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PROBANDO LOS ESPÍRITUS

INTRODUCCION
A. "Amados, no creá is a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios;
porque muchos falsos profetas han salido por el mundo." 1 Juan 4:1.
B. ¿Sabía usted que tiene el derecho de probar a los diferentes espíritus
religiosos? La verdad es que no solamente tiene el derecho sino el deber de
hacerlo. (Pida en Oració n el don de discernimiento).
C. Usted no debe aceptar como veraz y divina toda religió n simplemente porque
observa manifestaciones de poder que supuestamente son del Espíritu Santo.
El hecho de creer en el Espíritu Santo no significa que uno va a aceptar
ciegamente toda enseñ anza que pretende tener el apoyo del Espíritu Santo.
D. Muchas personas, literalmente millones de ellas han aceptado determinada
religió n como verdadera simplemente porque han observado en ella supuestas
señ ales de la presencia del Espíritu, tales como sanidades divinas, lenguas
profecías, revelaciones, u otros fenó menos y supuestas manifestaciones, etc.

I. NUESTRO DEBER COMO CRISTIANO ES PROBAR: 1 Juan 4.1-6


A. Con toda sinceridad: ¿Cuá nto nos preocupamos de la doctrina, la enseñ anza
que recibimos?, ¿se deja usted influenciar fá cilmente con las opiniones de la
gente, por las prédicas de religiosos, la radio, la Televisió n, etc., aceptó quizá s?
B. "Amados, no creá is a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios;
porque muchos falsos profetas han salido por el mundo." (1 Juan 4:1).
C. ¿Sabía usted que tiene el derecho de probar a los diferentes espíritus
religiosos? La verdad es que no solamente tiene el derecho sino el deber de
hacerlo. La pregunta sería: ¿có mo probamos?.
D. Usted no debe aceptar como veraz y divina toda religió n simplemente porque
observa manifestaciones de poder que supuestamente son del Espíritu Santo.
E. El hecho de creer en el Espíritu Santo no significa que uno va a aceptar
ciegamente toda enseñ anza que pretende tener el apoyo del Espíritu Santo.
F. Sin embargo, muchas personas, literalmente millones de ellas han aceptado
determinada religió n como verdadera simplemente porque han observado en
ella supuestas señ ales de la presencia del Espíritu, tales como sanidades
divinas, lenguas profecías, revelaciones, etc. Han tenido alguna experiencia
emocional; han sentido un calor en su cuerpo y corazó n; y suponen que sea la
aprobació n del Espíritu Santo o aun la presencia de É l.

II. EL PELIGRO DEL ENGAÑO: 1 JUAN 4:1


A. Si usted acepta una religió n simplemente porque ha visto la manifestació n del
poder de algú n espíritu en ella, se está exponiendo al grave peligro del
engañ o, tenemos que ser cuidadosos.
B. Si usted basa su salvació n eterna en experiencias y la sensació n alucinadora
que llena su ser, está jugando con el fuego, y al perderse por estar
rotundamente equivocado, sufrirá la eterna perdició n.
C. Escuche el consejo del Espíritu Santo: "Examinadlo todo; retened lo bueno"
(1 Tesalonicenses 5:21). El hecho que un hombre alega ser profeta de Dios
no significa que nosotros automá ticamente vamos a escuchar su mensaje y
creerlo sin investigar su veracidad. "Muchos falsos profetas han salido por el
mundo".
D. Si usted acepta una religió n simplemente porque ha visto la manifestació n del
poder de algú n espíritu en ella, se está exponiendo al grave peligro del
engañ o.
E. Si usted basa su salvació n eterna en experiencias y la sensació n alucinadora
que llena su ser, está jugando con el fuego, y al perderse por estar
rotundamente equivocado, sufrirá la eterna perdició n. Escuche el consejo del
Espíritu Santo: "Examinadlo todo; retened lo bueno" 1 Tesalonicenses
5:21.
F. El hecho que un hombre alega ser profeta de Dios no significa que nosotros
automá ticamente vamos a escuchar su mensaje y creerlo sin investigar su
veracidad. "Muchos falsos profetas han salido por el mundo".
G. Considere este mensaje del apó stol Pablo: 2 Corintios 11:13-15 en cuanto a
algunos maestros que invadían la iglesia en aquel lugar: "Porque éstos son
falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles
de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza
como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se
disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus
obras".
H. "Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de
Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de
error" 1 Juan 4:6.
I. De otra manera usted puede ser uno que está "escuchando a espíritus
engañadores y a doctrinas de demonios" y que (por esto) ha apostatado
de la fe verdadera (1 Timoteo 4:1).
Aú n en tiempos antiguos Jehová había dejado esta precaució n para su pueblo.
1. Deuteronomio 13:1-3,5 Cuando se levantare en medio de ti, profeta..
2. Deuteronomio 18:20-22 Advertencia de un posible engañ o de un profeta
3. Mateo 7:21-23 No todo el que me dice Señ or, Señ or.
4. 2 Tesalonicenses 2:8-12 Se manifestará el poder engañ oso.
J. En primer lugar, debemos entender que la Biblia dice que hay poderes
milagrosos que no son de Dios. Como lo ha sido desde el principio, Sataná s es
astuto. El busca la manera má s adecuada para engañ arnos, hasta usando
prodigios mentirosos para que creamos que son de Dios.
K. Y la ú nica prevenció n segura de que podemos valernos es el conocimiento de
la verdad que se encuentra en la Biblia y en el amor de esa misma verdad. No
podemos estar seguros de seguir el camino que Dios ha trazado al cielo
simplemente porque hemos visto maravillas.
L. En segundo lugar, si nosotros no aceptamos las enseñ anzas puras de la Biblia,
nos estamos exponiendo al peligro de recibir un poder engañ oso mandado
por Dios mismo para nuestra condenació n.
M. Así que todo esto de probar los espíritus no es un asunto de menor
importancia. Puede significar la diferencia entre la eterna salvació n y la
eterna condenació n de nuestras almas.

III. EL ESPIRITU DE CONFUSION


A. Lo primero que encontramos, al empezar a investigar las enseñ anzas de las
varias denominaciones que hoy día hacen milagros (supuestos) de diferentes
índoles en el nombre de Cristo y el Espíritu Santo, es que enseñ an doctrinas
que entre si se contradicen.
B. El Espíritu Santo declara por medio del apó stol Pablo en 1 Corintios 1:10:
Escrito y revisado por hno. Saúl Peralta C.
Siervo del Señor – Stgo. Chile 2015

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