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Iniciemos el año buscando el rostro del Señor. Oraremos por peticiones personales,
familiares, por la iglesia, por nuestro barrio, por la ciudad y el país. Anímate a
compartir estos tiempos de gran bendición. Si nunca has ayunado, puedes
preguntarnos cómo puedes comenzar esta disciplina espiritual que nutrirá tu alma.
Horarios: Miércoles 6 am. / Miércoles 6 pm. / Domingos 7 am.
18 Sábado Salmo 37
19 Domingo Mateo 7:24-29 ***Oración en la iglesia 7 am.***
25 Sábado Salmo 90
Anímate a compartir estos tiempos de gran bendición. Si nunca has ayunado, puedes
preguntarnos cómo puedes comenzar esta disciplina espiritual que nutrirá tu alma.
Horarios para orar juntos: Miércoles 6 a 9 am. / Miércoles 6 a 8 pm. / Domingos 7 am.
Es muy fácil comenzar un nuevo año fijando nuestra mirada en todo aquello que está por venir,
sea bueno o toso un desafío, fijamos nuestros ojos en todo lo pendiente, en los objetivos y
metas que nos trazamos, y en los anhelos que tenemos.
" Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a
la derecha de Dios. Pongan su mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra..."
Colosenses 3:1-2
El Señor nos llama a comenzar nuevos años, proyectos y retos no en nuestras fuerzas o
capacidades (las cosas de la tierra), sino con la clara comprensión de Quién está al control,
concentrando toda la atención en Sus promesas, en Su gracia que te salvó y tiene cuidado de
ti.
Toma un momento en este día y, por Su gracia, cambia de curso tu mirada y fíjala en Cristo, en
Su obra, en Su resurrección, te aseguro que es la mejor manera de comenzar un año y vivir tu
vida.
Pero tú, cuando des, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Entrega tu ayuda
en privado, y tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará. Mateo 6:3-4
Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado.
Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará. Mateo 6:6
Pero tú, cuando ayunes, péinate y lávate la cara. Así, nadie se dará cuenta de que estás
ayunando, excepto tu Padre, quien sabe lo que haces en privado; y tu Padre, quien todo lo ve,
te recompensará. Mateo 6:4, 6, 17-18
La oración, el dar generosamente y el ayuno son tres poderosas prácticas espirituales que los
seguidores de Jesús son llamados a hacer para el Padre que ve "en lo secreto". Cualquier
intención de hacerlo para "ser visto" por otros, para agradar a otros, para demostrar a otros,
Jesús dice que esa es su recompensa.
Por otro lado, realizar estas prácticas espirituales enfocados sólo en agradar al Señor también
tiene su recompensa porque el Padre es quien ve lo que está en realidad en tu corazón.
Hoy puedes preguntarte si tu enfoque al dar, orar y ayunar es para que otros te vean o para tu
Padre celestial...
"Del hombre son los propósitos del corazón y del Señor la respuesta correcta. A cada uno le
parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los motivos. Pon en manos del Señor todas
tus obras, y tus proyectos se cumplirán" Proverbios 16:1-3
Cada año nos fijamos nuevos propósitos y metas que anhelamos se cumplan. En otros casos,
los renovamos intentando volver a creer que este año sí se cumplirán aquellos que no hemos
podido realizar.
Y damos gracias al Señor porque podemos hacer planes y fijarnos metas, el asunto es que
según la Palabra de Dios no es sólo proponernos metas y propósitos y entonces luchar por
conseguirlos, La dinámica del Evangelio es distinta...
Primero se requiere confiar que el Señor dará la respuesta correcta, Él afirmará aquellos
propósitos y planes que en Su sabiduría bendecirán nuestras vidas.
En segundo lugar, debes tener presente que el Espíritu Santo conoce las intenciones de tu
corazón y sabe por qué y para qué anhelas lo que anhelas.
En tercer lugar, necesitas poner en manos de Cristo tus proyectos. Esto es más que simples
palabras pero que en la práctica seguimos empeñados en hacerlo a nuestra manera.
Realmente implica entregarle por completo al Señor tus planes, debes dejarle a Él el proceso,
los medios y el resultado. Para ello necesitas cada días entregarle en oración las riendas de tu
vida, de tu familia, de tu trabajo y vivir según Su guía y Su Palabra.
"Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu
corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que
hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu
casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes..." Deuteronomio
6:4-9
El primer escenario en el que descubrimos que Dios es el Único Señor de nuestras vidas es el
corazón. Allí nos damos cuenta si es Cristo quien está en el centro de nuestras vidas y hemos
aprendido a amarle con todo nuestro ser, o tenemos otros amores que están en ese primer
lugar y luchan por quedarse allí.
El segundo escenario en el que vemos que Dios es el centro es el hogar. Es en ese laboratorio
llamado familia donde reflejamos, enseñamos y demostramos que Dios es el primero en
nuestras vidas y que ha ido transformando nuestro carácter y propósito en la vida.
Toma un momento en este día y ora por tu corazón sí puedes ver que el Señor no ha sido lo
más importante en tu vida, si has visto que tu amor hacia Él ha sido sólo de palabras. A su vez,
ora por tu familia, porque tu puedas reflejar esa entrega y amor por el Dios mientras Cristo
obra en sus vidas según Su voluntad.
“Todos los creyentes estaban unidos de corazón y en espíritu. Nadie consideraba suya
ninguna de sus posesiones, sino que las compartían… con gran poder seguían dando
testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba
abundantemente sobre todos ellos…” Hechos 4:32-33
¿Para quien te esfuerzas cada día? ¿Sabías que el jefe que tienes no es realmente tu jefe? Y
aún si crees que no tienes jefe, según la Biblia, tu jefe se llama Jesús y a Él le rendirás cuentas
por el manejo de tu agenda, tu desarrollo personal, el uso del dinero que recibes como salario.
Hay dos enfoques vitales en el versículo de hoy. El primero te dice que es más fácil animarte
con la labor que haces, cuando tu enfoque cambia de decir: "me esfuerzo por esta empresa o
para mantener feliz a mi jefe" o "trabajo porque dependo de este pago para vivir" a decir:
"estoy sirviendo en este lugar a mi Señor Jesucristo". Con esto en mente, tú puedes trabajar
dónde Dios te concedió servir y aprender a convertirlo en alabanza a Él.
El segundo enfoque está en la recompensa que el Señor promete. Cuando entiendes tu trabajo
como adoración a Dios, tu vives con la expectativa de recibir recompensa de las manos de tu
salvador Jesucristo.
Mientras estás trabajando para Dios, debes recordar y vivir estas dos verdades del Evangelio
cualquiera sea tu posición en la escala laboral de esta sociedad, necesitas trabajar para el
Señor y confiar en Su recompensa para ti.
"El Señor cumplirá Su propósito en mí. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no
abandones la obra de tus manos!" Salmo 138:8
El salmista deja bien claro que el desarrollo de su vida, los logros que pueda obtener y las
victorias que pueda ganar no dependen meramente de su buen actuar, de su sabiduría,
inteligencia o experiencia, dependen única y exclusivamente de Dios quien cumple Su
propósito sobre él aunque las circunstancias no lo parezcan.
Por esta razón hoy puedes descansar en esa promesa de Su fidelidad, de Su amor por ti, pues
Él nunca te abandonará, Dios no abandona la obra de Sus manos sino que la terminará, la
completará en Cristo Jesús y hasta que Él regrese.
Toma un momento y en oración, dale gracias al Señor por Su obra en tu vida, por Su amor por
ti, porque Él nunca te abandonará sino que terminará lo que empezó en ti y en Su iglesia.
"...cuando se hayan multiplicado tus ganados y tus rebaños, y hayan aumentado tu plata y tu
oro y sean abundantes tus riquezas, no te vuelvas orgulloso ni olvides al Señor tu Dios, quien
te sacó de Egipto, la tierra donde viviste como esclavo...No se te ocurra pensar: “Esta riqueza
es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos”. Recuerda al Señor tu Dios, porque es Él
quien te da el poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy el pacto que bajo
juramento hizo con tus antepasados" Deuteronomio 8:13-14, 17-18
A su vez, nos dice que detrás de todo esto, Dios está formando nuestro corazón, tratando con
nuestro carácter y enseñándonos que necesitamos aprender a amar más al Dador que lo que
nos da.
De igual forma que al pueblo de Israel, te dice que recuerdes que en tiempos de sequía, de
desierto, de escasez allí Su buena mano te sostendrá y te guiará todo el tiempo, de tal manera
que seas agradecido. Y que en tiempos de abundancia no olvides Quién te dio esa riqueza,
sino que lo honres con palabras y acciones y que por Su gracia sigas obedeciendo Su Palabra.
¡Nunca creas a esa voz..! Si bien es cierto Dios puede brindarte todo esto en el camino, tu
confianza no puede estar puesta en todo lo que Él te brinda. Debes poner tu confianza más
profunda únicamente en Dios y en Su gracia. Cada día recuérdate y predícate tú mismo sobre
Su amor incondicional por ti al ver Su cruz. Deja que Cristo sea el centro de tu confianza y
nunca cambies tu confianza en Él por confiar en ídolos o en tu propio esfuerzo.
Que este año puedas amar, honrar y confiar más en el Dador que en lo que Él te da.
"Por eso les digo: No se preocupen por su vida , qué comerán o beberán; ni por su cuerpo,
cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?
Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo,
el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?" Mateo 6:25-26
¿Sabías que Colombia es uno de los países con mayor diversidad de aves en el mundo? Más
de 1.876 especies se albergan en la geografía Colombiana, algunas de ellas especies
exclusivas y lo más sorprendente: todas ellas son alimentadas cada día por el Padre Celestial.
Cuando Jesús dijo a Sus discípulos que mirarán las aves del cielo, indicando que el Padre
Celestial las alimenta y que el valor de ellos es mucho mayor que el de las aves, está
llamándolos a la fe en Cristo, está invitándolos a confiar en Él, aún para las necesidades más
básicas de la vida humana como lo son comer y vestirse.
Descansa hoy en Jesús pues Él sabe de qué tenemos necesidad y tu valor como hijo de Dios
por la obra de Cristo es incalculable...Él ha prometido cuidarte y nunca desampararte, porque
siempre te sostendrá con la diestra de Su justicia (Is. 41:10).
"Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de una manera digna
del llamamiento que han recibido, siempre humildes y amables, pacientes, sopórtense unos a
otros en amor. Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz."
Efesios 4:1-3
La iglesia es uno de los más grandes milagros del Señor. Unir personas de diferentes
trasfondos, edades, maneras de ver la vida y llamarlos a reflejar las virtudes del Dios santo,
amoroso, paciente y verdadero sólo es posible si Su Espíritu obra en medio de ella.
Por esta razón, Pablo le ruega a la amada iglesia del Señor que vivan sus vidas de tal manera
que dignifiquen el nombre del Señor, pues a santidad hemos sido llamados (1 Tes. 4:7) no sólo
los domingos reunidos, también en semana esparcidos en la ciudad.
El ruego del Señor en palabras de Pablo es a que los hermanos que integran la iglesia se
relacionen diferente a como el mundo lo hace: en vez de orgullo, arrogancia y prepotencia el
Señor nos llama a tratarnos siempre con humildad, con amabilidad, con paciencia y
soportándonos en amor, es decir obrando cada vez mas parecidos a Cristo por el poder del
Espíritu Santo en nuestros corazones.
Como puedes ver la iglesia es un gran milagro de Dios. Por esta razón te ruego que ores
constantemente porque nuestros esfuerzos más grandes sean por mantener la "unidad del
Espíritu en la iglesia mediante el vínculo de la paz.
Cada uno de los llamados que el apóstol Pedro hace por la iglesia del Señor en la siguiente
porción de la Escritura, bien puede ser la lista de peticiones de oración que hoy necesitas
hacer por el Redil. Te invito a leer el pasaje atentamente y en modo reflexivo, luego toma por
favor un tiempo para que clames por ti y por la amada iglesia de Cristo...
1. Vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor
fraternal, sean compasivos y humildes
2. No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto
fueron llamados, para heredar una bendición.
3. el que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y
sus labios de proferir engaños; que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la
siga. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones;
pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal».
4. Y a ustedes, ¿quién les va a hacer daño si se esfuerzan por hacer el bien? ¡Dichosos si
sufren por causa de la justicia! «No teman lo que ellos temen, ni se dejen asustar». Más bien,
honren en su corazón a Cristo como Señor.
5. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que
hay en ustedes.
"Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí
más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la
medida de fe que Dios le haya dado" Romanos 12:3 NVI
Después de que el ser humano desobedeció al Señor y salió del Edén y hasta el día de hoy,
podemos observar el pecaminoso desbalance que hay en nuestros corazones...
Por un lado, podemos llegar a tener un concepto más alto de nosotros mismos que el que
deberíamos tener; aquí la arrogancia, la altivez y el orgullo gobiernan dicho corazón porque se
percibe como más que los demás.
Al contrario, está la realidad de aquellos cuya percepción de sí mismos es inferior; aquí los
sentimientos de inferioridad, de insuficiencia reinan.
El Evangelio es una percepción muy diferente, pues nos invita a pensar de nosotros mismos
con moderación, basados en nuestra posición en Cristo, porque en Cristo tenemos una
correcta identidad. De ahí que, si el servicio en la iglesia, el uso de los dones que Dios te ha
dado (lee todo el capitulo), proviene de un corazón redimido y que está siendo transformado,
todo aquello que hagas con diligencia y amor será de mucha bendición para la iglesia y dará
mucha gloria a Cristo.
“Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.
No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a
otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca” Hebreos 10.24-25
Dios te ha hecho parte de un cuerpo llamado iglesia, necesitas el resto de ese cuerpo para
funcionar bien. Cuando descuidas el reunirte con el pueblo de Dios, te niegas a ti mismo los
dones que Él les ha dado a otros, dones que le dan gloria a Dios cuando otros los usan para tu
bien.
En esos momentos cuando el entretenimiento te invita a descuidar la iglesia porque luce más
atractivo, puede ser que estés olvidando lo que das a otros y lo que necesitas recibir cuando
te congregas. Y aún más, considera si estás obedeciendo la Palabra del Señor, pues
congregarse no es una opción sino un mandato del Señor.
Entonces, toma unos momentos para reflexionar y orar respecto a cuánto necesitas la
predicación de la Palabra de Dios, la celebración de la Cena del Señor, el testimonio de otros
discípulos de Cristo, y otros medios hermosos de gracia que Dios provee a través de la iglesia
congregada. Y no olvides que eres parte de un cuerpo, un cuerpo que necesitas, y un cuerpo
que te necesita a ti.
Observa con detenimiento el efecto de una iglesia que persiste en la enseñanza de la Palabra,
la centralidad de Cristo en todo lo que hace y la oración constante. Entonces podrás apreciar
que la iglesia del Señor es más que eventos, programas y proyectos... es un cambio al interior
de cada vida
1. Viene un profundo temor reverente al Señor y Su Palabra, lo cual implica aprecio por las
cosas de Dios, un deseo de obedecerlo y vivir en santidad.
2. La iglesia es llena de un amor visible que es sensible a las necesidades de los demás y
procura suplirlas. La desigualdad se convierte en una oportunidad para el amor y la
generosidad.
3. Trae un gozo que está por encima de las circunstancias. A pesar de la oposición y las
situaciones hay alegría de Dios en la iglesia.
Te invito a orar porque la iglesia de Cristo en la que Él te ha puesto, por el poder de Su Espíritu
Santo. Que el Señor le devuelva su esencia, el diseño y sello original que Él le dio. Y que de
esta manera la iglesia sencilla y ordinaria que glorifica a Cristo, sea transformada en la iglesia
atractiva, impactante y extraordinaria que Dios quiere que sea.
"Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, aunque era rico, por causa de
ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos" 2 Corintios
8:9
Dar generosamente para la obra del Señor tiene su base en la obra de Cristo. Nunca puede
iniciar en nuestros buenos deseos, por obligación o para mitigar la culpa.
Toma unos momentos para examinar tu corazón respecto al Evangelio y tu manera de dar para
Su obra. Ora también por la iglesia, por su avance, por sus siervos, por sus finanzas. Al final
veremos cuán hermoso y glorioso fue participar en el plan de salvación del Señor.