000; Referencia E.D.
1999/47660 Sap Guadalajara 18-9-1999 núm 170/1999;
Referencia E.D. 1999/21053 SAP Cáceres 30-6-1999 núm
166/1999; Referencia E.D. 1999/42435 SAP Cádiz Sec. 2ª 15-6-
1999; Referencia E.D. 1999/11174 SAP Madrid sec. 18ª 12-3-
1999...
Referencia E.D. 2000/55192, SAP Barcelona , sec. 18ª , S 10-10-
2000, rec. 291/2000., acción divorcio: "Debe estimarse el
recurso de la parte demandada y la adhesión del ministerio
Fiscal y declararse la nulidad radical y absoluta de la sentencia
de instancia, nulidad que debe ser total y afectar al
pronunciamiento solutorio del vínculo por cuanto, aún basado en
fundamentación correcta y que nadie cuestiona en alzada, no
cabe un pronunciamiento separado en sentencia de los efectos
que le son inherentes. Debe por tanto retrotraerse lo actuado al
momento inmediatamente anterior al pronunciamiento del fallo a
fin de que por el Juzgado "a quo" se dicte otro en debida forma
y con la fundamentación necesaria que preceda al fallo que
proceda."
- Referencia E.D. 2000/8006 AP Girona , sec. 1ª , S 17-01-2000,
núm. 21/2000, rec. 343/1999: "El Juez de instancia se refiere
únicamente al interés de los hijos, al interés familiar más
necesitado de protección, al caudal y las necesidades de uno y
otro cónyuge, los medios de vida de ambos y la posibilidad de
encontrar nueva vivienda o empleo y demás circunstancias
personales de las partes, para adoptar las medidas fijadas en el
fallo de la sentencia, pero ninguna declaración hace en la
fundamentación jurídica , y por lo que respecta a la fijación de la
cuantía en concepto de alimentos, cuales son los medios de vida
de ambos progenitores y las necesidades del hijo, elementos
esenciales, aunque no los únicos, para determinar el importe de
la pensión alimenticia. Es claro que si los criterios fundamentales
para determinar una pensión alimenticia son los recursos de los
alimentantes y las necesidades del alimentista, es una necesidad
ineludible que en la sentencia se establezcan, a la vista de la
prueba practicada, cuales son los recursos económicos de unos y
las necesidades del otro, pues si ello no se hace, tanto a las
partes como al Tribunal de Apelación, o en su caso de Casación,
les resulta imposible determinar si el Juzgador ha seguido un
criterio lógico-jurídico o ha sido mera arbitrariedad la
determinación de la cuantía a pagar. El Ministerio Fiscal informó
que el criterio utilizado por el Juez de Instancia fue el del
Convenio Regulador firmado por ambos cónyuges con
anterioridad a la presentación de la demanda, pero ello no es
mas que una suposición, que no se deduce de la fundamentación
jurídica y que desde luego, si dicho criterio hubiera sido el
utilizado y así se hubiera hecho constar, es claro que la
motivación hubiera sido suficiente. En definitiva, no se está
exigiendo una motivación exhaustiva de la sentencia, sino
únicamente, que se hubiera razonado cuales eran los recursos de
uno y otro cónyuge y las necesidades del hijo, a fin de poder
resolver en esta instancia, si la valoración de la prueba era
correcta y si la decisión tomada en cuanto a la determinación de
la cuantía era lógica y no arbitraria. Por todo lo cual y al carecer
dicha sentencia de dicha mínima motivación, debe decretarse la
nulidad interesada.
- Referencia E.D. 1999/43361, SAP Guipuzcoa , sec. 3ª , S 10-
11-1999, rec. 3254/1999: "Es preciso distinguir entre las
alegaciones aducidas por los litigantes para fundamentar sus
pretensiones y las pretensiones en si mismas consideradas,
porque no es exigible una contestación explícita y pormenorizada
a cada una de aquellas, pudiendo bastar una respuesta global o
genérica, aunque omita alegatos secundarios, comprensiva de
los que vertebran el razonamiento de las partes (T.C. 1ª
sentencia 57/1997)."
2.-QUE LA FALTA DE MOTIVACIÓN PROVOQUE
INDEFENSIÓN
3.-MOTIVACIÓN FÁCTICA Y JURÍDICA: "Efectivamente se
puede definir la motivación, desde un punto de vista amplio,
como la obligación que tiene todo juzgador de exponer las
razones y argumentos que llevan o conducen al fallo judicial, con
base en unos antecedentes de hecho y fundamentos jurídicos
que lo sustentan. Pero hay que matizar el requisito de la
motivación en las sentencias civiles, y para ello, nada mejor que
tener en cuenta la sentencia de la Sala Primera del Tribunal
Supremo de 10 de abril de 1.984, cuando dice que las sentencias
deben ser motivadas, expresando las razones de hecho y de
derecho que las fundamentan, por exigencia de la Constitución y
de la legitimación procesal ordinaria, aunque a ello no se opone
la parquedad o brevedad de los razonamientos."
Referencia E.D. 2001/6634 STS 1ª, S 31-05-2001, núm.
532/2001, rec. 3806/1996; referencia E.D: 2000/14337 STS 1ª, S
16-06-2000, núm. 590/2000, rec. 2458/1995...
Referencia E.D. 2000/14325 TS 1ª, S 12-06-2000, núm.
603/2000, rec. 2053/1995.
"Por lo que respecta al aspecto fáctico, aunque esta Sala viene
declarando que las sentencias civiles no precisan de un relato
formal separado de hechos probados, la expresión "en su caso"
del art. 248.3 LOPJ no significa que quepa prescindir de las
apreciaciones fácticas en las resoluciones del orden jurisdiccional
civil, lo que solo es posible admitir cuando el litigio haya
quedado reducido a una mera discusión de derecho, si bien
aquella exigencia debe entenderse sin perjuicio de que en ciertos
casos sea factible, y a veces incluso oportuno, consignar los
hechos probados a propósito de la motivación jurídica.
- Referencia E.D. 2000/18563 AP Barcelona , sec. 15ª , S 23-03-
2000, rec. 879/1998: "En el supuesto examinado, fundamentada
por la demandante la responsabilidad de los codemandados por
los hechos reseñados en el primero de los fundamentos de
derecho, el juez oculta de forma absoluta aquellos hechos y
fundamentos que le han llevado a declarar la responsabilidad de
los codemandados en su condición de socios."
4.-SENTENCIAS DE LA SEGUNDA INSTANCIA PUEDEN
MOTIVARSE POR REMISIÓN A LOS FUNDAMENTOS DE LA
PRIMERA INSTANCIA.
- Referencia E.D. 1998/14948 STC 1ª, S 02-06-1998, núm.
116/1998, Fecha BOE 03-07-1999; referencia E.D. 2000/44278
STS 1ª, S 14-12-2000, núm. 1148/2000, rec. 3461/1995;
- Referencia E.D. 2000/600 STS 1ª, S 03-02-2000, núm.
66/2000, rec. 475/1995.
"Pues bien la sentencia recurrida no se puede tachar de
inmotivada, desde el instante mismo que en ella se plasman
hechos, ya de una manera indirecta, como es la remisión
concreta al "factum" de la sentencia de primera instancia; ya de
una manera directa, sobre la base de facturaciones concretas,
retraso en la obra civil, realizaciones de obras..., y sobre dichos
hechos, aplica el precepto genérico del artículo 1214 del Código
Civil y las matizaciones jurídicas de la ya mencionada sentencia
de primera instancia."
Sentencias Audiencias: Rreferencia E.D. 2000/13157 AP
Valencia , sec. 7ª , S 08-03-2000, núm. 224/2000, rec.
365/1999; Referencia E.D. 2000/30615 AP Guipuzcoa , sec. 1ª ,
S 03-01-2000, núm. 2/2000, rec. 1214/1999; referencia E.D.
1999/32584 , SAP Granada , sec. 3ª , S 17-09-1999, núm.
619/1999, rec. 134/1998.
5.-POSIBILIDAD DE FORMULARIOS.
- Referencia E.D. 1999/28438, SAP Las Palmas , sec. 5ª , S 30-
06-1999, rec. 409/1996
"Cierto es que la constitucional exigencia de motivación de las
resoluciones judiciales admite una fundamentación concisa,
incluso meramente estereotipada, siempre que contenga los
criterios jurídicos que fundamentaban la resolución judicial pero
ello no puede llegar al punto en un caso como el presente en el
que la piedra angular de la defensa radicaba en la excepción de
cosa juzgada que, como acabamos de ver, entrañaba abundantes
problemas e interpretaciones varias a tenor de los antecedentes,
de legitimar una palmaria omisión de todo tratamiento del
motivo planteado despreocupándose absolutamente de su
complejidad e incidencia capital para la suerte del litigio y
solventándolo, con nula dedicación profesional, a través del
vacuo alegato numérico.
No nos cabe duda que la interpretación y la solución que
mereciera la excepción alegada podía reputarse cuestión flexible
pero en cualquier caso, a la vista de los precedentes invocados y
acreditados, el mínimo celo profesional (STS. de 27-04-1.965)
requería un discurso o un pensamiento del Juez (como el que sí
existió en el caso que sirvió de base a la sentencia del Tribunal
Supremo de 09/02/1.999) y no abandonarse descuidadamente, y
prescindiendo de toda elaboración jurídica (STS. de 28-04-
1.983), a la mera diferencia cuantitativa cuya artificiosidad y
superficialidad había sido expresamente denunciada.
Ello implica, a juicio de esta Sala, una negligencia inexcusable
que sirve de presupuesto para la exigencia de responsabilidad
civil que aquí se demanda.
6.-NO NECESARIO QUE EN LA SENTENCIA CIVIL SE HAGA
MENCIÓN DE HECHOS PROBADOS DE FORMA EXHAUSTIVA.
REFERENCIA A LA NUEVA LEC:
Referencia E.D. 2001/11636, STS 1ª de 23-06-2001, núm.
621/2001, rec. 1379/1996.
- Referencia E.D. 2001/7160 STS 1ª, S 04-06-2001, núm.
535/2001, rec. 1071/1996: "que según jurisprudencia de esta
Sala el régimen combinado de los arts. 248.3 LOPJ y 372 de la
LEC de 1881 no impone que la sentencia civil haya de contener
una apartado específico de hechos probados (SSTS 14-3-95 en
recurso 3588/91, 25-10-00 en recurso 2649/95, 29-12-00 en
recurso 3633/00 y 6-2-01 en recurso 47/96 ); y de otro, que
también es doctrina de esta Sala que no es requisito
imprescindible de la sentencia la cita de concretos preceptos
legales (SSTS 20-12-96 en recurso 1771/93, 16-6-00 en recurso
2458/95, 14-11-00 en recurso 2924/95 y 18-1-01 en recurso
3768/95), ..., habrá de concluirse que el motivo, pese a no
faltarle razón en alguno de los reproches que hace a la sentencia
impugnada, no puede ser estimado en el efecto perseguido de
anular dicha sentencia."
Sentencias Audiencias: Referencia E.D. 2000/8006 AP Girona ,
sec. 1ª , S 17-01-2000, núm. 21/2000, rec. 343/1999; reerencia
E.D. 1999/45897 AP Cádiz , sec. 3ª , S 28-10-1999, rec.
336/1998; referencia E.D. 1999/25392 SAP Toledo sec 1ª 20-5-
1999 núm 203/1999.
7.- FALTA DE MOTIVACIÓN O MOTIVACIÓN NO LÓGICA
RELACIONADO CON LA APRECIACIÓN DE LA PRUEBA.
.- Referencia E.D. nº 2001/6255 TC 2ª, S 04-06-2001, núm.
124/2001, Fecha BOE 03-07-2001. Motivación y apreciación
de prueba y presunción de inocencia.
....es doctrina de este Tribunal que, en la medida en que toda
condena ha de asentarse en pruebas de cargo válidas,
suficientes y concluyentes, tal suficiencia incriminatoria ha de
ser racionalmente apreciada por el Juez y explicada en la
Sentencia (por todas, STC 189/1998, de 28 de septiembre). Toda
Sentencia condenatoria: a) debe expresar las pruebas en
que se sustenta la declaración de responsabilidad penal;
b) tal sustento ha de venir dado por verdaderos actos de
prueba conformes a la Ley y a la Constitución; c)
practicados normalmente en el acto del juicio oral, salvo
las excepciones constitucionalmente admisibles; d)
valorada, y debidamente motivada, por los Tribunales con
sometimiento a las reglas de la lógica y la experiencia.
También hemos declarado constantemente que la prueba
de cargo ha de estar referida a los elementos esenciales
del delito objeto de condena, tanto de naturaleza objetiva
como subjetiva (SSTC 252/1994, de 19 de septiembre, FJ
5; 35/1995, de 6 de febrero, FJ 3 y 68/2001, de 17 de
marzo, FJ 5).
Es función del tribunal controlar exclusivamente la
razonabilidad del discurso que une la actividad probatoria
y el relato fáctico que resulta , ....Ello, conforme hemos
declarado también de forma continuada en el tiempo, nos impide
valorar nuevamente la prueba practicada o enjuiciar la valoración
realizada por el Tribunal con arreglo a criterios de calidad u
oportunidad (SSTC, ya citadas, 81/1998, 189/1998, 220/1998 y
120/1999, de 28 de junio, FJ 2). El principio de libre valoración
de la prueba, recogido en el art. 741 LECrim, implica por tanto
que los distintos medios de prueba han de ser ponderados por
los órganos judiciales, que son quienes tienen la misión exclusiva
de valorar su significado y trascendencia en orden a la
fundamentación del fallo contenido en la Sentencia.
...Por lo que, con el límite antes mencionado, nuestra
doctrina ha afirmado reiteradamente que sí nos
corresponde el análisis externo de la valoración efectuada
por los órganos judiciales a fin de controlar si la condena
del acusado se ha basado en verdaderas pruebas de cargo.
Hemos mantenido, por ello (por todas SSTC 24/1997, de
11 de febrero, FJ 4; 45/1997, de 11 de marzo, FJ 6; y las
ya citadas 81/1998, FJ 3 y 220/1998, FJ 3) que para que
dicha ponderación reservada a los Tribunales ordinarios
pueda llevar a desvirtuar la presunción de inocencia debe
apoyarse en una mínima actividad probatoria producida
con las garantías procesales que, de alguna forma, pueda
entenderse de cargo y de la que, en consecuencia, se
pueda deducir la culpabilidad del procesado más allá de
toda duda razonable. La consecuencia equivale a situar
nuestro control en el análisis del respeto a las garantías
procesales en la obtención o en la práctica de la prueba,
en la constatación de la existencia de prueba de cargo de
contenido incriminatorio y, finalmente, en el control de la
lógica de la inferencia fáctica, en el sentido de que tanto
en la apreciación de que una afirmación de hecho de la
acusación ha quedado acreditada, como en el
razonamiento o discurso de valoración, se han respetado
las reglas de la lógica o, lo que es lo mismo, que el
discurso del órgano judicial no sea arbitrario, incoherente
con las pruebas practicadas o irrazonable.
Centrada así la cuestión, hemos mantenido que el art. 24. 2 CE
no se opone a que la convicción del Tribunal se forme a través
de la denominada prueba indiciaria (SSTC 174/1985 y
175/1985), declaración parecida a la efectuada por el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos que también ha declarado que no
se opone al contenido del art. 6. 2 del Convenio la utilización de
la denominada prueba de indicios (casos Luisbiaku contra
Francia, de 7 de octubre de 1988, núm. 28; Pham Hoang contra
Francia, de 25 de septiembre de 1992, núm. 33 y Telfner contra
Austria, de 20 de marzo de 2001, núm. 5).
Nuestra doctrina, partiendo de que en la prueba de indicios lo
característico es que su objeto no es directamente el objeto final
de la prueba, sino otro intermedio que permite llegar a éste a
través de una regla de experiencia (que consiste en que el
sentido común implica que la realización acreditada de un hecho
comporta su consecuencia) ha girado generalmente sobre la
razonabilidad de este engarce, aunque afirmando también la
necesidad absoluta de que el hecho base o indicio esté
acreditado ( SSTC 189/1998, 220/1998).
En aplicación de dicha doctrina, en resumen, hemos mantenido
que para que la prueba indiciaria pueda traspasar el umbral de
las meras sospechas o conjeturas, ha de gozar de los siguientes
requisitos: a) el hecho o hechos base (o indicios) han de estar
plenamente probados; b) los hechos constitutivos de delito
deben deducirse precisamente de estos hechos base
completamente probados; c) para que se pueda controlar la
razonabilidad de la inferencia es preciso, en primer lugar, que el
órgano judicial exteriorice los hechos que están acreditados, o
indicios, y sobre todo que explicite el razonamiento o engarce
lógico entre el hecho base y el hecho consecuencia y,
finalmente, que este razonamiento esté asentado en las reglas
del criterio humano o en las reglas de experiencia común o,
como sostuvimos en la STC 169/1986, de 22 de diciembre (FJ 2),
en una "comprensión razonable de la realidad normalmente
vivida y apreciada conforme a los criterios colectivos vigentes".
Por ello, en primer lugar y en aplicación de dicha doctrina,
hemos afirmado la vulneración del derecho a la presunción de
inocencia, tanto cuando el hecho base no estaba probado, como
cuando se carecía de razonamiento alguno (ni siquiera
aprehensible desde la constatación de los hechos de la
Sentencia). Lo cual no implica una transgresión de los límites de
la jurisdicción de amparo, en la medida en que de lo que se trata
es de asegurar la garantía formal de que el razonamiento hecho
por el Tribunal conste expresamente en la Sentencia, pues sólo
de ese modo es posible verificar si el Tribunal ha formado su
convicción sobre una prueba de cargo capaz de desvirtuar la
presunción de inocencia, que es en el presente caso lo único que
compete al Tribunal Constitucional (STC 174/1985). Pues, como
se mantuvo en la STC 175/1985 "valoración libre o en conciencia
no equivale a valoración de indicios carente de razonamiento
alguno, cuando es precisamente a través de la actividad de juicio
sobre los hechos probados como el órgano judicial llega a
deducir otros que le permiten subsumir la conducta en el tipo
penal". Así se ha apreciado muy recientemente (STC 249/2000)
también al considerar que la falta de exteriorización del
razonamiento sobre el carácter inculpatorio de la propia
declaración del acusado, implica la imposibilidad de conocer la
inferencia y, por ello, la vulneración del derecho a la presunción
de inocencia.
En segundo lugar, el control de la inferencia, por su
irrazonabilidad o por su carácter excesivamente abierto, ha sido
apreciado también de forma continuada por el Tribunal. Y, así,
se ha apreciado que la mera tenencia de útiles para el robo no
puede fundamentar una deducción de haber participado en él
(STC 105/1988), o que el hecho de estar escondido en las
inmediaciones de un lugar donde se cometió un robo no equivale
a la prueba de su comisión (STC 150/1987), o que de la tenencia
de unos pájaros no puede deducirse la participación del acusado
en su sustracción (STC 24/1997), o, finalmente, que de la
titularidad de la embarcación desde la que se pescaba
ilegalmente no puede deducirse la autoría de una infracción
administrativa (STC 45/1997).
También se ha considerado lesivo al derecho a la presunción de
inocencia el razonamiento que parte de meras sospechas o
conjeturas sobre la participación del acusado en los hechos. Se
han considerado lesivas de este derecho fundamental
afirmaciones como que el acusado tuvo la oportunidad de
cometer el delito (STC 283/1994), o que del simple
acompañamiento para recoger la droga puede deducirse la
participación en un delito contra la salud pública (STC
157/1998), o que el hecho de ser titular de la explotación de un
Bar y el conocimiento de un coimputado por delito contra la
salud pública implique la participación en dicho delito (STC
171/2000). A este mismo grupo de supuestos pertenece el muy
reciente pronunciamiento del TEDH (en el caso Telfner contra
Austria, ya citado) que ha considerado contrario a este derecho
la deducción de ser el causante de un accidente por el mero
hecho de ser el conductor habitual del vehículo.
Sin embargo, es doctrina constante del Tribunal que tales límites
de control no pueden llegar a sustituir las inferencias de los
órganos judiciales cuando las deducciones se basan en una
apreciación lógica y sólida, aunque pueda ser criticable (STC
189/1998), lo que equivale a decir que entre diversas
alternativas igualmente lógicas, nuestro control no puede
alcanzar la sustitución de la valoración efectuada por los órganos
judiciales, ni siquiera a afirmar que fuera significativamente más
probable un acaecimiento alternativo de los hechos.
- Referencia E.D: 2000/34771 TC 2ª sec. 3ª , A 02-10-2000,
núm. 228/2000, Fecha BOE 30-11-2000. Motivación y apreciación
de la prueba.
-Referencia E.D. 2000/26240 TC 1ª, S 18-09-2000, núm.
214/2000, Fecha BOE 19-10-2000. Motivación y apreciación
prueba; posible apreciación conjunta de la prueba.
- Referencia E.D. 2000/34638 S TC 1ª sec. 2ª , A 07-07-2000,
núm. 167/2000: "El TC inadmite a trámite la demanda de amparo
interpuesta frente a las sentencias que condenaron a los
recurrentes por un delito de estafa, pues, entre otras razones,
entiende que hubo prueba de cargo suficiente y sólida capaz de
enervar la presunción de inocencia, ya que, aunque la prueba
central fue la declaración de la coimputada, no fue la única
prueba, sino que existieron múltiples declaraciones testificales
en fase sumarial y en el juicio oral, existió abundante prueba
documental y pericial y, en todo caso, la Audiencia razonó que la
coimputada mantuvo su declaración inalterada y sin
contradicciones desde sus declaraciones ante la policía y el juez
de instrucción hasta el juicio oral y que dichas declaraciones no
fueron realizadas por motivos autoexculpatorios u otros motivos
espurios."
- Referencia E.D. 1999/1624 TS 1ª, S 26-02-1999, núm.
142/1999, rec. 2353/1994. "El TS declara no haber lugar al rec.
de casación que procede de demanda, estimada en las
instancias, de declaración de extinción y disolución del contrato
de sociedad entre actor y demandado. Entiende que por principio
general la prueba de peritos es de apreciación libre, valorable
por el Juzgador según su prudente criterio, sin que existan
reglas preestablecidas que rijan su estimación, por lo que no
puede invocarse en casación la infracción de precepto alguno en
tal sentido, salvo que se haya conculcado las más elementales
directrices de la lógica."
Sentencias de la AP: Referencia E.D. 2000/24650 sentencia AP
Pontevedra , S 22-05-2000; referencia E.D. 1999/15991 S AP
Pontevedra , sec. 1ª , S 29-04-1999, núm. 251/1999, rec.
285/1998; Referencia E.D. 2000/23513 SAP Ciudad Real 16-2-
2000 núm 53/2000; Referencia E.D. 2000/24147 SAP Girona 24-
5-2000; referencia E.D. 2000/24650 SAP Pontevedra 22-5-2000...
8.- APRECIACIÓN DE OFICIO DE LA FALTA DE
MOTIVACIÓN
-Referencia E.D. 1999/7183 TS 1ª, S 14-04-1999, núm.
310/1999, rec. 2783/1994.
- Referencia E.D. 2001/1712 AP Burgos , sec. 3ª , S 21-02-2001,
núm. 101/2001, rec. 610/2000.
9.- NO CABE UNA APRECIACIÓN GENÉRICA DE LA
MOTIVACIÓN SINO CASO POR CASO.
- Referencia E.D. 2001/12634 AP Valladolid , sec. 1ª , S 29-05-
2001, núm. 225/2001, rec. 147/2001. Pte: Alonso-Mañero Pardal,
José. En el supuesto presente, ciertamente la argumentación de
la resolución de instancia es sucinta, escueta y articulada en
términos de generalidad, pero también lo es que dado el caso no
cabe exigirle mucho más, y que dicho razonamiento en modo
alguno aboca a una declaración de nulidad por indefensión, pues
resulta evidente que en el fundamento de derecho segundo de la
sentencia objeto de recurso se señala por la Juez " a quo" que la
propuesta de convenio -es decir, toda ella-, "es aceptable en su
valoración conjunta a los efectos exigidos por el artículo 90 y los
demás concordantes del Código Civil ... por lo que no
derivándose perjuicios para ninguno de los cónyuges debe ser
judicialmente aprobado".
10.- SENTENCIAS ABSOLUTORIAS NO ES NECESARIO UNA
MOTIVACIÓN EXPRESA.
- Referencia E.D. 2001/6619 STS 1ª, S 25-05-2001, núm.
502/2001, rec. 955/1996. Pte: Marín Castán, Francisco
De dicho planteamiento bien claramente resulta que el motivo ha
de ser desestimado: en primer lugar, porque si lo que se quiere
alegar es la incongruencia de la sentencia recurrida, esta Sala
tiene declarado hasta la saciedad que las sentencias
totalmente desestimatorias de la demanda, como es el
caso de la ahora impugnada, no pueden incurrir en
incongruencia en cuanto dan respuesta, aunque negativa, a
todas las cuestiones planteadas, a no ser que alteren la causa de
pedir y aprecien una excepción no alegada en la contestación a
la demanda y no apreciable de oficio (SSTS 9-2-99 en recurso
2299/94 y 25-9-99 en recurso 264/95, entre otras muchas), en
tanto el Tribunal Constitucional, en su doctrina sobre la
congruencia, ha reiterado la distinción entre peticiones y
alegaciones para dejar bien claro que solamente las primeras
requieren una respuesta pormenorizada (SSTC 56/96, 58/96,
16/98, 1/99, 94/99 y 132/99); y en segundo lugar, porque si lo
que pretende alegarse por la recurrente es la falta de motivación
de la sentencia impugnada, tiene dicho el Tribunal Constitucional
que el deber de motivar las sentencias se cumple con la
expresión de la razón causal del fallo, no siendo exigible un
razonamiento judicial exhaustivo y pormenorizado de todos los
aspectos y perspectivas que las partes puedan tener de la
cuestión a decidir (SSTC 14/91, 28/94, 153/95 y 33/96 entre
otras muchas).
11.- MOTIVACIÓN Y EL DERECHO AL TRATO POR IGUAL DE
SITUACIONES IGUALES; ESPECIAL MOTIVACIÓN CUANDO
HAY UN CAMBIO DE CRITERIO.
- Referencia E.D. 2000/34832, STC 2ª sec. 4ª , A 31-10-2000,
núm. 252/2000, Fecha BOE 30-11-2000.-
"...A este respecto hemos de recordar que la valoración de la
efectiva existencia de tal infracción constitucional exige poner de
manifiesto que, como reiteradamente ha declarado este Tribunal,
no es suficiente, sin más, que exista una divergencia entre dos
resoluciones judiciales para estimar que se ha producido una
lesión del art. 14 de la CE pues para apreciar la existencia de
una desigualdad en la aplicación de la ley se requiere que las
resoluciones que se contrastan hayan sido dictadas por el mismo
órgano jurisdiccional (SSTC 134/1991, 183/1991, 245/1994,
285/1994, 104/1996), que exista un término de comparación
válido por haber resuelto dichas resoluciones supuestos
sustancialmente similares (SSTC 79/1985, 27/1987, 140/1992,
141/1994, 165/1995), y la ausencia de toda motivación que
justifique en términos generalizables el cambio de criterio, a fin
de excluir la arbitrariedad, la inadvertencia, o la toma en
consideración de circunstancias personales o sociales de las
partes que no debieron serlo (SSTC 49/1985, 120/1987,
160/1993, 192/1994, 105/1996, 96/1997, 132/1997).
En fin, para que pueda hablarse de desigualdad en la aplicación
de la ley se necesita que un mismo órgano judicial en supuestos
sustancialmente idénticos resuelva en sentido distinto,
basándose para ello en criterios que supongan un voluntarismo
selectivo a partir de argumentos ad personam o ad casum, es
decir no fundados en criterios de alcance general sino en las
concretas circunstancias del caso (STC 132/1997). El valor
constitucional de la igualdad en la aplicación de la ley
protege fundamentalmente frente a divergencias
arbitrarias de trato en resoluciones judiciales, evitando el
capricho, el favoritismo o la arbitrariedad del órgano
judicial e impidiendo que se trate a los justiciables
desigualmente y se discrimine entre ellos . Pero ni el
principio de igualdad ni su configuración como derecho
subjetivo" permiten asegurar un tratamiento idéntico uniforme o
unificado por los distintos órganos judiciales, ya que el repetido
principio ha de hacerse compatible con el de independencia de
los mencionados órganos (STC 104/1996, por todas).
- Referencia E.D. 1999/547 STS 1ª, S 26-01-1999, núm.
22/1999, rec. 2903/1996.
B) AUTOS
1.- MISMA MOTIVACIÓN QUE LAS SENTENCIAS
CASOS CONCRETOS, AUTOS QUE NECESITAN UNA
ESPECIAL MOTIVACIÓN:
- Referencia E.D. 1991/2672, STC 2ª, S 11-03-1991, núm.
54/1991, Fecha BOE 16-04-1991. Motivación del auto de
Apertura de Juicio Oral.
"En el procedimiento abreviado, al Juez de Instrucción le es
necesaria, para proceder a la apertura del juicio oral, la
existencia de una acusación previa, ajena a él mismo; de este
modo, al no efectuarse una imputación judicial, sino limitarse el
Juez a dar traslado de una acusación plausible de parte, no se
requiere mayor motivación que el recordatorio de las previsiones
legales oportunas...."
- Referencia E.D. 1988/512, STC 2ª sec. 3ª , S 24-10-1988, núm.
196/1988, Fecha BOE 26-11-1988. Auto de conclusión de
sumario y sobreseimiento.
"......Partiendo de los criterios expuestos ha de analizarse el
auto impugnado, distinguiendo el doble pronunciamiento que
contiene: de una parte, el sobreseimiento provisional decidido
por la Audiencia a solicitud del Mº Fiscal, y de otra, la
confirmación del auto de conclusión del sumario sin acceder a la
práctica de las diligencias interesadas por el recurrente.
Por lo que al primero respecta, la resolución encuentra su
fundamento normativo en el art. 641.1 LECr., y la aplicación
concreta de este precepto se razona explícita y suficientemente
al entender el órgano judicial que de los elementos de prueba y
juicio que obraban en las actuaciones no resultaban justificados
los delitos de estafa, insolvencias punibles, desobediencia grave
a la autoridad y quebrantamiento de depósito que dieron motivo
a la causa, ya que, salvo el perjuicio experimentado por el
querellante, ni aun en la forma indiciaria y racional a que se
refiere el art. 384 de dicha Ley procesal se apreciaban los
elementos esenciales que configuran dichas figuras delictivas.
Basándose en esta sucinta motivación, propia del necesario
enjuiciamiento preliminar que requiere la Ley antes de que la
Audiencia decida sobre la apertura del juicio oral, se excluye
provisionalmente el carácter penal de los hechos y se
fundamenta suficientemente la improcedencia de la continuación
del proceso mientras no existan nuevos datos, sin que sea
necesario un pormenorizado análisis de los elementos
integrantes de cada uno de los diversos tipos a los que se refería
la acusación particular (STC 150/1988 de 15 julio).
-.Referencia E.D. 1984/6837, STC 1ª sec. 1ª , A 16-05-1984, núm.
289/1984, Fecha BOE 18-02-1998, Auto procesamiento
El contenido y alcance del auto de procesamiento es el de
formalizar una provisoria imputación de delito, que abra el
proceso acusatorio, por lo que es evidente que no puede infringir
la presunción de inocencia consagrada en el art. 24.2 CE, que se
mantiene viva a pesar de la medida cautelar por ser aquélla un
derecho reconocido al imputado de no ser condenado sin
pruebas de cargo que abonen su culpabilidad. Como ya
expusieron los autos de este Tribunal de 25 octubre 1982, y de 2
febrero y 13 abril 1983, el procesamiento, que de algún modo
desencadena la posibilidad de la condena, hace nacer dicha
presunción, por lo que es manifiestamente imposible que la
vulnere, permaneciendo incólume hasta que surja el reproche de
culpabilidad con la sentencia final, quedando únicamente a salvo
el especial supuesto, en que el procesamiento no se basare
sobre algún mínimo fundamento indiciario de racional
culpabilidad, y fuere absolutamente caprichoso o arbitrario
-como indica el A 2 junio 1982-, pues tal decisión violaría el
derecho a la tutela judicial efectiva que deben otorgar los Jueces
y Tribunales por aplicación del art. 24.1 C.E. que exige siempre
que sus resoluciones tengan una motivación fundada
racionalmente en Derecho -art. 120.3 C.E.
- Referencia E.D. 1990/3844, STC 1ª, S 05-04-1990, núm.
70/1990, Fecha BOE 07-05-1990. Auto de procesamiento.
.-Referencia E.D. 1985/6967 STC 1ª sec. 1ª , A 12-06-1985, núm. 387/1985,
Fecha BOE 18-02-1998, Auto procesamiento.-
6.- .- Referencia E.D. 2000/34635, STC 1ª sec. 2ª , A 07-07-
2000, núm. 166/2000, Fecha BOE 30-11-2000. El TC inadmite el
recurso de amparo presentado frente a los autos que acordaron
la prisión provisional, ha de entenderse que los autos
impugnados contienen una suficiente motivación que colma las
exigencias constitucionales.
De conformidad con la doctrina de este Tribunal, extractada en
la STC 33/1999 FJ 3), la legitimidad constitucional de la prisión
provisional exige que su configuración y su aplicación tengan,
como presupuesto, la existencia de indicios racionales de la
comisión de una acción delictiva; como objetivo, la consecución
de fines constitucionalmente legítimos y congruentes con la
naturaleza de la medida" (STC 128/1995, de 26 de julio, FJ 4), y,
"como objeto, la ponderación de las circunstancias concretas
que, de acuerdo con el presupuesto legal y la finalidad
constitucionalmente legitima. permiten la adopción -de la
medido?(en el mismo sentido, STC 62/1996, de 15 de abril, FJ 5,
44/1997, de 10 de marzo, FJ 5, 66/1997, de 7 de abril, FJ 4,
177/1998,de 14 de septiembre, FJ 3)". Uno de estos fines que
legitiman la prisión provisional es el riesgo de fuga en el que los
Autos recurridos fundamentan la medida adoptada contra el
recurrente; de manera que, sustentándose este riesgo de fuga
en las circunstancias concretas del caso y personales del
recurrente, tales como el aumento de la cuantía de pena
solicitada por el Ministerio Fiscal en el escrito de conclusiones
definitivas y que el recurrente ha estado en rebeldía con carácter
previo, ha de entenderse que los Autos impugnados contienen
una suficiente motivación que colma las exigencias
constitucionales (SSTC 128/1995, FJ 4, 66/1997, FJ 4)..."
.- PENAL2001/5311 TC 2ª, S 23-04-2001, núm. 106/2001, Fecha BOE 29-
05-2001. Intervención telefónica.
El contenido de la motivación ha de extenderse, primero, a la
especificación de cuál de las finalidades legalmente previstas
-seguridad, buen orden del establecimiento e interés del
tratamiento- es la perseguida con la adopción de la medida y,
segundo, a la explicitación de las circunstancias que permiten
concluir que la intervención resulta adecuada para alcanzar la
finalidad perseguida. Respecto a dicho requisito este Tribunal
Constitucional tiene declarado que la individualización de las
circunstancias del caso, e incluso de la persona de interno, no
significa que dichas circunstancias deban ser predicables única y
exclusivamente del interno afectado por la medida, o que si se
trata de características comunes que concurren en un grupo de
personas no puedan aducirse como causa justificativa de la
intervención. Individualizar no significa necesariamente destacar
rasgos que concurran exclusivamente en el recluso afectado.
Puede tratarse de unos rasgos comunes a los pertenecientes a es
e colectivo o a una organización; en estos casos lo que debe
individualizarse es esa característica común que a juicio de la
Administración penitenciaria justifica en el supuesto concreto la
adopción de la medida. En lo referente a los aspectos formales
de la motivación, cuya finalidad sigue siendo hacer posible el
control jurisdiccional de la medida, el Acuerdo ha de contener los
datos necesarios para que el afectado y posteriormente los
órganos judiciales puedan llevar a cabo el juicio de idoneidad,
necesidad y proporcionalidad, aunque no resulta exigible que en
el mismo se explicite ese triple juicio por parte de la
Administración, pues los referidos datos pueden completarse con
los que de forma clara y manifiesta estén en el contexto en el
que se ha dictado el Acuerdo (SSTC 170/1996, de 29 de octubre,
FFJJ 5 y 6; 128/1997, de 14 de julio, FJ 4; 200/1997, de 24 de
noviembre, FJ 4; 141/1999, de 22 de julio, FJ 5).
- Referencia E.D. 2000/13812 TC 1ª, S 29-05-2000, núm. 136/2000, Fecha
BOE 30-06-2000. Motivación del Auto de entreda y registro.
Ahora bien, la garantía judicial constituye un mecanismo de
orden preventivo, destinado a proteger el derecho, y no como en
otras intervenciones judiciales previstas en la Constitución a
reparar su violación cuando se produzca (STC 160/1991, FJ 8).
De lo que se deduce la necesidad de motivación de la resolución
judicial a la que se refiere el art. 18.2 CE, puesto que es la
misma la que permite decidir en caso de colisión de valores e
intereses constitucionales, si debe prevalecer el derecho del art.
18.2 CE, u otros valores e intereses constitucionalmente
protegidos o, en distintas palabras, "la autorización judicial,
vista desde la perspectiva de quien ha de usarla, o ese
mandamiento para quien ha de sufrir la intromisión, consiste en
un acto de comprobación donde se ponderan las circunstancias
concurrentes y los intereses en conflicto, público y privado, para
decidir en definitiva si merece el sacrificio de éste, con la
limitación consiguiente del derecho fundamental" (SSTC 50/1995,
de 23 de febrero, FJ 5, y 126/1995, FJ 3).
- Referencia E.D. 1987/56 TC 2ª, S 14-05-1987, núm. 56/1987,
Fecha BOE 05-06-1987. Motivación de los autos de prisión y
denegaciones de petición de libertad
En materia de libertad provisional puede ser suficiente con que
los motivos se infieran de la Ley -arts. 503 y 504 LECr.- (ATC 24
septiembre 1986), ...
Desde la perspectiva constitucional, se ha dicho, no es exigible
ni una pormenorizada respuesta a todas las alegaciones de las
partes, ni enjuiciar o censurar cuantitativamente la
interpretación y aplicación del derecho, ni, en fin, calificar la
forma o estructura de una resolución judicial, a salvo, claro está,
de que con ello se vulnere manifiestamente o sin remedio un
derecho constitucionalmente reconocido, produciendo
indefensión o desamparo judicial.
Esto es particularmente exigible en materia de libertades ,
campo en el que la garantía ha de ser mayor y en el que
aquellas matizaciones han de ser más depuradas mediante la
comprobación de que el núcleo del derecho ha sido respetado a
través de la posibilidad, pese a todo, de su defensa.
- Referencia E.D. 2001/1371 STC 2ª, S 26-02-2001, núm.
61/2001, Fecha BOE 30-03-2001. Prisión provisional.
- Referencia E.D. 2000/34721 STC 1ª sec. 1ª , A 24-07-2000,
núm. 191/2000, Fecha BOE 30-11-2000. Auto de prisión
provisional.
- Referencia E.D.2001/487 TC 1ª, S 29-01-2001, núm. 29/2001,
Fecha BOE 01-03-2001. Petición de libertad.
- Referencia E.D. 2001/486 S TC 2ª, S 29-01-2001, núm.
28/2001, Fecha BOE 01-03-2001. Petición de libertad
- Referencia E.D. 2001/38 STC 1ª, S 15-01-2001, núm. 8/2001,
Fecha BOE 16-02-2001. Petición de libertad.
- Referencia E.D. 2000/34805, STC 1ª, A 16-10-2000, núm.
243/2000, Fecha BOE 30-11-2000. El TC deniega la suspensión
del auto impugnado, que denegó solicitud de libertad
provisional, por considerarlo suficientemente motivado.
C) providencias:
- Se admite falta de motivación cuando debería revestir la forma
de auto; REFERENCIA E.D. 1997/4022 STC 1ª, S 16-06-1997,
núm. 115/1997, Fecha BOE 18-07-1997: El Tribunal, aplicando la
doctrina contenida en la STC 224/1992, afirma que la
providencia recurrida, que debió revestir la forma de auto,
incurrió en una vulneración del derecho a la tutela judicial
efectiva al no contener motivación alguna que explicara la
denegación al recurrente, a pesar de reunir todos los requisitos
legalmente exigidos, del beneficio de la remisión condicional de
la pena.
- Referencia E.D. 2001/37 ,STC 2ª, S 15-01-2001, núm. 6/2001,
Fecha BOE 16-02-2001: "Se interpone recurso de amparo contra
providencia por la que se inadmite el recurso de reposición por
considerar que no se había citado la disposición legal infringida,
vulnerándose el derecho a la tutela judicial efectiva del
demandante. La aplicación de la doctrina según la cual el control
constitucional de resoluciones judiciales, alegada la vulneración
del derecho de acceso a los recursos, debe limitarse a comprobar
si tienen motivación y si han incurrido en error material patente,
arbitrariedad o manifiesta irrazonabilidad, conlleva la estimación
del amparo solicitado al haber incurrido la citada providencia en
tal error, pues el recurrente sí citó la disposición legal que
estimaba vulnerada -art. 387 LEC en relación con los arts. 238 y
240 LOPJ- por lo que es claro que nos encontramos ante un
manifiesto error de hecho."
II. USO DE FORMULARIO
Referencia E.D. 1998/14948 TC 1ª, S 02-06-1998, núm.
116/1998, Fecha BOE 03-07-1998. USO DE FORMULARIOS,
MOTIVACIÓN POR REMISIÓN.
"1º).- el deber de motivación en principio, "no autoriza a exigir
un razonamiento judicial exhaustivo y pormenorizado de todos
los aspectos y perspectivas que las partes puedan tener de la
cuestión que se decide, sino que deben considerarse
suficientemente motivadas aquellas resoluciones judiciales que
venga apoyadas en razones que permitan conocer cuáles ha sido
los criterios jurídicos esenciales fundamentadores de la decisión
(STC 14/1991), es decir, la ratio decidendi que ha determinado
aquélla (SSTC 28/1994,153/1995 y 32/1996)" (SSTC 66/1996,
fundamento jurídico 5º y 115/1996, fundamento jurídico.
2º). En segundo lugar, este Tribunal ha declarado, en repetidas
ocasiones, y en lo que aquí interesa, que la utilización de
"modelos impresos o formularios estereotipados", aunque
obviamente sea desaconsejable "por ser potencialmente
contraria al derecho a la tutela judicial efectiva", no implica
necesariamente una falta o insuficiencia de la motivación (SSTC
184/1988, 125/1989, 74/1990, 169/1996 y ATC 73/1996)" (STC
39/1997, fundamento jurídico
3º). En particular, hemos afirmado que es motivación suficiente
la remisión hecha por el Tribunal superior a la Sentencia de
instancia que era impugnada (SSTC 174/1987, 146/1990,
27/1992, 111/1995, 115/1996, 105/1997, 231/1997 ó 36/1998).
4º) Como complemento de lo anterior, deben tenerse en cuenta
los varios supuestos en los que este Tribunal ha venido
exigiendo un específico, y reforzado, deber de motivar las
resoluciones judiciales, en tanto que exigencia directamente
derivada de la Constitución.
Tal cosa ocurre cuando se ven afectados otros derechos
fundamentales (SSTC 86/1995, 128/1995, 62/96, 170/1996,
175/1997 ó 200/1997); cuando se trata de desvirtuar la
presunción de inocencia, en especial a la luz de pruebas
indiciarias (SSTC 174/1985, 175/1985, 160/1988, 76/1990,
134/1996 ó 24/1997); cuando se atañe "de alguna manera a la
libertad como valor superior del ordenamiento jurídico" (STC
81/1997, fundamento jurídico 4º, que cita la STC 2/1997); o, en
fin, cuando el Juez se aparta de sus precedentes (SSTC
100/1993 y 14/1993).
De igual manera se ha entendido que está particularmente
excluida la utilización de "cláusulas de estilo, vacías de
contenido preciso, tan abstractas y genéricas que pueden ser
extrapoladas a cualquier otro caso" en supuestos en los que
específicamente se resolvía un recurso frente a una Sentencia
penal condenatoria, de modo que se vulnera el derecho
fundamental a una resolución motivada cuando la obtenida, en
estos casos, carezca de "razonamiento concreto alguno en torno
al supuesto de autos que permita, no sólo conocer cuáles han
sido resolución recaída en la instancia ha sido realmente
revisada por el Tribunal de los criterios esenciales
fundamentadores de la desestimación, sino afirmar que la
resolución recaída en instancia ha sido realmente revisada por el
Tribunal de apelación" (STC 26/1997, fundamento jurídico 3º,
que cita la STC 177/1994).
VOTO PARTICULAR: Pero lo peor no es que la Sentencia no
haya otorgado (como así debió de haber hecho) el presente
recurso de amparo, sino que, para convalidar esta Sentencia,
ayuna de fundamentación y de individualización jurídica
específica, ha tenido que revisar nuestra doctrina sobre el
derecho a la tutela, mediante dos argucias argumentales,
consistentes, de un lado, en extender desmesuradamente la
doctrina sobre la motivación implícita y trasladar, de otro,
nuestra doctrina sobre la proporcionalidad al derecho a la tutela.
A) La doctrina de la motivación implícita: Es cierto que este
Tribunal ha afirmado reiteradamente que la motivación de las
Sentencias no está reñida, ni con la concisión (STC 115/1996), ni
incluso con el laconismo (STC 154/1994 y 115/1996) y que, por
lo tanto, pueden los Tribunales utilizar, en ocasiones, la
fundamentación por remisión e incluso recurrir a fórmulas
concisas.
Pero lo que este Tribunal no ha llegado nunca a legitimar es la
utilización exclusiva de "una fórmula estereotipada como única
fundamentación" de la Sentencia, a través de la cual, ni las
partes, ni la sociedad puedan alcanzar la certeza de que el
Tribunal ad quem haya podido siquiera leer o tomar en
consideración las alegaciones de las partes vertidas en la
segunda instancia. Al contrario, en supuestos idénticos al que
nos ocupa, como los que sirvieron de base a las SSTC 177/19 94,
26 y 231/1977, este Tribunal Constitucional estimó vulnerado el
derecho a la tutela por ausencia o insuficiencia de motivación.
B) La novedosa doctrina de la motivación "reforzada":
Contrariamente, y a partir de ahora, esta motivación específica
sólo será posible, a tenor de la doctrina sustentada en el
fundamento jurídico 4.0 de esta polémica Sentencia "cuando se
vean afectados otros derechos fundamentales... la presunción de
inocencia... o la libertad...".
Pero, como es sabido, esta original exigencia de motivación
específica o reforzada nada tiene que ver con el derecho a la
tutela, sino con el principio de proporcionalidad (tal y como, por
lo demás, refleja la propia jurisprudencia citada en dicho
fundamento jurídico 4º), cuya primera característica consiste en
la obligación constitucional que tienen los jueces de motivar las
resoluciones limitativas de los derechos fundamentales a fin de
que en ellas se plasme el imprescindible "juicio de ponderación",
Si el Juez no lo hiciera, no es que vulnere del derecho a la tutela
del art. 24.1, sino el propio derecho fundamental sustantivo que
este Tribunal estima infringido por la sola circunstancia de no
haber motivado la necesidad de la medida.
Ahora bien, al trasladar esta nota del principio de
proporcionalidad al derecho a la tutela la conclusión práctica no
puede ser más reduccionista: a partir de esta Sentencia "ese
deber específico de motivación tan sólo será posible en las
pretensiones de amparo" de derechos fundamentales de carácter
material y no cuando se trate de satisfacer otro tipo de
pretensiones, con respecto a las cuales las Juzgados y Tribunales
serán dueños de acudir a las fórmulas impresas o estereotipadas.
De lo anteriormente expuesto se infieren los peligrosos efectos
expansivos de la doctrina que esta Sentencia (de la que
discrepamos respetuosamente) contiene, pues, frente a nuestra
doctrina tradicional, nacida con ocasión de la puesta en relación
del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva del art. 24.1
con el mandato constitucional contenido en el art. 120.3 C.E.,
conforme al cual "las Sentencias serán siempre motivadas",
doctrina que obligaba a todos los Juzgados y Tribunales a
motivar (aunque lo fuera breve o concisamente)
"específicamente" sus Sentencias, la actual viene a, revisarla,
permitiendo que sentencias "de plantilla" o de programa
informático (en las que no existe otro elemento individualizador
fuera de la denominación de las partes y del número de autos)
puedan ser dictadas, no sólo en los recursos penales de
apelación de Sentencias absolutorias, sino en las recaídas
anualmente en los cientos de miles de recursos de apelación (y,
por qué no, también d e casación) civiles, laborales y
administrativos.
Al legitimar esta práctica, desgraciadamente no infrecuente ante
la sobrecarga que sufren nuestros Juzgados y Tribunales, esta
Sala Primera ha renunciado a efectuar un control material de la
obligación constitucional de motivación específica de las
sentencias. Y ante esta renuncia, tan solo cabe esperar que
nuestros Tribunales no utilicen tales fórmulas en las que se dice
que "no ha existido error en la valoración de la prueba", sin que
sepamos a ciencia cierta por qué, o que "los hechos son
ajustados a Derecho" sin que se pueda saber si el Tribunal ha
reflexionado sobre la aplicación de norma alguna del
ordenamiento. De lo contrario, mejor será que el legislador
suprima los medios de impugnación contra las Sentencias, pues
no se puede tener al justiciable meses e incluso años en espera
de una Sentencia de segunda instancia, para que se vuelva a su
casa con la duda razonable de que, a lo peor, el Tribunal de
apelación no ha leído siquiera el recurso presentado por su
Abogado.
CASOS PARTICULARES:
- Referencia E.D. 1999/28438 AP Las Palmas , sec. 5ª , S 30-06-
1999, rec. 409/1996. LA FALTA DE MOTIVACIÓN EN UN
DESAHUCIO DA LUGAR A CONDENAR AL JUEZ POR
RESPONSABILIDAD CIVIL.
Cierto es que la constitucional exigencia de motivación de las
resoluciones judiciales admite una fundamentación concisa,
incluso meramente estereotipada, siempre que contenga los
criterios jurídicos que fundamentaban la resolución judicial pero
ello no puede llegar al punto en un caso como el presente en el
que la piedra angular de la defensa radicaba en la excepción de
cosa juzgada que, como acabamos de ver, entrañaba abundantes
problemas e interpretaciones varias a tenor de los antecedentes,
de legitimar una palmaria omisión de todo tratamiento del
motivo planteado despreocupándose absolutamente de su
complejidad e incidencia capital para la suerte del litigio y
solventándolo, con nula dedicación profesional, a través del
vacuo alegato numérico.
No nos cabe duda que la interpretación y la solución que
mereciera la excepción alegada podía reputarse cuestión flexible
pero en cualquier caso, a la vista de los precedentes invocados y
acreditados, el mínimo celo profesional (STS. de 27-04-1.965)
requería un discurso o un pensamiento del Juez (como el que sí
existió en el caso que sirvió de base a la sentencia del Tribunal
Supremo de 09/02/1.999) y no abandonarse descuidadamente, y
prescindiendo de toda elaboración jurídica (STS. de 28-04-
1.983), a la mera diferencia cuantitativa cuya artificiosidad y
superficialidad había sido expresamente denunciada.
Ello implica, a juicio de esta Sala, una negligencia inexcusable
que sirve de presupuesto para la exigencia de responsabilidad
civil que aquí se demanda.
SENTENCIA DEL TEDH
- Referencia E.D. 2000/32218 TEDH , S 14-11-2000, núm. 31819/1996:
"De este modo, en el presente caso, la cuestión fundamental a
resolver en relación con el respeto al derecho de acceso a la
justicia reconocido por el artículo 6 del Convenio Europeo, se
centra en establecer si el archivo provisional de las actuaciones
constituye una medida desproporcionada habida cuenta de las
circunstancias especiales concurrentes en relación con la situ
ación financiera de los demandantes. El Tribunal estima, a este
respecto, que, dada la falta de motivación de la resolución por
virtud de la cual el tribunal de casación decidió el archivo
provisional de las actuaciones, ha de entenderse que se ha
vulnerado el derecho de los demandantes reconocido por el
referido artículo 6."

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