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ESTADO CONSTITUCIONAL DE

DERECHO Y DEMOCRACIA:
¿CONCEPTOS ANTAGÓNICOS?:
REVISANDO CENTROAMÉRICA
MARCO F. FEOLI VILLALOBOS*
Recibido: 23/02/2009 • Aceptado: 16/10/2009

Resumen

El texto explora las concepciones sobre democracia y Estado Constitucional de Derecho. Intenta explicar
las posibles diferencias entre ambas expresiones y sus puntos de encuentro. Recurre tanto a doctrina de
ciencia política como de derecho constitucional.
Se sostiene la conveniencia científica, desde una perspectiva también histórica, de hablar de estado cons-
titucional de derecho entendido como una categoría más exacta de lo que debe entenderse como forma de
acceder al poder y proteger los derechos fundamentales.
Finalmente, se hace un análisis de la situación actual de Centroamérica y se relaciona aquella con la
existencia real de estados constitucionales de derecho en la región.
.
Palabras clave: democracia, Estado Constitucional de Derecho, constitución, derechos fundamentales.

Abstract

The article analyzes on the concepts about democracy and rule of constitutional law. It aims to explain the
possible differences and coincidences between these notions throughout the political sciences and consti-
tutional law. From an historic view, it points out to the scientific convenience and correctness of the term
‘constitutional rule of law’, understood as a more precise category of what it must be defined as a means to
access the power and the protection of fundamental rights.
Finally, the article examines on the current situation of the Central American region emphasizing on
whether these states embrace a true constitutional rule of law.

Keywords: democracy, constitutional rule of law, constitution, fundamental rights.

* Costarricense. Licenciado en Derecho por la Universidad de Costa Rica con una Maestría en Derechos Hu-
manos y Educación para la Paz de la Universidad Nacional; actualmente realiza un programa doctoral de
Derecho Constitucional y Ciencia Política titulado ¨Estado de Derecho y Buen Gobierno¨ de la Universidad
de Salamanca, España. Labora para el Poder Judicial costarricense desde el año 2000.

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Introducción sino, que sobre la base de contenidos teo-


réticos estrechamente relacionados a una
El presente trabajo pretende ser un mo- cuestión que hoy –como siempre- resuena
desto aporte que aborde el tema de la de- con fuerza en Centroamérica como en el
mocracia para intentar profundizar en resto de América Latina: la democracia,
cómo debemos entenderla en una realidad su democracia. Finalmente, porque esta-
espacial y temporal concreta. Además, mos convencido que para quienes creemos
explicaremos la diferencia entre democra- que la democracia –y su expresión contem-
cia y estado constitucional de derecho: dos poránea, el estado constitucional de dere-
términos que se utilizan con frecuencia sin cho- es la mejor forma de organización
evidenciar mayor distinción y que, cómo política y social, hablar de aquella solo
se consignará, suponen diferencias impor- merece la pena cuando se superan las pu-
tantes tanto en su origen como en su pers- ras construcciones científicas desde el de-
pectiva del poder. Nuestra reflexión gira- recho, la sociología o la ciencia política y
rá alrededor de los planteamientos teóricos se puntualiza en situaciones específicas que
de algunos autores de ciencia política y fi- la hagan así, más que útil necesaria, como
losofía del derecho. Extrapolaremos, al fi- una forma de vida.
nal, dichos contenidos al caso centroame-
ricano. Se procura exponer nuestra visión Democracia y Estados
personal acerca de lo que ocurre actual- Constitucionales
mente en los países del área y del tipo de
estados que aquellos exhiben. En este primer apartado, intentaremos
aproximarnos al concepto de democracia.
Decidimos enfocarlo así por varias razo-
nes: primero, por provenir de uno de estos política y social la pacificación del área. Los arre-
glos fueron suscritos por los entonces presidentes
países y tener evidentemente un interés de Costa Rica (Óscar Arias), El Salvador (José Na-
directo en todo lo que les concierne, se- poleón Duarte), Guatemala (Vinicio Cerezo),
Honduras (José Simón Azcona) y Nicaragua (Da-
gundo –y es esta nuestra principal moti- niel Ortega), el 7 de agosto de 1987, los países fir-
vación– porque hace unos meses se cele- mantes del Acuerdo de Esquipulas se comprome-
tieron, entre otras cosas, a establecer un alto al
bró el vigésimo aniversario de la firma de fuego, amnistiar a los presos políticos, democrati-
los acuerdos de paz en Centroamérica, que zar sus respectivos países, no conceder apoyo a fuer-
zas irregulares y movimientos insurreccionales y a
supusieron la promesa de la toma definiti- no usar sus propios territorios para agredir a otros
va de las cinco pequeñas naciones de los Estados. Han transcurrido ya dos décadas y es ne-
cesario, desde una perspectiva crítica y a partir de
derroteros de la paz, el progreso y la de- los conceptos y planteamientos teóricos propues-
mocracia. Pues bien, esa coyuntura se vuel- tos, examinar qué ha pasado durante estos años,
cómo asimilamos los centroamericanos el cese de
ve un momento propicio de evaluación y los conflictos bélicos, cuántos hemos avanzado y,
ponderación1; y qué mejor que hacerlo en especial, cómo hemos aprovechado, si es que
así ha sido, las circunstancias y condiciones naci-
das en Esquipulas. Esquipulas supuso en lo funda-
1 mental el primer acuerdo político de los países de
En efecto, hace veinte años se firmaron los histó-
ricos Acuerdos de Esquipulas, ciudad guatemalte- Centroamérica, que logró formar un común deno-
ca (Departamento de Chiquimula), que buscaban minador basado en los principios de la democracia
en el marco de una intrincada y compleja realidad (Ordóñez y Gamboa, 1997: 6).

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Sin duda alguna, uno de los términos que descubrimos un primer elemento: la de-
a diario se utiliza en diferentes espacios – mocracia no siempre estuvo tan bien pon-
medios de comunicación, universidades, derada como en nuestros días. Pero, como
movimientos sociales, partidos políticos, segunda cuestión, pareciera entonces in-
etc.– es precisamente el de democracia. Se controvertible que la democracia primi-
asume casi como dogma de fe que hay que genia nacida en Grecia no es la misma –o
ser democrático; pero y ¿qué es democra- al menos no se funda en los mismos crite-
cia? Junto a este concepto se utiliza tam- rios– que la democracia de los últimos si-
bién otro con similar o mayor frecuencia: glos y menos aún la de los siglos XX y XXI.
estados constitucionales de derecho; lo
dicho nos hace de nueva cuenta cuestio- El autor, que ahora citamos, plantea otras
narnos si sus significados son antagónicos diferencias entre los conceptos de demo-
o complementarios. cracia antigua y democracia moderna.
En concreto:
a. ¿Y qué es democracia?
• Concepto de soberanía popular: para
Sartori con una claridad magistral explica los griegos no había diferencia entre
los intrincados caminos que ha recorrido titularidad y ejercicio del poder. En su
la democracia desde sus orígenes hasta lle- visión, la soberanía era todo y lo con-
gar a su concepción moderna. El término sumía todo, pues se ejercía directamen-
aparece por primera vez –nos dice el pro- te –aunque con las particularidades de
fesor italiano– en Herodoto y significa (del que no todos eran ciudadanos, claro.
griego) poder del pueblo. Desde el siglo Luego en el Medioevo, en un contex-
III a.C. hasta el siglo XIX ha habido una to de despotismo, surgió la teoría de la
enorme evolución del concepto que estu- soberanía popular.
diamos. Hubo pensadores como Aristóte- • El principio de la mayoría: igualmente
les que lo consideró una de las formas equi- desconocido, hasta Locke se mantuvo
vocadas de gobierno –de este modo el la idea de la unanimidad, mayoría se
gobierno de uno se desdobla en monarquía veía como desunión. Los sistemas elec-
(buena) y tiranía (mala); el gobierno de torales llegaron del Medioevo de ór-
pocos: aristocracia (buena) y oligarquía denes monásticas.
(mala) y el gobierno de muchos: oligar- • El individuo-persona: para la concep-
quía y democracia (mala) y politeía (bue- ción griega, el hombre completo era el
na)–. En suma, la democracia no fue siem- ciudadano que servía a la polis. La
pre un sistema bien valorado. Más aún, visión moderna considera que el indi-
durante milenios –afirma este autor– el viduo no sirve al Estado. Sí había li-
régimen político considerado óptimo fue bertad, pero a su manera. Ese plantea-
la república –res pública: cosa pública–. De miento de todo para el Estado de los
lo que no cabe duda es que la democracia griegos será después el caldo de culti-
de los modernos no es la democracia de vo para la justificación del Estado to-
los antiguos (Sartori, 1992:27). Con esto, talitario (Sartori, 1992:34-38).

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Así las cosas, con este panorama resulta acercan más o menos al concepto de po-
ocioso insistir en que la democracia más liarquía, según haya un mayor o menor
allá de su origen etimológico es un con- desarrollo de las dimensiones propuestas
cepto que se ha ido construyendo a lo lar- en la obra del profesor norteamericano.
go de la historia de la humanidad. No re- Podríamos suponer que el concepto de
viste, pues, mayor importancia –al menos Dahl no ha superado el ser una construc-
para los efectos de esta exposición– conti- ción doctrinaria que no logró sustituir en
nuar explorando sus rasgos definitorios el argot popular el uso del término demo-
originales. Basta con que tengamos la no- cracia, pero evidencia algo de suyo funda-
ción de esas diferencias y su naturaleza mental, la dificultad –sino imposibilidad–
como producto de la creación y la razón de encontrar una definición lo suficiente-
humanas. Sartori entiende que la demo- mente amplia y completa de democracia.
cracia es ante todo: 1. un principio de le- En ese sentido, la incorporación de nue-
gitimidad –postula que el poder deriva del vos conceptos, que nos acerquen al ideal
demos– 2. un sistema político llamado a democrático, es útil y conveniente porque
resolver problemas de ejercicio del poder facilita la comprensión al poder acome-
–la democracia directa podía ser útil en terla ya no sólo en esa dimensión etimo-
Atenas pero Sartori es categórico al afir- lógica, que nos dice tan poco.
mar que en las democracias en grande lo
único funcional es la democracia represen- Hay que entender que democracia es más
tativa por más que haya instituciones como que el poder del pueblo –su interpretación
el referéndum o el plebiscito– y 3. un ideal literal–. Esa visión reduccionista impide
–la única democracia que hoy puede lla- visualizar la enorme cantidad de variables
marse tal es la democracia liberal– (Sar- que intervienen en un sistema democráti-
tori, 1992: 28). co. Se trata finalmente antes que concep-
tualizar, contextualizar de qué hablamos
Para Dahl, las democracias modernas se al referirnos a la democracia.
encuentran cruzadas por dos coordenadas:
el debate público y el derecho a partici- Sartori reconoce dificultades para dar una
par. En este punto, el autor considera que definición; en consecuencia, no es posi-
las democracias se convierten más en sis- ble llegar a diferenciaciones maniqueas de
temas ideales que se persiguen a partir de todo o nada, de sí o no. En los últimos 50
aquellas dos coordenadas. Por eso, propo- años, prácticamente todo se ha definido
ne el término poliarquías “…regímenes como democracia.2 La pregunta correcta
relativamente –pero no completamente– entonces no sería en esa perspectiva ¿qué
democráticos (…) las poliarquías son sis- es democracia? Sino ¿cuánta democracia?
temas sustancialmente liberalizados y po-
pularizados, es decir muy representativos 2
Señala eso sí que probablemente el principal ne-
a la vez que francamente abiertos al deba- gativo de democracia es la autarquía –si el princi-
pio democrático es el poder conferido por el pue-
te público…” (Dahl, 1989:19). La mayo- blo y autarquía la autoinvestidura la contradicción
ría de países, en este planteamiento, se es evidente– (Sartori, 1992: 60).

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O ¿cuánta democraticidad? Las respuestas Las obras analizadas, sin embargo, coinci-
en mucho, dependerán del enfoque y la den en algunos elementos esenciales como
prioridad que se les dé a sus componentes constitutivos de los paradigmas democrá-
–igualdad, participación, principio de ticos. En el caso de Sartori, podríamos re-
mayoría, etc.– y Sartori que propone– una sumir tres grandes vectores o fuerzas mo-
especie de análisis de casos (Sartori, 1992: toras de la democracia:
60-61).
• Libertad: no se trata de una libertad
Llegados a este momento, ya podemos ir moral sino de una libertad frente al
vislumbrando una primera respuesta a la Estado. Es una libertad protectora de
pregunta original. Una respuesta un poco los poderes de los ciudadanos necesi-
decepcionante, especialmente para nues- tados porque son fáciles de oprimir.
tro pensamiento occidentalizado que di- • Iguales tratamientos e iguales resulta-
cotimiza el conocimiento, y nos hace creer dos: si en cuanto a la libertad hay cier-
que las cosas son o no son. Digámoslo sin ta claridad en el término de la igual-
ambages: no hay una definición de demo- dad la cuestión se complica. Ya
cracia concluyente, porque ésta antes que Aristóteles hablaba de igualdad aritmé-
nada es un modo de vida que tiene que tica –lo mismo para todos- y propor-
ver con una visión compartida del mun- cional –lo mismo para los mismos-.
do; y eso necesariamente está trasversali- Sartori reduce las propuestas a dos cri-
zado por un contexto histórico, sociológi- terios para definir la igualdad propor-
co, cultural, etc. Lo que la cuna de la cional: 1. a cada uno en razón de sus
democracia estimaba democrático se ale- méritos, capacidades y talentos y 2. a
ja y en mucho de lo que nuestra sociedad cada uno en razón de sus necesidades.
considera hoy como expresiones de la de- Hay diferentes tipos de igualdad: jurí-
mocracia. En nuestro entorno más inme- dica –isonomía-, social, y de oportuni-
diato se habla de tres etapas en las que los dades. Esta última se presenta como
países han ido avanzando hacia la demo- algo complejo; ¿porque oportunidad
cracia -si hablamos en clave poliáquica-: qué es? ¿Oportunidad como igual ac-
1. los acontecimientos del siglo XIX, 2. ceso u oportunidad como igual punto
finales del siglo XIX hasta la Primera Gue- de partida? Igual acceso quiere decir
rra Mundial y 3. desde 1960 que se empie- igual reconocimiento e igual capacidad
zan a articular demandas de grupos –sobre y en consecuencia promueve una me-
todo los jóvenes– hasta nuestros días3 ritocracia. Igual punto de partida es
(Dahl, 1989: 21). Las sociedades que lle- igualdad de condiciones iniciales de
varon ese camino podrían entenderse hoy competición. Iguales tratamientos no
como las democracias más avanzadas llevan necesariamente a iguales resul-
(Dahl, 1989: 23). tados por lo que se requieren leyes sec-
3
toriales y discriminatorias compensa-
En forma similar, Ferrajoli sitúa en la post segunda
guerra mundial el surgimiento de la democracia torias. Queda una interrogante, pues
de nuestros días (Ferrajoli, 2008: p. 26). entre libertad e igualdad puede haber

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una conjunción o una disyunción. • Formular sus preferencias.


• Mayoría como mecanismo de organi- • Manifestar públicamente esas prefe-
zación: mayoría puede entenderse rencias.
como regla procedimental y decisional • Recibir un trato igual de parte del
o como criterio sustantivo. Hay que gobierno.
respetar a las minorías como condición
integrante de los mecanismos democrá- En la misma línea de pensamiento, el pro-
ticos. Se hace también una referencia fesor Manuel Alcántara respalda en dife-
al problema de la intensidad, esto es rentes estudios un balance sobre cuánto
que la regla mayoritaria pasa de lado la se ha avanzado en la senda de la democra-
diversa intensidad de las preferencias cia en América Latina. Parte de algunas
individuales, lo que las iguala en la premisas básicas:
práctica partiendo de que todas tienen
idéntica intensidad. Pone como ejem- • “… La democracia es el método de or-
plo el caso del referéndum y explica por ganización de la política republicana
qué esta figura no siempre es conve- independiente.
niente. Se afirma, que en un proceso • La democracia pone el acento en cues-
electoral normal, se crea un proceso tiones fundamentalmente procedimen-
que permite arrinconar o acomodar las tales que tienen que ver con los ele-
demandas de las minorías. En el refe- mentos que configuran la poliarquía.
réndum hay una toma de decisión ipso • El énfasis en los elementos procedi-
facto en cuestiones polémicas el insti- mentales de la democracia ha dejado
tuto; de marras no resuelva una situa- al descubierto, sin embargo, aspectos
ción conflictiva sino que la tiende a que tienen que ver con el ejercicio efec-
agravar (Sartori, 1992: 44-56). tivo de la ciudadanía y con los resulta-
dos de la política. Al estar la expresión
El profesor Robert Dahl define lo que para democrática de ésta basada en princi-
él debe caracterizar a un gobierno demo- pios de ciudadanía universal, los indi-
crático: su continua aptitud para respon- viduos no solamente reclaman partici-
der a las preferencias de los ciudadanos par de una manera u otra haciendo
(Dahl, 1989: 13). Ahora, para que un go- explícita la igualdad política que les
bierno responda a los ciudadanos4 es pre- hace soberanos, fundamentalmente
ciso que estos tengan el poder de mediante el voto.
4
• También demandan la resolución de
Los cuales deben conducir a 8 condiciones que el
profesor Dahl estima imprescindibles para que se trabas que no hacen efectiva dicha
de la democracia: libertad de asociación, libertad igualdad en otras facetas de la vida co-
de expresión, libertad de voto, eligibilidad para el
servicio público, derecho de los líderes políticos a
tidiana y que supone el ejercicio pleno
buscar apoyo, diversidad de fuentes de información, de dicha soberanía no solo en el ámbi-
elecciones libres e imparciales y finalmente insti- to cívico y político sino también en el
tuciones que garanticen que la política del gobier-
no dependa de los votos y las otras formas de ma- marco social y económico…” (Alcán-
nifestación (Dahl, 1989: 15). tara, 2008: 1-3).

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Otro trabajo muy interesante que intenta como la capacidad de respuesta continua
medir las democracias y dar pistas sobre del gobierno a las exigencias de sus ciuda-
qué condiciones debe tener una sociedad danos quienes a su vez asumen la capaci-
para calificarse como tal es el del politólo- dad de manifestar sus necesidades (comu-
go norteamericano Robert Putnam “Para nidad cívica) y articularlas (capital social).
que la democracia funcione”. La cuestión
medular es: ¿Qué diferencia a las regiones Con este variopinto menú de definiciones,
con éxito del norte de Italia de las que no propuestas, estudios, investigaciones, etc.
lo tienen del sur? El autor centra su estu- tenemos que empezar a delinear una res-
dio en dos posibilidades como determinan- puesta, si bien no hay –ya lo adelantába-
tes para la formación de democracias efi- mos- una, concluyente al menos una
caces: la modernidad socioeconómica (los aproximación habrá que dar. A mayor
resultados de la revolución industrial) y la abundamiento, como bien advierte el pro-
comunidad cívica (los patrones de parti- fesor Manuel Alcántara, el punto medu-
cipación ciudadana y de capital social). lar está en clarificar a qué nos referimos al
hablar de democracia y para eso, visto lo
En cuanto a la primera posibilidad, Put- indicado líneas arriba, se requieren aspec-
nam deja claro el hecho de que una de- tos evaluativos que nos ayuden a medir la
mocracia eficaz está correlacionada con la calidad de una democracia. Dicho de la
modernización socioeconómica. Afirma el manera más simple, no hay una “defini-
estudioso que “…el más importante desa- ción de diccionario” que nos satisfaga so-
rrollo social y económico registrado en la bre democracia. Esa es una tarea imposi-
sociedad occidental durante los últimos ble; e innecesaria. Lo que sí se requiere es
siglos ha sido la Revolución Industrial y tener claridad sobre cuáles son los elemen-
sus consecuencias…” (Putnam, 1993: tos constitutivos de una democracia; y so-
p.102)5. En cuanto a la segunda posibili- bre eso si bien tampoco habrá unanimi-
dad, Robert Putnam relaciona la idea de dad –la democracia tampoco lo es de todas
comunidad cívica con el pensamiento re- formas– si un cierto acuerdo que será el
publicano y con la idea maquiavélica de punto de arranque para calificar y medir
que el éxito o el fracaso de las institucio- las diferentes experiencias democráticas.
nes libres dependía del carácter de sus ciu-
dadanos, es decir, de su virtud cívica Lo anterior es fundamental porque la ca-
(www.iigov.org/gbz/article.drt?edi consul- lidad puede tener diferentes significados y
ta hecha el 21 de julio de 2007). En la obra en ese sentido dependiendo de ellos los
bajo examen, siguiendo a teóricos de la juicios variarían. El profesor salmantino,
ciencia política, democracia se define en un artículo publicado en la Revista
Electoral costarricense, reseña:
5
Este es un factor que se minimiza en “Para que la …en efecto, la calidad puede estar vin-
democracia funcione”, aunque se advierte que hay
un sustrato histórico que marca una diferencia a culada a un procedimiento por el que
considerar. un producto de calidad es el resultado

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de un proceso riguroso de acuerdo con les efectivo cumplimiento, acceso a servi-


un protocolo preciso, pero lo está al cios y a un cierto nivel socioeconómico,
contenido, es decir es inherente a las entre otros.
características estructurales de un pro-
ducto, y finalmente tiene que ver con Cerramos este primer apartado al sinteti-
el resultado medido por el grado de sa- zar las tres ideas fundamentales extraídas:
tisfacción del usuario. Asimismo hay 1. la democracia es un concepto antiquí-
una visión de la democracia donde se simo cuya definición debe entenderse se-
enfatiza más su capacidad de provocar gún el contexto histórico en el que se esté
la participación de la ciudadanía, de es- analizando. 2. por esta razón resulta más
timular debates y deliberación sobre las conveniente comprender democracia se-
opciones que enfrenta un país o una gún la concurrencia de una serie de ele-
comunidad, de proteger los derechos de mentos que forman un modo de vida es-
los individuos y grupos marginales fren- pecífico que como tal se alcanza a través
te a los grupos de poder, de promover de un proceso permanente de discusión,
la justicia social3. Esta perspectiva es diálogos sociales y transformaciones cons-
diferente a la de una democracia con- tantes que actualicen la realidad según a
figurada sobre los valores de libertad, lo que se aspira en una circunstancia dada
igualdad política y el control sobre las y 3. bajo esa inteligencia entonces debe-
políticas públicas y sus hacedores a tra- mos hablar más de grados de democracia
vés del funcionamiento legítimo y le- que de democracia como una situación
gal de instituciones estables… (Alcán- acabada y estática –porque si la sociedad
tara, 2008: 2). no es estática la democracia tampoco po-
dría serlo–. La democracia se definiría a sí
En suma, de los autores citados, podría- misma en un continum por su grado de de-
mos decir que algunos de los aspectos que sarrollo como organización social y por la
son condición necesaria para la existen- capacidad de esa organización para expan-
cia en los albores del siglo XXI de una de- dir la ciudadanía (PNUD el debate con-
mocracia son: respeto por los derechos fun- ceptual, 2004: 205) vista como el ejerci-
damentales (al menos los que han sido así cio efectivo y real de una serie de derechos
considerados en los instrumentos jurídi- y facultades.
cos del último siglo) y por ciertos valores
como la libertad, la paz y la igualdad, exis- b. El Estado Constitucional de Derecho
tencia de sistemas electorales que garanti-
cen a través de reglas claras la forma de Intencionalmente, en el cierre del aparta-
acceder al poder en condiciones de igual- do anterior, evitamos utilizar el término
dad para los ciudadanos (as), posibilidad Estado de Derecho o Estado Constitucio-
de las personas de formular sus exigencias nal de Derecho para vincularlo a demo-
(comunidad cívica) a quienes en su nom- cracia. Sin embargo, en lo anotado hay un
bre (representatividad) ejercen el poder sesgo. Pese a las enormes diferencias del
(gobierno) y capacidad de aquellos de dar- concepto democracia, hoy ningún autor

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serio podría entenderla fuera de un Esta- sión y la separación de poderes (check and
do Constitucional de Derecho. Verbigra- balances), la protección de una serie de
cia Sartori, considera que la democracia derechos entendidos como fundamentales
liberal que es la democracia que según su –a partir básicamente de una actitud de
criterio prevalece en la actualidad6 se de- abstención del estado para evitar intromi-
fine por la protección jurídica de la liber- siones que afectaran la libertad de los ciu-
tad individual mediante un estado consti- dadanos– que no es cosa distinta a la pro-
tucional (Sartori, 1992: 43). En igual tección a través de la positivización
sentido, Ackerman entiende que los prin- normativa de los derechos humanos y por
cipios democráticos solo adquieren senti- último la supremacía de la ley. Por eso, se
do cuando están asentados sobre un esta- habla de un estado legal.
do de derecho en el que “…el imperio
de la ley refuerce la agencia humana Para entender qué es un estado constitu-
efectiva de todos sus ciudadanos…” cional de derecho, necesitamos previa-
(PNUD, 2004: 87)7. mente tener claridad sobre qué entende-
mos por constitución. La construcción del
Esto nos obliga no solo a definir qué es un término que manejamos en la actualidad
estado de derecho sino también en qué tiene su origen en el siglo XVIII. Podría-
reside la distinción con un estado consti- mos definirlo, por las dificultades que de
tucional de derecho. El estado de derecho por sí entraña -desde una perspectiva fun-
nace entre los siglos XIX y XX. Se cimienta cional y no ontológica- como el conjunto
sobre tres pilares fundamentales: la divi- de normas que crean -o sostienen- un Es-
tado y que limitan el ejercicio del poder y
6
Sin embargo ya hay autores como Ferrajoli que garantizan los derechos fundamentales8.
cuestionan ese término. Aducen que ha distorsio- Evidentemente aquella definición es solo
nado su significado –que es el que recoge Sartori-
pues hoy “…se entiende democracia liberal como una aproximación, que para los efectos de
la ausencia de límites tanto a la libertad del mer- este trabajo resulta útil.
cado como a los poderes de la mayoría, y en conse-
cuencia la convergencia de dos absolutismos: el ab-
solutismo de la política y el absolutismo del A diferencia del estado de derecho, el es-
mercado…” (Ferrajoli, 2008: 26-27) y ya no como tado constitucional de derecho constitu-
el establecimiento de límites al poder y la garantía
de los derechos individuales y las garantías funda- ye una invención de la segunda mitad del
mentales. Esta cuestión evidencia una vez más la siglo XX. Gira en torno a tres ideas: la di-
“vulnerabilidad” del concepto de democracia. Has-
ta hace muy poco tiempo, existía un cierto con-
visión y separación de poderes (check anda
senso en que la democracia del siglo XXI es la de- balances), la protección de los derechos y
mocracia liberal; pero vemos como ya hasta eso la prevalencia de un texto jurídico por
provoca debates. Lo anterior deja aún más latente
la pregunta que nos planteamos al inicio de nues-
8
tro trabajo, ¿qué es democracia? Aunque autores como Comanducci y García Pe-
7
Lo señalado que se presenta como una especie de layo nos adelantan lo complejo que resulta definir
síntesis de los autores leídos guarda gran similitud un concepto constitución, lo cierto es que ambos -
con lo que en opinión de la Comisión de Dere- para citar solo dos ejemplos- coincidían en que los
chos Humanos de la ONU constituyen los dere- rasgos definitorios de cualquier constitución son
chos democráticos (PNUD informe la democra- precisamente los señalados. (Comanducci, 2003:
cias en América Latina, 2004: 46). 76-77 y García Pelayo, 1984: 33-34).

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encima de todas las normas, la constitu- cuestiones formales de acceso al poder.


ción política. La constitución es una nor- Cuestiones ciertamente esenciales, pero
ma no sólo suprema desde la jerarquía kel- repítase a riesgo de ser reiterativo insufi-
seniana sino que en el juego democrático cientes, si a lo que se aspira es a la cons-
adquiere un papel fundamental porque es trucción de sociedades donde una serie de
el instrumento por medio del cual a las valores que pretenden dignificar al ser
personas se les garantiza una serie de dere- humano se cumplan, tanto en lo formal
chos. Ya no basta con que quiénes deten- como en lo sustantivo.
tan el poder lo ejerzan observando leyes
que en muchos casos ellos mismos han Se ha afirmado que hoy asistimos a una
creado, sino que además se hace impres- revolución constitucional que combina
cindible la actuación conforme el respeto tres elementos básicos: un ambiente cul-
absoluto a un parámetro de legitimidad, tural en constante evolución y cambio, un
la constitución. Así, se busca evitar la ar- replanteamiento y transformación de las
bitrariedad y el abuso. Hoy día y es esta la funciones del estado y una reacción con-
idea principal que quisiera transmitir, no tra el método positivista que supone un
podemos hablar de democracias fuera de enorme pluralismo sobre los métodos, ob-
los estados constitucionales de derecho. jetivos y postulados teóricos del constitu-
No basta entonces el poder formal de las cionalismo (Bustos, 2005: 76). Algunos,
mayorías, se ocupa además la protección a sobre todo en Europa cuestionan los ci-
toda costa de las personas a través del tex- mientos del estado constitucional; sin
to constitucional, y los derechos funda- embargo, la consideración de la constitu-
mentales que tutela. ción como norma que garantiza derechos
y determina a la democracia en nuestros
La ruta que ha seguido la democracia des- tiempos no está para nada en crisis. Más
de sus orígenes es absolutamente intrin- aún, en nuestra opinión, hoy debemos,
cada cuando no sinuosa. En el ahora aque- hablar con mayor precisión de estados cons-
lla –aunque suena paradójico– nos parece, titucionales y democráticos de derecho.
sin duda, poco o nada democrática. De ahí
que los acontecimientos asumidos por la En efecto, Europa mantiene un vigoroso
humanidad en los últimos siglos, pero es- debate sobre el derecho constitucional.
pecialmente en los últimos 100 años, sean Frente a los vertiginosos cambios que ha
razón suficiente para entender que los enfrentado la sociedad se discute cuál es
mecanismos de organización donde se es- el papel de la constitución política y cómo
tablecen reglas para acceder al poder de puede adaptarse a aquellos. La vigencia de
forma competitiva, como expresión del conceptos como el demos o la aparición
cumplimiento de derechos y principios no de nuevas redes de organización, que crean
son solo democracia. Esa determinación centros de poder alternativos, son parte de
es insuficiente. La principal crítica que uno los grandes temas constitucionales. Pero
puede formularle a la democracia vista de lo que absolutamente nadie habla por
desde la ciencia política se apoya solo en lo escandaloso es de la posibilidad de ir a

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procesos de reforma integral de las consti- Realizado nuestro análisis, concluimos


tuciones. A partir de la segunda mitad del que, Centroamérica resolvió un ingente
siglo XX, se entiende que estabilidad es mal, que la aquejó por décadas. Las gue-
sinónimo de progreso. Los europeos apren- rras en sus países, que tantas muertes de-
dieron las lecciones de la II Guerra Mun- jaron a su paso; empero quedan hoy pen-
dial y saben que antes de cualquier cosa se dientes otros retos por resolver, igualmente
impone limitar el poder público a través urgentes y apremiantes; por lo que las de-
de constituciones estables. mocracias del istmo siguen forjándose aún.
No podemos permanecer impávidos, y
Estados constitucionales y definitivamente si bien no hemos de mi-
democracias en Centroamérica nimizar los avances tampoco invisibilizar
los grandes temas sin acometer. Falta un
Teniendo ahora una noción más clara de estado constitucional de derecho cuando
que entendemos cuando hablamos de de- la pobreza aumentó en términos reales, si-
mocracia y cuando hablamos de estados gue habiendo jóvenes fuera de la escuela
constitucionales de derecho, es un buen o el colegio, existen todavía grupos mar-
momento para cruzar esas ideas con la rea- cadamente discriminados como los indí-
lidad centroamericana. En la década de los genas, hay servicios que para todos debe-
ochenta del siglo anterior, nadie cuestio- rían ser elementales, fuera del alcance de
naría la situación caótica que sumergió a muchos (agua potable, salud, electricidad,
los pueblos centroamericanos en cruentas etc.) o reformas del Estado, como la mo-
guerras civiles y en una miseria sin prece- dernización de los Poderes Judiciales, que
dentes. Es verdad, los logros de Esquipulas no están avanzando con la celeridad de-
II son maravillosos, cinco pequeñas repú- seable y mientras nuestros índices, por
blicas pudieron ponerse de acuerdo y ce- ejemplo, de personas privadas de libertad
rrar un largo capítulo de muertes por gue- sin condena, son el doble de los de Euro-
rras y conflictos bélicos internos, a manos pa. No hay estados constitucionales y de-
de grupos subversivos y de gobiernos re- mocráticos de derecho, cuando, como en
presores, en grados superlativos, hubo ca- Nicaragua los Tribunales se ajustan a las
pacidad y coherencia política para oponer- prebendas de ciertos dirigentes políticos
se a las intenciones invasivas de los Estados para dictar resoluciones contrarias a las
Unidos y también porque es innegable, un más primarias normas, que favorezcan a de-
decidido y perseverante liderazgo del go- lincuentes condenados, haciendo unos ex-
bierno costarricense y su presidente; veinte traños brebajes jurídicos como la conoci-
años después sigue entroncada, reconoz- da figura de ciudad o país por cárcel para
cámoslo, lo que Galtung llama una vio- Arnoldo Alemán, o cuando en El Salva-
lencia estructural, aquella que institucio- dor y Guatemala muchos de los crímenes
nalmente permite y/o promueve las más atroces de los setenta y ochenta con-
grandes brechas e injusticias que conti- tinúan en la más absoluta impunidad.
núan oprimiendo a hombres y mujeres que
aspiran a ser felices (Galtung, 1993: 47).

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Indubitablemente, esto tiene un matiz 3. Los partidos políticos mantienen la


político, si no hay compromiso de los que posición más baja en la tabla de con-
detentan el poder, el trabajo sino imposi- fianza institucional regional como otras
ble será mucho más complicado, bien se instituciones representativas de la de-
advirtió en el estudio Estado de la Nación mocracia liberal. Sin embargo, el pro-
que hoy, los desafíos relacionados con el fesor Alcántara matiza este hecho in-
mejoramiento de la calidad democrática, dicando que:
tienen una implicación política. En la re-
gión cunde el descontento ciudadano. Se …en mi opinión y contrariamente
trata de ciudadanías que, luego de alcan- a un extendido sentir, no debería
zar la “paz” a costa de grandes sacrificios, ser tomado el punto del repudio de
esperaban una época de sostenido progre- los latinoamericanos a los partidos
so social y económico y democracias más como un eje significativo de su pa-
atentas y sensibles a las pobres condicio- pel presente en la política regional.
nes de vida en las que la mayoría de la Es la oligarquización de ellos mis-
población está sumida. Son ciudadanías mos el aspecto probablemente más
que apenas están aprendiendo a ejercer sus relevante. Si bien es un aspecto ge-
derechos, buena parte de ellas tiene poca neral de cualquier partido ya avan-
experiencia de vivir en democracia (Esta- zado hace casi un siglo por Michels
do de la Nacion de Centroamérica y Pa- (1915), en América Latina tiene
namá, 2007). que ver con bajos niveles de insti-
tucionalización tanto de los siste-
Manuel Alcántara propone una serie de mas de partidos, como de los pro-
reflexiones sobre algunos de los retos pios partidos…(Alcántara, 2008:
que contribuirían a mejorar el rendi- 26). Comparto el sentir vertido en
miento y la calidad de lo que evidente- el tanto se acepte paralelamente
mente responde a los enormes retos de que ese ha sido el problema de los
los países centroamericanos: partidos políticos en Centroaméri-
ca en general, su oligarquización.
1. Fortalecimiento de la administración Finalmente, el resultado es el mis-
pública para que se logre una mayor mo. En efecto, podría faltar un sis-
capacidad de respuesta a las demandas tema más institucionalizado; sin
ciudadanas (Alcántara, 2008: 25). embargo, cuando resulta palmario
2. Si bien se reconoce que los sistemas y ostensible que muchas oligarquías
electorales se han depurado aún queda centroamericanas han convertido a
mucho que hacer para darles mayor los partidos políticos en instrumen-
eficacia y transparencia (Alcántara, tos de corrupción para satisfacer los
2008: 26). Un ejemplo reciente son las más espurios intereses –totalmente
cuestionables elecciones municipales alejados de cualquier concepción
celebradas en Nicaragua. que se pudiera tener de interés pú-
blico- no queda sino ver en estas

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distorsionadas tipologías de partidos por el gasto social en los últimos años


políticos muestra clara de por qué y que muestra un comportamiento más
la ciudadanía al ser consultada progresivo en Costa Rica (Alcántara,
muestra reticencia hacia estas 2008: 32) pero no en el resto de países
agrupaciones. de la región.

4. Los procesos de descentralización como Conclusiones


un paso necesario hacia la consolida-
ción de las democracias (Alcántara, Hemos querido con este ensayo, precisar
2008: 27). dos conceptos cuyo uso no pocas veces no
5. La importancia de mejorar la calidad es más que el producto de poses populista
de los políticos, cuyo significado es sin vacías de cualquier contenido material.
duda difícil de llenar de contenido Hace veinte años el desafío era como ubi-
como lo reconoce el propio autor –pero carnos en la ruta democrática. Ciertamen-
puede integrar experiencia en el seno te los principios en la región centroameri-
del partido, experiencia en el oficio cana están asentados; pero eso viendo los
público (como representante o como niveles de vida de las personas, el grado
cargo ejecutivo con un nivel mínimo de compromiso cívico, la transparencia,
de responsabilidad) y su nivel educati- estabilidad y eficacia de las instituciones
vo– (Alcántara, 2008: 29). públicas etc. nos conduce ahora a plan-
6. Representatividad y déficits de la de- tearnos una pregunta crucial ¿cuántos es-
mocracia representativa. Coincido con tados constitucionales de derecho?
el profesor Alcántara en el sentido de
que frente a los vientos que corren lo Hoy partimos de una idea que no está en
participativo en nuestras democracias discusión, la organización del poder se
debe adquirir un carácter totémico debe hacer en clave democrática, así se
(Alcántara, 2008: 30) lo que como articula el sistema político. A esto ha apos-
apuntaba Sartori no significa solo re- tado la inmensa mayoría de países “civili-
ferenda o plebiscitos. zados”. Las instituciones que se crean como
7. Promoción de una ciudadanía fiscal. parte de ese proceso organizacional se
Desafortunadamente en nuestra región mueven desde dos puntos: las demandas
aquel sigue siendo un término que se (el input) y el producto (output).
mueve solo en el plano de lo teórico:
“…la idea de que estar en posesión de De esa manera, cuando quienes han reci-
la capacidad de elegir representantes bido el poder en representación del pue-
conlleva la de la ciudadanía fiscal ple- blo soberano logran dar respuesta efectiva
na está muy lejos de ser una realidad…” y satisfactoria a las exigencias ciudadanas,
(Alcántara, 2008: 32). que un sistema democrático se consolida, es
8. Disminución de la brecha de la des- decir se legitima. A contrario sensu cuando
igualdad, es alarmantemente alta. Todo esa capacidad de respuesta no existe la des-
ello a pesar del incremento registrado legitimación se vuelve una seria amenaza.

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En esto está el secreto para que la demo- ba Jaime Ordóñez con crudeza hace unos
cracia tenga sentido, si la entendemos en meses: “…los avances en Centroamérica
una dimensión antropocéntrica y esto han quedado desafortunadamente reduci-
inexorablemente lo explica el estado cons- dos a democracias electorales o sufragis-
titucional. Lo dicho supone una enorme tas. Salvo el acto de votar cada 4 ó 5 años,
interrogante para Centroamérica porque poco se puede hacer para influir en el ma-
es evidente que en muchas áreas la capa- nejo del Estado y el ejercicio de la demo-
cidad de articulación de demandas y la cracia. Este es, desdichadamente, otro sig-
operatividad de las respuestas es práctica- no del subdesarrollo pendiente de
mente nula, lo que también tiene que ver resolver…” (www.nacion.com/ln–ee/
con instituciones aún débiles. Al decir 2005/octubre) reto que superado, permi-
esto, por supuesto estamos cuestionan- tirá en palabras de Putnam que nuestra
do los basamentos fundamentales del sis- democracia funcione y que por fin, luego
tema democrático regional. Aquí enton- de seguir un camino que a veces ha sido
ces reside el principal reto de cara al estrecho y hasta resbaloso, Centroaméri-
futuro centroamericano. ca dé el salto definitivo hacia estados cons-
titucionales, expresión indisoluble de la
Es nuestro criterio que requerimos un ver- democracia que se busca en nuestro día.
dadero diálogo entre los grupos de la so-
ciedad; deben dejarse al margen las dife-
rencias ideológicas y desarrollar una
agenda que responda a la pobreza, la vio-
lencia, la corrupción, las desigualdades, la
ingobernabilidad, etc. que golpean sin mi-
sericordia a Centroamérica. Junto a los go-
biernos, cuya responsabilidad es indelega-
ble, deben actuar algunos sectores que
gozan de apoyo y confianza entre los cen-
troamericanos, como las iglesias, los me-
dios de comunicación, las ONG, las Uni-
versidades, etc. para que siendo vigilantes
del poder público, aporten también solu-
ciones. Se ocupa más que la siempre ne-
cesaria crítica; requerimos de acciones
concretas, de voluntad y compromiso. En
pocas palabras, que soñar que nuestra re-
gión sea más justa, inclusiva, igualitaria y
próspera deje por fin de ser solo eso: un
sueño, y se transforme en una realidad. La
realidad será siempre que haya más demo-
cracia. El reto es superar lo que denuncia-

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