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ANATOMIA II
SIGNOS Y SINTOMAS
CAUSAS
Este es el tipo más común de accidente cerebrovascular. Ocurre cuando los vasos
sanguíneos del cerebro se estrechan o se bloquean, y causan una importante reducción del
flujo sanguíneo (isquemia). Los vasos sanguíneos se bloquean o se estrechan debido a la
acumulación de depósitos de grasa o de coágulos sanguíneos u otros desechos que viajan a
través de la sangre y se alojan en los vasos sanguíneos del cerebro.
Busca atención de emergencia incluso si crees que has tenido un accidente isquémico
transitorio porque tus síntomas mejoraron. No es posible saber si estás teniendo un
accidente cerebrovascular o un accidente isquémico transitorio basándose únicamente en
tus síntomas. Si has tenido un accidente isquémico transitorio, significa que puedes tener
una arteria parcialmente bloqueada o estrechada que va al cerebro. Tener un accidente
isquémico transitorio aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular
posteriormente.
Factores de riesgo
Edad: Las personas de 55 años de edad o mayores tienen un riesgo más alto de accidente
cerebrovascular que las personas más jóvenes.
Raza: Los afroamericanos tienen un riesgo más alto de accidente cerebrovascular que las
personas de otras razas.
Sexo: Los hombres tienen un riesgo más alto de accidente cerebrovascular que las mujeres.
Las mujeres generalmente son mayores cuando tienen accidentes cerebrovasculares y
tienen más probabilidades de morir de ellos que los hombres.
Complicaciones
Un accidente cerebrovascular a veces puede causar discapacidades temporales o
permanentes, según cuánto tiempo el cerebro carece de flujo sanguíneo y qué parte fue
afectada. Las complicaciones pueden ser las siguientes:
Prevención
Muchas estrategias de prevención de accidentes cerebrovasculares son las mismas que las
estrategias de prevención de enfermedades cardíacas. En general, las recomendaciones para
un estilo de vida saludable incluyen:
Controlar la presión arterial alta (hipertensión). Esta es una de las cosas más
importantes que puedes hacer para reducir tu riesgo de accidente cerebrovascular. Si
has tenido un accidente cerebrovascular, bajar tu presión arterial puede ayudar a
prevenir un accidente isquémico transitorio o un accidente cerebrovascular
posteriores. Con frecuencia, se utilizan cambios en el estilo de vida y medicamentos
saludables para tratar la hipertensión arterial.
Reducir la cantidad de colesterol y grasas saturadas en tu dieta. Comer menos
colesterol y grasas, especialmente grasas saturadas y grasas trans, puede reducir la
acumulación en tus arterias. Si no puedes controlar tu colesterol solo a través de
cambios en la dieta, tu médico te puede recetar un medicamento para bajar el
colesterol.
Dejar de fumar. Fumar aumenta el riesgo de apoplejía para fumadores y no
fumadores expuestos al humo de segunda mano. Dejar de fumar reduce el riesgo de
sufrir un accidente cerebrovascular.
Controlar la diabetes. La dieta, el ejercicio y la pérdida de peso pueden ayudarte a
mantener tu nivel de glucosa sanguínea dentro de un rango saludable. Si los factores
del estilo de vida no parecen ser suficientes para controlar tu diabetes, tu médico
puede recetarte medicamentos para la diabetes.
Mantener un peso saludable. El sobrepeso contribuye a otros factores de riesgo de
accidente cerebrovascular, como la presión arterial alta, las enfermedades
cardiovasculares y la diabetes.
Consumir una dieta rica en frutas y verduras. Una dieta que contenga cinco o más
porciones diarias de frutas o verduras puede reducir tu riesgo de accidente
cerebrovascular. La dieta mediterránea, que hace hincapié en el aceite de oliva, las
frutas, las nueces, las verduras y los cereales integrales, puede ser útil.
Hacer ejercicio en forma regular. El ejercicio aeróbico reduce tu riesgo de accidente
cerebrovascular en muchas maneras. El ejercicio puede reducir tu presión arterial,
aumentar tus niveles de colesterol bueno y mejorar la salud general de tus vasos
sanguíneos y tu corazón. También te ayuda a perder peso, controlar la diabetes y
reducir el estrés. Haz gradualmente hasta por lo menos 30 minutos de actividad
física moderada, como caminar, trotar, nadar o andar en bicicleta la mayoría de los
días de la semana, si no en todos.
Beber alcohol con moderación, si es que lo haces. El consumo excesivo de alcohol
aumenta el riesgo de hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares isquémicos
y hemorrágicos. El alcohol también puede interactuar con otros medicamentos que
estés tomando. Sin embargo, beber cantidades pequeñas a moderadas de alcohol,
como una bebida al día, puede ayudar a prevenir el accidente cerebrovascular
isquémico y disminuir la tendencia a la coagulación de la sangre. Habla con tu
médico acerca de lo que es apropiado para ti.
Tratar la apnea obstructiva del sueño (AOS). El médico puede recomendar un
estudio del sueño si tienes síntomas de apnea obstructiva del sueño, un trastorno del
sueño que hace que dejes de respirar por períodos cortos repetidamente mientras
duermes. El tratamiento para la apnea obstructiva del sueño incluye un dispositivo
que administra presión positiva en las vías respiratorias a través de una máscara
para mantenerlas abiertas mientras duermes.
DIAGNOSTICO
Exploración física. Tu médico te hará una serie de pruebas con las que estás familiarizado,
tales como escuchar tu corazón y revisar tu presión arterial. También se te realizará un
examen neurológico para ver cómo un posible accidente cerebrovascular está afectando tu
sistema nervioso.
Análisis de sangre. Te pueden hacer varios exámenes de sangre, incluidos exámenes para
verificar qué tan rápido coagula tu sangre, si tu nivel de glucosa sanguínea es demasiado
alto o bajo, y si tienes una infección.
Exploración por tomografía computarizada. Una tomografía computarizada utiliza una serie
de radiografías para crear una imagen detallada de tu cerebro. Una tomografía
computarizada puede mostrar sangrado en el cerebro, un accidente cerebrovascular
isquémico, un tumor u otras afecciones. Los médicos pueden inyectar una sustancia de
contraste en el torrente sanguíneo para observar los vasos sanguíneos del cuello y el cerebro
con mayor detalle (angiografía por tomografía computarizada).
Imágenes por resonancia magnética. Una resonancia magnética utiliza ondas de radio
poderosas e imanes para crear una imagen detallada del cerebro. Una resonancia magnética
puede detectar tejido cerebral dañado por un accidente cerebrovascular isquémico y por
hemorragias cerebrales. El médico puede inyectar una sustancia de contraste en un vaso
sanguíneo para observar las arterias y venas, y resaltar el flujo sanguíneo (angiografía por
resonancia magnética o venografía por resonancia magnética).
Ecografía de la carótida. En este examen, las ondas sonoras crean imágenes detalladas del
interior de las arterias carótidas en el cuello. Este examen muestra acumulación de
depósitos de grasa (placas) y flujo sanguíneo en las arterias carótidas.
Angiografía cerebral. En esta prueba poco común, el médico inserta un tubo delgado y
flexible (sonda) a través de una pequeña incisión, generalmente en la ingle, y la guía a
través de las arterias principales hasta la carótida o la arteria vertebral. Luego, el médico
inyecta una sustancia de contraste en los vasos sanguíneos para hacerlos visibles mediante
imágenes de radiografías. Este procedimiento proporciona una visión detallada de las
arterias del cerebro y el cuello.
Ecocardiografía. Una ecocardiografía utiliza ondas sonoras para crear imágenes detalladas
de tu corazón. Una ecocardiografía puede encontrar una fuente de coágulos en tu corazón
que pueden haber viajado desde tu corazón hasta tu cerebro y provocado tu accidente
cerebrovascular.
TRATAMIENTO
Extracción del coágulo con un recuperador de estent. Los médicos pueden usar un
dispositivo conectado a un catéter para extraer directamente el coágulo del vaso sanguíneo
bloqueado en el cerebro. Este procedimiento es particularmente beneficioso para las
personas con coágulos grandes que no se pueden disolver completamente con tPA. Este
procedimiento a menudo se realiza en combinación con el tPA inyectado.
El margen de tiempo en el que se pueden considerar estos procedimientos se ha ido
ampliando debido a la nueva tecnología de imagenología. Los médicos pueden pedir
exámenes imagenológicos de perfusión (realizados con tomografía computarizada o
resonancia magnética) para que ayuden a determinar qué tan probable es que alguien pueda
beneficiarse de la terapia endovascular.
Otros procedimientos
Endarterectomía carotídea. Las arterias carótidas son los vasos sanguíneos que corren a
lo largo de cada lado del cuello y que suministran sangre al cerebro (arterias carótidas).
Esta cirugía quita la placa que bloquea una arteria carótida y puede reducir tu riesgo de
apoplejía isquémica. Una endarterectomía carotídea también implica riesgos, especialmente
para las personas con cardiopatía u otras afecciones médicas.
Cirugía. Si el área del sangrado es grande, el médico puede realizar una cirugía para
extraer la sangre y aliviar la presión en el cerebro. La cirugía también se puede utilizar para
reparar problemas vasculares asociados con accidentes cerebrovasculares hemorrágicos. El
médico puede recomendar uno de estos procedimientos después de un accidente
cerebrovascular o si un aneurisma, una malformación arteriovenosa (AVM, por sus siglas
en inglés) u otro tipo de problema vascular causaron el accidente cerebrovascular
hemorrágico:
Recorte quirúrgico. Un cirujano coloca una pequeña pinza en la base del aneurisma para
detener el flujo sanguíneo hacia él. Esta pinza puede evitar que el aneurisma estalle o puede
evitar que un aneurisma que haya sufrido recientemente una hemorragia vuelva a sangrar.
La rehabilitación puede comenzar antes de que salgas del hospital. Después del alta, puedes
continuar tu programa en una unidad de rehabilitación del mismo hospital, otra unidad de
rehabilitación o centro de enfermería especializada, como paciente ambulatorio o en su
casa.