¿Cómo influye nuestro entorno social en la construcción de nuestra
identidad personal? Aunque suene paradójico, a pesar de que la identidad personal se basa en la independencia, la libertad, la individualidad y la autonomía, no es sin los otros que pueda terminar de edificarse. El proceso de socialización es importante para que las personas se comprendan a sí mismas, no solo interna, sino externamente y de esa manera puedan entenderse de una manera más completa. Para poder saber y reconocer como somos físicamente tenemos que vernos en un espejo, del mismo modo funciona la sociedad, es un espejo que nos “refleja” y nos permite conocer nuestra forma de ser, nuestras características personales más representativas y relevantes. Continuamente, a través de cada interacción con otras personas, con nuestro entorno social y con nosotros mismos, recibimos constantemente una retroalimentación. Esta retroalimentación no es ignorada, sino que es comparada e integrada a nuestras propias creencias sobre nosotros mismos y del mismo modo, nosotros actuamos para muchas personas en forma de retroalimentadores, interpretando a los otros a partir de nuestras propias vivencias y generamos y reflejamos un concepto de identidad personal del otro; es un proceso sumamente rico y complejo. El problema surge cuando el medio que nos rodea nos contamina con imposiciones limitantes y estereotipos sociales, culturales, etiquetas y agrupaciones que nos limitan e impiden que seamos quienes queremos ser, nos encierran en catalogaciones y nublan la visión de nuestra totalidad personal. Pasamos de ser todo lo que representa nuestro “yo” a una mínima parte. Esto nos provoca malestar psicológico, porque “no podemos ser quienes realmente somos”, nos encontramos limitados. Así, este tipo de creencias o de prohibiciones provocan mucho sufrimiento, incluso trastornos emocionales, como la ansiedad o la depresión. El desafío y la solución se encuentran en el hecho de que cada persona identifique la importancia y se proponga un proyecto de construcción de la identidad personal y no que esta construcción se de únicamente de forma automática y paulatina a su proceso de socialización con el entorno. Tiene que existir una conciencia de “quién quiero ser” y no una aceptación de “soy porque así soy”. Es decir, que las personas sean conscientes de la propia responsabilidad que tienen en la construcción y reconstrucción de si mismos y a partir de ella decidan, elijan y se comporten libres de la influencia del colectivismo. Todas las personas pueden crecer y evolucionar, a través de la creación consciente de su identidad personal, de utilizar las retroalimentaciones sociales de una manera positiva y constructiva y al ser activos en su proceso de autocreación; derribando las paredes que no les gustan y construyendo nuevos cimientos de “ser y vivir” ¿CÓMO CONSTRUIMOS NUESTRA IDENTIDAD? Nuestra identidad está construida a partir de las historias, experiencias y valores que hemos ido incorporando desde nuestra niñez; es decir formamos nuestra identidad en base a recuerdos y experiencias. Nuestra mente va juntando eventos aislados y los agrupa como escenas en una película, de esta manera empieza a darle una forma a nuestra identidad. Por ejemplo: Si en el colegio éramos buenos estudiantes + En la universidad estuvimos en el tercio superior = Es probable que la identidad que armemos sea la de una persona estudiosa.
Pensamiento Crítico: Utiliza modelos mentales para desarrollar tomas de decisiones efectivas y habilidades de resolución de problemas. Supera los obstáculos cognitivos y las falacias en los sistemas para pensar con claridad en tu vida cotidiana.